Iniciales y Spearows: la nueva realidad



Lugar y tiempo desconocidos...

Ash abrió sus ojos para encontrarse con que estaba en un lugar oscuro, sin luces, y a pesar de todo se le sentía extrañamente familiar, aunque no pudiera ver nada. Parpadeando, trató de enfocar su mente, totalmente confuso con lo que había sucedido (con eso del fin de la realidad y todo). Miró a su alrededor por un momento y descubrió por qué el lugar se le hacía tan familiar. Era su habitación, y el reloj que tenía sobre una mesita de noche que no recordaba haber tenido la última vez (y era digital, qué genial) decía que ya eran cerca de las 3:00 am. Saliendo de sus cobijas y sentándose en el borde de la cama, Ash movió sus manos enfrente de su cara; se alegró de comprobar que eran exactamente como las recordaba, nada de pelaje espeso, garras o alas. Tampoco tenía una cola, por si las dudas. Eso quería decir que seguía siendo humano, y al tocarse rápidamente en el pecho y la entrepierna pudo comprobar que seguía siendo hombre, así que nada parecía haber cambiado...

No fue hasta que sus manos hicieron contacto con su rostro que se dio cuenta de que algo estaba mal allí, muy mal. Había pelo en ella; corto y casi imperceptible pero estaba presente en lugares donde nunca antes lo había tenido. Alarmado, se paró de la cama de un salto, fue a presionar el interruptor más cercano que pudo hallar y se miró al espejo para encontrarse con algo con lo que nunca antes había tenido que lidiar antes... vello facial.

Vello facial mañanero en un rostro que se veía algo mayor... y en retrospectiva, se percató además de que se sentía más alto de estatura. Eso quería decir que ahora era un poco mayor en edad... la pregunta sería, ¿qué tanto? De lo único que estaba seguro era que sería un adolescente, así que viendo el lado amable, no había despertado para encontrarse consigo mismo tan viejo como el Profesor Oak.

Después de tomarse unos momentos para pensar, de pronto su mente entró en un estado de completo caos... parecía que cualquier intento que hiciera por tratar de comprobar qué cosas eran diferentes era virtualmente imposible. Todo el asunto de "retroceder en el tiempo con tus memorias intactas a una línea temporal alterada con sus propias memorias " sin duda haría que acceder a cualquiera de ellas fuese un problema en sí mismo. Aunque al parecer, se iba corrigiendo por sí solo; Ash en unos instantes se dio cuenta de que había recuperado una memoria muy útil, acerca de aprender como afeitarse esos pelos tan desagradables que tenía en la cara. Al tomarse un minuto para quitarse esa molestia, pudo aclararse la mente y tomarse el tiempo para recordar un poco más y con calma.

- Muy bien... todavía vivo en Pueblo Paleta, mi mamá sigue siendo la misma, el Profesor Oak sigue aquí y hasta donde puedo recordar nada más es diferente. – Empezó a hablar en voz alta a raíz de la dificultad de sacar algo de su mente en ese momento. Eso y le habían dicho que repetir las cosas en voz alta era bueno para recordar. – Y mi padre es...

Luego de intentar hacerse la pregunta una y otra vez, Ash se dio por vencido. Eso, por alguna razón, se le hacía un desastre para recordarlo de cualquiera de las dos líneas temporales, además de que tenía otras cosas qué considerar. Como el por qué estaba todavía en casa, si la edad que tenía era... la suficiente para que le saliera vello facial.

Todavía con la luz encendida, alcanzó a ver algo que podría serle útil, una cinta de video con una Pokébola en ella, y los restos de un paquete te correo que tenía el nombre de Oak en él. Ash se movió para poner la cinta en su videograbadora, antes de acordarse de la vez que en la línea temporal original tenía su radio encendido (con el volumen bajo) por la noche; su mamá tenía muchas cualidades, pero el sueño ligero no era una de ellas. Y esto al parecer también era igual en la nueva línea temporal.

Haciendo una mueca de miedo ante un posible y prematuro fin de su viaje Pokémon sin haberlo siquiera comenzado, finalmente dio con un par de auriculares y el adaptador para conectarlos a su televisor, que extrañamente estaban encima de una carta. Ah, las maravillas de la tecnología. Ash agarró los auriculares, lo bastante grandes como para quedarles a las orejas de Pikachu, y entonces se percató de quién era el remitente de la carta.

Serena.

- Oh, sí, ahora lo recuerdo. – observó, notando además que la carta aceleró esa parte de sus todavía algo distorsionadas memorias. – Esta vez sí mantuve contacto con ella...

Los recuerdos llegaron a él, memorias sobre la madre de Serena y un accidente con un Rhyhorn que provocó que tuviese que irse del campamento antes de tiempo. Cielos, eso le hacía sentirse menos como un idiota, y al mismo tiempo también lo hacía sentirse más idiota por no hacerlo en la antigua línea temporal... (*)

- Eh... tal vez deba poner la cinta antes de que empiece a sentirme bipolar otra vez. – se dijo Ash a sí mismo antes de agregar. – Y tal vez sea mejor que deje de hablar solo antes que esto se vuelva un hábito.

Y con esto, insertó la cinta.

- Saludos, joven entrenador o entrenadora. Soy el Profesor Samuel Oak. Si has recibido este video, quiere decir que aprobaste el Examen de Entrenador Pokémon y pronto obtendrás tu licencia como Entrenador Pokémon.

La pantalla mostraba al mundialmente famoso Profesor Pokémon en su laboratorio, el cual tampoco parecía haber cambiado en absoluto.

- Este examen puede tomarse de muchas maneras, pero para recibir un Pokémon inicial de mi parte, tienes que haber completado mi Campamento Pokémon de Verano y el examen escrito al final de este, aprobándolo con un 90% o más. También necesitas haber cumplido los 15 años, pero ya que el campamento solo está abierto a jóvenes de catorce años o más y la prueba de las 151 preguntas toma mucho tiempo para corregir, creo que para estas alturas ya habrás cumplido los quince.

Mucho tiempo para corregir, sí claro. El Profesor Oak seguramente estaba demasiado ocupado haciendo su investigación Pokémon y por eso lo dejaba aplazado para el final. Pero al menos eso le decía que tenía 15 años. Era bueno saber eso. Aunque de pronto se sobrecogió ligeramente al recordar el examen de 151 preguntas. Estaba seguro de que había contestado mal la número 137 (Porygon no puede aprender Velo Sagrado).

- Cualquier entrenador que inicie en mi laboratorio puede comenzar con Bulbasaur, Charmander, o Squirtle. – Para enfatizar esto, el profesor dejó salir a los aludidos de cada una de las tres Pokébolas que estaban sobre la mesa. – Como entrenador, tú y tus Pokémon crecerán juntos, se fortalecerán unos a otros y aprenderán más sobre ustedes y el mundo que los rodea. Ahora, aunque puedes comenzar con cualquier Pokémon, como lo hacen muchos entrenadores famosos, solo quienes pasen mi Campamento de Verano pueden tener como compañeros a los Pokémon iniciales de Kanto que en lo salvaje son extremadamente raros de conseguir. Ahora, todos los entrenadores tienen que llegar a mi Laboratorio Pokémon a eso de las 8:00 am. Cualquier entrenador que no se aparezca no recibirá a su inicial.

Ash nunca antes había escuchado al profesor sonar tan serio, y eso hizo que lo asaltara una pregunta realmente inquietante. Si no podía llegar tarde, eso quería decir que tendría que elegir a uno de los tres iniciales (y no a Pikachu). ¿Qué pasaría si no podía volver a viajar con su mejor amigo? ¿O acaso su Pikachu sería un Charmander esta vez? En tal caso, ¿qué pasaría con el Charmander/Charizard que tuvo antes?

- Ahora, permíteme recordarte las obligaciones legales a las que accediste después de tomar mi Examen de Entrenador Pokémon y por iniciar en mi laboratorio...

Afortunadamente, todas las preguntas trascendentes respecto al espacio y el tiempo en la cabeza de Ash fueron ahogadas por estar escuchando los aburridos recovecos legales, que rápidamente dejaron a Ash volviendo a dormir como un tronco.

(--0--)

7:55 AM, en la colina de entrada al laboratorio del Profesor Oak...

Ash ya había llegado. De algún modo se las arregló para pasar el resto de la noche sin destrozar su alarma. Tras devorar a tambor batiente el desayuno que su madre le cocinó (que era igual de delicioso que en la antigua línea temporal, aunque extrañamente ya tenía a Mimey con ella, lo que le ahorró el tener que limpiar el desastre que dejó) pudo salir y llegar al laboratorio con cinco minutos de sobra. Lo mejor de todo, finalmente recordó que en esta línea temporal, aparte de él, el único otro que pasó el examen del Profesor Oak fue Gary, y si se llevaba a Squirtle igual que la última vez... bueno, la pregunta de si Pikachu podría volver a reencarnarse todavía seguía en el aire.

Sin embargo, rápidamente sus pensamientos fueron liberados de las "profundidades del tiempo y el espacio" al ver que el Profesor Oak estaba discutiendo con un sujeto bastante alto (para dar una idea, era del mismo tamaño que él recordaba al Teniente Surge) con un traje que parecía salido de los mitos acerca de los Hombres de Negro.

- Apreciamos enormemente su... cooperación, Profesor. – dijo el hombre con una voz fría mientras comenzaba a alejarse, dejando atrás a un muy deprimido Profesor Oak. – Me aseguraré de informarle de su amabilidad en la próxima reunión sobre los presupuestos.

Fue entonces que Ash finalmente se acercó al deprimido profesor, y el anciano levantó la mirada para encontrarse con la del joven, a quien le pareció que de pronto había envejecido otra década.

- Oh, Ash. – le dijo en un tono de tristeza. – En verdad lo siento, pero...

- ¿Qué ocurre, Profesor? – Ash no tenía idea de lo que estaba pasando. ¿Quién era ese hombre gigantesco e intimidante? ¿Acaso hizo que clausuraran a Oak o algo?

- Se llevaron a los Pokémon iniciales... lo lamento.

(--0--)

7:57 am, en el estudio de Oak...

- El hombre al que viste ahora era un matón de un oficial del gobierno. – comenzó a relatar Oak mientras se sentaba con Ash en la sala, sirviéndole una taza de té al aspirante a entrenador, que estaba bastante desconcertado. – Lo envió el padre de unos gemelos que asistieron al Campamento de Verano al mismo tiempo que tú, pero estaban en una cabaña diferente, así que no creo que los reconozcas. Aunque los gemelos pasaron la prueba con los estándares regulares, no lograron cumplir los requeridos en mi laboratorio, así que no fueron elegidos para recibir Pokémon iniciales. Esto en parte se debe, como seguro recordarás, debido al Tratado Internacional de Pokémon Iniciales, que expresa claramente que los Pokémon raros que se les dan a los entrenadores como compañeros iniciales tienen que ser del más alto calibre, en parte para controlar su posible tráfico en el mercado negro. Sin embargo, su padre decidió... iluminarme, respecto a los recortes de presupuesto que se aproximan.

Oak se inclinó hacia adelante sumido más en su depresión, mientras que Ash se limitaba a escuchar, vagamente recordando algunas de estas regulaciones a raíz de que sus memorias todavía eran algo borrosas (en su defensa, dos líneas temporales de memorias tomarían mucho tiempo en restablecerse por completo).

- Ya que es el presidente del comité que aprueba los presupuestos para los investigadores, eso quiere decir que puede decidir a dónde va el dinero, y apenas si gano lo suficiente para mantener estas instalaciones incluso con mis honorarios como escritor. Así que mis opciones eran, o le entregaba los iniciales a los gemelos, o tendré que recortar las reservas para alimentar a los Pokémon solo para asegurarme de lograr el mínimo de investigación científica para conseguir fondos del gobierno en primer lugar. Lo único bueno es que, a pesar de que su padre es un patán, los gemelos son jóvenes amables y adoran a los Pokémon, así que estoy seguro de que esos Charmander y Bulbasaur estarán en buenas manos.

Ash podía entender por lo que pasaba el Profesor; había sido una decisión difícil, pero a la vez sencilla de tomar. Tal vez lo hubiera arruinado a él, pero salvaría al laboratorio. No podía culparlo. Eso quizás podría condenar al mundo entero (otra vez), pero no era como que el Profesor Oak pudiera saberlo.

- Entiendo, Profesor. – dijo Ash decepcionado, pero comprendiendo la situación. – Bueno, supongo que siempre hay el próximo...

- Pero acabo de tener una espléndida idea, mi joven amigo. – Oak de pronto recuperó sus ánimos, como si de repente le llegara la inspiración. – Tal vez no pueda darte uno de los Pokémon iniciales tradicionales, pero todavía puedo ofrecerte una buena selección de donde elegir.

Ash levantó la ceja algo confundido, aunque tuvo un buen presentimiento de a dónde iría esto.

(--0--)

8:00 am, cuarto de almacenamiento de Pokébolas número 25 de Oak...

- Observa, muchacho, este laboratorio es el lugar fuera de las Pokébolas para todos los Pokémon de los entrenadores que comienzan aquí. En parte la razón de darles Pokémon iniciales a los entrenadores, es el acuerdo de poder cuidar a sus Pokémon adicionales aquí, lo que me permite estudiar las dinámicas entre Pokémon y humanos en mayor detalle. – le explicaba Oak a Ash, sin tener idea de que el muchacho ya había recibido una versión muy similar de este discurso cuando volvió a Pueblo Paleta tras ganar su octava medalla de Kanto. – A pesar de que es un gran beneficio de muchas maneras, admito que me causa gastos astronómicos con lo que es la comida Pokémon, aunque tiene un inesperado pero interesante efecto secundario.

Los dos se encontraban en un cuarto de almacenamiento lleno con docenas de Pokébolas. Tras un momento de silencio, Oak prosiguió:

- A menudo me encuentro con huevos de Pokémon, que decido cuidar hasta que nazcan y los guardo en las instalaciones, ya que no puedo enviárselos a los entrenadores que se encuentran demasiado lejos. Algunos de ellos los reservo en caso de que algún entrenador que aunque no haya estado en el campamento pero tenga buenas intenciones, necesite ayuda para comenzar su viaje Pokémon si tiene lo necesario. Aunque tú recibirás un Pokédex como parte de haber pasado los requerimientos en mi examen, tendrás que comenzar con uno de estos Pokémon.

Ash tragó en seco, por dentro rezándole a Arceus que cualquiera que fuese la línea temporal en la que estaba, su compañero estuviese adentro de una de esas Pokébolas.

- Entonces, ¿me llevo al primero que elija o puedo...?

- Oh no, puedes ver a todos los que quieras hasta que encuentres el que mejor vaya contigo. – le aseguró Oak. El viejo profesor sonrió de ver que Ash tomaba la primera Pokébola en la fila y la lanzaba al aire.

- ¡Pokémon, yo te elijo!

La bola soltó un destello de luz que comenzó a tomar una forma que Oak no tardó en reconocer, y tratando de disimular su expresión de alarma, mentalmente se preparó para el inminente dolor que sufriría Ash, mientras se materializaba frente a ellos un Pokémon con forma de ratón.

- Ay no, ese es un poco... irritable, quizás prefieras otro... – Oak recordó que varios entrenadores que intentaron hacer contacto con este en particular, y solo recibieron descargas eléctricas.

Sin embargo, mientras el ratón amarillo Pikachu se formaba frente a Ash, y empezaba con su rutina de mirada asesina y soltar chispas de las mejillas, Ash sonrió de una manera que Oak no podría haber visto mientras movía la mano hacia el Pokémon eléctrico. Pikachu volvió a soltar chispas, tratando de asustarlo, pero en cuanto la mano de Ash le tocó la cabeza, de pronto se calmó y dejó las intenciones de freírlo. Más que eso, se movió tranquilamente hacia Ash y dejó que lo recogiera tranquilamente, mientras el Profesor Oak solamente miraba con la boca abierta.

- Vaya, que me lleve Giratina, eso fue impresionante. Ese Pikachu siempre ha tenido un mal hábito de querer matar a cualquiera que se le acerque, a no ser que le den kétchup. Entonces, ¿eso significa que quieres comenzar con un tipo eléctrico? – inquirió el Profesor, esperando que así fuera, pues ya se le había agotado el kétchup, y no podía seguir metiendo más de ella en su presupuesto. Ash asintió con la cabeza, mientras Pikachu saltaba de sus manos y retomaba el lugar que le correspondía en el hombro de su compañero. – De acuerdo, ya todo lo que me queda es desearte buena suerte, muchacho. Ahora, si me permites configurarte tu Pokédex y tus Pokébolas antes de que salgas.

(--0--)

Afuera, bastante tiempo después...

- Ay, míralo, qué lindo es.

Delia Ketchum quedó totalmente encantada de ver al Pikachu en el hombro de su hijo, aunque en esta ocasión vino ella sola acompañada por su Mimey, en vez de traerse consigo a esa pequeña multitud de vecinos desordenados. Esta vez no le tuvo que traer sus cosas; antes de salir se puso las mismas ropas con las que comenzó su viaje la primera vez (aunque estas eran de la talla de su cuerpo de quince años). Se veía igual que siempre; una mujer castaña vestida con una blusa rosa, que se veía bastante joven y atractiva, aunque él ahora era más alto que ella por haber crecido tanto.

- ¿Así que lo dejas quedarse fuera de su Pokébola? Eso es tan Johto de tu parte. – dijo mientras le daba un último abrazo. – Cuídate mucho allá afuera.

- Lo haré. – respondió él. Finalmente cuando lo soltó, Delia siguió despidiéndolo con la mano mientras él empezaba a caminar hacia la Ruta 1.

- ¡No vayas a presionarte demasiado, tampoco a tu Pikachu!

- ¡Mime, Mime! – agregó Mimey.

- ¡No te preocupes, no lo haré!

- ¡No olvides todos los días cambiarte tu...!

- ¡Ya lo sé, mamá, ya lo sé! – Ash tuvo un respingo al darse cuenta de que todavía seguía diciéndole eso, a pesar de ser un adolescente. Luego de esto, finalmente se perdió de la vista de su querida, si bien algo sobreprotectora madre, que ya se sentía triste por ver partir de casa a su único hijo.

- Fue muy interesante, querida. – habló la voz del Profesor Oak detrás de ella. Delia se sobresaltó un poco al escucharlo, dándose la vuelta para encararlo. – De alguna manera, supo cuál era el Pokémon perfecto para él al primer intento, y se las arregló para calmar a ese violento Pikachu con un solo toque. Fue impresionante.

- Bueno, ya sabes que nosotros los Ketchum siempre hemos tenido un talento natural para conectarnos con los Pokémon. – dijo Delia con orgullo.

- Mime, mime. – asintió Mimey estando de acuerdo.

- Aunque la verdadera pregunta es, ¿fue solo un talento natural? Los dos sabemos que ese muchacho tiene un potencial que solamente demostró una vez cuando era muy pequeño. De hecho, en parte le ofrecí ser su tutor durante el Campamento de Verano Pokémon para ver si volvería a surgir otra vez, pero fue apenas ahora que lo volví a ver hacer algo similar. ¿Será algo de manera consciente?

- A mí lo que más me preocupa es quién pueda verlo. – susurró Delia con una mezcla de tristeza sombría y preocupación.

(--0--)

Ruta 1...

Ya después de haber avanzado un largo trecho del camino, Pikachu se bajó del hombro de Ash y se quedó mirando a su compañero totalmente confuso, experimentando una sensación de deja vu. Ash, por su parte dejó de caminar y se quedó parado frente a su viejo amigo.

- ¡¿Pika, Pika chu?! – Ash tuvo la extraña (o tal vez no tan extraña) sensación de que Pikachu estaba diciendo "¡¿Qué diablos está pasando?!" El moreno se encogió de hombros y trató de juntar las piezas para explicarle.

- Es algo complicado. Dime, ¿no recuerdas haber visto que la realidad... colapsó o algo así? – preguntó Ash. Pikachu negó con la cabeza. – De acuerdo, ¿entonces qué es lo último que recuerdas?

Pikachu procedió a hacer una (extrañamente buena) imitación de un gángster furioso con una chaqueta muy larga.

- ¿El Pangoro y los Panchams? – preguntó Ash de nuevo. Pikachu asintió. – Muy bien, quiere decir que no pasó mucho desde entonces.

Ash decidió seguir caminando mientras Pikachu trotaba a su lado, mientras proseguía con esa casi unilateral conversación.

- Poco después de ese incidente... Cyrus... ¿te acuerdas de él? – preguntó. Pikachu imitó entonces la cara de un gruñón inexpresivo. – Sí, lo recuerdas, muy bien. Como sea, no estoy seguro de cómo, pero al parecer descubrió la manera de destruir por completo la realidad como la conocemos. Arceus logró ayudarme a escapar de la destrucción y me envió atrás en el tiempo con la misión de detener a Cyrus. Sin embargo, a causa de algunos problemas, la realidad no volvió a ser exactamente como era antes.

Pikachu lo miró de arriba abajo, como si tomara nota de que ahora era notablemente más alto. Al menos de la misma estatura que Brock si no es que un poco más, Pikachu no había visto a Brock en un largo tiempo como para estar seguro.

- Sí, el hecho de que ahora soy mayor es una de las diferencias. Y ahora que lo pienso hay otras cosas, como por ejemplo, esta vez sí mantuve contacto con Serena. – A esto último Pikachu le dio una mirada que no supo describir, pero que de alguna manera lo hizo sentirse incómodo. Una mirada que parecía decir "Oh, eso es interesante". Pero ignorándola, prosiguió. – Y aparentemente el Pokédex esta vez tiene información sobre Pokémon que no son nativos de Kanto.

Diciendo esto, activó el botón de entrada aleatoria en su Pokédex para demostrar lo que decía.

- Dunsparce, el Pokémon serpiente de tierra. Dunsparce es un ávido excavador que utiliza su cola en forma de taladro para enterrarse en el suelo. El porqué este Pokémon tiene alas es desconocido por la ciencia, aunque se sabe de cultos que adoran a este Pokémon como el hijo de Arceus a raíz de ellas.

- Y aparentemente, soy más inteligente que una gran mayoría de mi edad cuando se trata de Pokémon. – Pikachu se quedó viéndolo cuando dijo eso. – Sí, hasta yo sé que cuesta creerlo, pero aparentemente tuve que pasar un test de 151 preguntas con 90% o mejor con el Profesor Oak y conseguir un Pokédex, y para eso tendría que haber sido...

Ash se puso a hacer cuentas mentalmente tratando de determinar cuántas preguntas tuvo que haber respondido correctamente para pasar. Finalmente decidió no darle importancia, aunque estaba seguro que tendrían que haber sido unas 136 o algo así.

- Y aparte de mí, el único otro que pasó fue Gary, así que creo que eso me hace inteligente.

Pikachu exhaló un suspiro y movió la cabeza negativamente, de una manera muy similar a como un anciano se ponía a lamentarse acerca de cómo los jóvenes echarían a perder el mundo. No obstante, antes que Pikachu pudiera burlarse ante la noción de un Ash inteligente, o que Ash se autodepreciara por ello...

- ¡Chirp!

Ash y Pikachu de pronto oyeron unos graznidos y aleteos, y con toda certeza un par de Pidgeys estaban volando encima de ellos, con aspecto de querer lanzárseles encima con sus afiladas garras extendidas, y se veían bastante dolorosas. Y así fue.

- ¡Hey! ¡¿Qué les pasa, ni siquiera los atacamos?! – gritó Ash mientras Pikachu soltaba chispas en las mejillas, preparado para recibir al Pidgey que ya se le venía encima. - ¡Muy bien, si lo que quieren es pelear, Pikachu, usa Electrobola!

Pikachu asintió y comenzó a reunir electricidad en su cola... que de pronto y para su horror se disipó en un segundo, dándoles a los dos pájaros amplia oportunidad de embestirlos en el pecho, volando a Pikachu varios metros y haciendo que Ash cayera de sentón al suelo, pero sin detenerse allí, los dos dieron la vuelta y prepararon un segundo ataque aéreo, listos para volver a lanzarse en picada.

- ¡Detenlos con Cola de Hierro! – gritó Ash.

Pikachu asintió y saltó en el aire, de nuevo enfocando energía en su cola, pero esta no adquirió el brillo metálico y lo único para lo que le sirvió fue recibir dos Embestidas directo a la cara de parte de los Pidgeys, quedando otra vez en el suelo mientras estos volaban de nuevo para un tercer ataque.

- ¿Ahora qué...? – Ash trataba de descubrir lo que estaba pasando, pero con los Pidgeys encima, no le quedó más opción que irse con lo más loco que se le ocurrió. – ¡Pikachu, Impactrueno, ahora!

Pikachu lo miró con una cara que parecía como la de un humano al que le decían que gateara como bebé en vez de caminar, pero finalmente se resignó a aceptar y dejó salir ese débil ataque eléctrico contra los Pidgeys. El lado positivo, por patético que pareciera, fue que funcionó: después de recibir ese choque, los dos pájaros se dieron la vuelta y huyeron volando, mientras los dos amigos se dejaban caer sobre sus rodillas en shock, al darse cuenta por fin de lo que sucedía.

- Al volver en el tiempo tal vez hayamos recuperado nuestras memorias, pero todos nuestros ataques se han ido. – dijo Ash. – Tal parece que estamos de vuelta donde comenzamos.

Pikachu no pudo más que lanzar un desgarrador gemido hacia el cielo, lamentando la pérdida de todo ese duro trabajo, y sin importarle si alguien llegaba a verlo, empezó a llorar a mares.

(--0--)

Tras una devastadora realización...

Un Impactrueno golpeó a los Rattatas, que eran similares a los Pidgeys que los atacaron antes en el sentido de que eran bastante agresivos. Después de enviarlos huyendo con el rabo entre las patas, los dos amigos se detuvieron a descansar a los pies de un árbol muerto y hueco antes de continuar su camino.

- Cielos, la cabeza todavía me da vueltas. Todavía sigo sin tener idea del por qué los Pokémon salvajes son más agresivos esta vez. – se quejó Ash, mirando el árbol muerto. – Por lo menos nos sirve de buen entrenamiento. Oye, Pikachu, acabo de pensar en algo. Solo porque no ya puedes usar tus viejos ataques...

Ash se detuvo un momento al ver a su amigo sujetarse la cabeza con gesto de vergüenza. Tenía que animarlo de alguna manera.

- No quiere decir que no podamos volver a entrenar para usarlos de nuevo. Ya aprendimos una vez a usar Cola de Hierro, podemos volver a hacerlo, ¿no? – Señaló con el dedo al árbol muerto. – ¿Qué dices si empezamos a practicar de una vez?

Se quedaron en ello por unas pocas horas, extrañamente sin toparse con ningún otro Pokémon agresivo, a lo cual Ash de pronto sacó su propia respuesta mental respecto a la causa. Los instintos territoriales de los Pokémon eran más fuertes en esta línea temporal, y por eso eran mucho más propensos a atacar a la gente que se metiera en sus territorios, y también a otros Pokémon ya fueran salvajes o domesticados. Y si eran Pokémon usados como guardias, eso servía para lidiar con los intrusos. Un poco inquietante, aunque no tan malo. A no ser, por supuesto, que se toparan con un Rhydon o un Hydreigon salvaje, ahí sí estarían en serios problemas.

También descubrió que su Pokédex constantemente emitía una señal de escaneo que tomaba notas de cualquier Pokémon con el que el entrenador se topara en su camino. Así que aunque Ash no le pidió al Pokédex escanear a los Rattatas o a los Pidgeys que los atacaron, todavía lo decía por sí solo: "Este entrenador se ha encontrado con Rattata y Pidgey además de Pikachu y Mr. Mime." ¿Por qué su Pokédex tenía la necesidad de llevar constantemente registro de todo lo que él hacía, considerando que era más una enciclopedia que una herramienta de investigación?

Sus memorias todavía eran un desastre en más de un sentido, así que no estaba seguro del por qué la idea de que el Pokédex pudiera usar ese radar de encuentros o lo que fuera que tenía para catalogar la salud de un Pokémon, así como su fuerza, edad, género, si era agresivo o pacífico, y otras curiosidades científicas le vino a la mente como una posible respuesta. Para estas alturas, ya estaba empezando a oscurecer, y Pikachu se las había arreglado para recuperar parcialmente el uso de Cola de Hierro, dejando como prueba de ello una nada desdeñable grieta en el árbol muerto. Pero no era ni de cerca el mismo nivel de control que tenía después de que se fueron de Rustboro.

- Con eso es suficiente, Pikachu. – le dijo Ash a su ratón eléctrico luego de que golpeó el árbol con una Cola de Hierro exitosa, después de fallar los tres intentos anteriores. – Mejor buscamos refugio antes de que anochezca.

Pikachu miró a su alrededor, como si apenas se diera cuenta de que ya estaba oscureciendo.

- Tal vez no lleguemos a Viridian tan rápido como antes, pero considerando que la última vez llegamos así de rápido por culpa de esa parvada de Spearows psicóticos, yo digo que esta vez el Torkoal le ganará al Bunnelby...

- ¡CAW!

Tanto a Ash como Pikachu se quedaron helados del terror al escuchar esos infames e inconfundibles graznidos de pájaros detrás de ellos. Algo reacios, se dieron la vuelta para ver esa enorme parvada de los pájaros rojos, negros y marrones, los Spearows, contando por lo menos unas dos o tres centenas de ellos, y entre ellos por lo menos unos diez Fearows, pájaros más grandes de color marrón con pico largo y cresta roja, que eran los que dirigían al resto de la bandada.

- ¡¿Qué diablos les hicimos esta vez?! – exigió saber Ash gritando de horror, mientras entrenador y Pokémon hacían lo único que parecía sensato en ese momento: correr hacia las colinas tan rápido como los llevaran sus piernas, mientras la parvada asesina los perseguía con muchísimo gusto y sedientos de sangre.

(--0--)

En alguna parte más adelante de la parvada asesina, casi al mismo tiempo...

Un hilo de pescar colgaba sobre la rápida corriente del río, y cerca de este había una joven sentada sobre una resbaladiza roca, con la única compañía de un Pokémon con aspecto de pato de color amarillo, un Psyduck, que permanecía sentado encima de otra roca con una expresión de confusión total en la cara.

- ¿Psy? [Oye, ama, ¿en serio esperas que podrás atraer algo si usas como carnada una mini-réplica de ti misma? Eso parece más una forma de repeler que ese aerosol que usas.]

Dicha "ama" le echó una mirada asesina al pato. Tenía alrededor de unos quince años igual que nuestro protagonista antes visto, con cabello rojo naranja amarrado en una coleta de lado sujeta con una banda verde. Llevaba puesta una blusa amarilla y shorts, ropas que se veían algo viejas y desgastadas. La blusa, a pesar de cubrir su busto en su totalidad, no ocultaba lo bien desarrollado que este estaba, especialmente para su edad. Sus brazos y piernas (y el resto de su cuerpo en general) tenían un ligero tono bronceado y se veían muy bien formados, comparables a los de una nadadora profesional, y colgando de su espalda tenía el estuche de su caña de pescar, que ahora colgaba encima del agua del río. Después de terminar de mirar con ojos de pistola al pato, sus ojos verde agua volvieron su atención al pequeño corcho rojo y blanco que flotaba sobre el agua, en espera de que alguna presa mordiera la carnada.

- Mi anzuelo especial puede atrapar a cualquier Pokémon de agua. Pudo atraparte a ti después de todo.

- Duck. [No, creo que fue la rosquilla que tenía enganchada el anzuelo. ¿No me das otra, Misty? Tengo hambre.]

Misty simplemente ignoró el comentario del pato, pues en ese instante el corcho desapareció bajo la corriente.

- ¡Jaja! – se rio con ganas del pato mientras comenzaba a tirar con toda su fuerza de la caña, logrando sacar algo del agua, un gran pez blanco y rojo.

- Goldeen, goldeen. – comenzó a decir la Goldeen mientras el pato de pronto se veía preocupado.

- ¿Psy, aye, aye? – preguntó el pato, y podría traducirse como: [Déjame adivinar, ¿tengo que usar Arañazo? ¿O mejor tal vez Chorro de Agua para no tener que moverme y caer al agua para después ahogarme?]

- Oh no, esta vez prefiero hacerlo yo. – dijo Misty con una sonrisa.

Jaló el hilo hacia ella mientras la Goldeen parecía lista para usar un Ataque de Cuerno contra ella para impedir la captura.

- Alto. – le ordenó Misty al Pokémon de agua, cuyos ojos inmediatamente perdieron el enfoque y se quedó tranquila, perdiendo la intención de atacar, quedándose colgada frente a ella.

- Goldeen. [¿Cuáles son tus órdenes, ama?] – preguntó el todavía salvaje Pokémon, como si estuviese en una especie de trance.

- Duck. [Sí sabes que eso es muy escalofriante, ¿verdad?] – comentó el pato. Misty frunció el cejo.

- Sí, no serías el primero que lo dice. – replicó ella con tristeza. Pero no estaba mal comprobar si realmente podía hacerlo. – Ahora, voy a capturarte. No vas a salirte de esta bola, ¿me entiendes?

Agarró la única Pokébola que tenía consigo, y se la mostró a Goldeen.

- Goldeen, deen. [Sí, ama. Seré tuya para siempre.]

Misty le arrojó la bola al pez, y esta envolvió a Goldeen en una energía roja, capturándola sin resistencia alguna. Satisfecha consigo misma, Misty levantó la bola posando sobre la roca.

- ¡Sí, y con eso tengo mi sexto Pokémon de Agua!

- Psy. – El pato inclinó la cabeza mientras le decía a su ama: [Sí, y con eso solo te faltan más de unos cien para convertir tu sueño en realidad. ¿Y por qué estás posando encima de una roca? Parece que quieres caerte al...]

Dicho y hecho, Misty se resbaló y terminó cayéndose a las aguas rápidas del río. Apenas pudo arrastrarla unos pocos metros antes de que gritara: "¡Cascada!" El agua a su alrededor de pronto empezó a fluir en la dirección opuesta de la corriente, permitiéndole a Misty nadar rápidamente en su contra y volver a agarrarse de las rocas, todavía con sus seis Pokébolas en su cinturón, incluyendo la de Psyduck, que estaba vacía en aquel momento. Al salir del agua, volvió a mirar con ojos de pistola al pato.

- ¿Por qué es que te mantengo fuera de tu Pokébola, de todos modos?

- Psy. [Porque te sientes muy sola y yo tengo una gran personalidad, ¿no es eso?] – dijo el pato inclinando la cabeza. Misty resopló con rabia, aunque no podía negar la parte de sentirse sola. Después miró hacia el cielo, que ya empezaba a oscurecerse.

- Más vale que busquemos donde pasar la noche...

- ¡CAW! ¡CAW!

- ¡YA BASTA, DÉJENNOS! – gritó una voz masculina en la distancia, acompañada de un sonido de electricidad. Cuando Psyduck inclinó la cabeza, Misty suspiró, poco interesada.

- Oh, grandioso, otro humano que se metió en problemas con la parvada local de Spearows asesinos. – dijo con resignación. Aunque admitiéndolo, con esos pájaros, el solo hecho de que alguien respirara parecía ser suficiente para hacerlos enfurecer.

- ¿Psy-duck? [Todo ese ruido me está dando jaqueca. ¿No puedes hacer algo?]

- Siempre tienes jaqueca. – Misty suspiró otra vez. – Bueno, si dejo que despedacen a ese pobre tonto, el lugar pronto estará plagado de humanos, creo que sería mejor salvarlo. Vámonos, Psyduck.

- ¡PSY-AY-AY! [¿No puedes por lo menos sacarme de esta roca primero? ¡No sé nadar!] – Misty suspiró mientras usaba la Pokébola para regresarlo.

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Y mientras tanto, con el "humano" en peligro...

- ¡Pikachu, Impactrueno otra vez!

Mientras el entrenador y su ratón eléctrico hacían lo más inteligente y corrían por sus vidas, Pikachu brilló en amarillo y varios rayos de electricidad salieron de él, logrando derribar a varios Spearows. Todos los pájaros golpeados cayeron al suelo, incapaces de seguir peleando o de perseguir a Ash y Pikachu, pero los números de la parvada difícilmente iban a disminuir con eso.

- ¡Por todos los demonios! – maldijo Ash antes de darse cuenta de que las palabras se le habían salido. – ¡¿Cuál es su problema?!

Esperando que le diera alguna pista sobre qué podía hacer, Ash activó su Pokédex y escaneó con él a los pájaros.

- Spearow, el Pokémon pájaro pequeño. Este Pokémon es altamente territorial y agresivo, y siempre ataca a quienes lo hacen enfadar en grandes bandadas. Se les conoce como los Carvanhas del cielo por su capacidad de desgarrar la carne con sus garras y picos.

»Fearow, el Pokémon pico. Fearow es capaz de volar continuamente durante más de una semana en búsqueda de comida y de cualquier cosa que lo haya irritado. Los Fearows son conocidos por ser capaces de perforar el casco de aviones con su pico y aproximadamente matan a unos veinte humanos al año.

- ¡Eso no ayuda en nada! – se quejó Ash sacudiendo el aparato. – ¡¿Es que no tienes alguna otra información?!

Su Pokédex en la vieja línea temporal sí tenía múltiples entradas que ocasionalmente se alternaban entre ellas al azar cuando quería revisar. Una de ellas tendría que tener alguna información que fuera de ayuda.

- Spearow, el Pokémon pájaro pequeño. Aunque algunas poblaciones de Spearows son puramente vegetarianas, a raíz de la pérdida de diversidad de plantas causada por la agricultura humana en los últimos doscientos años ha incrementado su tendencia a devorar carne en su totalidad para su dieta.

»Fearow, el Pokémon pico. Fearow estuvo entre los primeros Pokémon de tipo Volador usados por la milicia durante la edad media gracias a que sus picos eran capaces de penetrar con facilidad la armadura de cota de malla y atravesar los órganos vitales de sus enemigos.

»Spearow, el Pokémon pájaro pequeño. Spearow solo puede ver en blanco y negro, pero tiene una habilidad increíble para encontrar a las personas. Han sido utilizados como pájaros mensajeros, y por la mafia para encontrar y asesinar a las personas que no pagan sus deudas.

»Fearow, el Pokémon pico. Un Fearow acompañó al piloto de Unova Charles Lindbergh en su primer vuelo a través a del océano desde Unova a Kalos. Se cree que este despedazó a su hijo hasta matarlo y se comió lo que quedó de su carne cuando Lindbergh se olvidó de alimentarlo por una semana.

Ash finalmente se dio por vencido de tratar de su Pokédex le dijera algo útil y simplemente le ordenó a Pikachu que siguiera usando una y otra vez su Impactrueno hasta que los hubiera noqueado a todos. Sin embargo, la parvada, agresiva como era, todavía tenía la inteligencia para moverse alrededor de ellos para flanquearlos, atrapando al dúo en el ojo de una tormenta de pájaros furiosos. Ash y Pikachu terminaron espalda con espalda uno con el otro, rodeados de decenas de pájaros que querían asesinarlos sin piedad.

- Entonces, ¿tú los electrocutas y yo te cuido las espaldas? – A Ash no se le ocurría nada más en ese momento. Pikachu solo asintió.

Y así, los pájaros se abalanzaron haciéndoles montón, como un enjambre asesino en masa que ni siquiera Alfred Hitchcock podría haber imaginado. Desde un lado, resonaba el Impactrueno, con cada rayo logrando golpear al menos a cinco de los feroces Pokémon voladores. Del otro, mientras un par Spearows trataban de ir por detrás de Pikachu para atacarlo con Picotazo por la espalda, Ash los bloqueó usando su confiable mochila, que de alguna manera resistió los afilados picos sin romperse. Acto seguido los golpeó con ella, haciendo que cayeran aturdidos al suelo. Sus garras y picos podían hacer daño, pero sus cuerpos no eran capaces de soportar mucho. Mientras tanto, del lado de Pikachu, un Fearow iba volando hacia el ratón eléctrico con su pico creando una espiral giratoria a su alrededor.

- ¡CUIDADO, UN PICO TALADRO!

Pikachu alcanzó a escuchar la advertencia de Ash, justo a tiempo para enviar el Impactrueno al pajarraco. Antes de que lograra hacerle contacto, el Pico Taladro fue detenido en seco, y el Fearow se desplomó en el suelo. Sin embargo, a pesar de que los dos habían podido electrocutar o repeler a golpes a una buena porción de la parvada, todavía quedaban muchos más de donde vinieron esos para reemplazarlos...

Mientras el entrenador y Pokémon llegaban al límite de sus fuerzas, un Fearow finalmente decidió ir por el golpe de gracia, y cerrando las alas se lanzó en picada hacia ellos como un misil viviente.

- ¡MALDICIÓN, AHORA VIENE CON TALADRADOR! – exclamó Ash horrorizado, mientras veía como el ataque tipo tierra, peor que el Pico Taladro, venía directo cada vez más cerca del ya exhausto Pikachu.

Aunque en defensa del ratón eléctrico, haber noqueado a todos esos Spearows debió haberle hecho recuperar bastante de su experiencia perdida, ya estaba llegando al límite y no daba más para hacer otro ataque eléctrico.

- ¡NO! – exclamó Ash, y cegado por la desesperación, se colocó entre Pikachu y el ataque Perforador del líder de la parvada asesina. – ¡No pienso ver morir a mi mejor amigo otra vez!

Sin que Ash lo supiera, había alguien más, teniendo una perspectiva distinta de este suceso a la suya. 

...

Misty y Psyduck, que no habían estado lo bastante cerca como para oír lo último que dijo, observaban la situación, con expresiones ligeramente de preocupación.

- Pues bien, le está yendo mejor que aquel sujeto que intentó enfrentárseles con un Weedle. Pero todavía van a matarlo.

Admitiéndolo, Misty estaba impresionada de que este muchacho hubiera durado tanto hasta ese momento. La mayoría de los entrenadores que se vieran en una situación como esa probablemente habrían perdido una oreja como mínimo a estas alturas. Había una razón por la cual la Oficial Jenny de Viridian a menudo hacía recorridos de patrulla por la Ruta 1; en más de una ocasión un Lanzallamas cortesía de su Growlithe ayudaba a salvarles la vida a muchos entrenadores. Pero ahora, ella tendría que ir a salvarlo, o de lo contrario, vendrían personas a buscarlo, se toparían con ella, y si algo le pasaba y descubrían lo que ella era, le echarían la culpa solo por ser... eso.

- ¿Psy? [¿Me vas a decir de nuevo qué vamos a hacer aquí? No es que tengas a la mano un Swampert que sepa usar Filo de Roca o algo, y yo sería inútil...]

- No lo sé, unos buenos picotazos causan jaquecas, y una buena jaqueca puede sacarte tus mejores ataques Psíquicos, ¿verdad, Psyduck? – Misty sonaba como si pensara que era una buena idea.

- ¡Duck psy duck! [¡Por favor no, que no quiero morir!]

Misty pareció haber decidido no hacer eso, y en su lugar estuvo a punto de agarrar una de sus Pokébolas, concretamente la de Goldeen, cuando de repente, el muchacho comenzó a resplandecer con una luz anaranjada.

- Oye, espera... eso parecía un Contraataque.

Misty se quedó tiesa al ver como el Perforador golpeaba de lleno al muchacho, pero al hacer contacto un potente estallido de energía salió de él, propagándose hacia el resto de la parvada. La explosión resultante noqueó a todos los Pokémon pájaros, que cayeron al suelo, derrotados, y un instante después el muchacho también colapsó, con una horrible herida en el pecho. El Pikachu se veía tan sorprendido como la propia Misty.

- ¿Psy? [¿Ya se acabó? ¿Qué tan sangriento está? No me gusta lo sangriento.]

Misty ignoró al pato mientras caminaba, completamente perpleja, hacia el muchacho que había podido espantar a toda esa parvada de pájaros asesinos. Su Pikachu primero la miró amenazante y parecía que iba a atacarla, pero de repente se detuvo y la miró fijamente de arriba abajo, como si la reconociera. Misty, por su parte, nunca antes había tenido ningún encuentro con un Pikachu, así que no podía entender por qué la miraba de ese modo y no la veía como si fuese una total desconocida.

- Nunca antes había conocido a otro que fuera como yo... – dijo para sí misma, pues la otra persona a quien le estaba hablando estaba inconsciente. Sacando de su bolsa una camiseta vieja, le arrancó un pedazo y la utilizó para vendarle la herida lo mejor que pudo, preparándose para levantarlo. – Más vale que te llevemos a Ciudad Viridian para que hagan algo con esa herida...

Al instante en que la mano de ella tocó la de él, sin embargo, una extraña sensación se apoderó de la chica. Duró cerca de medio minuto, en el cual su Psyduck finalmente se les acercó, y le echó un vistazo al todavía conmocionado ratón eléctrico. Al disiparse la sensación, Misty sacudió su cabeza y reexaminó tanto al muchacho como al ratón. Los dos parecían... inmensamente familiares, pero no podía recordar quienes eran, de donde los conocía ni nada por el estilo.

Lo único que sabía, era que no podía dejarlos morir.

Y así comenzó una maratón hacia Ciudad Viridian; dejando salir de sus Pokébolas a otros dos Pokémon con forma de estrellas: Staryu, la estrella marrón de cinco puntas, y Starmie, la de diez puntas de color púrpura. Queriendo acelerar el viaje lo más que pudiera, Misty le ordenó a Starmie utilizar el ataque Psíquico para hacer levitar al muchacho, mientras Staryu usaba su Chorro de Agua para mantener a raya a cualquiera y lo que fuera que tratara de retrasarlos.

Por su parte, Misty solo quería saber por qué sentía ese deseo tan urgente por salvar a este muchacho.

Esta historia continuará...


(*) Mayores detalles de esto, en el Gaiden del Campamento de Oak.

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