Misty the coordinator
Nunca se ha cerrado a la posibilidad de experimentar nuevas maneras en que sus Pokémon utilicen sus habilidades más allá de los combates, los concursos de coordinación son, de hecho, un medio que ha aprendido a apreciar desde que los empezó a ver en Hoenn pero donde finalmente comprende la manera de sacarles un mejor provecho es en Sinnoh, lugar donde decide ponerse a prueba junto a sus compañeros durante la especial Copa Wallace, tan especial que incluso May viaja desde su tierra natal para competir y probar si sus habilidades han mejorado lo suficiente como para obtener una opinión favorecedora del tan aclamado Wallace.
Es durante esta celebración, donde se supone que sus ojos deberían de mantenerse en sus amigas y conocidos, que no puede evitar que su mirada se desvié silenciosamente hacia una chica de corto cabello naranja que jamás había visto pero que no puede dejar de apreciar. La bella coordinadora permanece al otro lado de los camerinos sin entablar conversación con nadie ni mirar la televisión, levantando la cabeza únicamente cuando es finalmente llamada al escenario y entonces, conoce su nombre:
"La Sirena de Cerulean City, Misty"
El nombre de la ciudad hace eco en su memoria pero se olvida de todo en cuanto la ve en todo su esplendor bajo los reflectores, observando con curiosidad su atuendo de dos piezas donde el blanco, crema y distintas tonalidades de azul son las estrellas, con unos cuantos círculos fingiendo ser burbujas y estrellas de mar a los costados, casi puede jurar que en algún lado puede ver el brillo de pequeñas perlas pero por más que la cámara la esté enfocando no puede estar seguro de eso.
Mientras tanto el público como sus ojos son cautivados por su vestimenta rápidamente todo pasa a segundo plano cuando un pitido anuncia el inicio de su presentación y al fin comienza a moverse liberando a su Pokémon, un llamativo Corsola emerge alegremente de entre burbujas y estrellas, atrayendo la atención del público al ser uno de muchos ejemplares de Pokémon que no se veían a diario, sobre todo no uno tan bien cuidado que con tan solo salir de su Poké ball las ramas que sobresalen de su cuerpo brillan mucho más que todos aquellos accesorios hechos con el mismo material, algo que decía mucho sobre la crianza y el cuidado que la entrenadora tenía para/con su Pokémon, una hecho que en un instante le hacía ganar puntos sin siquiera haber realizado un ataque.
Su turno aun no llega cuando ve a Misty ingresar de nuevo a los camerinos, sus ojos siguen sin poder despegarse de su brillante y refrescante apariencia aunque se supone que debería de estar prestando atención a la conversación que tanto May como Dawn están llevando a cabo, quienes probablemente están soltando información sobre la presentación que acaban de observar así como datos sobre la chica, pero esta tan concentrado en ver la manera en que parece acomodar algo en su cabello como para siquiera prestarles atención a ellas.
Toda oportunidad de hablar con ella se pierde por completo cuando es su momento de subir al escenario, donde se las arregla para dar lo mejor de sí con Buizel tal cual como ya lo había planeado, regresando con sus compañeras solo para darse cuenta de que la chica ha desaparecido por completo de la sala, probablemente siendo del tipo que prefiere retirarse a otro espacio a esperar los resultados si no es estrictamente necesario permanecer junto al resto de concursantes.
—Esa chica, creo haber escuchado sobre ella mientras estábamos en Kanto. —dice pensativo mientras termina de acicalar a uno de sus Pokémon, expresando sus pensamientos ante un abatido Ash que, aunque había clasificado, no parecía tan animado como de costumbre.
—¿Que? ¿Qué chica? —levanta la cabeza de inmediato en cuanto escucha la voz de Brock que claramente estaba intentando hacerle conversación, sintiéndose ofendido por la sonrisa llena de soberbia que su compañero de viajes le dirige.
—La sirena Misty, tanto May como Dawn me comentaron que no podías dejar de mirarla —es feliz mientras hace tales señalamientos, respirando profundo conforme la nostalgia acaricia sus sentimientos por la tierra natal que han dejado atrás—, tal vez lo hayas olvidado tras todo el viaje pero Cerulean City se encuentra en Kanto, Ash, incluso tienen un gimnasio de donde debiste de haber obtenido una medalla.
En su rostro debe de mostrarse por completo su sincera sorpresa en cuanto escucha aquello, recordando vagamente la medalla con forma de gota que un trio de chicas le hicieron llegar tras hacer su berrinche del momento por querer un combate en toda regla y no que simplemente se la regalaran, enojado por ser, como siempre, el ultimo que llegaba y por tanto no podía obtener lo mismo que los demás.
—Por un momento juraría que me es demasiado familiar pero tendrá que confirmarlo con el gimnasio antes de decir algo, estoy seguro de que si esas hermanas tuvieran una que fuera coordinadora no dejarían de exhibirla en el gimnasio —piensa detenidamente acerca de las chicas que debieron haberse quedado entregando medallas, recordando que incluso una de ellas comenzó a realizar películas o algo así—, creo que ellas solían decir que tenían una hermana no tan bonita, pero no estaría seguro...
—Ella es bonita —dice repentinamente sin poder quedarse callado, como si las palabras de Brock fueran algún tipo de ofensa ante lo que acababan de apreciar sus ojos hace tan solo unas horas—, digo, su presentación y todo eso... Fue muy bonito.
El ex líder de gimnasio se quedó en silencio durante varios minutos, donde su rostro primeramente se mantuvo serio hasta que una sonrisa afloro naturalmente, mirando a su joven amigo como si fuera un padre observando a su hijo crecer y adentrándose a esas peligrosas aguas de las que no todos salen bien parados, orgulloso del sonrojo que se estaba extendiendo desde sus mejillas hasta sus orejas.
—Sí, tomando en cuenta que las fechas están algo relacionadas, cuando vuelvas a Kanto podríamos preguntar por ella, alguien en Cerulean debería conocerla. —regresa su atención al Pokémon que se encontraba cuidado, el cual ya casi se quedaba dormido entre sus brazos mientras dejaba que Ash se recuperara de su pequeño ataque.
—No está mal, los concursos Pokémon realmente nunca han sido lo mío pero si incluso mañana le va bien en los combates... —su mirada se encuentra en el cielo con tal de evadir la de Brock, mirando un punto fijo en la oscuridad cuando una idea aparece repentinamente en su cabeza—. ¡Si le va bien en los combates de mañana podría acercarme a hablar con ella!
El entrenador de Pokémon de tipo roca se queda en silencio con una sonrisa mientras regresaba a su Pokémon al lugar seguro dentro de la Poké ball, asintiendo ante la idea de Ash para darle confianza en lugar de decir algo tan obvio como que no necesitaba algo así para entablar una conversación, probablemente podría acercarse diciendo que era un novato buscando consejos de los más experimentados, pero la noche era tan joven como ellos y siempre era mejor permitirles ir a su paso en lugar de intervenir.
Que Arceus bendijera este encuentro, tal vez, predestinado y les permitiera caminar por un mismo sendero, algo le decía que esa joven debería de haber estado en su camino desde hace mucho tiempo atrás.
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