El torneo de Fuchsia - Parte 1


Estadio de Ciudad Fuchsia, en el torneo...

Arrojando una Pokébola sobre su mano, Gary miró a los oponentes que él y su compañero se iban a enfrentar ahora. El torneo tendría lugar en un estadio de tamaño moderado (y a capacidad regular, no tenía nada remarcable). Justo así nada más, sin calentamientos, empezó la primera ronda y la primera batalla. Era una prueba de fuego, adaptarse o perder, no había terreno intermedio. Gary podría haber dicho que la vida era algo injusta, pero notó que a Ash le tocaba justo después de él, así que tampoco era que lo tuviera mucho más fácil. Al menos sus oponentes no se veían tan rudos: uno era un nerd con gafas de fondo de botella que incluso su abuelo encontraría horrendos, y un sujeto musculoso con aspecto de poca inteligencia. Ni siquiera prestó atención a sus nombres.

- ¡Comiencen! – declaró el anunciador.

- ¡Ve, Voltorb! – gritó el nerd con una voz nasal, liberando al explosivo viviente parecido a una Pokébola.

- ¡Growlithe, ve! – Gary replicó lanzando su propia Pokébola y liberando a su Pokémon elegido de fuego.

- ¡Machoke, yo te elijo! – El idiota musculoso dejó salir a un Machoke. Eso solo le dejaba a su compañero para elegir a un Pokémon.

- ¡Hypno, prepárate para la batalla! – Y con esto, los cuatro Pokémon estaban ahora en juego, y la batalla estaba lista para comenzar.

- Análisis de datos en curso. – dijo su Pokédex sin darle mucha importancia.

- ¡Ataque de Rapidez! – declaró el nerd con un tono "casi" amenazador. Voltorb empezó a flashear y disparó una lluvia de estrellas veloces.

- ¡Usa Brasas! – replicó Gary. Growlithe ladró en respuesta y empezó a disparar docenas de chispas de fuego, que colisionaron contra las estrellas haciendo que los ataques se cancelaran entre ellos.

- ¡Golpe de Roca! – dijo el musculoso, y Machoke rugió y saltó hacia el frente con su puño brillando de color naranja. Growlithe gruñó en respuesta.

- ¡Usa Rueda de Fuego! – exclamó Gary. Growlithe se envolvió en llamas y se lanzó, listo para encontrarse de frente con el Golpe de Roca. Sin embargo, su compañero tenía otro plan.

- Ni te molestes. ¡Hypno, usa Psicorrayo!

El Hypno de su compañero disparó un rayo de luz brillante desde su péndulo mucho más rápido de lo que Gary jamás había visto. El Psicorrayo golpeó a Machoke antes que el Golpe de Roca y la Rueda de Fuego hicieran contacto, y empujó al Pokémon luchador contra Voltorb, mandando a volar a ambos Pokémon contra las paredes de la arena. Ambos cayeron por el impacto, totalmente derrotados. Gary y Growlithe solo pudieron quedarse mirando, incluso mientras el público empezaba a murmurar de sorpresa.

- ¡Voltorb y Machoke, ambos no pueden continuar! ¡Los ganadores son el equipo de Gary y Paul!

Mientras la multitud estallaba en vítores para ellos que sirvieron para ahogar las lágrimas de sus contrincantes, Gary se quedó viendo a su compañero en shock.

- Ese sí que es poder. ¿Seguro que solo tienes cuatro medallas? – le preguntó. Paul sonrió de una manera arrogante y Gary no pudo evitar sentir un escalofrío por toda la espina al verlo.

- No confundas calidad con cantidad. Cada medalla que me gané vino de un gimnasio con mucho poder y prestigio. Siempre presiono a mis Pokémon para superar sus limitaciones. Así es como gano mis batallas.

Mientras el entrenador pelimorado retornaba a su Hypno y se iba, Gary se quedó viendo a su Growlithe, sentado a su lado y mirando a Paul mientras se marchaba con el cejo fruncido. ¿Cómo se volvieron tan fuertes?

- "Solo me pregunto, ¿qué significa ser un Maestro Pokémon para ti?" – De pronto flasheó en su mente un recuerdo de una conversación que había tenido hacía no mucho.

- "Un gran entrenador, ¿qué no es obvio?" – Esa había sido su respuesta.

- "Sí, pero según tú, ¿qué hace grande a un entrenador?"

- Estúpido novelista. – murmuró Gary para sí mismo. ¿Por qué seguían volviendo, como si fuese algún embrujo macabro que los escritores usaban para asegurarse que la gente siempre los citara? Quizás... eso explicara algunos de los amigos más extraños que tenía su abuelo.

- Análisis de datos interrumpido antes de ser completado. Por favor reiniciar proceso de recolección. – se quejó su Pokédex.

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Mientras tanto, en el Gimnasio Saffron...

Dan nunca creyó que la última imagen que vería en su vida sería la de una mujer psicótica aunque bastante atractiva en una guerra de rayos de energía contra su Typhlosion y Ampharos Mega-Evolucionado sonriendo como si se estuviera divirtiendo como nunca en su vida. Siempre había asumido que lo último que vería en su vida sería un techo.

Pero no, de todos los gimnasios que había en Kanto tuvo que irse directo al que tenía como líder a un verdadero monstruo, y durante las últimas tres horas había estado al borde de la muerte al ser atacado tanto por la chica como lo que parecía un ejército de Pokémon Psíquicos igual de locos que ella. Todo el gimnasio estaba lleno de Pokémon derrotados, tanto los de él como de ella (y su único consuelo era que pudo comprobar que todos estaban vivos y devolverlos a sus Pokébolas). Los únicos que le quedaban a él eran sus dos más confiables. Sabrina tenía muchos más, pero había decidido terminar el trabajo ella misma.

Sonriendo mientras su poder mental colisionaba contra un ataque combinado de Lanzallamas y Pulso de Dragón, ella comenzó a empujar los ataques. Viendo esto, sus dos compañeros más confiables comenzaron a tratar de empujar con más fuerza e imprimiendo todo el poder que tenían para contrarrestarlo, pero Typhlosion ya estaba utilizando Mar de Llamas a duras penas. Ya habían dado todo lo que tenían, y su muerte se aproximaba lenta pero segura. Podía intentar huir, pero eso no retrasaría su muerte más de unos pocos momentos, y no quería que su último acto fuese de abandonar a sus mejores amigos.

- Vaya, tus esperanzas se van esfumando. Qué pena que nuestro tiempo juntos se fue volando. – Su Pokédex sonaba igual de triste por su muerte, y lo hizo reflejar en su rap, que no sonó para nada con su usual alegría.

En ese momento, Sabrina finalmente sobrepasó a sus dos Pokémon más fuertes, sus dos mejores amigos, y el mundo explotó. En ese momento, comenzaron a pasar los recuerdos de su vida frente a sus ojos.

- "Como acabas de ver, una tijera puede cortar una piedra si está bien afilada." – Las palabras de sabiduría que recibió durante la primera batalla de gimnasio que perdió, y que las había tomado con mucha seriedad. (*)

- "Jajajaja... bueno, ¿qué te parece, chico? Veo que sí aprendiste algo. Esta medalla es tuya ahora, espero que haya valido la espera." – Y su eventual regreso para desafiar al mismo líder y ganarse la medalla para la cual no estaba listo la primera vez.

Vio también a su Typhlosion apenas manteniéndose en pie, pero ambos sonrieron triunfantes, pues habían logrado lo que muchos creían imposible: Derrotar a una Miltank en el Gimnasio Goldenrod.

Se vio a sí mismo, Arbok, Golem y Jumpluff saltando de alegría tras salir victoriosos de la batalla final en el round robin de su primera Conferencia Plateada de la Liga Johto.

Su brillante idea de tomar el dinero de su primer torneo e ir a visitar la Esquina de Juegos de Goldenrod con él.

Tres años después, decidió que sería más inteligente invertirlo en acciones. Y luego al día siguiente, el valor de las acciones se fue en picada cuando un aumento de la piratería afectó el mercado.

Su última Conferencia Plateada, en la cual tuvo un intenso encuentro en los mejores 16 contra un entrenador novato llamado Cleff. Un entrenador de pelo oscuro y ojos rojizos con marcas extrañas en su rostro, Cleff había tenido un desempeño increíblemente bueno para un novato, habiendo viajado por Johto con varias acompañantes. Su encuentro fue el más cerrado que Dan tuvo en toda su vida, con su Ampharos usando su Mega Piedra para darle la vuelta a una batalla de 2-5 y dejarlo reducido a un duelo entre sus últimos Pokémon. Pero al final, Cleff logró derrotar a Ampharos y perdió contra un eventual semifinalista llamado Jon Dickson en la siguiente ronda.

Había escuchado un rumor de que Cleff había comprado varios acres de terreno al este de Ciudad Violet luego de aquel encuentro (el terreno era barato en Johto mientras no estuvieras en las cercanías de Ciudad Goldenrod o de la costa). Aparentemente, Cleff era mejor que él resistiéndose al impulso de arriesgar su dinero en planes para multiplicarlo. Sin embargo, este era un recuerdo muy reciente, y nunca tendría oportunidad de averiguar si ese rumor era cierto.

Pues ahora, todo el mundo se estaba poniendo tan oscuro como la muerte...

- ¿Muerte? ¿De verdad crees que estás muerto? Niño tonto, has demostrado ser demasiado fuerte para morir. – Podría jurar que eso fue lo que escuchó decir a esa mujer demente, mientras sus memorias finalmente se detenían y perdía por completo la conciencia.

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Torneo de Fuchsia, Campo de Batalla número 2...

Red no dejó que le interrumpieran sus pensamientos, incluso aunque el anunciador dijo los nombres de sus oponentes, Al y Sasha, le pareció. 

Posibilidades de victoria: ¿? 

La interferencia a sus cálculos internos provenía no de sus oponentes, sino de su compañero, que parecía contemplativo. Había estado así desde que vieron la primera pelea, cuando Gary hizo equipo con aquel entrenador con pelo morado, tal vez era alguien que él conocía. No sabía que habría hecho Ash cuando él no estuvo cerca, quizás pelearon en algún momento y Ash lo reconocía como una amenaza potencial.

No estaba tan errado. Red había visto a varios de los participantes y el de pelo morado parecía ser uno de los más fuertes que había, con la posible excepción de Lilo ya que ella tenía algún tipo de arma secreta que involucraba un brazalete y una piedra. Red había investigado un poco, y averiguó que la piedra que consiguió en el torneo anterior era una Piedra Activadora y estaba conectada a la Mega-Evolución. Sin embargo, lo que vio en el brazalete no era una Piedra Activadora. ¿Acaso había algo más en el mundo que no era Mega-Evolución?

Intentó buscar información de Alola, pero lo primero que consiguió fue un sitio sobre turismo. Agregar "brazalete" a la búsqueda solo le trajo más turismo, y algo sobre un rey antiguo y rumores de que viajó a otra dimensión. Y anuncios sobre malasadas. Esos últimos solo hicieron que a Red le diera hambre, y eso solo sirvió para beneficiar a una cafetería local y no a su búsqueda de respuestas.

Ninguno de los entrenadores contra los que se enfrentaban parecía ser tanta amenaza como Lilo o el entrenador de pelo morado que parecía preocupar a Ash, pero no podía ponérselos fácil. Después de todo, sin su Vista de Victoria sentía como si estuviese peleando desnudo. Era extraño, no saber cuál era su oportunidad de ganar. ¿Así sería para la gente normal? Yellow había dicho que él y Ash juntos serían "el mejor equipo del mundo" citado textualmente. Sin duda serían un equipo fuerte, pues él no dudaba del poder de Ash o del suyo, y era improbable que Ash no hubiese mejorado desde su último encuentro, pero agregar el estilo de batalla de Ash a la mezcla era algo a lo que le llevaría acostumbrarse.

- ¡Comiencen! – declaró el anunciador. Ash, después de pensar un momento, ya tenía su Pokébola lista.

- ¡Yanma, yo te elijo! – exclamó Ash lanzando su Bola de Parque. La bola se abrió, soltando a una libélula zumbando.

Yanma. Uno de los Pokémon tipo Insecto más rápidos del área. Si no estabas en Hoenn, Scyther era el único tipo Insecto más rápido que podías encontrar sin ir muy lejos. Una elección interesante. Él mismo había capturado a un Butterfree en un Concurso de Parque en su primera vez. Fue allí donde consiguió su Piedra Hoja que utilizó en...

- ¡Ve, Rhydon! – Uno de sus oponentes, un entrenador con un sombrero fedora azul con un Magby encima del hombro, arrojó una Ultra Bola, que al explotar reveló al gigantesco tipo Roca-Tierra.

- Rhydon, el Pokémon taladro y la forma evolucionada de Rhyhorn. – sonó una voz de repente, la cual Red no supo de dónde salió. – Rhydon evoluciona cuando Rhyhorn se da cuenta que necesita desarrollar mayor inteligencia para resolver problemas en vez de lanzarse a embestirlo todo. Los Rhydons son inmensamente fuertes y pueden ser más efectivos que la dinamita para crear túneles. Los Rhydons pueden ser entrenados para soportar pozos de magma y de agua, aunque el segundo es sorprendentemente difícil de lograr.

Un Rhydon. ¿El sujeto tenía algo tan fuerte para pelear contra Yanma? Tenía que encontrar la contramedida exacta, pero sin sus posibilidades de victoria tendría que jugársela. Pensó primero en Victreebel, pero la fuerza bruta de Rhydon aunado a problemas de velocidad y posible fuego compartido... ¡Maldición! No estaba seguro de si sería el mejor movimiento, lo único que le quedaba era actuar con el impulso del momento.

- ¡Ve, Poliwrath! – Red decidió en el calor del momento. Su segunda evolución gracias a un concurso de parque (gracias a su Beedrill), salió y flexionó sus músculos.

- Poli.

La última entrenadora, una chica de pelo negro largo con mechones rojos, sonrió.

- ¡Ve, Bellossom!

En un estallido de luz, la evolución ramificada de Gloom en tipo Hierba puro apareció en el campo. Quizás ella también hubiese ido a ganar una piedra en un concurso de captura de bichos. Como fuera, tenía una batalla por ganar. Una batalla donde se sentía totalmente desprotegido, pero seguía siendo una batalla, aunque fuera una donde parecía haber tenido una opción inicial poco óptima.

- ¡Poliwrath, Hidropulso en Rhydon! – A su orden, Poliwrath empezó a cargar la enorme esfera azul entre sus manos.

- ¡Yanma, adelante! – ordenó Ash. Red no tenía idea de qué querría hacer con Yanma, pero escuchó como el insecto despegaba haciendo vibrar el aire con sus alas.

- ¡No lo creo! ¡Rhydon, Explosión de Rocas! – El cuerno de Rhydon comenzó a brillar de blanco, mientras Rhydon adoptaba una postura ancha. Hecho esto lanzó un estallido de energía blanca sólida hacia Poliwrath, que terminó de cargar su Hidropulso y lo lanzó. Los dos ataques colisionaron cancelándose uno al otro y provocando una gran explosión de humo.

- ¡Usa Mega Drenado en los dos! – exclamó la chica.

Un par de hilos de energía verde salieron de entre el humo, uno de los cuales fue a agarrarse del brazo de Poliwrath. El segundo solo llegó a espacio abierto, pues Yanma lo esquivó aparentemente sin problemas.

- ¡Ahora, Yanma! – ordenó Ash. ¿Ahora qué?, fue lo que Red se preguntó, cuando vio a dónde se había ido.

Se había lanzado contra Bellossom, aterrizando sobre ella con todo su peso y manteniéndola en el suelo para restringir sus movimientos, y al hacerlo esto canceló el Mega Drenado. Yanma acababa de usar, a falta de un mejor término, un Golpe de Cuerpo contra Bellossom. Un movimiento que los Yanmas no podían aprender.

- ¡¿Pero qué?! ¡¿Qué diablos estás haciendo?! – se quejó la entrenadora de Bellossom. – ¡Eso ni siquiera es un movimiento, y esto no es un encuentro de lucha libre! ¡Muéstrale a ese perdedor un verdadero ataque, Bellossom; vuélalo con Paralizador!

Un polvo naranja comenzó a emanar de los pétalos de Bellossom, pero Yanma hizo vibrar sus alas para dispersar el polvo como si nada. Aunque el viento rasgó algunas de las hojas de Bellossom, Red tuvo la sensación de que se estaba conteniendo para no hacerle más daño de lo necesario.

- ¡Wow! ¡Yanma tiene a Bellossom totalmente dominada! ¡No tengo idea de qué estaba pensando Ash en ese momento, pero claramente le dio resultados!

¿Qué rayos estaba pensando a Ash?, fue lo que Red se preguntó pensando lo mismo que el anunciador. Él no podía ver de dónde podría haberse originado una idea como esa.

- El Yanma promedio pesa aproximadamente siete veces más que el Bellossom promedio. – Salió al paso la voz extraña, aparentemente para explicar lo que Ash estaba pensando. – Siendo ese el caso, Yanma puede fácilmente restringirle el movimiento a un Bellossom, aunque esto jamás hubiera ocurrido en lo salvaje por una gran variedad de razones. Las alas de Yanma también pueden utilizarse para cortarle a Bellossom cualquier maniobra de escape.

El entrenador con el Magby no iba a quedarse tranquilo.

- Interesante, pero inútil. ¡Rhydon, vuela a ese bicho con Brazo Martillo! – Rhydon comenzó a rugir mientras se lanzaba hacia Yanma, con sus brazos brillándole y listos para aplastar al insecto.

- ¡Demolición! – replicó Red, sin tener idea de si tendría la fuerza para contrarrestarlo sin sus números.

Mientras Rhydon se movía hacia Yanma como un tren a punto de arrollarlo, Poliwrath apareció frente a él y golpeó a Rhydon en todo el centro de su estómago con su propio ataque de tipo Luchador. Rhydon se quejó de dolor por el impacto, tambaleándose hacia atrás un poco. Al parecer sí fue suficiente.

- ¡Hey, nos vendría bien algo de ayuda! – se quejó la entrenadora de Bellossom.

- ¡Muy bien, Yanma, lanzamiento!

- ¡¿Qué?! – La entrenadora tuvo el mismo pensamiento que Red. Yanma no podía usar ningún movimiento con "lanzamiento" en su nombre.

Yanma se elevó por los aires, sujetando a Bellossom con sus patas. Red no tenía idea de dónde salió esa idea, pero alcanzó a hacerse una idea vaga de lo que Ash trataba de hacer.

- ¡Derriba a esa cosa con Explosión de Rocas!

- ¡No te atrevas, idiota! Golpearás a mi...

- ¡Poliwrath, Hidropulso! – Red interrumpió la discusión entre los dos compañeros, mientras Poliwrath formaba la esfera de agua y la lanzaba.

Golpeando de lleno a Rhydon mientras cargaba el ataque haciéndolo caer hacia atrás, mientras Yanma empezaba a descender a toda velocidad. A pocos segundos y a menos de un metro de estrellarse contra el suelo, Yanma soltó a Bellossom para estamparla contra el suelo y volvió a elevarse rápidamente. Unos momentos después todos se quedaron en silencio antes que el réferi hiciera una declaración.

- ¡Rhydon ya no puede pelear! – dijo alzando la mano, mientras Bellossom se ponía de pie con dificultad. Su entrenadora tomó una expresión sombría.

- Pero vaya... eso fue patético. Si ese Rhydon cayó tan fácil, supongo que yo tendré que hacerlo todo. ¡Bellossom usa Hoja Mágica!

- ¡Ataque Rápido! – replicó Ash.

Una mancha verde y blanca voló hacia Bellossom a toda velocidad, desacelerando para revelar a Yanma aterrizando en el suelo posando con sus alas extendidas. Bellossom entonces cayó, un Ataque Rápido potenciado con Impulso de Velocidad fue demasiado para el Pokémon flor.

- ¡Bellossom ya no puede pelear! ¡Los ganadores son Ash y Red!

- ¡Ya lo vieron, amigos! ¡Otra increíble batalla, y esta estuvo llena de sorpresas! – declaró el anunciador.

Red no pudo evitar estar de acuerdo. No pudo predecir lo que iba a hacer Ash por su cuenta, y dudaba que su Vista de Victoria pudiera hacerlo. Pero con todo lo raro de sus planes, a la vista estaba que con o sin Vista de Victoria, Ash era alguien fuerte. Muy fuerte e ingenioso.

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De vuelta en el Gimnasio Saffron...

Flotando sobre el entrenador de Johto y sus dos Pokémon restantes, Sabrina sacudió la cabeza.

- ¿Por qué siempre asumen que quiero decir "si pierdes, mueres"? Pensé que era lo suficientemente clara al decirles que tenían que probar que no son patéticos, que no son un desperdicio de vida. Bueno, incluso si el chico no tiene habilidad para comprender las palabras, haber resistido tanto contra mí, así como tú lo hiciste, demuestra algo especial. Vas a vivir.

La última parte no era simplemente hablar en voz alta. No, esta declaración iba dirigida a alguien en particular, alguien que apenas acababa de llegar, con sus pies a suficiente distancia para patear la cabeza del muchacho derrotado.

- ¿De nuevo? ¿Otra vez dejas vivir a un humano? En serio, ni siquiera está en la lista. – El Emisario de ese dolor en el trasero que era el Rey Bloodliner acababa de aparecer, tan sarcástico como siempre.

- Poco me importa su dichosa lista. – le recordó Sabrina mientras flotaba hacia la figura encapuchada, con algunos centímetros de elevación para propósitos intimidatorios.

- Es una lástima que no lo hagas. Mi señor ha pasado años investigándola, es muy precisa. – le dijo. Sabrina rodó los ojos.

- Ya lo he notado. A esas idiotas en Cerulean se las llevó ese hermano tuyo. El Verdugo, creo que es así como lo llamas. Ya me puedo imaginar lo que habrá hecho con ellas desde entonces.

- Puedes leer mentes, no necesitas imaginarlo. – Esa línea no necesitó ninguna respuesta. Después de un momento, el Emisario se alejó de la cabeza del chico y se quedó mirando fijamente a Sabrina. – Mi señor una vez más te extiende su invitación. La posición de Reina Bloodliner sigue vacante, y tú serías perfecta para ocuparla.

La respuesta de Sabrina a dicha idea no había cambiado, solo ganó más fuerza con la nueva información.

- No tengo deseos de casarme con ese cretino. Además, no necesito leer tu mente para saber que ya tiene un heredero.

- Tu visión y la nuestra no son tan diferentes, y tampoco irreconciliables. Además, ser la Reina tiene beneficios aparte determinar al heredero que gobernará a este mundo, aunque tienes razón al asumir que esa posición ya está determinada.

Sabrina cruzó los brazos, y negó con la cabeza.

- Oh sí, estoy al tanto de su reputación. Sus habilidades ciertamente ayudan con eso. Sin embargo, yo no tengo ningún deseo de placeres carnales, y si estuviera desesperada por tener un hijo, fácilmente puedo arrastrar a cualquier hombre que ande por las calles de esta ciudad y hacer lo que me plazca. Prefiero quedarme como estoy, y tu señor difícilmente sería el tipo de persona que querría dejar que la gente se quede como está. Por supuesto, si el Rey realmente me deseara tanto, habría venido por mí en persona. ¿Imagino entonces que tienes otra razón para venir aquí?

- De hecho sí. – dijo el Emisario. – Recientemente, el Rey ha comenzado a cuestionarse si uno de los posibles candidatos debería ser exterminado. Le hicimos una prueba antes y parecía ser rescatable, pero haber perdido contra otro candidato, sin mencionar haber sido superado en Ciudad Gringy por ese producto accidental... te solicitamos que lo evalúes de nuevo para estar seguros.

- Yo no soy J, no tengo deseos monetarios y tengo cosas mejores que hacer que jugar tus juegos. – dijo Sabrina con franqueza. – No estoy ciega; mi Corazón Psíquico me permite ver muchas cosas más que la mayoría de la gente, y se vuelve más fuerte cada año. ¿De qué otra manera podría divertirme, viendo los acertijos que ese anciano de Cinnabar suele inventar para su nieta? Sé de quién estás hablando: Ash Ketchum de Pueblo Paleta. No veo cuál es su problema con él, si fuera humano y viniera aquí gritando que quiere retarme por una medalla, probablemente lo encontraría digno de vivir. Y también parece ir en buen camino para entrar en esa pequeña y extraña meta que tu amo tiene para los Bloodliners Duales, como ese "producto accidental" que mencionaste; a diferencia del que lo venció. Excepto claro la parte de luchar a muerte. El muchacho tiene pensamientos inusuales, pero sinceramente dudo mucho que tenga el corazón de un asesino.

Sabrina hizo una pausa antes de continuar hablando. Sonrió de manera extraña y prosiguió.

- De nuevo, por lo que puedo ver en tu mente, tu Rey parece muy decepcionado de la falta de instinto asesino en general, ¿no es así? ¿Cuántos como Ash y el "producto accidental" están dispuestos a matarse tal como lo imagina el Rey en sus fantasías sangrientas? ¿Cuatro, cinco, quizás seis? Eso no es siquiera el uno por ciento de los que hay. Hasta los más agresivos como ese "producto accidental" no dirigen su instinto asesino hacia donde él quiere. De hecho, descubrir su relación hizo que Belladonna decidiera no matarlo.

- No apreciamos que nos desafíes de esa manera. – amenazó el Emisario. Sabrina simplemente se rio.

- Actúas como si yo esperara ganarme su aprobación. Dale un mensaje de mi parte. Si cree que el mundo necesita cambiar, que cambie él mismo primero.

- Mi señor ya ha cambiado al mundo. – dijo el Emisario antes de marcharse. Luego que ese idiota había desaparecido, la mirada de Sabrina se tornó intrigada.

- Sí, tiene unos pensamientos muy extraños. ¿Por qué ese chico Ash Ketchum me asocia con una muñeca? Hmm... tendré que investigarlo en más profundidad esta noche. Mientras tanto, será mejor dejar a este entrenador de Johto en alguna parte donde lo encuentren, los sobrevivientes son la mejor carnada. Cuando un buen entrenador sobrevive, veinte mediocres creerán que tienen oportunidad.

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De vuelta en el Torneo...

- ¡Ahora son dos contra uno, amigos! ¿Podrá nuestra visitante de Alola derrotar a estas dos jóvenes mujeres con seis medallas a su nombre?

Ash se encontraba viendo una batalla que le era muy familiar, pero a la vez no. Era una excelente distracción que le ayudaba a no pensar en el hecho de que Paul estaba aquí, haciendo equipo con Gary. Entrenadoras a las cuales había visto antes, brevemente en Índigo, luchaban contra alguien a quien nunca antes había visto. Alguien que al parecer Red sí parecía conocer, si esa intensa mirada en su rostro era un indicio. Averiguar al respecto al menos le ayudaría a no pensar en el escenario hipotético de lo que pasaría si Paul y Gary ganaban. Mayormente por Paul.

- Esa es Lilo. – dijo Yellow, que estaba de pie entre los dos. – Es una entrenadora que viene de muy lejos. Usa unos Pokémon muy raros y peleó contra Red no hace mucho, pero quedó inconcluso.

- Sí, de hecho me sorprende que ese Lurantis no sea un tipo Insecto. – admitió Ash, mientras veía al Pokémon con aspecto de insecto (aunque era simplemente tipo Hierba puro) esquivando un Viento Plateado del Venomoth de Assunta y una Patada Giratoria del Hitmonlee de Melissa. – Me pregunto si Sudowoodo y Lurantis estarán emparentados.

- Todavía no has visto nada. Confía en mí, deberías ver su Exeggutor, es genial.

- ¿Es dorado? – preguntó Ash.

- ¡Nop! – replicó Yellow. Ash no tuvo oportunidad de hacer más preguntas sobre el Exeggutor de Lilo, pues la chica apuntó hacia los dos Pokémon contrarios lista para hacer algo. Ash notó que tenía un extraño brazalete en la muñeca, pero no podía determinar lo que era exactamente.

- ¡Esto es todo! ¡Lurantis, usa Cuchilla Solar!

Lurantis levantó sus dos brazos con forma de guadaña en el aire, y estos comenzaron a brillar con el poder del sol. Lurantis se lanzó contra sus dos oponentes, conectando el ataque con gran fuerza, enviando a sus dos oponentes a volar. Claramente, el daño anterior había pasado factura, pues incluso Venomoth cayó con ese ataque.

- ¡Venomoth y Hitmonlee ya no pueden pelear! ¡El ganador es Lurantis! ¡La victoria es para el equipo de...!

- No estaba siquiera utilizando todo lo que tenía. – dijo Red de repente. Dándose la vuelta, Ash pudo ver que Red y su Pikachu viéndolo de manera muy seria. – Es la oponente más fuerte que hay aquí.

- Te tomo la palabra. – Ash no estaba listo para declarar que ese fuera el caso, pero dudaba que ponerse a discutir con Red lo llevaría a alguna parte. Además, Paul parecía haberse vuelto más fuerte desde que pelearon la última vez, y Ash no tenía idea de qué tanto habría mejorado. Igual con Gary, Ash no tenía manera de saber con exactitud qué tan duro podría ser si le tocara de oponente.

Red volvió a reasumir su estado de silencio (que prefería), y en ese instante Anabel le expresó su opinión a Ash.

- Aunque no puedo estar segura de que sea la más fuerte, no hay duda de que supera considerablemente a su compañero. Será una oponente difícil, aunque sea solo porque ninguno de nosotros está familiarizado con los Pokémon que utiliza.

Ash asintió estando de acuerdo, aunque podía tener al menos el consuelo de que dicha oponente desconocida no pelearía contra Misty e Iris. Su turno venía ahora.

...

- Paul y Gary Oak, Ash Ketchum y Red, Mike y Tim Mortis, Lilo y... – El sonido de un bebé gritando oscureció el nombre del compañero de la última. – ¡Hoy hemos visto muchas batallas intensas, amigos, y todavía no terminamos! ¡Los equipos de Rachael y Hugo contra Misty e Iris son los siguientes! ¡Vamos a darles un gran aplauso!

- ¡Ahora, ve! – El sujeto musculoso, calvo y con un bigote, seguramente Hugo, arrojó una Super Bola, que al abrirse reveló una Nidoqueen.

- ¡Staryu, yo te elijo! – gritó Misty, soltando a su estrella marrón, que aterrizó dando un giro con estilo.

Habría utilizado a Gyarados, pero él ahora estaba descansando en el lugar del Profesor Oak, luego de que los cuatro terminaron siendo arrastrados a un enorme festival fuera de la ciudad. Habían decidido ir solo por la comida, pero de alguna manera Ash terminó haciendo de jinete sustituto para una chica que se lastimó montando a su Ponyta en una carrera, y ella también participó usando a Gyarados. Había sido divertido, pero nada realmente importante, más allá de concederle a Gyarados algunos días de descanso.

- ¡Vamos! – La chica bien vestida, que seguramente sería Rachael, dejó salir a su Pokémon. Misty no estuvo nada feliz de ver lo que había salido.

- Chh... – El Pinsir comenzó a sisear, chasqueando sus pinzas. Un insecto, específicamente uno con pinzas capaces de partir huesos y una enorme boca. Grandioso.

- ¡Excadrill! – declaró Iris enviando a su topo gigante, que flexionó sus garras de acero hacia el Pinsir.

- ¡Comiencen!

- ¡Nidoqueen, usa Bomba de Desechos! – La Nidoqueen se inclinó hacia atrás, sonando a que regurgitaba algo en su garganta.

- ¡Excadrill! – exclamó Iris. En cuanto el desecho salió disparado hacia Staryu, Excadrill se atravesó en su camino. El ataque lo impactó, disolviéndose sin hacer ningún efecto.

- ¿Eh?

- ¡Y apenas iniciando vemos un excelente despliegue de trabajo de equipo! ¡Admito que no tengo idea de cómo funcionó eso, pero creo que eso sugiere que Excadrill es un tipo Acero! ¡Y los tipo Acero son inmunes a los ataques tipo Veneno, damas y caballeros!

- ¡Pero no a los de tipo Luchador! – dijo la chica. – ¡Demolición, Pinsir!

El brazo de Pinsir empezó a resplandecer en blanco con la energía de Demolición. Pinsir saltó en el aire, cayendo hacia Excadrill listo para impactarlo.

- ¡Giro Rápido! – ordenó Misty.

Staryu salió disparada hacia adelante, girando a toda velocidad, y colisionando de frente con la Demolición, deteniendo el movimiento de Pinsir y alejando al bicho. Staryu aterrizó enfrente de Excadrill y los dos Pokémon se asintieron una al otro. Iris a su vez volteó a ver a Misty y le sonrió, y la pelirroja no pudo más que devolverle el gesto.

Era interesante. En cierto momento, Iris la hacía sentirse preocupada en el sentido de "¿me despedazará mientras duermo?", y luego la hizo preocuparse en el sentido de "¿tratará de usar sus encantos para seducir a Ash?", aunque Misty no creía que Iris supiera siquiera lo que significaba la palabra "seducir". Y aun así, las dos estaban aquí, en su segunda batalla juntas, y en realidad estaban haciendo un buen trabajo.

- ¡Fuerza! – gritó el entrenador de Nidoqueen, mientras el masivo Pokémon rugía con sus brazos brillando de color morado.

- ¡Enfríalo con Pistola de Agua! – ordenó Misty. Staryu disparó el chorro, golpeando a Nidoqueen directo en el mentón. El ataque empujó a la bestia hacia atrás.

- ¡Ya basta! ¡Doble Golpe en Staryu! – Los cuernos de Pinsir empezaron a brillar de púrpura, mientras se lanzaba a la carga hacia Staryu, chasqueándolos como un par de tijeras asesinas.

- ¡Golpes Furia! – exclamó Iris.

Excadrill interceptó de nuevo el ataque, con una garra brillante golpeando el primer cuerno. Ambos perdieron su brillo, y el segundo par de instrumentos afilados colisionó entre ellos. Al haber neutralizado los dos golpes de Pinsir, las dos garras de Excadrill comenzaron a brillar una vez más, y Excadrill dio un golpe, dos, tres, y al cuarto Pinsir cayó al suelo.

- ¡Garra de Sombra!

Nidoqueen se cansó de ser golpeada por el agua, y envolvió su mano izquierda con energía de sombras. Con ella golpeó a Excadrill muy fuerte, y el topo salió volando por el impacto, mientras Pinsir volvía a ponerse de pie. Lento, y de una manera más escalofriante de lo que debería.

- ¡Fuerza/Demolición! – Desde ambos lados, Nidoqueen y Pinsir tenían a Excadrill rodeado, sin posibilidad de escapar.

- ¡Staryu, aleja a ese bicho con...! – Misty fue interrumpida cuando Iris levantó la mano. La chica salvaje no parecía preocupada. De hecho, estaba sonriendo.

- ¡Excadrill, usa Garra de Metal! – ordenó Iris. Rápidamente las garras de Excadrill brillaron de plateado metálico, y cada una de ellas golpeó a uno de los Pokémon enemigos, dejando marca y mandándolos a volar.

- Escuché que siempre quisiste hacer eso. Espero que haya sido lo que querías. – le dijo Iris a su Pokémon.

- ¡Drill! – Excadrill sonaba como que estaba de acuerdo. Sin embargo, en ese momento Misty vio algo por la esquina del ojo. Pinsir se movía de nuevo, mientras Nidoqueen comenzó a enderezarse en el aire. Todavía no terminaban.

- ¡Usa Rayo Burbuja en los dos! – gritó Misty antes de que pudieran contraatacar.

Staryu lanzó el chorro de burbujas que las dos habían perfeccionado recientemente a un rápido ritmo. Las burbujas golpearon primero a Nidoqueen, y luego a Pinsir, aunque los dos terminaron siendo afectados de igual manera por el ataque.

- ¡No!

- ¡Pinsir!

Los dos Pokémon cayeron al suelo de un batacazo. Con eso el encuentro quedaba sellado.

- Gracias. – dijo Iris con inmensa honestidad.

- No fue nada. – replicó Misty.

- Sí fue algo, fue un Rayo Burbuja. – dijo Iris, mientras Misty se resistía el deseo de explicarle a Iris lo que esa frase quería decir.

- ¡Pinsir y Nidoqueen ya no pueden pelear! ¡Las ganadoras son Misty e Iris!

...

- Se han vuelto más fuertes. – El comentario de Red fue corto, pero aun así distrajo la atención de Ash y Anabel de los gritos de la multitud.

- Por supuesto. Entreno con ellas todo el tiempo, y ellas también practican por su cuenta. – dijo Ash. Al ver la mirada confusa de Red, decidió explicarle. – Cuando viajas con amigos, puedes entrenar con ellos. Los ayudas, y te ayudas a ti mismo, es mejor que entrenar solo. Nos ayuda a todos, a mí, Anabel, Misty e Iris. Puede que tengamos metas diferentes, pero juntos nos ayudamos entre nosotros a prepararnos para ellas.

Red asintió. Como de costumbre, fue Yellow la que tuvo que expresar su opinión.

- Sí, creo que eso tiene sentido. Y si pasan tanto tiempo juntos, no me extraña que tus dos amigas hayan aprendido a trabajar así de bien juntas. Deberíamos seguir su ejemplo.

- Claro... ¿qué tienen en mente? – Ash esperaba que Red no fuese a sugerirle que viajaran juntos por todo Kanto para aprender a trabajar en equipo. Ya había tenido más que suficientes experiencias con viajes en el tiempo antes que la realidad se reiniciara, y no necesitaba más máquinas del tiempo de Baltoy, paradojas en el tiempo con Celebi, e ilusiones temporales con Gothitelle.

- ¡Vamos a cenar! – sugirió Yellow, y Red asintió dando su aprobación. – Sí, eso es lo que haremos. Esta noche comeremos todos juntos. El Centro Pokémon es tan buen lugar como cualquiera.

- Uh, claro.

Ash no sabía qué otra cosa decir. Por lo menos Anabel no parecía estarlo viendo con ojos asesinos, eso era al menos una buena señal. De nuevo, no había visto a ninguna versión de Anabel, la actual o la anterior, mirar a alguien con ojos asesinos, ni siquiera al Equipo Rocket. Al ver que Red, Yellow decidió la hora.

- ¿Te parece bien a las 5:00?

(--0--)

Un poco después, saliendo de un Pokémart...

- ¿Me apresuré demasiado con la idea de la cena? – La pregunta de Red, mientras los dos cargaban lo que compraron en el Pokémart, rápidamente fue respondida de manera honesta por Yellow luego de que esta se detuvo a pensar un poco.

- Nop. – replicó la rubia.

Yellow parecía creer eso, así que Red tomaría la opinión y se quedaría con ella. Las interacciones sociales nunca habían sido su fuerte, más allá de cortesía básica en competencias, y la chica siempre había sido mejor que él. Pero supuso que tenía que comenzar en alguna parte, y su compañero en este torneo de batallas dobles era probablemente mejor que, digamos, un abogado. Incluso sin su Vista de Victoria para dirigir su conversación (pese a que le era muy útil para conseguir las mejores ofertas en compras), ya tenía el tema perfecto de conversación: combinaciones de batallas. Hoy no habían tenido oportunidad de hacerlo, pero para mañana sería bueno. Tenían que averiguar cuáles Pokémon tener activos y cuáles serían las combinaciones más efectivas...

- Ya que vamos a comer con Ash, necesitaremos algo de qué conversar con él. Yo estaré bien, pero tú necesitarás algo. ¿De qué planeas hablar durante la cena, de combinaciones de batallas?

- Sí. – replicó Red. Yellow dejó de caminar y negó con la cabeza. El chico no tuvo idea del por qué: ¿acaso metió la pata? Pensó que eso solo sería "no hables de política", ¿o acaso era de los deportes? O alguna otra cosa.

- Red, no puedes hablar solo de eso. Es decir, ya sé que dos de esas chicas fueron tus oponentes en el Domo de Batalla y posiblemente se enfrentarán en este torneo, pero las conversaciones durante la cena tienen que ser algo ligero y alegre. Hablar de combinaciones de batalla no lo es. Digo, no es malo que quieras hablar de eso, pero no al principio.

- ¿Y de qué más podemos hablar? – preguntó Red. Yellow se puso pensativa de nuevo.

- Deberías preguntarle a Ash algunas cosas de sí mismo. De dónde viene, con cuál Pokémon inició, ese tipo de cosas. Seguro se pueden identificar con eso.

- Sé que viene de Pueblo Paleta... pero nunca he estado ahí, así que podría preguntarle cómo es Pueblo Paleta. ¿Eso estaría bien?

- ¡De eso estoy hablando! – exclamó Yellow, justo en el momento en que se escuchó el ruido de algo rasgando el aire.

Los dos compañeros se dieron la vuelta hacia un callejón cercano, de donde al parecer salió el sonido. El callejón no se veía tan extraño por sí solo, excepto por una tienda que se llamaba "Profuenster Family Back, Hip & Jet. Especializados en todo tipo de mochilas." Red podría visitar ese lugar de nuevo si el hueco que había notado en su mochila no se pudiera arreglar con la aguja e hilo que compró hoy. Había unos pocos transeúntes por ahí, la más notable parecía una mujer de pelo castaño sentada en una banca, con una enorme mochila roja. No había señal de donde se originó ese ruido extraño.

Sin más información disponible, los dos continuaron su camino de regreso al Centro Pokémon.

(--0--)

A las 5:00...

Algo de lo que Anabel se había dado cuenta durante los días desde que se unió a Ash y a sus amigas fue lo fácil que se le hacía hablar con personas de su edad. Ella y su tío conversaban a menudo, y se sentía perfectamente cómoda con él, pero no le tomó ni una semana para sentirse cómoda con ellos. Nunca hubiera podido imaginarse eso con sus viejos compañeros de clase. También había algo, quizás eufórico, de poder conversar con otras personas. Que las otras personas supieran lo que decías, e incluso que si no pudieran responder de la misma manera, pudiesen asentir y reconocer sus palabras mentales.

Era desafortunado que un sistema como ese quedara inutilizado si estuvieran en público. O en compañía cercana, en cualquier caso.

Con Red y Yellow en la misma mesa que ellos, alternar entre hablar con ellos y comer se haría demasiado desordenado. Por lo mismo, ella solicitó que mejor no intervendría durante la comida, y ellos aceptaron, después de pasarse unos minutos tratando de pensar en alguna otra manera. Se sentía muy bien que estuvieran de acuerdo con ella.

- ... y fuera de eso, Pueblo Paleta es un lugar muy pequeño. Podría haber jurado que era mucho más grande cuando tenía diez. – Ash terminó de explicar y tomó un trago de su bebida. Red asintió, por lo que Anabel asumió que estaría procesando la información.

Red no parecía estar del todo en su elemento. Quizás podría explicar el por qué su manera de aproximarse a Ash fue tan extraña. Eso era algo a lo cual Ash podría haber dicho que no sin causar ningún problema al día siguiente, así que no le molestó.

- ¡Lo sé! Podría haber jurado que Ciudad Cerulean era mucho más grande la última vez que estuve allí. – intervino Yellow, antes de voltear a ver a Ash por un momento. – Me estaba preguntando, ¿cuál fue tu primer Pokémon? Red comenzó con su Pikachu cuando era Pichu.

Pikachu dejó salir un sonido de aprobación ante dicha revelación, mientras Ash señalaba a su compañero sobre su hombro.

- Yo también empecé con Pikachu.

- ¿En serio? Tenía la impresión de que habrías comenzado con un Bulbasaur o Charmander. – dijo Red. Ash simplemente se encogió de hombros.

- Eso no fue posible. Una larga historia, acerca de unos hermanos gemelos.

- ¿Por casualidad no se llaman Elwood y Aideen? – preguntó Red. Ash entrecerró los ojos, como si intentara acceder a una memoria enterrada en lo profundo de su mente, antes de que sus ojos se iluminaran.

- Oh, sí. No puedo creer que se me hayan escapado de la mente, pero seguramente eran ellos. Espera, ¿los conoces, Red?

- Sí, así es. Los conocimos en un Club de Batallas, son bastante buenos. – explicó Yellow. Mientras Ash terminaba de refrescarse la memoria, Anabel solo escuchaba a medias, centrando la otra mitad de su atención en el Centro Pokémon, con su mente captando algunos pensamientos sueltos de la gente a su alrededor, mezclándose con las conversaciones.

- Durante un viaje a Johto, escuché de un artesano antiguo que involucraba la creación de Pokébolas a partir de Apricorns. Ya sabes, esos frutos que saben horrible y se consiguen a veces en los árboles, de hecho tienen una utilidad. Hice algo de investigación y he tratado de averiguar si puedo fabricar mis propias Pokébolas. Seguro que me sería muy útil si la economía se viene abajo, solo tengo que arreglar algunos detalles. Las bisagras son un dolor de cabeza, pero creo que ya averigüé como hacer todo lo demás, incluyendo una pequeña teoría sobre cómo alterar sus propiedades, pero para la parte de fineza artística necesitaré ayuda. ¿Será que tienes habilidad con pinturas aprobada para Pokébolas?

- Perdóname si no puedo pagarte un mejor almuerzo, hermana. Amo mi trabajo en la Fundación Aether, no hay nada como ver a un Oricorio volar cuando alguien trató de matarlo con un arma ilegal, pero no tiene las mejores horas de vacaciones y no es que esté nadando en el dinero que gano. Y además, Faba es un imbécil, pero Wicke es un deleite como compañera de trabajo. ¡No, no de esa manera, hermana, deja de sonreír!

En eso ella pudo sentir una memoria que aparecía mostrando a una mujer sonriente con ropa blanca y rosa. No se le hizo muy difícil deducir el por qué ese joven la consideraba un deleite.

- ¿Ya viste a los entrenadores novatos en la televisión estos días? Ese chico Ash Ketchum es genial, me gustó como tiró de su Ponyta a esa chica presumida y creída. El otro chico, Red, también es bastante fuerte, ¿viste su última batalla? Qué bueno que me retiré de los combates en el circuito de la liga, probablemente me tocaría pelear con uno de esos monstruos en la primera ronda. Siempre con mi suerte me tocaban los novatos más duros.

- Te retiraste porque apestabas en ello, Greg.

- No es cierto.

La tercera mesa continuó su conversación, todo el tiempo sin que Ash ni Red lo escucharan. Al parecer no les importaba estar ganando algo de fama, o simplemente no lo oyeron. Anabel no estaba segura, pero tampoco era que quisiera comprobarlo.

- ...Tajiri. – dijo Red como respuesta a una pregunta. Anabel volvió a aterrizar de donde estaba, y notó que Red la veía con el ceño ligeramente fruncido. – Ese es mi apellido.

- "Oh." – Ella podía sentir que se le formaba una sonrisa de vergüenza en la cara, mientras extendía la mano para agarrar una patata frita. Red se terminó su sándwich antes de estirar su propia mano para agarrar el Pokédex de Ash.

- Detectando usuario no autorizado, aunque te parezcas mucho a mi humano asignado. Aparte, tus manos están algo calientes, por favor no vayas a sobrecalentarme, y límpiate las manos antes de tocar mis botones. Mi humano no lo hace lo suficiente en mi opinión.

Red arqueó una ceja ante ese comentario, pero no dijo nada. Comenzó a apretarle los botones a la máquina, aunque sí hizo caso a su petición de limpiarse las manos con una servilleta primero.

Entretanto, los comentarios de la máquina le dieron a Anabel algo qué pensar. Ash había mencionado que durante lo que sucedió en Ciudad Gringy se encontró con una chica muy parecida a él, y que ella creía que estaban emparentados. De manera similar, el Pokédex tenía razón en decir que Red y Ash se veían muy parecidos entre ellos. Había algunas diferencias, claro. Red era más pálido y su pelo era más oscuro que el de Ash, y tenía ojos rojizos mientras que Ash los tenía cafés, y no tenía las mismas marcas en las mejillas que Ash, pero en estatura y constitución los dos eran muy similares, si no es que idénticos.

¿Se habría dado cuenta de eso Ash? Ella podía ver la cara de Misty en los ojos de Red mientras este seguía jugando con el Pokédex de Ash, y su expresión le recordaba mucho a la de su tío cuando se dio cuenta de algo con una película que hizo que tuviera más sentido la siguiente vez que la vio. Sus pensamientos más externos gritaban prácticamente la misma cosa, así que no los podía ignorar. Iris no tenía la misma mirada, pero sí pudo percatarse de la similitud entre los dos.

No obstante, la verdadera diferencia entre los dos no era la piel pálida de Red, o las marcas en las mejillas de Ash, algo que Anabel no podía evitar preguntarse cuál sería su origen (y cuando se lo preguntó el otro día Ash, tampoco tenía idea de qué eran o por qué las tenía). No, era algo más con la forma en cómo se comportaban.

Ash irradiaba una alegría y determinación que le resultaba bastante encantadora, como alguien salido de un show animado con mucho tiempo en el aire. Era capaz de sentir las emociones de los demás, y esa actitud alegre no llegaba a un punto que pareciera estar fijada, pero fuera de fuentes de estrés inmediatas (como el incidente de Ciudad Gringy), parecía que simplemente le gustaba disfrutar de la vida. Eso le gustaba. A ella le gustaba la gente que no se lamentaba de lo malo que había en el mundo, y él parecía apreciar las cosas buenas, además de ayudar a la gente que lo necesitaba siempre que podía. Como esa chica granjera a la que conocieron unos días antes del torneo, que necesitaba ayuda con un festival y una carrera Pokémon que se aproximaban. Misty le dijo que no era la primera vez que lo veía hacer algo así.

Red, por otro lado, no se sentía de la misma manera. Incluso sin leerle la mente, parecía que él veía el mundo de una manera... menos maravillosa que ella. Al parecer en algún momento había decidido que el mundo no era un lugar agradable y que jamás lo sería, y mantenía una actitud depresiva desde entonces. No es que fuera incapaz de ser feliz, pero generalmente no lo estaba, y era más por decisión propia. Él y Ash podían tener la misma estatura y constitución corporal, ambos eran entrenadores habilidosos y sería difícil juzgar cuál de los dos sería técnicamente el mejor en ese momento. Y aunque tuvieran sus diferencias físicas, eran las diferencias mentales las que, en su opinión personal, le daban una ventaja a Ash sobre Red. Solo podía esperar que Red pudiera aprender a ser un poco más feliz. No le haría ningún bien a la larga mantenerse en ese estado melancólico constante.

- Tu Yanma. – le dijo Red a Ash, Anabel se dio la vuelta para mirar a Red de manera pensativa, mientras trataba de enmascarar sus propios pensamientos respecto a los dos entrenadores en cuestión.

- Sí, ¿qué hay con él? – replicó Ash.

- Este Pokédex, y nunca creí que tocaría uno...

- Deberías sentirte honrado de hacerlo. – comentó el dispositivo.

- ... dice que los Yanmas en general se inclinan a los ataques especiales, y especialmente cuando evolucionan.

- ¿Evolucionan? – Misty sonó horrorizada, y de hecho lo estaba. Su mente irradiaba miedo como el fuego irradiaba calor.

- En Yanmega. – dijeron Ash y Red al mismo tiempo, haciendo que Yellow se riera. Misty solo hizo el movimiento labial de la palabra, como si creyera que decirlo en voz alta invocaría a un enjambre de ellos directo hacia ella.

- Tu Yanma solo usa técnicas físicas. ¿Por qué? – preguntó Red. Ash se encogió de hombros antes de responderle.

- Simple, a Yanma no le gustan los ataques especiales. – le respondió. Red se quedó viéndolo con los ojos en blanco, como si Ash acabara de decir que la luna los iba a matar a todos con una enorme sonrisa. – Lo noté mientras entrenaba a Yanma, realmente le gustan los ataques físicos, y siempre les daba un 120% de esfuerzo, pero cuando intentamos practicar Viento Plateado o Bomba Sónica, no tenía la misma pasión. Así que decidí trabajar con lo que a Yanma le gustaba hacer.

Red todavía veía a Ash como si acabara de decir algo en otro idioma, y sonara totalmente incomprensible al hacerlo. Anabel podía entender por qué, Red no se equivocaba al decir que Yanma no estaba trabajando con las fortalezas naturales de su especie.

- Si haces eso, Yanma no estará aprovechando sus fortalezas. Se supone que los entrenadores tienen que sacar lo mejor de sus Pokémon, y eso quiere decir entrenarlos en sus puntos fuertes. Yanma evoluciona al aprender un movimiento especial.

- Pero sí estoy haciéndolo. – aseguró Ash. – Estoy entrenando a un solo Yanma, mi Yanma, no a toda la especie. Si Yanma quiere evolucionar algún día, entonces aprenderemos Poder Ancestral, pero si ese no es el caso, lo ayudaré a ser el Yanma más fuerte que pueda ser.

Red se mordió ligeramente los labios. Aunque Anabel estaba bastante segura de que todavía él consideraba la decisión de Ash muy extraña, al menos tenía una razón lógica del por qué lo estaba haciendo.

- Yo creo en trabajar con los puntos fuertes de un Pokémon. Así es como los vuelves más fuertes. Trabajando con ellos, no tratando de presionarlos a ser algo que no son. – dijo Ash con convicción. Red no tuvo nada con qué refutar ese punto.

- "...si quieres volver más fuerte a Chimchar, tienes que trabajar en mejorarle sus puntos fuertes." – Anabel no estuvo segura de quién eran esos pensamientos que oyó, pero ese en particular fue abrumador. No reconocía del todo la voz que lo decía, aunque parecía provenir del propio Ash, y más extrañamente, se sentía algo familiar.

- "Oh, por favor." – El pensamiento continuó, como con rabia. – "Pasar un segundo mejorando los puntos fuertes de un Pokémon es como mimar a un niño malcriado, y una total pérdida de tiempo."

La voz esta vez era diferente, pero similarmente familiar, como si escuchara a la misma persona hablando con otra voz, como un actor de doblaje diferente. Quizás fuera de algún programa de televisión sobre formación moral que Ash hubiera visto alguna vez.

- Supongo que yo soy igual. Solo que yo uso Pokémon en plural, y tú en singular. Cambiando de tema... ¿quieres discutir combinaciones de batallas?

Anabel se preguntó por qué de repente oyó a Yellow darse una palmada en la cara cuando oyó a Red decir eso. Desde donde estaba, también pudo sentir la confusión de Iris ante dicha acción.

(--0--)

Ciudad Hop-Hop-Hop, al mismo tiempo...

Había intentado ignorarlo, en serio. No estaba aquí para hacer nada que los humanos consideraran un crimen. Iba a hacer las cosas legalmente. Comprar un libro con dinero que habían conseguido mayormente de manera legal, volver al lugar que ocupaban actualmente (un penthouse en el cual no entraron de manera legal en ningún sentido de la palabra) y ver si eso hacía que Aurora se animara un poco. No había sido ella misma últimamente, incluso considerando los sentimientos encontrados que debía tener por su maldito padre muerto y sufriendo en el infierno, y eso empezaba a preocuparle.

Tratar de convencerla de decirle lo que le pasaba no estaba llevando a ninguna parte, y no planeaba usar su poder para obligarla a decir la verdad. Eso sería un bofetón masivo a su relación, y Belladonna estaba segura de que le haría menos daño si se le ocurriera engañarla. Aurora, como ella había podido notar, prefería cuando ella le conseguía las cosas de manera legal. Cuando eso no era posible lo entendía, pero siempre la hacía mucho más feliz en sus cumpleaños y navidades.

Pero en serio, ahora estaba deseando poder acelerarle la muerte al hombre que estaba a tres metros de ella. Era muy difícil encontrar ese autor al que Aurora le gustaba leer cuando había un idiota fumando en esa librería al aire, y los vientos de la ciudad llevaban ese olor hasta su nariz. El olor a tabaco, el único olor tan horrible que los Grimers no podían reproducirlo. Un fumador, una de las formas más despreciables de la humanidad, solo por esparcir ese maldito olor por todas partes, ¿qué no se daba cuenta de que la estaba incomodando? ¿Su expresión tensa, su nariz enfurruñada, o su no tan sutil mirada asesina no eran suficientes?

Ya podía sentir que su mente se llenaba de una furia ciega, cuando el cigarrillo brevemente brilló antes de resbalar fuera de su boca y caer en la rejilla del drenaje que había debajo, directo a donde pertenecía. El idiota trató de agarrarlo inútilmente, pero ya estaba más negro que una sombra antes de perderse en la oscuridad del drenaje, imposible de alcanzar. Y tan rápido como le vino la furia, se vio reemplazada por un abrumador alivio (si terminaba consiguiendo el libro ilegalmente porque tuvo que salir huyendo de la escena, eso no sería tan efectivo para animar a Aurora) justo en el momento en que Vedia le tocó el hombro. El libro que buscaban estaba en su mano.

- Estaba ordenado alfabéticamente por editorial, no por nombre del autor. – le informó Vedia.

Es decir que eso era lo que estaba haciendo mal. Qué raro que no se dio cuenta. Tras un intercambio de monedas, las dos se encontraron caminando por las calles de Hop-Hop-Hop, con la bolsa en mano.

- Eres una salvavidas, Vedia. – dijo Belladonna, mientras una ligera sonrisa aparecía en el rostro de Vedia.

- De la vida de ese tonto, en cualquier caso. – replicó ella.

- Ya sabes a lo que me refiero. Honestamente, nunca deja de sorprenderme lo estresante que es ir de compras. Siempre hay un idiota que se mata por los precios al frente de la fila, y la mitad del tiempo las cajas registradoras se descomponen. Juraría que me saldrían canas si a ti y a Evanna les gustaran las cosas legales.

- Los intercambios monetarios y la retención del dinero no traen felicidad. – dijo Vedia solemnemente.

- Dulzura, eso lo sabes tú mejor que ninguna de nosotras. – declaró Belladonna mientras daban la vuelta y cruzaban la calle.

Las dos pasaron al lado de un grupo de tres mientras cruzaban al otro lado de la Calle Yo-Yo-Yo. Una mujer de pelo castaño rojizo, una niña de unos doce años que no se parecía en nada a ella, y un niño con cabello oscuro. Un cabello oscuro muy familiar, y en apenas esos segundos que alcanzó a verle la cara, esta se grabó en su mente, mientras terminaban de cruzar la calle.

- Por ahí no, Arnold. – escuchó decir a la madre, mientras rápidamente iba tras él. El sonido de un niño que corría para cruzar la calle en vez de caminar y su madre persiguiéndolo, pero eso no importaba.

Lo que importaba, era lo que acababa de ver. Otro niño que se parecía a ella, y por extensión que se parecía a Ash. Otro hermano, y este tenía una madre con él. ¿Quizás supieran algo sobre su padre? Pero un toque en el estómago la trajo de vuelta de sus pensamientos, mientras Vedia señalaba al trío que se iba alejando.

- Ese niño se parece mucho a Ash, y también a ese chico Red con el cual está compitiendo en ese torneo. – le dijo.

Uno de los beneficios de ocupaciones no legales de residencias era el conseguirse televisión en alta definición y con eso sintonizar los torneos locales. Aurora había encontrado uno de estos mientras buscaba cuál canal tenía algún documental sobre la era dorada del crimen de la que escuchó hacía poco, y había sido de mucha ayuda para convencer a Evanna y Vedia de que no estaban viendo cosas que no estaban allí. La presencia de Red junto a Ash también ayudó. Había un dicho: una vez es casualidad, dos es coincidencia, tres veces ya es un patrón. A la cuarta vez ya podía empezar a preguntarse si su padre tenía un botón de apagado.

- Por supuesto, no sería conveniente que los persigas ahora. Primero déjame averiguar dónde viven, y podemos ir cuando no estén en público. Tienes que entregarle ese libro a Aurora, y yo soy mucho menos notoria que tú.

(--0--)

Aquella noche, en Ciudad Fuchsia...

Cuando Ash se quedó dormido, estaba seguro de que no se encontraba en un cuarto que era totalmente blanco incluso cuando no había luz. Ni tampoco en un cuarto lleno de bloques de hielo gigantescos con Pokémon en su interior. Un Pikachu, un Magmar, una Starmie y un Slowpoke, y una especie de cosa redonda negra y púrpura con bultos a su alrededor. Ash no pudo evitar desear que el Pokédex estuviera allí para identificar a esa cosa. Pero tristemente, él no creía que Dexter durmiera ni soñara (ni siquiera con Mareeps robóticos), y estaba seguro de que esto tenía que ser otro sueño. Además, el Pokédex ya habría dicho algo a estas alturas si estuviese despierto. Pikachu saltó fuera de su hombro y olfateó al otro Pikachu en el bloque de hielo, antes de dar un respingo y empezar a decir algo nervioso, que se tradujo en lo siguiente:

- [Ash, algo anda mal con este Pikachu.]

- Está congelado. – señaló Ash, mientras Pikachu olfateaba al Slowpoke. El roedor le dio su respuesta mientras se acercaba al Magmar para olfatearlo también.

- [Eso ya lo sé. Lo que quiero decir es... ese Pikachu, y este Slowpoke, huelen como si estuvieran enfermos. Y este Magmar... honestamente huele como a sangre.]

Ante el comentario de Pikachu, Ash se acercó al cubo de hielo y lo examinó más de cerca. El Magmar en efecto parecía estar demasiado rojo, más de lo normal, en el área de las costillas...

- Grandioso, ahora haces trabajo de detective. Solo deja que la escena transcurra un poco, ¿quieres?

El entrenador y su Pikachu se dieron la vuelta para encontrarse con MissingNo. Sabían que era él por los bordes pixeleados, aunque en ese momento había tomado la forma de una versión de Ash con una camiseta de rayas horizontales azules y blancas, con pantalones cortos negros y rojos, y sin usar guantes. Se encontraba sentado encima de un bloque de hielo como si fuera un trono.

- Sí, te me escapaste la última vez. Esta será mi venganza. – Sonrió malignamente, y de pronto se oyó el sonido de una puerta que se abría con algo de resistencia.

La oscura habitación de pronto se llenó de luz, anunciada por el sonido rechinante de una puerta en desuso desde hacía años cediendo ante una gran fuerza. Una forma metálica la atravesó, proyectando unas luces desde sus hombros. Era humanoide, pero estaba cubierta de placas metálicas azules y amarillas, parecía una especie de exotraje. Tenía una placa que decía CG-82 en el lado izquierdo del pecho.

La forma metálica se tocó un lado de la cabeza, haciendo que la luz de un escáner fuese proyectada desde los ojos del traje, recorriendo toda la habitación. Al pasar por encima de un bloque de hielo comenzó a pitar, aunque el hecho de que no lo hizo al pasar a través de él, de Pikachu y de MissingNo sirvió para decirle a Ash que esta era una de esas situaciones de "no estás aquí realmente".

- Escaneo completado. Tenemos unos cien Pokémon aquí, así que seguro podremos llevar a cabo la Operación Adama... ¡oh, por todos los cielos! – El traje metálico lanzó un grito, en una voz que resultaba escalofriantemente familiar.

- Pi... [Ash, ¿esa voz no sonó como...?]

- ¿Clemont? Sí, lo hizo...

- Spoilers, sí es Clemont el que está en ese traje. – canturreó MissingNo en un tono divertido. – Pero en "un" futuro. No en "el" futuro, pero podría llegar a serlo si quisieras. De hecho, este "era" el futuro definitivo, sin lugar a discusiones, hasta no hace más de una semana, tal vez dos, si es que estoy llevando bien la cuenta.

Ash no se molestó en preguntar qué querría decir con eso. Se imaginó que MissingNo no le daría una respuesta directa, y si presionaba más, seguramente solo le diría mentiras. Iron-Clemont fue seguido por tres personas más luego que MissingNo terminó de divertirse. La primera fue la única a la cual Ash reconoció, y solo vagamente. Después de todo, en su tiempo solo conoció a unos pocos héroes con capas, y solamente una de ellos era una chica.

Sin embargo, Latoya Parker, también conocida como Gligirl, se veía mucho mayor de lo que él la recordaba. Su traje de Gligar se veía con más armadura y más pesado, a diferencia del spandex que solían usar los de la familia de héroes Gligar. También parecía estar enfurruñada de una manera que le hacía preguntarse a Ash si estaría emparentada con Paul, o solo le enseñó el arte de fruncir el cejo.

Los otros dos, Ash no tenía idea de quienes eran. La primera, aunque era mujer, tenía músculos que nunca en su vida le había visto a una chica. Parecía que levantaría pesas en el mismo lugar que el Teniente Surge, y tenía el aspecto de poder noquear de un solo golpe a uno de sus Tauros a toda carga. Llevaba ropa de color marrón arena, y un cinturón púrpura con varios bolsillos en los lados. Traía además un brazalete que se parecía mucho al que le vio a Lilo en la muñeca durante el torneo, y en el lado izquierdo del pecho traía un emblema con forma de corazón con una mancha de color marrón oscuro encima.

El otro se veía mucho más joven, probablemente más cercano a su edad que el Clemont con el traje de Clembot, Gligirl, y la "She-Surge". Traía un abrigo largo azul oscuro, y su cabello era grisáceo a pesar de lucir mucho más joven que el resto.

- ¿Pasa algo malo? Y me refiero a algo que esté peor que este lugar. – preguntó la mujer musculosa, mientras Clemont daba un paso al frente antes de darse la vuelta.

- Tú fuiste parte del incidente inicial con los Ultra Entes, ¿correcto? – le preguntó.

- Sí, yo estuve en medio de todo ese desorden. Antes de que las hordas de Nihilegos asaltaran toda Alola y los continentes, y todos los demás horrores que siguieron a esas cosas hasta nuestro mundo, terminé involucrándome en averiguar lo totalmente desquiciada que estaba la líder de la Fundación Aether. Me asignaron como Kahuna durante ese tiempo, y fui la última Kahuna, de hecho.

- La primera persona en ser infectada por un Nihilego fue la presidenta de Aether, según recuerdo. – Clemont decía palabras que Ash no tenía idea de su significado. ¿Qué era un Nihilego? ¿Quiénes eran la Fundación Aether? ¿Y qué era un Kahuna?

- Y para mi decepción, ella no fue la víctima que quedó más trastornada por una de esas cosas. Ni siquiera en la buena y vieja Alola. – dijo la mujer musculosa.

- Tristemente, doy fe de eso de primera mano. – Clemont estuvo de acuerdo con lo que fuera de lo que estaban hablando. Ash y Pikachu se voltearon hacia MissingNo, que seguía sonriendo. Claramente todavía se negaba a explicarles lo que pasaba.

- ¿Hay algún sentido en recordarnos lo que esos monstruos le hicieron al mundo? No creo que necesite decirles que los Nihilegos no fueron la peor parte. – dijo Gligirl con un tono lleno de amargura. – Y como sin duda sabrán, la persona que llenó esta habitación no fue la primera persona que le llenaron todo el sistema de veneno de Nihilego y enloqueció. Su locura fue descubierta por dos parejas de hermanos que tristemente fueron los cuatro primeros en morir cuando el mundo REALMENTE se fue al infierno, Frax y Velvet Lono...

En el momento en que dichos nombres fueron mencionados, la conversación se quedó congelada en cuanto MissingNo chasqueó sus dedos. Después, chasqueó los dedos de la otra mano haciendo aparecer a dos chicos más o menos de su edad actual. Ambos tenían el mismo tono de piel que Lilo, con el muy similar cabello negro y brazaletes singulares iguales al de Lilo. Pero fuera de eso, se veían distintos más allá de la edad.

El chico tenía ropa muy similar a la de MissingNo, agregando unos zapatos azules, una gorra roja, y una mochila azul y negra. Tenía los ojos grises, pero las marcas bajo su cara eran ya un indicio de las recientes tendencias tanto como lo eran los ojos. Era solo un poco más bajito que él de estatura, pero seguía siendo más alto que el promedio.

La otra era una chica, tal vez un par de centímetros o un poco más baja, pero entre los ojos rojos, cabello oscuro, marcas en la cara, y un físico que seguramente le permitiría invadir el closet de Belladonna en tal vez un año, ya era demasiado. Belladonna era una cosa, pero entre Ashley y ahora esta tercera chica (Velvet), Ash ya comenzaba a sospechar que había un patrón con las chicas que se parecían a él. Tenía unos aretes con forma de flores tropicales, zapatos rojos, shorts verde claro y una blusa blanca.

- ¿Eh? – La chica de pronto habló.

- ¿Qué está pasando? – dijo el chico. De repente miraron a Ash y a MissingNo en su forma de Ash, y se pusieron frenéticos.

- ¿Por qué ustedes lucen como nosotros? – exigió saber la chica, queriendo agarrar una Pokébola, pero su cara se tornó en shock al ver que su mano atravesó las Pokébolas de su cinturón como si no estuvieran ahí.

- Ups, creo que este truco me salió demasiado bien. – declaró MissingNo, al parecer genuinamente sorprendido que no solo eran simples imágenes. Los hizo desaparecer con otro chasquido de sus dedos, y el tiempo volvió a reanudarse. Ash solo podía preguntarse qué pensarían cuando despertaran.

- ...y Lillie y Gladion...

- Frax y Velvet, ¿ellos no eran iguales a Ketchum, Tyrian, Tajiri...? – interrumpió Latoya antes que pudieran decir el apellido de los otros dos hermanos.

- Si recuerdas bien tu historia, la historia en la que tú y yo vivimos y pudimos redactarles las crónicas con los Clembots, te acordarás que ellos no la empezaron. Ellos fueron los buenos durante la Guerra de Bloodliners, y eso no fue lo que inició ni llevó al clímax del fin del mundo. – le dijo Clemont molesto a Latoya, que solo lo miró enfurruñada.

Aunque una parte de Ash se alegró de que Clemont lo defendiera del desdén de Latoya, la otra parte se sintió muy intranquilo. No solo por el hecho de que Latoya hablara de él como si fuese alguna clase de abominación, sino por el simple término de "Guerra de Bloodliners". Y también por el hecho de que el apellido "Tyrian" seguramente tenía que referirse a Belladonna, asumiendo que su madre no hubiese escapado de prisión y decidiera darle una mano por alguna razón. ¿Qué clase de conflicto podría ser llamado "Guerra de Bloodliners", y qué lo llevaría a desear o pedirle ayuda a Belladonna? Y por supuesto, lo del "fin del mundo" era algo malo en cualquier contexto.

- Sé que algunas de las palabras que están utilizando son difíciles para el contexto de sus pequeñas y patéticas mentes. – dijo sarcásticamente MissingNo, mientras de repente aparecía una especie de lienzo de pintar transparente entre ellos y los cuatro personajes del "posible" futuro o lo que fuera.

Una imagen menos transparente se empezó a formar en el lienzo. Con unos cuantos trazos de un lápiz que no estaba presente, una versión de sí mismo, algunos años mayor y con una ropa muy parecida a la que usó en Hoenn apareció en el lado izquierdo de la imagen, posando y con aspecto de estar listo para atacar a alguien o algo. Más trazos y se le unieron Pikachu, Charizard, Pidgeot, Donphan, Torkoal, y varios otros de los Pokémon que tenía con él ahora y los que (esperaba) se le unirían en el futuro. Lo único bueno que podía decir de esta imagen era que tres de sus Tauros aparecían con él, y Ash decidió mantenerse positivo y asumir que los otros veintisiete se quedaron fuera por cuestión de simplificar.

El lápiz continuó trazando, esta vez con versiones mayores de Misty, Iris, y Anabel, con varios de sus Pokémon, incluyendo a Excadrill, Gyarados, Alakazam, y Psyduck, este último escondiéndose detrás de Torkoal. De ese mismo lado de la imagen, sin cesar los trazos, aparecieron más. Reconoció a unos cuantos de ellos, Red y Yellow, Belladonna y sus novias, Ritchie, y otros tantos que Ash no reconoció totalmente, pero que tenían un gran parecido con él, y eso le perturbaba. Uno de ellos estaba de pie sobre un Steelix, otro le recordaba al último líder de gimnasio de las Islas Naranja, un tercero estaba vestido de ninja, seguido de varios otros ninjas que iban acompañados por Froakies y lo que Ash asumió eran sus formas evolucionadas, un cuarto era un niño de baja estatura con una bufanda roja acompañado de una chica que se parecía escalofriantemente a Dawn. Pero se dio cuenta que solo se parecía a su amiga, no era ella. Ni siquiera por las diferencias de edad o tiempo, era otra persona totalmente distinta.

Un sujeto de mayor edad, con una cara de espanto también apareció. Su cabello era rosa, y en su cabeza llevaba una banda muy similar a la de Cameron. Pronto le siguieron varias otras personas a las que Ash o solo reconoció vagamente o no pudo hacerlo, incluyendo a A.J y a la chica del Bellsprout por alguna razón. Unos momentos después de lo que pareció un momento de "consideración del artista", el globo del Equipo Rocket apareció en el mismo lado que él, con Weezing, Inkay, Dustox, y Carnivine saltando fuera de dicho globo antes que los trazos comenzaran del otro lado.

Empezó por dibujar docenas de otros más alrededor de su edad, con muchos más que se parecían a él. En ese lado también había ninjas, como en contraposición a los de "su" bando. Al terminar de trazarlos a ellos, comenzó a dibujar a tres figuras idénticas cubiertas con capuchas negras, y en la posición directa para oponerse al dibujo de Ash, apareció una figura de mucha mayor edad, cuya enorme corona oscurecía la mayor parte de su rostro a excepción de un par de ojos rojos brillantes. Ash no estaba seguro de dónde, pero podría haber jurado que había visto a esta persona en alguna parte.

Unos trazos más llamaron su atención, y vio algo que realmente le hizo sentirse horrorizado en las manos del hombre con la corona. Apretados y arrugados, en una mano tenía un sombrero rosa con un listón negro, y en la otra una bandana roja con una Pokébola blanca. Ash estaba muy bien familiarizado con ambos, y no le gustaron las implicaciones de verlos allí. Apretó con tanta fuerza sus puños que de no ser por estar en un mundo de sueños, seguramente habría hecho sangrar sus palmas en el lugar donde se enterró las uñas.

Una serie de trazos rápidos aparecieron en el fondo, mostrando a Groudon y Kyogre con coloraciones extrañas que Ash estuvo seguro que no eran las de sus versiones variocolor, un Pokémon azul pálido que parecía una especie de medusa con sombrero y un Pokémon que parecía una maraña de cables eléctricos negros, con pelo blanco de punta echando chispas de electricidad, un Zekrom y un Darkrai bastante pálidos que le recordaron demasiado a Ash el incidente de los espejismos, y un Lugia púrpura-negro. Parecía que se estaban atacando entre ellos y al mismo tiempo a los que estaban al frente de la imagen.

A pesar de todo, incluso mientras veía esta imagen de un supuestamente posible futuro (y que honestamente parecía más un poster de película o una portada de cómics de los que Ash no tenía idea de lo que significaba), todavía podía oír hablando a Clemont y compañía.

- El problema es que todos los presentes aquí en la Fundación Aether murieron antes de poder examinar esta... colección, de Pokémon. – Clemont sonaba más furioso de lo que Ash jamás lo había oído hablar. – Ellos no sabían que todos estos Pokémon ya estaban muriendo antes de ser congelados, y que eso era lo único que los mantenía vivos. De lo que puedo determinar con mi tecnología y de lo que queda de los servidores de Aether, ya estaban así incluso antes de que Lusamine se apropiara de ellos. En el momento en que intentemos sacarles una sola gota de Energía Infinita, morirán.

- ¿Y a qué quieres llegar? ¿Sugieres que Lusamine hizo esto porque era la única manera de hacer pasar desapercibidos sus delirios enfrente de los buenos hombres y mujeres que trabajaban aquí, aparte de Faba, o del hecho de que morirán bajo las condiciones actuales si alguien intenta hacerles algo fue lo único que pudo racionalizar para congelar a seres viviente y convertirlos en sus obras de arte personales en su desquicio? – dijo la mujer musculosa. Latoya ya tenía su respuesta preparada.

- ¿Eso importa? El hecho es que no tienen suficiente Energía Infinita para salvar al mundo, y que volvemos al inicio.

Y con esa declaración, el sueño terminó y Ash reapareció de vuelta en su cuarto, y a su lado Pikachu lo veía con una expresión de preocupación.

- ¿Asumo que ninguno de nosotros estaba alucinando eso? – Ash albergaba la ínfima esperanza de que Pikachu le dijera que se equivocaba. Desafortunadamente, al negar con la cabeza el roedor le confirmó que ese no era el caso.

Mientras tanto en Alola, unos hermanos gemelos despertaron en la enfermería de su escuela en Isla Melemele, pues de repente y sin avisar, los dos sufrieron un desmayo en el medio de su clase. El más desafortunado fue el hermano, que tenía un buen presentimiento con el examen que estaba haciendo en aquel momento.

(--0--)

A la mañana siguiente...

- Pokémon negro con pelo blanco en la cabeza. – repitió Ash a su Pokédex por tercera vez el día de hoy. La pantalla le mostró la imagen de un Darkrai, que no era exactamente el Pokémon que Ash estaba buscando.

- Darkrai, el Pokémon oscuridad pura. Darkrai esparce pesadillas solo por permanecer en el área. Darkrai es el primer Pokémon Legendario que se conoce fue utilizado en un torneo profesional...

- ¿Tienes algún otro? – presionó Ash.

- ¿Un Pokémon negro? Claro. aunque dada tu irritación, sospecho que querrás reducir los criterios de búsqueda. – inquirió el Pokédex haciendo que Ash frunciera el cejo.

- El Pokémon que estoy buscando, estoy bastante seguro de que es un tipo Eléctrico.

- ¿Un Pokémon Eléctrico de color negro? Hmm... ¿quién es ese Pokémon? ¡Es Zebstrika, el Pokémon rayo!

- Ese no es.

- Hmm... tengo una hipótesis, basada en tus búsquedas ilógicas. Estuviste alucinando a raíz de una excesiva y poco balanceada ingestión de comida durante la cena de ayer. Un simple percance con tu biología orgánica, e inevitable para ti como lo son los parches de software para mí.

- Eso lo dudo.

- Como sea, tienes una batalla por ganar, así que cepíllate los dientes y consume tu combustible orgánico.

...

Si este torneo hubiera sido una asignación en su clase de inglés, Ash estaba seguro de que tendría que explicar "predicciones" en su asignación del día. Porque su vida parecía estar empleándolas ahora mismo.

- ¿Ash? ¿Ash Ketchum? – La chica rubia contra la que se iba a enfrentar, Aideen, lo veía sorprendida.

- Um, ¿sí? – Ash se rascó la cabeza, un poco avergonzado. La idea de que se le fueron de la mente por completo hasta que Red los mencionó resultaba bastante embarazosa.

Él no tenía tendencias a olvidar a la gente que conocía. Cierto, podía ser olvidadizo con algunas coas, incluso cuando Cyrus estaría ocupado con sus propios asuntos, pero no tan malo. El chico rubio junto a ella, Elwood, como Ash podía recordar ahora, negó con la cabeza.

- Sigues siendo el mismo Ash. Bueno, me cuesta creer que nos encontraríamos aquí de entre todos los lugares. Pero sigue siendo un torneo, que ganen los mejores de nosotros.

- Claro. – declaró Ash.

- ¡Comiencen!

- ¡Nidorina, ve! – exclamó Aideen lanzando una Super Bola, que al abrirse reveló al Pokémon tipo Veneno azul.

- Nidorina, el Pokémon aguja venenosa. Las Nidorans hembras evolucionan en este Pokémon. Cuando este Pokémon no está relajado, está cubierto de agujas venenosas. No se recomienda tocar.

- No tocar, ¿eh? Entonces solo necesito mantener mi distancia y evitar tocarla. ¡Yo te elijo! – declaró Ash.

- ¡No soy un Porygon, no puedo pelear en esta batalla! – El Pokédex dijo esto momentos antes que Ambipom aterrizara en el campo sobre sus colas, dando unos giros y posando. – Me equivoqué, a veces me olvido que no eres un tonto demente.

- Vaya, eso no se ve todos los días. – dijo Elwood sacando su propia Pokébola. El ocupante se manifestó como un Hitmonlee, que estiró las piernas para calentar y prepararse a dar muchas patadas.

- Un tipo Veneno y un tipo Luchador... – observó Red antes de soltar un Victreebel. La planta soltó un fuerte chillido, y Ash se podía imaginar a James gritando de miedo. Hablando de eso, ¿dónde estaban hoy, o ayer, de hecho? Después se los podría preguntar la próxima vez que aparecieran para molestarlo.

- ¡Picotazo Venenoso! – Nidorina abrió sus mandíbulas mientras Elwood ponía la mano al frente.

- ¡Refuerzo! – Hitmonlee cerró los ojos y comenzó a brillar de color amarillo. El aura se pasó hacia Nidorina, cuya mandíbula emitió un destello amarillo antes de lanzar una tormenta masiva de agujas contra Ambipom y Victreebel.

- ¡Ambipom, Contraescudo!

- [¡Lo tengo!] – Saltando en el aire y comenzando a girar, dejó salir su ataque de Rapidez. Las estrellas colisionaron contra las agujas venenosas, cancelándolas en un despliegue que Ash tenía confianza que podría ganarle muchos puntos en un concurso.

- ¡Wow! ¿Qué combinación de movimientos fue esa? – exclamó el comentarista.

- No, en serio, ¿qué fue eso? – Aideen también parecía sorprendida.

- Al parecer lo llama Contraescudo, basándonos en lo que acaba de gritar. Después podemos preguntárselo, cuando hayamos ganado. ¡Patada Voladora, Hitmonlee!

- ¡Bloquéala!

Ambipom no estaba en posición para esquivarla, así que simplemente hizo lo que le ordenaron. En lugar de evadir, usó sus colas para colocarlas como escudo y bloquear la patada de salto. Gracias a esto, Ambipom solo cayó al suelo en vez de salir volando contra una pared.

- ¡As Aéreo! – ordenó Aideen para ofrecer apoyo a su hermano. En cuanto Hitmonlee aterrizó, Nidorina se lanzó a la carga frente al Pokémon Luchador, con sus miembros brillando en energía blanca.

- Látigo Cepa. – ordenó Red. El látigo de Victreebel, uno que Ash había visto muchísimas veces usado en su contra, salió disparado y se enredó alrededor de la mano con As Aéreo de Nidorina – ¡Ahora, Azote!

Nidorina salió volando por los aires por un rápido tirón del Pokémon de Red, antes de ser azotada de cara contra el suelo. Ash pudo sentir la fuerza por ese golpe. Definitivamente no envidiaba a Nidorina en aquel momento.

- ¡Nidorina! – exclamó Aideen mientras Elwood decidía tomar el relevo.

- ¡Por eso te digo que no hay que precipitarse, hermana! ¡Hitmonlee, ayuda a Nidorina con Patada Giratoria!

- ¡Bloquéala con Doble Golpe! – contraatacó Ash.

Ambipom saltó en el aire, y con sus colas brillando de color púrpura, aterrizó entre Hitmonlee y Nidorina antes de comenzar a atacar. Hitmonlee replicó dándole con su pierna brillándole de energía, haciendo que los movimientos colisionaran, una, dos veces. Luego Hitmonlee golpeó a Ambipom con su cabeza. Ash no estaba seguro de si eso habría sido un Cabezazo, pero definitivamente hizo su trabajo, e hizo que Ambipom retrocediera aturdida.

- ¿Estás bien? – preguntó.

- Am... [Más o menos...]

Antes de que Hitmonlee pudiera avanzar más, Nidorina fue lanzada contra él, lanzando a los dos Pokémon a dar tumbos al estrellarse.

- ¡Tormenta de Hojas!

Saltando enfrente de Ambipom, Victreebel abrió su boca y con un brillo verde dejó salir un remolino de hojas, que salieron disparadas en masa contra Hitmonlee y Nidorina. Nidorina gruñó, y Ash pudo verla clavando las garras en el suelo para mantenerse en ese lugar. Hitmonlee sin embargo salió volando hacia atrás y chocó contra la pared al lado de su entrenador.

- ¿Hitmonlee? – preguntó Elwood, y el réferi en ese momento levantó una bandera.

- Hitmonlee ha sido derrotado. – declaró.

- ¡Y con eso, la batalla queda dos contra uno! ¡Solamente Lilo fue capaz de hacer un regreso de esta situación durante los combates de ayer! ¿Acaso esta jovencita podrá hacerlo de igual manera?

- ¡Sí puedo, y lo voy a hacer! – Aideen le lanzó una mirada asesina a Red, y Ash se sintió aliviado de que no fuera dirigida hacia él. – ¡Esta es por ti, hermano! ¡Nidorina, Cuerno Taladro!

Nidorina reconoció la orden y su cuerno frontal comenzó a brillar de blanco y a volverse más y más largo. Victreebel se tensó al ver que el movimiento de victoria instantánea venía directo hacia él.

- ¡Usa Dulce Aroma!

Victreebel dejó salir una nube de humo rojo que empezó a llenar el campo frente a él como una máquina de niebla. Nidorina gruñó antes de que la energía de su cuerno empezara a girar. El Dulce Aroma salió dispersado, y Ash pudo ver el shock formarse en la cara de Red.

- Tengo una Bellossom, así que sé cómo contrarrestar ese truco. ¡Es hora de poner esto uno a uno!

- ¡Ambipom, lanza a Victreebel al aire! – exclamó Ash.

- ¡Ai! [¡Entendido!] – Ambipom agarró con sus colas al Pokémon tipo Hierba, lanzándolo hacia el aire y haciendo que Nidorina solo golpeara el aire vacío. Ambipom saltó fuera de su camino, y el Pokémon tipo Veneno solo detuvo su carrera ya cuando Ambipom y Victreebel estaban detrás de ella.

- Oh diablos. – declaró Aideen.

- ¡Victreebel, Látigo Cepa!

- ¡Ambipom, Puño Incremento!

Antes de que Nidorina pudiera moverse, un puño brillante de color naranja y un látigo amarillo salieron disparados hacia ella y la golpearon simultáneamente. Nidorina fue estampada en el suelo, sin más que un quejido y un gruñido, y tras cinco segundos, el réferi declaró el resultado.

- ¡Nidorina ya no puede pelear, los ganadores son Red y Ash!

(--0--)

Mientras tanto, de vuelta en Ciudad Saffron...

La muñeca tenía un vestido blanco, con un sombrero a juego y un lazo rosa. Tenía cabello azul, y un mensaje en las manos, listo para ser sellado y enviado. En el papel se leía "Gracias por el futuro". Sabrina miró la muñeca con el ceño fruncido, y con un movimiento de su mano la mandó a volar lejos.

- No, eso solo sería escalofriante, y seguro el niño del futuro trataría de venir aquí a tratar de detenerme. ¿Para qué hacer el mundo más difícil de arreglar todavía? – Sin necesidad de mover un solo músculo, Sabrina se dio la vuelta para ver al jinete de Dodrio aterrorizado al que acababa de traer hacía unos momentos con ayuda de un Abra y su Teletransportación. – La gente como tú es la que necesita desaparecer.

- ¿De qué diablos estás hablando, fenómeno de la nat...? – El trabajador de rancho apenas alcanzó a gruñirle un poco antes de ser silenciado, un efecto de la fuerza telekinética forzándolo a cerrar la boca.

- El mundo está lleno de desadaptados, aburridos y holgazanes. Incluso cuando aquellos que son remarcables demuestran su valía, los de tu clase siempre tratan de hacerlos quedar mal. Nadie puede distinguir a los buenos artistas de los ordinarios, a los mejores cocineros de los que son aburridos, a aquellos que desarrollan sus talentos por sí mismos de los que simplemente copian de otros... he sentido sus frustraciones tanto como las mías propias.

Hizo una pausa antes de continuar, mirándolo a sus ojos llenos de terror.

- Tú eres un ejemplo perfecto de lo que los de tu clase les hacen a quienes tienen verdadero talento, Dario. Nunca tuviste habilidades excepcionales con nada, solo te motivabas a producir resultados inferiores, y conseguiste tu lugar a costilla de gente mucho más talentosa solo gracias a tu cojín de sangre familiar. Ni siquiera te molestaste en tratar de mejorarte a ti mismo; solo veías a quienes tenían talento a tu alrededor, como Lara Laramie, y tratabas de hacerla caer a tu nivel con trucos sucios y sabotajes. En tu empeño por hacerte ver bien tú mismo, un mediocre y desperdicio de espacio sin talento, hiciste que mucha gente con habilidades e inteligencia reales quedaran mal. Les costaste trabajos, reputación, autoestima, y les provocaste heridas físicas tanto a ellos como a los Pokémon en los que se esforzaron tanto, más de lo que tú jamás lo hiciste con los tuyos. Y ni siquiera eso te sirvió de nada, después de que fallaste y quedaste tan expuesto que nadie se sorprenderá cuando encuentren tu cadáver flotando en el río mañana. Eres tan patético que reaccionaste de la misma forma en dos líneas temporales. (**)

- ¡¿De qué locura estás hablando?! – alcanzó a forzar Dario antes de ser silenciado de nuevo.

- El mundo no necesita que los de tu clase lo llenen de más basura. Admito que esto es algo nuevo para mí, estoy más acostumbrada a poner a prueba a los entrenadores para ver si son dignos de supervivencia. Pero tú no eres un entrenador, y tengo dos fuentes confiables que me demuestran que no eres digno. De nuevo, ya que solo eres el primero, podré refinar mi técnica con el tiempo.

Y con estas palabras, Sabrina usó sus poderes para partirle el cuello. El ahora muerto trabajador de rancho cayó inerte al suelo como muñeco de trapo.

- Uno menos, pero todavía quedan demasiados. – Sabrina cerró sus ojos mientras se concentraba, usando su telepatía. Como siempre, sus Pokémon ayudaban a extenderle su campo psíquico con los suyos propios, hasta llegar hasta la mente de Ash Ketchum, el joven con dos vidas.

Ahora su atención estaba en pelear en su torneo, así que no notaría que ella se estaba dando una vuelta a través de sus memorias de su primera línea temporal. Estaba llena de demasiadas almas indignas.

- Hmm... ¿así que un mago? Muy bien, esto será más satisfactorio para seguir eliminando a los de su clase, aunque sea uno de los más patéticos que haya visto en mi vida. Ahora, vamos a buscar a este Melvin y a limpiarle su acto. Permanentemente.

Esta historia continuará...


(*) Mayores detalles de esto en el Gaiden de Falkner.

(**) Para saber cómo Dario fue a parar con Sabrina, leer el Interludio de la Carrera Pokémon Gran P. También, si desean saber más de cómo Sabrina desarrolló sus motivaciones, leer el Gaiden de Sabrina.

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