II. Capítulo 14: Aceptarse
Dani corría por todo el Valle.
Iba muy rápido. Algunos incluso se asustaban.
Miró su alrededor, estaba llegando al final.
Llegó al cementerio. Era un círculo de árboles, que hacían de pequeños muros. En su interior, yacían los restos de todos los Pokémon difuntos enterrados.
Un silencio se apoderó del ambiente. El Sylveon entró.
El sol bañaba las rocas que simbolizaban la cantidad de Pokémon que ya no estaban en este mundo.
En una de esas "lápidas", una Sylveon y un Espeon observaban calladas. Una suave brisa dotaba al lugar de un silencio sepulcral.
-Fir- saludó Dani
Fir se giró al escuchar su nombre. Lo miró y le saludó con una sonrisa triste.
Dani mantuvo un silencio de respeto hasta llegar a ella.
Miró hacia abajo.
-Arce... - susurró Fir
-Ya ha pasado un año...- comentó Dani
-Era la persona más amable y cariñosa del mundo.- el semblante de Fir mostraba una profunda tristeza- siempre me pedías que me cuidara, que tenía muchas responsabilidades... Siempre ibas conmigo cuando era pequeña mientras intentaba huir- se rió un poco. Las lágrimas comenzaban a brotar- nunca te podré agradecer lo mucho que me ayudaste con todo, fui muy dura contigo y ahora... Ya no estás...
Dani no dijo nada.
Arce murió el año pasado. Un grupo de Pokémon invadieron el Valle en venganza de lo que sucedió unos meses antes y Fir estaba herida de muerte. Arce la rescató y, a cambio de su vida, rogó por que pudiese sanarse.
El Leafeon entonces usó su poder para curarla hasta que lo logró, pero tal fue la energía que usó, que entregó su vida a cambio de que la Sylveon viviera.
Dani no pudo evitar pensar en todo lo que Arce le había ayudado. Desde que apareció en el Valle, Arce lo acogió y lo cuidó hasta recuperarse. Luego, fueron juntos hasta los confines de la isla donde estaba para ver si podía irse. También le ayudó a fortalecerse y convertirse en uno de los más fuertes. Luchó con el cuando secuestraron a Fir por primera vez, otra cuando Aria, Claus y la misma Fir casi son llevadas por traficantes.
Muchas cosas sucedieron en las que Arce estaba presente y le ayudó a crecer como Pokémon y persona.
A su lado, descansaban sus hijas, Lif y Día, que murieron en una batalla a muerte contra los que querían adueñarse de aquella isla aislada.
Aún así, Dani procuró crear un lugar en donde a todos los que morían, tuviesen una forma de mantener vivo su recuerdo.
Se sentía en parte culpable porque pareciera que todo había sucedido por su llegada, aunque Fir le contó el pasado oscuro que yacía en la memoria de los más ancianos o de la propia Fir.
Descubrió que Fir al convertirse "reina" los Espeon más ancianos le revelaban el pasado de su pueblo y su deber era custodiarlo y aprender de ello. Sobre todo, mantenerlo en secreto
De ahí que se comportase de forma alegre, para evitar que eso no se le notase lo que sabía.
Dani se quedó sentado junto a ella, en silencio.
Para inmortalizar el recuerdo de Arce y de todos los del Valle escribió un diario para que, cuando llegase el momento de irse, pudiese llevarse ese recuerdo.
O por lo menos, para recordar que seguía siendo humano a pesar de no poder volver a serlo.
Tras unos minutos más de silencio, salieron de ahí. Fir se despidió del Espeon.
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Pasaron los días y la situación en la casa era muy difícil. Isaac y Zarky estaban aún recuperándose y siempre se mostraban tristes. Aly intentaba animarles como pudiese.
Agradeció que los niños fuesen tan acogedores con ellos ya que, en cuanto cogieron confianza, se pusieron a jugar; una preocupación menos. Jack prometió no escapar con la condición de que pudiese hablar con Aly frecuentemente y con nadie más, petición que les extrañaba y que solo ella sabía el por qué. Ikena al oír esto, comenzó a escaparse de vez en cuando y no volvía hasta bien entrada la noche. Aly intentó averiguar por qué, pero él le respondía que lo hacía por el bien de la familia, lo cual le extrañaba un poco.
Las conversaciones con Jack poco a poco fueron resultando muy útiles para determinar lo que le pasaba.
Zarky, mientras escuchaba a Aly, dedujo que no solo tenía amnesia, sino que sus recuerdos habían sido modificados y con los conocimientos que tenía de su madre, intentó averiguar alguna forma de revertir la condición del Noivern.
A su vez, Aly entrenaba con ambos, fortaleciéndose cada día más, preguntándose qué podría hacer mientras pensaba la forma de ayudar a Jack.
Los sueños de aquel valle lleno de Eevees eran cada vez más frecuentes. Casi siempre era la misma escena del Sylveon mirando el horizonte como si esperara algo. Algunas ocasiones escuchaba un susurro ininteligible que nunca lograba descifrar.
A la vez, Jack soñaba con lo mismo, pero sí entendía el susurro que decía: "Es la hora". Y luego despertaba.
Un día, Jack y Aly estaban conversando en el establo, hogar del Noviern, como todos los últimos días mientras hacían tiempo para que la Braixen trazase un plan.
Hablaban de muchos temas, y el que estaban tratando eran los mejores lugares para ver el atardecer. Como Jack no tenía recuerdo alguno, Aly le explicaba de qué trataba.
-El sol se oculta y crea un espectáculo en el cielo que es digno de ver. Muchas veces llevo a los niños a una colina cerca del bosque para que lo vean y me expliquen lo que sienten- sonrió- aunque ahora es más difícil, pero es un momento bastante bonito de ver
Jack dijo:
- Yo no tenía ventana para ver nada. Es decir, no me importa, pero es cierto que hay muchas cosas que me pierdo y entonces me entristezco.
Suspiró con tristeza. Aly reposó su espalda sobre la pared del establo, sintió un poco de lástima por él.
-Ojalá estar en esas montañas- comentó en una especie de susurro.
Aly se giró extrañada.
-¿Montañas?- preguntó
El Noivern respondió mientras movía sus alas para hacer algunos gestos
- Si. Son como tres montañas que rodean un lugar en el que el sol aparece desde un gran hueco en donde se puede ver un gran amanecer.
Aly de pronto sintió que algo despertaba en su mente. Jack seguía divagando:
- Como me gustaría estar tranquilo, como en mi sueño.
Aly se quedó pensativa. Algo le resultaba familiar.
-¿Te refieres a un valle entre montañas? - preguntó la Braixen.
Jack se giró extrañado.
-¿Tú también lo has visto?
Aly no sabía qué responder. Jack quiso saber más.
-¿Vistes Eevees?- preguntó
Aly de pronto se puso en pie, pero del mareo volvió a sentarse. Asintió
-Había un Sylveon...- Aly comenzó a recordar el sueño recurrente que tenía
Jack se acercó a ella con mucha más intriga que antes.
-¿Si?-
-... estaba mirando el horizonte...
Jack asintió
- De repente se giraba y me decía... -Aly miró a Jack con cierto temor
Dijeron al unísono:
-" Es la hora"
- ... algo que no llegué a entender.
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Aly estaba tumbada en su cama, pensando en lo surrealista de la situación.
No dejaba de darle vueltas a la cabeza sobre la conversación y aquel sueño que se repetía constantemente durante días.
Ella nunca llegaba a entender lo que decía el Sylveon.
Sin embargo, Jack si que lo entendía.
"Es la hora" recordaba la Braixen sin saber qué significaba.
Miró al techo en busca de inspiración y esperó a que el sueño le viniese.
Parecía que Ikena iba a volver tarde otra vez...
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Cira no podía concebir el sueño. Otra vez
Las pesadillas no dejaban de atormentarla.
El recuerdo de su hermana transformada la ahogaba por dentro.
Y la sensación de que algo en su cuerpo no estaba bien no favorecía mucho.
Durante los siguientes días se había ido refugiando en las casas abandonadas que la gente había ido dejando conforme se transformaba.
Nunca volvió a saber de sus compañeros. Era como si se hubieran rendido o habían sido capturados
"Transformados" pensó ella.
En el suelo de aquella fría habitación miró al techo
"Busca la Braixen" recordaba constantemente "Aromaflor..."
Se tocó la frente. La gema roja de su frente era una incógnita aún mayor. Pensó que había sido transformada, pero lo dudaba puesto que no la habían capturado ni metido ninguna sustancia.
Aprendió a lidiar con ello y vio que le daba ciertas ventajas. A la hora de cambiarse o ducharse, podía pasar la esponja por la espalda gracias a que podía levantarla con la mente. Incluso para preparase la comida no necesitaba las manos tanto, podía hacer otra cosa mientras tanto. Parecía como si la hubiera tenido toda la vida.
Aún así, sentía que la gema la conducía hacia algún lugar. Tal vez por eso no dejaba de escuchar "Braixen" y "Aromaflor" sin parar
Cerró los ojos, esperando escuchar las mismas palabras de siempre.
Pero esta noche, la gema le dijo algo más
"Busca al Noiverm y la Braixen"
" Tres días"
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Ikena golpeaba un tronco con una de sus garras. La fuerza hizo que se estrellara contra un tronco y se partiese.
Cada día que pasaba meditaba en su decisión.
El Zangoose comenzó a correr entre los troncos.
Solo pensaba en una cosa.
Luchar. Odio. Venganza.
Habían arruinado su paz.
Los fantasmas del pasado volvían a acechar.
Comenzó a golpear una roca.
La sensación de no volver a ver a Aly o el miedo al futuro asolaban su mente.
Lo había visto. Pareciera como si, en cuanto se recuperasen, Aly volvería a abandonarle y el estaría otra vez con la inquietud de no saber de ella.
La roca se rompió. No podía permitirlo.
Observó el cielo. Oscuro. Luna nueva. Las estrellas nublaban el cielo.
"Falta poco" suspiró
Su deseo iba creciendo en su interior.
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Una isla.
Nubes esconden un terreno montañoso.
En medio de una llanura rodeada de montañas, al borde de un precipicio una Glaceon observaba el horizonte.
El paisaje era un remanso de paz.
La sensación de tranquilidad invadía su mente.
El sol despuntaba tras ella, creando una sombra sobre el suelo. La inmensidad del mar estaba cubierta por las nubes que se cernían sobre ella.
Respiró y miró hacia abajo. No había fondo.
De pronto, sintió algo en su espalda.
Algo la empujaba suavemente.
Hacia abajo.
Se dio la vuelta.
Un Sylveon que le resultaba extrañamente familiar le sonreía. Con una de sus cintas, observó como era él quien le había tirado.
Una voz aún más familiar le decía:
"Despierta"
Sintió cómo el vacío la succionaba mientras miles de luces brillaban sin parar.
Un montón de voces comenzaban a acumularse. Un halo rosado envolvía al Glaceon.
Por un momento sintió que algo tiraba de ella y la separaba de su cuerpo.
Esa sensación comenzó a hacerse tan fuerte hasta que sintió como se precipitaba aún más al vacío
Zarky despertó de golpe.
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