II. Capítulo 24: Arrepentimiento
Dani y Fir caminaban por el bosque. El crujir de los arbustos era el único sonido junto con el de la leve brisa que acariciaba a los árboles que se escuchaba.
-Dani- dijo Fir rompiendo el silencio.
-¿Qué?
-Tú recibiste la bendición de Xerneas de la misma forma que yo.
- Más o menos- respondió el Sylveon - él me ayudó cuando estaba casi muerto.
- Entonces... - Fir se quedó pensativa - ¿por qué abandonar a quienes te han tendido la pata?
Dani se detuvo y husmeó los alrededores.
- Quiero protegeros, pero eso también implica de las amenazas exteriores...
-¡Pero ya lo has hecho! - lo interrumpió la Sylveon- Lo hiciste cuando aquellos Golem intentaron adueñarse del Valle, cuando el pueblo entero quedó sumido en un sueño del que solo despertaron cuando venciste a los Driflim; cuando me secuestraron y cuando vinieron esos hombres y...
Dani se dio la vuelta.
-Esos hombres iban detrás de mí y no me reconocieron porque mi pelaje había cambiado- respondió bruscamente- Xerneas sabía en verdad por qué lo cambió y gracias a ello no lo supieron. Logramos echarles gracias al esfuerzo de todos y no solo mío. Yo solo os dirigí.
-¿Has hablado más veces con él? - preguntó Fir
-Sí... Y en todo momento me decía la misma respuesta una y otra vez. Que tenía que quedarme- Dani retrocedió un poco hasta estar junto a ella- pero desde aquel momento... Todo cambió.
Llegaron a una pared rocosa. Dani se acercó y puso sus cintas y presiono suavemente mientras cerraba los ojos. De pronto, la roca desapareció y Dani entró a la cueva que se había formado. Fir se quedó sorprendida.
-Tengo todos los ojos puestos en este reino y nunca había visto esto- murmuró.
-Perdona, pero lo quería esconder a propósito hasta que estuviera seguro de que todo estuviera bien- respondió con una media sonrisa de disculpa.
Al atravesar la entrada, un humo de color rosa les envolvió. Fir intentó separarlo, oero extrañamente se sentía cómoda
-Me siento bastante a gusto- dijo la Sylveon.
Dani se rió.
- Es humo onírico.
Llegaron a una pequeña sala más grande, en dónde el humo era más denso.
-Hola Musharna- dijo Dani con un gesto de saludo con sus cintas.
De entre la niebla rosada una bola comenzó a materializarse hasta que se pudo ver la forma de un Musharna. Una voz tintineante, como si fuera el sonido de las campanas resonó.
-Bienvenidos , pareja de Sylveon - resonó esa voz tintineante.
Fir se ruborizó.
-¡No soy su pareja! - exclamó pero luego susurró- aunque me hubiera gustado jeje.
Dani suspiró.
- Vengo a saber si hay alguna respuesta- dijo
Musharna se movió y habló de forma solemne:
- Tus deseos son los que están contenidos en los sueños. La forma en la que nos describiste a tus seres queridos mientras dormías han hecho posible que el Mundo Onírico halle su lugar; pero no hemos recibido respuesta alguna.
-¿Por qué habla de forma pedant...- Dani le dio un latigazo con una de sus cintas.
-Lo recibió mi hija también, ¿no? -
-Tú fuiste el que pusiste a quienes querías que recibiesen el mensaje a través de los sueños- la voz comenzaba a ser hipnótica.
-¿Hiciste que tu hija lo recibiese? - preguntó Fir sorprendida.
-Fue sin querer - respondió un poco afligido - estaba enfocando a Jack, Isaac, Raven y al resto, ya que necesitábamos a los receptores; y como los sueños se manifiestan rápidamente, temí por su vida y eso la incluyó
-Entonces, ¿por qué lo haces? - volvió a preguntar la Sylveon.
Dani se quedó pensativo y su rostro se mostró lleno de tristeza. Bajó las orejas.
-Soy feliz aquí... Tengo lo que he querido y vosotros me habéis acogido. Me he enamorado de una Sylveon maravillosa con la que tengo una familia que quiero... - sus ojos contenían una lágrima- gracias a ellos he descubierto la paz y la tranquilidad que hay en este lugar en el que puedo sentirme libre...- Dani hizo una media sonrisa- estoy enamorado de este sitio y no quiero irme de aquí.
Fir sonrió. Dani entonces volvió a estar serio.
- Pero siento que estoy siendo egoísta - continuó - y esto se hizo más fuerte cuando aquel barco llegó y vi a esos Pokemon... me hicieron recordar cómo vine aquí y cómo había sido transformado en un Lucario y luego en un Sylveon... - Dani estaba sumido en sus recuerdos- Pienso en que ellos estarán pasándolo mal o que debería ayudarles y... Quiero que puedan vivir en paz... Tampoco sabía si estaban vivos o muertos, pero el hecho de que ese barco intentase encontrar la fórmula de la evolución a través de los Eevee me hizo dudar de que estuvieran muertos. Ya lo tenía asumido... Pero llevo mucho tiempo dandole vueltas...
-¿Cómo vas a hacer que vengan a por ti? - preguntó Fir- Sabes que a este lugar no se accede fácilmente.
Dani la miró.
- Si al menos uno de los que he conocido aquí ha recibido mensaje; y si Xerneas tiene razón y soy una parte importante de algo... Algo podrán hacer.
-¿Hace cuánto que hablas con Xerneas? - siguió con las preguntas Fir- es que no entiendo cómo es posible que siga hablando todos los días.
-No son todos... - negó el Sylveon- ni tampoco en semanas ni en días. Es más solo en cuatro ocasiones he podido escucharlo... Y en las tres primeras me dijo que este era ya mi lugar. Incluido en el rito que hiciste, Fir.
-¿Y por qué ahora? ¿Por qué también me lo dices y lo ocultas?
- Porque necesito saber si lo que voy a hacer es lo correcto.
-Pero tienes la bendición de Xerneas
-Pero no me dijo nunca cuando y este secreto necesitaba soltarlo
- ¿Y Aria?
-Hablaré con ella llegado el momento.
-No puedes salir de aquí, por lo que no puedes escapar.
-Entonces esperaré a que vengan; pero no quiero que sea un motivo triste...
- Ojalá pudiera entenderte del todo - suspiró finalmente Fir
Dani sonrió. Luego se giró al Musharna
-¿Has percibido a alguien que haya recibido el sueño?- preguntó el Sylveon.
-Los sueños son muy efímeros y absurdos. Puedo dirigirlos pero no sentir su presencia en los que quiero proyectar. Ya lo sabes- respondió solemnemente- De todas formas, si lo ha recibido tu hija... puede que ellos también, pero es todo lo que puedo hacer.
-Gracias Musharna...
-----------------------*******----------------------
-Quiero que analices está muestra- la voz grave, bien modulada y sobrecogedora del Campeón penetraba en el Zoroark que estaba frente a él. - ¿Me has oído, Zerio?
El Zoroark que estaba frente a él observaba la muestra que tenía entre manos con una mirada distraída.
Aquella habitación le ponía de los nervios. Un gran ventanal en el que la luna tejía su luz a traves de las estanterías y el escritorio del centro. La alfombra carmesí y negra que pisaba lo llenaba de angustia; y los cuadros de lo que parecían buenos momentos de un niño feliz, daban la sensación de que esas emociones morían al mirarlos.
-Zerio- la voz pronunció su nombre.
El Zoroark carraspeó:
- Sí.
-¿Lo harás?
Zerio miró sus patas. Deimos ya le había contado todo. Era algo líquido de Arceus, o eso parecía porque no era cómo la sangre, pero de un extraño color dorado rojizo.
-No sé si podré hacer algo con esto- respondió débilmente.
Deimos resopló.
- Zerio - cada vez que Deimos pronuciaba su nombre, se ponía aún más tenso- sé perfectamente que eres capaz: tu madre así se aseguró.
"Sí, pero ella está muerta porque tú la enviaste a morir" quiso decirlo, pero sabía que algo peor podría pasar.
Miró hacia los lados de la habitación. Una Primarina con un collar de cadenas estaba junto a las piernas del Campeón con una mirada vacía. Una Glameow estaba en la mesa con la misma mirada vacía que la otra Pokemon. Luego, a su derecha, un Zoroark permanecía impasible entre las sombras.
Por su mente pasaron todas las cosas que había hecho mal. Demasiadas al poner la imagen de la Delphox junto a él. Zerio cerró el puño.
"Soy gilipollas"
Estaba en una encrucijada.
- Haré lo que pueda - dijo a regañadientes.
-Haz que me sienta orgulloso. Aunque ya lo estoy.
Zerio quería irse. Deimos sonrió.
-Gracias a ti, hemos logrado hacer que las transformaciones sean mucho más rápidas. El control sobre la mente es algo que solo alguien que viene desde la docilidad de los Pokemon puede hacer.- Deimos respiró hondo- no solo por tu madre... Sino que tú hiciste crecer su trabajo. Gracias a tus experimentos, el lavado de cerebros de los sujetos del otro mundo están ahora a nuestro servicio.
Zerio se daba cuenta de que todo lo que había hecho no estaba bien. Esperaba ese halago, pero después de todo lo que estaba pasando... Puede que ahora el peso de sus actos esté cogiendo mucha fuerza.
- ...Esta Primarina ahora es mía. No sabe quien es y solo me sirve a mí.- dijo Deimos, aunque Zerio se había perdido una parte- todo gracias a ti.
Zerio esquivó su mirada. Deimos prosiguió.
-La mente humana es débil y le hace más mal que bien. La sangre de Arceus pondrá fin a todo esto y podré sanar a este mundo y a los seres de otros mundos, transformarlos en algo más dócil es lo que les va a liberar de esos pensamientos egoístas. Yo me encargaré de que así sea. - el Campeón se levantó y fue hacia Deimos.
Era tres cabezas más alto que el Zerio. Intimidaba.
Le puso una mano encima.
- Sé que me harás orgulloso.
Tomo uno de los abrigos de un armario y se lo puso.
-Yo voy a salir ahora. Hay alguien que espera mi llegada.
-Antes de que te vayas- dijo con cierta dificultad el Zoroark- ncesitaría algo para estabilizar esto. Es la sangre de Arceus... puede que en su composición haya más... de lo que esperamos...
-Entonces usa a uno de tus científicos humanos... Estarán encantados de hacer el sacrificio oportuno. Desafortunadamente, la Cadena Roja se perdió sino podría habértela dado.
Dicho esto, salió de la habitación. Sus Pokemon lo siguieron. Zerio golpeó suelo con el puño. No podía contra él. Derrotado psicológicamente, se fue al laboratorio.
Deimos, antes de salir por la puerta exterior, le susurra algo a su Zoroark, que asiente y va en dirección al laboratorio de Zerio.
-----------------------*******----------------------
Zerio de encerró en su habitación, abatido.
Quería con todas sus fuerzas romper aquel frasco que contenía el fin de la humanidad.
No le gustaban los humanos, es cierto. Pero tras ver lo que estaban haciendo... ¿cuál era el momento en el que dejaban de ser humanos y se volvían Pokemon?
-¿Zerio? - una suave voz femenina la sacó de sus frustraciones.
Esa voz era cálida y le estaba ayudando a calmarse. Esa voz suave hacía que se sintiese tranquilo y que pudiese sacar sus sentimientos afuera. O eso creía él.
- Delphox - dijo el Zoroark - no esperaba escuchar tu voz.
La Delphox estaba encerrada en un cuarto blanco con cristales. Estaba atada por el cuello con un collar y una correa que no le permitía moverse mucho.
-Hace algunos días que me tienes bastante despierta- se jactó con cierta ironía
Zerio sintió un pellizco de culpa.
- No estoy ahora como para aguantarte. - respondió un poco borde.
-Vaya- suspiró- antes venías directamente a torturarme y volver a dormirme cuando te vacilaba. Has cambiado- lo último lo dijo con cierta burla.
- Puede ser... - respondió vagamente mientras miraba lo que le había dado su padrastro.
- Oye, ¿estás bien? - preguntó la Delphox mostrando un poco más de seriedad.
- ¿A ti que te importa? - escupió Zerio. Quería decirlo, pero su orgullo le impedía soltarlo.
-¡Oye! Un poco de respeto- protestó la Delphox- Llevo contigo demasiado tiempo entre estas cuatro paredes. Ahora que estoy más consciente la verdad es que me apetece hablar un poco. Estar drogada y olvidarme de lo que soy, no es agradable.- cruzó las zarpas en un gesto de desdén.
Zerio reaccionó tras oír lo último.
-Lo siento... - susurró
- ¿He escuchado bien?- las orejas de Cintia reaccionaron sacudiéndose levemente.
-Mi padre me ha dicho que está orgulloso de mí... Pero yo no siento que sea así- dijo el Zoroark - se suponía que esto era por los Pokemon... Para que ningún humano pueda volver a esclavizarnos... Haceros pagar por siglos de persecución y de encerramientos... Ser todos iguales, bajo el mismo mando de un Pokémon...
Cintia se acomodó en el colchón deshecho que hacía de cama, reclinando su espalda sobre la pared de su jaula.
- Disfrutaba viendo a todos los humanos perdiendo su voluntad... Saciaba mi sed de venganza... ¿Para qué? - continuó hablando Zerio- Para estar a las órdenes de un ser humano que supuestamente vela por nosotros los Pokemon...
"Te dije que estabas siendo hipócrita" quiso decir Cintia, pero sentía que lo que estaba diciendo no iba de broma.
-Siempre buscaba contentarle, hacer cumplir sus planes me llenaba de satisfacción.- su voz comenzaba a temblar- mi madre lo seguía ciegamente y yo confiaba en ella sin dudarlo... Repudié a mi hermana por ello y para reafirmar mi odio y amor por esta misión, hice todo lo que me pedían.- tragó saliva- Investigué junto con mi madre el comportamiento humano, su historia... Los odiaba aún más por lo que me iban diciendo y lo que tenía dentro más que por lo que leía - soltó una risa que parecía más un suspiro- estaba cegado y a pesar de ello, continué buscando la forma de haceros sentir menos humanos...
Hubo un silencio largo. Solo se escuchaba la respiración de Zerio, que parecía aguantar algo que contenía dentro.
- ... Y llegaste tu como mi mascota... conejillo de indias y mi propio obsequio recibido por mi padre... Algo de lo que me emocioné y me volqué aún más en su empresa.
Cintia apartó momentáneamente la mirada.
- Si vas a vanagloriarte de todo lo que me has hecho... - interrumpió la Delphox - entonces ya puedes ir dejando de hablar...
-¡No! - rugió Zerio mientras pegaba un zarpazo a la pared, dejando una huella. Respiró hondo.
-Al principio si... Pero fue ver ambas formas y mierda... no sentía que estuviera haciendo daño a un humano. - se miró las manos- ¿Quién era yo entonces también? Si solo un par de genomas nos separan y es tan fácil que un humano sea un Pokemon, ¿cual era la diferencia?
-Especies- murmuró la Delphox.
- Si os transformábamos, os volvíais Pokemon y aún así os maltratábamos. Porque nuestra naturaleza es más dócil... ¿En que me diferencio entonces?
-Zerio... - intentó hablar Cintia.
El Zoroark se dio la vuelta.
- ¿Sabes cómo es la relación entre un Pokemon y su entrenador?
Zerio no respondió. Cintia continuó:
- Es un vínculo de confianza... Es la unión de la estrategia y el raciocinio de una persona con las habilidades que pueden hacer realidad esas órdenes de un Pokemon. Una confianza que, aún sin verse, pueden entenderse; y que se construye poco a poco... Como una amistad... Pero cada Pokemon es libre de elegir a su Entrenador...
-¿Y las PokeBalls? - interrumpió Zerio- os dedicáis a atraparnos...
-Combatiendo- retomó el diálogo la Delphox- o ayudando. Es cierto que siempre hay quien se aprovecha de ello. Pero los Pokemon no dan su brazo a torcer por nadie... Así conseguí mis Pokemon y así les entrené. Porque la confianza no es algo que se da, se tiene que demostrar. No todo el mundo piensa como yo, pero para mí las PokeBalls son esa muestra de confianza del Pokemon hacia su Entrenador.
Zerio se quedó callado, pensativo.
-¿Por qué hacemos esto entonces? - se preguntó a sí mismo en voz alta con un sonido parecido al de un gruñido
-No has tenido nunca una experiencia con humanos... - susurró Cintia. Su mirada era compasiva.
-Sí, sí que la tuve... Cuando mi madre engañó a mi padre... - respondió serio- con Deimos
Cintia se quedó sorprendida.
-Espera, estás diciendo que Deimos...
El Zoroark abrió uno de los armario, sacando una lata de bebida. Asintió mientras bebía con cierta agresividad.
- ¿Y por qué le sigues?- quiso saber la Delphox
-Porque me creí las palabras de mi madre y de él- gruñó- pero sobre todo porque venció a mi padre en un combate... El Zoroark que posee es mi padre- dijo con la mirada llena de furia contenida- lo encerró en una de sus PokeBalls de color negro y dorado; y empezó a dejar de ser él. Ahora solo es un esclavo... Ahí es cuando nos dijo lo malo que eran los humanos y cómo estos hacían cosas peores.- apretó una de sus garras con furia.
-No sabía eso... - murmuró Cintia- si lo hubiera sabido...
-No hace falta que te disculpes- interrumpió Zerio- ahora me estoy dando cuenta de lo estúpido que he sido creyendo en Deimos...
-Dices que tienes una hermana- Cintia lo sacó de sus pensamientos.
Zerio asintió.
-¿Por qué no hablas con ella? - preguntó
Zerio levantó sus orejas, que reaccionaron.
-Zarky no me dirigía la palabra desde el momento en que nos obligó nuestro padre... Padrastro- corrigió- a inyectarnos ADN humano ... Cinco años después no creo que cambie... - respondió dubitativo- y además no sé dónde está.
-¿Me estás diciendo que la organización que controla literalmente todo el mundo no tiene dónde encontrar una Zorua?- Cintia lo dijo con cierta ironía
-Ya no lo es- contestó Zerio- mi madre la transformó en una Glaceon y sí, sabemos por dónde puede estar; es uno de los objetivos de Deimos porque asalta los laboratorios junto con el sujeto de otro mundo. Fueron quienes sacaron a otro de los sujetos que había sometido a un lavado de cerebro....
-El Noivern, ¿no? - interrumpió la Delphox.
El Zoroark asintió y continuó.
- Así es... la sujeto femenina... Está a los pies como esclava de Deimos...
-La Primarina- murmuró Cintia- creo que me lo comentaste ya que tu estabas participando en esa aberración.
Zerio no respondió.
-¿Por qué no he acabado así? - quiso saber la Delphox- se suponía que yo era tu principal sujeto de pruebas. Además en ese entonces eras menos receptivo conmigo- Zerio la miró con desdén. Cintia esbozo una pequeña sonrisa.
- Puede que el procedimiento fuese demasiado para que mi mascota se perdiera y disfrutaba verte sufrir la verdad- contestó Zerio muy serio
-A veces tus respuestas dan miedo- respondió la Delphox sombría
Zerio sonrió.
-¿Estabas bromeando?- preguntó sorprendida la Braixen
-No exactamente- respondió volviendo a su expresión seria- antes puede que si, pero no me enorgullezco de eso...
Cintia sonrió.
-Lo que hizo con esa Primarina... Raven creo que se hacía llamar... Lo que hizo fue algo peor de lo que puedas imaginar...- un escalofrío recorrió su cuerpo mientras recordaba los sucedido hace cinco años.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top