Los corazones de piedra de Pewter


En la entrada a Ciudad Pewter...

- Veamos si entiendo: estás planeando entrar a la Conferencia Índigo, empezando por ganar tus ocho medallas. – Misty hablaba en un tono que era una extraña mezcla de conversación e interrogación, mientras los dos bajaban por la colina de entrada al valle donde se localizaba Ciudad Pewter.

- Sip. – dijo Ash simplemente.

- E imagino que eso quiere decir que planeas desafiar al líder de gimnasio de Ciudad Pewter, ¿correcto? – volvió a preguntar la pelirroja.

- Pi-Pikachu Pi. [Preferiblemente sin tener que ir a aquel molino, que me estrangulen hasta casi asfixiarme dos veces y haber ganado solo porque se activaron las rociadoras contraincendios.]

Ash tuvo un respingo por dentro ante el recordatorio de que varias de sus "victorias" más tempranas fueron menos cosa de victoria y más recompensas por lástima o gratitud. Eso y que detestaba ganar por circunstancias injustas. Todavía se sentía mal por lo que pasó en el Gimnasio Mauville, cuando Pikachu estaba supercargado durante su batalla con Watson. Fue trampa, directamente o no, y eso era algo que Ash podía soportar en nadie, particularmente en sí mismo.

- Ese es el plan. No hay mucho que ver Pewter a menos que seas geólogo o astrólogo. – replicó Ash.

- Imagino que ya sabes que los Pokémon de tipo Roca son superefectivos contra los de tipo Volador e Insecto, y que la mayoría de los que hay en Kanto también son en parte tipo Tierra, lo que quiere decir que no puedes usar electricidad para derrotarlos. – dijo Misty.

- ¿Pi? [¿Qué tal si apuntamos al cuerno y esperamos lo mejor?]

Ash se preguntó cómo fue que pasó aquello, y decidió que esta vez mejor no iba a fiarse de su suerte. Considerando que los Pokémon parecían algo diferentes (más agresivos para empezar) en la nueva línea temporal, tuvo la extraña idea de que no podía usar lógica Gainax para superar las leyes de la física con poder y genialidad solamente.

- Bueno, Pikachu logró perfeccionar Cola de Hierro mientras estuvimos en el bosque. – señaló Ash. Misty tuvo un pequeño escalofrío involuntario ante el pensamiento de haber tenido que pasar por ese bosque. – Acero le gana a Roca.

- ¿Sabes algo? Me preguntaba por qué le enseñaste Cola de Hierro. ¿No tendría Demolición el mismo efecto, pero con más versatilidad?

- ¿Pikachu puede aprender Demolición? – El ratón sobre su hombro se quedó viéndolo, pues él tampoco tenía idea de si podría aprender ese ataque.

- Cola de Hierro todavía funciona, si quieres que tu Pikachu tenga un movimiento capaz de dañar a un tipo Fantasma-Tierra. Es solo mi opinión, claro. – comentó Misty encogiéndose de hombros. – Ahora que lo pienso, creo que esto resulta bien. Hay algunas cosas que necesito ver mientras estamos aquí, y si tengo razón, resultarán muy bien para nosotros.

Ash y Pikachu se quedaron viéndola, confundidos por esa expresión pensativa que tenía. ¿Estaría tramando algo?

En ningún momento mientras iban hacia la ciudad, mientras Misty hacía sus planes o discutía la lógica entre usar Cola de Hierro o Demolición, se encontraron con un vendedor de rocas. Ash pensó que era una lástima, no solo por la posibilidad de ver al padre de Brock, sino porque también esperaba llevar consigo una colección de rocas pesadas e inútiles como un peso adicional por el resto de su viaje. Sí, como no. Tal vez Gary ya hubiera sido lo bastante idiota para comprarlas él... improbable, pero soñar no costaba nada.

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A las puertas de Ciudad Pewter, un poco después...

Ash ya por fin había aceptado que su pequeño viaje había causado muchas disrupciones en el tiempo y el espacio, desde las edades de algunas personas (incluyéndolo a él) hasta, como podía recordar de sus todavía algo confusas nuevas memorias, más guerras. Sin embargo, era bastante obvio que todavía había muchos más cambios esperándolo, y este era uno que de ninguna manera podría haberse esperado.

Una figura muy familiar lo aguardaba frente a la puerta, un hombre de gran tamaño, musculoso, con una gran nariz redonda y un espeso bigote, vestido con lo que parecía un gi de artes marciales.

- Bienvenidos. Mi nombre es Don George, y dirijo el Club de Batallas del Gimnasio Pewter. ¿Vienen para desafiar a Brock, el líder de gimnasio?

Don George, de la familia de los dueños de los Clubs de Batalla de Unova... y ahora estaba en Kanto, de todos los lugares. Ash hubiera esperado que Brock se hubiese convertido en una mujer antes que algo como eso... y eso sería extremadamente malo y extraño en muchos sentidos, pero no podía evitar preguntarse si esa versión de Brock se pondría loca con los chicos. Ash se las arregló para asentir con la cabeza en respuesta, tratando de disimular su confusión, mientras Misty respondió negativamente.

- Yo solo lo acompaño a él, no tengo interés en desafiar a la Liga Pokémon. – le dijo.

- Muy bien. – dijo Don George. – Jovencito, tendrás que acompañarme. Y ya que estamos en ello, ¿qué tal tú también, señorita?

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Poco después, en el Club de Batallas...

Iris antes le había dicho que el Club de Batalla era "un lugar increíble donde los entrenadores podían afinar sus habilidades " o algo por el estilo durante la antigua línea temporal, y este en particular no se veía muy diferente en ese aspecto. La parte de la charla educativa, sin embargo, esa sí fue diferente, pues Ash se encontró de pronto en una sala con por lo menos una docena de otros entrenadores cercanos a su edad, mientras Don George se paraba frente a ellos, lo que le daba más el aspecto de una escuela que una instalación para batallas Pokémon.

- Cada uno de ustedes ha venido a Ciudad Pewter con el propósito de desafiar a Brock, el líder del gimnasio. – le habló Don George a toda la clase. – Ese es un noble primer paso para muchos de ustedes en su viaje por los campeonatos de la Liga Pokémon en la Meseta Índigo. Sin embargo, en este punto, debo preguntarles, ¿cuántos de ustedes no vienen de las áreas de Pewter, Viridian o Pueblo Paleta? – Solo cuatro manos se alzaron. – Y de ustedes, ¿cuántos de ustedes vienen de las áreas al oeste del Monte Luna? – Todas las manos bajaron. – Como lo sospeché. Permítanme ser directo con ustedes: los Pokémon que se localizan en esta área no son particularmente efectivos para luchar contra los Pokémon de tipo Roca de Brock. Presten atención a este video, para ilustrar lo que solía pasar antes de que todos ustedes tuvieran de requisito asistir a este seminario.

El cuarto se oscureció, e instantáneamente oyeron el sonido tecnológico que precedía al proyector encendiéndose. El video mostraba una batalla de gimnasio, con Brock (que se veía mayor, pero no tendría más de veinte años si Ash tuviera que adivinar), igual que antes comandando a su Onix, contra un entrenador con un Pidgey que valientemente se lanzó a atacarlo...

*¡SWAT!*

Y cayó noqueado con un solo coletazo de Onix. Varias escenas similares la siguieron, con Onix derrotando fácilmente a un Caterpie, Weedle, Rattata, Spearow, Ekans, Jigglypuff y Metapod. Luego, vinieron unas pocas escenas que les dieron esperanzas a todos los presentes (excepto a Ash), pero rápidamente se las aplastó al ver cómo caían un Beedrill, Paras, Mankey y Sandshrew de la misma manera.

- No pueden traer un Pokémon con desventajas, o incluso uno que tenga ventaja que apenas acaban de capturar, para una batalla de gimnasio. Tienen que entrenar bien a sus Pokémon antes de ponerlos a pelear. Y es de muy mal gusto tener a un Pokémon solo para una batalla específica y no volver a usarlo nunca más.

Don George pausó su discurso por un momento, como para asegurarse de que captaran el mensaje, antes de continuar.

- Como entrenadores Pokémon, todos ustedes tienen un largo viaje por recorrer. Hay muchos caminos que pueden tomar, y no existe una sola forma "correcta" de hacerlo, pero sí hay caminos equivocados. Es igualmente profesional mantener el mismo equipo de Pokémon una y otra vez como lo es ocasionalmente empezar desde cero en una nueva región, o una mezcla de los dos. Como lo es igual de respetable para cualquier entrenador viajar para competir en la Liga Pokémon, el Gran Festival, o cualquier otra meta que se hayan trazado.

Ash se sintió un poco mejor después de escuchar eso. Le alegró saber que su tendencia de resetear a todo su equipo y dejar solo a Pikachu para capturar nuevos Pokémon y aprender era igual de válida como usar a Pikachu, Charizard, Squirtle, Bulbasaur y a otros de los veteranos ocasionalmente.

- Así como están ahora, ustedes lucharán contra el equipo de Brock por la primera medalla. – dijo Don George mientras el proyector cambiaba de mostrar la serie de clips "Onix aplasta Pokémon común" pasando a uno más educativo, mostrando una Medalla Roca solitaria junto a la imagen de un Geodude y un Onix. – Brock es un criador Pokémon, y como es de esperarse cría a muchos de sus propios Pokémon y también de otros clientes. Gracias a esto, es uno de los líderes de gimnasio más flexibles y poderosos de la región Kanto. Aunque la mayoría, como ciertos idiotas de Ciudad Vermillion, tienen que capturar Pokémon más débiles para los retadores principiantes, Brock los cría personalmente, así tiene mayor control de los Pokémon que utiliza en el campo. Para quienes no lo hayan entendido antes, los líderes de gimnasio necesitan tener diferentes equipos para diferentes números de medallas. Por ejemplo, si tuvieran cuatro medallas al momento de desafiar a Brock, este es el equipo al que se enfrentarían.

La pantalla cambió mostrando cuatro Medallas Roca, Geodude fue reemplazado por un Graveler, y un Rhyhorn fue agregado.

- Pika Pi. [¿Sabes qué?, esto tiene mucho sentido.]

Después de todo, no era como que tuvieras que seguir una ruta específica predeterminada con los gimnasios. Un entrenador que empezara en Cinnabar, por ejemplo, no podría pelear contra aquel Magmar, y podría ser algo anticlimático si la última batalla de gimnasio que tenía un entrenador de Blackthorn era en el Pueblo Azalea y tenía que pelear, digamos, con un Metapod. Ash solo se encogió de hombros, tal vez porque su estilo de batalla no se enfocaba mucho en los estándares de fuerza usuales. Ya que él no se concentraba demasiado en hacer evolucionar a su equipo, el equipo que usara para ganar su primera medalla lo mantendría al mismo estándar que el que usara para ganar la octava. Esa era solo su opinión, claro está, pero cuando tenías un Bulbasaur y un Corphish capaces de pelear de igual a igual contra, digamos, un Meganium o un Alakazam, tendrían que perdonarte un poco por no considerar las cosas de ese modo.

- A medida que vayan ganando más medallas, los Pokémon a los que tendrían que enfrentarse irán variando mucho más. Estos son algunos de los Pokémon que Brock ha utilizado.

La pantalla comenzó a mostrar una amplia gama de Pokémon, con un número de medallas a su alrededor, entre ellos Golem (7, 8), Rhydon (6, 7, 8), Omanyte (2, 3), Omastar, Kabuto (2, 3), Kabutops (7, 8), Aerodactyl (7, 8), Sudowoodo (5), Shuckle (3), Larvitar (2) y Rhyperior (8), y todavía manteniendo a Onix (2, 3, 5, 6, 7 y 8), Geodude (2, 3), Rhyhorn (3, 5, 6) y Graveler (3,5,6).

- Cielos, cómo me alegro de que Brock nunca haya utilizado ninguno de esos equipos contra mí. –murmuró Ash para sí mismo, mientras Pikachu le daba una mirada.

- Pi-Kachu Pi-Pikachu Cha. [Ash, no creo que los gimnasios hayan sido del todo así en la antigua línea temporal. Por todo lo que sabemos, los líderes de gimnasio solo tendrían unos equipos de Pokémon específicos, viendo que el Teniente Surge solo tenía aquel Raichu y no le vimos ningún otro Pokémon cuando lo retamos, Maylene solo tenía un Lucario, Flannery no tenía experiencia para haber entrenado a más Pokémon de tipo Fuego, y Sabrina definitivamente no se lo pondría fácil a nadie...]

- Ya, ya te entendí. – susurró para que solo su ratón lo oyera. Aunque todavía se preguntaba cuántas otras cosas sobre Brock habrían cambiado. Don George prosiguió con la charla.

- Antes de que ninguno de ustedes pueda desafiar a Brock, tendrán que demostrarme que ya están preparados para hacerlo. Según las reglas del código de conducta, un líder de gimnasio puede imponer restricciones específicas sobre quién puede y quién no pelear contra ellos; y estoy seguro que muchos de ustedes conocen la restricción del Gimnasio Viridian sobre que nadie puede retarlo si no tiene al menos seis medallas. La primera y única restricción que impone Brock es que todos ustedes deben probar que han entrenado para esta batalla y que saben lo que están haciendo, además, por supuesto, de estar registrados para competir en la Liga Pokémon.

(--0--)

Unos pocos minutos después...

Ash de pronto se encontró en medio de una larga fila para acceso a una máquina de registro de Pokébolas, completamente aburrido.

- ¿No hice esto antes ya una vez? – murmuró entre dientes con fastidio.

Ash estaba bastante seguro de que ya había manejado todo ese papeleo en algún punto anterior de su vida. De nuevo, el hecho de que él tenía una muy favorable y única relación de amistad con el Profesor Oak que otros entrenadores no tenían, podría haber ayudado con eso. Tal vez así era como la mayoría de los entrenadores que no recibían sus Pokémon iniciales de él (como Stephan o Nando) tendrían que hacer las cosas. O tal vez simplemente era algo de la nueva línea temporal.

- Siguiente.

Ash avanzó, por fin era su turno. Pikachu saltó fuera de su hombro mientras Ash colocaba las Pokébolas que contenían a Pidgeotto y Butterfree en la máquina de registro, y luego metía la mano en su bolsillo.

- ¿Un Butterfree y un Pidgeotto? No está mal, al parecer no eres de los que creen que pueden derrotar a un líder de gimnasio con un Rattata y un Caterpie... – Don George se quedó en silencio al ver el aparato que Ash sacó. – ¿Eso es... un Pokédex?

Ash asintió, mientras Don lo agarraba y lo activaba, similar a como lo hizo la primera Oficial Jenny que Ash conoció durante su viaje.

- Esta unidad, identificada como Dexter Mark-I, es una base de datos digital Pokémon programada específicamente para el entrenador Ash Ketchum de Pueblo Paleta por el profesor Samuel Oak. – habló el Pokédex, mostrando la imagen de Ash en pantalla. – Mi función consiste en proveer información sobre las distintas especies de Pokémon que este entrenador se encuentre durante sus viajes, así como actuar como identificación general, incluyendo pero no limitado a pasaporte, tarjeta de crédito y de seguro. Si soy robado y me encuentro en manos de otro entrenador, por favor arrestar al ladrón y devolverme a mi dueño antes que sufra algún incidente embarazoso. Actualmente, este entrenador ha visto 21 especies de Pokémon: Pikachu, Mr. Mime, Pidgey, Rattata, Spearow, Fearow, Psyduck, Chansey, Meowth, Ekans, Koffing, Staryu, Starmie, Wingull, Caterpie, Metapod, Butterfree, Weedle, Kakuna, Beedrill y Pinsir, habiendo capturado a cinco de ellos, y no posee licencia para conducir u operar automóviles, beber alcohol o comprar tabaco. Si intenta alguna de estas cosas, por favor llamar a su madre al...

Ash y Pikachu no pudieron hacer otra cosa que quedarse mirando con fastidio al dispositivo electrónico, mientras Don George lo veía con tanto asombro, que al parecer no le prestó la menor atención al número telefónico de Delia.

- ¡¿Eres un usuario de Pokédex?!

¿Usuario de Pokédex? Ese era un término nuevo. Ash no pudo más que asentir con la cabeza mientras Don, para su sorpresa, se inclinaba respetuosamente ante él.

- Humildemente pido disculpas por hacerte esperar. Ya que no poseías contigo a uno de los Pokémon iniciales de Kanto, no pude reconocerte inmediatamente. Por favor permíteme agilizar el proceso, ciertamente tú no tendrás necesidad de pasar el período de prueba, así que irás directo a la sección de entrenamiento.

Un increíblemente alegre Don lo empujó por detrás, y estaba tan sorprendido por eso que simplemente se quedó paralizado y dejó que lo hiciera.

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Sala del gimnasio...

En la línea temporal original, Ash hizo un uso extensivo de las instalaciones del Club de Batalla varias veces. Empezando cuando entrenó para su revancha con Lenora y enseñándoles a Tepig Nitrocarga y a Oshawott Aqua Jet, posteriormente las usó para ayudar a sus Pokémon a aprender otros movimientos, incluyendo Demolición para Pignite, Tijera-X para Leavanny y As Aéreo para Krookodile. Por supuesto, el hecho de que él también tenía que participar en el proceso entrenando con ellos era algo extraño, pero no lo rechazó en lo más mínimo, hasta era divertido.

Al rato, Misty entró al área de entrenamiento mientras Ash y Pikachu corrían simultáneamente en una caminadora tratando de volver a aprender Ataque Rápido, mientras Butterfree volaba en un túnel de viento y Pidgeotto recorría un curso de obstáculos atravesando con sus ataques unas dianas, cada uno en su propio entrenamiento.

- ¿Qué tenemos aquí? Normalmente te tomaría mucho más tiempo salir de todas esas pruebas. – dijo Misty, mientras observaba a Ash tratar de mantener el paso que llevaba.

- Aparentemente, si tienes un Pokédex puedes saltarte la fila. – dijo Ash, algo distraído. Misty lo vio bastante sorprendida.

- No tienes idea de lo valioso que es un Pokédex, ¿verdad?

- Bueno, aparentemente sirve como pasaporte, tarjeta de crédito, para dar advertencias de "no le vendan alcohol a un menor de edad" y tal vez otros cientos de cosas que no sé todavía. Así que no, supongo que no la tengo. – Ash tuvo que admitir para sus adentros que eso no tenía nada que ver con tener sus memorias revueltas, simplemente Oak nunca le dijo nada ni tampoco lo cubrieron durante el campamento de verano.

- Los Pokédexes apenas fueron producidos por primera vez hace unos diez años, y desde entonces se han fabricado muy pocos. Las primeras cinco versiones se las dieron solamente a los mejores entrenadores: como Alder, Cynthia y Eagun, porque tomaba mucho tiempo crearlos, y el modelo actual solo se lo dan a entrenadores que inician en laboratorios Pokémon. Cada Pokédex es ensamblado a mano por un Profesor Pokémon, y constantemente los van mejorando para estar a la vanguardia de la investigación Pokémon. El Pokédex es una gran ayuda porque toma detalles sobre cada Pokémon que su dueño se encuentra, y envía la información a la base de datos del Pokédex Nacional.

Ante la cara se sorpresa de Ash por su explicación, Misty se sonrojó al darse cuenta de todo lo que había dicho.

- O al menos, eso decía el último número de la revista National Poké-Geographic que leí, digo.

- Pi-Pika. [Bueno, eso nos dice que un dispositivo muy común en una línea temporal es tecnología superrara en otra.]

Don George eligió aquel preciso momento para asomar su cabeza por la entrada del gimnasio.

- Disculpe la espera, joven señor. La parte final de la prueba será una ronda de batallas, así que requerirá de su presencia. – Ash no pudo evitar sentir algo de satisfacción de que lo llamaran "joven señor" con tanto respeto. Luego se percató de la presencia de Misty, y se dirigió a ella. – Em, perdón por pedirle esto, señorita, pero tenemos un número disparejo de entrenadores para esta ronda. ¿Si fuera tan amable de llenar el puesto que falta para hacerlo un número par?

- Ya hice lo que venía a hacer, así que no veo por qué no. – dijo Misty encogiéndose de hombros.

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Área de torneos del Club de Batalla...

- Siguiendo las reglas del código de conducta de los líderes de gimnasio, cada uno de ellos está en su derecho de imponer restricciones para aquellos que desean desafiarlos. Algunos podrían tener que navegar a través de un laberinto, otro los pondrían a resolver acertijos en un volcán. Algunos podrían no tener restricciones en absoluto. El gimnasio que todos ustedes piensan desafiar, sin embargo, requiere pasar una prueba de aptitud antes de que tengan mi aprobación final para entrar a la lista de espera de retadores que desafiarán a Brock, y lo haremos con un torneo.

El tablero frente a ellos determinó al azar los rostros y nombres de cada uno de los que iban a participar en dicho torneo, entre ellos, por supuesto, Ash y Misty.

- Hoy día tenemos dieciséis de ustedes, y de ese número podría salir cualquier otro que ya estén preparados para desafiar a Brock. La meta de este torneo no será demostrar que son los más fuertes o los más afortunados, sino que son competentes. En la prueba de la semana pasada, en la cual dieciséis entrenadores lucharon entre ellos para demostrarme su valía, cinco de ellos pasaron, y tres de esos cinco lograron derrotar a Brock. Los otros dos, que lograron llegar más lejos que cualquiera de los otros retadores primerizos y lograron vencer a su Geodude, actualmente están entrenando para sus revanchas.

- Pi. [¿Cuánto quieres apostar a que Gary fue uno de ellos?]

Ash frunció el cejo. Aunque Gary en este punto era un verdadero odioso, Ash no iba a decir que era un idiota sin talento. Gary sabía lo que hacía, y probablemente mucho más que en la línea temporal anterior porque ya no andaba en su auto deportivo, ni tampoco tenía a esas porristas con él. Aunque no le molestaría pensar en eso, ni tampoco saber quiénes habrían sido los otros dos entrenadores que habían derrotado recientemente a Brock.

- Ahora, que comiencen las batallas. Demuéstrenme que saben lo que hacen. – declaró Don George, y así comenzó el torneo.

A Ash le tocó su turno durante la tercera batalla, y envió a su Pidgeotto contra un Rattata. El roedor se veía completamente aterrorizado al ver a esa ave más grande que él y mirándolo fijamente. El entrenador del Rattata, sin embargo, no parecía estar tan preocupado como debería estarlo.

- Rattata, el Pokémon ratón. Los Rattatas son Pokémon increíblemente comunes y adaptativos capaces de hacer colonias en una gran variedad de hábitats, generalmente gracias a la ayuda de viajeros tontos. Fue el modelo para el primer juguete de cuerda Pokémon que se tiene registro de haber sido fabricado por Rumble. Inc. – sonó la voz del Pokédex desde el bolsillo de Ash al comenzar la batalla.

- ¡Usa Foco de Energía! – gritó el entrenador del Rattata, mientras el roedor empezaba a brillar con una luz blanca.

- ¡Contraataca con Ráfaga! – exclamó Ash.

Pidgeotto desplegó las alas y empezó a soplar una poderosa ráfaga de aire hacia el roedor, que rápidamente perdió el agarre que tenía en el suelo con sus pequeñas garras y salió volando por los aires. Después de un minuto, la ráfaga dejó de soplar y el ratón se encontró de nuevo en el suelo, teniendo dificultades para volver a ponerse de pie.

- ¡Ahora, usa Ataque Rápido! – El entrenador del Rattata apuntó hacia el frente, mientras un aura blanca diferente rodeaba al pequeño ratón mordelón, antes de salir disparado hacia adelante con una impresionante velocidad.

- ¡Tú también, Pidgeotto! – Un aura similar, pero un poco más impresionante rodeó a Pidgeotto, que también voló a toda velocidad hacia el ratón, sin embargo...

*¡CRACK!*

Al encontrarse los dos Pokémon de tipo Normal de cerca, Rattata pudo esquivar el golpe por ser más pequeño, y terminó conectando un golpe crítico directo a la articulación del ala derecha de Pidgeotto. Fuera de contexto, esto podría ser considerado como la técnica de "El niño de granja que destruye el arma más poderosa del señor oscuro de los Sith", solo que sin usar una X-Wing. O también considerarlo un truco de "David vs. Goliat" para quienes no creyeran en los caminos de la Fuerza. Mientras Rattata aterrizaba sobre sus temblorosas patas, todavía asustado por el ataque Ráfaga anterior, Pidgeotto se desplomó en el suelo. Ash inmediatamente se alarmó, mientras que su ave Pokémon se esforzó por volverse a poner de pie y rehusándose a caer derrotada.

Sí, le había tomado a Ash dos líneas temporales darse cuenta que su Pidgeotto era hembra, pero nunca le enseñaron cómo distinguir eso con facilidad. No solo porque las "cositas" de los Pokémon que distinguían a los machos de las hembras no eran tan grandes o notables como las de los humanos, sino que además era considerado muy raro, y por demás abusivo, ponerse a tocarlos por allí para determinar su género. Pidgeotto no pudo más que encogerse sobre el ala que le había quedado doblada de manera extraña tras ese golpe.

- [Auch... creo que me la rompió.]

El oponente, sin embargo, se veía muy feliz por esto.

- ¡Acabemos esto, usa Embestida, Rattata!

Mientras el roedor se lanzaba a la carga contra el ave lastimada para darle el golpe final, Ash por un breve instante sintió miedo por su Pokémon, antes de que su lado espontáneo dominara a su lado de preocupación por su Pokémon.

- ¡Rápido, protégete con Ala de Acero! – le gritó.

- ¡Caw! [Protégete con... no tienes idea de cómo eché de menos ese lado espontáneo tuyo todo este tiempo.]

La voz de Pidgeotto pasó de "¿Te volviste loco?" a "¡Eso es brillante!" en un parpadeo. Levantó su ala izquierda, que seguía sana, y esta brilló de un gris metálico, poniéndola enfrente para protegerse con suficiente fuerza para dejar una marca en el suelo del campo de batalla. El Rattata no pudo frenar a tiempo, y se estrelló de frente contra el Ala de Acero, empezando a tambalearse hacia atrás, claramente mareado con el impacto.

- Pi-pi-pi. [Ese Rattata podría tener una contusión después de eso.] – observó Pikachu,

A su vez Ash también se alarmó de ver el resultado. No fue su intención hacer eso. Muy rara vez llegaba a pasar en batallas durante la antigua línea temporal; las únicas donde realmente los Pokémon llegaban a sufrir tanto daño eran las que se alargaban y se volvían intensas (Charizard vs. el Blaziken de Harrison), o las que peleó con dicha meta en mente (como contra el Equipo Galactic y Paul). Afortunadamente, Pikachu rápidamente notó la ansiedad de Ash.

- Pikapi Chu. [Ash, si te hace sentir mejor, los Pokémon sanamos de cosas como esa mucho más rápido que los humanos. Para nosotros eso sería tanto como para ti un raspón en la rodilla por caerte de una bicicleta. Aunque con el efecto, una contusión, aunque no afecte a largo plazo tanto como a un humano, sigue siendo algo muy malo para un Pokémon.]

- ¡Vamos, Rattata, termina de una vez con esto! – ordenó el otro entrenador. Aparentemente o no se había dado cuenta de eso, o no le importaba.

- Hey, ¿no ves que tu Pokémon está herido? ¡Mejor para con esto antes de que termine lastimándose gravemente! – le gritó Ash a su oponente.

- ¡Ah, tú cállate! Sé lo que estoy...

- ¡Rattata no ya no puede pelear, la victoria es para Ash Ketchum y Pidgeotto! - anunció Don, aparentemente estando de acuerdo con Ash.

La decisión del hombretón musculoso rápidamente derivó en un intercambio de gritos entre él y el entrenador del Rattata, acerca de cómo debería tratar a su Pokémon. En medio de argumentos sobre las éticas de los entrenadores Pokémon, la decencia humana, y algo que sonó como "no somos salvajes de Johto" agregado a la mezcla, Ash realmente no estaba prestando mucha atención a los detalles. Su mayor preocupación en aquel momento era que Pidgeotto estaba lastimada.

- Lo siento. – se disculpó arrodillándose frente a su ave, y cariñosamente le frotaba la espalda. – Esto me agarró con la guardia baja.

- [Me repondré rápido de esto, eso no ha cambiado al menos.] – le respondió Pidgeotto frotándole la cabeza. – [Aun así, no creo que pueda pelear contra Brock. *Suspiro*, y las ganas que tenía de una revancha con Geodude, todo ese esfuerzo para aprender Ala de Acero se fue al diablo.]

- Oye, siempre puedes tener la siguiente...

Ash se detuvo por un momento. Considerando lo mucho que Misty había cambiado en esta línea temporal, ¿acaso su familia todavía seguiría en el Gimnasio Cerulean, si es que seguía habiendo uno? Y luego estaba el siguiente líder de gimnasio, en Ciudad Vermillion, eso podría ser peor... cuando el pensamiento de que el Raichu del Teniente Surge fuera a literalmente destrozar a Pidgeotto con un Atactrueno. Intentando alejar esos pensamientos, finalmente le dijo:

- ¿Sabes qué? Por ahora descansa, después hablaremos de tu batalla de gimnasio.

Ash la regresó a su Pokébola, donde el daño que sufrió en su ala no le causaría más dolor por el momento. Sin más que hacer por el momento para pasar el tiempo, Ash se dirigió a ver la batalla número ocho, en la cual estaba participando Misty.

- ¡Wingull, usa Ataque de Ala!

Ash apenas llegó a tiempo para ver como Wingull de Misty le dio un golpe con sus alas, que brillaban de una luz blanca, a un Pokémon con aspecto como de cangrejo, con hongos moteados creciéndole en la espalda. Tras el aletazo, este se desplomó derrotado al suelo.

- Paras, el Pokémon hongo. Paras está cubierto de hongos desde su nacimiento, los cuales lentamente se apoderan de su mente y cuerpo, hasta llegar el punto en que evoluciona a su estado de Parasect. Otros Pokémon evitan a toda costa comerse a los miembros de esta línea evolutiva, pues hacerlo los infectará con los hongos. Los resultados de esta acción tan estúpida de parte de humanos y Pokémon son la base para las películas de horror de los estudios PokéStar. Eso es contigo, Ash.

El Pokédex de nuevo estaba, no solo dándole información que no necesitaba saber, sino que además seguía con esa actitud sarcástica. ¿En serio creía que trataría de comerse unos hongos extraños... que crecen en la espalda de un Pokémon? Bien, tal vez podría ofrecerle unos pocos a Gary la próxima vez que se cruzara con él, pensó con algo de malicia. Así su abuelo, el Profesor Oak, haría que le hicieran una prueba por drogas. No, tampoco era tan cruel como para hacer eso realmente, pero no podía evitar sonreír de imaginarlo por un momento.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando lo llamaron para su siguiente encuentro. La segunda ronda ya había empezado, y otro joven entrenador lo estaba esperando.

- ¡Beedrill, ve! – anunció su oponente, dejando salir a la ya infame abeja asesina, con sus dos aguijones gemelos goteando un veneno que hacía que saliera vapor del suelo con cada gota que caía.

- ¡Butterfree, yo te elijo! – dijo Ash en respuesta, con su mariposa saliendo para combatir a su equivalente en evolución final de tipo Insecto.

- Beedrill, el Pokémon abeja venenosa. Beedrill ataca a sus enemigos en enjambres, picándolos rápidamente con sus aguijones. Durante los siglos pre-Oak, los humanos intentaron exterminar las poblaciones de los Beedrills diezmando a los más débiles, lo que tuvo el efecto inesperado de acelerar la evolución biológica en batalla, permitiéndoles sobrevivir sus propias picaduras, e incrementando el índice de muertes humanas por picaduras de Beedrill en un 251%. Esta unidad no necesita más evidencia de que los humanos son unas criaturas realmente defectuosas...

Ash le dio un golpe a su aparato para que se callara, aunque tuviera razón en lo que decía. Los Beedrills estaban entre los primeros de la lista de Pokémon que no querrías que se volvieran más agresivos o letales.

- ¡Comiencen!

- ¡Beedrill, usa Doble Aguijón! – A las órdenes de su entrenador, la abeja se lanzó apuntando hacia el frente, con sus dos aguijones cubiertos de veneno.

- ¡Vamos a probar tu nuevo movimiento, usa Ráfaga! – ordenó Ash.

Butterfree empezó a mover sus alas rápidamente, liberando una poderosa ráfaga de viento que detuvo a la abeja en pleno vuelo, lanzándola a revolcarse en el suelo. Ash por un momento se preocupó por haberla lastimado, pero se reincorporó en un instante.

- ¡Contraataca con Picotazo Venenoso! – ordenó el oponente, que al ponerse de pie de nuevo, apuntó con su aguijón izquierdo y disparó una lluvia de pequeñas agujas hacia Butterfree.

- ¡Esquiva y usa Embestida! – ordenó Ash. Butterfree esquivó las agujas y voló en dirección hacia la abeja para golpearla.

- ¡Fortaleza!

La piel del Beedrill resplandeció momentáneamente, causando que la Embestida de Butterfree se encontrara con una fuerte defensa, y el ataque al parecer le hizo más daño a él (un dolor de cabeza al menos) que a Beedrill.

- Free... [Ay... ¿alguien anotó la matrícula de árbol que me arrolló?]

- ¡Doble Aguijón mientras sigue desorientado, Beedrill!

A esta orden, la abeja levantó sus dos aguijones como si fueran un par de espadas, y se lanzó a darle una serie de estocadas rápidas a Butterfree, que a pesar de seguir mareado por algún milagro logró esquivar todos los ataques.

- ¡Detenlo con Confusión!

Ash realmente no tenía muchas ganas de usar este movimiento en específico, aunque fuese solo porque todavía estaban practicando para tratar de dominarlo. Este había sido un particular problema ya que, entre los movimientos que había estado practicando con sus Pokémon para recuperarlos, o en algunos casos, para aprenderlos por primera vez (Cola de Hierro y Ataque Rápido para Pikachu, Ala de Acero para Pidgeotto y Ráfaga para Butterfree), por lo menos tenía alguna idea de cómo funcionaban, aunque con Ala de Acero no pudo llegar muy lejos, pues era un movimiento que su Fletchling conocía cuando lo capturó y, a raíz del fin del mundo, no pudo aprender bien las bases de cómo funcionaba o cómo podía enseñarlo.

Sin embargo, en este punto parecía la mejor opción, considerando que Doble Aguijón podría envenenar a Butterfree incluso si todavía conservaba Fortaleza como defensa. Butterfree respondió haciendo brillar en azul sus ojos, rodeando a la enorme abeja con un aura azul. Esta se encendía y se apagaba de manera intermitente, pues el movimiento todavía no estaba del todo perfeccionado y ese era un problema que Ash sabía que tenía que resolver. Sin embargo, le dio a Butterfree el tiempo suficiente para alejarse del Doble Aguijón, y ponerse por detrás de Beedrill.

- ¡Ahora, dale con tu Somnífero! – ordenó Ash.

Una tormenta de polvo brillante salió esparcida desde las alas de Butterfree, cubriendo por todos los flancos a la indefensa abeja, los ojos se le apagaron y se desplomó en el suelo, profundamente dormida. Por suerte para el sentido de moral de Ash (y su preocupación sobre las diferencias de los efectos en batalla, lo que le pondría a cuestionarse si sería jugar limpio usar un Lanzallamas en un Pokémon dormido), el entrenador de Beedrill resultó ser menos patán que el anterior.

- ¡Ya basta, tú ganas!

Eso fue suficiente para que Ash dejara de presionar el ataque. Recogiendo ambos a sus Pokémon, los dos oponentes caminaron uno hacia el otro para darse un apretón de manos. Siempre era lo correcto mostrar cortesía y espíritu deportivo... a menos claro que su oponente fuera un miembro de una organización criminal tratando de robarse sus Pokémon, pero ellos, siempre salían volando por los aires y no iban más lejos. Del otro lado, sin embargo, el entrenador cuyo Pidgey fue derribado del cielo por el Chorro de Agua disparado por la Staryu de Misty fue mucho menos educado respecto a aceptar su derrota. Una vez que las batallas terminaron, Ash se le acercó a Misty.

- Y bien, ¿crees que me permitan desafiar a Brock? – inquirió Ash, la pelirroja solo se encogió de hombros.

- Probablemente. Digo, aparte del hecho de que eres un usuario de Pokédex y tal vez por eso hasta adoraría el suelo que pisas. – comentó Misty en un tono medio de broma. A Ash eso todavía le resultaba un poco perturbador. – Lo hiciste muy bien en tus últimas dos batallas. Tienes una mente estratégica y puedo ver que te preocupas por el bienestar de tus Pokémon. Con tantas personas, particularmente en Kanto y Hoenn por lo que he escuchado, podrías fácilmente seguir los pasos de Cynthia cuando se trata de habilidades de batalla, pero si fueras un patán con tus Pokémon, dudo mucho que te fueran a dar un pase en ninguna parte.

Otra vez esa jerga con las regiones. Ash pensó por un momento cómo debería formular esa pregunta que quería hacerle antes de dejarla salir.

- Disculpa por decirlo, pero creo que no tengo idea de a lo que te refieres con eso de Kanto y Hoenn. – le dijo. Misty tomó un profundo respiro.

- Las leyes sobre abuso a los Pokémon fueron propuestas por primera vez hace unos cuarenta años. – comenzó a relatar. – Sin embargo, algunas regiones son más progresivas respecto a ellas que otras. Hoenn fue la primera en pasarlas, y tiene las más comprensivas. Kanto es la segunda más liberal; las leyes son algo nuevas, pero igual de comprensivas. Del otro lado del espectro, Johto casi no tiene leyes a este respecto, con tantos lugares rurales y conservadores donde las colas de Slowpoke siguen siendo consideradas una delicia, y las Islas Naranja apenas están un poco mejor. Sinnoh está en un punto medio entre los dos extremos. No conozco de las leyes de Unova y Kalos, pero por lo que me han contado son muy similares a Kanto y Hoenn en ese aspecto.

Ash reflexionó en lo que Misty le había dicho. Aunque el solo pensamiento de que alguien abusara de sus Pokémon le resultaba horrible, sabía que esa no era una idea universal. Aunque no se le ocurría el por qué Hoenn sería la región más amigable (y de nuevo, se le hacía difícil imaginarse alguna región que no fuese amigable con los Pokémon en absoluto), Ash sí recordó que los equipos criminales a los que se enfrentó en Hoenn, los Equipos Aqua y Magma, no eran tan malos como los de otras regiones. Tampoco es que fueran buenos exactamente, pero había visto a los Equipos Rocket, Galactic y Plasma cometer atrocidades mucho peores que ellos. Por supuesto, haber intentado controlar a Pokémon de destrucción masiva y capaces de alterar el ambiente seguía haciéndolos malvados, aunque quizás no al extremo de Cyrus o Ghetsis. No que fuese fácil ser más malvado que esos dos últimos. Con todo y por lo que él sabía, había la posibilidad de que en la nueva línea temporal Ghetsis fuese el benévolo director de un orfanato, y que donara millones a la caridad. Improbable, pero posible.

Despejando su mente de esos pensamientos, Ash se dirigió al campo de batalla, encontrándose frente a frente con su tercer oponente, que se veía muy confiado en sí mismo.

- ¡Ve, Spearow!

El agonizantemente familiar Pokémon pájaro salió de la Pokébola, posándose en el suelo. Ash y Pikachu no pudieron evitar fruncir un poco el cejo; los dos habían esperado tener la oportunidad de probar su exitoso re-entrenamiento de Ataque Rápido, pero supusieron que esta sería una forma de desquitarse por todo lo que les habían hecho esos Pokémon. Ash le asintió con la cabeza a Pikachu para que se bajara de su hombro, mientras el Spearow y su entrenador de pronto cambiaban sus expresiones a completo terror. Con cierto grado de alegría, los dos pensaron "Esto será divertido".

- ¡Pikachu, Impactrueno! – ordenó Ash.

*¡ZAP!* Un solo destello eléctrico después, todo había terminado.

- ¡Spearow ya no puede pelear, el ganador es Pikachu! – Eso había sido muy fácil.

En paralelo con esto, en la otra batalla, el Psyduck no había planeado que lo usaran en batalla, pero de alguna manera, se las arregló para acabar con un Zubat y dejarlo fuera de comisión luego de que este intentó atacarlo con Supersónico y le causó una jaqueca. Algunas cosas seguían iguales que antes, y al parecer el que Psyduck seguía siendo a su manera tan peligroso como Pikachu era una de ellas.

Don se aclaró la garganta para llamar la atención de los dos entrenadores que quedaban, Ash and Misty, al igual que la del resto, y especialmente al ver que esta lo veía con ojos de pistola.

- Al comenzar este examen, teníamos quince entrenadores que solicitaron mi permiso para desafiar a Brock, así que pedí a una de ellos que viniera para completar a los dieciséis, y ahorrarnos los dolores de un torneo disparejo. Ya que su oponente demostró que ya está preparado para una batalla de gimnasio, *y en parte porque me está viendo feo* – la última parte la dijo más para sí mismo – vamos a concluir este examen con cuatro entrenadores de quince ya preparados para enfrentarse a Brock, aunque técnicamente serían cinco de dieciséis.

Hubo alguna que otra conmoción de fastidio por esto, mientras los otros entrenadores que habían pasado el examen se unieron a Ash al haber sido llamados. A raíz de todo el ruido que había no escuchó sus nombres, así que mentalmente Ash solo los identificó como el "chico del Beedrill", el "chico del Zubat" y el "chico del Spearow". Don llamó a silencio tratando de calmarlos a todos.

- Independientemente de si pasaron o no, por favor, sigan entrenando para los desafíos que los aguardan. A los cuatro entrenadores que pasaron, les avisaré de las horas de sus desafíos con Brock en cuanto confirme cuándo estará disponible. Tengan en cuenta, que si se pierden su batalla de gimnasio, tendrán que reprogramarla bajo nuestros términos. Es todo.

Con esto, todos abandonaron el club, algunos de buen humor, otros no tanto.

(--0--)

Más tarde aquella noche, en el Centro Pokémon...

Pidgeotto tenía en aquel momento un cabestrillo en su ala, y según le dijeron tendría que mantenerlo por al menos una semana. Esa era la mala noticia, y era difícil determinar quién de los dos lo estaba llevando de la peor manera: el entrenador que la mandó a pelear una batalla a riesgo de haber podido salir lastimada, o el ave que no podría pelear por varios días a raíz de eso. Al menos, la Enfermera Joy a cargo del Centro Pokémon (a Ash le había preocupado que las Jennys y Joys ya no fueran idénticas entre ellas. Eso se le haría... extraño... en una manera diferente del parecido entre todas ellas al que estaba acostumbrado) no le reprochó nada por eso. Incluso lo felicitó por preocuparse por ella y actuar rápido para tratarle la herida. Ash no tenía idea de si debería sonrojarse porque lo halagaran de ese modo, o ponerse pálido ante la idea de que preocuparse por sus Pokémon ameritara dichos halagos.

Por supuesto, la comida gratis siempre era una recompensa bienvenida, particularmente porque siempre parecían tener hambre, tanto los humanos como los Pokémon. En aquel momento estaban comiendo al lado de un enorme tanque de agua, para poder alimentar a los otros Pokémon de Misty (particularmente a su Goldeen y Horsea, los cuales Ash no esperaba ver tan pronto).

- Lo hiciste muy bien hoy, Ash. – le dijo Misty con una sonrisa. – Me cuesta creer un poco que hayas empezado tu viaje Pokémon hace menos de un mes. La mayoría de los novatos no tienen... esa conexión y capacidad para entender a los Pokémon como tú lo haces.

- Bueno, en mi defensa, asistí a un Campamento Pokémon de Verano para calificar por un Pokédex, y allí aprendí una o dos cosas útiles. – admitió rascándose detrás de la cabeza, pues después de todo... ¿acaso le estaba mintiendo, técnicamente hablando? Por todo lo que sabía, esa era la verdad.

- Entonces, ¿planeas usar a Butterfree y Pikachu para tu batalla de gimnasio? – inquirió Misty.

- Supongo. – Ash asintió. Ese era el único plan que tenía, al menos no iba a irse con un solo Pokémon para desafiar el gimnasio (ya había aprendido esa lección con Elesa).

- Cuando hayas terminado esa batalla, ¿recuerdas que te dije que quería verificar algunas cosas mientras estábamos aquí? – le preguntó. Cuando Ash respondió afirmativamente, siguió elaborando. – Recuerdo haber escuchado acerca de una biblioteca pública en el Palacio Cameran, que es un lugar que posee una larga tradición relacionada a los bloodliners. Se dice que su héroe legendario, Sir Aaron, fue uno de ellos, y si hay un lugar donde podemos averiguar el por qué tus poderes son diferentes de los míos, es allí. Además, con eso nos tomamos el desvío de Ciudad Cerulean.

Esa última línea atrajo la atención de los cuatro individuos que antes estaban totalmente concentrados en su comida (Ash, Pikachu, Butterfree y Pidgeotto) tomándolos totalmente con la guardia baja. Eso había sido... inesperado. Con mucha cautela, Ash decidió inquirir un poco más en el asunto.

- Pero, ¿no se supone que hay un gimnasio en Ciudad Cerulean? Podría jurar que leí algo de que estaba especializado en Pokémon de tipo Agua.

Hizo un gesto señalando a Pikachu, tratando de simular que era simplemente una pregunta basada en un gimnasio que podría desafiar con ventaja, sin decir una palabra acerca de su sospecha relacionada al contexto de que tal vez Misty ya no tuviese conexión familiar alguna con el personal de dicho gimnasio. La pelirroja adoptó una expresión algo sombría antes de responderle.

- ¿Quieres o no mi ayuda, Ash? – le preguntó con seriedad. Ash asintió sin dudar. – Entonces no vamos a poner un pie en Cerulean, en absoluto.

La mirada que le dio fue suficiente para que Ash decidiera que era mejor no seguir tocando el tema, pues no iba a decirle nada más del asunto.

(--0--)

Un poco más tarde...

Ash decidió salir a trotar un poco con Pikachu por la ciudad, tratando de pensar y poner sus ideas en orden respecto a todo lo que había dicho Misty. ¿El Palacio Cameron, y este asunto con Cerulean? ¿Qué significaban?

- Pika-pi chuuuu. [De acuerdo, dime cuánto apostarías a que el Aura tiene algo que ver con todo esto.] – dijo Pikachu. Ash solo se le quedó mirándolo.

- Sí sabes que el Aura no es la respuesta a todo, ¿verdad, Pikachu? – le dijo. – Recuerdo que una vez se lo pregunté a Riley cuando estuvimos en la Isla de Hierro, y dijo que si quería aprender a usar el Aura, tendría que alejarme de la civilización por unos cuantos años. Y por mucho que me gustaría hacerme el ermitaño de las montañas contigo, Charizard, Bulbasaur, Squirtle, Snorlax y mis otros Pokémon por unos años, no creo que me pueda aislar de ese modo, no va conmigo.

Viendo el lado positivo, tal vez ya no tendría que bañarse, y se olvidaría de ello al punto de que hasta se ganaría el apodo de "Ash Apestosum". Aunque por otro lado, tendría que aprender otras formas de conseguir comida para sobrevivir.

- Chaa Pi-Chu. [Sí, pero míralo de esta manera, Ash. Tienes poderes extraños, y Misty te está llevando a un lugar que dice tener una larga tradición con esos poderes que tienes. Por lo que sabemos, tal vez tendrás que aprender a sentir el Aura viviente en todos los seres vivos, luchar contra el Lado Oscuro del Aura, y posiblemente tener que ir a una escuela secreta en un castillo para aprender de ella durante siete años antes de unirte a un mundo secreto del Aura o algo así.]

Ash arqueó una ceja mientras seguía viendo a su compañero.

- Sí te das cuenta de que no estamos en Tatooine ni en Hogwarts, ¿verdad, Pikachu?

Pikachu solo se encogió de hombros, en esta línea temporal había visto esas películas en el laboratorio de Oak y le habían gustado. Le hubiese encantado conocer a Hagrid o a R2-D2. R2 y él podrían hasta intercambiar choques eléctricos entre ellos.

Sin embargo, mientras discutían la cuestión de qué tan probable era que Sir Aaron, Lucario y el destino fueran a verse involucrados en esto (aunque era más de Ash tratando de pensar en alguna realidad alterna), sin darse cuenta, los dos se toparon con un problema inesperado.

Se salieron del camino, y de pronto se hallaban en un lugar lleno de espesa niebla.

- ¿Qué demo...? ¡Diablos, es otra vez como en Johto! – gritó Ash hecho una furia. Sin darse cuenta se habían perdido.

- ¿Pi? [¿De dónde salió toda esta niebla? ¿Desde cuándo que Pewter tiene niebla?]

Ash por reflejo sacó una Pokébola, pero rápidamente la desactivó cuando se percató de que era la de Pidgeotto, ya que ella no estaba para andar disipando nieblas en ese momento. O disipar pantallas de humo, en caso de que fuera eso. Con suerte, el Equipo Rocket no andaba cerca ese día, él no se sentía de humor para tener que lidiar con ellos.

Por suerte para él, el Equipo Rocket, ya habiéndole dado a Giovanni su reporte de que Ash había pasado todo el día en el Club de Batalla entrenando, en aquel momento se encontraban recibiendo servicio a la habitación en su hotel, y habían rentado los DVDs de Breaking Bad por esa noche. No saldrían de allí por un largo rato.

Desde luego, Ash no tenía idea de saber lo que estaban haciendo, así que de todos modos se mantuvo en alerta por si se les ocurriera respirarle encima del cuello o algo. Después de todo, prácticamente lo hacían en la vieja línea temporal, al punto que su ausencia de hecho empezaba a darle mala espina. Por suerte para él, esta era una de esas pocas ocasiones en su viaje en las cuales tenía a la mano dos Pokémon de tipo Volador (y ninguno de ellos le rostizaría la cara o empeoraría las cosas). Ash rápidamente dejó salir a Butterfree que flotó encima de él y Pikachu.

- ¿Free? [Oye, Ash. Aunque adore cualquier momento de salir a volar después de tener que estar otra vez encerrado en ese capullo, este no es el mejor lugar. Está lleno de niebla.]

- Sí, ¿no puedes dispersarla para que podamos al menos ver si no terminamos en Ciudad Snowpoint o algo así? – preguntó Ash.

- ¿¡Free!? [Pero no sé usar Quita Nieblas.]

- ¡Pi! [Eso nunca nos impidió disipar las Pantallas de Humo que nos hacía Weezing, ¿verdad?

Butterfree no encontró nada malo con esa lógica, así que comenzó a agitar sus alas, tan fuerte como pudo para dispersar la niebla. Lo logró, aunque con un poco menos de elegancia y uniformidad que si hubiese utilizado el movimiento apropiado. Mientras la niebla se iba alejando, Ash comenzó a ver algo muy cerca de él, y tuvo que entrecerrar los ojos para averiguar qué era exactamente.

Y en cuanto se hizo visible, deseó no haberlo visto en primer lugar.

*Aquí descansa Flint Harrison, amado padre y esposo.

Aquí descansa Lola Harrison, devota esposa y madre.*

Estaba viendo un par de lápidas. Eran las tumbas... de los padres de Brock.

La conmoción fue tal que lo único que deseó en ese momento fue que sus piernas lo llevaran tan lejos de ese lugar como fuera posible, solo para no seguir viendo eso. Y así fue... dejando atrás un brillo blanco muy familiar. Pikachu y Butterfree, que todavía no lo habían notado, solo se quedaron viendo en shock cómo Ash salió disparado como un rayo hasta esconderse detrás de un árbol.

Esto no podía ser... no se suponía que pasara esto...

Sintió que los ojos empezaban a llenársele de lágrimas. Al menos en la línea temporal original el padre de Brock todavía estaba allí, pero ahora... todo parecía indicar que tanto Brock como el resto de sus hermanos habían quedado huérfanos. ¿Cómo pudo haber ocurrido eso?

(--0--)

Varios minutos muy extraños después...

- Maté... a los padres de Brock... – murmuró Ash por enésima vez, mientras sus dos Pokémon se acercaban a él de nuevo.

- Free... [¿Deberíamos enfocarnos primero en el hecho de que Ash, aparentemente, acaba de usar otro ataque Pokémon que desafía todo lo que Misty dijo antes acerca de sus poderes?]

- Pi...Pika-Chu. [No, primero vamos a enfocarnos en Ash y las tumbas de los padres de Brock, antes de que termine de perder la cordura.]

- Maté a...

- ¡Pi! – Pikachu decidió que era mejor resolver esto a la antigua y antes de que volviera a repetirlo le dio unos cuantos coletazos en la cara a Ash. – ¡Cha Chu Pika-Chu cha! [¡Tú no mataste a nadie!]

- Los padres de Brock están muertos porque hice que el tiempo...

- Free. [Tuviera que reiniciar después de que un psicópata decidió destruirlo por completo. Y estarían muertos de todos modos si no hubieras hecho nada.]

- Cha. [Y no es que tengas manera de saber exactamente lo que los mató, ¿verdad?]

Ash hubiera seguido la conversación, pero de alguna manera habían hecho todo el camino de vuelta hasta el Centro Pokémon, donde los esperaba Don George. Sería mejor no hablar acerca de viajar a través del tiempo con alguien que muy probablemente no tendría idea de ello.

- Oh, ahí estás, futuro campeón. – lo saludó Don en un tono muy alegre, al parecer todavía sin darse cuenta de lo sombrío que estaba el humor de Ash en aquel momento. – Me alegra que hayas vuelto, te tengo buenas noticias. Serás el primero que podrá tener su batalla, será a las 2:00 de la tarde mañana, justo cuando Brock vuelva de su cita.

- Perdón... ¿cita? – Ash creyó haber escuchado mal.

- Sí, escuché que él y su novia ya van por algo definitivo, oí rumores de que anduvo paseándose por las joyerías de la ciudad buscando anillos de diamante. Pensar que apenas se conocieron en la SteelixCon hace dos años. – La última parte Don la dijo murmurando para sí mismo. (*)

Le tomó a Ash el limitado tacto que tenía (que normalmente solo usaba para sus tácticas de batalla, como ocultar su as bajo la manga) el no expresar lo... conmocionado que lo dejó esto. La idea de que Brock tuviese una novia era completamente ridícula, contra todas las leyes del cosmos. Pikachu no tuvo ese control, y simplemente colapsó hacia atrás. Butterfree, habiendo sido expuesto por menos tiempo a esas costumbres de Brock (particularmente cuando se volvieron más desesperadas), solo se quedó flotando en ese lugar.

- Parece que tu Pikachu está exhausto. Mejor déjalo descansar para mañana. Y por cierto, Brock tiene nueve hermanos y hermanas menores, y les encantan los Pokémon adorables como él. Si puedes, mantenlo lejos de su alcance. – Don siguió hablando con ese tono alegre, y en cuanto se fue, Pikachu resucitó.

- ¿Chu? [¿Qué fue? Tuve una pesadilla donde descubrí que Brock tenía una novia.] – Miró con sorpresa a Ash, que estaba igual.Ka. [Sí tiene una novia, ¿verdad?]

Ash solamente asintió con la cabeza, todavía sin superarlo.

- Free Butter Free. [Yo no creería que eso sea una pesadilla, Pikachu. Creo que eso es lo que hacen todos los humanos por alguna razón, incluyendo a Brock. Tendría que tener suerte alguna vez.]

- Sí, a la... milésima va la vencida. – replicó Ash, tratando de hacer una estimación de las posibilidades reales que tendría Brock.

(--0--)

A la mañana siguiente...

Ash, Pidgeotto, Butterfree y Pikachu se encontraban sentados en el área de huéspedes del Centro Pokémon, en parte para discutir la pregunta respecto a Brock, y en parte para evitar accidentalmente encontrarse con una Misty recién saliendo de la ducha. Varias veces había dicho durante el viaje a través del Bosque Viridian que necesitaba ducharse urgentemente. Aunque Ash sospechaba que tal vez podría usar ese Torbellino de agua para ese propósito, no podía estar del todo seguro, y estaba esa rutina de "el chico se topa con la chica recién salida de la ducha" de la cual Misty probablemente ya sabía. Ash no quiso tentar a su suerte y arriesgarse a arruinar su recién recuperada amistad con su primera compañera en este nuevo mundo al verla desnuda por accidente, aunque sus Pokémon no lo vieran como la gran cosa ya que ellos nunca usaban ropa ni nada de eso.

- Caw. [Entonces, Brock por fin se consiguió una novia, y ahora que sus padres están... es el único que queda para cuidar a sus hermanos. Asumiendo que su novia no viva con él o algo por el estilo.] – Pidgeotto resumió la historia a eso. – [¿Eso dónde nos deja respecto a tal vez...?]

- Pi Pika-chu Pikachu-Pi. [Suponiendo que pudiésemos restaurarle las memorias, y basándonos en Misty no es el caso para los humanos... ¿deberíamos siquiera devolverle alguna?] – Ante la expresión de alarma de Ash, Pikachu explicó. – Pi Pika-Chu Cha-Chu. [Velo de esta manera, imagina que intentamos arreglarle su memoria, digamos con mi terapia de choques eléctricos, y que solo una parte de ellas regresan. Si recupera la más mínima parte de sus recuerdos, solo por su naturaleza se sentirá obligado a ayudarte. ¿Qué pasará si tiene que elegir entre sus hermanos y su novia/posiblemente prometida, y la sensación de que tiene que salvar al mundo?]

- ¿Qué tal si... si me odiara por provocar que sus padres murieran? – Ash se puso pálido ante esa noción. Pikachu tuvo que resistirse a la urgencia de darle un choque eléctrico, pues esa preocupación era legítima.

- Free. [Ash, creo que por el bien de Brock... sería mejor que no recuerde nada.] – le dijo Butterfree con algo de remordimiento.

- Brock... – La voz de Ash sonó también llena de remordimiento, ante el pensamiento de tener que abandonar a Brock. Pidgeotto y Butterfree también lo vieron con tristeza.

- Caw. [Ash, una vez dejaste ir a Butterfree para que pudiera encontrar el amor, y me dejaste ir a mí para que pudiera proteger a los que no podían protegerse a sí mismos. Por esas mismas razones creo que es mejor que dejes que Brock siga con su vida.]

Un muy entristecido Ash asintió ante su razonamiento, pero aun así, las lágrimas se hicieron visibles en su rostro. Esto apestaba. Sin Brock con él en su viaje... bueno, definitivamente iba a extrañarlo, y no solo por su cocina. Se regañó mentalmente ante esto, ¿cómo podía estar pensando con el estómago en un momento como este?

- Free. [Y bien... ¿cuándo hablaremos con Ash respecto a que terminó aprendiendo Ataque Rápido?]

- Claro... ¿creen que valga la pena averiguar con quién podría estar saliendo Brock? – Ash sacó a colación la gran pregunta, pero ninguno de ellos pudo darle buenas respuestas.

(--0--)

2:00 pm, en el gimnasio Pewter...

La arena de batalla rocosa que había sido el escenario de su primera batalla de gimnasio, su primera derrota, y su primera victoria (aunque técnicamente no lo fue), volvía a aparecer frente a sus ojos, para una batalla que significaba para Ash mucho más que cualquier desafío a un gimnasio. Era una batalla que Ash no quería pelear (un evento rarísimo, en efecto), y sin embargo, Ash no quería tener que regresar por otra. Dudaba mucho que pudiese repetirlo, o incluso poder reunir el coraje para hacerlo.

Ash no supo si debería sentirse feliz o deprimido de que no pasó nada cuando estrechó la mano de Brock antes de comenzar la pelea. Al parecer ningún recuerdo regresó a la mente del líder del gimnasio. Incluso si eso significaba que Brock no tendría que lidiar con un caos emocional de elegir entre su familia y el mundo, seguía siendo deprimente pensar que su amigo no volvería con él.

- Espero que sea una buena batalla. – Ash se las arregló para ocultar la tristeza que sentía y sonar tan animado como fuera posible, la sonrisa tan familiar de Brock le hizo sentirse de tripas corazón. – Me alegra que podamos combatir tan rápido.

- Pareces un chico muy educado, me caes mejor que los últimos tres entrenadores con los que peleé. – admitió Brock. – Los otros dos usuarios de Pokédex que me retaron eran unos... bueno, imbéciles.

La última parte la dijo en voz baja, pues sus hermanos menores estaban todos en las tribunas esperando a la batalla, junto con Misty, miembros del personal del gimnasio y algunos espectadores locales, incluyendo al trío del Equipo Rocket entre ellos (no que Ash pudiera reconocerlos).

- Y el tercero, otro chico con un Pikachu, no era muy conversador que digamos. – Ash no puso mucha atención de lo que le dijo Brock. Poco le importaba el otro usuario de Pokédex que con toda certeza no era Gary, o el otro chico con un Pikachu. – Como sea, dudo que hayas venido a conversar.

- Ahora comenzará la batalla oficial de gimnasio entre el líder, Brock, y el retador, Ash de Pueblo Paleta. – El segundo hermano mayor después de Brock, Forrest, era el que hacía de réferi para el encuentro. – Cada entrenador solo podrá utilizar dos Pokémon, y el encuentro terminará cuando los dos Pokémon de cualquiera de los dos queden incapaces de continuar. Además de eso, solo al retador se le permitirá hacer substituciones. ¿Están listos?

Forrest alzó las dos manos, mientras los dos entrenadores sacaban sus Pokébolas.

- ¡Ve, Geodude!

- ¡Butterfree, yo te elijo!

La batalla inició, el Pokémon con forma de piedra redonda con brazos encaró a la mariposa gigante, y aunque el Pokédex estaba en marcha, tal vez percibió el humor tenso de Ash, pues no fue a sacar ningún comentario ingenioso sobre Geodude.

- ¡Geodude, inicia con Embestida! – le ordenó Brock a su Pokémon.

Ash se sintió tentado a gritar "¡Squirtle, usa Hidrobomba!", pero por desgracia, no contaba todavía con Squirtle. Así que tendría que valerse con lo que tenía a mano. El Pokémon piedra usó sus grandes y musculosos brazos para lanzarse por el aire hacia el Pokémon mariposa, con la intención de derribarlo.

- ¡Detenlo con Confusión! – ordenó Ash, queriendo terminar esto tan rápido como fuera posible, mientras los ojos de Butterfree brillaron en azul apenas el tiempo suficiente para frenar en seco a Geodude y mandarlo de vuelta al suelo. Brock apretó los dientes, pero no iba a amilanarse solo por esto.

- ¡No te rindas, Geodude, usa Tumba de Rocas!

- ¡Geo! – Geodude alzó los brazos y empezó a formar una enorme piedra gris encima de ellos.

- ¡Enrédalo con Disparo de Seda antes que lo arroje! - contraatacó Ash, apenas lo suficientemente rápido para que su primer Pokémon tipo Insecto disparara la seda, enredando la piedra y dejándola pegada al suelo como las ataduras de una tienda de campaña, así cuando Geodude trató de arrojarla, ésta casi termina cayéndole encima y por poco lo aplasta.

- Impresionante. - comentó Brock. – Me alegra siempre pelear con un retador que sabe lo que hace, pero apenas estamos comenzando. ¡Geodude, Puño de Roca!

El puño de Geodude comenzó a brillar de un rojo naranja, y de nuevo se lanzó hacia Butterfree.

- ¡Embestida! – volvió a gritar Ash.

Los dos ataques colisionaron uno contra el otro, y repitieron el proceso una, y otra, y otra vez por todo el campo de batalla. Parecían estar muy equiparados en estadísticas de fuerza y por tipo.

- ¡Usa Paralizador! – gritó Ash.

- ¡Chapoteo de Lodo! – dijo a su vez Brock.

Geodude se lanzó al air e impactó con fuerza en el suelo, levantando una capa de lodo que usó para protegerse de los efectos del polvo paralizador.

- ¡Ahora, carga una Tumba de Roca mientras el lodo te protege! – ordenó Brock mientras Geodude volvía a formar una piedra gigante, todavía protegido con el lodo.

- ¡Usa Ráfaga para dispersar todo ese lodo! – exclamó Ash.

Butterfree voló tan alto como pudo y empezó a aletear para crear una fuerte corriente de aire, logrando dispersar la capa protectora de lodo y dejando a Geodude expuesto nuevamente.

- ¡Dude! – Geodude cesó la carga del ataque, mientras empezaba a sentir los efectos de las esporas.

- ¡Oh no! - gritó Brock al saber lo que pasaría.

- ¡Ahora, usa Confusión y lánzalo contra la pared! – gritó Ash.

Butterfree descendió a toda prisa posándose frente al paralizado Pokémon de piedra, con sus ojos brillando de azul. Geodude se vio rodeado por el mismo brillo, y salió volando hacia la pared estrellándose de un batacazo, quedando noqueado.

- Geodude ya no puede pelear, esta ronda es para Ash y Butterfree. – dijo Forrest, claramente algo deprimido de tener que anunciar ese resultado. Brock regresó a Geodude y luego volvió su atención a Ash.

- ¿Usaste un ataque de tipo Volador para contrarrestar un tipo Roca, en particular la defensa que desarrollé específicamente para los Butterfrees? Debo admitirlo, Ash, eso fue muy inteligente. Sin embargo, las Medallas Roca no crecen en los árboles ni vienen gratis. Para ganar, todavía tendrás que derrotar a mi segundo Pokémon. ¡Onix!

- "Por supuesto, así tenía que ser." – pensó Ash, deseando por dentro que Brock hubiera elegido a un Bonsly. Pikachu podría hacerle una cara para asustarlo y con eso ganaría el encuentro rápidamente.

En lugar de eso, todo lo que podía hacer era mirar con determinación (y todavía algo de tristeza) mientras la serpiente de roca, que ya no era más un Steelix, se alzaba desde la energía de la Pokébola de Brock y les lanzaba un rugido de advertencia.

- ¡Comiencen!

- ¡Comienza con Chirrido! – Brock decidió al parecer iniciar con una nota alta, literalmente, pues una poderosa onda sónica salió de la boca de Onix directo hacia Butterfree.

- ¡Deprisa, esquiva...!

Pero fue demasiado tarde, Butterfree quedó atrapado en la onda sónica y esta lo hizo caer al suelo de la arena.

- ¡Ahora, Embestida!

Onix se lanzó hacia el insecto como un tren, mientras Butterfree seguía en el suelo, luchando por volver a ponerse a volar después de la fuerza de ese impacto sónico.

- ¡Usa Somnífero! – gritó Ash desesperado. Butterfree se las arregló, de alguna manera y con dificultad, para dejar salir unas cuantas esporas de sueño.

- ¡Onix, detente y usa Chirrido otra vez! – ordenó Brock.

Onix cesó su ataque y abriendo la boca volvió a dejar salir un túnel de sonido, dispersando con las ondas el polvo adormecedor y a la vez golpeando a Butterfree con la fuerza necesaria para mandarlo a volar por los aires, se estrelló contra el techo, y se desplomó hacia el suelo como un bloque de concreto. Por fortuna, Ash inmediatamente reaccionó y corrió hacia el campo de batalla para atrapar a su Pokémon antes que chocara contra el suelo, no dispuesto a permitir que otro de sus amigos saliera lastimado seriamente igual que Pidgeotto.

- Butterfree está descalificado del encuentro, el ganador es Onix. – declaró Forrest.

- Salvar a tu Pokémon de una herida potencialmente severa siempre es lo correcto. – dijo Brock. – Tienes mi respeto por eso. Aunque podría descalificarte por entrar al campo corriendo de esa manera, no hay necesidad, así que no lo haré. Ojalá ese joven de Sinnoh pensara de la misma manera.

Ash regresó a Butterfree a su Pokébola, sin poner atención a la última parte.

- Pikachu, depende de ti ahora, amigo, cuento contigo. – le dijo a su compañero eléctrico de varios años (en teoría, pues Ash no podía recordar con exactitud la edad que tenía en Kalos). El ratón asintió y salió al campo de batalla, listo para tomar el relevo. Y para darle crédito a Brock, ni siquiera levantó la ceja ante el problema obvio con los tipos.

- ¡Comiencen!

- ¡Onix, acabemos esto rápido, usa Chirrido! – exclamó Brock.

- ¡Esquiva con Ataque Rápido y acércate a él! – gritó a su vez Ash.

La estela blanca que Pikachu dejó atrás como rastro fue todo lo que pudo alcanzar ese túnel sónico, pues este se movió tan rápido que logró esquivarlo con facilidad, evitando sufrir el mismo destino que Butterfree y logrando aproximarse a la serpiente.

- ¡Usa Lanzarrocas!

Varios pedazos de roca aparecieron desde el cuerpo de Onix y salieron disparados como proyectiles hacia Pikachu. El roedor los esquivó como un verdadero experto, logrando en una fracción de segundo acortar la distancia y meterse en el espacio personal de Onix.

- Valiente, pero estúpido. – dijo Brock muy confiado. – No podrás derrotar a Onix con un Ataque Rápido, y los ataques eléctricos no servirán de...

- ¡Pikachu, usa Cola de Hierro!

- ¡¿Qué?!

Brock inmediatamente se alarmó al escuchar esto. Ash no pudo evitar esbozar una sonrisa al haber tomado a su antiguo amigo por sorpresa. La cola de Pikachu adquirió un brillo metálico y de inmediato comenzó a agitarla violentamente para golpearlo.

- ¡Rápido, Onix, usa Fortaleza!

Apenas a tiempo, todo el cuerpo de Onix brilló justo en el instante en que la Cola de Hierro lo impactó, reduciendo el daño que esta le hizo a la poderosa bestia. Pero Ash no planeaba retroceder ahora.

- ¿Entonces tendremos que abrirnos paso a la fuerza? – dijo con determinación. – Que así sea. ¡Pikachu, sigue atacando con Cola de Hierro!

- ¡Onix, usa Venganza! – ordenó Brock. Ash no alcanzó a procesar lo que Brock había dicho sino hasta que Onix empezó a brillar con una luz marrón-blanquecina.

- ¡Pikachu, aléjate de ahí con Ataque Rápido! – exclamó Ash.

Pikachu logró parar su ataque, pero para cuando lo hizo, ya le había conectado a Onix tres Colas de Hierro una tras otra. Usando su Ataque Rápido utilizó la cabeza de Onix como trampolín para ponerse a distancia segura, pero ya el daño estaba hecho.

- ¡Ahora, terminemos con esto, libera todo el poder de Venganza! – exclamó Brock. Toda la luz marrón se concentró en la boca de Onix, y un poderoso rayo de energía salió disparado directo hacia el Pikachu que seguía en retirada.

- ¡Bloquéalo con Impactrueno!

- ¡Pika-CHU! – Pikachu brilló en amarillo mientras un poderoso choque eléctrico colisionaba de frente contra el inminente rayo de Venganza que venía directo hacia él.

- Te estás sobreestimando si crees que un solo ataque puede contra el poder de tres ataques superefectivos. – dijo Brock con mucha confianza cuando las dos energías chocaron.

La Venganza dominó brevemente la contienda, pero todo ese poder fue absorbido dentro del Impactrueno y salió redirigido de vuelta junto con él directo hacia Onix. La energía del Impactrueno no le hizo ningún daño a Onix en lo más mínimo, pero la Venganza sí, pues le dio en toda la cara con el daño que había soportado antes, y ahora multiplicado por dos. Esto fue más de lo que pudo soportar la serpiente de roca, y se desplomó en sí misma, retumbando el suelo por todo el gimnasio.

- ¡Imposible! ¡No puede ser! – dijo Brock completamente sorprendido por lo que acababa de ver.

- Onix... ya no puede pelear. – anunció Forrest con total desgano. – El ganador es Pikachu, y con ello el encuentro y la medalla son para Ash de Pueblo Paleta.

Los dos compañeros solo se quedaron mirándose uno al otro. Lo habían logrado. Por los pelos, pero lo habían logrado.

- Pi-Pi. [¿Derrotamos a Onix con un ataque eléctrico... otra vez?]

Ash, que había decidido no darles órdenes a Butterfree y Pikachu mentalmente ya se le hacía mucho más difícil oírlos cuando no se enfocaba del todo (como ahora, que estaba más concentrado en la batalla), todo lo que pudo hacer fue asentir con la cabeza, mientras Brock regresaba a su Onix y empezaba a caminar hacia el retador.

- De los últimos tres entrenadores que me desafiaron, dos de ellos tenían un Pokémon inicial con ventaja de tipo, y el tercero era un brillante estratega, que al igual que tú también utilizó a un Pokémon con desventaja. Tú, por otro lado, Ash, pareces tener un talento para pensar sobre la marcha, y me siento inspirado a aprender de ello. – dijo Brock, mientras metía la mano al bolsillo, sacando una medalla con la forma de un octágono gris, y también una especie de disco USB. – Toma esto, Ash, la Medalla Roca te pertenece. Con lo que pude ver hoy, espero grandes cosas de ti. Si no te veo en la Conferencia Índigo, me sentiré muy decepcionado. Así que para ayudarte, déjame darte esto también.

Levantó el disco USB.

- Esto es un MT, o Manual Técnico. Contiene instrucciones para los entrenadores, información sobre casi todos los movimientos que un Pokémon puede aprender, y cuáles Pokémon pueden aprenderlos. Los líderes y criadores como yo recibimos de estos por correo, así que tengo muchos de sobra. Ocasionalmente tendrás que actualizarlo cuando alguien logre enseñarle un nuevo movimiento a alguna especie de Pokémon, como ese sujeto de Kalos que logró hacer que sus Squirtles aprendieran Aura Esfera, pero está bastante al día con todo lo que necesitas saber. Creo que puedes conectarlo en tu Pokédex, así que buena suerte allá afuera. Hay muchas clases de entrenadores en el mundo, Ash, y espero poder llegar a ver qué clase de entrenador llegarás a ser.

Aunque Ash trató de hacerse el fuerte mientras tomaba la medalla y el MT, lo único que pudo hacer fue asentirle a Brock en señal de respeto y gratitud, y se dio la vuelta para llevar a Butterfree y Pikachu al Centro Pokémon para que pudieran sanar (y prepararse para ir al Palacio Cameron con Misty). Solamente quedaba un pensamiento en su cabeza, un pensamiento que le impedía hacer su tradicional pose de victoria (que de alguna manera en este nuevo mundo no parecía ser del todo extraña).

- "Adiós, Brock... cuídate." – pensó Ash con un nivel de tristeza que era totalmente extraño en él.

Y aunque no estuviera deprimido, probablemente tampoco hubiese notado al trío del Equipo Rocket observándolo, y luego saliendo a escondidas del gimnasio para reportarle a su jefe que acababa de ganar su primera medalla.

(--0--)

Monte Luna...

Las sombrías cavernas de esta enorme montaña eran famosas por muchas cosas. Bandadas de Zubats, depósitos de fósiles Pokémon, bandadas de Zubats, avistamientos de naves extraterrestres y meteoritos, bandadas de Zubats... y los depósitos que dejaban por todo el lugar las bandadas de Zubats. Sí, el Monte Luna estaba lleno de Zubats. Sin embargo, Ash no se toparía con ellos esta vez.

- ¡Pikachu, usa Impactrueno! – dijo una voz desconocida, haciendo eco en los confines de la cueva, mientras un estallido eléctrico golpeaba a una bandada de Zubats, que estaban encima de algo que se movía en el suelo.

Los Zubats, al ser electrocutados, salieron volando en retirada de inmediato, y la masa que estaba debajo de ellos dejó de moverse por un instante. Al no estar cubierta ya por los murciélagos, pronto se hizo evidente que se trataba de una chica humana, aunque no era una chica como Misty, pues esta se veía mucho más joven. A lo mucho tendría tal vez unos diez años de edad. Las ropas de la chica, consistentes en un chaleco amarillo y una camiseta y pantalones negros, estaban llenas de agujeros producto de mordidas de Zubats. Su cabello rubio, amarrado en cola de caballo estaba totalmente desordenado a raíz del ataque, y un sombrero de paja que antes llevaba su cabeza ahora yacía en el suelo junto a ella, completamente arruinado y lleno de roturas y huecos por todos lados. Miró hacia arriba para encontrarse con la cara de su salvador, con una mezcla de sorpresa y admiración.

En cuanto a la identidad de este todavía desconocido extraño, su cara todavía estaba cubierta por las sombras, con solo unos fieros ojos visibles a través de la oscuridad, y un Pikachu que se subió a su hombro rápidamente, aunque no con el mismo nivel de familiaridad y experticia que tenía el de Ash para hacer la misma tarea. La chica miró fijamente al joven que acababa de salvarlo, cuyos ojos cafés estaban brillando de encanto y sorpresa, pues esas marcas que tenía en las mejillas hacía que se viera todavía más adorable para él.

Esta historia continuará...


(*) Para detalles sobre este encuentro, ver el Gaiden de Brock y Lucy. Sí, ella es la afortunada.

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