Capítulo 25: Calma...
Aly e Ikena salían de la habitación completamente empapados. Raven les seguía con la mirada. Detuvo a Ikena y lo llevó dentro de la habitación.
-Déjamelo un ratito- dijo Raven con una sonrisa maliciosa.
Aly se alejó un poco asustada. La Absol cerró la puerta de golpe.
-Quiero una explicación- comentó Raven, esta vez con un semblante serio.
Ikena tragó saliva.
-No es lo que parece- susurró el Zangoose.
Raven le siguió mirando fijamente.
- No se si creerte- dije la Absol
- En serio- respondió Ikena con nerviosismo- No ha pasado nada. No hemos hecho nada. No hemos hecho lo que tu crees que hemos hecho.
Raven lo miró fijamente y de repente, a Ikena le entró una sensación de mareo. Sintió como que en los ojos de Raven se metían muy dentro de su mente hasta el punto de que sus memorias pasaban hasta llegar a la noche anterior.
Y ambos vieron lo que pasó.
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-¡YA TE HABÍA DICHO QUE NO HA PASADO NADA!- maulló Ikena avergonzado- NO ERA NECESARIO VOLVER A RECORDARLO
-Ahora sí te creo- dijo Raven
-No si ya- respondió Ikena ruborizado- ya te dije que no hicimos nada. Tengo la cabeza bien fría en ese aspecto.
-Ah bueno...- murmuró Raven- entonces... ¿cuando lo vais a hacer?
-¡Eso no te incumbe!- exclamó Ikena mientras Raven salía de la habitación riéndose.
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-¿Qué le has dicho?- preguntó Aly
Raven se asustó
-Nada- dijo Raven- Ya deberíais saberlo los dos
Se miraron fijamente a los ojos.
-Con que lo tuyo con Isaac...
-¡ESO NO TE INCUMBE!
-Ah, ¿no?
-NO
Siguieron mirándose
-Oh Dios mio- dijo Aly- ¿te ha pedido salir?
-...
-¿Y le has rechazado?
-...
-Pero luego te has arrepentido....
-...
-Y le has aceptado....
-...
-Y habeis estado saliendo durante un año hasta que tu le hiciste algo de lo que tu te sientes...
-¡YA PARA!- gritó Raven soltando una lagrimita- ¡Hice mal y es algo que fue cosa mía y el lo comprendió!
-Vale, vale- murmuró Aly con picardía
-¿En paz?- susurró Raven
-En paz
Y se dieron las patas.
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Raven despertó. Se dio cuenta de que se había quedado dormida en el sillón del Centro Pokémon.
Una voz femenina la sacó de su estado de empanamiento y la sobresaltó.
-Hola, tus Pokémon ya están del todo recuperados
-Eh... Eh... Si... Si... Muchas gracias- dijo Raven con una media sonrisa.
A espaldas de la enfermera, un Noivern, un Vaporeon y una Glaceon la miraban sonrientes.
-Veo que tú también estás mal- dijo la enfermera
-No, estoy bien, gracias- contestó Raven
-No pasa nada- y tendiéndole una llave agregó- si queréis dormir podéis usar una de las habitaciones del centro, al fondo del pasillo a la izquierda.
-Gra... Gracias, no hace falta...
-Ve y duerme que lo necesitas
-Gracias...-murmuró Raven mientras la enfermera se iba
Miró el reloj. Eran ya más de las 10 de la noche.
Raven, sin hacer caso a su alrededor, como si estuviera en un trance, se fue al cuarto que le habían prestado. Llegó, y se desplomó completamente agotada. Una lágrima salía por su mejilla
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-¡Ya están aquí!- una voz gritaba a lo lejos sobresaltando a Dani que estaba tumbado en los asientos con Sarah en su regazo. La Zorua movió un poco las orejas antes de empezar a abrir los ojos.
Dani se estiró, cogió a Sarah y la dejó sobre el asiento. Un tren se acercaba a lo lejos.
Abrieron la puerta. Era Paul.
-Ya están aquí- dijo Paul.
-Vale, gracias-respondió Dani.
Ray apareció junto a su padre y entró al compartimento. La ventana rota había sido tapada con uno de los Rayo Hielo de uno de los Pokémon de algún entrenador. Se sentó en silencio, pero no se dio cuenta de que su cola estaba debajo de él y la aplastó haciendo que gimiese de dolor y con su mano apartó la cola mientras aguantaba el grito de dolor e ignoraba lo que acababa dé ocurrirle.
-¿Qué hora es?- preguntó Dani.
-Son las 22:15- contestó Ray-han tardado casi dos horas en venir...
-Como había dicho... - murmuró Sarah adormilada
En silencio Dani y Sarah salieron del habitáculo y bajaron del tren. En lo alto de la montaña, un fuerte viento arremetía contra ellos y la nieve que caía no dejaba ver con totalidad el cielo.
-¿Cómo es posible que podáis subir esta montaña sin descarrilar?-preguntó Dani mientras avanzaban hacia el otro tren.
-Esto no hubiera sido posible sin los Pokémon- contestó Paul- gracias a ellos podemos hacer cosas que no creíamos posibles.
-Uau...-murmuró Sarah.
-Oye... ¿Cuánto van a tardar en hacernos subir?- preguntó Sarah- Es que tengo frío
-¡Es verdad! - respondió Dani mientras cogía de su bolsillo una PokéBall- Se me había olvidado
De la PokéBall salió una Braixen con una cara de enfado. Sacó el palo de la cola y usó Ascuas hacia la pierna de Dani. Dani saltó para esquivarlo.
-¡Ey!
-¡Es la última vez que tengo que esperar 2 horas en una PokéBall!- dijo Aly airada caminando con fuerza hacia él.
-Perdón, perdón- respondió Dani retrocediendo- es que estaba muy cansado...
-Bueno, tranquilos- interrumpió Sarah creando una ilusión de sí misma humana y agarrando a Aly que se iba a abalanzar sobre Dani.
Aly se calmó.
-Está bien, pero me debes algo- dijo Aly mucho más tranquila
-Vale, vale- contestó Dani- pero más tarde.
-Volviendo al tema- dijo Sarah revirtiendo su forma- tengo frío.
-¿Y qué se supone que tengo que hacer yo?- preguntó Aly sin saber qué hacer.
Dani, Sarah y Ray que, ocasionalmente estaba al lado de ellos y había estado presente en todo lo que ocurría se quedaron mirándola con una cara de que les estaba tomando el pelo
Aly los miró y dijo: "¿Qué?" mientras sus zarpas movían el palo hacia su cola. En cuanto el palo tocó su cola, se quedó mirando su cola percatándose de la cosa más estúpida que acababa de decir.
-Lo decís porque soy de Fuego, ¿no?- balbuceó mientras cogía el palo con suavidad
-No, que va- dijo sarcásticamente Dani
- Es porque eres de Hielo- continuó diciendo Sarah sarcásticamente
Aly soltó una risita nerviosa mientras Sarah y Ray se reían. El palo de Aly se prendió y todos se sentaron pegados junto a la Braxien que yacía entre Ray y Dani a los lados y Sarah en su regazo mientras la llama le daba un poco más de calor.
-Una llamita no nos va a calentar nada- susurró Dani a la oreja de la Braixen.
Aly lo miró con desdén y se concentró hasta que la llama creció considerablemente.
-Mmm... Yo creo que...
-Te callas- contestó secamente Aly mientras cortaba lo que iba a decir Ray
Tras 15 minutos y una Braixen completamente agobiada, Paul gritó desde la puerta del tren:
-¡Os toca subir!
Todos se alegraron al escucharlo mientras se levantaban del suelo y corrían hacia Paul.
-Auf- resopló Aly completamente liberada del peso.
-Te lo merecías- le dijo Sarah a Aly por debajo sonriendo mientras se bajaba del regazo y se marchaba dignamente.
-¿Por qué?- preguntó Aly
-Por tontaa- respondió Sarah riendo con malicia.
-Serás...- Aly empezó a perseguir a Sarah hasta que se subieron al tren.
Las nubes en los cielos se iban despejando. La ventisca dejó tras de sí un suave manto blanco alrededor de los raíles del tren. Algunas personas se encargaban de los restos del tren mientras el otro reanudaba la marcha hacia Ciudad Puntaneva.
La Luna comenzaba a verse tras las nubes.
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