|Cap ₁₀|¿Debería castigarte?



—Un gusto, oficial Jeon —hace una reverencia con su cabeza, como si con eso arreglara todo.

—H-hola —el susodicho deja los palillos a un lado.

—Veo que la casa está bien —la morena observa parte del comedor y la sala—. La cocina está bien, y el policía Jeon aún no está muerto —asiente con la cabeza.

—Son molestas... —me levanto de la mesa, fijé mi mirada en la de Jeon, tomé su mano y lo jalé para que se levantara de la silla.

—Ey, ¿a dónde vamos? —pregunta, poco confiado.

Dejé a mis amigas atrás y guié a Jungkook de la mano, sacándonos de la sala. Pasamos por la puerta que llevaba a la planta baja, bajamos por las escaleras, dejándonos a la vista todos nuestros deportivos y motocicletas.

—Escoge uno, hoy saldremos a dar un paseo —lo suelto de la mano y me cruzo de brazos.

Pude ver de reojo que éste estaba con la boca a medio abrir, estático.

—¿S-son todos de ustedes? —seguía mirando cada vehículo y moto que albergaba en el cuarto.

—No tenemos toda la noche, elige uno antes de que escoja uno al azar —chasqueo la lengua.

—¿E-estás consciente de que esta sería una posibilidad de escapatoria? —voltea a mirarme.

—No lo harás —puse los ojos en blanco.

—¿Y cómo lo sabes? —enarca una ceja.

—No lo permitiría. ¿Eliges o...?

—Eres extraña, ¿lo sabes? Estás completamente loca.

—Lo sé, ahora apresúrate que por mis amigas no te sacaría ni de mi habitación, agradece que te dejaré salir a ver la noche y además conducir —ni yo me lo creía.

Todo contenía tan poca coherencia. ¿Qué tipo de secuestro era este? Poco me importaba.

—Está bien, está bien... —posa sus manos en sus caderas, mira nuevamente los vehículos y alarga un suspiro pesado.

—¿Te decidiste? —cuestiono, cuando empiezo a escuchar las voces de mis amigas asomarse por las escaleras.

Sabía que ellas ni de en broma me dejarían salir con Jeon, quien perfectamente podría escapar, para así delatarnos como un buen policía. Pero me arriesgaría, sabía que no escaparía.

—¿Te puedes apurar? ¡Mis amigas vienen! —elevo un poco más la voz.

—Quiero... —posa su dedo medio e índice en los labios, pensativo—. Quiero la moto —apunta la nombrada.

—Bien —camino a uno de los muebles y abro un cajón, en ésta estaban las llaves de todas las motos. Saco la llave de la Macchia Nera Concept—. Toma, apresurémonos —se las entrego a Jungkook.

Antes que nada, tomé dos cascos negros, le pasé uno a Jeon, se lo puso. Yo hice lo mismo con el mío.

Éste no tardó en seguir mis movimientos y caminó a la MNC, se subió e incrustó la llave, me senté en la parte de atrás, posicioné mis manos detrás de mí, dónde perfectamente me podía sostener.

Jungkook partió y salimos de ahí, junto a los gritos de mis amigas.

—¡___, no folles sin condón! —gritó la rubia.

—¡Vuelve aquí, mocosa! —gritó la morena.

A la mierda todo.

Saqué el pequeño control de mi bolsillo trasero, el cual abría el gran portón. Apreté un botón y ésta se abrió de inmediato. Jungkook siguió manejando con una mediana velocidad por la larga carretera desolada y alejada de toda la ciudad. Salimos de ahí por en medio del bosque.

El viento chocaba con mi cuerpo, mis manos empezaron a helarse, la velocidad poco a poco fue aumentando cada vez más. Estábamos llegando al centro de Seúl, aquel hecho me hizo sentir un poco insegura, pues después de todo yo no tenía el mando.

Saqué con cuidado mis manos del lugar en el que estaban agarradas, y con cuidado, las posicioné en el abdomen de Jungkook, el cual se encontraba cubierto por una sudadera color blanca, éste se sobresaltó nada más un poco. Posé mi cabeza en su cálida espalda y cerré los ojos. Estaba cómoda, él era cálido.

Pude notar cómo Jungkook bajaba su mirada a mis manos.

—Mantén la mirada en frente, no queremos un accidente —al decir aquello, Jeon no tarda en dejar nuevamente su vista en la carretera.

—¿A dónde vamos?

—¿Ves esa colina de allá arriba? —le apunto con mi dedo.

—Sí, ¿vamos ahí?

—¡Woah! Después de todo no eres tan tonto, Jungkook...

—Tonta.

—Por cierto, si intentas algo, te mataré aquí mismo. Además que es de noche, ya no hay tantas personas como en el día, así que... Si intentas escapar, será en vano —advierto.

Obviamente mentía, jamás lo asesinaría, nunca me han agradado esas cosas. Aunque, aún así, sería una forma de amenazarlo que quizá funcionaría, sobre todo porque al parecer, él sí me cree capaz para todo.

Mientras mantenía mis manos en el abdomen de éste, pude recordar lo de esta mañana, al ver su cuerpo semidesnudo. A mi mente llega la soslaya imagen de su abdomen marcado y húmedo.

Ahora mismo estaba sintiendo sus cuadritos, y como toda persona no tan tímida, me atreví a tocar más allá que su camiseta, llevando mis manos a los costados de ésta y pasándolas bajo la tela, abrazando nuevamente a éste, pero esta vez piel con piel. Estaba muy cálido, mucho más que con la tela encima.

—¿Qué haces? —pregunta, mientras nos encontrábamos subiendo una carretera inclinada, la cual llevaba a la colina.

—Cállate, tú maneja, tengo frío —me arrullo en su espalda.

Al llegar a tal dicho lugar, tuve que despertar de mi trance junto el abdomen de éste, ya que Jeon había apagado el motor. No dije ni una sola palabra, sólo bajé de la moto, me saqué el casco y lo dejé en el asiento, arreglé un poco mi cabello, aunque nunca está muy ordenado que digamos.

Pude apreciar la hermosa vista de Seúl, era hermosa, se podían ver todas las luces de las casas, edificios, los faroles, entre otras maravillas.

—Es hermoso, ¿verdad? —miro a Jungkook, el cual se había sacado el casco recientemente.

—En realidad... es muy lindo —se acerca un poco más a mí y queda a un costado.

Los dos apreciando el lugar lleno de vida y luz. Todo desde esta perspectiva parecía tan sereno. Casi se me olvidaba que nada parecía realidad. Definitivamente, no aparentábamos ser polos opuestos. ¿Quién se imaginaría a un policía y una criminal conviviendo? Nadie.

—¿Dónde vives?

—¿Para qué? Lo que tú quieres es irme a manosear por la noche —ríe por lo bajo.

—¿Cómo adivinaste? —sarcástica.

—Que me toques bajo la camiseta, es un indicio de tus verdaderas intenciones —me codea.

—Fue un tip de supervivencia contra el frío.

—Ya, el frío —alza las cejas.

—Lo siento, no suelo meterme con personas de la ley. Paso, pero gracias —me encojo de hombros.

—¿Y si no fuera policía?

—Tal vez... —lo miro a los ojos—. No lo sé, depende.

—¿Depende de...?

—Mierda, siempre preguntas todo, pareces un niño de tres años que apenas aprendió a hablar.

—Información es poder.

—Pero esta clase de información no es para nada necesaria.

—Claro que lo es, prófuga —susurra lo último.

—No lo creo —contradigo.

—Juguemos a algo... —aclara la voz y se cruza de brazos—. Yo como buen oficial tendría que castigar a una criminal como tú. ¿No lo crees?


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Les presento un dibujo hecho por mí 🌹 Ya saben qué lugar es, ¿verdad? Jajaja, es obvio <3 (Es mi primer intento de dibujo que hago en digital) T.T


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