51
—Largo... —apenas tuvo voz para poder decirle eso. Su cuerpo seguía inerte y con las gotas de sudor perlando su cuerpo. Sentía unas inmensas ganas de abrazar su cuerpo y llenarla de besos pero estaba tan enojado que en esos momentos no quería hacerlo. Él no era así, cuando eran jóvenes y eran amigos siempre jugaban, apostaban cosas materiales pero sin valor, uno que otro billete, cartas, incluso cupones que ellos mismos hacían para dedicarse tiempo entre ellos. Recordaba a verse enamorado de ella profundamente, su corazón latía con cada abrazo, sus mejillas se ponían rojas con cada sonrisa, deseaba poder besarla pero el día que se había preparado para profesarle su amor, la encontró comiéndose a besos con el idiota de mael. Se dio una idea de que todas las mujeres eran iguales, siempre te daban señales contradictorias para romperte el corazón y fue cuando empezó a usar su intelecto para cosas más fuertes y grandes y a acostarse con cualquiera. Ahora mismo, creía tener la oportunidad de quitarse ese dolor en su corazón, de olvidar a esa albina que lo había lastimado solo para darse cuenta de que era ella misma otra vez —Ponte la ropa y largate—
—Mel...—ella reaccionó apenas escucho esa voz fría. Su máscara de había caído y estaba tan concentrada en el placer que no se había dado cuenta. Maldita sea, se levantó un poco para mirar sus ojos y la mirada oscura que encontró la hizo temblar—Meliodas yo...—
—Fuera,no te quiero ver, no te quiero cerca —lo que mas temía se había vuelto realidad.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top