King lanzó la pequeña bola blanca empezando a girar la ruleta. Meliodas estaba atento a cada lugar en donde la bola no dejaba de girar y girar, se llevaba su cigarrillo a la boca para soltar el humo con poco interés aumentando el dolor en el pecho de la joven. Ella pensaba que no le importaba lo que le había dicho pero en realidad aquel genio no dejaba de ver para hacer una apuesta final al último momento

12...16...30...2...20...

—Apuesto por el número 33—dijo unos segundos terminando de colocar su dinero en aquel número y sonreír ancho. Si su fallecida madre le había enseñado algo era que siempre debía de mantenerse con la cabeza fría antes de apostar algo grande

25...30...15...20...33

La bola blanca se detuvo en aquel número deteniendo la ruleta al instante y dejando a ambos camareros y a la dama con la boca abierta. Había pocas probabilidades de que eso sucediera. ¿Cómo fue que...?—

—Al parecer he ganado...de nuevo Nishishi—se rió fuerte causando un escalofrío en la espalda de la joven y apago su cigarro bajando de su silla—Ahora. ¿Me acompaña? —

—Yo...—

—No se preocupe, la llevaré a algún restaurante su así lo gusta o...—

—A su casa —el rubio alzó una ceja sintiendo como la de cabellos plata abrazaba su brazo y le sonreía—Me sentiría más cómoda su fuera en su casa—con algunas ideas en mente el más bajo no dudo en hacerle caso, solo trono sus dedos consiguiendo que ambos camareros le entregarán las fichas que había ganado y se dirigió a la barra. Aún debía hacer un par de cosas antes de empezar con el consejo de su amigo.