CAPITULO 1
-Cariño... Despierta dormilón.- murmuró de manera dulce acariciando el cabello del pelinegro.
-¡¿Qué?!- despertó de manera exaltada, a lo cual la castaña tomó su mano para calmarlo. –María, ¿Qué hora es? ¿Dónde están los niños?-
-Son las 10 de la mañana, están abajo desayunando, les dije que no te molestaran, estabas muy cansado.- se acercó a depositar varios besos en su rostro.
-Cada día te ves más hermosa.-acarició su mejilla con su diestra tocando sus blanca y suave piel.
-Tu siempre tan halagador.- dio un suave beso en sus labios.-Te amo Frank...-murmuró para seguir besando a su esposo, hasta que tuvo que separarse por falta de aire y al abrir los ojos, Frank cambió su rostro a uno de terror al ver que su esposa tenía el agujero de una bala en la cabeza.
-¡¿María?!- se sentó en la cama.
El hombre despertó exaltado y con la respiración agitada, el sudor corría por su frente y su piel transpiraba, cerro sus ojos para calmarse de aquella pesadilla, a pesar del tiempo no ha superado la muerte de su familia y es que algo así no se supera jamás; nadie lo haríacuando eres una persona que es lo único que tenía y por el cual luchabas todos los días. La vida de Frank había dado un giro de 360 grados al morir su familia, ya no era el hombre que solía ser, dejó su casa para irse a vivir a un pequeño departamento, sus únicas compañías eran la soledad, el vacío y oscuridad dentro de él, se había convertido en un justiciero; la pesadilla de los criminales, Frank tenía pocos amigos de los cuales son los únicos a los que puede confiar aunque casi no los vea o los llame, el siempre estará para ellos y sin duda ellos para él.
El hombre se levantó de la cama y fue a su baño a darse una ducha. El agua tibia recorría su piel y cada músculo trabajado; le gustaba imaginar que con cada baño después de una pesadilla, sus demonios se iban con el agua de la regadera, como los creyentes que con solo colocarse agua bendita sus pecados han sido exhumados.
Después de un rato Castle aparcó su auto frente a un restaurante y salió de este para entrar al local que estaba semi vacío, tomó la mesa de siempre junto a la ventana, una mesera fue a su lugar a dejarle café.
-Enseguida vengo con su desayuno.- dijo la chica y se retiró; pues el pelinegro ya era conocido ahí y siempre pedía lo mismo cada que venía.
El hombre tomó su taza y a los minutos otra persona se sentó sin su permiso delante de él con un café en mano, Frank lo miró extrañado y dejó su taza en la mesa preguntándose quién demonios era.
-¿Sin el sombrero ya me logras ubicar?- pregunto el tipo frente a él quitándose este y con una leve sonrisa.
-Charles Xavier, ¿Qué demonios quieres?- preguntó al reconocer al castaño.
-Hola Frank ¿Qué tal la vida?-
-Como siempre;patética.- habló con aquella voz áspera y varonil que solía tener. -¿Qué haces aquí? Si vienes a darme una terapia psicológica pierdes tu tiempo.-
-Para tu suerte no estoy para eso.- soltó una pequeña risa y entrelazo sus manos mientras se inclinaba un poco al frente. –Vengo porque necesito que hagas algo por mí.-
El ex marine soltó un bufido incrédulo y negó. – ¿Crees que soy alguien que hace favores?-
-Te puedo pagar-
-Suena tentador, pero yo no hago favores ni servicios con "Súper héroes" ni con shield y ni siquiera con mutantes- murmuró.
-Y yo lo sé, se cómo es tu trabajo, pero enserio si no estuviera desesperado no estuviera aquí.-
-Por favor tienes una escuela con gente poderosa que pueden hacer tus favores o incluso a los vengadores; ellos podrían ayudarte.- la mesera llegó con el desayuno de Frank, ambos guardaron silencio y el pelinegro agradeció antes de que se fuera.
-Frank no puedo mandar a un mutante a hacer este trabajo, porque uno de ellos está en problemas y si mando a otro, el problema se hará más grande.- lo miró fijamente. –Y los vengadores no los puedo involucrar o ellos terminaran en un lío también al igual que Shield y si pasa, el gobierno estará en contra de todos. -
-Entonces quieres que a mí me jodan.- arqueó una ceja mientras trozaba su pan francés.
-Solo déjame explicarte.-
-Tienes dos minutos antes de que me aburra y te clave un tenedor.-
Suspiro y asintió. – ¿Escuchaste lo que paso en la bahía de Atlanta?- el pelinegro negó. – Hace dos noches un pequeño grupo de hombres, a los cuales han sido buscados por el FBI; por el robo a bancos y ventas de drogas; ellos tenían una embarcación de estupefacientes para trasladar a Europa, la policía se enteró de cuando seria la partida de ese barco así que fueron al lugar y bueno... Uno de nosotros estaba detrás de ellos por cuenta propia así que al llegar al lugar se armó un caos, solo dos policías quedaron con vida, pero uno está en coma... y bueno... El líder y su tropa huyeron, la mercancía por suerte no pudo partir, pero el problema es que las cámaras de seguridad del lugar grabo todo desde lejos y captaron a mi mutante, por lo tanto el Servicio Centinela la está buscando por haber asesinado a los policías y haber hecho que se escaparan los criminales, piensan que tuvo que ver con todo eso y que es parte del grupo.- suspiró con frustración. –El servicio centinela ha sido un dolor de cabeza para la comunidad mutante, siempre nos tienen vigilados, tuvimos problemas con ellos hace años por los derechos mutantes y ahora que hemos conseguido eso... No queremos arruinarlos, perdimos muchos amigos luchando porque se hiciera realidad la igualdad y el respeto a nosotros en todos los estados del país, y esto podría meternos en problemas, más cuando se trata de alguien que tiene parentesco con mutantes muy conocidos.- sacó su celular y le mostró una foto. –Ella es Lorna Dane, la hija menor de Erik; ella es la que está en problemas, si el Servicio Centinela la atrapa la llevaran a una prisión de máxima seguridad mutante y ya no volverá jamás, ella me dijo que los policías a quienes asesino eran aliados que estaban infiltrados en la policía y que los dos que sobrevivieron no tenían nada que ver y por eso trato de protegerlos, dijo que tampoco pudo detener a los otros porque sus poderes fallaron, en pocas palabras me dijo que es inocente.-
El pelinegro escucho con atención lo que el profesor le estaba contando, se acomodó la gorra y se recargó en el respaldo del asiento.
-¿Y entonces quieres limpie su nombre?-
-No, quiero que la protejas y la lleves a un lugar seguro que yo mismo te diré.-
Soltó una risa cínica y negó. –Olvídalo, no quiero trabajar de niñera, dile a Erik él es su padre después de todo o a sus hermanos.-
-Erik no está en la ciudad y si lo estuviera quizá hasta el mismo la entregaría, ellos tienen una muy mala relación y sus hermanos no están aquí y tampoco los quiero involucrar o Erik me mataría- suspiró. –Si pudiera lo haría yo mismo, pero sería condenar a muerte a toda mi escuela; a niños y personas que cuentan conmigo.-
-¿Y qué te hace creer que yo me arriesgaría por esa chica?-
-Porque sé que no tienes nada que perder, Frank... Y aunque quieras fingir que no me debes nada; yo te ayude a conseguirle a Amy una familia ¿Recuerdas? Quieras o no, somos personas muy diferentes a los demás, tenemos vida de héroes, antihéroes o justicieros como tú quieras tomarlo; pero el punto es que algún día vamos a necesitar de todos y entre nosotros nos protegemos.- habló con seriedad. -Si yo pudiera créeme que ayudaría a Lorna, la quiero como una hija, ha pasado por mucho y no quiero que nada le pase.- frotó sus manos. –Te repito, si no tuviera otra opción no estaría aquí suplicando.-
-Y te agradezco lo de Amy, pero no lo haré, tengo muchos problemas más importantes ahora.- le dio un sorbo a su café. –Tengo unos contactos que pueden servirte si tú quieres, pero yo tengo mis asuntos y tengo que resolverlos antes.- aquel hombre no lo iba a convencer.
-¿Cómo buscar al que mató a tu familia?-soltó de repente y Frank golpeó la mesa con la palma de su mano.
-Eso a ti no te incumbe y más vale que te apartes de mi vista.- Iba a levantarse cuando Charles habló.
-Billy Russo es a quien Lorna intento atrapar.- Esa confesión hizo que Frank se removiera en su asiento sin dar crédito a lo que estaba oyendo. –Seguro sabes que armó un grupo con veteranos de los marine, se que se han salido con la suya todo este tiempo. Lorna es igual que tu, limpia las calles donde encuentra criminales, igual a su manera. Ella ha estado siguiendo los pasos de Billy, gracias a eso ahora está en problemas- lo miró serio. –Tú sabes cómo es ese sujeto, quizá ahora mismo ella este aún más en peligro.- se cruzó de brazos. –No conozco a nadie más que no tenga cosas pendientes con Russo, mas que tú.-
El pelinegro se quedó en silencio mirando su taza de café, procesando todo lo que había dicho, si era una mala idea y quizá moría en el intento.
-Este asunto no es de Lorna, es tuyo. Solo la quiero lejos de los centinela, ponla a salvo, te pagare por eso y así tú puedes ir tras de Billy sin alguien que te haga competencia.-
El pelinegro se sentía acorralado, su orgullo se esfumó, pero tenía razón; no iba a permitir que alguien ajeno se encargara de su problema. Suspiró con frustración y lo miró.
-Bien... Lo haré, pero después de que termine con lo que me toca no quiero que me vuelvas a buscar.-
-Quedo más que claro.-
-¿Algo más que deba saber?- preguntó.
-Puede ser muy temperamental y algo terca.- sonrió levemente. –Desde hace 10 años estuvo en un hospital psiquiátrico especial para mutantes, su padre la metió ahí por su bipolaridad,sus poderes estuvieron reprimidos todo este tiempo, hace un mes que salió, así que no ha desarrollado completamente sus habilidades para manejarlas al cien por ciento, así que ten cuidado.- Sacó un papel con una dirección.-Aquí está el lugar a donde la tienes que llevar; es cerca de la frontera de Canadá, cuando lo hagas yo haré el resto para sacarla del país.-
-Bien.- tomó todo y lo guardó en su chaqueta.-
-Gracias Castle, cuento contigo.- sacó unos billetes y los dejó en la mesa. –Yo invito.-dijo por último y se fue del lugar.
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-Tenemos a una sospechosa, creemos que es la mutante.- habló un policía por la radio. –La estamos persiguiendo por la calle norte número 24 al oeste de la ciudad.-
Lorna seguía corriendo por las calles sin importarle la tormenta que estaba cayendo, ser prófuga no era fácil para la chica, pero no le quedaba de otra, varias patrullas iban detrás de ella, hizo caer un poste de luz detrás de ella haciendo que dos patrullas chocaran con este y una se volcara.
-Llamen al Servicio Centinela.- comentó un oficial. –Hay dos patrullas que van a intersectarla por la calle siguiente.-
La chica siguió corriendo hasta que llego a un callejón para perderlos de vista.
-Acabamos de perderla.- informó un oficial.
-Los helicópteros no pueden volar ahora, pero ya están en camino los drones para buscarla por el cielo.-
La mujer levantó la mano a una lámpara del callejón y la hizo reventar para estar a oscuras y se pegó en la pared en cuanto vio las luces de la patrulla en cuanto paso. Su respiración estaba agitada y aún la lluvia caía con algo de fuerza.
-Carajo.-murmuró cansada y frustrada.
-Acabas de dejar sin luz a una cuadra completa, felicidades.- habló Frank desde las sombras, a lo cual la chica solo se puso alerta y sacó una de sus navajas para dirigirla a donde escuchó aquella voz.
-Si bueno, creo que eso a mí no me importa mucho, ¿Quién demonios eres?- dijo molesta frunciendo el ceño tratando de ver quien era aquella persona que se ocultaba en la oscuridad.
-Alguien que no quiere estar aquí, pero no le queda otra opción.- empezó a salir poco a poco y la poca luz de la luna dejaba ver al hombre de chaqueta negra. –Ahora baja la navaja.- no estaba asustado.
-No lo voy hacer hasta que me digas ¿Qué mierda quieres?- acercó más la cuchilla a su rostro rozando su nariz.
-No puedo decírtelo aquí, baja eso y ven conmigo.- la chica solo soltó una risa.
-Ah sí claro, me iré con un extraño al cual no le puedo ver la cara completamente.- rodo los ojos.
-No tienes otra opción, te están siguiendo y pronto van a volver, así que tú decides si ser atrapada o no.-
-¿A caso crees que soy estúpida? ¿Cómo no sé qué eres uno de ellos?-
-Si lo fuera te hubiera atacado desde que entraste a este callejón así que no hagas esto más difícil, hagamos esto por las buenas.-
-Oh cariño no soy una imbécil, despídete.- antes de hacer un movimiento con la navaja, el mayor apretó un dispositivo el cual era una granada que estaba dentro del edifico abandonado; esta en segundos explotó haciendo que la pelinegra se sobresaltara y volteara arriba. Al ver que la chica le prestó atención a su distracción, Castle aprovechó y la golpeó fuertemente con el mango de su arma en la nuca haciendo que esta cayera de inmediato al suelo inconsciente. – Te dije que lo hiciéramos por las buenas.- murmuró cargando a la chica y se la llevó lo más pronto posible antes de que llegaran las patrullas.
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Habían llegado a un motel y Frank se encargó de poner a la chica en una silla amarrada con cuerdas, se encargó de quitar todo lo que tenía metal e incluso los accesorios que ella tenía puestos para dejarlos dentro del baño, cortó la energía de su habitación, solo encendió velas para iluminar el lugar. La mutante había despertado y al darse cuenta de que estaba atada empezó a sobre saltarse.
-¡Libérame maldita sea!- no sentía nada de metal ni electricidad alrededor, por lo tanto se asustó un poco.
-Yo te dije que lo hiciéramos por las buenas.-dijo el hombre parado frente a ella sin dejarse ver completamente.
-Ya dime qué demonios quieres de mi.-dijo tratando de quitarse las cuerdas de sus manos.
-Yo no quiero nada, solo quiero terminar con esto.-
-Eso no me dice nada, déjate de pendejadas y dime porque estoy aquí o al menos quien carajos eres.-
Frank solo se acercó más y dejó que la luz de las velas lo iluminaran, tenía el mismo semblante frío de siempre y miraba aquella chica de ojos verdes profundos.
-Ay no puede ser.- soltó un bufido cínico y negó. –Esto tiene que ser un mal chiste.- suspiró y miró al techo solo unos segundos.
-Eso es lo que yo también quisiera.-
-Entonces... ¿El gran Punisher me secuestró para matarme en una secta satánica?- dijo mirando las velas.
-No es una secta satánica, solo las puse para poner un ambiente romántico.- dijo con sarcasmo.
-Ah sí, eres muy romántico; seguro a todas las chicas con las que has salido les encanta estar amarradas a una silla en su primera cita, muy bien, tigre.- respondió de la misma manera. –Creí que ya estabas más que muerto.-
-Si bueno, el caso es que tuve que regresar del infierno porque una inestable le gusta meterse en problemas.-
-¿Qué carajos quieres, Frank?-
-Solo estoy haciendo mi trabajo.- tomó asiento en una silla frente a la chica.-Estoy enterado del problema en que te metiste y me pidieron que te ayudara.-
-Déjame adivinar... ¿Los X-men te pidieron que vinieras?-
-Algo así, Charles; creo que es al único al que le importas.-
-Mira no necesito tu ayuda, yo se me cuidar sola ¿Si? Ahora libérame.-
-Cuidarte sola, claro... Dime una cosa ¿Cómo te piensas cuidar con una organización armada que tiene ojos por todos lados?-
-Seguro Charles ya te dijo que es lo que puedo hacer, así que puedo cuidarme la espalda sola, contigo sin ningún poder seguro moriría en segundos.-
-No trates de evitarme porque no te va a funcionar, también me dijo que aún estas desarrollando tus poderes, así que no eres tan poderosa por ahora como dices ser.- la miró serio. –Escucha solo tengo que llevarte hasta la frontera de Canadá y Charles se va a encargar de sacarte del país.-
-Escapar...- soltó un suspiro cansado. –Claro, voy a escapar por que todos están detrás de mí por algo que no hice, que fácil.- dijo molesta y apretó los puños. –No debí decirle nada.-
-Si bueno, hay pruebas que están en tu contra Lorna así que no hay nada que hacer.- se encogió de hombros. –No tienes opción, así que coopera y no hagas esto difícil porque nos estaremos atrasando y si quieres librarte de mí entonces compórtate, yo tampoco estoy feliz de esto.-
-Pues lo siento mucho por ti, pero yo no voy a ir a ningún lado, voy a limpiar mi nombre.-
-Eso es una gran pendejada.- ríe incrédulo. –Solo vas a provocar en meterte en más problemas e incluso a que te maten, aparte ese asunto me corresponde a mí, yo hago ese tipo de trabajo.-
-Tú no tienes que hacer esto, es mi problema no el tuyo.-
El hombre se levantó y camino a ella para tomar el respaldo de su silla e inclinarla hacia atrás.
-Escucha atentamente, corres peligro y no solo tu sino también Charles junto con toda su escuela por querer ayudarte a que no te maten, sabes perfectamente lo que esos idiotas le hacen a personas como tú, deja de pretender que eres alguien fuerte que puede contra decenas de soldados, lo único que vas a causar es generar más problemas a toda la comunidad mutante por querer jugar a la heroína, sino pudiste detenerlos cuando tenías la oportunidad no lo vas hacer ahora con todos pisándote los talones. –Hablaba con su voz áspera y molesta sin quitarle la vista. –Deberías estar agradecida de que al menos alguien en este mundo se preocupa por ti, porque personas como tú estarían en el olvido a su suerte, así que deja de ser tan estúpida.- volvió a dejar la silla a su posición.
-Grandes palabras motivacionales, pero no fueron suficientes para revolver algo en mi.-dijo molesta. –Escucha Frank, se un poco sobre ti; como los problemas en los que estuviste metido con el gobierno, mancharon tu nombre y todos estaban detrás de ti de igual manera así que dime ¿Escapaste? ¿A caso saliste del país? No, no lo hiciste, te quedaste a terminar tus trabajos pendientes, limpiaste tu nombre y ahora dejaron de molestarte, quizá algunos todavía te quieren ver tras las rejas, pero está claro que no van a poder contra ti o sentenciaran su muerte; pero eso no quita que aún te tengan en la mira para ver que error cometes y tener una buena excusa para meterte preso de nuevo, así que libérame y vete, no tienes porqué arriesgarte por alguien a quien no conoces. Tú has estado en mi lugar, sabes que se siente que todos te tachen como una amenaza, sabes que se siente cuando te culpan de algo que no cometiste y a pesar de los problemas en que estabas metido eso no te detuvo, ahora eso pasa conmigo Castle.- suspiró. -Mi reputación es lo único que me queda y si muero para tratar de salvarla, pues que así sea.-habló de manera segura.
-Esto es diferente, solo era yo y nadie más, en cambio tú tienes detrás de ti una comunidad de mutantes a los cuales se les ha hecho difícil vivir en un mundo como este por ser diferentes, han luchado para que tengan seguridad y respeto con el gobierno y todos los grupos de poder e incluso la sociedad, así que no arruines todo eso por tus pendejadas, solo tienes una oportunidad, así que ahora se hará lo que yo diga, no voy ayudarte a que cometas un error.-
-No te estoy pidiendo ayuda, solo quiero que me liberes ¡Ya!-
-Deja de ser una maldita egoísta, carajo, a veces las cosas no pueden ser como tú quieres; ten en claro eso.-
-Me llevó meses siguiéndole el rastro a esos tipos, no quiero dejar mi trabajo a medias, dejarlos por ahí libres será un gran error, lastimaran a mucha gente y seguirán transportando drogas y no se quedaran con eso, después seguirán mujeres, niños o incluso órganos para la venta de mercado negro ¿Eso es lo que quieres?, la policía ni siquiera pudo dar con un informante que supiera de ese grupo, en cambio yo supe el día, el lugar y la hora donde todos se encontrarían para la entrega, esos tipos han estado activos desde hace un año y jamás la policía pudo dar con una pista de su rastro; yo lo logre en seis meses, así que dime ¿Crees que van a dar con ellos?- arqueó una ceja y el contrario solo suspiró desviando la mirada. –Ellos deberían enfocarse en los verdaderos criminales; ellos son el verdadero peligro, no yo.- lo miró atenta. –Mira hagamos un trato, déjame hacer esto una vez más, ayúdame a buscarlos y atraparlos, si algo sale mal solo... Lo dejaré e iré contigo a la frontera.
Frank solo se quedó callado ante la petición de la pelinegra, era cierto lo que decía, ella pudo dar con Billy en pocos meses, de lo que él no pudo en todo este tiempo.
-Por favor, es lo único que me queda en este mundo y créeme que si no aceptas algún día me vas a tener que desatar de aquí y yo buscare la forma de escaparme.- le advirtió y se quedó callada unos minutos.
-Bien... Pero que te quede claro, Billy Russo es mío.–se cruzó de brazos. –Y otra cosa más... si nos atrapan y en mi depende de que uno de nosotros se salve, no esperes a que yo te salve ¿Entendiste?-
La chica arqueó una ceja, jamás había mencionado el nombre de Billy, así que fue fácil deducir que Frank tenía algo que ver con ese tipo, bastante personal para aceptar ayudar a Charles-Fuerte y claro. Respondió, iba a averiguarlo. –Libérame-
-Solo no hagas nada estúpido.-
-No me conviene-
El mayor se acercó con una navaja para cortar las cuerdas y liberar a la chica de la silla. Al hacerlo se frotó sus manos y se levantó de la silla.
-Y bien ¿Cuál es el plan?- preguntó el más alto.
-Bueno... Tengo toda mi investigación en mi departamento, pero... No sé si el Servicio Centinela fue a revisarlo.
-Es muy probable que si ¿Qué es lo último que recuerdas de ellos?-
-Solo sé que tenían informantes en un bar llamado Perros del infierno.-
-Me lleva...- suspiró. –Conozco ese lugar y no soy muy bien querido ahí, está en Hell'sKitchen.-
–Tengo todo lo necesario; mapas, anotaciones, fotografías... Todo en mi departamento.-
-Si vamos a tu casa podrían ser peligroso y te atraparan en seguida.-
-Sin nada a nuestro favor estaremos sin rumbo.- escurrió su cabello, seguía empapada por la lluvia.
-Pues si no queda de otra tendremos que ir... Pero será en la mañana.- de una mochila sacó una camisa del él y se la entregó. –No tengo nada más que ofrecerte.-
Ella no dijo nada y solo la toma para ir al baño y quitarse su ropa mojada. Le quito el exceso de agua y la dejo secar, poco después salió del baño con aquella playera que le quedaba grande a mitad del muslo y con una toalla para secar su cabello.
-Conozco el edificio perfectamente bien, podemos entrar por la puerta trasera y subir las escaleras de emergencia.-
-Se escucha tan fácil, pero no hay que confiarnos, observe que te buscan por medio de drones.-
-Tenemos la ventaja de que puedo aniquilarlos. Sé dónde están todas mis investigaciones, será muy rápido tomarlas.- comento de manera segura.
El mayor solo asintió quedándose callado unos minutos. –Partimos mañana a primera hora, ahora... Descansa yo me quedo vigilando.-
Por la noche Frank había quedado dormido porratos, ya que sus pesadillas constantes lo despertaban, y más ahora de quesabía que Billy estaba cerca,era una gran tortura.
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