CAPITULO 7
-Claro que no lo eres, no tienes la grandeza suficiente para ser como yo.- sonrió Erik orgullo y se acercó lentamente.
-Creí que llegarías dentro de dos semanas, comento Charles.
-Para tu mala suerte no.- dijo sin dejar de ver a su hija –Así que mi hija...-
-No soy tu hija- interrumpió.
-Iba a decir mi hija no deseada, pero como siempre te gusta adelantarte a las cosas.-
-Erik es mejor que te vayas.-comentó Charles.
-¿No eras el que decía que tenía que interesarme más por ella?- cuestionó. –Sabes... No me sorprende que cometas estos problemas, te gusta meterte en líos, pero ni para eso eres buena.- dijo Erik. –Eres tan estúpida, no sabes donde dejar de meter tu nariz.-
-Erik- dice Charles.
-Ahora gracias a tu estupidez vamos a estar en la mira, y sobre todo Wanda y Pietro.-
La menor soltó una risa sin gracia –Ya te estabas tardando en meter a esos dos a una conversación que ni al caso.- lo miró.
-¿Aún sigues sin aceptar que ellos son mejor que tú? ¿O porqué lo celos?-
-Y aquí vamos... De verdad que no puedes dejar de hablar de tus gemelos ni por cinco minutos, diablos que aburrido es escucharte.-
-Solo lo dice alguien que no vale nada de lo que ellos valen.-
-Erik ya lárgate- dijo molestó Charles.
-Te molesta que diga la verdad, lo sé, pero solo mírala.- mira a charles –No puede ni con su vida y tienes que contratarle un guardaespaldas que lo único que sabe es disparar.
-Tengo una buena puntería ¿Quiere probar?- dijo Frank, estaba molesto.
-Tú ni siquiera tienes el derecho a hablarme, simple humano- lo miró. –Tú no tienes nada que ver aquí.- le comentó. –Es mejor que salgan ambos. –mira a los dos hombres.
-El que se tiene que ir eres tú, es nuestro asunto.- se acercó Frank a Erik, no tenía miedo.
-Déjennos solos.- dijo Lorna seria y miró a Charles. –Por favor.-
Ambos hombres sin ganas salieron del lugar y cerraron la puerta.
-No debimos venir.- comentó Frank estando afuera.
-Solo tenías una tarea Frank.- reprochó Charles.
-Escucha, esos hombres si o si iban a dar con Lorna tarde o temprano y estaría en dobles problemas, ahora estamos envueltos en esta mierda y yo sé a qué nos enfrentamos, no la van a dejar a menos que resolvamos esto.-
Padre e hija miraron como ambos hombres salieron por la puerta, Lorna lo miró, sabía que todo iba a salir mal, pero por alguna extraña razón tenía esperanza de que esta vez su padre se diera cuenta del daño que le hacía a ella, todo el tiempo que estuvo encerrada le guardó mucho rencor, pero muy en el fondo de ella está dispuesta a intentar a tratar de llevarse bien con él.
-¿Por qué eres así conmigo? ¿Qué demonios hice?- soltó Lorna.
-Para que responder algo que tú ya lo sabes.-
-¿Qué? ¿Decepcionarte a caso? ¡¿Decepcionarte de qué?! ¿Por no haber rendido mucho tiempo en tus malditos entrenamientos?-
-Oh por favor no empieces ya estoy cansado de que vengas siempre con lo mismo ¿Qué no sabes otra cosa que decir?- la miró molesto.
-Si, por es que injusto, muy injusto, tú sabes muy bien que hice cada cosa que me pediste, entrené por horas, siempre, SIEMPRE hice todo lo que me exigías a pesar de estar cansada y jamás fue suficiente para ti.-
-Porque no eres perfecta, y jamás lo serás- la miró. –Hice todo a mi alcance para que fueras la mejor mutante de todos y lo único que hacías era quejarte y cuando te esforzabas lo hacías todo mal y a tu maldita manera mediocre.-
-Yo solo quería ser diferente, ser perfecta a mi manera.-
-Cosa que jamás lograste.-
-¡¿Por qué carajos me odias?! Desde que tengo memoria, me has repudiado y varias veces te has querido deshacer de mí- sus puños se cerraron con fuerza. –No sabes el daño que todo este tiempo me haz hecho, desde que tengo memoria trate de complacerte, siempre me esforcé en hacer las cosas bien para recibir un puto abrazo tuyo y lo único que hacías era castigarme- la cara de Lorna enrojeció.
-Lo hacías con errores, no te iba a premiar con ese trabajo mediocre.-
-Y cuando Wanda cometía un error, fuiste tan comprensivo con ella, no sabes cuantas veces te vi abrazarla y premiarla...- la voz de lorna empezaba temblar. –Todo el tiempo la llenaste de halagos y cariño, algo que jamás me diste, ¡JAMAS CELEBRASTE CONMIGO UN CUMPLEAÑOS!- Le gritó –Cada que llegaba el día se te ocurría salir con los gemelos.-
Erik se quedaba mirándola sin expresión alguna, mientras Lorna empezaba a perder el control con sus emociones que había guardado tanto tiempo.
-No estabas cuando me enfermaba, pero si estabas con ellos...- Lorna empezó a lagrimear. –Me despreciaste y lo sigues haciendo ahora, no sé qué mierda hice.-
-¡NACER!- exclamó molesto su padre y las cosas de metal que había en el lugar se cayeron.
Lorna abrió un poco más sus ojos llorosos, pero eso a Erik no le importo.
-Yo estaba tan feliz con mi vida tenía una esposa y dos hijos perfectos, era lo único que quería en esta vida, estaba orgulloso de lo que había conseguido- dijo molesto mirando a su hija. –Hasta que tu madre apareció un día en mi casa diciéndome que esperaba un hijo mío.- soltó una risa sin gracia. –Le di dinero para que te abortara y le dejé claro que no la quería volver a ver nunca, pero claro meses después, la muy maldita no lo hizo y al nacer fue a buscar a mi esposa y contarle todo.-
Lorna hirvió de furia al enterarse de todo eso.
-Y gracias a ustedes perdí mi matrimonio, por suerte mis hijos no se acuerdan de mucho.-
-¡No puedes culparme por eso!-
Afuera de la oficina se encontraba Frank y Charles escuchando todo lo que estaban diciendo.
-Voy a entrar.- Dijo Frank.
-No, si lo haces empeoraras las cosas.- respondió Charles.
Erik Furioso la miró. –Claro que puedo, le dije que te abortaray no lo hizo y tú... Siempre fuiste un error que nunca debió ocurrir, por eso te deje en varios orfanatos, pero ¿Adivina? Nadie te quería adoptar, porque estas destinada a quedarte sola, hasta que Charles me obligó a traerte conmigo, y trate de aceptarte, pensé que no había sido tu culpa y a pesar de todo supe que tenias un gran poder.- caminó por toda la oficina. –Pensé que con entrenamiento y mi crianza serias igual de grande que Wanda, pero adivina que, eres todo lo contrario, un error, una basura, alguien inútil que esta destina al fracaso constante, una bipolar que nadie soporta, créeme que cuando vi esta noticia la verdad me dio tanta dicha de saber que estas cerca de que te atrapen.-
-¡POR TI HUBIERA DADO LA VIDA!- las ventanas se quebraron. -¡También soy tu hija!-
-Mis únicos hijos son los gemelos, mi única hija es Wanda y si por mí dependiera salvar la vida de alguna de las dos, no pensaría dos veces salvarla a ella o mancharme las manos por mi niña.-
-¡ERES UN MALDITO IDIOTA!- en ese momento Frank y Charles entraron al lugar, tenían que sacarlos de ahí -¡Tú y tus malditos hijos se pueden ir al demonio!- se acercó a él. -¡Y más la maldita zorra de Wanda!- Gritó furiosa reventando los focos del lugar, Erik al escuchar aquello último le soltó una cachetada a Lorna.
Frank molesto por lo que vio se tenso, pero antes de caminar con dirección a Erik, Charles lo detuvo.
-Le irá peor- uso la telepatía para avisarle.
Lorna tocó su mejilla roja y lentamente regresó la mirada a Erik con una sonrisa cínica, aunque por dentro estaba llena de impotencia.
-Ella es mil veces mejor que tú, tú solo serás una maldita basura, destinada a estar sola y al fracaso, la verdad duele Lorna, así que acéptala, eres una vergüenza para esta familia, así que lárgate o te juro que yo mismo te llevo con el Servicio Centinela.- comentó su padre y se dio la vuelta para irse sin decir nada más.
La pelinegra se quedó sin habla, el ambiente estaba tenso, pero Charles habló, se sentía culpable por todo lo que había pasado.
-Lorna yo lo lamento mucho.- habló.
-Estoy bien- lo miró y después a Frank –Nos vamos-
Frank asintió y caminó a la puerta al igual que Lorna.
-Gracias por preocuparte por mi Charles, pero es mejor que siga mi camino sola.- lo miró por el marco de la puerta. –Gracias por todo lo que has hecho.- sonrió.
-Lorna...- suspiró, no quería que se fuera y menos sabiendo que corría peligro, pero confiaba en ella y sabia que saldría de esta. –Ten cuidado.- la mencionada asintió y se fueron de ahí.
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La mutante y el justiciero salieron de la mansión, alejándose en el auto, todo estaba incomodo; Lorna estaba en shock y Frank no tenia palabras que decir con lo que vio.
-¿Cuál es el siguiente plan?- pregunto Lorna, no quería sentirse incomoda y solo quería olvidar lo sucedido.
-Bueno son como 5 horas en auto de aquí a Salem.-comentó.
-Creo que ese de ir de estado en estado no es lo suficientemente rápido si queremos arreglar esto rápido.- sonrió levemente.
-Descuida llegaremos mañana, ahorita iremos con un viejo amigo, nos puede ayudar con esto también, igual necesito armas.- comentó mientras colocaba algo de música.
-De acuerdo.-
En todo el camino Lorna se la pasó callada, algo que era muy raro para el mayor, solo fue una hora de regreso cuando al fin llegaron a donde Curtis, un viejo amigo Marine de Frank.
Al llegar tocaron la puerta, enseguida el moreno abrió y al ver a Frank sonrió y se hizo a un lado para dejarlo pasar, se dio cuenta de que venía con la mujer de la que todos estaban hablando.
-Curtis, perdón por llegar así.- se disculpó Frank
-De hecho te esperaba, sabía que ibas a venir- le sonrió y lo abrazo. –Es un gusto verte amigo.-
-Lo mismo digo Curt.- dio unos golpes en su espalda.
-Veo que hiciste una amiga.- al separarse fue con Lorna y le extendió la mano. –Un gusto, soy Curtis Hoyle, amigo de Frank.-
-Lorna Dane, que gusto conocerte.- estrecho su mano y le sonrió.
-Adelante tomen asiento, están en su casa; estaba haciendo la cena, espero les guste la pasta con albóndigas, es mi especialidad.- miró a Lorna y ella solo sonrió amablemente.
Poco después los tres tomaron asiento en la mesa para cenar, Frank puso al tanto a Curtis sobre el problema de Billy y todo lo que habían pasado. Lorna casi no habló mucho, estuvo callada la mayor parte del tiempo. Al terminar le agradeció Curtis por la cena, este le dijo que ella podía quedarse en la habitación de invitados.
Momentos seguidos de esto cuando Frank y Curtis se quedaron solos, el moreno no pudo evitar preguntar acerca de la mutante.
-Sabes dime entrometido, pero no se ve nada bien ¿Crees que enserio quiera continuar?-preguntó su amigo mientras lavaba los platos.
-Tuvo un día difícil, tuvimos que ir de regreso con Charles Xavier y se encontró a su padre- suspiró. –Se odian demasiado, hubieras escuchado todo lo que le dijo.- negó. –Tres hijos y a uno lo aborrece.-
-Vaya... No sé que hubiera hecho yo.- fue a la venta y cerro esta, pues la lluvia había caído cuando empezaron a cenar.
-Quería hacer algo al respecto, pero no quería desatar más desastre.- frotó su cara.
-Veo que te preocupa mucho.- comentó el moreno con una leve sonrisa.
Frank notó esa sonrisa y negó. –Sí pero no es lo que piensas, hice una promesa que la cuidaría, la verdad ha ayudado mucho en esto de ir tras Billy.-
-Si claro... Deberías hablar con ella, seguro lo necesita.- dijo enjabonando un plato mientras lo miraba. –Anda ve, yo termino aquí.-
El pelinegro suspiró y se levantó para ir a la habitación donde se había quedado, tocó la puerta varias veces pero no fue atendida, así que decidió abrirla, pero Lorna no estaba por ningún lado, apresurado fue a la ventana que se encontraba abierta, se asomó y escuchó un sollozo, levantó la vista y miró arriba una silueta sentada en la orilla de un edificio que se encontraba en frente, Frank suspiró y salió por la ventana.
Lorna se encontraba sentada en la orilla de la barda del edificio, estaba empapada de pies a cabeza, tan sumida en su llanto que no escuchó a Frank acercarse.
-No sé si lo notas, pero está lloviendo.- dijo detrás de ella a tan solo un metro.
La mutante cesó su llanto en seguida y rió un poco. –Me gusta la lluvia.- sorbió la nariz y Frank tomó asiento a su lado.
-Se que no es mi asunto, pero lamento lo que paso.- le dijo el hombre y Lorna solo negó.
-No... Yo lamento que hayas escuchado todo eso- relamió sus labios.
-Tenías razón sobre tu padre, es un completo idiota.-
-Es una mierda de padre.- se encoge de hombros y soltó una risa sin ganas. –Cuando le dije todo eso... Una parte de mi tenia esperanza de que esta vez se diera cuenta de lo que me ha hecho.- negó y cubrió sus ojos un momento con su diestra. –Pero no fue así, no sé qué demonios estaba pensando, siempre seré la bastarda.- lo miró. –Pero sabes... Tiene razón, en todo lo que dijo él tiene razón.-
-No Lorna.- dijo de inmediato.
-Claro que si.- sollozo. –Crecí en a la sombra de mi media hermana... Erik jamás me vio como una hija, sino como un estorbo, un gran error... Lo soy tanto que varias veces trato de deshacerse de mí- soltó en llanto. –Cuando supo que tenía bipolaridad, fue la mejor oportunidad para él y encerrarme en ese hospital, privada de mis habilidades.- miró al cielo unos momentos mientras las gotas de lluvia se mezclaban con sus lágrimas. –Estoy destina a estar sola... A ser un problema, no sé hacer las cosas bien, soy un dolor de culo, Frank.- sorbió la nariz y lo miró –Y sé que no me vas a dejar mentir, por mi culpa ahora todos saben que estás conmigo, lo siento tanto.- dijo con un hilo de voz.
El mayor no podía verla de esa manera, soltó un suspiró. –Escúchame, no eres nada de eso, me importa un carajo lo que dijo y lo que piense, es un hijo de puta completamente.- comentó algo molesto. –El no vio como te les enfrentaste al servicio centinela, lograste sacarle información a un miembro de un cartel, le seguiste los pasos a Billy y casi logras atraparlo, eliminaste a miembros del cartel, Lorna pudiste con eso y sé que podrás con más.- la chica tenía la cabeza gacha –Eres muy valiente, tu padre te odia solo porque no pudo controlarte y no parecerte a su otra hija, mientras ella hace las cosas a la manera que él quiere, tú estas aquí siendo libre, siendo autentica haciendo las cosas a tu manera, los errores que cometes te hacen ver en que estas mal pero no te tiran, al contrario te levantan para intentarlo nuevamente.- puso una mano en su hombro. –Eres perfecta a tu manera, jamás había visto a una mujer tan temeraria, valiente, poderosa y con un buen gusto en la música y la forma de vestir.- Lorna soltó una risa leve. –Para mi eres mejor que los imbéciles que tienes por familia, seguro nadie te lo había dicho antes, pero me alegra ser el primero en decirte que eres maravillosa.-
Las palabras de Frank la reconfortaron y al escuchar lo último soltó una risa combinada con el llanto, tenía razón; jamás lo había escuchado. El castigador se acercó un poco más y la abrazó, Lorna se aferró mientras seguía llorando.
-Gracias- susurró y estuvo así por un rato hasta que dejó de llorar.
-¿Ya estas mejor?- Preguntó Frank y ella asintió.
Se separaron y Lorna limpió sus lágrimas mientras sorbía su nariz que estaba roja por el llanto. –Pensé que eras del tipo que... No diría estas cosas.- sonrió.
-Bueno... Creo que nadie debe estar solo cuando hay tristeza de por medio.- la miró y Lorna sonrió.
-Gracias.- murmuró y se dio cuenta que en segundos Frank hizo un gesto de extrañeza al mirarla. -¿Qué sucede?-
-¿Soy yo o... Te estás derritiendo?- preguntó y miró como su hombro desnudo empezó a escurrir agua negra.
-¿Qué?- Lorna bajó la mirada a su hombro y tocó el agua negra, suspiró haciendo una mueca. –Demonios...-
La poco luz de la luna y la de las lámparas que estaban cerca, permitieron que Frank viera como el cabello de la chica cambiaba a color verde esmeralda y en como el negro iba cayendo.
-Pero....-
-Es tinte.- se apresuroLorna y soltó una leve risa. –Mi cabello natural es de color verde, solo que suelo teñirlo.-
-Eso es increíble ¿Por qué lo tiñes?- preguntó. –Pareces un brócoli- soltó una risa.
Lorna rodó los ojos. – Por esa razón me lo tiño.-
Frank siguió riendo un poco. –Lo siento, pero me gusta como apodo, fuera de eso, me gusta como se ve.- la miró. –Y dices que no eres especial.- bufa y niega para después pararse.- Lornasonrió y bajó la mirada.
-Será mejor que regresemos, necesitamos descansar para llegar a Salem y no me quiero resfriar.-
Lorna se levantó y caminó detrás de él para entrar por la puerta de la azotea, así para regresar a la casa de Curtis.
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