CAPITULO 14
Horas después habían dejado a Curtis y Lieberman en sus respectivos hogares. Poco después Frank y Lorna habían llegado al departamento, de inmediato tomaron turnos para darse un baño y quitarse la sangre que tenían en la ropa y en el cuerpo.
Frank estaba en la cocina sirviendo whisky, Lorna entro secando su cabello con una toalla.
-Claro, yo se lo diré, por favor cuídate.- dijo el mayor y colgó el teléfono.
-¿Todo bien?- Pregunto la mutante.
-Sí, era Karen, te agradece por salvarla.- le ofreció un vaso.
-Fue todo un placer, me agrado.- sonrió aceptando y dándole un sorbo.
-Ira a visitar a Matt unos días, así que estará segura, le dijo a Mahoney que no sabe a dónde pudimos haber ido, Curt y Lieberman están limpios, no sabe que estuvieron ahí- le dio un sorbo a su bebida y se acercó a ella. –Madani está estable en el hospital y quizá ya no pueda ayudarnos o perderá su trabajo, así que estaremos solos a partir de ahora.-
-Bueno creo que no hay problema con ello, podemos solos.- sonrió mientras lo miraba.
-Estuviste bien allá afuera.-
-¿Estuve bien?- arque una ceja. – ¿Eso es lo que dirás?- soltó una risa.
-Bien, narcisista, estuviste grandiosa.- rodó los ojos divertido recargándose en la barra.
-Mucho mejor.- tomó de su whisky. –También tú, fue un trabajo en equipo.- se encogió de hombros
-Supongo que lo fue.- sonrió. –Aunque no pudimos atrapar a Billy, sabía que estaríamos ahí.-
-Bueno Eso no significa que no podemos atraparlo más adelante.- dejo el vaso en la barra.
-Solo espero no nos tome meses.-
Lorna tomó su hombro. –No lo hará.- le dio un ligero apretón.
-¿Como estas segura? Ese bastardo es demasiado escurridizo.-
-No podrá vivir tranquilo si no te mata, ambos quieren verse muertos, no tardara en hacerse aparecer solo para tenerte enfrente y disparar del gatillo.-
-No le daremos la oportunidad.- comento.
-¿Daremos?- frunció el ceño extrañada.
-Tú misma lo dijiste, somos un equipo- se termino su trago. –No me voy a divertir solo, a parte, no estaría nada mal que lo tortures un poco, tal vez tirarle un avión encima no está nada mal.- sonrió de lado y Lorna solo soltó una risa bajando la mirada.
Poco después estaban en la sala sentados con una botella de Whisky a la mitad, charlando de cosas vanales que no les daba importancia no dormir. Lorna tomó de su trago terminándoselo completamente, por suerte aun estaba en sus cinco sentidos y un poco mas suelta.
-Frank... ¿Qué pensaste cuando fui detrás del avión?- preguntó casi en un murmuro.
El mayor suspiró y dejó su vaso en la mesa. –En que lo podías hacerlo.-
-Pensé que dirías lo contrario.-
-¿Por qué debería?- arqueó una ceja. –Salvaste a Karen de una bomba, liquidaste a un hombre a mano limpia y sin mencionar que todo este tiempo que hemos estado escapando y persiguiendo a Russo has demostrado que eres inteligente y muy fuerte.- suspiro. –El caso es que siempre lo has sido Lorna, solo que nunca nadie te lo había dicho.-
La peliverde sonrió y bajo la cabeza, era cierto lo que había dicho. –A veces es difícil creerlo.- susurró.
Frank tomó la barbilla de la mujer y la hizo mirarlo. –Ahora créelo todo el tiempo, no me importa cuántos mutantes haya, para mi eres la más fuerte, poderosa y temeraria.- sonrió de lado asintiendo lentamente.
Lorna miro a Frank, trataba de procesar todo lo que le dijo, ella solo sonrió tratando de decir algo pero no sabía que decir, era como si hubiera quedado en blanco en sus pensamientos, pero su cuerpo tuvo una reacción de inmediato; sentía que sudaba frío y sin darse cuenta estaba tan cerca de Frank que su respiración tibia golpeaba ligeramente su rostro. Frank deslizo su pulgar suavemente por la barbilla de la chica mirando sus labios tersos. La peliverde decidió cortar la pequeña distancia entre ellos, temerosa había puesto sus labios sobre los de Frank, este sin decir algo, de inmediato le aceptó el beso. Ambos labios se movían de manera lenta, cada uno deleitándose con el sabor de whisky que tenían, por un momento todo a su alrededor había desaparecido y solo estaban ellos dos disfrutando del momento. Poco después la falta de aire se hizo presente y se separaron, los ojos verdes de Lorna hicieron conexión con los de Frank, parecía que ambos procesaban rápido todo lo que acababa de suceder.
Al caer en cuenta se separaron y Frank carraspeo un poco y tomó lo que quedaba de whisky.
-Lo siento, lo siento yo no...-tartamudeó la chica.-
-No, no... No fue tu culpa yo amm...-
-El whisky es un poco fuerte.- excuso Frank.
-Si yo, supongo que si.- frotó sus manos en sus piernas y sus mejillas enrojecieron.
-Sabes, será mejor que me vayamos a dormir.- propuso el mayor y Lorna se levantó después de que él lo hizo. –Yo recojo aquí.-
-Sí, creo que me es una buena idea.- asintió y retrocedió –Si iré a dormir yo... descansa.- los nervios estaban a flor de piel.
-Sí, descansa Lorna.-Frank la miro y después le dio la espalda para recoger las cosas de la mesita.
Lorna se dio la vuelta caminando por el pasillo, pero al llegar a la puerta recargo su cabeza en esta mirando hacia abajo y cerrando los ojos, aun en su cabeza pasaban las imágenes de aquel beso, suspiró negando varias veces.
Abrió los ojos y soltó un suspiro. –Al diablo.- se separo bruscamente de la puerta y regreso a la sala quedando a unos dos metros del mayor. –Frank.- el pelinegro se giró al ser llamado y Lorna solo se acercó rápidamente a él parándose en puntas, tomando sus mejillas y volverlo a besar.
Frank la tomo de la cintura aceptando el beso de la mujer, fueron segundos en que este se volvió cada vez más rápido y profundo, así que Castle la tomó de las caderas y la subió haciendo que la contraria rodera con sus piernas la cadera de él. Los besos se escuchaban por la habitación de la sala; deseosos y necesitados. Frank avanzó unos pasos hasta pegar la espalda de Lorna contra la pared, los besos de Frank bajaron hasta su blanco y delgado cuello; no dudo en llenarlo de besos, la chica ladeo este para darle espacio al pelinegro, soltó suspiros cerrando sus ojos para sentir la agradable sensación.
-Frank...- murmuró en un tono suave. –Vamos... V-amos a la habitación.- suplico pasando una de sus manos por detrás de la nuca del mayor y tirar de su cabello suavemente.
El contrario no dijo nada, solo regreso a subir la cabeza y besar sus labios, tomándola con fuerza y la despegó de la pared para caminar a la habitación. Al abrir la puerta la bajo y cerro esta misma, Lornaun tanto agitada, lo tomó del brazo y lo hizo sentarse en la cama de golpe para después ella subirse a sus piernas, tomó las orillas de la camiseta de Frank y le quitó esta de manera veloz tirándola al suelo y volver a besarlo mientras sus delgadas manos pasaban por todo su pecho y abdomen bien trabajados, podía sentir aquellos relieves de su abdomen y sus bíceps, al igual que acariciaba cada cicatriz que encontraba a su paso. Por otro lado Frank colocaba sus manos en sus glúteos apretando estos con fuerza, el beso cada vez era más intenso, por lo que el castigador se desesperó un poco, así que sus manos subieron por la espalda de Lorna y pasaron directamente hacia su pecho, pero se detuvo hasta el cuello de su blusa; la cual desgarró con ambas manos, le quitó el resto de tela tirándola al suelo.
Las grandes manos del contrario pasaron de inmediato a los pechos de la chica apretando ambos con firmeza y después pasar a masajearlos. Lorna mordió el labio inferior del mayor como respuesta y poco después sus besos bajaron a su cuello; depositando estos en cualquier parte, excitantes y húmedos besos, pero hizo acto de presencia la lengua de la chica; con la punta pasó alrededor de todo su cuello, segundos después sus besos los extendió por sus hombros besando cada cicatriz que se encontraba. Frank pasó sus manos detrás de su espalda y le desabrochó el sostén, tomó sus caderas de nuevo para pegarlo más a él, mientras lo besaba. La temperatura de ambos iba en aumento con cada caricia y movimiento, así que Frank se levanto tomando a Lorna y dio la vuelta depositándola en la cama, la miro y en ambos se podía notar en su mirada aquel brillo de deseo entre ellos. La peliverde estiró su mano y lo tomó de la orilla de su pantalón muy cerca de la bragueta y lo acercó a ella nuevamente, Frank se inclinó a besarle el cuello mientras ella con sus manos cálidas se dirigió a la bragueta del mayor, desabotonó y bajó el cierre de su pantalón.
Los besos de Frank fueron descendiendo de sus labios y pasando hasta su cuello donde mordió suavemente, un poco más abajo se atrevió a ir; quedando a la altura de sus pechos, no se hizo esperar, así que beso sus pechos hasta detenerse en el derecho; en el cual pasó la punta de su lengua por toda su aureola de manera lenta y suave, eso hizo estremecer a su compañera haciendo que cerrara los ojos. Momentos después la lengua de Frank pasó por todo su rosado pezón y en seguida sus dientes mordieron este mismo de manera muy ligera mientras el seno izquierdo era manipulado por una de las manos libres del mayor.
Los suspiros de la fémina se empezaron a escuchar y solo esto era el comienzo. Frank después de hacer lo mismo con el otro pecho, empezó hacer un camino de besos hasta su abdomen y detenerse al llegar a la orilla de los shorts de Lorna, sus manos acariciaron su abdomen y poco después le desabrocharon sus shorts, le quitó las calcetas y deslizo la prenda de mezclilla quedando solo las bragas de encaje negro de la chica, sin más tomó estas y de igual manera las deslizó por sus tersas y largas piernas, al hacerlo levantó su mirada pasando por cada parte del cuerpo de la chica.
-Eres hermosa.- dijo con aquella voz gruesa y en una voz semi baja.
Lorna se mordió su labio inferior al escucharlo, era tan deleitante ese tono de su voz. Frank se inclinó para besar sus piernas y hacer ese recorrido subiendo poco a poco, intercalando besos y líneas húmedas con la punta de su lengua. Centímetros más tarde, se acercó peligrosamente hasta su feminidad en la cual depositó un beso en esta haciendo que Lorna temblara y se moviera inquieta sobre la cama. Frank delineo con su lengua aquella línea rosada haciendo erizar la piel de la mujer peliverde. Agarró ambas piernas e hizo que las separara para poder darle espacio y acomodarse entre sus piernas.
A continuación Frank comenzó a lamer todo a su paso de una manera lenta, quería que la chica lo disfrutara, Lorna solo cerro sus ojos con fuerza dejándose llevar por el placer, vaya que estaba demasiado excitada que no tardo en empezar a humedecerse, el ex marine siguió con lo suyo hasta pasar por aquel rosado botón placentero, con el cual jugó con su lengua, cando vueltas alrededor de este, escuchó el jadear de la mujer y eso lo ánimo para continuar y morder suavemente este haciendo que Lorna se mojara mas hasta lubricar, el mayor continuó dando placer con su tibia y húmeda lengua por toda su zona, mientras su dedo medio e índice se adentraron poco a poco dentro de ella y enseguida embistió a la mutante con sus dedos a un ritmo lento. Lorna jadeó un poco más de lo que antes había hecho y apretó un poco las sábanas blancas arqueando su espalda.
-Frank...- dijo en un hilo de voz.
Aquello fue música para los oídos del mencionado, estuvo así por largos minutos. El hombre tenía una erección que le empezaba a dolor demasiado, así que se separó de la ojiverde y quitó las prendas que le quedaban dejando ver un gran miembro erecto, Lorna lo miró completamente, en su mirada ya lo quería dentro de ella, empezaba agitarse un poco más. Castle se acomodó y al estarlo entró de golpe, haciendo que la contraria soltara un quejido.
-Shhhh...- le dijo al oído a Lorna y mordió el lóbulo de su oreja suavemente.
Eso hizo que Lorna jadeara. Comenzó a moverse lentamente una y otra vez volviendo a besarla con intensidad, cada vez más el ritmo iba en aumentó y la mujer apretaba las caderas del mayor con sus piernas. Lo estaban disfrutando a no imaginar, los gemidos de la mutante se escuchaban por la habitación, el choque entre sus cuerpos los besos húmedos, sus lenguas jugando entre sí, las risas y sonrisas de placer y satisfacción, los besos y mordidas en el cuello y en los senos; era toda una escena de placer.
Las embestidas eran tan fuertes que Lorna arqueaba su espalda envuelta del placer, ambos cuerpos tenían pequeñas gotas de sudor, Lorna ocultaba su rostro entre el cuello y hombro del mayor aferrándose a su espalda y clavando sus uñas en esta donde rasgaba, motivando a Frank a ir más rápido.
-¡FRANK!- gimió su nombre en alto haciendo que los focos de las lámparas reventaran.
Las cosas de metal que se encontraban en el habitación empezaban a caer y a deformarse gracias a Lorna, eso no le importaba en lo absoluto y para el mayor era como una respuesta en que lo estaba disfrutando tanto como él, le gusta escuchar sus gemidos agudos, oírla gritar su nombre o gemirlo en su oído y sentir sus uñas incrustarse por su espalda y hombros. Dane se aferro a él y de inmediato le dio la vuelta haciéndolo quedar debajo de ella, la mujer se acomodó y mirando a Frank y empezó a moverse delante y hacia atrás de manera muy sensual, intercalando también movimientos en círculos como si de un baile se tratara, la chica se mordía el labio al hacerlo, haciendo que Frank se volviera loco jadeando igual, le apretó los glúteos con tanta fuerza que su blanca piel de la mutante se pusiera roja.
-Lorna...- dijo el mayor y la ojiverde cambió de movimientos ahora con unos de arriba abajo eso hizo que Castle le soltara una nalgada, ella continuó. Sentía como las paredes de la chica apretaban su miembro, estaba tan estrecha que causaba una gran satisfacción.
Los pechos de la chica rabotaban conforme a sus movimientos, las manos de Frank acariciaban sus piernas, glúteos, cadera, abdomen hasta llegar a sus pechos y estrujarlos dejando rojos estos. Lorna arqueaba la espalda y echaba su cabeza hacia atrás, su verde cabello se movía por todos lados como un baile tan lindo y tan suave, Frank quedaba anonadado con la belleza y sensualidad de la mujer, era tan sexy que no lo podía negar.
Los movimientos, gemidos, caricias y las cosas de la habitación caer o deformarse continuaron, Lorna y Frank habían llegado juntos a su orgasmo; ambos se corrieron al mismo tiempo, Lorna gimió su nombre, Frank la sostenía con fuerza de los glúteos y al terminar esa electrizante sensación Lorna se dejo caer lentamente sobre el pecho de Frank, ambos sonrieron y soltaron una que otra pequeña risa muy cerca uno del otro, Frank acariciaba la punta de su nariz con la de ella, estaban agitados, cansados y sudando un poco. Frank puso una mano en la espalda de Lorna y volvió a besarla lentamente, disfrutándose de manera calmada y tierna.
Polaris se acomodó a un lado de Castle y este la atrajó hacia él, cubriéndolos con la sábana. La contraria se acomodó en su pecho y él le dio un beso en la cabeza. Ambos cayeron rendidos y no tardaron en quedarse dormidos.
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