II. Capítulo 45: Superarse

Llovía. ¿Por qué? Hacía un momento que el sol brillaba.

De pronto vio un sendero que llevaba a una casa bastante familiar. Aly entonces observó
La casa de Ikena...

Y lo que acababa de suceder. Un Skuntank era tirado inerte sobre el cuerpo de un Luxray. Abrió los ojos y reconoció con sorpresa y terror de quienes eran los cuerpos.

-¡Ra...!- intentó gritar, pero el Zororark cerró su hocico con fuerza. Aly intentó soltarse, pero cada vez que tiraba, apretaba con más fuerza.

- ¡Shh! - dijo el Hypno con una sonrisa sombría- vas a hacer que se rompa toda la magia.

El Zangoose ahora estaba frente a una Dewott que comenzó a brillar.

"Dina... Ikena... ¿Qué?" Su respiración comenzaba a acelerarse, su corazón latía con mayor frecuencia.

Miró al Zangoose. Sus ojos estaban vacíos... llenos de odio y de... sangre... Tenía una sonrisa muy siniestra... Ikena... ¿Qué?

Intentó moverse, pero no solo era la fuerza de aquel Zoroark, sino que aquel Hypno estaba usando Psíquico con ella. No podía hacer nada...

Dina había evolucionado y con el poder renovado empezaba a intercambiar ataques con el Zangoose, que en cada golpe, estaba más herido, pero no se inmutaba casi nada. Era como si Dina estuviera peleando contra con muro.

-¿Este es el ser del que te enamoraste? - preguntó el Zoroark- Dime una cosa Braixen, si  los seres humanos hacen lo que sea para poder sobrevivir o por sus seres queridos, ¿qué piensas de esto?

-¿A qué te refieres? - preguntó entre gruñidos Aly aun con el hocico agarrado.

- Este Zangoose tuvo la osadía de hacer un trato con Deimos. - respondió el Zoroark- a cambio de la información que nos proporcionó pidió la protección de aquello que amaba- su mirada se fijo en ella. Aly se estremeció- te quería proteger a ti.

-No- gruñó Aly- él nunca lo haría... Él...

-Él estaba harto de las falsas ilusiones y decidió hacer lo que el consideraba correcto, pero tenía un precio que pagar y era su lealtad; y Deimos sabe perfectamente que el ser humano al ser expuesto a una dura realidad, es incapaz de llevar a cabo su misión. Su voluntad dura lo que dure sus emociones. Se dejan llevar por ellas y te traicionan. Los Pokemon en cambio, somos capaz de cumplir la voluntad que nos encomienden...

-¿Y eso incluye exterminar a aquellos que os protegen? - replicó Aly

La batalla de Dina e Ikena era encarnizada. Por la expresión de Dina, le estaba doliendo cada golpe que lanzaba al Zangoose volando, cuya sangre se mezclaba con el agua de la lluvia. Dina se aquejaba de la herida del costado, pero permanecía impasible.

-No creas que no sé qué es lo que hicisteis a los Pokemon de los Lagos- dijo la Braixen- Cira me contó todo.

-Era un sacrificio necesario que uno de ellos estaba dispuesto a hacer con tal de corregir a los humanos- contestó el Zoroark- el ser humano no tiene convicciones, no tiene metas, se guía por el interés de los que le rodean y juzga sin pensar; acaba convirtiéndose en una sombra que lo único que hace es comer de las migajas de los que tiene por encima. Si así son, ¿qué mejor que darles un propósito y un cuerpo que se atañe a dicha voluntad? Que estén al servicio de la naturaleza; y que eso les haga libre. Nosotros somos los únicos que velamos por los nuestros de verdad; no nos inventamos excusas para invadir a nadie, si alguien nos amenaza claro que respondemos, pero, a diferencia de vosotros, sabemos cuando evitar un desastre como en el que estáis ahora.

-Si es así, dime, ¿por qué no hiciste nada para evitar que tu pareja muriese?Si tanto dices que os gusta proteger, ¿Por qué ella decidió irse con Deimos?- gruño Aly con una pequeña sonrisa.

El Zoroark abrió los ojos , frunció el ceño y mientras con la otra garra la agarraba del costado. Aly intentó sin éxito zafarse, pero las garras del Zororak de clavaron en su carne mientras era arrastrada fuera de la horrible visión de Ikena siendo enviado contra un árbol mientras Dina le gritaba que no se levantase.  Aly gruñó pero de pronto sintió como la lanzaban hacia el suelo golpeándolo con fuerza.

-¡No vuelvas a mencionarme a esa zorra traidora! - exclamó furioso con un gruñido el Zoroark- !Hicisteis bien en matarla! ¡Eso le pasó con enrollarse con un ser humano!

-Y sin embargo ahí estas siendo el perro faldero de quien te robó a tu pareja- respondió mientras se sentaba adolorida- ¿De verdad esperas que crea que vosotros sois superiores o que tú fueses capaz de dejar de escapar a Myriam, Zerio o Zarky? -inspiró profundamente. Le dolía el pecho -  ¡¿Acaso no pensaste en ellos cuando decidiste juntarte con Deimos?!

El Zoroark empezó a cargar energía oscura, pero observó al Hipno que lo miraba de forma siniestra y reprimió el ataque.

- Escucha niña, no sabes con quién estás haciendo trato hasta que ves realmente sus verdaderas intenciones- replicó con un gruñido- los sacrificios que uno hace no son de tu incumbencia. Ahora respóndeme: ¿los humanos son capaces de hacer cualquier cosa con tal de proteger a sus seres queridos?

Aly tragó saliva. Ikena... ¿Acaso él...?

-Darían lo que fueran...- murmuró Aly

-¿Aunque eso implique traicionar lo que piensas?

-Ikena nos traicionó. ¿Por mi culpa?

- Para protegerte- respondió el Zoroark- pero lo hizo con la persona equivocada. Porque ese es destino de los débiles, los fuertes acaban comiéndolos.

Aly de pronto empezó a sentir la culpa venir sobre sus hombros. ¿Qué estaba haciendo?

- Dime Braixen, ¿por quién estás haciendo todo esto?

¿Por qué lo hacía? Pensó en Ikena, en los niños, en Dani, en Jack, en Sarah... En ella misma. ¿Realmente sabía lo que estaba haciendo? Se sacudió la cabeza. No... El mundo estaba roto... Ella se había acostumbrado... Ikena y ella habían prometido que se adaptarían; de hecho ya se quería. ¿Por qué entonces había puesto en juego su estabilidad y la de Ikena? La Braixen cerró los puños. Una lágrima se deslizaba por su mejilla. Se sentía culpable. Intentó mirar hacia atrás, pero ya no observaba la batalla; aún así recordaba la mirada de quien quería... Cargada de odio y de una sonrisa asesina.

-¿Qué hizo para acabar así? - preguntó Aly

- Le hizo la promesa de que si entregaba al Vaporeon y al Sylveon, gozaríais de protección.- respondió - lamentablemente, Deimos sabe que la voluntad humana es frágil y le dio un empujón.

- Convirtiéndolo en un asesino- gruñó la Braixen .

-Aceptó las consecuencias de su incumplimiento. Nos contó casi todo el plan... Salvo el por qué hacerlo. Deimos estaba bastante interesado en su historia y me envió a mí también solo que yo tenía otra misión. ¿Por qué?¿Por qué enviar al Zangoose solo a capturar al Vaporeon? Sabiendo que tiene en sus manos el poder de un dios.

- Tú objetivo no era la pluma...- murmuró Aly- y Jack tampoco... Tú...

El Zoroark sonrió.

-Vienes a por mí...

-... porque tú eres la respuesta- prosiguió el Zoroark.- Contéstame. ¿ serías capaz de hacer cualquier cosa con tal de proteger a tus seres queridos?

Aly tragó saliva. Estaba empezando a notar el dolor y el cansancio. Pero en su interior aún había una llama esperando ser liberada.

-Sí- respondió

El Zoroark entonces con un rápido movimiento golpeó en la nuca al Hypno que, con la cara de sorprendido y una media sonrisa quedaba noqueado en el suelo. Entonces extendió la pluma frente a ella.

-Demuéstramelo- gruñó el Zoroark con autoridad- hazme ver que puedes protegerlos.

Aly se sorprendió y retrocedió pensativa.

-¿Qué pretendes?

-Demuéstrame que puedes protegerlos. Libérate de tus dudas y cumple lo que tu misma les prometiste- rugió el Zoroark - si es verdad lo que dijo el Zangoose, ¿serías capaz de renunciar a tu humanidad por unos tipos que solo os trajo desgracias?

Aly estaba confusa.

-¿Por qué...?

-No tienes mucho tiempo, decide o me darás la razón- gruñó el Zoroark.

Miró a la pluma, detectó el leve poder que emanaba, era como si el Zoroark hubiera despertado el poder que latía en su interior. ¿Acaso él...?

- ¡Braixen! - exclamó el Zoroark gruñendo.

Aly se acercó y tomó la pluma. No puso resistencia y la observó detenidamente. Era una pluma amarilla y verde en forma de luna decreciente... ¿o creciente? Emitía un brillo rosado y tenue que resultaba hipnótico.
Cerró los ojos y tragó saliva. Era el momento, pero estaba frente a un Zoroark que podría matarle en cualquier momento.

-¿Cómo sé que no me matarás cuando consiga lo que quiero?- preguntó Aly

-Porque yo cumplo con lo que digo.

Aly sintió como su corazón se aceleraba. Un escalofrío recorrió su piel. Ahí, en el fondo de su alma, estaba lo que realmente anhelaba. Atado con una promesa que se estaba desintegrando poco a poco. Pensó en Ikena... En el momento en el que le reveló esa necesidad y el mantener la promesa para volver a la normalidad cuando se pudiese. ¿Se había rendido? ¿Qué pasaría cuando le viese ahora? Tenía miedo, pero ese deseo... Había pasado mucho tiempo... Mucho tiempo reprimiéndose por crecer...

Se miraba a sí misma, la niña que era antes; nunca podría verla crecer... Ahora sería distinto... ¿Por qué ahora tuvieron que ir Isaac y Jack a verlos de nuevo? ¿Por qué volver a retomar aquella esperanza perdida?

La pluma comenzó a brillar. La Braixen seguía con los ojos cerrados.

No dormiría tranquila sabiendo que aquellos que ahora no tenían nada, los ayudaron en aquel momento... Haciendo todo lo que pudieron para poder revertir la situación... Aún habiendo fracasado, habían llegado lejos... Pensó en su madre, el día en que la capturaron, cómo se sintió impotente y luego frustrada por no encontrar ninguna pista. ¿Qué haría ella?
¿Perseguir sus sueños?

El fuego en su interior se acrecentó. Comenzó a envolverla un aura azulada.

¿Sacrificar lo que le queda por quién? ¿Por una persona? ¿Por Dani? No. No era así. Era por ella, por Isaac, por Ray, por Lux, por Myriam y por todos los que confiaban en ellos; porque ellos estaban ayudándolos y ahora que necesitan ayuda, se habían acomodado.

Un calor comenzó a sacudir su alma. Se habían acostumbrado... No habían hecho nada para cambiar la situación... Simplemente se adaptaron y se escondieron. Toda esa ayuda a los niños transformados... Solo servía para justificar su estado actual.

No habían hecho nada. Solo esperar.

De pronto, le vino el recuerdo de la explosión del Centro Pokémon. ¿Qué hicieron? ¡Huir! ¡¿Por qué no intentaron hacer nada?! Los recuerdos estaban confusos, pero solo huyeron... Entonces lo vio claro. Abrió los ojos.

"Creselia" dijo para sus adentros "Por favor, muéstrame lo que quiero ver"

Empezó a dejar que fluyera su energía hacia la pluma que empezaba a brillar cada vez más. Sintió que algo la frenaba, como si un torrente quisiera pasar pero ella lo estaba frenando. Sabía perfectamente lo que era. 

"Creselia, déjame ver" la pluma comenzó a brillar con más intensidad. La Braixen estaba siendo rodeada de un aura azulada. El mismo deseo volvía a florecer. Esa necesidad de avanzar.

El mundo parecía detenerse y de pronto una silueta se materializó frente a ella.

-Es la hora- murmuró el Zoroark.

-¡Creselia! - gritó Aly

Una nube rosada comenzó a rodearla mientras sentía que se elevaba. De repente sintió como algo tiraba hacia ella y la sacaba de donde estaba.

La nube rosada cubrió a la Braixen y con un pequeño destello desapareció dejando al Zoroark con el Hypno inconsciente.

-Protégelos- murmuró el Zoroark mientras tomaba el cuerpo inconsciente del Hypno y caminaba fuera del bosque por donde habían venido.

Frente a él estaba un Luxray que tenía entre sus patas al Zangoose caído. No quiso hacer ningún ruido. No tenía sentido llevárselo. A Deimos le daba igual, ya sabía lo quería; no los necesitaba, pero ellos sí. Es lo único que podía hacer.

-Un trato es un trato- dijo para sí mismo mientras abandonaba la escena sin que nadie se percatara de su presencia

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