Capítulo 55: La Renuncia
Habían pasado dos horas.
Aria seguía llorando, pegada a la mejilla de aquel ser humano que hasta hace nada era el Sylveon que había amado
Su corazón, destrozado, no permitía que el llanto cesase.
Se escuchaba por todo aquel bosque.
Él lo había salvado.
Y ella lo había matado.
Y encima le había dicho que le odiaba.
Era cierto... Odiaba a los humanos.
Pero él era uno de ellos.
¿Por qué no podía quitarse ese sentimiento de culpabilidad de encima? ¿Por qué se sentía mal?
Lloraba. Sentía que sus sueños desaparecían mientras frotaba su hocico contra el cuerpo inerte de Dani.
"¿Qué ocurre?"
Una voz cruzó su pensamiento.
-Dani... Ha... Muerto
"¿Y qué? Era un sucio humano"
- Si, pero...
"Se merecen morir, tú lo sabes más que nadie"
Aria no respondía, no quería recordar el pasado
"¡No lo evites, ellos se merecen morir! ¡Arrebataron a tu familia y a tus seres queridos!¡Te dejaron sola, sin nadie con quien poder estar! ¡Y con tu condición aún más!"
Esa voz tenía razón. Ella no era como los demás Eevees. Era gris y siempre la habían rechazado por no ser marrón. Incluso en el Valle no pudo encontrar un lugar... No se lo dijo a Dani, pero cuando ella llegó al Valle y tuvo que ocultarse, ese Glaceon era en realidad uno que exterminaba a los Eevees grises, pero no llegó a entender cómo es que la salvó de aquel destino.
-Pero yo...
Su mente entonces se fijó en la imagen de aquel Sylveon. Aquel que la había sacado de su oscuridad. Dani, que en cuanto dijo su nombre, todo cambió. Ya no solo era el hecho de que era semejante a él, sino que la había rescatado.
"Pero es un humamo"
Eso la quemaba.
-Pero
"¿Pero?"
- Él no
Tragó saliva.
Es cierto.
Dani no era como los demás humanos.
Lo había demostrado sacrificando su vida por ella.
Sollozó y le vino a la memoria aquello que dijo Dani antes.
"Es un humano"
Esa frase golpeaba su mente sin parar. El odio y el sentimiento que había nacido en ella se confrontaban.
-Pero no es cómo los demás...-susurró
"¿Quién te dice a ti que el no te va a traicionar algún día? Siendo quién eres. Eres diferente. No puedes confiar en nadie"
-Pero he confiado en él
"Y mira lo que te ha ocultado. Te ha engañado para beneficio propio. Se merece morir por haberte hecho creer que podías confiar en otros"
-Y él fue quién me ayudó a recordar quién era
"Te engañó"
-¡No! Me hizo salir de esa prisión que era mi vida
"Te ha estado utilizando"
Aria no podía más y gritó con mucha fuerza, llevándose las patas a las orejas y presionándolas fuertemente contra la cabeza diciendo:
-¡NO ES VERDAD!
Esa voz no dijo nada más.
Dani.
No era como los demás.
Había vivido mucho tiempo con él. Es verdad que no le dijo nada; pero ella tampoco llegó a ir más allá. Entonces comprendió el por qué no quería que ella lo supiese.
"Él creía que le odiaría si dijese que era un humano..." pensó
De pronto, su odio a los humanos ya no era tan grande.
El ser humano que yacía frente a ella lo demostraba.
No eran todos perversos. Dani lo había salvado.
Se postró llorando entre los brazos de Dani y se hizo una bola...
Tras un pequeño rato, una pequeña luz comenzó a brillar. Aria alzó la cabeza.
Una criatura la miraba atentamente. Tres puntas amarillas adornaban su pequeña cabeza. Su cuerpo blanco era pequeño y de sus lumbares salían dos alas del mismo color de su cabeza.
Una melodiosa voz salió de ella:
-Quieres salvarle, ¿no?
Aria asintió.
-¿Por qué?- preguntó
-¿Quién eres?- preguntó Aria
-Responde a mi pregunta y responderé a la tuya.
Aria cerró los ojos. Había algo en su corazón que no podía sacar
-No...No lo sé... Es...
-Le quieres
Aria no dijo nada. Sabía la respuesta, pero no quería decirla.
-Dime qué puedo hacer para salvarlo.
La criatura sonrió.
-Simplemente desear que vuelva, pero no porque es una gran persona, ni porque sea quien te ha ayudado... Quiero que sea por lo que sientes de verdad y no con una mentira ni medias verdades.
-¡Está bien, está bien!- exclamó Aria- Por favor, quiero que vuelva...
-¿Por qué?
-¡Porque le quiero!
-¿Solo?
Aria se enfadó y gritó:
-¡QUIERO QUE VUELVA PORQUE LE AMO, ahora que al fin he encontrado a alguien que me quiere a pesar de que sea diferente. Por todo el tiempo que me ha ayudado a no volver a mi soledad. Por ser aquel con el que he aprendido muchas cosas. Quiero conocerle más, quiero saber más....
Inspiró y dijo:
-Quiero estar a su lado...
Su corazón latía rápido, eran muchas las cosas que pasaban por su cabeza.
Es cierto, él le había ocultado que era humano... Pero nunca llegó a preguntarlo...
Tampoco es que lo fuese del todo... Al fin y al cabo, ella lo había conocido siendo un Sylveon... Ella se había enamorado de él poco a poco mientras pasaban los días observándole mientras dormía. Lo que al principio era curiosidad acabó siendo un enamoramiento cuando comenzó a hablar con él.
Esos dos meses habían sido los mejores que había tenido y ella se sentía cada vez más apegada a él.
Sonrió para sus adentros.
La criatura entonces habló y simplemente dijo:
-Te concedo tu deseo
Y con un resplandor una gota que parecía estar hecha de estrellas cayó sobre el cuerpo inerte de Dani.
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"Es la hora"
Dani sintió que me mundo daba vueltas
¡Espera!
"¿Qué?"
Dani se aclaró la garganta.
¿Fuiste tú quien me trajo aquí?
Se oyó una risita
"En cierta manera... sí. Deseabas salvarte y ella deseaba compañía: solo os he unido un poco. Además , ya te dije que eres importante"
Dani suspiró
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Dani estaba en medio de la oscuridad, no sentía nada.
De pronto escuchaba un leve susurro. Entonces comenzó a sentir cómo poco a poco su corazón comenzaba a latir al principio lentamente, pero luego empezó a bombear más fuerte mientras notaba como la sangre volvía a fluir. Sintió cómo los huesos iban recolocándose.
Poco a poco su cuerpo iba respondiendo a sus estímulos.
El susurro se volvió una voz audible que decía su nombre. Sintió que volvía a tener control sobre su cuerpo y abrió los ojos.
Estaba recostado, y un pequeño bulto gris decía su nombre débilmente.
Aria.
La observó con cierta ternura y alargó la mano para acariciarla, pero se detuvo al ver que su mano comenzaba a cubrirse con un pelaje rosa y blanco.
Una voz le vino a la cabeza
"Tienes poco tiempo"
Suspiró y tocó el bulto gris.
Aria entonces estaba entre el sueño y la realidad, había pasado mucho tiempo desde que ese Pokemon había dicho que completaría su deseo, pero nunca llegaba. Angustiada y triste, el cansancio se había apoderado de ella. Se sentía sola.
De repente, en medio de ese cruce de pensamientos, sintió una mano tocándola el pelaje, rápidamente se despertó, alzó las orejas y se dio la vuelta.
Ante ella, un humano de 20 años la miraba con una sonrisa de cariño y gratitud.
Aria no pudo contenerse más y saltó sobre la cabeza de Dani y comenzó a lamerla con lágrimas en los ojos
Dani no pudo evitar reírse y abrazó a la pequeña Eevee.
-Aria...
-¡Lo siento!- exclamó Aria- Perdón por haberte insultado y por haber sido tan malo contigo... Snif... Tuve mucho miedo y quise odiarte por ser lo que eres en realidad y... Snif... Te he hecho mucho daño...
Dani la abrazó, pegando el cuerpo de Aria contra su pecho y acariciando su cabeza. Dani sentía como una cola nacía entre sus lumbares. Dani respondió:
-Perdón por no haberte dicho qué era, tenía miedo que me rechazases y no quería perder a la única verdadera amiga que he podido hacer en este lugar... Y por no haber sido sincero contigo...-
Los cambios poco a poco se iban notando.
-Aria- dijo Dani separándose de ella.
Aria levantó su cabeza.
-¿Sí?
- Quiero decirte una cosa antes de perder este cuerpo
-¿Qué?- preguntó Aria
Dani sonrió:
-Verás... voy a perder mi humanidad... a cambio de haber vuelto a la vida...
Aria se quedó sorprendida.
-Pero... ¡Eso significa que no podrás volver a ser humano... Dejarás lo que eres en realidad!
Dani suspiró y la respondió:
-Si... Pero no quería dejar de ser humano sin antes haberte demostrado que no todos los humanos somos iguales. Es cierto, hay algunos que son malos y maltratan, matan y arruinan las vidas... Pero hay una parte, aunque no lo parezca, es buena, amable, comprensiva y sabe dar su brazo a torcer. Ayuda a los que lo necesitan y aunque muchas veces sufran, siempre quieren dar lo mejor de ellas; aunque muchas veces la caguen- rió- pero son esas las personas que luego se hacen cada vez mejores conforme avanzan en la vida. Caen, cometen errores, pero se levantan y los corrigen... Cambian sus vidas y se hacen mejores.
No hay ningún ser humano perfecto en mi mundo ni en el tuyo, pero avanzan, caen, se levantan y siguen su vida esforzándose por ser mejor de lo que eran... - tosió un poco y la sonrió- yo tengo errores que he cometido que me han destrozado la vida, pero he aprendido de ellos y gracias a ellos he podido crecer y ser mejor....
La abrazó con fuerza y suspiró muy fuerte mientras la susurraba en el oído:
-También quería decirte que te quiero siendo humano... Aunque ya casi no parezca uno...
Aria comenzó a llorar. Su corazón comenzó a latir muy rápido. No podía hablar debido a que el llanto era muy fuerte.
"Me quiere" pensó Aria
-Pero... te... he... hecho daño-murmuró la Eevee apoyando su cabeza sobre el pecho cambiante de Dani.
- Lo importante es que no vas a hacerlo más... y yo seré sincero contigo de aquí en adelante
Aria asintió y simplemente dejó de pensar en lo malo y se centró en aquel Sylveon- humano que la había rescatado más de una vez.
Con esos pensamientos inundando su cabeza alzó la mirada.
Dani tenía ya un hocico y sus orejas rosas ya estaban en la parte de arriba. Se sentía un poco culpable al ver cómo había renunciado a su humanidad por ella... Aunque él había dicho que lo hacía por el bien de todos, no podía quitarse se la cabeza el que era culpa suya...
Dani posó su hocico frente al suyo, sorprendiéndola. Se miraron a los ojos.
Aria se había quedado hipnotizada por esos ojos que se iban tornando azules. Entonces, sonrió y le dijo:
-Yo... te amo
Dani parecía sorprendido, pero la abrazó con más fuerza mientras iba perdiendo los pulgares de las manos que se transformaban en patas.
En ese momento, la pequeña Eevee comenzó a brillar.
En ese momento, el cuerpo de Aria se alargó y su pelaje se redujo mientras se tornaba blanco. Sus ojos se tornaron rosas. Sus patas se alargaron mientras el pelaje de volvía azul. Dos lazos, uno en el cuello y otro en una oreja nacieron con dos cintas en cada lazo. Sintió como un nuevo poder corría por sus venas.
El brillo cesó.
Aria había evolucionado.
Dani era un Sylveon completamente
Dani sonrió mientras le decía adiós a su forma humana. Se miraron. Acercaron sus hocicos en un gesto de cariño...
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