Vs Erika: ¿Debilidades de Hierba selladas?


Ciudad Celadon...

Ash y Pikachu se quedaron viendo fijamente al Exeggcute. Misty se quedó viendo fijamente al Exeggcute. Iris se quedó viendo fijamente al Exeggcute, aunque rápidamente volvió su atención a comerse los huevos revueltos que estaban frente a ella. Exeggcute no parecía estar incómodo de ver a alguien comiendo huevos enfrente de él, en lugar de eso, llamó la atención al sobre que tenía consigo.

- ¡Exe!

Bajándose un vaso entero de jugo de naranja, Ash agarró el sobre y lo abrió, revelando un papel de correo de hierba lleno con una muy esmerada caligrafía, que decía lo siguiente:

Ash Ketchum:

Este Exeggcute te teletrasportará a ti y a tus amigas a mi gimnasio para tu batalla del día de hoy. No me siento con ganas de lidiar con tecnicismos solo porque llegaste tarde. Prefiero vencer a mis oponentes con mis habilidades y no por los horrores de las congestiones de tráfico. Honestamente necesitan terminar esas reparaciones en el subterráneo...

Si no le dices nada, Exeggcute te llevará al gimnasio cinco minutos antes de que comience la batalla. Por tu bien, espero que no estés tomando una ducha cuando mi Exeggcute haga esto. No quisiera verme obligada a lidiar con tu desnudez con la ropa que tenemos a mano aquí, con lo cual me refiero, por supuesto a que solo tenemos ropa de mujer.

Atentamente,

Erika, Líder del Gimnasio Celadon.

- De acuerdo, por lo menos avisó. – observó Ash, en serio esperando no tener que volver a ponerse un vestido.

- Me pregunto si todos los otros líderes de gimnasio son así de malos. – se preguntó Misty en voz alta. – Digo, Brock era un chico bastante normal, pero el teniente Surge estaba un poco chiflado para ser un veterano de guerra, y con mis hermanas... bueno, ya entiendes, ¿no?

Ash se puso el dedo en el mentón, tratando de imaginar lo que podrían hacer los otros líderes de gimnasio.

- "¡Debes demostrar que eres digno de entrar en mi gimnasio, completando este acertijo!" – Su imagen mental de Blaine sostenía una hoja de papel con un acertijo en ella, el cual irradiaba un aura maligna, como si hubiera salido de una de las Bolas Oscuras del Merodeador con Máscara de Hierro.

- "Si quieres luchar en mi gimnasio, ¡tienes que estar en forma!" – La imagen mental de Chuck se golpeaba su barriga de manera graciosamente hipócrita. – ¡Y para eso, tienes que vencer a mi Machoke en una lucha de pulgares! – Y detrás de Chuck, su Machoke flexionaba sus pulgares amenazadoramente.

- "El entrenamiento de los Pokémon es 90% batallas, 9% de suerte, y 1% de inteligencia." – Le decía la imagen mental de Roxanne, con una regla en la mano. – "Puedo ponerte a prueba con el 99% en una batalla real, pero primero tienes que mostrarme tu inteligencia. Ahora, este es un test de cien preguntas de opción múltiple. Si no pasas, no podrás pelear contra mí." – El test daba un aura similar al del acertijo de Blaine.

- "¡Amo los fósiles! – La imagen mental de Byron explotó de entusiasmo. – "Y solo aceptaré retadores que me demuestren que aman los fósiles tanto como yo. ¡Ahora, abraza a todos mis fósiles!" – Detrás de él, los fósiles se extendían a todo lo largo de lo que parecía ser un pasillo infinito.

- "Me encantaría tener una batalla contigo, pero uno de mis modelos está enfermo hoy..." – La imagen mental de Elesa se veía deprimida, sosteniendo un conjunto de moda que probablemente haría que May y Dawn echaran espuma de la rabia, y el cual también brillaba con un aura maligna. – "Necesito que lo reemplaces, ¿porfis?"

De inmediato sacudió la cabeza, tratando de no pensar en los posibles horrores más de lo necesario. Por ahora, a enfocarse en lo que tenía enfrente.

(--0--)

Gimnasio Viridian...

Los últimos cuatro retadores que lo desafiaron fueron un despliegue realmente patético: cómo fue que se las arreglaron para hacerse dignos de enfrentarlo cuando un inspector de la liga "siguiendo el manual, sin excepciones" no andaba por allí cerca lo sorprendía. Uno de ellos parecía tener al menos como para reclutarlo, así que envió a algunos de sus hombres a la habitación del hotel donde se hospedaba para hablar con él.

No fue la gran cosa, convencerlo de enrolarse en su organización no requirió que lo sobornaran con dinero, acceso a lugares especiales, u objetos raros. Y menos mal que tampoco hizo falta persuadirlo enviándole una mujer para pasar la noche. El Equipo Rocket no hacía comercio en ese campo. Demasiado fácil de rastrear en su opinión.

Pero esta retadora en particular...

- ¡Golem ya no puede pelear! – declaró su lacayo haciendo de réferi, tristemente tenía que ser justo o atraería algo de atención indeseada. Giovanni retornó a su Golem mientras todavía seguía sentado bajo las sombras en su trono.

Un Lapras, su siguiente Pokémon después de un Pidgeot y un Butterfree, lanzó un chillido de triunfo. La retadora era una joven mujer llamada Solidad. Había peleado contra ese chico bloodliner al que estaba vigilando no hacía mucho, y había derrotado al idiota de Vermillion poco antes. Poseía talento, bastante de hecho. Por lo que entendía, ella iba a desperdiciarlo en efectos visuales y a jugar a las muñecas con ropa linda, junto con todos esos afeminados y metrosexuales, así que tristemente dudaba poder hacer que ella viera las cosas a su manera y echara todo ese potencial por la coladera.

Pero dejando de lado ese crimen por desperdiciar talento, tenía una batalla por ganar.

- Nada mal, no está nada mal. Son pocos los entrenadores que eligen desafiarme. Y más raro todavía que logren hacerme pararme de la silla. – Dicho esto, se puso de pie, sosteniendo a su carta de triunfo en la mano. – Pero ahora que estoy de pie, vas a perder. ¡Ve!

Arrojando la bola, explotó en un estallido de luz, revelando a su Pokémon más poderoso. Una enorme y feroz bestia de roca y tierra de color marrón oscuro.

- ¡RHYPERIOR!

- Nunca antes había visto a ese Pokémon... – murmuró para sí misma Solidad, pero rápidamente recuperó el aplomo. – Eso no importa, vamos a ganar. ¡Lapras, usa Rayo de Hielo!

Abriendo su boca, Lapras disparó un rayo de energía blanca directo hacia Rhyperior. Se veía bastante poderoso. Pero qué predecible, un Rayo de Hielo.

- Rhyperior... Brazo Martillo.

Rugiendo con su brazo brillando, Rhyperior se lanzó a la carga de frente contra el ataque de hielo, haciéndolo pedazos como si no fuese nada. Solidad y Lapras se vieron como si acabaran de ver algo que desafiara las posibilidades de la realidad. Cómo le encantaba a Giovanni ver esa mirada. El Brazo Martillo golpeó con fuerza a Lapras, enviando al raro Pokémon de Agua-Hielo volando contra la pared, y escucharon algo agrietarse.

Daño a su caparazón, de lo que había leído sobre los cazadores de Lapras. Tomaría un largo tiempo para que el daño desapareciera por completo, podrían pasar meses antes de que Lapras volviera a estar listo para pelear de nuevo.

- ¡No, Lapras!

- ¡Lapras ya no puede pelear! ¡El ganador es el líder de gimnasio, Giovanni!"

Sonriendo, Giovanni retornó a su Rhyperior y volvió a su asiento. Potencial, sí tenía. Pero poder, todavía no. Aun así, esta chica era una excelente prueba para su más valioso activo, y tal vez sería capaz de enfrentar (y vencer) a sus secuaces de más alto rango.

Sería una lástima tener que eliminarla si llegaba a ser un obstáculo. Pero tristemente en el mundo, no podía ir matando a quien él quisiera cuando quisiera. Tenía que planearlo con mucho cuidado, asegurarse que nadie los fuera a extrañar, preparar historias que sirvieran de tapaderas, investigar el trasfondo de la víctima para averiguar cuál sería la forma más conveniente de que sufriera "un accidente" y por supuesto sobornar a las autoridades para asegurarse que no metieran las narices demasiado cerca. En resumen, sentenciar a alguien a muerte era un asunto demasiado molesto y complicado.

(--0--)

Ciudad Celadon...

La hora había llegado, y Ash y compañía se vieron teletransportados al interior de una especie de invernadero que el entrenador reconoció al instante. No se veía muy distinto a como él lo recordaba, excepto que el campo de batalla estaba pintado en tiza encima de una enorme extensión de césped, como un campo de fútbol más pequeño. Erika ya los estaba esperando, mientras observaba detenidamente un IPad, aunque sí se sorprendió un poco de verlos llegar, mientras su Exeggcute se iba saltando a alguna parte del jardín.

- Oh, qué bien. Puedo ver que traes tus pantalones puestos. – le dijo. Ash prefirió no replicarle, sonaba más a que quería molestarlo un poco, aunque sí tuvo que aguantarse el deseo de mirar abajo para estar seguro. – Veamos entonces: Pikachu, Butterfree, Pidgeotto, los tres Pokémon iniciales de Kanto... tienes una colección bastante interesante.

Erika sonaba genuinamente sorprendida. Al parecer estaba utilizando su IPad para chequear las estadísticas y el registro de entrenador de Ash hasta ese momento.

- He tenido suerte. – dijo Ash encogiéndose de hombros. Había aprendido a hacerlo sin incomodar a Pikachu, con tanto tiempo de viajar juntos.

- Cuando tengo tiempo, me gusta echarles un vistazo a mis oponentes. Me ayuda a poner las cosas en contexto. – Erika se guardó el IPad y se puso de pie para empezar a caminar hacia el extremo que le tocaba en el campo de batalla para el desafío. – No estoy segura de si lo sabes, pero muchas Ligas Pokémon le ofrecen a los entrenadores el mismo privilegio. El conocimiento puede ser tanto un arma, como una debilidad para el oponente. Muchos retadores han perdido por no investigar bien de los Pokémon de sus oponentes, o por no saber que estos tenían un arma secreta.

- ¿Entonces ya sabes qué Pokémon tiene Ash, pero él no sabe nada de los tuyos? – preguntó Iris con una mirada acusadora. Erika solo le sonrió.

- Oh, pero sí lo sabe, ¿verdad? Sabe que uso Pokémon de tipo Hierba.

Ash tuvo que contenerse de resoplar, pues en efecto sí recordaba haberle visto unos cuantos: Gloom, Tangela, Weepinbell...

- Un entrenador, o entrenadora, en tu caso, tiene que saber improvisar, ¿no? – señaló Ash. – ¿Qué clase de entrenador sería si no puedo adaptarme para pelear contra Pokémon que no me espero?

- Hmm, sabias palabras. – Erika sonrió al escuchar eso. – Me alegra ver que sabes usar la cabeza. En fin, vamos a comenzar. Tus amigas pueden tomar asiento donde deseen.

- Buena suerte, Ash. – dijo Misty, dándole un toquecito en el brazo mientras sonreía. Hecho esto, ella e Iris fueron a sentarse en la hierba mientras Ash se dirigía al otro extremo del campo de batalla.

- ¿Te parece bien una batalla de cuatro contra cuatro? - preguntó Erika.

¿Cuatro contra cuatro? No había tenido una de esas desde... Candice. Wow, ese había sido un largo tiempo, si lo medía usando sus batallas de gimnasio (dada su falta de otra medida más confiable). ¿Acaso en Unova tenían una ley en contra de utilizar más de tres Pokémon en una batalla de gimnasio o algo por el estilo?

- ¿Hay algún problema? – le preguntó Erika al ver que no respondía.

- ¿Eh? No, no hay problema, descuida. – confirmó Ash dejando de divagar.

Una mujer joven, de baja estatura y con pelo rubio se colocó en el medio del campo para hacer de réferi en el encuentro.

- La batalla de gimnasio entre el retador Ash, y la líder Erika, comenzará ahora. Cada entrenador podrá utilizar a cuatro Pokémon. No se permitirán sustituciones de parte de ninguno, si retiran un Pokémon del encuentro no podrán volver a sacarlo para pelear de nuevo. La líder de gimnasio será quién abra.

- Muy bien, Krista, lo haré. – Erika tomó una de las Pokébolas de su cinturón y la lanzó al aire. Se abrió revelando a un pequeño cuadrúpedo amarillo con la cola y las orejas en forma de hojas verdes, y las patas de color marrón.

- ¡Leaf!

- Leafeon, el Pokémon verdor. Leafeon es una de las siete Eeveelutions conocidas actualmente, y se rumorea que estuvo en Kanto durante muchos años, antes de que la hija de un noble se llevara a su Eevee a un bosque. Leafeon siempre está rodeado por aire limpio y ha sido usado en las grandes ciudades en proyectos de purificación del aire. – dijo el Pokédex.

- Leafeon, ¿eh? – Ash se esperaba algo más relacionado a un Weepinbell o Tangela, pero supuso que esto no estaría mal. – ¡Butterfree, yo te elijo!

Tras lanzar la bola, su primera captura apareció en el campo agitando sus alas, poniéndose frente a frente con su oponente.

- ¡Comiencen! – declaró Krista.

- ¡Butterfree, usa Viento Plateado! – ordenó Ash. Butterfree empezó a agitar sus alas, enviando una tormenta de viento con polvo plateado hacia Leafeon.

- ¡Atraviésalo con As Aéreo! – contraatacó Erika.

Leafeon afirmó con la cabeza y saltó en el aire, haciendo un giro mientras las hojas de su frente y su cola empezaban a brillar en azul. El ataque giratorio atravesó el Viento Plateado desviándolo como si no fuese nada, antes de aterrizar de vuelta en el suelo con tal gracia que Ash casi se esperaba ver un marcador de concurso. Si estuviera en uno, casi podría oírse a sí mismo perdiendo puntos.

- Parece que tu oponente se divirtió mucho procesando tu información. – dijo Dexter. Ash no tenía idea de qué quería decir exactamente con eso.

- ¡Poder Oculto! – Erika sacó a Ash de su confusión mientras una bola de energía azul claro se formaba frente a la cara de Leafeon y salía disparada hacia Butterfree.

- ¡Atraviésala con Psicorrayo!

Apenas oyó la orden de Ash, los ojos de Butterfree empezaron a brillar y dispararon. Los dos ataques se encontraron en el medio, pero el Psicorrayo ganó y disipó la esfera, golpeando de lleno a Leafeon. El Pokémon verdor se deslizó hacia atrás, aunque no parecía estar demasiado lastimado.

- ¿Leafeon? – Erika le habló con algo de preocupación a su Pokémon, pero la Eeveelution le dio un chillido afirmativo, como queriendo decirle "todavía puedo ganar esto, con una pata atada a mi espalda". – ¡Muy bien! Ahora usa... Zzzzz...

De repente Erika se cortó antes de terminar de dar la orden. Ash, Butterfree, Misty, Iris, Leafeon, y todas las demás visitantes en el gimnasio que estaban viendo el encuentro se quedaron viendo a la líder de gimnasio, que se había quedado dormida de pie, todos con expresiones entre "¿Qué diablos?" y "Ay, no, ¿por qué ahora?". Erika despertó un par de segundos después, parecía algo desorientada.

- ¡Oh sí! ¡Leafeon, usa As Aéreo! – Leafeon asintió, y su cabeza y cola empezaron a brillar de azul una vez más.

- ¡Usa Disparo de Seda! – exclamó Ash. Erika sacudió la cabeza ante esto.

- ¿En serio crees que mi Leafeon no puede cortar a través de unos cuantos hilos? – le preguntó.

En efecto, cuando Butterfree comenzó a disparar chorros de hilo, Leafeon pudo atravesarlos con facilidad. Pero Ash estaba sonriendo, pues después de todo, el hilo era solo la primera parte de su movimiento.

- ¡Ahora, Viento Plateado!

Dejando de escupir los hilos, la mariposa empezó a aletear enviando la tormenta de polvo plateado, y con eso todos los hilos que había alrededor de Leafeon se llenaron con las partículas de polvo de insecto, volviéndose más gruesos y pesados. Perfectos para usarlos como látigos para golpear con ellos a larga distancia.

- ¡No, Leafeon! – exclamó Erika, mientras su Pokémon salía volando después de un fuerte porrazo de ese ataque superefectivo.

- ¡Así se hace, Butterfree! – celebró Ash.

- ¡Pika! – Pikachu también compartía el sentimiento.

- ¡Free! [Todavía no termina.] – dijo Butterfree. Y pronto se dieron cuenta que tenía razón, pues Leafeon empezó a levantarse de nuevo, aunque le temblaban las patas.

- Bueno, no creo que puedas ganar esta batalla, Leafeon. Pero todavía puedes ganarnos el encuentro ahora mismo. ¡Leafeon, usa...! – empezó a decir Erika.

Ash, teniendo horribles visiones de lo que podría ser un movimiento de tipo Hierba que fuera el hijo bastardo de Trampa de Rocas y Red Viscosa, no iba a permitirlo.

- ¡Rápido, usa Psicorrayo!

- ¡...Danza de Lluvia, de neblina espesa!

- ¿Danza de Lluvia? – repitió Ash, inseguro de qué podría servirle eso, fuera de restringir a Charmeleon.

Leafeon levantó la cabeza al aire, lanzando un chillido mientras unas espesas nubes empezaron a formarse alrededor y encima del campo, y de hecho empezó a sentirse la humedad en el aire. Todo lo que estuviera cerca o debajo de las nubes empezó a sentir los efectos. El Psicorrayo no se vio afectado, todavía salió disparado y noqueó a Leafeon al golpearlo de lleno. Pero después de hacerlo, la humedad alcanzó a Butterfree, empapándolo hasta los huesos (si los tuviera) y como resultado...

- ¡Free! [¡Mis alas...!]

Butterfree se dio cuenta que las alas empezaban a pesarle de más: el agua que se le acumuló encima interfería con su capacidad para permanecer en el aire. Pronto empezó a perder altitud, hasta que finalmente no pudo seguir más y se estrelló contra el suelo, con las alas empapadas al punto que no le servían, no las podía ni mover.

- ¡¿Qué acabas de... qué está pasando?! – preguntó Ash en shock.

- No sabía que pudieras usar Danza de Lluvia de esa manera. – Misty se sorprendió bastante. Jamás había escuchado de nadie que usara Danza de Lluvia como si fuera un... ¿ataque?

- ¡Leafeon ya no puede pelear, el ganador es el Butterfree del retador! – declaró la réferi Krista mientras Erika regresaba a Leafeon. Le dio las gracias silenciosamente, antes de tomar la siguiente Pokébola.

- Y bien, Ash, ¿te gusta mi Danza de Lluvia? O como me gusta llamarla, mi Técnica de Máxima Protección para los tipo Hierba. ¿Te gusta cómo suena?

- ¿Máxima Protección? – preguntó Ash. Erika sonrió malignamente.

- Los Pokémon de tipo Hierba son los que tienen más debilidades, fuera de cualquier Pokémon que no esté hecho de piedra. Sin embargo, todas estas vulnerabilidades comparten una misma debilidad: el agua. El agua apaga el fuego, disuelve los venenos, entorpece las alas al volverlas pesadas, y el hielo lo derrite o lo pega al suelo. Tu Butterfree no puede moverse, y tu Charmeleon y Pidgeotto están sellados. Tu Pokémon de tipo Fuego no puede encenderse aquí, y no te sugeriría sacar a volar a tu Pidgeotto en este clima. Y ahora, para lidiar con el resto de tus Pokémon, ¡ve, Tangrowth!

Erika arrojó su segunda Pokébola, revelando a la forma evolucionada y masiva del Pokémon hecho de lianas.

- ¡Growth! – declaró al salir, y basándose en el hecho de que Pikachu puso los ojos en rendijas, Ash sospechó que lo que dijo no fue amigable.

- Tangrowth, el Pokémon de lianas y la forma evolucionada de Tangela. El cuerpo de Tangrowth está compuesto mayormente de lianas, que pueden cortarse sin causarle daño. Nadie conoce cómo es el cuerpo interior de un Tangrowth. – ofreció el Pokédex mientras se reanudaba la batalla.

- ¡Tangrowth, usa Desarme! – declaró Erika. Las puntas rojas de los brazos de Tangrowth empezaron a brillar, antes de salir disparados hacia Butterfree, todavía en el suelo.

- ¡Corta esos brazos con Psicorrayo! – exclamó Ash, tomando nota de los comentarios del Pokédex.

Butterfree asintió, todavía tratando de agitar las alas. El rayo salió disparado, cortándole los dos brazos a Tangrowth. Estos aterrizaron en los bordes del campo, quedándose inertes y empezando a ponerse marrones rápidamente. Tangrowth cesó el ataque, pero no se veía afectado en lo más mínimo, y además rápidamente se le regeneraron.

- ¡Onda de Choque! – ordenó.

- ¡¿Qué, Onda de Choque?! – Ash quedó como si ese ataque lo hubiera golpeado al oír la orden.

Electricidad azul se empezó a acumular en los brazos regenerados de Tangrowth, antes de dispararla hacia Butterfree, incapaz de esquivar. El ataque eléctrico le dio de lleno, y después de terminarlo Butterfree solo pudo dejarse colapsar encima de la tierra húmeda.

- ¡Butterfree ya no puede pelear, el ganador es Tangrowth! – declaró Krista, con mucho más entusiasmo que cuando anunció la de Ash desde el otro lado del campo.

- Gracias. – dijo Ash recuperando a Butterfree y regresándolo a su cinturón. Pero ahora tenía otro problema a la mano. Al ver el área a su alrededor, llena de humedad, de pronto se había quedado sin opciones. ¿Qué podía hacer?

- Pikapi. [Ash, toda esta agua me dará ventaja en la pelea.] – Pikachu quería salir para encargarse de la pelea. – [Conduce la electricidad, y ese Tangrowth está más mojado que un Magikarp.]

- Tal vez luego, compañero. Presiento que ella espera que hagamos eso. – dijo Ash, mientras tomaba otra Pokébola. – ¿Será que podremos aguantar hasta que cese?

- No, no podrás. – le informó Erika, señalando todo el campo húmedo. – Entrené a mi Leafeon para que haga su Danza de Lluvia muy eficiente. El agua permanece en el aire en lugar de caer hacia la tierra. Y así se quedará por un largo tiempo.

- Rayos. – dijo Ash. Muy bien, tendría que abrirse paso a través de la lluvia, aunque significara que Charmeleon y Pidgeotto tenían que quedarse fuera por el momento. Ya podía sentir que Charmeleon se ponía a hervir y echar vapor de la rabia ante ese pensamiento. – ¡Ve, Ambipom!

Dando algunos giros en el aire, Ambipom aterrizó en el suelo e hizo un gesto de desagrado al sentir la tierra húmeda, y más todavía cuando el pelo empezó a empapársele con la humedad en el aire.

- ¡Comiencen!

- ¡Tangrowth, usa Onda Centrada! – Erika decidió ir directo por un golpe devastador desde el inicio. Un orbe brillante comenzó a formarse entre los tentáculos de Tangrowth.

- ¡Bloquéalo con Contraescudo! – exclamó Ash.

- ¿Contra qué? – se preguntó Erika, pero Tangrowth ya había soltado su ataque.

Ambipom saltó en el aire y empezó a girar mientras soltaba un ataque de Rapidez para formar un escudo de estrellas. La Onda Centrada fue repelida por el Contraescudo, y los fragmentos del una vez orgulloso ataque salieron enviados de vuelta junto con la lluvia de estrellas veloces directo hacia Tangrowth.

- Oh, ¿así que eso es un Contraescudo? No está mal. ¡Tangrowth, bloquéalo!

- ¡Tang!

El cuerpo del monstruo de lianas empezó a volverse más delgado. Las lianas empezaron a retraerse del cuerpo principal, para reformarse de nuevo en los brazos para volverlos más gruesos. Este escudo improvisado sirvió para absorber la mayor parte del ataque. Hecho esto, los brazos volvieron a su densidad normal, al igual que el resto del cuerpo de Tangrowth. Ash apretó los dientes, acto que también fue reflejado por Ambipom y Pikachu al ver que su ataque falló.

- Hmm, tú y tus Pokémon parecen sincronizarse bastante bien. – comentó Erika al notar su frustración compartida. – ¡Ahora, usa Látigo Cepa! – Tangrowth al instante respondió a la orden de Erika extendiendo sus brazos.

- ¡Bloquéalo con Puño Incremento! – contraatacó Ash.

Las dos colas de Ambipom empezaron a brillar en color naranja, comenzando a colisionar contra los brazos de Tangrowth en una furia de golpes. Los puñetazos de Aipom tenían más fuerza, pero los látigos de Tangrowth eran más flexibles lo que les permitía evitar daño serio.

- ¡Ambi, ambi, ambi!

- ¡Tang, tang, tang!

Los gruñidos de los Pokémon resonaban por todo el gimnasio mientras los dos ataques continuaban chocando uno contra otro. Estaban igualados, y seguirían así hasta que alguno de los dos lados cediera terreno. Ash decidió hacer su primer intento de romperlo y ganar ventaja.

- ¡Ambipom, lánzate al aire y usa Doble Golpe!

- ¡Ambi! [¡Entendido!]

Con un último golpe del Puño Incremento, las manos de Ambipom se volvieron púrpuras y la impulsaron dando un empujón a la tierra húmeda, enviando a la mona por los aires por encima de Tangrowth, antes de lanzarse con ambas listas para golpearlo. Los dos puños conectaron contra la masa central de Tangrowth, aturdiendo a la bestia de lianas y casi haciéndola caer por la fuerza. Agitando sus brazos y haciendo un esfuerzo, el masivo Pokémon tipo Hierba logró mantenerse en pie y evitar irse de espaldas de milagro.

- ¡Tangrowth! ¡Rápido, dispara una Onda de Choque!

Ambipom no tuvo tiempo para reaccionar, pues apenas aterrizó en el suelo, el ataque eléctrico logró golpearla de manera certera en el pecho.

- ¡Ambipom! – gritó Ash preocupado en cuanto el ataque terminó. Por fortuna, más allá de algo de chamusca en el pelaje, no parecía muy dañada.

Las dos evoluciones que Ash había visto por primera vez durante su viaje por Sinnoh se miraron una a la otra, el deseo de ganar se veía reflejado en los ojos de ambos. Y no solo en los suyos, sino también en los de sus entrenadores.

- Tu Ambipom está bien entrenada, pero eso no importa ahora. ¡Tangrowth, agarra a Ambipom!

- ¡Quítate del camino! – gritó Ash mientras veía a Tangrowth extender sus brazos, y empezar a tratar de amarrar a Ambipom para que no se le escapara y jalándola como si fuera una soga.

- ¡Ahora, Onda de Choque! – declaró Erika.

Mientras Tangrowth electrocutaba a Ambipom sin dejarla escapar, Ash de pronto se encontró estancado sin saber qué hacer. Las colas de Ambipom estaban restringidos: eso quería decir que no podía usar ningún movimiento de puñetazos, o Rapidez. Pero un momento... ¿qué otro movimiento tenía Ambipom en su arsenal?

- ¡Ambipom, usa Impresión! – gritó Ash después de un momento, tomando por sorpresa a su compañero eléctrico.

- ¿Pika? [¿Impresión? ¿Ambipom puede usar ese ataque?]

Ambipom lo escuchó, y de inmediato abrió la boca para dejar salir un ataque de ondas sónicas rojas. Era pequeño, pero el ataque golpeó a Tangrowth con la fuerza suficiente para romperle la concentración. Al cesar finalmente la Onda de Choque, y con los dos brazos habiendo aflojado el agarre, Ash y Ambipom no perdieron el tiempo en aprovechar la oportunidad.

- ¡Ahora, Doble Golpe!

- ¡Ambi!

Con un grito, Ambipom usó sus colas para golpear los brazos de Tangrowth, logrando despedazarlos y quitárselos de encima, permitiéndole saltar libre de su agarre. Luego, una vez que Ambipom estuvo en el aire, sus colas empezaron a brillar con energía púrpura.

- ¡Pom! ¡Trágate esto, maleza sobrealimentada! – declaró Ambipom mientras los dos puños de sus colas golpeaban a Tangrowth en los dos lados de su cabeza, aplastándosela. Ambipom entonces saltó alejándose del gigante de lianas, dejándolo caer derrotado a la tierra húmeda.

- ¡Oh no! – exclamó Erika al ver caer a su segundo Pokémon derrotado.

- ¡Tangrowth ya no puede pelear, la ganadora es Ambipom!

Tras la declaración de Krista, Erika regresó a Tangrowth, agradeciéndole su esfuerzo en silencio. Mientras guardaba su Pokébola fuera de la vista, notó que Ash, Pikachu y Ambipom dieron todos juntos un gesto triunfante con sus puños en perfecta sincronía.

- Debo admitirlo, estás demostrando tener mucho talento, Ash. – dijo Erika con sinceridad, y algo divertida de haber visto ese gesto de triunfo entre los tres. – Supongo entonces que no fue suerte que hayas derrotado a Brock o al Teniente Surge en tu primer intento. Tienes potencial, e independientemente del resultado de esta batalla, te doy ese reconocimiento. La pregunta es, ¿qué tanto potencial tienes? Vamos a averiguarlo ahora.

Erika sacó su tercera Pokébola y la lanzó, liberando a su siguiente Pokémon en un estallido de luz. Ash en privado asumió que sería algo de la línea evolutiva de Bellsprout o de Oddish, y se sorprendió bastante de ver lo que había elegido. De hecho, los gritos de Misty se le salieron casi antes de que él alcanzara a verlo con claridad.

- Paras. – declaró el Pokémon hongo rojo en un tono monocorde.

- Parasect, el Pokémon hongo. Parasect es controlado por el hongo que cubre su espalda, que le ordena drenar los nutrientes de los árboles. – dijo el Pokédex, aunque Ash no le prestó mucha atención, enfocado más bien en su Ambipom, que se veía agotada.

- Hey Ambipom, ¿todavía puedes seguir peleando? – le preguntó. Ella volteó hacia él y le asintió. – Grandioso, entonces acabemos con esto rápido. ¡Ambipom, Rapidez!

Volviendo a saltar en el aire, Ambipom dio una voltereta disparando una tormenta de estrellas que volaron hacia Parasect. Sin embargo, Erika permaneció en silencio. Ash por un momento se preguntó si fue que se había quedado dormida otra vez, aunque rápidamente se dio cuenta que no era así.

- ¡Usa Danza de Espadas! – le ordenó a Parasect, quien levantó sus pinzas, haciendo que empezaran a brillar de rojo y volverse más poderosas.

Esto no hizo nada para frenar la lluvia de estrellas veloces, que impactaron totalmente en Parasect sin fallar. Ambipom, Ash y Pikachu de nuevo hicieron otro movimiento triple sincronizado: voltear la cabeza mientras veían con confusión.

No eran los únicos: Misty también estaba confundida. No tenía sentido que Erika no hubiese dado ninguna orden que pudiese haberle ayudado en respuesta. Eso no tenía ningún sentido. Aunque claro, para ella no tenía ningún sentido utilizar a esa... esa cosa.

- No lo entiendo, ¿por qué no trató de defenderse o contraatacar?

- ¿Quizás piensa que Parasect puede soportar ese golpe? – propuso Iris como una posible razón para las acciones de Erika.

- Algo no está bien con eso. – dijo Misty. – ¿Por qué soportar tanto daño, y sin dar pelea? Digo, es que ni siquiera se movió, ¿por qué iba a enviarlo solo para que reciba golpes?

Al desvanecerse las estrellas, Parasect de nuevo fue visible, y estaba brillando en una luz verde claro. Además, se veía poco afectado por el ataque: las marcas de los golpes que había recibido por las estrellas se estaban disolviendo rápidamente.

- Pika. [Pues vaya, entonces eso pasa.] – dijo Pikachu al ver el resultado del ataque.

- Mi Parasect tiene la habilidad Piel Seca: la humedad en el aire es una fuente permanente para recuperarse de las heridas. – le informó Erika a Ash. – No podrás derrotarlo solo dándole golpes.

- De acuerdo, tendré que derrotarlo golpeándolo más fuerte y más rápido de lo que pueda recuperarse. – declaró Ash. Erika frunció el cejo.

- No, esa no será la solución... – mintió tratando de intimidarlo. Claramente su parte de política se había quedado en casa hoy.

- Si los ataques a distancia no sirven, tendremos que acercarnos. – decidió Ash. – ¡Ambipom, usa Doble Golpe, una y otra vez!

- ¡Pom! [Sí, no creo que un solo Doble Golpe sea suficiente.]

Eso de decir "un solo Doble Golpe" sonó bastante extraño, y Ash pensó que parecía un mal intento de juego de palabras. De cualquier manera, Ambipom se lanzó contra Parasect para comenzar su asalto.

- ¡Bomba Semilla! – ordenó Erika.

Las mandíbulas de Parasect empezaron a brillar de verde, lanzando una ráfaga de semilla tras semilla directo hacia Ambipom, una tras otra chasqueando las pinzas, y moviéndolas como si fuese una especie de máquina de pinball. Casi parecía cómico, de no ser por estar mandando materia vegetal explosiva.

- ¡Ambipom, bloquéalas!

Con sus colas brillando por el Doble Golpe, Ambipom dio una serie de golpes para bloquear las semillas, con movimientos que solo se podrían ver en los jugadores de ping pong más hábiles. Lento pero seguro, Ambipom logró llegar hasta Parasect, listo para comenzar a golpearla al hongo antes de que pudiera sanarse. Sin embargo, en cuanto las palmas golpearon a Parasect, un polvo amarillo empezó a salirle de todos lados.

- Espora. – declaró Erika simplemente, mientras el polvo empezaba a llegar a la boca de Ambipom.

Aunque consiguió golpear a Parasect, apenas pudo hacerlo una sola vez y ya estaba de vuelta sanando el daño. Mientras tanto, Ambipom yacía en el suelo húmedo, con las luces apagadas y roncando estrepitosamente.

- ¡Ambipom! – gritó Ash preocupado.

Pikachu también tuvo un respingo al ver como Parasect volvía a iluminar sus pinzas, listo para volver a su modo de "máquina de pinball asesina". Captando el mensaje claramente, Ash retornó a Ambipom antes que empezara a bombardearla sin piedad.

- ¡Ambipom fue retirada, el ganador es el Parasect de la líder del gimnasio! – declaró Krista.

- Una buena decisión, Ash. – dijo Erika asintiendo. – Tu Ambipom no hubiese despertado lo bastante rápido para responder al ataque. Ahora, elige a tu siguiente Pokémon.

¿A quién debería elegir? La lluvia haría inútil a Charmeleon, y probablemente también a Pidgeotto. Él no era un experto en saber cómo la lluvia afectaría a alas de plumas, pero no quería arriesgarse. La lluvia tendría que amainar tarde o temprano, y preferiría utilizarlos en ese momento. Pero eso lo dejaba con Pikachu y...

Al ponerse a pensar, fue que se dio cuenta: tal vez eso podría funcionar. Pikachu se preparó para saltar fuera de su hombro, más que listo para ir a ganar la batalla para él, por lo que se quedó en shock al ver que había decidido ir por otro Pokémon en su lugar. Sosteniendo la Bola Sanadora, Ash la lanzó, liberando a su tercer Pokémon.

- ¡Sliggoo! – Todos alrededor del campo de batalla se quedaron sorprendidos ante la elección de Ash.

- Un Sliggoo... – dijo Erika, dejando la boca entreabierta.

- ¿Sliggoo? – dijo a su vez Iris, confundida. ¿Qué planeaba hacer con él?

- ¿Un qué? – preguntó la réferi, al parecer no tenía idea de lo que era.

- Sliggoo es un Pokémon de la región Kalos. – le explicó Ash. – Lo hice evolucionar de un Goomy.

- Oh, ¿acaso eres kalosiano? – preguntó Krista. – ¿Entonces ese Sliggoo, o Goomy, o como se llame, es tu Pokémon inicial?

- No. – Ash sacudió la cabeza. Pikachu sacó el pecho en respuesta: el honor de ser el inicial de Ash era solo suyo y de nadie más.

- Oh, ¿y de dónde conseguiste a ese Sliggoo? En tus registros no se menciona ningún otro Pokémon que hayas enviado en Intercambio Milagroso.

Erika parecía tener curiosidad, incluso aunque Parasect se veía listo para volver a la batalla. Sliggoo no parecía tan entusiasmado (tenía sentido, si esta era su primera batalla real). Ash por un momento se preguntó qué era eso de Intercambio Milagroso, enfocando su mente en la batalla que estaba librando.

- Podría decir que casi me cayó del cielo. – les dijo sin proveer más contexto, dejando tanto a Erika como a Krista más que confundidas. – ¡Ahora, volvamos a la batalla!

- De acuerdo. – dijo Erika, aunque seguía cuestionando qué querría decir con eso de que "cayó del cielo". – ¡Parasect, use Espora!

Parasect volvió a rociar sus esporas a prueba de agua, con la intención de poner a Sliggoo a dormir como hizo con Ambipom. Ash y Sliggoo no hicieron ningún movimiento. Las esporas hicieron contacto, pero rápidamente se dispersaron en la lluvia. Erika parpadeó al ver sonreír a Ash.

- Así que ese Sliggoo posee Hidratación... vaya, qué inconveniente. Eso no importa, ¡Tijera-X!

Cargando energía en sus tenazas, Parasect extendió unas enormes y brillantes cuchillas de color púrpura, saltando hacia el Pokémon Dragón.

- ¡Bloquéalo con Ola Tóxica!

Ash decidió probar el ataque más nuevo de Sliggoo, quién asintió, generando un espeso muro de fluido púrpura entre él y Parasect. La Tijera-X chocó contra la pared venenosa y Parasect salió despedido hacia atrás, pero se recuperó del daño rápidamente, y la humedad del aire disolvió el muro de la Onda Tóxica hasta desaparecerlo por completo.

- ¡De nuevo, antes que Sliggoo pueda volver a formar ese muro! – ordenó Erika al ver que la pared venenosa empezaba a caer. Parasect saltó hacia Sliggoo, listo para cortarlo con sus pinzas.

- ¡Aliento de Dragón! – respondió Ash, y con eso un chorro de llamas azuladas salieron disparadas hacia Parasect, golpeándolo de lleno. El insecto-hongo retrocedió, temblando aunque al parecer sin mayores efectos, y rápidamente volvió a sanar.

- Hmm, no lo estás haciendo mal, pero necesitarás más poder para derrotar a mi Parasect. Mientras haya humedad en el aire no podrás hacerlo caer, no puedes usar tu Ola Tóxica o Aliento de Dragón lo suficientemente rápido. – dijo Erika dando su opinión del resultado de esta pelea.

- Sí, ya me doy cuenta, no podré derrotarte hasta que haga algo con este clima primero. – replicó Ash. Erika parpadeó ante esto.

- ¿Y cómo piensas hacerlo? No puedes usar Aliento de Dragón para dispersarlo, y tengo certeza que ninguno de tus Pokémon conoce Día Soleado, Tormenta de Arena o Granizo.

- Es cierto, pero mi Sliggoo conoce Danza de Lluvia, ¿verdad? – sonrió Ash.

Sliggoo tardó un par de segundos en entender que ese comentario de Ash no fue una pregunta sino que le estaba diciendo que utilizara el movimiento. El dragón babosa brilló con una luz azul claro por un par de segundos, y entonces el movimiento comenzó a tomar efecto.

- ¿Vas a combatir mi Danza de Lluvia... con Danza de Lluvia? – dijo Erika, en un tono que sonaba a que Ash acababa de tener una idea que era como arreglar una ciudad destruida por bombas, arrojándole más bombas.

Una nube oscura se formó encima del campo, y el agua empezó a caer en torrente sobre el ya de por sí mojado suelo y las plantas que estaban en él. Fuera del campo, Iris y Misty tuvieron que apartarse un poco para no ser salpicadas por el agua que caía. A pesar de todo, tanto ellas como el resto de los presentes se percataron de algo: las gotas de lluvia se volvían más grandes y gruesas al irse acercando más al suelo, pues estaban absorbiendo la humedad que había en el aire a su alrededor. La lluvia rápidamente amainó, y con ella se fue la humedad omnipresente que plagaba el campo de batalla desde que Leafeon la había dejado.

En resumen, el sello de agua de Erika se había esfumado por completo.

Erika adoptó una expresión de total shock en la cara, y Ash pensó que realmente se veía cómica, no tenía precio. Parecía un punto medio entre "¡No, no es cierto, es imposible!" y "Error: Sistema caído. Reiniciando ahora".

- Ash venció a la lluvia... con su propia lluvia. – Misty sonaba tanto impresionada como conmocionada.

- Mi técnica para sellar las debilidades, mi maniobra de protección... neutralizada... – murmuró Erika, todavía en shock.

- Sip, está neutralizada. Y ahora sí, tenemos una batalla que pelear. – dijo Ash. – ¡Ahora, Sliggoo, Aliento de Dragón!

Erika fue sacada del shock y volvió a poner atención al ver que el ataque tipo Dragón golpeó a Parasect de frente, empujando al Pokémon hongo hacia atrás igual que antes. Pero esta vez, sin embargo, no estaba regenerando el daño.

- Estás demostrando ser muy... creativo, muchacho. ¡Parasect, Bomba Semilla! – ordenó Erika.

Otra vez Parasect hizo volar sus semillas una tras otra, con cada impacto logrando darle con una pequeña explosión a Sliggoo. Este pudo soportar los golpes bien, pero quizás sería mejor no aguantar más de lo necesario. De pronto, Erika ya no se sentía tan confiada de ganar como antes de invocar la Danza de Lluvia, de hecho, parecía estar perdiendo la calma cuando dio su siguiente orden.

- ¡Ahora, Tijera-X! – exclamó, y a Ash no se le escapó que gritó con algo de desesperación. Parasect saltó contra Sliggoo de nuevo con sus tenazas cargadas de energía.

- ¡Ola Tóxica! – respondió Ash.

Otra vez Sliggoo levantó el muro tóxico y volvió a frenar en seco a Parasect. Sin embargo, ahora sin la lluvia para disolverlo, el muro tuvo mayor integridad, lo que significaba que Parasect recibiría mucho más daño por el ataque. Al resbalar fuera de la pared, de pronto se inclinó hacia un lado, y un brillo púrpura lo envolvió, mientras se encogía de dolor.

- ¡No! – exclamó Erika, sabiendo lo que eso significaba: su Parasect acababa de ser envenenado.

- ¡Acabemos con esto ahora! – exclamó Ash, listo para dar el golpe final. – ¡Aliento de Dragón!

Sliggoo empezó a cargar su ataque tan fuerte como podía. El chorro de fuego azulado salió directo hacia Parasect, impactándolo de lleno y mandándolo a volar por los aires. Fue a caer directo a los pies de Erika, inmóvil y derrotado.

- ¡Parasect ya no puede pelear! ¡El ganador es el Sliggoo del retador! – declaró Krista, mientras Ash sonreía triunfante.

Sliggoo celebró su primera victoria, feliz de poder ganar para su enfrenador, mientras Pikachu seguía animándolo. Erika retornó a Parasect en silencio, dándole a su Pokébola una pequeña palmada antes de guardársela.

- Has... demostrado ser realmente único. Claramente tienes el potencial para ser muy buen entrenador, tienes una mente bastante ingeniosa. Sin embargo... – Erika sostuvo su última Pokébola y la apuntó hacia Ash. – Sigue siendo mi deber derrotarte. Las medallas no pueden ser entregadas a cualquiera. ¡Vamos!

Arrojando su cuarta Pokébola al aire, soltando su Pokémon final. Un Pokémon que hizo que Misty tuviera un respingo y retrocediera mucho más rápido que al ver a Parasect, confundiendo a Iris que no tenía idea de por qué reaccionó así. Ash, sin embargo, sí recordaba el por qué, y no podía culparla.

- ¡Vile! – El Pokémon planta púrpura con una gran flor roja en la cabeza salió al campo, listo para el desafío final.

- Vileplume, el Pokémon flor y la forma evolucionada de Oddish, obtenida a través del uso de una Piedra Hoja. La flor de Vileplume está llena de polen tóxico, nunca se debe ingerir, inhalar o lamer. Vileplume a menudo es asociado con la noche, a comparación con su contraparte más soleada, Bellossom. – dijo el Pokédex mientras los Pokémon de Hierba-Veneno y Dragón se veían fijamente (o al menos el primero lo hacía) preparados para pelear.

- ¡Comiencen!

- ¡Sliggoo, vamos de nuevo, Aliento de Dragón! – ordenó Ash. Sliggoo disparó el fuego draconiano directo hacia Vileplume, en todo el centro.

- ¡Brillo Mágico! – declaró Erika, mientras Vileplume inclinaba la flor apuntando hacia el ataque que le venía.

- ¿Brillo qué? – exclamó Ash mientras veía como un brillo rosa empezaba a formarse en el centro de la flor.

El brillo explotó disparando una enorme nube de tormenta que generaba un polvo color rosa, que atravesó el Aliento de Dragón y golpeó de frente a Sliggoo, haciendo daño masivo y dejándole manchas de color extraño en todo el cuerpo.

- ¿Eso fue un... ataque tipo Hada? – preguntó Ash, mientras Erika sonreía.

- Sí, lo fue. ¡Ahora, úsalo de nuevo! – El ataque de polvo rosa volvió a salir disparado hacia Sliggoo nuevamente.

- ¡Rápido, bloquéalo con Ola Tóxica! – ordenó Ash.

Sliggoo, con algo de dificultad, consiguió levantar el muro tóxico. El Brillo Mágico falló en atravesarlo, dejando un campo de batalla totalmente abierto, una Vileplume todavía enérgica, y un Sliggoo exhausto. Ash por un momento consideró retornar a Sliggoo y empezar con otro Pokémon: Pidgeotto o Charmeleon obviamente. Pero Sliggoo pareció leerle el pensamiento: se volteó para darle una mirada que rápidamente le hizo cambiar de parecer. A diferencia de Ambipom, Sliggoo todavía podía (y quería) seguir peleando, y ahora que el Brillo Mágico había cesado tenía que ver qué más tenía esta Vileplume.

- ¡Aliento de Dragón! – volvió a decir Ash, mientras Sliggoo empezaba a cargar su ataque nuevamente.

- Mímica. – replicó Erika.

Vileplume adquirió por un momento un brillo púrpura, antes de abrir su boca grande y disparar su propio Aliento de Dragón antes de que Sliggoo terminara de cargar el suyo. El ataque lo golpeó de lleno haciendo daño superefectivo, y segundos después, el dragón babosa se desplomó de lado, inconsciente.

- ¡Sliggoo ya no puede pelear, la ganadora es la Vileplume de la líder del gimnasio! – declaró Krista, mientras Vileplume saltaba de celebración.

- Buen trabajo, Sliggoo. Toma un buen descanso. – le dijo Ash a su tipo Dragón mientras lo regresaba.

- Impresionante, ¿verdad? – dijo Erika, refiriéndose a su Vileplume, que se ajustaba la flor como si fuera un sombrero de ala ancha. – Entre todos mis Vileplumes para el desafío de cuarta medalla, ella es mi favorita para derrotar a Pokémon que usualmente son difíciles para Pokémon de tipo Hierba. Ahora, ¿a quién elegirás para enfrentarme en esta última batalla?

Las manos de Ash se pusieron específicamente en dos Pokébolas, ambas buenas para esta batalla... hasta que miró el suelo. La tierra todavía seguía húmeda, incluso aunque el aire estaba despejado. Tanto Nitrocarga como Pilar de Fuego tocaban el suelo. Muy bien, le iba a tocar mucho calor de rabia después por esto, pero la elección era obvia.

- ¡Depende de ti ahora! – declaró Ash lanzando su última Pokébola. – ¡Ve, Pidgeotto!

Aleteando con fuerza, el primer Pokémon volador de Ash se encontró en el campo, lista para la ronda final del encuentro.

- ¡Comiencen!

- ¡Pidgeotto, usa Ataque Rápido! – exclamó Ash. Rayas blancas se formaron alrededor de Pidgeotto, mientras se lanzaba en picada a gran velocidad directo hacia Vileplume.

- ¡Bloquéalo con Día Soleado! – replicó Erika.

Vileplume inclinó la flor directo hacia Pidgeotto, de la cual salió una luz muy brillante. Sin embargo, a pesar de esto, Pidgeotto siguió volando a través de ella sin parpadear y embistió a Vileplume, atravesando el campo hasta el otro lado del Pokémon de Hierba y dándose la vuelta.

- ¡Caw! [¡Nadie puede con mi Vista Aguda!] – declaró con orgullo, incluso mientras esa cegadora luz envolvía todo el campo.

Sin embargo, Ash sospechaba (acertadamente) que Erika tendría algo más en mente que tratar de cegar a Pidgeotto. Luz solar intensa y Pokémon de tipo Hierba... eso usualmente querría decir dos cosas. Habilidad de Clorofila, y muy probablemente un ataque de Rayo Solar. Tendría que actuar muy rápido entonces.

- ¡Pidgeotto, usa Ataque Rápido otra vez! – ordenó Ash, mientras su ave comenzaba a volar hacia Vileplume otra vez dejando una estela blanca.

- ¡Aliento de Dragón! – replicó Erika. Vileplume disparó el fuego de tipo Dragón que le había copiado a Sliggoo. Esta vez iba más rápido que antes, directo hacia el trayecto de Pidgeotto.

- ¡Esquiva con As Aéreo! – respondió Ash tan rápido como pudo.

Pidgeotto descendió un poco, rozando ligeramente la hierba húmeda, y las rayas blancas desaparecieron, seguidas de ella en un parpadeo, para luego reaparecer cerca del suelo, justo por debajo del Aliento de Dragón. Logró conectar el golpe mandando a volar a Vileplume, pero todavía no había terminado.

- ¡Vamos a rematarlo con otro As Aéreo! – gritó Ash, y Pidgeotto dio la vuelta para lanzarse con otro ataque. Sin embargo, Erika estaba lista esta vez.

- ¡Usa Fachada!

Con un resplandor de color rojo, Vileplume se lanzó a la carga de frente contra Pidgeotto, más rápido de lo que el ave podía volar gracias a la potencia extra que le daba la luz solar. Los dos ataques colisionaron de frente, enviando a Pidgeotto volando fuera de control, dando vueltas en el aire dejando un rastro de plumas y humo por el impacto.

- ¡No, Pidgeotto! – gritó Ash, mientras Erika presionaba con más fuerza.

- ¡Ahora, Brillo Mágico! – exclamó. Vileplume saltó en el aire, girando mientras volvía a soltar otro estallido de luz rosa que empezó a llover directo en la todavía fuera de control Pidgeotto, como una lluvia rosa de dolor.

- ¡Bloquéalo con Ráfaga! – exclamó Ash.

Oyendo el llamado de su entrenador, Pidgeotto empezó a agitar sus alas, creando un ventarrón que dispersó el polvo antes de que fuera a golpearla. Los dos entrenadores sonrieron al ver que sus dos Pokémon aterrizaron a salvo en el suelo, listos para continuar la batalla.

- ¡As Aéreo!

- ¡Fachada!

Los dos entrenadores gritaron simultáneamente mientras sus Pokémon volvían a cargarse una contra la otra, una con su velocidad natural y la otra con la del sol. Los dos ataques volvieron a colisionar de frente, causando que ambos retrocedieran al estar igualados en fuerza.

- ¡Aliento de Dragón! – gritó Erika.

- ¡Defiéndete con Ala de Acero! – replicó Ash. El aliento draconiano chocó siendo reflejado por las alas metálicas, siendo completamente inefectivo. – ¡Ahora, Ráfaga!

Quitándose el revestimiento metálico de las alas, Pidgeotto se preparó para soltar otro feroz vendaval contra Vileplume.

- ¡Ponte frente a la cara de Pidgeotto y usa Brillo Mágico! – gritó Erika. Vileplume asintió, y en una sola carrera se colocó frente a Pidgeotto, apuntándole a quemarropa con su flor.

- ¿Caw? [¿Qué?]

*¡BANG!* Pidgeotto salió volando hacia atrás, despedida por la explosión de polvo brillante.

- ¡Pidgeotto! – gritó Ash preocupado, al igual que Pikachu.

- ¿Acaso... ya se acabó? – murmuró Misty, insegura de si Pidgeotto pudiera sobrevivir a un golpe a quemarropa como ese.

- No... – observó Iris, segura de que no había manera de que Ash fuese a perder esa batalla.

Incluso aunque Pidgeotto quedó atrapada por la luz rosa, siendo absorbida por la masa que la dañaba, de pronto los ojos de todos los presentes fueron atraídos hacia una luz que empezó a brillar en el interior del polvo dorado. Una luz azul.

- Eso es... – dijo Ash sin hablar con nadie en particular, mientras la luz se volvía más intensa, y la vaga silueta de Pidgeotto dentro de ella comenzaba a crecer.

Las alas, las garras, el cuerpo, el pico, la cabeza, las plumas de la cresta y la cola... todo en ella se estaba volviendo más grande.

- ¡Me lleva la...!

Erika maldijo diciendo una palabra que Ash no alcanzó a escuchar, mientras Vileplume se veía como si acabara de ver a la luna devorar a miles de personas inocentes aspirándolos con una pajilla. El Brillo Mágico se dispersó al instante, revelando por fin lo que había sucedido completamente.

- ¡Pidgeot! [¡Pues vaya, esto fue inesperado!] – declaró la recién evolucionada ave con orgullo.

- ¡No puedo creerlo! – gritó Ash de alegría y emocionado.

Esto no había ocurrido la última vez sino hasta después de la Liga Índigo, ¡era maravilloso! Incluso aunque presentía que no haría sentirse mejor a Charmeleon y seguro le haría redoblar sus esfuerzos para volver a evolucionar.

- Ni yo tampoco... – murmuró Erika, sonando a que ya estaba consciente de que su derrota acababa de hacerse inminente.

- Pidgeot, el Pokémon ave. Pidgeot es lo bastante fuerte para cargar pasajeros en su espalda en viajes intercontinentales, y es capaz de alcanzar velocidades hasta de Mach 2. Usualmente no es recomendable alcanzar dichas velocidades en desafíos de gimnasio o batallas en la liga, pero este Pokémon es realmente veloz. Los Pidgeots prefieren vivir en bosques con árboles de gran altura, con una particular preferencia hacia los árboles de variedad Sequoioidae.

- ¿Variedad qué? – Ash no tenía idea de lo que quería decir con "Sequoioidae", pero sí sospechaba que no sería de esos en los que crecían manzanas.

- Una Subfamilia De Las Cupressaceae. – replicó el Pokédex como si eso sirviera de algo. ¿Qué quería decir de todos modos?

- Puedo prestarte un libro de dendrología después. Por ahora, terminemos nuestra batalla. – Erika pareció haber recuperado algo de su brillo, como si hubiese encontrado una forma de poder ganar este encuentro.

- ¡Muy bien! – declaró Ash, mientras su nueva Pidgeot extendía sus alas imponiéndose frente a Vileplume.

- Ash, esta evolución no le hizo ganar a Pidgeot ningún movimiento nuevo. – informó el Pokédex.

- Eso está bien, no creo que los necesitemos. – dijo Ash mientras se volteaba la gorra. – ¡Pidgeot, As Aéreo!

- ¡Vileplume, Aliento de Dragón con toda tu fuerza! – exclamó Erika.

Pidgeot se lanzó contra Vileplume, extendiendo las alas y volando más rápido que nunca antes. Vileplume aspiró profundamente, soltando un torrente de energía draconiana, más grande que todos los anteriores ataques de Aliento de Dragón que había hecho hasta ese momento, pero Pidgeot lo embistió de frente, cortándolo como un cuchillo caliente a la mantequilla, haciendo su camino hacia Vileplume. El ave golpeó con fuerza mandando a la flor a volar, dejando como rastro una trinchera lodosa en el lugar donde se revolcó.

Vileplume fue a parar justo frente a Erika, salpicando lodo en los pantalones de la líder del gimnasio, y dejando manchas que seguramente requerirían una buena lavada para removerlas.

- ¡Vileplume ya no puede pelear! – declaró Krista mientras el efecto del Día Soleado finalmente se disipaba. – ¡Pidgeot gana la batalla, y el encuentro es para el retador Ash!

Pidgeot aterrizó frente a Ash, y junto con Pikachu, muy quitados de la pena, se lanzaron para darle un fuerte abrazo de felicitaciones.

- ¡Eso fue increíble! ¡Estuviste maravillosa, Pidgeot! – exclamó emocionado.

Pikachu también estaba igual, y Pidgeot solo podía graznar de felicidad al ver lo orgulloso que se sentía su entrenador. Después oyeron las pisadas detrás de ellos, y vieron que Misty e Iris también se habían acercado a celebrar, ambas con sonrisas en el rostro. Erika, mientras tanto regresó a su Vileplume, diciéndole algunas palabras en voz baja.

- ¡Estuviste asombroso, Ash! ¡Muy bien hecho! – lo felicitó Misty, mientras Iris se quedaba viendo a Pidgeot.

- Entonces, las batallas de gimnasio realmente te hacen más fuerte. – observó, mientras veía a Erika acercarse a ellos. – ¿Qué tan fuerte puedes llegar a ser si los desafiaras todos, sin importar cuántos de ellos haya?

Ash se rio, después de todo él no tenía idea de cuántos gimnasios había en una región de cualquier manera. Al fin y al cabo solamente necesitaba ocho medallas.

- La cantidad mínima de gimnasios en una región suele ser igual a la cantidad de tipos elementales: siempre debe haber un gimnasio para tipo Hierba, Fuego, Agua, Normal, Volador, etc. – dijo Erika respondiendo a la pregunta de Iris, mientras los tres adolescentes y sus Pokémon celebraban. – Por supuesto, algunos son más fáciles que otros.

»Puedo asegurarte que yo soy más fuerte que los líderes de los gimnasios de tipo Insecto, Volador y Hada de Kanto, al igual que lo son Brock, Surge, Blaine, y otros tantos. Por lo general, ocho gimnasios específicamente suelen sobresalir como los más fuertes en una región: por ejemplo, los gimnasios de tipo Roca, Luchador, Eléctrico, Fuego, Normal, Volador, Psíquico y Agua de Hoenn; los de tipo Roca, Hierba, Fantasma, Luchador, Agua, Acero, Hielo y Eléctrico de Sinnoh; y los de tipo Insecto, Roca, Luchador, Hierba, Eléctrico, Hada, Psíquico y Hielo de Kalos.

Qué sorpresa, ¿quién diría que Ash había tomado el camino alto, al menos durante Hoenn y Sinnoh? Aunque no pudo evitar preguntarse de si sería igual en sus otros viajes.

- Pero basta de eso. – Se dirigió directamente hacia Ash ahora. – Ash Ketchum, me has demostrado que eres un combatiente excepcional, de los que muy rara vez veo en mi gimnasio en cualquier momento, y más todavía entre mis retadores masculinos. Al entregarte esta medalla, reconozco que probablemente tendré que volver a permitirles la entrada a todos los retadores. Espero que haya más que sean como tú y menos que sean como... ciertas personas.

Erika dijo la última parte con una expresión algo sombría. Era obvio que estaría pensando en aquel incidente del cual le habían contado. Sin embargo, se sacó la Medalla Arcoíris del bolsillo y la sostuvo frente a Ash.

- Como sea, te ganaste esta medalla, y con todos los dolores de cabeza que me vaya a traer esta decisión. Te deseo suerte en la Liga Pokémon, sin importar cuántas medallas más decidas ganar.

- Gracias. – le dijo Ash respetuosamente. Se dispuso a tomar la medalla y hacer su tradicional pose de victoria... para de repente darse cuenta que Erika de pronto no quería soltarla.

- Zzzzz...

Un incómodo silencio se apoderó de toda la habitación: la líder del gimnasio se había vuelto a quedar dormida de pie. El entrenador no pudo evitar pensar que le recordaba mucho a su madre, por la fuerza del agarre que tenía incluso durmiendo, pues ya lo había comprobado en las ocasiones que trató de sacarle la almohada para despertarla. Aunque según Delia, él también era igual.

(--0--)

Gimnasio Viridian, varios días después...

La chica volvió mucho más pronto de lo que Giovanni esperaba. Y esta vez, venía mejor preparada para sus planes originales. El Quita Nieblas de su Pidgeot arruinó la Trampa de Rocas de su Onix, y su Butterfree le dio a su Dugtrio ataques de Zumbido hasta el cansancio.

- Muy bien, se nota que has mejorado, y no lo hiciste nada mal la primera vez. – dijo Giovanni mientras tomaba su siguiente Pokébola. – Sin embargo, esta vez no me harás ponerme de pie.

- Dudo mucho que dures mucho en ese asiento. – replicó sarcásticamente Solidad.

- Ya lo veremos... ¡ve, Rhyperior!

En el momento en que el Pokémon más poderoso de Giovanni tocó el suelo, ella retornó a Butterfree y volvió a enviar a su Pidgeot. Probablemente tendría miedo de que Butterfree terminara peor que el último Pokémon que usó para pelear contra Rhyperior, con eso de que era mucho menos sólido y todo.

- ¡Ala de Acero, Pidgeot!

- ¡Puño Trueno!

Después de una dura y feroz batalla, Pidgeot yacía tirado en el suelo, deshecho y echando chispas eléctricas. Rhyperior, por su parte, aunque también dañado no se veía en tan mala condición. Roca Sólida era una habilidad extraordinariamente útil.

- Supongo que eso fue una mejora de la última vez. – dijo Giovanni, todavía sentado en su silla.

- Todavía no has visto nada. – aseguró Solidad, sosteniendo su tercera Pokébola en la mano.

- Oh, ¿acaso tu Lapras ya salió del hospital?

Solidad frunció el cejo ante ese comentario, pero sin decir nada, sacó al que sería su nuevo Pokémon para este encuentro.

- ¡Slow! – declaró su Slowbro, con una banda decorándole la cabeza.

- ¿Un Slowbro, qué, con una Banda de Fuerza? ¿O es de Enfoque acaso? No es que importe de todos modos. No podrás derrotarme con un Pokémon de aspecto tan miserable.

Su Rhyperior había sido entrenado para luchar contra los del Alto Mando, y para algún día ser utilizado para capturar a los Pokémon legendarios de Kanto y Johto. ¡¿Qué podría hacer contra él un simple Slowbro?! En respuesta, y con evidente molestia por la forma tan despectiva en que se refirió a él, Solidad colocó su mano en el collar que llevaba, empezando a emitir una luz brillante. Los ojos de Giovanni se ensancharon momentáneamente al reconocer esa luz, mientras los rayos que salían desde el collar se dirigían hacia la banda en la cabeza de Slowbro. ¡¿La chica había encontrado una de esas piedras, y precisamente la correcta para uno de sus Pokémon, en solo cuestión de días?! Mientras la luz envolvía a Slowbro, comenzó a cambiar de forma, con la concha de Shellder haciéndose más larga y envolviendo por completo el cuerpo de Slowbro.

- Esto no cambia nada. – declaró Giovanni, mientras su Rhyperior se preparaba para pelear contra el Pokémon Mega-Evolucionado. – Ya he peleado contra Pokémon como ese antes, ¡y he vencido a evoluciones mucho más impresionantes!

La luz se disipó, revelando que ahora la concha de Slowbro le cubría todo el cuerpo dejándole solo la cabeza y los brazos al aire, y balanceándose sobre la cola. La concha además giraba de una manera que podría poner verde de la envidia a un Hitmontop.

- Eso está por verse. – respondió Solidad. Con esto, los dos ordenaron a sus Pokémon lanzarse al frente, listos para pelear. (*)

Esta historia continuará...

(*) Para saber el desenlace de esta batalla, ver el Interludio de Solidad.

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