Capítulo 8, La llegada, celos y más.
No pude dormir en toda la noche pensando en aquél momento en el que todas mis preocupaciones desaparecieron con ese corto y apasionado beso. Un sentimiento nunca antes visto en mí había nacido.
Tocaron la puerta, dí el permiso y por la misma entró Snivy con una pequeña sonrisa.
–¿Por qué sonríes con un imbécil Grovyle?–preguntó con un tono alegre, algo no muy común en ella.
–¿No puedo ser feliz por un día?–contesté con otra pregunta sin siquiera sacar la sonrisa de mi cara.
–¡Entonces deberías ser aún más feliz si yo estoy aquí!–gritó una voz diminuta y femenina, y sentí el peso de una especie de bolsa rosada saltar encima mío, provocando un pequeño malestar, pero este se disolvió en cuánto la ví.
–¿¡IGGLYBUFF!?–grité exaltado y emocionado, pues no pensaba que la rescatarían tan pronto.
–La rescataron anoche, luego de que Braixen regresara de entrenar, y por cierto, felicitaciones por dejar de ser un debilucho.
–¡No comienzes con tus molestos...! ¿Cumplidos?
–¿Qué? ¿acaso no puedo felicitarte?
–Es que no suelo escucharte decir eso a menudo–dije mientras acariciaba levemente la cabeza a Igglybuff, quién sólo soltaba suspiros pequeños de satisfacción.
–No te acostumbres–exclamó Snivy con una sonrisa mientras miraba a Igglybuff.
–No planeo hacerlo–contesté.
–Así que... entrenando a media noche con Braixen, ¿eh?
–¡DEJA DE JODER!
–¡Es que todo concuerda! tú con ella a media noche, en el área de entrenamiento cerrada con llave, tu evolución, ¡no lo niegues!–gritó Snivy mientras hacía ademanes de mano cómo si de un descubrimiento se tratara.
–¡Qué no sucedió nada!–exclamé ya sin mi sonrisa, Igglybuff sólo observaba feliz.
De repente, tocaron la puerta, tras dar nuevamente el permiso, accedió la misma Bayleef que si mal no recuerdo estaba en el grupo de Braixen cuándo nos rescataron.
–Snivy, vamos, ya es hora del desayuno–dijo la Bayleef a la mencionada, tras eso, me miró fijamente a los ojos–tú debes ser Treecko, un gusto, Braixen no para de hablar de...
Unas manos le taparon la boca, y tras la puerta apareció Braixen susurrándole algo a su compañera, quién asentía con la cabeza cómo si le estuviera ordenándole.
–Snivy, Igglybuff, Treecko, ya es hora del desayuno–anunció Braixen mientras me dedicaba un guiño, lo cuál hizo que me ruborize.
–Bueno, supongo que la mañana en la cama debe terminar–dije tras levantarme y hacer un estiramiento, demostrando la diferencia de alturas entre Snivy y yo.
El desayuno fue tranquilo y alegre, pues Snivy se llevó a Igglybuff a conocer a su amiga Bayleef y a sus amigas, quedándome yo con Braixen y algunos de sus amigo, tales cómo el Dragonair de la otra vez y con un Electabuzz, los cuáles me cayeron rápidamente bien, ya que Electabuzz tenía aires bromistas similares a los de Snivy, y Dragonair es tímido e inseguro, algo raro en un dragón.
–¡Y con un Rayo destruí su maldita guarida! algo electrizante, ¿entiendes?–dijo Electabuzz mientras golpeaba levemente con su codo a Dragonair, quién sólo soltó un suspiro y miró hacia otro lado mientras que con su cola tomaba una baya Zreza y la llevaba a su boca.
Yo solté una pequeña risita.
–Ey, no te rías, harás que siga con sus anécdotas tontas–dijo Braixen mientras me miraba reír.
–¡ya oíste su risa, le gusta!–gritó Electabuzz–¡una vez electrocuté a un pelotón de Pelippers, fue genial!
Una Goodra pasó caminando y Dragonair le hizo señas con la cabeza para que se sentara, la Pokémon aceptó.
–¿Quién es ella? ¿tú novia?–preguntó Electabuzz.
–¡N-no e-es mi n-novia!–dijo un ruborizado Dragonair. La pregunta de Electabuzz parecía estar acertada, debido a que Goodra miraba a Dragonair de una manera... ¿interesada, tierna? no sé cómo explicarlo (ésta estaba comiendo al lado de él).
–Soy Grovyle, un gusto–dije metiendo un baya Aranja en mi boca disfrutándola con deleite.
–Goodra, el gusto es mío–respongió la Pokémon con una sonrisa sincera.
Narra Electabuzz.
Noté cómo Braixen miraba raro a Goodra, quién conversaba animadamente con Grovyle, noté también que Dragonair miraba de la misma manera a Grovyle. Espera... ¿Celos? vaya vaya, esto es material de comedia.
–El ambiente está, electrizante, ¿no cree...?–pero fui estrepitosamente interrumpido.
–¡Cállate Electabuzz!–gritaron al unísono Braixen y Dragonair, Goodra y Grovyle sólo miraban a Dragonair y a Braixen.
–Estuvo rico, adiós–dije triste tras ser gritado, no me importaba en lo absoluto, es sólo que... quería que se sientan mal.
–Espera, perdón por gritarte Electabuzz–dijo con un tono arrepentido Dragonair.
–¡No te preocupes! estoy bien, sólo, iré a limpiar mis lágrimas y trataré de no pensar que por un momento, mis mejores amigos me... gritaron, haciéndome sentir mal, y, y...–una alarma empezó a sonar por la base, pero ésta no era de emergencia, era de el término de la hora del desayuno.
–Bien, fue un placer conocerlos chicos–dijo Grovyle levantándose y yéndose acompañado de una Snivy y una Igglybuff.
–Para mí no–murmuró Dragonair, vaya vaya, alguien estaba más que celoso.
Narra Grovyle.
–¿Y cómo estuvo el desayuno Grovyle?–preguntó Snivy mientras dejaba el tazón de ella y de Igglybuff sobre una especie de mesa.
–Bien, conocí a tres Pokémon agradables, un Electabuzz, un Dragonair y una Goodra, este lugar está lleno de gente fuerte, por lo que se ve–contesté.
De repente, ví a Empoleon caminar hacia mí con un papel. Cuándo llegó, hizo una especie de referencia y al mirarme, nos hizo una propuesta.
–¿Les gustaría formar parte de Sactus?
Me quedé sin palabras, ¿quería?
–¡Sí!–dijeron al unísono Snivy y Igglybuff, pero yo dije algo diferente.
–¿Así sin más?
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