—No le recomiendo que haga esto...Grr—gruño en bajo, la joven parecía querer retenerlo mientras movía sus caderas sobre su miembro medio efecto y soltaba pequeñas risas sobre su oído. Debía ir por su amiga, son embargo, la tentación de recibir un placer igual al que dio le estaba nublando la mente—Se lo aseguro, no quiere provocarme —

—Hmm ¿y por qué no? —sonrió un poco, llevando su lengua hasta la oreja de el mencionado para succionar la levemente.

—Ahh...porque si lo hace, le arrancare ese bello vestido sexy y tal vez la máscara también—la joven se detuvo por esa mención y se alejo un poco. El blondo finalmente empezó a tomar aire sosteniéndose de la pared para no caer y cuando la neblina roja de la lujuria empezaba a alejarse de él, la patinada se había puesto de rodillas y empezaba a quitar su pantalón con rapidez, casi como una desesperada hambrienta—Beth...—

—Te pago el favor—