|Cap ₃₃|Bajo control.
Luego de la acción de aquella chica, Jungkook volteó a mirarme y asintió con la cabeza, como diciéndome que todo se encontraba bien y no me preocupara por lo que sea que estuviera pasando en estos momentos. Luego, le dirigió la palabra a Chanyeol, éste mismo me observó, sonrió y me hizo señas con las dos manos.
¿Éste chico siempre era así de alegre?
Pronto, había captado cómo el amigo de Jeon caminaba en mi dirección. Y, había recordado lo que me había dicho Jungkook, pues no debía hablar con nadie que se me acercara.
¿Cómo lo haría ahora?
El chico llega a mí, se posiciona a mi lado, cruzado de brazos, mientras observábamos cómo los policías hacían su trabajo.
—¿Te gusta Jungkook?
¿En serio me está preguntando algo así?
De todas maneras, no podía hablar, por lo que no le respondería.
—Veo que no contestas... —dejó la mano en su mentón, afilando el mismo—. Puedo deducir que te gusta, ¿no es así?
No respondí, tampoco haría una señal con mi cabeza, sería lo mismo.
—Mhm... Malas noticias... —volteé a mirarle, topándome con su perfil izquierdo—. La nueva... La alumna en práctica —hizo una señal con su cabeza hacia adelante—. Ella se quiere comer a Jungkook... Mhm... Sí... Es lo que yo digo —fruncido de ceño, dudoso.
¿Tan directo?
—Veo que no dirás nada al respecto... Ya veo... —posicionó sus manos en sus caderas—. Se llama Goo Hara, por si querías saber. Es algo irritante, no te voy a mentir —volteó a mirarme, con una sonrisa incluida.
A la mierda.
—¿Cuántos años tiene? —fue lo primero que cuestioné, desde el momento que había llegado Chanyeol.
—Vaya, ahora te interesa... Lástima, me están llamando desde allá —apunta y comienza a caminar, sin embargo lo detengo del brazo.
—Espera, sólo... ¿Nos podemos juntar?
—Mhm... Tal vez... Este sábado tengo tiempo —saca un pequeño papel de su bolsillo, y me lo entrega. Lo tomé entre mis manos, se trataba de su número telefónico.
¿Quién anda con un papel, y su número dentro? Bueno, al menos yo no.
Él se fue, dejándome sola nuevamente.
Ésa tal Hara... Sólo sabía que era una alumna en práctica, y además un poco irritante. ¿Qué más, además de querer comerse a Jungkook?
Mátala.
No.
Tendrías el camino libre. Mátala.
¿Por qué dices cosas tan sádicas?
Soy tu subconsciente, tú eres la loca aquí.
Perfecto, ahora estoy loca.
Negué reiteradas veces con mi cabeza, desaprobando mis pensamientos.
Desde mi punto de vista, podía analizar los movimientos de Jungkook, éste se colocaba un chaleco antibalas, cargaba su arma de fuego.
•••
El castaño me había dejado en su auto, dijo que lo esperara, que no me moviera de ese sitio o sino alguna cosa podría salir mal. Prometió que todo estaría bien, y elijo creer.
No lo estará.
Mi miedo se encontraba presente en todo momento, por el simple hecho de no saber qué pasaría dentro de aquel lugar. ¿Mis amigas estarían ahí? Nunca creí que verdaderamente podría llegarles a suceder algo.
Tenía las manos entrelazadas entre sí, los ojos cerrados con fuerza.
—Por Dios, Jungkook... —de uno de mis ojos brotó una lágrima—. Tráelas, por favor...
Abrí inmensamente mis parpados al escuchar un disparo. Causando que los pájaros salieran de sus nidos, espantando a los pequeños animales que se encontraban por el lugar. Me abracé a mí misma, dándome consuelo.
Luego, pude escuchar una sirena de ambulancia, la cual se acercaba cada vez más al lugar. Al llegar la ambulancia, de ésta salieron cuatro paramédicos. Desde dentro del auto, los nervios se olían, mis nervios lo hacían.
Hasta que pude observar cómo Jungkook traía a una de mis amigas entre sus brazos, Chanyeol traía a Solar, lo pude notar por su rubio cabello. Éstas venían inconscientes, con unas mascarillas faciales puestas, aunque sabía que si en algún instante se las arrebataran, sería nuestro fin. Y eso, sería lo más probable.
Salí del auto, rápidamente corrí a ellos. Me acerqué a Chanyeol, quien traía a Solar. Su rostro estaba sucio, traía la misma ropa que ese día de la fiesta. Los paramédicos las reciben y dejan en las camillas. Intenté ir con ellas, sin embargo, Jungkook me sujetó de la cintura, impidiéndome así el paso.
—¡Suéltame! —con mis uñas, empecé a dejar marcas en las manos de Jeon—. ¡Quiero ir con ellas! —Jungkook le dio la vuelta a mi cuerpo, dejando mi cabeza posada en su pecho, éste acarició mis cabellos con delicadeza—. Por favor... Dime que estarán bien... —sollocé en su pecho.
—Ellas están bien, todo está bien.
•••
Me hallaba sentada en la sala de mi casa. Con mis codos apoyados en mis muslos, mis manos cubriendo mi rostro. Preocupada. Jungkook había mandado a mis amigas a casa, con un equipo de enfermería, un doctor. Dijo que si estuvieran en el hospital, sabrían sus identidades, obviamente.
Y la verdad no entiendo cómo ha logrado armar todo esto.
Había pasado una semana desde el delito. No había visto a Jungkook en cinco días. Lo último que dijo antes de salir de mi casa, fue: Tengo todo bajo control.
Hoy era sábado, el día en el que me encontraría con Chanyeol. ¿Qué se me había pasado por la cabeza al acordar una salida con él? A simple vista, me veía como una celópata que querría saber todo sobre la perra quien tiene a la vista mi presa de carne. Bueno, esa fue una rara comparación, pero Jungkook es la presa de carne.
Tomé las llaves de una moto, y salí de casa.
|Pov Jungkook|
Esperaba que todo estuviera bajo control. De todos modos, aquel día al encontrar a las amigas de ___, les había puesto una mascarilla a cada una. Chanyeol me preguntaba el porqué, no obstante, lo ignoré por completo y sólo respondí; "haz lo que te pido". Y, para que el plan funcionara, tuve que encargarme de todo el papeleo tras el caso.
Odiaba mentir, pero a veces era necesario, si era por una de estas razones. Bueno, ___ era mi razón.
Sin querer, le había tomado extrañamente cariño a su persona. Y el hecho de que no quiera tener un bebé se había vuelto complicado, digo, yo tenía decidido ser padre junto a ella, y no podía entender la razón por la que ella no querría tener un bebé conmigo. Tampoco pretendía insistir, pues simplemente no puedo obligar a alguien a tener un bebé. Es estúpido, sin embargo, y sin querer, yo lo estaba haciendo.
No soy una mala persona.
Pero sí algo egoísta, crack.
En estos momentos, Hara era el nuevo problema. Es la nueva aprendiz, y yo soy su "profesor", por decirlo de alguna manera. Pero aquel no era el único problema. Lo que me mantenía preocupado era todo de Hara, pues estaba obsesionada con meter a las tres criminales más buscadas de toda Corea del Sur, a la cárcel.
Hara no se rendiría hasta meter a mi ___ tras las rejas.
No lo permitiría.
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