II. Capítulo 28: Al museo
El sol brillaba fuerte. Ninguna nube ae mostraba a través de la ventana del laboratorio en el que Zerio trabajaba bajo la atenta mirada del Zoroark de Deimos. Su padre, aunque ya no recordase quien era.
"No confía en mí" es lo que pensó.
Miró de pasada a la celda en donde la Delphox dormía con el collar enganchado. Rápidamente apartó la mirada recordando todo lo que pasó la noche anterior.
Su padre quería resultados. Él no quería dárselos, pero su verdadero padre vigilándolo indicaba que o lo hacía o sospecharía de él.
Tomó una de las muestras de sangre de Arceus del envase y lo mezcló con la fórmula de su madre: el líquido que transformaba a las personas en su estado más puro, listo para acoger el ADN que debe copiar para luego transformar. Un líquido morado que no solo puede transformar, sino captar las perturbaciones de cualquier lugar y asumirlas como suyas.
"La Esencia"
Observo en el microscopio cómo el líquido morado iba vibrando mientras chocaba con la sangre que iba poco a poco tornándose gris. De pronto, la Esencia comenzó a tomar la misma forma que la sangre. En una pantalla observó cómo la secuencia se había amoldado.
Otro éxito. La Esencia era terroríficamente exacta; pero ese era el problema.
La excusa de: "al ser una sangre divina, es más complicado que la Esencia lo asimile" habría servido los primeros intentos.
Pero otra vez se asimilaba a la perfección.
"Mierda"
Esa excusa le había dado tiempo a planear su huida. Miró a la Delphox para sentir el cariño de la noche anterior y cómo lo acogía. No lo entendía , pero le recordaba a su madre antes de todo esto.
El Zoroark gruñó, sacándolo de su emoción. Zerio lo miró con desdén, ya no era su padre. Tendrá que volver a mentir para que le de más tiempo para establecer ahora la ruta de huida, pero el tiempo apremiaba.
Deimos estaba impaciente y ese Zoroark se lo recordaba.
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Zakry había llegado a Ciudad Jubileo en su forma de Glaceon. Llevaba toda la noche en camino a Ciudad Jubileo. Apenas había dormido. Con su olfato comenzó a rastrear en busca de algún olor familiar, pero era complicado. Con un suspiró se puso a correr hacia el centro de la ciudad con la esperanza de poder ver desde lo alto de un edificio algún indicio del grupo.
Mientras atravesaba la solitaria ciudad, vio algunos Pokemon que se despertaban y comenzaban a rebuscar en los contenedores en busca de algo que comer. Alguno incluso atrapaba algún Rattata que no le había dado tiempo a huir de las fauces de un Krookodile.
"Pokemon de diferentes regiones peleando entre si como seres salvajes" pensó mientras la imagen de su madre se formaba en su mente "¿es esto lo que querías?
No eran Pokémon, ni uno nacido en la naturaleza. Se les calificaba como "salvajes" a aquellos nacidos al aire, pero no conocía a ningún Pokemon que fuese tan agresivo o ansioso como para despedazar de una manera brutal a esa criatura. Siempre actuaban con un poco de cabeza, hasta el Pokemon más agresivo de todos tenía respeto por su presa.
No, eran tan asquerosos como los humanos que pretendían que no eran.
La Glaceon, que estaba agazapada viendo varias escenas bastante desagradables continuó buscando a Aly y Jack.
Por las huellas que le habían dirigido hasta ese lugar, Aly debería estar en Jubileo.
Según Isaac además, Aly iba a ir al museo, así que se encaminó hacia ese lugar.
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- Es el momento- dijo Aly despertando al Noivern con el palo golpeándolo en la cabeza.
-¡Ay!- se quejó- ¿qué haces?
-Despertándote claro- respondió Aly con una sonrisa
- Me has hecho daño- protestó
-Bah, tampoco era tan fuerte- contestó Aly.
Todos estaban ya despiertos menos él. Cira tenía una cara pálida con unas ojeras bastante marcadas y el pelo desgreñado. Jack se quedó mirándola.
-No tienes buen aspecto- comentó el Noivern
-No ha sido un buena noche, ya me iré recomponiendo- contestó Cira
Otra vez la sensación en la cabeza, algo tiraba hacia ella pero tenía que reprimirse.
"Si vas a hacer algo, lo haces después " se dijo a si misma
El dolor cesó. Cira suspiró aliviada. Algo estaba mal en ella y su razón tenía que ver con la pareja de Pokemon que conocían a Paul. Estaba confusa, no entendía que pasaba
La Braixen de la noche anterior apareció con una bandolera en donde había metido comida.
-En fin, vámonos- dijo Aly mientras cogía del ala al Noivern que estaba comiendo unas galletas.
Nada mas salir, el sol los deslumbra. Mirando hacia todas las direcciones, Paul señala el lugar al que tienen que ir.
-...Una vez pases la estación, ve a la salida de la izquierda. Encontrarás una rampa que te llevará al museo- explicó Paul - buena suerte.
-¿No vienes con nosotros? - preguntó la Braixen.
Paul negó.
-Ya soy mayor para aventuras, ha sido un placer haber tenido algo de compañía- respondió con una sonrisa.
-Gracias por todo- Aly se acerco y lo abrazó. Paul le devolvió el abrazo.
Dicho esto, se pusieron rumbo al museo..
En el camino, Jack estaba callado, miraba con cuatela de un lado a otro; Cira iba detrás de ella tocando la gema que tenía en la frente. Había un silencio incómodo. Aly tosió y decidió romper el silencio:
-Bueni, ya que estamos juntos, dime, ¿de dónde vienes? - pregunto la Braixen
-Vivía en el Lago Valor - respondió - hasta que Deimos nos echó a los que vivíamos ahí... Alguien vendió el Lago y el tomó posesión de ello. Acabé en una ciudad y viví ahí hasta que las personas comenzaron a transformarse.
Empezó a escucharse el lema ese de que ser Pokemon te hará libre; y muchos de mis amigos comenzaron a separarse de nosotros.- hizo una pequeña pausa- yo también lo creí, ya que eran siempre personas cercanas a mí que me decían que nos aguardaba un futuro maravilloso- miró hacia uno de los edificios que ahora estaba en ruinas- cuando descubría que Deimos estaba detrás de todo, intenté sacar a muchos de mis amigos de aquella secta que se formaba alrededor de ese acontecimiento que era el cambio de humano a Pokemon. Convencí a unos pocos y al poco tiempo, oleadas de humanos empezaron a congregarse mientras unos hombres grises transformaban a los humanos a cambio de sus pertenecias... incluida de hijos - el rostro de Cira se ensombreció
-¿Y tu familia?- preguntó Aly
Ciro mostró una mueca.
-Digamos que también fueron absorbidos por las masas.
-Lo siento... - murmuró Aly
-No pasa nada, ya casi ni me molesta; aunque tampoco es algo muy agradable recordarlo...- contestó Cira con una media sonrisa de disculpa.- Ahora tengo muchas preguntas en la cabeza como para detenerme en el pasado.
-¿Cómo cuales? - preguntó la Braixen.
-Cosas como la gema en mi cabeza - contestó - o el por qué os logro entender- miró a Jack de soslayo- o por qué siempre que veo a... ¿Jack?- Aly asintió- mi mente me dice que tengo que hacer algo...
-Bueno, no soy una adivina pero por mi experiencia en lo aleatorio, he de decir que algunas cobran sentido si te explico nuestra situación... - prosiguió Aly con una pequeña sonrisa nerviosa
-Es verdad- suspiró Cira- algo escuché pero como se me fue la cabeza... Sé más o menos que el Noivern está con una amnesia extraña y que estás buscando la pluma de Creselia para encontrar a otro Pokémon...
- Es Dani, - interrumpió Aly asintiendo- desapareció de la faz del mundo al estallar una bomba en el Centro Pokémon.
-¿Y no crees que está muerto?- preguntó Cira.
Aly la miró molesta.
-Nunca encontraron su cuerpo; ni siquiera Deimos, que lo estaba buscando llegó a encontrarlo. - respondió la Braixen mientras pateaba una piedra
-¿Por qué lo busca, es decir, qué tiene de especial?
-Junto con la sangre de Jack, Isaac y Raven, Deimos tendría el poder de crear portales a otros mundos- una voz femenina, fría, pausada y gélida rompió la monotonía de la conversación.
Aly sacó el palo de su cola, que prendió y se puso en una posición defensiva.
En un murillo, estaba una Glaceon que miraba a las dos de forma fría y distante.
-¡Zarky!- exclamó Aly bajando el palo.- ¡¿Qué haces aquí y cómo nos has encontrado?!
Zarky respondió sentado:
-El olor- miró con cierta picardía manteniendo la seriedad- al principio os estaba rastreando, pero el olor te delata.
-¡No huelo mal!- protestó Aly. Jack rió por lo bajo, Aly le propinó un golpe con el palo.
-No en ese sentido - suspiró Zarky- pero en fin, voy a acompañaros.
-¿Cómo está Isaac? - preguntó Aly sombría.
Zarky la miró con seriedad.
-Recuperándose, pero necesita descansar.
-Ya veo- murmuró la Braixen - sobre Ikena...
-Se fue- cortó la Glaceon- no ha vuelto a casa.
Aly suspiró con angustia.
-Bueno... Te presento a Cira- dijo cambiando de tema.
Cira saludó. Zarky asintió.
-Voy a acompañarte, Isaac me ha contado más o menos qué es lo que pretendes- luego mirando a Jack y volviendo a mirar a la Braixen suspiró- solo espero que no tengas razón y sea mejor que no lo encontremos y que mejor esté muerto.
-Gracias por los ánimos - murmuró Aly
La Glaceon la miró con cierta tristeza pero con una convicción que se notaba en la mirada y amedrentaba a Aly.
-Por lo menos lo intentaré. Vamos
Con uno más, Aly prosiguió el camino al museo.
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-... En una semana lo va a tener- la voz de Deimos caía como un muro sobre Zerio.
El Zoroark tenía la rabia contenida. Ambos estaban cenando en una mesa en un gran salón con una hoguera encendida. Un Delcatty y un Liepard esperaban en una puerta de pie. Un jugoso filete de Miltank reposaba sobre los platos; hechos al punto con unas rodajas de un surtido de bayas fritas. Zerio comía incómodo. Rara vez comían "en familia". El Zoroark de Deimos estaba sentado frente a él, la mirada perdida. El asiento vacío de su madre dejaba un vacío en el centro de la mesa.
"Lo sabe" pensó "sabe que estoy tardando a propósito"
- No sabía que esto iba a costarte mucho- comentó finalmente Deimos.
- Perdón, padre, pero quiero garantizar tu seguridad. - respondió con la voz más calmada posible- no estoy seguro de que el método de Sandra sea seguro.
Deimos lo miró con sus ojos penetrantes y oscuros.
-Tienes una semana para que me mostréis vuestros avances - suspiró finalmente.
Hubo un breve silencio con una tensión considerable. La Primarina que estaba a los pies de Deimos le ponía nervioso a Zerio.
"Raven..." pensó para sí.
-Una cosa - la voz grave y modulada de Deimos lo devolvió a la realidad - ayer fui a ver a un Pokémon bastante peculiar... un Zangoose creo; era de noche cuando me llamó- rió para sí - me empezó a decir que por favor lo entrenase para poder matar a otro Pokemon...
Zerio se preguntaba a qué venía todo eso.
-Según me había dicho, era uno de los primeros transformados... esos que controlábamos con el primer método- continuó
El método del pendiente, consistía en incrustar un chip en la superficie del Pokemon, luego una droga y unos neurotransmisores que conectaban a una base y les daba órdenes al cerebro y anulaba su voluntad.
"Muy útiles al principio pero acabo ganando la manipulación de masas y el control mental" pensó para sí.
-... Me dijo que a cambio me daría información sobre el posible paradero de es sujeto...- continuó
-¿El Noivern? - preguntó Zerio
Deimos negó.
- El Sylveon que le dimos el segundo tratamiento - contestó con una sonrisa.
Los cubiertos de Zerio sonaron con fuerza. Se estaba refieriendo a...
- Hemos peinado el mundo. Está muerto- afirmó el Zoroark
-Por eso me jugué la vida para conseguir la sangre de Arceus- dijo Deimos - no le creí al principio... - hizo una pequeña pausa
Zerio tragó el trozo que estaba comiendo apresuradamente. La conversación no estaba yendo por buen camino para él.
- Pero luego me dijo que él tenía en su casa a tu hermana y su novio de otro mundo que secuestraron al Noivern de una de las instalaciones- tomó una de las bayas y se la comió pausadamente
"¡Zarky!"
-Me sorprendió que no se me hubiera informado sobre su paradero- Deimos miró a Zerio
- Te dije que estaban localizados, no donde- respondió "No me preguntaste ubicación exacta" pensó.
- Es cierto, tampoco estaba. Tienes razón- suspiró.
Zerio quería que acabase pero que ese Zangoose se comunicara así... según tenía entendido, convivía con su padre transformado en Luxray y con la hija de Cintia, la Braixen.
- Ese Zangoose... me iba a decir lo que había descubierto, pero me exigió que cumpliese el trato- volvió a meterse un trozo mientras un silencio envolvía la comida- así que lo hice.
Entonces sacó una PokeBall.
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