|Cap ₄₆|La verdad.

|Pov Jungkook|

Había dejado a ___ sentada, ella accedió a esperarme mientras yo iría a uno de los servicios del aeropuerto. Me sentía feliz, me iría con la mujer que amo a España, seríamos felices y nadie se opondría. Mi decisión era firme, tendría que dejar mi trabajo y no volver a Corea. Escaparía como un criminal a otro lugar del mundo, sólo por vivir en paz. Y aunque amaba mi profesión, esto era necesario.

Mientras caminaba en dirección al baño, volteé a verla, verificando que se encontrara tranquila, ella hablaba con una anciana.

Abrí una puerta, la cual tenía un símbolo masculino pegado en ella. Entré a uno de los cubículos del baño, ahí bajé mi cremallera e hice lo esperado mientras silbaba una melodía. Me sentía en paz, feliz y emocionado.

Esa calma se había ido a la mierda al escuchar la puerta principal del baño abrirse con fuerza, siendo ésta misma estampada contra la pared. Es ahí donde me había obligado a dejar de hacer pis para quedarme inmóvil.

-¡Lo vi entrar aquí, no se pudo escapar! -da fuertes pasos por el interior del baño.

-Hay que buscarlo -dijo otro.

Uno de los hombres pateó la puerta de uno de los ocho cubículos. Aquel era el número uno, yo estaba en el seis. Empecé a sudar, puesto que tuve que aceptar el hecho de que se encontraban buscándome, aunque principalmente querían a ___.

Siempre han querido a ___.

Subí lentamente la cremallera de mi pantalón, sin hacer ruido. Me agaché e intenté gatear por debajo de la puerta y entrar al cubículo siete, al llegar ahí, el hombre había golpeado la puerta del cubículo tres y yo ya estaba en camino del cubículo ocho, pero al llegar ahí, otro de los hombres abre la puerta a la que había llegado.

Empujó tan fuerte la puerta, que ésta llegó a mi rostro y estampó mi cuerpo contra la pared. Caí al suelo, toqué mi nariz, notando que la misma sangraba.

-¡Lo encontré! -grita.

El maldito toma de mi brazo y me jala fuera del cubículo. Sus acciones fueron con una descarga de fuerza, provocando que mi mejilla chocase con el lava manos, cayendo al suelo nuevamente.

-¿Q-Qué quieren? -con mi antebrazo limpié un poco de la sangre en mi rostro.

-No te hagas el tonto. La queremos a ella, sé que la tienes. ¿Creíste que te dejaríamos escapar con ella? Debo decir que nos hiciste el trabajo fácil. ¿En serio, Jeon, te enamoraste de una cualquiera?

-Caíste bajo... -dijo el otro parado delante mía.

-No se las entregaré -escupí sangre al suelo.

-Tienes que hacerlo, si no quieres que te caigan los mismos años de cárcel como le caerán a tu enamorada.

-¿Y si no les digo dónde está?

-Oh no, tú mismo te harás cargo -dijo el rubio.

-¿Ah? -descolocado, cuestioné.

-La engañarás.

-No lo haré.

-¡Sí lo harás! -el pelinegro se abalanzó hacia mí, dándome una patada en las costillas, causando que me retorciera en el suelo-. No puedes deshonrar a tu país, Jungkook. ¿Por una perra?

Mi sangre ardía, la había llamado cualquiera y ahora perra. Querían meterla a la cárcel y no lo permitiría.

Con la poca fuerza que quedaba en mí, me levanté rápidamente del suelo, hasta estampar mi puño en la mejilla del rubio, pero al hacerlo, el otro uniformado actuó con rapidez, empujándome contra el espejo, rompiendo éste mismo con mi cuerpo. Caí al suelo nuevamente.

Vamos, puedes.

No quiero dejarla.

Piensa un poco. ¿Crees que van a poder salir de aquí? Admítelo, estás destruido y de todas maneras irás a la cárcel. En cambio, si haces lo que ellos te dicen, estarás libre y así podrás sacar a ___ de la cárcel.

No me jodas.

-Está bien... Bien... Acepto... -mascullé con un nudo en la boca del estómago.

-Vamos, límpiate y ve a ella -el rubio me estiró la mano, sin embargo, la observé unos segundos, y a duras penas, me levanté yo mismo del suelo.

Abrí la llave del agua y mojé mi rostro. Mientras lo hacía pude sentir unas lágrimas caer, mezclándose con el agua. Me dolía el cuerpo y el alma, tendría que verla llorar. Se decepcionaría de mí, me odiaría y no me perdonaría.

Ellos me pasaron un pañuelo para secar mi rostro.

-Toma -el pelinegro me cedió una jeringa con un liquido dentro de ella-. Esto la dormirá. Hazlo cuando estés ya dentro del avión. Hablamos con la aerolínea y nos ha dejado trabajar. Tenemos permiso del jefe.

Me agaché y tomé mis gafas negras, las cuales se encontraban tiradas en el suelo. Tenía mi ojo hinchado y tal vez una costilla dañada, aun así, mi dolor físico no llegaba a ser una comparación con el sentimental.

-Anda, no pierdas tiempo -me incentivó el rubio.

Rubio teñido, hijo de puta.

Salí del baño, traté de sonreír para verme normal y no como que dos hombres me hubieran golpeado hasta casi dejarme sin aliento.





•••





Escondí mi rostro en su cuello mientras ella me preguntaba qué pasaba en realidad. Lloraba en su pecho como si se tratase de un pequeño niño.

-Perdóname, por favor, te sacaré de ahí, lo prometo... -sorbí mi nariz.

Ella ya se encontraba totalmente sedada en el asiento.

Entonces pude ver cómo cuatro patrullas llegaban fuera del avión y de éstas salían por lo menos quince personas. ¿En verdad quince personas para presenciar a una indefensa mujer sedada?

Con lágrimas en los ojos, la tomé de sus muslos y espalda, me levanté y caminé por el pasillo del avión. Todas las personas; espectadoras de mi sufrimiento. La azafata me dio el paso y me asomé a la puerta del avión donde me esperaban mis compañeros de trabajo. Bajé las escaleras con cuidado, mientras ___ dormía en mis brazos.

Con el dolor de mi alma, pude sentir su corazón y el mío ser conectados por las constantes palpitaciones sincronizadas. Mordí mi labio, mientras lágrimas inundaban mis mejillas, y ella y yo, nos convertíamos en el hazmerreír de todo aquel que se opusiera a lo nuestro y la libertad. Porque, tal vez, al igual que ella, yo también quería obtener la libertad, y así gritarle al mundo que la mujer que ahora mismo mis brazos cargaban, se había convertido en la persona que amaría por el resto de mi vida.

Porque lo sabía. Sabía que nadie sería igual que ella, y siempre la amaría, aunque después de esto ella decidiera no saber de mí. Y yo, siempre de ella.






•••






Al llegar a la cárcel, llevaron a ___ a una celda, la cual no me permitieron el paso. A mí en cambio me llevaron a una sala de interrogatorios.

inteligente. No lo arruines.

Me senté frente a otro oficial, el cual me interrogaría. No me esposaron, sólo me preguntarían.

-Sácate las gafas, por favor -hice lo pedido, dejando éstas encima de la mesa-. ¿Quién te hizo eso?

-Pregúntele a sus oficiales, señor. Tal vez no le digan, pero me golpearon contra la pared, luego al lava-mano, seguido de una patada en mis costillas... Por último -suspiré, con dolor-. Estamparon mi cuerpo contra el espejo -asentí, apretando mis labios-. Lo rompí. Rompí el vidrio.

-Ya veo... -escribió en un papel-. ¿Qué hacías con ella?

Miente.

-La chica me extorsionó.

-La señorita Hara afirma haberla visto entrar a tu departamento. ¿Es cierto?

-Es cierto -asentí.

-¿Qué hacía ahí?

-Me fue a decir que... Si no la ayudaba, le haría algo a Hara, la cual salía de mi departamento al mismo tiempo en que ella entraba.

-Entonces, ¿quiere decir que usted lleva una clase de relación más intima con la señorita Goo Hara? Porque, no entiendo qué hacía ella en su departamento, al mismo tiempo en que llegaba la fugitiva -enarcó una ceja.

-No llevamos una relación íntima -hice una mueca casi automática, la cual deshice de inmediato-. Es una persona y mi compañera de trabajo, por razones obvias no querría que la fugitiva le hiciera algo a la hija del jefe. Y, Hara sólo fue a buscar unos papeles hoy por la mañana -aclaré la voz.

-Está bien -escribió nuevamente-. ¿Te ibas a escapar con ella? -levantó la vista, cuestionando.

-No, sólo le ayudaría.

-¿Entonces por qué Chanyeol compró dos pasajes de avión? -intentaba atraparme.

-Debía hacerlo creíble, ¿no lo cree?

-Correcto... -asintió con la cabeza-. ¿Sabe que mientras usted hablaba por teléfono con Chanyeol, nosotros grabábamos la conversación? ¿Verdad?

-S-siempre lo supe -no lo sabía.

Maldito.

-Okey, esto es todo. El señor Jeon Jungkook es inocente. En lo contrario, ha ayudado con uno de los casos más importantes del país. Sin embargo, el caso aún no será cerrado.

-¿Puedo saber dónde se encuentra ella?

-No, sólo personal autorizado entra a ese lugar.

Mierda.





•••





Había pasado una semana sin saber de ella, ni un poco. Me había peleado con Chanyeol por lo que había hecho. Él dijo que lo habían obligado, pero mi rabia no permitía creerle.

Hara era la única quien en éstos momentos podía hablar con ___, ya que ella era una de las dos personas que estaban autorizadas para ir a verla.

-¿Lo pensaste? -se atraviesa la susodicha por mi camino, con una sonrisa hipócrita y asquerosa.

-No sé de qué hablas. Con permiso -la hice a un lado y seguí caminando por el pasillo.

-De sexo. Tú me das sexo y yo te llevo con ella -era como un mosquito que no paraba de hablar.

-No lo haré -comenzaba a enojarme, pues esta se convertiría en la decima vez que me negaría a ello.

-Sé que mueres por verla -pasó la lengua por sus labios y me recorrió con la mirada, siendo totalmente descarada.

Me detuve, sin embargo, descarté aquella posibilidad de mi cabeza. Apreté mis labios y cerré con fuerza mis ojos. Necesitaba ver a ___, y mientras más tiempo pasaba, más tiempo demoraba en explicarle bien las cosas. Debía hacerle saber que todo esto lo había hecho por ella, y que muy pronto todo mejoraría.

Entonces, inconscientemente pregunté:

-¿Si tengo s-sexo contigo... me llevarás con ella? -mi voz temblorosa.

-Correcto -alzó las cejas, esbozando una sonrisa.

Dentro de mí, algo se trisó. Sabía que me arrepentiría luego, porque justo ahora lo sentía, sin embargo, por mi cabeza no pasaba ningún pensamiento más cuerdo que ver a ___ y llevármela a algún lugar, lejos de todo y todos. Lejos de nuestros prejuicios.

Así que, estúpidamente respondí:

-Acepto.

Hara tomó de mi mano y subimos al ascensor, hasta así llegar al piso tres. Salimos de ésta y la chica tomó de mis mejillas, terminando por acercarse a mi rostro e intentar besarme, no obstante, moví mi cabeza.

No quiero.

No quiero sus labios.

Porque me doy cuenta que su boca no es rojiza y gruesa. La delgada piel que cubre sus labios no está humedecida, y de sus cuerdas vocales no salen insultos que me inciten a querer callarla con un beso.

-Hazlo -ordena.

Niego con mi cabeza, y una lágrima desciende por mi pómulo derecho al ver sus ojos, y darme cuenta que no son los que amo. Simplemente, no son aquellos que podría ver descansar toda la madrugada hasta quedarme dormido, luego de hacer el amor y mirarla cada segundo entre embestidas.

-Sólo dime dónde está -pido, entre lágrimas sin expresión-. Te lo ruego.

Pero Hara sonríe.

-Jungkook, me das lo que quiero o el trato termina aquí.

Entonces, con el pecho reprimido en dolor, asentí tristemente. Ella se acercó y juntó nuestras bocas. No fui capaz de cerrar mis ojos, el momento no lo vale para nada, así que... sólo desvié la mirada.

Hara siguió besando mis labios cerrados, hasta llegar a una puerta roja, ahí sacó una tarjeta de su bolsillo y la introdujo en un lado de la puerta.

Me siguió besando hasta entrar al lugar, ahí se subió al escritorio e intentó desabrochar mis pantalones. Cosas caían del mueble gracias a su desesperación por desnudarme.

Pero no quiero hacerlo. No quiero unirme a ella, y es increíble admitir que preferiría morir antes de que aquello llegara a suceder.

-Oh, amor, tenemos una espectadora... -habla Hara en tono burlesco, riendo y mordiendo su dedo mientras mira sobre mis hombros.

No lo pienso mucho y me separo, atisbo lo que sucede. Y me doy cuenta. Veo el rostro de ___ tras las rejas, junto al yeso en su pie y unos llorosos ojos que brillaban al verme. Brillaban no de felicidad, claramente.

-___... -negué con la cabeza.

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[ Nota importante de la autora ]

Le hice un cambio notable a esta parte de la historia, pero no explicaré lo que fue, para no dar un spoiler de la anterior escena que había escrito antes (cuando era más pequeña y pensaba cosas estúpidas, de hecho todo este libro es estúpido porque lo escribí hace como cuatro años y hoy en día trato de arreglar lo horrible que es), al menos que alguien lo recuerde y mencione en comentarios 🫂🤍


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