—Meli~—chillo una mujer con un vestido ajustado mientras se sentaba a su lado en el sillón rojo—Anda, una partida—pero el rubio le lanzó una mirada que repelia a todo aquel que la veía y negó con la cabeza. No lo malinterpreten, le gustaba cuando lo retaban pero odiaba cuando alguna zorra con esa clase de intensiones se le insinuaba, no negaba una buena noche cuando lo necesitaba pero también había ocasiones donde el simple hecho de tener a una femenina cerca por su dinero le ponía de malas

—Meli-bu~— hablo en un tono meloso otra dama que decidió ser más atrevida y pasar su pálida mano por el abdomen cubierto de el mas bajó—Anda, prometemos portar nos buenas—fingieron ambas una inocencia que no poseían haciéndolo suspirar

—Creo que aclare la última vez que no quería nada con ustedes dos—se sonó el puente de la nariz con frustración —Jenna, zaneri, les pido que me dejen solo a menos que quieran ser...humilladas nuevamente—dijo lo último con un tono ronco que causó escalofríos en ambas femeninas, recordar ese suceso fue suficiente para que ambas pusieran caras de terror y se alejaran en busca de una víctima más. Meliodas sólo bajo la mirada, antipático, mirando las cartas frente a él cuando sintió una presencia que se balanceaba hacia él de forma hipnótica. Levantó la cabeza dispuesto a repelerla al igual que a las dos otras zorras que se habían ido cuando quedó estupefacto

—Señor demon, ¿me permite una partida? —