II. Capítulo 8: Fría transformación
Peri sintió un escalofrío recorriendo todo su cuerpo. Notó como cada parte del cuerpo comenzaba a temblar. De pronto, notó un cosquilleo.
En aquel silencio, la niña notó la necesidad de rascarse por todo el cuerpo. Poco a poco el picor era más intensó hasta que si fijó en su brazo.
Un pelaje gris comenzó a cubrirlo mientras su mano se cubría de uno blanco.
-Ci...Cira- la voz de la niña temblaba
-¡Nooooo! - gritó Cira
El cuerpo de Peri comenzó a crujir mientras el cuerpo entero se cubría del mismo color gris.
Su columna quebró para poder adaptarse a caminar a cuatro patas mientras sus piernas traseras se encogían y doblaban para dar forma a sus patas traseras. Sus manos comenzaron a quebrarse mientras se acortaban, almohadillas salieron de sus palmas. Su cabeza comenzó a alargarse para formar un hocico felino. Su nariz se alargó junto con su boca, de la que se mostraron dientes más afiliados. Dos pares de bigotes brotaron de su nuevo hocico que se cubrió de un pelaje blanco.
Sus orejas entonces comenzaron a crecer mientras le crecían, haciéndose más triangulares cubriendo la mayor parte de su cabeza. Su pelo se retrajo mientras la cara entera se cubría de gris menos el hocico y las puntas de las orejas.
Entere gritos que se estaban transformando en maullidos, una larga cola creció y se recogió en forma de espiral. Un bola de pelo blanco decoraba su cola.
-Ci.. Ci... Gla... A...a ...Gla... meow- su voz se fue disolviendo en el maullido de la nueva Glameow que se había transformado Peri.
Cira comenzó a gritar e intentó levantarse, pero estaba muy débil.
-¡Ahhhh! ¡NOOOOOO! - gritaba
El hombre entonces tomó a Peri con sus manos y la miró fijamente. La Glameow, que estaba llorando lo miró con odio y dispuesta a arañarle.
Pero en cuanto entró en contacto con aquellos penetrantes ojos verdes, se quedó paralizada.
De pronto sintió que algo invadía su mente, le vio y todo el dolor comenzó a irse.
Su cuerpo dejó de estar tenso y dejó de llorar.
Cira entonces calló al ver a su hermana.
-Peri... huye
Ella no escuchaba. El hombre la dejó en el suelo, pero la Glameow seguía mirándolo fijamente.
En su cabeza, sentimientos de odio se entremezclaban con sentimientos de pertenencia, él era el que le había hecho tal y como era ahora y sentía la necesidad de estar con él, pero a su vez le invadía la sensación de que tenía que huir.
En cuanto la mano de aquel hombre pasó por la cabeza de la nueva Glameow, todas sus dudas se disiparon: su odio se transformó en amor, su nerviosismo se transformó en tranquilidad. Sintió como una luz entraba en su mente y la impulsaba a seguir a ese hombre... su amo. El que le había ayudado salir de su triste vida. Sentía que algo se le escapaba... pero no sabía el que... tampoco importaba puesto que ya estaba con su dueño.
Comenzó a ronronear.
Cira se quedó helada. Su hermana había sido transformada en una Glameow y no respondía.
-¿Peri...?
La Glameow se volvió y siseó. Entonces vio sus ojos.
Lo que había sido su hermana, ya no estaba.
El hombre entonces le susurró algo, a lo que la Glameow giró la cabeza hacia donde estaba ella y asintió.
Se bajó y se acercó a Cira, que estaba herida en el suelo. El hombre chasqueó los dedos y un Deucideye apareció desde los árboles.
La Glameow la observó y entonces la besó en la mejilla
Cira confundida preguntó:
-¿Peri?
La Glameow asintió y respondió con una sonrisa:
-Me voy a ir con él porque es quien me ha ayudado a ser mejor. Le quiero mucho y ahora es mi amo, no tienes que preocuparte.
Ese comentario, a parte de que la había sorprendido el haberla entendido, hizo que sintiera un horror y gritara:
-¡¿Qué has hecho?!
El hombre, con toda la calma respondió:
- Quitarte lo más preciado que tienes para que replantees tu vida, dejes de rebelarte y aceptes tu destino. Si vuelves a rebelarte, lo que haré con tu hermana será tan duro que rogarás por ser transformada y perder los recuerdos o incluso querer morir; pero eres libre de hacer lo que quieras... - se acercó a ella y la susurró una cosa casi inteligible que hizo que Cira rugiera y empezara a intentar pegarlo, sin éxito mientras lágrimas cubrían su cara
Así es como desaparecieron en la oscuridad de la noche, dejando a Cira herida y llorando.
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Una Delphox maniatada estaba sentada en una habitación blanca.
El joven Zoroark se acercaba a ella con una jeringuilla en una mano.
Este Zoroark era mitad humano, mitad Pokémon. Sus garras eran manos que estaban cubiertas por denso pelaje gris y sus dedos tenían las uñas propias de una garra de Zoroark, pero cubiertas de un denso pelaje.
La Delphox entreabrió los ojos, destellaban furia e intentó deszafarse, el otro tomó un mando de su bolsillo y presionó un botón. La Delphox se quedó con la mirada vacía.
Sin mediar palabra, tomó la jeringa y se la clavó al Pokémon.
De pronto, su cuerpo comenzó a temblar. Su pelaje fue retrayendo mientras su cuerpo entero comenzaba a cambiar. Sus patas se alargaron y formaron pies. Sus orejas se fueron haciendo pequeñas hasta ponerse sobre sus lados. Sus zarpas se alargaron para formar dedos. Su hocico se retrajo hasta formar una nariz y una boca humanas. Un largo pelo rubio descendía desde su cabeza.
Estaba desorientada, entreabrió los ojos y miró a su alrededor. El pelo le tapaba parte del lugar en el que estaba. Se fijó que había alguien de pie.
-Del... phjq... qué... fox... ha ...- por alguna extraña razón su voz sonaba distinta, y no lograba articular bien ninguna palabra.
Escuchó un: "Lo logré"
Subió la cabeza e vio ante ella una criatura que parecía un Zoroark, pero actuaba como un humano. La miró.
-Vaya, parece que eso ha anulado el control. Lo siento Cintia, vas a tener que volver a ser mi instrumento.
-... Eh?...
Estaba demasiado desorientada y no vio como la criatura le inyectaba otra jeringuilla.
-Esta vez he decidido hacer lo que dijo mi padre.
Sintió un escalofrío y vio como un pelaje color rojo le crecía en los brazos y piernas. En su cuerpo uno color crema que se le subió hasta la cara. Su nariz y boca se alargó hasta formar in hocico. Sus orejas se alargaron y se le subieron. Una gran mata de pelaje rojo que terminaba en tres puntas se formó dentro de cada oreja.
-Ayu... fox... Del...phox- perdió la capacidad de hablar.
Sus manos y pies se cubrieron de pelaje negro y se movieron hasta formar zarpas y patas. Con la cola saliendo de detrás, se desplomó inconsciente y se sumió en un sueño.
Todo ese dolor era rápidamente sustituido por una sensación de paz, todos sus recuerdos iban evaporándose de su mente mientras dejaba que sus instintos se apoderasen de ella.
Abrió un poco los ojos y vio al Zoroark.
Es verdad.
Su amo estaba ahí.
Bueno, amo no, amado.
Lo quería porque era quién la había sacado de aquella terrible pesadilla en la que mataba a gente...
Sonrió y se volvió a dormir.
El Zoroark que la estaba observando se quedó por un momento en shock.
Nadie nunca lo había mirado de la forma que aquella mujer. Era una mirada de ternura y amor; de alegría y paz; aunque supiese que no era ella... ¿o sí?
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