III.Capítulo 3: El primer secreto
Un Zoroark y una Delphox estaban sentados en unas rocas de un río que llevaban siguiendo desde que se fueron del laboratorio. Ahora estaban en un pinar, perdidos, del que solo se sabían orientar, gracias a la posición del sol y a la aparente experiencia del Zoroark por estos lugares. A Cintia aún le costaba ubicarse, hacía mucho tiempo que no salía y tenía que ir adaptándose otra vez. Tampoco sabía donde estaba exactamente, aunque había un lugar que a la Delphox le resultaba muy familiar. El Zoroark husmeó el ambiente.
-Estamos cerca- confirmó.
-Esta zona me suena- dijo Cintia.
-Supongo que sí. Al fin y al cabo, esta es tu especialidad - respondió con una media sonrisa.
La Delphox agarró el saco que había convertido en bandolera el día anterior al brevemente, ser imbuida por la Esencia inconscientemente. Se levantó y le lanzó una mirada de duda. Retomaron el descenso por el río durante unas horas más. Con el sol comenzando su descenso por su derecha, el río comenzó a perderse y el Zoroark fue hacia otra dirección. Cintia le siguió extrañada.
El paisaje de pronto, pasó de ser un bosque de pinos, a un prado donde largas rocas comenzaron a poblar la vegetación mientras los árboles menguaban en su tamaño hasta desaparecer. En su lugar, unos bloques de roca apilados empezaron a surgir a cada paso que daban. Había grabados en algunos de ellos que le resultaban muy familiares. Había muchas rocas con marcas y otras parecían estar guiándolos hacia algún lugar al estar puestas en forma de columnas.
Cintia observó a su alrededor y todo le resultaba familiar. Ya había estado aquí antes... ¿Pero cuándo?
El Zoroark siguió caminando mientras Cintia empezaba a palpar los grabados de algunas piedras. Algunos contenían símbolos que había estudiado e investigado en algún momento. Atravesaron un gran muro de pilares que rodeaban la zona de forma cuadrada, como si estuvieran en una plaza y llegaron a lo que parecía ser el centro. Una construcción de piedra que parecía ser la entrada de un templo, solo que había sido sellada por una gran roca; o más bien, una de las vigas caídas de la entrada.
-Este lugar... - dijo Cintia- ¡son las ruinas de Caelestis! El lugar donde la leyenda...
-... donde la leyenda de Arceus fue descifrada- interrumpió el Zoroark- Deimos se aseguró de sepultar estas ruinas para que nadie supiese más de este lugar; y nadie encontrarse lo que él encontró en este lugar.
-¿El qué?- preguntó la Delphox- he venido varias veces a este lugar y llegamos a descifrar el enigma del trío de Dialga, Palkia y Giratina.
El Zoroark negó con la cabeza y señaló la bolsa de tela.
-Pasasteis algo por alto- dijo el Pokemon siniestro- no llegasteis a correlacionar el resto de los tríos de legendarios del resto de regiones- la Delphox se puso pensativa- ¿Por qué tres?- preguntó el Zoroark.
-Es una pregunta que siempre se han hecho muchos filósofos... - respondió Cintia- algunos creen que el tres representa la perfección, el mundo, el equilibrio...
-Deimos también se hizo esa misma pregunta, pero fue más allá- el Zoroark se acercó a la entrada destruida y le hizo un gesto a la Delphox para que se acercara.
-Al investigar la historia Pokemon, se dio cuenta de algo. Había ciertas tendencias hacia algunos números, unas constantes que parecían predeterminar sucesos, tiempos... El propio concepto del destino parecía como si se pudiera determinar... como si hubiese algo más allá que de encargaba de controlar nuestro destino.
El Zoroark se acercó a la Esencia y Cintia sintió como un gran poder comenzaba a surgir de ella hasta cubrirla entera. El Zoroark le hizo un gesto para que apartarse las rocas.
Cintia sacó su varita y usó Psíquico sobre ella. Para su sorpresa, la tierra empezó a temblar y las rocas gigantes que impedían el paso hacia el templo comenzaron a levantarse. La Delphox sentía cómo la Esencia fluía a través de ella sin parar, como un fuego ardiente; volviendo fácil lo que parecía imposible. Notó como su cuerpo comenzaba a doler.
-Deimos comenzó a encontrar un patrón en este mundo... Una especie de código predeterminado. Los Uknown era una de las vías a las cuestiones de este mundo. Las reglas... Eso es lo que le hizo darse cuenta de que solo necesitaba seguir unos sencillos pasos- el Zoroark hizo el gesto de comillas al decirlo- un viaje que duró un pequeño tiempo.
Cintia dejó caer las rocas a plomo mientras se resquebrajaban y se rompían en varios trozos. Al relajar los músculos, notó un gran dolor y sus fuerzas le fallaron, haciendo que cayera al suelo del esfuerzo. El Zoroark le tendió una garra.
-Es el efecto de la Esencia. No estás acostumbrada. O más bien, nuestros cuerpos no son lo suficientemente resistentes para soportar la carga de la misma.
Cintia se levantó con un poco de dificultad y ambos entraron al templo. La Delphox se concentró en generar una llama desde su palo y creó una esfera de fuego de luz lo suficientemente brillante para poder ver los pasillos por los que se iban a meter. Observó los glifos de las paredes mientras caminaban la ruta que una vez, hace algún tiempo recorrió.
-Fue aquí donde descubrimos que Giratina existía... - dijo Cintia mientras llegaban al centro del templo- ahí es donde confundimos el Trío del Lago con el Trío de la creación...
-Vosotros llegasteis hasta ahí- comentó el Zoroark- pero no visteis más allá.
La Delphox sintió que ese comentario le había dolido en el ego.
-¿Qué quieres decir con que había algo más?
Sin mediar palabra, el Zoroark rodeó el monumento que se alzaba en el medio. En una de sus caras se mostraba una placa desgastada en el que estaban marcados con surcos una especie de triángulo dentro de in círculo y en el media un punto del que nacían unas líneas que se dirigían hacia los otros tres extremos.
El Zoroark entonces puso una de sus zarpas en un surco y con la otra, palpó los surcos de aquella imagen hasta sentir el lugar concreto. Comenzó a empujar el monumento y la sala comenzó a temblar.
El monumentos entonces fue introduciéndose dentro del suelo y el techo comenzó a abrirse.
-Como sabes, los Unown son capaces de alterar el equilibrio de este mundo- dijo el Zoroark mientras observaba una masa negra que comenzaba a caer en un punto de la sala.
Cintia asintió.
-Combinándolos de una forma concreta, sí, es posible. Son seres de los que aún no comprendemos el alcance de su poder.
La masa negra terminó de caer y el Zoroark se acercó a ella sin temor.
- En estas ruinas también habían Unown, pero tenían una peculiaridad.
La masa negra comenzó a desaparecer y unas figuras extrañas con ojos se materializaron.
-¡Unown!- exclamó Cintia
Los Unown comenzaron a elevarse y rodearon el templo. El Zoroark tocó unos en concreto que comenzaron a revolotear alrededor de él.
Una vez le rodearon diez de ellos de diferentes tamaños, los guió hacia el centro de la sala y comenzó a ponerlos en línea con cuidado.
- D , I, S, T, O, R, S, I, O,N - deletreó el Zoroark- asi fue el orden en el que puso estas letras. El lugar oculto...
Unown comenzaron a brillar y una gran luz comenzó a emerger de ellos mientras el resto comenzaba a congregarse alrededor de aquella palabra formada.
-El primer secreto fue este- dijo el Zoroark- el acceso a otro lugar en nuestro mundo... en nuestra... dimensión.
El propio espacio se resquebrajó y de pronto, un aura violácea mostraba algo en el otro lado que se difuminaba.
-El mundo distorsión- dijo Cintia por lo bajo.
-Esta es una de sus entradas principales- continuó relatando el Zoroark- Deimos se aseguró de que nadie lo descubriese pues lo que encontramos más allá fue lo que le hizo darse cuenta de que la realidad era más amplia... Como si fuéramos un fragmento de algo más grande...
El Zoroark se puso frente al portal y miró a la Delphox, haciéndole una señal para entrar.
-Aquí encontramos la verdad que se esconde tras Arceus... Lo que todos los legendarios quisieron ocultarnos... El motivo real de nuestro origen...- dijo el Zoroark mientras le tendía una garra- Eso es lo que pensaba al menos. Deimos pensó que si lograba desafiar las leyes establecidas, podría ser capaz de derrotar al propio destino. Su objetivo noble de liberar a los Pokemon se tergiversó y decidió usar una causa noble para comenzar a experimentar sobre humanos y Pokemon... Desligando su naturaleza y doblegándola a su voluntad... Ven.
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