—Ahhhh oh si. ¡Mel! —

—Hmmm—no sabía ni como habían llegado hasta eso. Todo empezó con un suave beso cargado de lujuria pero justo en ese momento parecía ser algo más. Sus lenguas se entrelazaban la una con la otra, su rodilla frotaba la intimidad de la chica sacando alaridos fuertes de su boca por el placer y una de su mano apretaba su seno izquierdo—Elizabeth—

—Haz lo que quieras cariño...ahhh—se separó de el beso cuando la escucho decir eso, la ira volvía a fluir en su cuerpo como el fuego del infierno—Hum. ¿Qué sucede? ¿Por qué te detienes? —

—¿Por qué ese apodo? Solo es sexo pasajero elizabeth—escupió sus palabras con enojo frunciendo su ceño. Para su mala suerte esta vez ese carácter no le ayudó pues la chica le dio una cachetada volteando su cabeza y luego se le subió encima ante el anonadado meliodas

—Porque es la verdad, te amo meliodas. Empecé a amarte hace mucho tiempo cuando corte con mael—el mas bajó solo sobo su mejilla aún sin salir del shock y luego llevo sus manos a su cadera

—¿Qué? —

—Creo que es hora de que te lo diga todo—sonrió cálida mente acariciando la misma mejilla que le había golpeado segundos atrás. No sabía si esa chica era bipolar o en verdad la había hecho enojar, aunque bueno, tenía merecido ese golpe