Cuando una realidad se cierra, otra se abre


En el gran multiverso existen multitudes de mundos, los cuales son hogar de muchos seres similares y maravillosos. Seres capaces de manipular energías psíquicas, volar por los cielos, nadar por los océanos más profundos y realizar muchas otras increíbles hazañas. A estas asombrosas criaturas las conocemos como Pokémon.

Desde algunos considerados como pestes muy comunes a otros adorados por su gran poder equiparable al de dioses, hay cientos de especies de Pokémon conocidas por todo el mundo. Tal vez un verdadero número jamás llegue a conocerse, pero el último conteo los situaba alrededor de los 700, y dicho número es propenso a cambiar una vez que alguien reviva un nuevo fósil o descubra a algún nuevo y misterioso habitante del océano.

Los humanos son considerados por algunos como una especie perdida de Pokémon, aunque esta teoría en sí misma es un gran motivo de controversia. A pesar de todo, la humanidad ha coexistido junto a los Pokémon por muchas generaciones, en su mayor parte gracias a una enraizada armonía que toma muchísimas y variadas formas.

Algunos Pokémon existen como mascotas, otros como ayudantes de trabajo pesado, pero la vasta mayoría de ellos hace equipo con los humanos para mejorar juntos sus fuerzas; el entrenador y el Pokémon viajan juntos a través de las regiones, enfrentando a otros en batallas competitivas (al igual que en otras formas de competencia, como los Concursos, Exhibiciones y el Pokéathlon) en busca de fama y crecimiento personal para ambos.

Ahora, sucede que existe un joven entrenador en particular que posee algo especial dentro de sí, un entrenador que posee una inusual habilidad de crear vínculos con prácticamente cualquier Pokémon que conozca, un entrenador con un enorme potencial que difícilmente podría ser restringido por su juventud e inexperiencia.

Su nombre es Ash Ketchum.

Nacido en Pueblo Paleta, este extraordinario muchacho ha viajado de región en región, compitiendo en muchos torneos, ganando en las Islas Naranja y en la Frontera de Batalla, y dando un excelente espectáculo en Kanto, Johto, Hoenn, Sinnoh y Unova, a pesar de no haber logrado el primer lugar.

Sin embargo, siempre hay una próxima vez, y en este nuevo viaje a través de la región de Kalos, todo parecía indicar que tenía una gran posibilidad de ganar...

(--0--)

La región Kalos, en algún lugar en la Ruta 5 entre Ciudad Lumiose y Pueblo Camphrier...

Un globo de aire caliente con la forma del Pokémon gato rasguñador, flotaba impulsado por el suave viento que soplaba sobre el paisaje de Kalos, mientras el Meowth por el cual debía su forma miraba hacia el cielo.

- Oigan, sonsos, ¿no escucharon algo por ahí? – preguntó el Meowth hablándole a un dueto de jóvenes adultos, el primero un hombre de pelo azul-morado y la otra una mujer pelirroja con un cabello extremadamente largo, ambos con uniformes blancos con botas y guantes negros y en el pecho una enorme R roja.

- No realmente, como si me importara. – dijo la mujer ausente, muy ocupada haciéndose las uñas para prestar atención.

- ¿No escucharon una voz murmurando en el cielo, sonando como una máquina descompuesta? – insistió Meowth.

- ¿No te habrá soltado los tornillos ese último Atactrueno, Meowth? – preguntó el hombre, demostrando un poco más de preocupación que su compañera. – Aunque si no te los suelta la cara de Jessie...

- ¿CÓMO TE ATREVES, JAMES? – gritó furiosa la mujer.

Los gritos de Jessie rápidamente los silenciaron, y pronto tanto James como Meowth se arrepintieron de haber abierto sus bocotas. Al gato no le quedó nada más que hacer excepto volver la mirada al cielo, albergando la esperanza de divisar lo que fuera que hizo ese ruido.

Lo iba a lamentar.

(--0--)

Mientras tanto, en el suelo...

El hábil entrenador conocido como Ash Ketchum se encontraba en este momento en medio de su segunda actividad favorita, después de la intensidad de una buena batalla Pokémon: comer. El muchacho de pelo negro con la piel algo tostada, y como siempre llevando una variante de su característica gorra de béisbol roja y su chaqueta y jeans azules, parecía estar compitiendo con una pequeña niña rubia por quién de los dos comía más, mientras una jovencita más cercana a su edad con el pelo color miel se reía al verlos.

Y mientras tanto, no lejos de allí, resonó una especie de explosión, y una voz de pronto murmuró algo que sonó como "el futuro es ahora", pero al parecer eso era una ocurrencia tan común que los dos que competían por quién comía más se enfrascaron demasiado en ello y no le prestaron más atención aparte de mirar un instante por encima del hombro para verificar que el chico rubio con overol azul claro todavía seguía vivo, aunque algo chamuscado.

Esparcidos a su alrededor estaban varios diferentes Pokémon; un ratón amarillo conocido como Pikachu, uno más pequeño de color naranja, Dedenne, el conejo Bunnelby, la marmota verde y marrón Chespin, la zorrita de fuego amarilla y roja Fennekin, la pequeña rana ninja Froakie, y el pequeño pajarito Fletchling; todos dando saltos alegremente y con energía, habiendo terminado ya de comer y pasando el rato mientras los humanos terminaban su competencia de quién comía más.

Y hablando de eso, el chico rubio de overol, todavía cubierto de polvo negro luego de que el último de sus artilugios le explotó encima, se ajustó sus gafas (milagrosamente intactas) mientras veía a su pequeña hermana y a Ash comer como si no hubiese mañana.

- No saben cómo envidio sus metabolismos. – dijo con un tono seco, aunque sorprendido. Pero justo cuando Ash estaba a punto de echarle mano a la última galleta del plato, esta de pronto se desvaneció... y no porque Ash o la niña rubia se la hubiesen comido.

Los cuatro humanos se quedaron viendo confusos el lugar donde desapareció la galleta, mientras Pikachu, Froakie, Fletchling, Chespin y Fennekin hacían lo mismo al ver que su comida también desapareció sin razón aparente, mientras Bunnelby miraba a lo lejos y Dedenne se quedó dormido en la hierba sin motivo aparente.

- ¿Por casualidad no hay Kecleons en Kalos? – Ash sugirió, dándole a su otro compañero una mirada interrogante, este asintió con la cabeza, pero agregó:

- No creo que ese sea el caso aquí. – Le echó un ojo al Froakie que parecía estar ligeramente molesto por algo antes de proseguir. – Estoy muy seguro de que si hubiera algún Kecleon escondido cerca, Froakie hubiera podido sentir su presencia antes que se acercara para robarse la última galleta.

- ¡FROAKIE FROAK! – dijo la pequeña rana estando de acuerdo, asintiendo con la cabeza y feliz por el cumplido. De cualquier manera, era un misterio, y uno por el cual Ash no estaba feliz. Él quería esa galleta.

- ¿Y entonces qué pasó, quién se llevó la galleta? – quiso saber la niña pequeña, mientras de pronto el árbol detrás de ellos comenzaba a desaparecer, igual que la galleta.

Todos los seres en el claro, a excepción del profundamente dormido Dedenne, le dieron al ahora vacío espacio donde antes había estado un gran árbol una mirada llena de alarma. Mientras tanto, el cielo comenzó a transformarse de un hermoso día soleado a un infinito abismo de oscuridad, con nubes de tormenta lanzando rayos, mientras árbol tras árbol todo a su alrededor comenzaba a desaparecer de nuevo.

Ash se preguntó por dentro si sería un Pokémon el que estaba haciendo esto, y por qué. Sin embargo, sí tenía una ligera idea, habiendo sido testigo antes de un incidente muy parecido... y eso no hizo nada para tranquilizarlo.

- Hermano... ¿qué está pasando? – La pequeña niña comenzó a lloriquear de terror, mientras se agarraba del brazo de su hermano tratando de calmarse.

- No... no lo sé, ¡la ciencia no tiene respuesta para esto! – exclamó, incapaz de ocultar su propia preocupación.

Después de sacar aparato tras aparato para tratar de averiguar qué diablos estaba ocurriendo a su alrededor y sin ir a ninguna parte, no recolectó ningún dato. De hecho, el dispositivo que usaba para escanear también desapareció, borrándose de sus manos como si nunca hubiera estado allí en primer lugar.

La chica mayor, sin embargo, sí se dio cuenta que tanto Ash como Pikachu tenían expresiones distintas en sus rostros que el resto de ellos. Menos en las líneas de un horror del tipo "¿Qué diablos está pasando?" y más bien algo como "Por Arceus, no de nuevo".

- Ash, ¿qué está sucediendo? – le preguntó, mientras que Ash solo pudo responder con un susurro.

- No puede ser... es lo del Pueblo Alamos otra vez.

El suelo alrededor de ellos también comenzó a desaparecer, y venía hacia ellos como si un borrador gigante estuviese haciendo desaparecer el mundo mismo.

- ¿Pueblo Alamos? – preguntó la chica.

Pero apenas tuvo un segundo para reflexionar en esto, antes de que la tierra sobre la que estaban parados también fuese borrada de la existencia. Sin ningún suelo que los sostuviera, todos comenzaron a caer, gritando de horror, hacia un infinito abismo de nubes. Sus gritos solo resonaron apenas por unos segundos, antes de que casi todos ellos desaparecieran por completo, todos excepto uno, que siguió gritando mientras una luz dorada lo rodeaba.

*¡THUMP!*

Con un gruñido, Ash se puso de pie, para encontrarse con que había caído en un piso que parecía hecho de puros diamantes inmaculados, sosteniéndose la cabeza y sintiéndose como si hubiera caído de un avión.

- ¿Qué... qué acaba de pasar? – se preguntó mientras miraba a su alrededor, tratando de determinar dónde se encontraba.

El lugar parecía un palacio, aparentemente cubierto de oro y plata, con joyas que iban desde rubíes hasta zafiros, pasando por esmeraldas y diamantes incrustados en los sólidos pilares de platino, y enormes perlas que colgaban alrededor de cada puerta cerrada. La enorme riqueza del mundo en el que aterrizó le recordó algo a Ash: nada de eso valía nada si no tenía a nadie con quién compartirlo.

- ¡Pikachu! – llamó primero a su más importante compañero, y esperó algunos segundos por alguna respuesta. – ¡Serena! ¡Clemont! ¡Bonnie! ¿Hay alguien?

Los llamó una y otra vez, pero nada. La habitación permaneció en silencio. Parecía ser el único allí...

*¡BOOM!*

El gran palacio de pronto fue golpeado por una enorme explosión de energía que fue lo bastante fuerte para volver a hacer caer al suelo a Ash, al tiempo que comenzó a brillar de varios colores en sucesión rápida; primero rojo y verde, después azul y amarillo, luego blanco y negro...

Las luces vinieron una tras otra en destellos que le lastimaban los ojos como si fueran los ataques de un Pokémon eléctrico, así que Ash no tuvo más remedio que cerrarlos, sin volver a abrirlos de nuevo sino hasta que la luz pareció haber bajado de intensidad lo suficiente y sin brillar con la fuerza del sol, sino más bien con la tranquilidad de la luna. Aunque lo que vio frente a sus ojos resultó ser enormemente familiar.

Un pie con una punta dorada, que llevaba hacia una pierna blanca, esta a su vez conectada a un gran Pokémon cuadrúpedo de piel blanca, con una cabeza elegante y varias estructuras doradas que lo rodeaban formando un patrón como con forma de rayos. Este era un Pokémon por el que los extremistas religiosos escalaban las más altas montañas con la esperanza de oír su mensaje, o le rezaban para que cada arbusto por el que pasaran se prendiera en llamas como una señal de su presencia.

Ash al parecer se topó con él en una semana muy lenta.

- ¡Arceus! – exclamó Ash asombrado y a la vez conmocionado mientras el creador del Mundo Pokémon asintió en respuesta.

- Saludos, Ash. Creo que tenemos mucho qué discutir.

Esto solo significaba una cosa: se encontraba en el Dominio de Arceus.

- Seré sincero contigo, la realidad como la conocemos ha dejado de existir. – comenzó Arceus sin preámbulo, mientras Ash abría la mandíbula ante el creador de una manera que pondría a un Magikarp en vergüenza.

- ¿Quieres decir que...? ¿Eh? – Ash comenzó a hablar, pero se detuvo al darse cuenta de que su voz parecía estar cambiando, antes de volver de nuevo a la normalidad.

- Oh sí, tal vez notes cambios en tu voz, la realidad al distorsionarse puede tener ese efecto en una persona. – admitió Arceus. Ash tuvo el presentimiento de que Arceus probablemente arquearía una ceja divertido si las tuviera, especialmente cuando agregó. – Aunque diré esto, tu voz original era mejor.

- ¿Voz original? Pero si mi voz siempre ha sido la misma. – insistió Ash, aunque en efecto, su voz cambió entre dos tonos distintos con cada palabra, haciendo que sonara realmente perturbador.

- Hum, sí, eso está relacionado con el problema a la mano. – dijo Arceus frunciendo el cejo. – Para responder a la pregunta del por qué la realidad dejó de existir, puedes culpar a aquel al que llaman Cyrus.

- ¡¿El líder del Equipo Galactic?! – exclamó Ash alarmado.

Había creído que ese sujeto había muerto, habiendo desaparecido en un plano paralelo de la existencia para nunca volver a ser visto... o algo por el estilo. En realidad nunca entendió del todo la explicación que le dieron.

- Sí, en efecto se aventuró en un plano diferente de la existencia, y al hacerlo logró aprender los métodos naturales para manipular las fluctuaciones del espacio-tiempo. Esto hubiera llevado a cualquier humano mentalmente normal a la locura, pero su trastornada mente pudo comprender las fuerzas del espacio y del tiempo que ocurren de manera natural para asegurarse de que el mundo no caiga en un estado de entropía, o conflictos en sus extremos.

Arceus se detuvo un momento, luego de pensar que tal vez sería algo complicado para Ash, trató de pensar en cómo podría seguir la explicación para que él comprendiera.

- Para exponerlo a un nivel que puedas entender, este proceso incluye introducir nuevos tipos de Pokémon, separar ataques físicos y especiales de manera más lógica y cambiar la cantidad de Pokémon conocidos por la ciencia. Es muy similar a lo que un escritor humano llamaría "continuidad retroactiva". Con este conocimiento, fue capaz de sobrepasar a Dialga y Palkia y alterar los resultados finales de su nacimiento, en esencia destruyendo por completo la realidad y rehaciéndola por completo a ese mundo que desea, ese mundo sin espíritu. De hecho, de ese mundo ya solo quedamos tres formas de vida: Cyrus, tú y yo. – Arceus nuevamente se detuvo para que Ash pudiese procesar todo lo que le había dicho.

- Espera... ¿me estás diciendo que?

- Sí, me temo que todos tus amigos están más que muertos. – replicó Arceus sin titubear, mientras Ash lo veía con una expresión de horror. – Ninguno de tus Pokémon, familiares o amigos nació o existió jamás.

Eso hacía el hecho de que Ash existiera un desastre temporal muy complicado, aunque un detalle algo menor considerando el actual declive que la realidad estaba sufriendo; a raíz de estar en un proceso que prácticamente era de estar detonándose a sí misma, Arceus tendría que desaparecer por completo a Ash para preservar lo que quedaba de la realidad. Pero, paradojas aparte...

*¡BOOM!*

El misterioso palacio de Arceus de nuevo fue golpeado por una fuerza masiva que sacudió sus cimientos místicos, haciendo que Ash volviera a perder el equilibrio y casi cayera, solo que los ojos del creador brillaron en azul y lo ayudaron a levantarse con un ataque Psíquico.

- No tenemos mucho tiempo. La distorsión temporal está tratando de borrarme a mí de la existencia igual que a todos los demás. – dijo Arceus mientras observaba los ataques a su palacio. Al parecer decidió apurar el paso porque rápidamente pasó a la explicación, muy apresurada. – La única manera de aliviar este desastre es enviar a alguien que sea competente atrás en el tiempo con sus memorias intactas, alguien que sea capaz de impedir que Cyrus descubra las respuestas del tiempo y el espacio. Y ese alguien, por defecto, eres tú.

Ya que Ash se veía conmocionado ante esto, Arceus decidió no mencionar que Ash había sido su tercera opción. Originalmente quiso enviar a la Campeona Pokémon de Sinnoh, Cynthia, pero ella desapareció antes de poder traerla a su palacio, al igual que ocurrió con Lance, de los Hombres-G Pokémon.

- ¿Y-yo? - tartamudeó Ash en completo shock. – ¡Yo no puedo salvar al mundo!

- Según puedo constatar, has salvado el día en muchas ocasiones. – le recordó Arceus al entrenador. – En Shamouti y Michina salvaste al mundo entero, sin mencionar el haber salvado áreas grandes importantes en muchas otras ocasiones. No puedo entender por qué no crees ser capaz.

- ¡Es porque nunca puedo ganar en nada! – exclamó Ash, dejando salir una tremenda frustración que tenía enterrada desde hacía tiempo, haciendo que explotara toda de una vez. – ¡Perdí en Kanto, Johto, Hoenn, Sinnoh y Unova, y perdí en mi primer desafío de gimnasio en Kalos, y con una gran ventaja de mi parte según los tipos! ¡Si yo soy la última esperanza de la realidad, todos estamos perdidos!

Arceus lo observó por un momento, antes de empezar a brillar mientras un campo circular de energía rodeaba a los dos sobrevivientes de la realidad, mientras varias escenas comenzaban a aparecer frente a sus ojos.

- Gastrodon ya no puede continuar, Torterra es el ganador...

- Ninjask ya no puede continuar, Buizel es el ganador...

Los ojos de Ash se ensancharon mientras veía su batalla con Paul en Sinnoh, pero parecía ir diferente. Aparte del cambio en el orden que fueron derrotados los Pokémon, parecía haber mayor intensidad en la batalla que antes; como si hubiera mucho más en riesgo que en esa última batalla que tuvieron (la cual fue tal vez su victoria más satisfactoria de todos los tiempos, sin contar posiblemente a Drake y a Brandon). Y entonces, en una escena muy familiar, Infernape derrotó a Electivire, y la declaración lo selló:

- Electivire ya no puede continuar, el ganador es Infernape. La batalla, y el campeonato de la Liga Sinnoh son para Ash de Pueblo Paleta.

Ash se quedó mirando con los ojos como platos, mientras Arceus retrocedía la escena una vez más, pasando algunos montajes rápidos de las batallas anteriores a esa.

- Ash derrota a Nando y avanza a los ocho mejores...

- Ash derrota a Conway y avanza a las semifinales...

- Ash derrota a Barry y avanza a la final...

Y luego la escena avanzó rápidamente de nuevo, esta vez hasta Unova.

- Ash ha vencido a Cameron, nuestro favorito entre los entrenadores de fuera de la región, Ash pasa a los 32 mejores...

El Lucario de Cameron se encontró a la merced del Voto de Fuego de Pignite, mientras que Hydreigon fue derribado por la Tijera-X de Leavanny potenciada con Enjambre.

- ¡Al derrotar a Bianca, Ash avanza a los 16 mejores! – gritó el anunciador, mostrando una imagen de Palpitoad derribando a Emboar con una potente Hidro Bomba.

- Virgil ha sido derrotado, y con ello, Ash avanza a los 8 mejores... – El Eevee de Virgil fue noqueado por un poderoso Golpe de Roca de Boldore.

- Con su victoria ante Stephan, Ash avanza a las semifinales... – Igual y como Ash lo recordaba, Krookodile acabó con Sawk usando un As Aéreo.

- ¡Con su victoria sobre Trip, Ash avanza a las finales! – Pikachu de nuevo derrotó a Serperior mientras que escenas de batallas anteriores mostraban a Oshawott derrotando a un Vanilluxe mientras Unfezant dominaba a Conkeldurr y Snivy a un Jellicent.

Ash de pronto se encontró mirando una brutal batalla contra nada más y nada menos que Tobias, de todas las personas, cuyos Darkrai y Latios fueron los únicos Pokémon a los que Ash pudo verle, y esta vez su otro yo decidió ir por algunos de sus viejos Pokémon como refuerzo, considerando que estaba viendo a Sceptile peleando contra Darkrai de nuevo, mientras una escena posterior mostraba a Krookodile peleando con Latios, con un tablero que mostraba que Heracross había luchado contra Darkrai y perdió, y después retornó a Sceptile tras pelear con Darkrai.

El encuentro avanzó a toda velocidad, con un tablero que mostraba a Heracross, Sceptile, Krookodile, Infernape, Charizard y Pikachu habiendo luchado (y derrotado) a Tobias, levantando con orgullo el trofeo de Unova mientras los Pokémon que capturó en dicha región celebraban alegremente...

La serie de imágenes en sucesión rápida dejó a Ash en un completo estado de confusión y shock. ¿Acaso Arceus se sentía con ganas de hacerlo sentir peor mostrándole cómo debería ser, y no parecía serlo?

- Uno no puede simplemente destruir la realidad con un sacudón de la mano. – dijo Arceus sacando de sus pensamientos a Ash, mientras este solo miraba cada vez con más terror en el rostro a medida que Arceus elaboraba los hechos. – Hay que practicar la manipulación del tiempo, y tú fuiste su sujeto de pruebas para hacerlo. Para descubrir cómo lograr todas las alteraciones temporales que quería hacer de un solo golpe, y para evitar que yo lo detectara, tuvo que practicar con cambios mucho más pequeños.

»Para ponerlo en términos humanos, decidió hacerlo siendo un completo bastardo contigo y saboteando tu nivel de inteligencia y habilidades al azar, afectando no solo tu mente, sino las habilidades físicas de tus Pokémon. Prácticamente todas las derrotas que tuviste en Sinnoh, Unova y Kalos fueron resultado de Cyrus metiéndose contigo.

Ash se quedó mirando el futuro que debería haber sido en completo asombro.

- ¿Es decir... que no soy un fracasado?

- No. – aseguró Arceus, negando con la cabeza.

- ¿Y todas mis derrotas desde la Frontera de Batalla fueron por...?

Arceus de repente se rio, mientras mostraba alrededor de las escenas que mostraban la pelea entre el Electivire de Gary y Pikachu, al igual que la batalla del Lago Acuity.

- Oh no, todavía has perdido batallas completamente bajo tu propia responsabilidad; nadie es perfecto. – Arceus casi sonaba divertido al recordarle a Ash que no era la perfección encarnada.

Luego que Ash recuperó su compostura tras ese recordatorio, Arceus retomó la conversación sobre salvar al mundo.

- Muy bien, ahora que todo está en orden, te enviaré de regreso al pasado, concretamente, al día en que te convertiste en entrenador por primera vez. – Al ver la mirada inquisitiva de Ash, Arceus le hizo un gesto para silenciarle la pregunta y explicó. – Estoy haciendo esto porque el mundo no puede permitirse una segunda disrupción del tiempo y el espacio, así que tendrás prepararte tanto como sea posible para detener los planes de Cyrus, aunque reconozco que enviarte de vuelta hasta el día de tu nacimiento podría arruinar tu cordura. También, como entiendo que como Entrenador Pokémon comprendes la necesidad del trabajo en equipo, te otorgaré la habilidad de restaurar las memorias de tus...

*¡BOOM, BOOM, BOOM!*

Una explosión todavía más fuerte sacudió de nuevo el palacio del creador Pokémon, mientras Arceus miraba a Ash con una evidente expresión de alarma, más de lo que se vio cuando creyó haber sido traicionado por Damos.

- No hay suficiente tiempo, no podré hacer esto tan completo como hubiese preferido. – Arceus se enfocó en Ash mientras un brillo naranja rodeaba al muchacho, al tiempo que todo el palacio a su alrededor se sacudía cada vez más y más violentamente. – A diferencia de Dialga, tengo que enfocarme mucho más para enviar a alguien a través del tiempo de manera segura, como seguramente lo habrás experimentado antes. Podrás restaurar las memorias, pero no tan perfecta y limpiamente como esperaba otorgártelo, y no será muy flexible, además las distorsiones de la línea temporal original podrían tener consecuencias impredecibles, pero es la mejor oportunidad que tenemos todos...

*¡BOOM, BOOM, BOOM, BOOM, BOOM!*

Los sacudones se volvieron todavía más violentos, mientras el brillo naranja en Ash cesaba, de una manera parecida a un videojuego al apagarse, y con una similar sensación de sentirse incompleto, mientras un orbe irregular de color azul se formaba alrededor de Ash.

- Te deseo la mejor de las suertes, espero que no despiertes en un cuerpo de sexo opuesto o de algún Pokémon, o algo que pueda ser perturbador para ti. Y no esperes que yo recuerde nada en la nueva línea temporal, así que si intento matarte la próxima vez que nos veamos... no lo tomes personal...

Antes que Ash pudiese dejar claros su confusión y horror ante tales escenarios, el orbe azul explotó en una luz y Ash desapareció en ella, a solo segundos de que todo el palacio colapsara en sí mismo, con Arceus en él.

(--0--)

En los confines del tiempo...

Extrañas luces y sonidos sobrecargaron los sentidos mortales Ash, mientras caía a través de un vórtice indescriptible, mientras su voz seguía cambiando de un tono a otro, mientras oía como susurros palabras en sus orejas en una lengua que parecía estar hecha de cada voz individual que había oído en toda su vida, como una sola voz y a la vez como muchas.

- Bloodline... 

- Dominio... 

- Especie... 

- Corazón... 

- Ataque... 

- Fusión... 

- Profecía... 

- Familia... 

- Sombra... 

- Aura... 

- Poder... 

- Amor... 

- Furia... 

- Odio... 

- Mega... 

- Secretos... 

- Muerte...

Estas y cientos de otras palabras más asaltaron la cabeza de Ash, con el muchacho apenas logrando seguirles el paso, mientras una nueva, brillante e intensa luz comenzó a llenar el vórtice.

La luz consumió a Ash por completo, y a partir de ese momento, no supo nada más...

Esta historia continuará...

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