|Cap ₅|Desnudos.



—¡¿Qué haces?! —Jeon había abierto la ventana y parado en el marco de ésta, listo para saltar.

No jodas.

Sin pensarlo, corrí a su lado, el susodicho se volteó a mirarme, y yo sin mas tomé de su abdomen y lo tiré causando que éste cayera encima de mí, aplastándome por completo.

Perfecto.

Lo peor de todo no era el hecho de que por un breve instante mis pulmones se paralizaran. Lo peor de todo es que mis piernas estaban abiertas y éste estaba entre ellas. Nos miramos detenidamente sin cortar esa corta y maldita conexión.

Los dos estábamos con la respiración agitada gracias a lo sucedido anteriormente. Ya me estaba incomodando tal silencio. Detestaba la posición tan comprometedora en la que nos encontrábamos. Lo detestaba a él. Todo de él y su tacto.

—¿Qué intentabas hacer? ¿Acaso no sabes que si saltas desde esta altura te puede pasar algo? ¿Estás loco? ¿Quieres morir? —frunzo el ceño, aún mirándonos y nuestros rostros a muy poca distancia, tanto que sentía su respiración chocar con la mía.

—Problema mío si me hubiera pasado algo, eso no te incumbe para nada... —dice con un tono seco.

—Claro que es mi problema, idiota —él enarca una ceja—. ¿Qué haría yo con un cuerpo en medio de mi jardín?

—Claro... —sonríe con pocas ganas y desvía su mirada de la mía.

—¿Qué "claro"? —digo neutral. No tenía ni idea a qué se refería.

—Ya no importa... —de una vez por todas decide levantarse de mi cuerpo, yo hago lo mismo del suelo.

Nos quedamos mirando por unos breves segundos, los dos con el ceño fruncido, como si en verdad nos odiáramos. En todo caso, aquel hecho no se trataba de alguna mentira.

—Si intentas escapar de nuevo —suspiro, y posiciono mis manos en mis caderas—. Hazlo, no saldrás vivo de estos muros —dejé de mirarlo y me encaminé hasta la puerta.

—Pensé que te habías preocupado por mí, porque después de todo soy una persona, ¿no? Creí que quizá, alguien como tú podría preocuparse por la vida de alguien —su voz interrumpe mi paso, me quedé con la mano en la manija de la puerta, dándole la espalda—. Bueno, eso lo pensé por unos segundos, ya que luego dijiste algo que sólo era de tu conveniencia... ¿Nunca piensas en los demás?

Era cierto, él tenía la razón, nunca pensaba en alguien más que no sea yo, pero eso lo fui aprendiendo con los años, no es que siempre fuera así... Me obligaron a serlo, y lo tuve que aprender por las malas, ya que por las buenas jamás lo hubiera hecho.

—Buenas noches —sin expresión alguna, cae una lágrima por mi mejilla derecha, él no llegó a notarlo, pues estaba de espaldas.

¿Cómo es que sus palabras me hicieron sentirme así? ¿Un maldito policía me había hecho llorar?

—Dejé comida en la mesa de noche, duerme bien.

Cerré la puerta con seguro por fuera, y bajé a la sala. Encontré a mi amiga Solar parada en la entrada junto a su instrumento. Se veía furiosa, pero cuando captó mi presencia se puso peor.

—¡Maldita insensible, estuve cuatro horas buscándote como loca por todo centro comercial! ¡Hace veinte minutos me percaté que no te encontrabas y tuve que pedir un maldito Uber! —deja su instrumento a un lado del sofá y camina en mi dirección.

Ella quería darme un puñetazo. Yo me lo daría si fuera ella.

—Tuve que hacer unas cosas, hubo algunos impedimentos... —la esquivo y me siento en el sofá.

En realidad, las palabras que me había dicho Jeon me habían dejado mal. Había recordado mi pasado y no fue muy agradable.

—¡¿No me estás escuchando?! —exclama en frente de mí, yo nada más me limité a mirarle los ojos.

—¿Listo, terminaste? ¡Por ir a esa mugrosa tienda me he tenido que encontrar con el policía del otro día! —ella se paralizó en seguida, cabizbaja—¿Contenta? Casi me arrestan...

—¿Qué? ¿Casi? ¿Por qué casi...? ¿___...? —se sienta a mi lado.

—Me lo he tenido que traer... Está arriba en mi habitación —mascullé, no muy orgullosa.

—¡¿Qué?! ¡¿Estás loca?! —se levanta del sofá y empieza a hacer gestos con sus manos, caminando en círculos.

—Deja el sermón para después, que Hwasa ya me ha gritado bastante.

Suelta un fuerte suspiro de frustración, sin mirarme. Estaba completamente roja.

—Iré a dormir, mañana hablaremos todas sobre esto... —se va.

Iba a reincorporarme en el sofá para dormir ahí, ya que mi habitación yacía ocupada. Hasta que recuerdo que no tenía ni una manta y pasaré frío por la noche, así que, simplemente voy por una.

Subo las escaleras y toco la puerta de mi habitación. Será mi cuarto, pero ahora hay otra persona que está ahí dentro y no quiero encontrarme con algo que no quiera ver.

—Pasa... —se escucha desde el interior.

Abro la puerta. Jeon estaba sentado en la orilla de la cama, mirándome apenas llegué, mientras jugaba con sus manos, no le tomé importancia a su presencia y caminé a mi armario donde se hallaban mantas, saqué una y caminé a la puerta.

—Oye... —interrumpe mi salida.

—¿Qué? —digo en un tono frío. Lo miro a los ojos.

—Duerme en tu cama, no quiero ser una molestia aunque tú me hayas traído sin mi consentimiento.

Así que esto es raptar un policía.

—No, dormiré en el sofá, mañana arreglaremos el problema de dónde dormirá cada uno, adiós. —me volteo y salgo de la habitación.

Vaya, suenas como si se quedara por el resto de su vida en esta casa.

Tal vez.




•••





Por el rayo de luz que entraba por un costado de las cortinas de la sala, deduciría que son por lo menos las siete de la mañana, así que decido encaminarme a mi habitación para ir a darme un baño, estaba muy estresada por todo este asunto, y una ducha ojalá me ayudase.

Abrí la puerta de la habitación con suma lentitud para no hacer ruido y que Jeon no despertara.

Al entrar completamente a la habitación, cierro la puerta muy cuidadosamente. Pude encontrarme con la imagen del anterior nombrado completamente dormido, con su boca media abierta y arrullado entre las sábanas. Parecía un bebé, no un policía con una fuerte autoridad, definitivamente aparentaba todo lo contrario a una autoridad, además de que no se hallaba con su uniforme de trabajo, ni su placa.

Caminé al baño en puntillas, me adentré en éste, saqué mi ropa quedando totalmente desnuda y me dispuse a ducharme.




•••





Envolví mi cuerpo en una toalla color blanco que me llegaba hasta la mitad de los muslos.

Jalé la manija y di un paso afuera del baño, pero antes de poder reaccionar a tal presencia que se encontraba delante de mí, ya había caído al suelo encima de él, sin toalla, desnuda y muriéndome de la vergüenza.

Mierda.


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No quería explicarlo, ya que a veces me gusta que se den cuenta por sí solos, pero ya que varias personas no han entendido muy bien las acciones de Jungkook hasta el momento, necesito escribir esto.

Jungkook está desarrollando el síndrome de Estocolmo.

¿Qué es el síndrome de Estocolmo?

Trastorno psicológico temporal que aparece en la persona que ha sido secuestrada y que consiste en mostrarse comprensivo y benevolente con la conducta de los secuestradores e identificarse progresivamente con sus ideas, ya sea durante el secuestro o tras ser liberada.

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