CAPITULO 10
Mientras tanto Jace Turner estaba en su oficina leyendo los documentos que había conseguido sobre Frank Castle, tal parecía que había conseguido una mina de oro con todo lo que estaba leyendo, aunque eso no evitaba que sintiera empatía por todo lo que había pasado, inclusive entendía porque su vida había cambiado de rumbo, pero no iba a ignorar que estaba ayudando a Lorna y que posiblemente era su aliada, sabía que Frank era problema del FBI y no pensaba meterse con ello, el solo quería a su mutante
-Señor, creo que hemos encontrado una pista.- entró un oficial. –Testigos dicen que creen haber visto a los sospechosos en Salem, pero no están seguros a la chica la describieron con cabello verde ¿Doy aviso a las autoridades?-
-No, nada de eso.- bajó los documentos. –Vamos a perder tiempo persiguiéndolos de esa manera, tengo una idea mejor.- se levantó y miró a su colega. –Frank tiene asuntos pendientes que atender, sé que no se pueden ir del país para escapar.-
-¿Cuál es el plan entonces?- pregunto el agente.
-Vamos a esperar y cuando sea el momento... Apareceremos.- comentó el hombre calvo.
............................................................................
Después de unas horas, Frank y Lorna había llegado de nuevo al hospital psiquiátrico donde estaba Lewis, al llegar su padre estaba hablando con su hijo, esperaron un momento hasta que el tiempo de visita del hombre terminó, se levantó y caminó a la salida mirando a Frank y Lorna, este les agradeció por permitirle ver a su hijo y ambos asintieron para después ir con Lewis.
-Que puntuales son, creí que no iban a llegar.- comentó el rubio quien tenía en las manos las mismas cartas de baraja.
-Negocios son negocios.- dijo Lorna y tomó asiento colocando una carta que tenía el sello del hospital en el que estaban, el rubio la iba a tomar, pero la peliverde fue más rápida. –Ah no... Primero Billy.- sonrió de lado.
El chico la miró con mala cara –Eres muy maldita.- Lorna solo sonrió burlona. –Mentí cuando dije que no sabía dónde estaba Billy, al estar aquí estaba molesto con él, pero me dijo que no me sacaría del negocio y que buscaría la forma de sacarme.- comentó.
-Al grano ¿Dónde está?- se impacientó el mayor.
-No tengo idea con exactitud, le gusta entregar y recoger sus mercancías en distintos puntos de Nueva York y uno que en otros estados como Boston, DC. Brooklyn, incluso Chicago, Pero hace una semana recibí una llamada de él, me dijo que en dos días tenían una entrega en Nueva York en la 27 de la calle Winstor, dijo que eran potenciales clientes Irlandeses.-
-¿A qué hora?- preguntó Frank.
-Media noche, son un grupo grande quizá unos 30 irlandeses estarán ahí.-
-Espero no sea una trampa o estarás en serios problemas.- comentó Lorna.
-Es todo lo que querían y se los di, ¿Por qué mentiría?-
Ambos se voltearon a ver y después Lorna regresó la vista al rubio que la miraba divertido, pero a la vez serio con lo que decía. –Bien trato justo.- se levantó y Frank le siguió. –Disfrútalo.- le entregó la carta y empezaron a caminar a la salida.
-Al fin, se van a podrir todos malditos hijos de puta.- tomó la carta y la abrió sin esperar más para leer lo de su salida, pero al encontrarse con una hoja en blanco enfureció. – ¡Maldita zorra esto está en blanco!- se levantó repentinamente haciendo que la silla cayera. – ¡Esto no fue lo que acordamos! ¡Frank hijo de perra lo prometiste!-
-No, yo dije que confiaba en ella, más nunca dije que prometía que ella cumplía su palabra.-
El chico se iba a lanzar sobre ellos pero el personal médico alcanzó a tomar al chico, mientras gritaba y trataba de zafarse.
-¡Los mataré, los mataré a ustedes y a todos malditos!, No nos van a detener, guerreros podrán perder la vida a manos de ustedes, pero revivirán gloriosamente y volverán con el rey a pelear en las batallas y ganaran ¡Ganaran como los soldados que somos!- gritó antes de que le colocaran unsedante.
Salieron del lugar hasta llegar al auto y así dirigirse de nuevo a la ciudad.
-Tenemos dos días para planear que es lo que haremos.-Dijo Lorna.
-No será tan complicado, podemos con todos solo nos repartiremos el trabajo, Curt puede estar en algún techo cercando como tirador, tú y yo los vamos a emboscar.-
-¿No le diremos a Madani?-cuestiono.
-No lo sé, tal vez, pero corremos el riego que Mahoney lo descubra y todo se vaya a la mierda.-
-Bien.- sonrió y suspiró. –Tenemos mucha ventaja, pronto esto va acabar.- recargó su cabeza en el asiento.
-Y cada quien tomara su camino.-
Lorna frunció los labios y asintió levemente. –Si... Cada quien tomara su camino.- murmuró.
-¿Todo bien?- pregunto extrañado por su actitud.
-¿Qué? Claro- bufó divertida. –La verdad ya no se cuanto más voy aguantar tus ronquidos.- suelta una risa.
-¿Qué mierdas dices? Yo no ronco al dormir.-
-Claro que lo haces, pareces un oso hibernando.-
-Estas demente, no es así.-
-Claro que sí, es obvio que no te das cuenta porque estas dormido.- ríe.
-Al menos no babeo cuando duermo.- se defendió.
-Wow... Eso es la peor mentira, Castle.- dice divertida.
-No, claro que no, estoy diciendo la verdad, babeas al dormir; de hecho he pensado en ponerte una cubeta para ver si la llenas.-se burla.
En todo el camino estuvieron haciendo bromas, charlando y escuchando música, hicieron una que otra parada para comer o ir al baño. Unas cuantas horas más ya estaban en Nueva York. En las noticias no había nuevas pistas de ellos, por el momento todo está tranquilo y eso era una buena señal.
Frank decidió ir a su departamento para que pudieran quedarse ahí.
-¿Estás seguro que es buena idea estar aquí?-
-Por el momento la situación esta calmada, aquí nadie me conoce y yo no conozco a nadie, es una ventaja.- dejó la maleta debajo de la cama. –Puedes estar aquí con confianza.- le entregó un teléfono que había conseguido en las paradas que hicieron antes de llegar.–Llama a Micro, es el único contacto que está ahí, dile sobre la entrega el será nuestros ojos en las cámaras del lugar.- se dio cuenta que tenía una nota debajo de la puerta que no vieron al entrar, reconocía la letra. –Yo saldré.-
-¿A dónde iras?- preguntó.
-Haré unas compras, regresaré pronto.- se dirigió a la puerta y salió del lugar.
Lorna suspiró y miró alrededor, tomó asiento en el sofá y el celular que le había dado a Frank, marcó el teléfono que le indico y espero a que respondieran; después de los tres tonos contesto una voz masculina.
-Pensé que ya no llamarías, hoy es 15 Frank, feliz cumpleaños hombre aterrador.- habló David.
Lorna se quedó sorprendida, no le había comentado que era su cumpleaños. –¿Amm Micro?-
-Vaya... Creo que es una equivocación.- estaba a punto de colgar.
-No, no, espera- dijo Lorna de inmediato. –Perdón, un gusto soy Lorna, LornaDane, la chica de las noticias.- dijo algo apenada.
-La mutante, oh lo siento, normalmente Frank me llama.-
-Tuvo que salir, pero me dijo que te mantuviera al tanto,-
-¿En qué puedo ayudar?-
Lorna le explicó todo lo que Lewis les había dicho. -¿Crees que puedas ser nuestros ojos?-
-Desde luego que sí, yo me encargaré de las cámaras ¿Eso es todo?- preguntó.
-Si... Bueno no.- dijo algo apenada. -¿En serio hoy es cumpleaños de Frank?- preguntó mordiendo su uña.
-Sí- ríe. –No te lo dijo por lo visto, descuida no lo dice a todo mundo, es un tipo difícil.-
Lorna soltó una leve risa. –Gracias David.-
-Fue un gusto linda.-colgó.
Lorna se quedó mirando hacia una pared, no sabía qué hacer con esa información, Frank no se veía como un sujeto que celebrara su cumpleaños, o nada en lo especifico. Tal vez porque no había nadie con quien celebrar, era un hombre solitario. De alguna manera la mujer quería agradecerlo por todo lo que ha hecho por ayudarla, quizá un regalo no le vendría mal.
Por otro lado la rubia caminaba por las calles de manera tranquila, se dirigía su departamento cuando un hombre encapuchado la intersecto de repente, la mujer se sobresaltó y se puso pálida un poco.
-Siempre atenta a tus lados Karen-dijo Frank que se ocultaba con una gorra y la de su capucha.
-Carajo... Me diste un susto.- dijo la periodista del Bolletin llevándose una mano al pecho. –Te odio.-
El soltó una ligera risa. –Puedo vivir con eso.- la rubia no resistió más y lo abrazó con fuerza.
-Te extrañé.- murmuró. –Creí que no verías mi nota.-
-Pero sabias que regresaría.-comentó.
-Ven vamos a mi departamento.- se separó, tenían demasiado que platicar.
No tardaron más de 10 minutos cuando se encontraban en el departamento de la rubia.
-¿Una cerveza, cumpleañero?- comentó Karen yendo a su refrigerador.
-Que graciosa, claro.- contestó divertido.
-Te arriesgaste a regresar, todos te están buscando.- destapó las cervezas y le entrego una.
-Siempre tomo riesgos.- la aceptó y le dio un trago.
-¿Qué demonios está pasando? ¿Quién es esa mujer?- Cuestionó la rubia.
Frank no podía ocultarle todo a Karen o no iba a dejar de preguntar, así que tuvo que decirle todo, quizá se ganaría regaños por parte de la rubia, pero estaba acostumbrado.
-Nunca imagine que serias aliado de una persona con habilidades así...-
-Casualmente perseguimos a los mismos tipos, y no iba a dejar que se entrometiera en lo que me corresponde.-
Karen suspiró -¿Y qué va a pasar cuando esto termine?- sabia la respuesta
-Tú lo sabes.-
-A veces quisiera que no fuera si.- murmuró y lo miró.
-Lo hemos hablado Karen... Y nada va hacerme cambiar, así soy yo.-
Ella suspiró y peino su cabello para atrás. –Tal vez me sigue costando un poco aceptarlo.- guardó silenció un momento. -¿Por qué no me buscaste?-
-Le prometí a rojo que no te metería en esto.-
-¿Matt?- preguntó. -¿Cómo esta? ¿Está bien?-
Frank soltó una leve risa y asintió. –Sigue siendo un idiota, pero está bien.- Karen solo sonrió aliviada. –Deberían de hablar.-
-Bueno... Es algo complicado, te recuerdo que me ocultó que era Daredevil y sin mencionar lo de Electra...-
-Los hombres somos estúpidos, pero sin duda te extraña.- respondió.
-Yo también.- lo aceptó -¿Y qué me dices tú?-
-¿Yo?- lo miro extrañado.
-Vamos, aquella tal Lorna...-
-No, no... Para nada.-dijo de repente.
-Por lo que me contaste de ella, no parece mala chica... Tienen cosas en común.-
-Lo sé, pero no, simplemente ya no.-
-No me jodas con eso Frank.- soltó una risa cínica. –Cuando me hablaste de ella sentí la mirada.-
-¿Qué mirada?- dijo confundido.
-Esa mirada, cuando alguien ve o habla con esa persona, delata que algo está bien ahí.-
-Eso son cuentos, no tengo esa mirada.- bebió. –Estoy bien así.-
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top