—¡Que se pudra el amor! —

—H-Hermano ya deja de tomar—durante los últimos días no había momento donde no se la pasara ebrio. Gritaba incoherencias, decía malas palabras o simplemente se desmaya a de la ebriedad. Siendo sinceros lo prefería así que maldiciendo a la más alta completamente consiente—Ya meliodas te hará daño—

—¡No! Yo quiero.. Hip... Solo quiero tomar—respondió ido de si mismo. Zeldris negó con la cabeza tomando la cerveza que su mayor tenía entre sus manos para retirarsela de forma inútil—¡No zel! ¡Ve a...hip...coger con gelda o algo! —

—No, no voy a dejarte —

—¡Aprovecha que tú tienes amor! Yo en cambio solo soy un hijo de puta que...hip...que fue engañado dos veces por la misma... —frunció el ceño—Por esa...—sollozo—¡Por esa maldita hija de perra! —

—Y tampoco permitiré que hables así de elizabeth—frunció el ceño. Comprendía que estaba mal, comprendía que sólo quería maldecir su nombre y olvidarla pero no podía permitir que lo hiciera, al menos no por ese momento—