Día 7: Declaración


Declaración

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Ash y Misty caminaron hacia la oficina del profesor Oak en silencio. Los nervios del moreno estaban a flor de piel. Él seguía sosteniendo la mano de la chica. ¿Estaba nervioso por lo que le iba a confesar? Por supuesto que sí, pero... también estaba listo.

Cuando llegaron a la oficina, Ash cerró la puerta detrás de ellos y guio a la pelirroja al sillón que se encontraba ahí. Le soltó la mano para que se sentara y él se mantuvo en pie.

Misty se acomodó el vestido, para poder sentarse de una manera más cómoda—¿Por qué me trajiste aquí? —preguntó, rompiendo el silencio.

Ash bajó la mirada y al verla, le sonrió— Porque necesito decirte algo— Misty ladeo su cabeza y sintió que sus mejillas se sonrojaban— Bueno... —su corazón latía rápidamente y sus nervios iban en constante aumento. Suspiró— Maldita sea— miró hacia otro sitio y guio la palma de su mano a su nuca— esto es más difícil de lo que imaginaba— susurró para sí mismo.

Misty no era una persona estúpida y perfectamente podía apreciar todo el comportamiento de Ash y deducir que estaba tenso y nervioso. Eso era algo poco usual en él, Ash siempre estaba con una sonrisa confiada en su rostro. Lo que la llevó a deducir que lo que le estaba a punto de decir, era algo importante. No pudo evitar ponerse nerviosa— Ash— él volvió a mirarla y notó el color rojizo de las mejillas de él— Sabes que puedes decirme lo que sea— le dijo, para tratar de animarlo.

—Lo sé, pero es difícil— inspiró aire para calmarse un poco, dio un paso adelante y se sentó al lado de ella.

—Tan solo dilo, no creo que sea algo... — No alcanzó a terminar la frase, porque Ash ya estaba hablando nuevamente.

—Me retracto de lo que te dije— soltó de golpe.

—¿Qué? —Misty frunció el ceño— ¿Te retractas de confiar en mí?

—¿Qué? ¡No! —se apresuró a aclarar— no, claro que no.

—¿Y de qué te retractas entonces?

Ash se quedó unos segundos en silencio y cuando habló, dejó aún más confusa a la pelirroja— Maldición, todo esto es por la culpa de Dawn.

—¿Dawn? ¿Qué tiene que ver ella en todo esto?

—Por ella me di cuenta de todo— hizo una pausa leve— aunque ahora que lo pienso, Brock también estuvo ahí.

—Pero... —la paciencia de la pelirroja ya estaba quebrándose, en cualquier momento el Gyarados que llevaba en su interior saldría a flote. Contó hasta tres mentalmente y de nuevo habló— ¿Me puedes explicar de que te diste cuenta?

—Todo esto empezó a mis trece años— Miró hacia el techo, pensando— Bueno, no estoy seguro, creo que fue antes. En fin, a los trece me di cuenta.

—Ash— al parecer su paciencia había llegado a su límite— ¡No divagues, maldita sea! ¡¿Me puedes decir de qué te diste cuenta?!

—¡De que me gustas! —gritó y al instante sintió que todo el peso que durante todos años retenía en su espalda, desaparecía. Continúo hablando— Me gustas —volvió a decir, esta vez en un tono de voz más tranquilo y una lenta sonrisa apareció en sus labios— No puedo dejar de pensar en ti. Todo el día estoy pensando en lo que estarás haciendo. En tu pelo, tus ojos, tus manos— estiró sus manos, las guío hacia las de ella y cuando por fin las alcanzó, sintió que su corazón daba un vuelco. ¿En ese momento... estaba respirando? —Siento que cuando te miro, mi mundo da vueltas y ¿Para qué hablarte de mi corazón? él nunca me da tregua— soltó una leve risa— nunca me deja tranquilo cuando estoy a tu lado— sintió como ella apretaba el agarre en su mano— Es por eso que me retracto de lo que te dije, no quiero que olvides que te besé— vio que ella sonreía y eso le dio ánimos a seguir hablando— Tenía miedo— desvió la mirada y volvió a hablar—maldita sea, aún tengo miedo de que te alejes de mí.

—Ash...

—Déjame terminar, por favor— volvió a mirarla y nuevamente suspiró— Necesitaba decirte todo esto. Hace unas horas estuve coqueteando descaradamente contigo y eso no está bien, no cuando te había dicho una cosa y hacía otra completamente distinta después. Por lo que ahora ya lo sabes. Me gustas, Misty— una sonrisa apareció nuevamente en su rostro— Arceus, esto se sintió bien— susurró para sí mismo.

De un segundo a otro, unos brazos rodearon su anatomía, se quedó inmóvil y luego de superar la sorpresa inicial, la estrechó contra él— No podrías alejarme de ti aunque quisieras— ahora que ambos estaban cerca, pudo sentir claramente la velocidad de latidos del corazón de ella y pudo comprobar que latían igual de rápidos que los de suyos— soy bastante terca cuando quiero serlo— susurró contra su pecho.

—No me lo tienes que jurar— susurró Ash y al instante, sintió un pequeño golpe en su brazo. Se rio.

Misty se separó de él unos centímetros y lo miró a los ojos— Hablo enserio, yo... no podría separarme de ti— sintió que sus mejillas se sonrojaban, pero siguió hablando— no puedo creer que ambos estábamos en la misma página—soltó una risa y Ash abrió los ojos como platos.

—¿Tú...?

—Sí— respondió— también me gustas, Ash.

—Entonces... lo del otro día... —apoyó su frente contra el hombro de ella— no me puedo creer que fui tan estúpido.

—Ahora todo tiene más sentido— comenzó a decir Misty— no te resististe a mis encantos— Ash soltó una pequeña risa— y después de besarme, te dio miedo. Por eso no me dejaste hablar y soltaste todas esas payasadas ¿Verdad? —Ash asintió.

—¿Qué ibas a decirme? —se separó de ella nuevamente, para poder verla a los ojos.

Las mejillas de ella se encendieron, pero no dejó de mirarlo— Te lo iba a confesar todo, pero después dijiste que lo olvidáramos...— en su rostro se podía ver el dolor, por lo que Ash acarició su hombro en señal de apoyo— y no me atreví a decirte nada.

Ash movió su mano hacia la mejilla de ella—Quiero compensar esto de alguna manera— vio que ella apoyaba su cabeza contra su palma, encantada— sal conmigo.

—¿En una cita? —vio que los ojos de ella se iluminaban y juró que jamás había visto algo más hermoso que eso. Sintió que su estómago daba un vuelco descontrolado.

Ash asintió— Sip— apoyó su frente contra la de ella— si es lo que quieres.

—Claro, me encantaría.

El moreno la atrajo hacia él, nuevamente abrazándola— No puedo creer que esto esté pasando, pensé que me rechazarías de una manera amable y me dirías que solo me veías como un amigo.

Sintió la risa de ella— No puedo creer que no te dieras cuenta— señaló la puerta y habló— estoy segura de que absolutamente todas las personas que están allá afuera, saben lo que siento por ti.

—Soy algo lento.

Misty lo miró con una mueca burlona—No me lo tienes que jurar— dijo repitiendo lo que hace unos minutos había dicho el moreno.

Ash rodó los ojos, pero volvió a sonreír— ¿Y qué hay de ti? —también señaló la puerta— al igual que contigo, todos ellos saben lo que siento por ti.

—No puedes culparme, siempre estabas pendiente de las batallas Pokémon y de nada más— lo acusó.

—Touché— respondió.

Pasaron unos minutos callados, tan solo abrazados uno al otro. Sin importarles nada más que tener al otro en sus brazos. La calidez y la alegría los invadían por completo. No podían creer que lo que estaba pasando era real, que estaba sucediendo, que no era un sueño.

Ash recordó aquella Mini Misty que tenía guardada en su habitación. Fue gracias a eso, que Dawn le expuso lo evidente. Si aquella vez él no hubiera sacado su amuleto de la suerte, la peli azul no lo habría deducido y él probablemente hubiera tardado unos cuantos años más en descubrir aquello que albergaba en su corazón. Diablos, se estaba volviendo muy cursi en poco tiempo, pensó. Sintió la respiración de ella sobre su pecho y todo eso no le importó. Si ella estaba a gusto con él, no importaba nada más.

—Ponte algo cómodo para mañana— le dijo guiñándole un ojo.

—¿Mañana?

—Sí, mañana— afirmó, mientras se acercaba a ella— y si me disculpas, llevo toda la maldita noche pensando en besarte, así que, si me lo permites, ahora mismo lo haré.

Y sin esperar una respuesta, la besó.

Sabía perfectamente a dónde la llevaría. Quería que su primera cita fuera en el lugar en el que se habían conocido y también, de alguna u otra manera, quería que esa salida tuviera que ver con uno de los objetos que lo hicieron darse cuenta de sus sentimientos por ella y de paso, le pasaría ese pequeño obsequio que le tenía.

Sí, se había vuelto un completo cursi.

Pero ya no le importaba.

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¡Hola! ¡Feliz día del pokeshipping!

Aquí traigo por fin la continuación del día 2 jajaja

No me puedo creer que fui escribiendo todo durante la semana, con todo y las pruebas/trabajos que tenía que hacer para la universidad jajajaja

Espero que les haya gustado estos pequeños relatos, me hizo muy feliz volver a escribir sobre mis dos consentidos. Siempre los tendré en mi corazón, no importa los años que pasen.

Nos leemos en alguna otra ocasión.

CELMYAEPYEN_06

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