Capítulo 24: Descenso
- Me parece que el estado del tren está muy mal, creo que van a tener que venir a buscarnos- dijo Paul.
Había pasado una hora desde el asalto y los maquinistas y enfermeras atendían a todos los heridos. Paul había conseguido llegar donde estaban Dani, Sarah y Aly para contarles lo que estaban haciendo todos en el tren.
-No hemos podido hacer nada... Perdón- susurró Sarah.
Tanto Sarah, como Aly y como Dani tenían muchas heridas. Sarah aún tenía un poco hielo en el pelaje y tenia la pata vendada. Aly aparte de estar con el pelaje totalmente revuelto, varias heridas ahora cerradas habían dejado un pequeño rastro de sangre en el pelaje del costado y brazos de la Braixen. Dani, en forma humana, tenía algunas heridas en el brazo y en la cara. Una de sus manos estaba cubierta por una venda.
Se hizo un silencio incómodo. Paul tosió:
- El tren de rescate vendrá en 2 horas más o menos, no se si...
-Vamos a bajar el monte a pie- dijo Dani secamente.
-Mmm... Vale... -respondió Paul.
-Lo único que necesitamos es un poco de comida y una mochila para llevarla.
- Vale... - Paul se fue sin decir nada más.
-Oye.
Aly sacudió un poco la pierna de Dani.
-¿Estás bien?
Dani la miró y acarició sus orejas.
- No, estoy cansado, pero hasta que no lleguemos a Ciudad Puntaneva y sepamos qué es lo que está ocurriendo, no vamos a poder descansar.
-¿Por qué no descansamos hasta que vengan?- preguntó Sarah.
-Tenemos que seguir, aunque sea a pie- contestó Dani.
-Vamos a tardar casi lo mismo-dijo Aly- además, han tenido que cerrar algunos vagones por la ventisca que está haciendo fuera.
Dani miró al exterior. Aún quedaban restos de la batalla y se veían charcos de agua, marcas de explosiones. Era todo un pequeño caos.
Entonces se percató de algo.
-¿Cuánto tardarán?- preguntó Dani.
-Unas dos horas había dicho Paul... Depende de lo rápido que vengan- contestó Sarah- ¿ Por qué?
- Fijaos en la nieve- contestó Dani señalando el exterior.
-¿Qué ocurre fuera?- pregunto Aly asomando el hocico.
-Yo no veo nada- dijo Sarah.
-Las huellas aún se ven- contestó Dani- si nos damos prisa tal vez podamos ver a dónde se los llevan.
-Te acabamos de decir que está haciendo un frío tremendo fuera y que es peligroso salir- dijo Sarah.
-Si las seguimos ahora, a lo mejor podemos rescatarlos.
Dani se levantó apresuradamente
Aly le agarró de la manga del abrigo mientras él se lo ponía.
-Dani, creo que no es una buena idea...
-Si no hacemos algo, a saber qué es lo que harán con ellos.
Sacó las PokéBall de Aly y Sarah del bolsillo.
-Vámonos.
-Dani, espera...
Un rayo rojo absorbió a Aly y la metió en la PokéBall.
-Sarah, no hay tiempo.
-¿No hay otra solución?
-No.
-Sí, sí que la hay.
-No.
El rayo rojo emergió de la otra PokéBall en dirección a Sarah, pero ésta lo esquivó.
-Sarah métete en la PokéBall.
-No.
-Por favor .
-He dicho que no.
Ambos estaban empezando a alterarse.
-¿Y que pasa si a mitad de camino las huellas dejan de verse?- preguntó Sarah- ¿Qué pasará si nos perdemos?
-¡Sí salimos ahora no será tarde!- Dani explotó de ira.
-¡¿Por qué quieres ir tras ellos?!- Sarah también comenzó a gritar- ¡¿Acaso quieres que nos derroten y nos dejen tirados y no sepamos a dónde ir?!¡¿Qué pasa con Jack y Raven que están esperándonos en Puntaneva?!¡¿Es que acaso te has olvidado de que están ahí?!
-¡Lo que quiero es hacer algo bien por una vez en este mundo!
Sarah se calló. Una lágrima cayó del ojo izquierdo de él.
-Desde que he llegado aquí lo único que he visto son desgracias, desde Ikena pasando por lo de Aly, lo de Isaac y ahora esto...
Tosió.
-No quiero que más personas se vean implicadas en todo esto. Quiero que todo esto acabe. No quiero que nadie más sufra por mi culpa o por la de mis amigos...
Dani se sentó. Más lágrimas caían de sus ojos. Era una mezcla de tristeza, enfado e impotencia. Sarah lo miró. Se acercó a él con mucho cuidado y se subió a sus piernas.
-Tú no tienes la culpa de nada. - dijo Sarah- Ni tú ni nadie. Si esto esta pasando es porque es algo que lleva tiempo preparándose. Tarde o temprano iba a suceder. Tú mismo has visto todo lo que tienen montado.
Sarah tocó con su hocico en el pecho. Dani levantó una mano y empezó a acariciar el lomo de la Zorua.
Sarah levantó la vista hacia Dani.
-Mírame- dijo Sarah.
Dani la miró.
-Puedo no ser la persona indicada para decirlo, pero muchas veces las cosas malas pasan sin que veamos solución. Y aún así hay que levantarse y seguir hacia delante por mucho que cueste...
Sarah se sumergió en sus recuerdos.
-...Sé que no es justo y que muchas veces la culpa te puede y quieres morir... Pero no hay que estancarse en el pasado... Hay que seguir adelante y si los problemas se pueden resolver, ya se resolverán. Si no es ahora, será más tarde... Pero no hay que estancarse...
-En el pasado- terminó diciendo Dani- lo has vuelto ha repetir...
Hubo un pequeño silencio.
Las lágrimas habían parado y Dani cogió a Sarah y la abrazó cual peluche.
-Gracias...- susurró Dani al oído de la Zorua - gracias por lo que acabas de decir...
Una lágrima se deslizó por la de Sarah.
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Jack tosió.
- Creo que deberíamos ir al Centro Pokemon para que os curen las heridas.
No se habían fijado, pero tanto Isaac como Zarky estaban bastante sucios y algunas heridas, aunque a medio cicatrizar, todavía estaban sucias.
-Supongo que tienes razón... -dijo Isaac sonriendo y rascándose la oreja con la mano.
-¿Pero cómo lo hacemos?- preguntó tímidamente Zarky.
Raven se acercó a Jack y rebuscó en la bolsa que traían. Sacó una de las galletas y se la comió.
-Yo haré de Entrenadora y vosotros sois mis Pokemon- dijo Raven en un tono un tanto serio.
Raven empezó a cambiar. Observó como el pelaje comenzaba a mostrar su piel que pasaba de un color negro a su color original. El cuerno que le salía de la parte izquierda de la cabeza comenzó a menguarse hasta desaparecer de la cabeza. El pelo comenzó a alargarse y tornarse de color castaño oscuro.
-¡Raven estás desnuda!- gritó Jack mientras extendía las alas.
El pelaje seguía desapareciendo y esta vez se acercaba a su pecho. Las patas traseras comenzaron a cambiarse para adoptar la posición de los bípedos.
-Se me olvidó- dijo Raven.
Jack rápidamente la ocultó entre sus alas para evitar que nadie la mirase.
-¿Por qué no puedes ser más avispada?- preguntó Jack suspirando.
-Lo siento...- dijo Raven desde dentro de las alas.
-¿Ahora qué hacemos?-preguntó Jack.
-Ten- Zarky alargó la pata y le entregó su ropa. Nadie se había dado cuenta de que había vuelto a ser una Glaceon- usa la mía.
Una mano salió de las alas de Jack y cogió la ropa.
-Una pregunta- dijo Jack.
Zarky se giró.
-Si tienes una mezcla de entre una Zorua y una Glaceon y eres una Zorua en realidad, ¿cómo es que te transformas en Glaceon y no en Zorua?- preguntó Jack.
-Hay dos razones:- contestó Zarky mientras se subía a uno de los bancos del mirador- la primera es que al ser mi ADN principal ser la de un Zorua y el ADN invasor bloquea el tuyo propio, pues tengo más tendencia a ser una Glaceon. Aunque eso no es todo. La ventaja que tengo, por decírlo de alguna manera, es que los Zorua tenemos la habilidad Ilusión y entonces eso me permite "cubrir" las alteraciones de mi cuerpo. Como en este caso tengo más Glaceon que Zorua, pues es más fácil cubrir las partes de mí que son Zorua y dejar las del Glaceon- Zarky terminó de hablar y se sentó en el banco.
Se produjo un silencio un poco incómodo. Zarky se sonrojó y bajando las orejas y con una voz tímida y baja dijo susurrando:
- Bueno... Espero que lo hayas entendido.
-Sí, sí,- contestó Jack sonriendo- es solo que me ha chocado el hecho de que lo hayas dicho tan técnico.
Zarky sonrío aún ruborizada
-Jack, déjame salir que ya me estoy agobiando- dijo Raven desde dentro de las alas.
-Ups, lo siento- respondió Jack abriéndolas.
-Venga, vámonos- dijo Jack.
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