Capítulo 9, Descanso.

–¿Cómo lo hizo?–preguntó una voz temblorosa mientras intentaba levantarse inútilmente del suelo lleno de piedras en esa cueva oscura.

–Se s-suponía que v-vendrían los Sactus para r-rescatarla, entonces los eli-eliminábamos–comentó otra envuelta en tartamudeos.

–¡Es porque se confiaron imbéciles!–gritó una haciéndose escuchar sobre los murmuros.

–¿Señor Kabutops? ¿Cuándo regresó?–preguntó un Ivysaur.

–Hoy mismo, los Omastar y yo logramos eliminar una base de los Sactus, ni siquiera se lo esperaron–contestó Kabutops mientras levantaba a un Monferno inconsciente y lo dejaba en una cama de hojas.

–¡Fue divertido, incluso matamos al jefe de ese lugar! Era un Gallade, ¿no?–dijo un Omastar mientras caminaba por el techo de la cueva, o más bien se arrastraba.

–¿Cómo es que la chiquilla escapó?–preguntó el otro Omastar atónito de que una Igglybuff escapara de seis Pokémon muy fuertes.

–Solo hubo un destello de luz y para cuándo me di cuenta, un Giga Impacto me derrotó sin problemas–contestó Arcanine levantándose a duras penas.

–Un Hidrobomba me debilitó a mí después del destello, no pude preveerlo–dijo el Lycanroc nocturno apoyándose en una roca para tratar de no verse débil a pesar de que lo hacía porque no podía sostenerse por sí mismo.

–Yo sentí un electro choque y caí, así sin más–añadió Rufflet todavía en el suelo pero dirigiendo su mirada a su jefe.

–Yo no pude ver nada, sólo caí desmayado después del destello–dijo el Monferno mientras se levantaba sosteniendo su brazo izquierdo con el derecho.

–Yo sentí una potente Llamarada luego del haz de luz y caí inconsciente–comentó el Ivysaur tras despertarse en la cama de hojas.

–Yo fuí impactado con un Psicorrayo o un Psíquico, no lo pude identificar, pero vaya que dolió–agregó el Machoke haciendo flexiones de brazos para compensar su ineficiencia.

–Pero hay algo en que todos concordamos–dijo Lycanroc.

–Queremos matar a esa chiquilla–dijeron todos excepto los Omastar y el Kabutops al unísono, haciendo que emoción apareciera en los ojos de Kabutops.

–Ya tenemos un objetivo–afirmó Kabutops–prepárense, entrenaremos más duro que nunca.

–Base número 3 de la organización Sactus, sector de la despensa–

–¡Y entonces con un Hidrobomba derroté al líder!–repetía incesantemente Igglybuff mientras comía su desayuno.

–Sí, claro, y Braixen es novia de Grovyle–dijo Snivy dándole un bocado a sus bayas, esta acción hizo que Grovyle que se sonrojara levemente.

–No me interesan tales cosas–murmuró Grovyle, despertando la curiosidad en su compañera, quién lo miro pícaramente–¡que no tuvimos relaciones joder!

–No te preocupes, te creo, casanova–respondió Snivy desviando la mirada provocando una reprimenda de su líder–ya tranquilízate Grovyle, son sólo bromas, parece que te volviste viejo cuándo evolucionaste.

Igglybuff sólo miraba espectante la forma en que ellos discutían, mientras robaba la comida del tazón de Grovyle sin que éste se percatase.

–¿Está ocupado?–dijo una voz insegura y suave mientras señalaba el asiento junto a Igglybuff con su pata izquierda, y con su boca tenía su desayuno.

–Igglybuff, acércate un poco para que pueda sentarse–contestó Grovyle acercando a la mencionada con su tazón mientras el Pokémon se sentaba.

–Soy Absol, un gusto–dijo la Pokémon mientras inclinaba su cabeza en señal de saludo.

–Soy Snivy, él es mi patético compañero y la pequeña es Igglybuff, el gusto es mío–contestó la Pokémon de tipo Planta.

–¿Eres nueva?–preguntó Grovyle mientras dejaba su tazón un poco más adelante en señal de haber terminado su desayuno.

–En efecto, me uní hace dos días, me sorprende que no te haya visto antes–contestó Absol tras llevar una baya Gonlan a su boca, disfrutándola con deleite.

–Suelo comer en mi habitación, te dan esos privilegios si eres invitado a unirte formalmente a la organización–comentó Grovyle mirándolo fijamente.

–¿¡Te invitaron a formar parte de los Sactus!? Qué honor debe ser eso–dijo Absol con impresión mientras se golpeaba levemente el pecho tras darse cuenta de que se había ahogado.

–Sí, nos dieron unos días para pensarlo, a decir verdad, me interesaba al principio, pero con todas las historias que nos cuenta ésta pequeña–dijo Grovyle acariciando levemente la cabeza de Igglybuff mientras comía todavía su tazón, pues ella solía tardar en comer–dudo mucho que la organización la haya rescatado cómo dicen.

–¡Pero la rescataron Grovyle! ¿De qué otra manera pudo haber aparecido ella después de ser raptada por seis imbéciles?–agregó Snivy exaltada e inconforme con que su compañero dudara de tal organización.

–No lo sé un niño no saca de la nada tremendas historias de que con un Giga Impacto derrotó a un Arcanine, ¡piénsalo por un momento Snivy–contestó Grovyle con seriedad, Absol sentía la tensión.

–¡Grovyle, amigo! ¿Puedo sentarme?–dijo una voz nueva,, tras ver bien, se trataba de Electabuzz con su respectiva bandeja con más comida de la que ofrecen a los que no forman parte de la organización, privilegios de ser un miembro de los Sactus, pensó Grovyle.

Éste sólo asintió y tras ver la Absol comer distraídamente su comida, éste se acercó levemente y tras toser disimuladamente procedió a hablar.

–Hola, hermosura, soy Electabuzz, pero puedes llamar el rey de tus sueños más húmed...–comenzó a decir Electabuzz con una mirada pícara, pero fue interrumpido.

–Soy Absol, mucho gusto y por favor no invadas mi espacio personal–contestó la que se presentó mientras lo apartaba lentamente a Electabuzz quién quedó estupefacto.

–Te haces la difícil, me gusta eso–comentó Electabuzz con una sonrisa–pero bueno, Grovyle, ¿cómo has estado?

–En primera, por favor no la molestes, no quiero que nos llevemos mal, y en segunda; bien, Snivy e Igglybuff se unirán hoy en la noche a los Sactus–contestó Grovyle mirando fijamente a Electabuzz para posterior a eso reclinarse un poco en el asiento del comedor.

–No te preocupes, si nos vamos a conocer, se supone que nos conozca como somos, no quiero dar falsas esperanzas en que soy caballeroso, pero vaya que soy genial–agregó con aires de grandeza el Pokémon Eléctrico mientras le guiñaba un ojo a la Absol quién disimuladamente desvío la mirada–entonces, ¿qué hay de tí? Te unirás, ¿verdad?

–No lo sé, el Torneo al que quiero asistir es en una semana, no me serviría de nada pasar el tiempo aquí, sería completamente inútil–comentó Grovyle mientras se levantaba con su tazón para salir del recinto–Absol, me gustaría que te unieras a mi equipo, se ve de lejos que eres reservada.

–¡No es justo, Grovyle, yo le pedí a mis superiores que la reclutaran!–vociferó con desagrado Electabuzz levantándose bruscamente de su asiento. Absol tras ver eso, se levantó y procedió a sentarse en una mesa más alejada.

–¡Pero si eres idiota! ¡Ella no me agrada de esa manera!–exclamó Grovyle regresando de dejar su tazón de bayas en una especie de mesa donde servían dicha comida–¡Yo no soy tú!

–¿En serio? Pensé que tú, bueno, ya sabes, te gustab...

–¿A Grovyle le gusta quién?–preguntó una voz conocida y aparentemente temida por el Pokémon Eléctrico, haciendo que éste se palideciera a más no poder.

–¡P-Pues de tí B-Braixen! ¿De quién más se enamoraría Grovyle si no es de un ángel caído del cielo?–tartamudeó Electabuzz mientras se daba vuelta lentamente con una sonrisa forzosamente hecha.

–Un ángel que se desfiguró la cara cuándo cayó del cielo...–murmuró Snivy, y para su suerte, nadie la escuchó.

–¿Eres celosa, mi querida Braixen?–preguntó con una leve sonrisa Grovyle mientras se acercaba a la Pokémon tipo Fuego/Psíquico para rodear sus caderas con sus brazos y posteriormente darle un apasionado beso en los labios, haciendo que ésta se sonrojara levemente.

Snivy al ver esto le tapó los ojos a Igglybuff quién miraba detenidamente cómo su compañero de acercaba a la Braixen y la rodeaba con sus brazos, pero más allá de eso no pudo visualizar absolutamente nada debido a que le taparon los pequeños orbes rosas, haciendo una leve queja y tratando de apartar la mano de la Pokémon de tipo Planta.

–Igglybuff y yo nos vamos–agregó Snivy mientras se llevaba a la mencionada a quién sabe dónde.

–Deja de estar celosa, ¿si? Te quiero solamente a tí–murmuró Grovyle mientras le acariciaba la mejilla a la Pokémon de tipo Fuego/Psíquico, ésta sólo lo miraba anonadada. Snivy se fue al darse cuenta que los tórtolos no se habían percatado del comentario de la Pokémon tipo Planta.

–¿Cómo fue que alguien cómo él se fijó en mí?–pensó la Braixen mientras miraba cada facciones que conformaban el bello rostro de su "amigo", según ella.

Una tos seca y forzada se vio presente en el lugar, ésta se trataba de Electabuzz, quién buscó la atención de la manera más cliché y a la vez útil.

–Búsquense una habitación–bromeó el Pokémon, provocando un sonrojo en Grovyle y Braixen, acto seguido, un golpe en la cabeza de Electabuzz apareció, dando a entender que Braixen le hizo pagar–de acuerdo, está bien, ¿necesitan métodos anticonceptivos para hacerlo en la habitación?

–No te mato porque me das pena–dijo Grovyle levemente molesto.

–Mentira, no me matas porque me quieres demasiado–contestó Electabuzz comiendo bayas de la manera más rápida posible.

–Qué glotón eres–agregó Braixen mientras se sentaba y empezaba a desayunar.

–Es que hay una junta y me convocaron, ¿a tí no, Braixen?–respondió Electabuzz mientras tomaba el zumo de bayas tras atragantarse con la comida.

–No, me dieron el día libre–dijo la mencionada.

–Me voy, necesito acomodar unas cosas y hablar con Empoleon–dijo Grovyle y tras darle un beso en la frente a su "amiga", procedió a irse.

Narra Grovyle

Me dirigí a la habitación en la que me hospedaba en la base, ya eran cuatro días en los que nos quedamos aquí, y a pesar de los Pokémon nuevos que conocí, este lugar ya me parece monótono. Entrando a la habitación me encontré una nota sobre la cama, y tras sentarme en un costado, procedí a leerla.

Grovyle, nos complace informarle que usted ha sido formalmente invitado a la ceremonia de admisión de reclutas potenciales para la Organización Sactus. La ceremonia se realizará después del desayuno, por favor asistir al área principal para ser considerado un miembro de la organización. Muchas gracias.

Vaya, qué buena escritura–pensé tras terminar de leer la carta.

Acomodé un bolso con bayas y una botella de agua y la dejé sobre la cama junto a la nota y salí de la habitación y comenzé a buscar a Empoleon. Hasta que lo encontré hablando con un Staraptor.

–Exactamente, señor, las tropas aéreas están haciendo lo suyo y el enemigo se está retirando, creemos que harán un ataque sorpresa para intentar diezmar nuestras tropas–escuché decir al Pokémon que hablaba con el imponente Pokémon tipo Agua/Acero.

–Está bien, gracias por el informe, se lo informaré y traeré tus siguientes órdenes, retírate, Staraptor, haz que la Resistencia pague por lo que nos hizo–respondió Empoleon mientras se despedía del Pokémon para llegar conmigo y entablar ésta vez nosotros la conversación.

Cabe destacar que oir el nombre de la Resistencia me perturbó un poco. Pero tenía que estar firme.

–Buenos días, Empoleon–comenzé a decir mientras hacía una reverencia–tenemos que hablar.

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