Cosas cortitas durante Índigo (protagonizadas por Gary)

En las afueras de la Meseta Índigo...

"No te apures a llegar a nuestro lugar. Tómate el tiempo, huele las rosas, y cosas así. Esto tampoco es por algún desastre accidental que podría o no dejarte sin colchón si llegas a nuestro lugar demasiado rápido."

Eso era lo que decía el mensaje de Casey Snagem que recibió Gary mientras se alejaba de Índigo el día de los encuentros de semifinales. Entre la hierba y arbustos, piedras y el cielo, los pensamientos de Gary vagaban entre diferentes temas. Sobre las batallas que ganó, la que perdió, el chismorreo de su abuelo anoche, y lo que podría haberle pasado a su colchón. Eventualmente, un pensamiento le vino a la cabeza para quedarse allí. Asuntos pendientes.

Gary había derrotado a alguien a quien realmente quería vencer. Paul había sido vencido, y Gary se sentía reivindicado. Como si hubiese equilibrado la balanza que Paul le había mostrado tan desequilibrada que ni siquiera era divertido. Sin embargo, había alguien más. Alguien con quien tenía asuntos pendientes, Red.

Gary no había vuelto a cruzarse con Red desde Fuchsia (a menos que de alguna manera lo hubiese olvidado), pero las derrotas seguían allí. Eran derrotas, y sin duda algo que Gary se quería cobrar.

Había estado pensando en la idea de derrotar a Red por un tiempo mientras caminaba, aunque entre más caminaba, más preguntas le surgían. Por ejemplo, ¿a dónde se iría Red a continuación? ¿Y a dónde iría el propio Gary a continuación?

¿Acaso iba a decidir basándose en a dónde iría Red? Eso se sentía... mezquino. Tal vez hasta patético, tuvo que admitirlo. Perseguir a Red sólo para ganarle no era una forma de vivir, y Gary no tenía deseos de involucionar así. Aunque quizás no tenía otros métodos para decidir lo que haría después.

Ash estaba ayudando a su abuelo, y después de eso aparentemente planeaba ir a participar en la Copa Remolino o algo así. La Copa Remolino no le interesaba a Gary en absoluto, e irse a donde Ash planeaba ir era un tipo diferente de actitud patética, más que acechar a Red por una venganza mezquina, pero Johto también era un destino común para entrenadores de Kanto luego de su conferencia, o al cuál volver si venías desde allá para la de Índigo.

¿Cuál sería su camino?

Eventualmente, luego de una caminata que se convirtió en un vuelo sobre Pidgeot luego de llegar a un callejón sin salida y sin sentir ganas de devolverse, Gary eventualmente vio un pequeño pueblo en las colinas entre Pueblo Paleta y la Meseta Índigo. Hablando de Pueblo Paleta, el pequeño lugar le recordó a Gary de su hogar, y le indicó a Pidgeot que aterrizara. Sus pensamientos no iban a ninguna parte que fuera productiva, así que tal vez un cambio de ritmo le haría bien. Además, siendo un chico rural, algo que a veces era un poco descuidado de admitir, podría echar un ojo por si había un mercado de pulgar a varios kilómetros de distancia, y esos podrían tener cosas interesantes que ver. Tal vez le diera una idea o dos.

Los vendedores en el pueblo se sorprendieron de ver a alguien montado en un Pidgeot aterrizando en el medio del mercado y bajándose, pero no mucho. Los ojos de Gary se movieron lentamente a través de los puestos, sin mucho interés en radios de transistores y discos de vinilo, aunque hubo uno que capturó su atención. Mayormente por un objeto específico, el cual fue a revisar.

– ...Oh, ¿estás viendo eso? Digo, es bonito, pero sólo es un viejo recuerdo de un viaje a la costa hace varios años. – El anciano que manejaba el puesto no sonaba a que le molestara que alguien le quitase eso de las manos, pero no parecía entender por qué Gary estaba interesado en ello. Gary mientras tanto, sostenía el "recuerdo" en su mano para echarle un vistazo más de cerca, y supo que sí era lo que él creía. Una Escama de Dragón.

– ¿Cuánto pide por esto? – preguntó Gary.

– No mucho. – admitió el mercader, con aspecto de estar sorprendido de que alguien quisiera algo de lo que probablemente fuese una esquina de su granero. Había una parte de Gary, cuya empatía por los demás había sido nutrida por Daisy y templada por su propio camino desde que se encontró por primera vez con Red y Paul, que quería decirle al hombre lo mucho que costaba una Escama de Dragón y cuánto de "no mucho" podría considerarse casi literalmente un robo a favor de Gary. Por otra parte... una ganga era una ganga, y estaba esa vieja regla de que la oferta y la demanda afectaban los precios. Nadie estaba buscando Escamas de Dragón por aquí, así que el precio tendría que ser bajo.

Gary también tenía que ser honesto, ya había dejado de sentirse incluso un poco mal por comprar algo por básicamente menos del cinco por ciento de su valor real, luego de terminar de ver un puesto dedicado a gnomos de jardín hechos a mano. Él no compró ninguno, pero había otras cosas que ver, y tal vez podría encontrar un Magmatizador o algo similar. Probablemente no, pero sería genial si así fuera. Gary sí logró encontrar algunas posibles gangas, pero primero necesitaba consultar la lista de su abuelo. Dicha lista era de libros raros que cubrían registros históricos de gente y Pokémon interactuando que podrían ser fuentes útiles, pero se consideraban difíciles de encontrar en bibliotecas profesionales. Las esquinas en el campo a veces los tenían, abandonados en propiedades ya olvidadas y entre coleccionistas.

Había docenas de libros en la lista, libros que se referenciaban superficialmente en los trabajos de investigadores de siglos atrás como el Profesor Westwood (el primero, ya que el actual Profesor Westwood era el quinto) o Laventon que no parecían encontrarse estos días en ninguna parte, pero a veces se podrían conseguir en lugares extraños. Aparentemente, la nieta de un profesor en Galar se encontró algunas fuentes que el Profesor Laventon había usado en muchos de sus documentos de investigación. Ninguno de ellos eran del tipo que harían que su viejo saltara de alegría, como las fuentes de viejas historias sobre poblaciones de Zoruas que migraban desde fuentes dracónidas permanecían perdidas a menos que algún dracónido decidiera cederlas, pero era un recordatorio de que había fuentes aparentemente perdidas aguardando ser encontradas en alguna parte del mundo.

Probablemente no iban a estar aquí, pero Gary tenía mucho tiempo para matar y ya había tenido éxito en algo. Aunque pronto se volvió aparente que sería lo único en que tendría éxito el día de hoy.

– ¿Libros? Eh, lo siento, chico, no hay muchos para vender por aquí de esos. Tenemos una biblioteca pública, el orgullo de nuestro pueblo, y de hecho durante el último siglo, así que nunca los compramos por toneladas. – le admitió un vendedor de jabón hecho a mano luego que Gary preguntó al respecto. Gary no podía juzgarlos, la biblioteca de Pueblo Paleta era realmente la colección de libros de su abuelo. Aunque el vendedor de jabones parecía dispuesto a ofrecer sugerencias más allá del precio de jabón de Aspear.

– Sabes, si eres sólo un entrenador viajero, valdría la pena hacer una parada en el centro de crianza en los límites de la ciudad. Tal vez consigas un huevo o algo. Además, la mejor entrenadora de nuestro pueblo en los últimos quince años vive allí, justo acaba de volver de su propia vuelta en Índigo si sientes ganas de tener una batalla. No llegó tan alto en el ranking como tú, pero supo darle miedo a ese ninja.

Gary recordaba vagamente que Koga luchó contra una chica entrenadora en... ¿fue en la sexta ronda? Sí, sexta ronda. El anciano sonrió.

– La chica se llama Manna Ornus. Su madre es la dueña del centro de crianza. Muy amables, las dos. Te acabas de perder nuestra fiesta por su éxito, fue todo un viaje.

Gary sonrió, era una sonrisa de naturaleza familiar. El vendedor de jabón se rio.

– También en tu pueblo natal, ¿eh, chico?

– Sí, puede que yo también tenga una fiesta esperándome a mí y a otro entrenador allá en casa en unos cuantos días.

El vendedor también sonrió.

– Bueno, como un viejo pueblerino que a menudo se aburre, puedo decirte con toda honestidad, gracias, gracias a todos ustedes los jóvenes ambiciosos que traen entretenimiento a nuestras vidas, incluso si algunos de nosotros nos quejamos de ello. Mejor que lo que algunos de los de tu clase suelen hacer, te lo digo.

Gary sintió que le venía un gruñido de anciano, pero en vez de eso salió un suspiro.

– Chico... ¿has oído del Equipo Rocket?

Gary tuvo que resistirse al impulso de decir "Um, sí" impregnado con el sarcasmo que anteriormente reservaba para Ash en sus peores momentos. El anciano entendió la parte de que Gary sí sabía lo que era el Equipo Rocket menos dicho sarcasmo, ya que sacudió su cabeza.

– Sí, sé que suena tonto. Todo mundo sabe quiénes son. Es sólo que... benditos tus padres y la madre de Manna, por mantenerlos a ustedes dos en el camino correcto.

...

Gary afortunadamente se escapó del anciano poco después, pero le dejó un pensamiento en el cual reflexionar un poco. El Equipo Rocket, y dónde solían reclutar a sus nuevos miembros. No era algo de lo que la gente soliera hablar en el pueblo, pero siempre tuvo la impresión de que había conversaciones en susurros sobre si el hijo o hija de X terminaría en el Equipo Rocket. A veces, las conversaciones eran más abiertas.

– "¿Un idiota como tú, Maestro Pokémon? ¡Eres demasiado tonto hasta para estar en el Equipo Rocket!"

Gary recordaba a Zacharias diciéndole eso a Ash en una ocasión. Nunca le cayeron bien al chico mayor. Para Zacharias, Ash era un rival natural en actitud, metas y talentos que lograba ponerse a la par con las habilidades de Zacharias en su año final en Pueblo Paleta, de tal manera que el muy patán se agitaba a más no poder. En cuanto a cómo lo veía dicho patán a él...

– "¿Quieres que todos te hagamos reverencia, oh Príncipe de Pueblo Paleta?"

... Príncipe de Pueblo Paleta. Gary también recordaba eso, y honestamente habría querido hacer el intento de convertir el insulto en un cumplido, si bien no para llevarlo con orgullo. Ni siquiera era tan difícil, ya que de cierto modo sí era como un príncipe. Su ilustre ancestro era la razón del nombre de su pueblo. El Profesor Oak era básicamente el corazón que mantenía vivo con sus latidos a Pueblo Paleta. El alcalde del pueblo durante varios años fue su tío abuelo. El dueño de la oficina postal también era su tío abuelo. Daisy era básicamente la princesa a la que todos amaban. Era una mentalidad fácil de desarrollar para sí mismo, y probablemente igual de fácil caer en ella. Haber sido legítimamente mejor que casi todos en Pueblo Paleta no ayudaba.

...

¡Inclínate! ¡Inclínate ante tu príncipe! – declaró Gary una vez, luego de derrotar a Ash y Zacharias en un juego de trivias.

Urgghh. ¡Oh, te venceré la próxima vez, Gary! – fue la respuesta de Ash a dicha derrota. Una determinación para volver a intentarlo y ser mejor la próxima vez.

Tccchhhh... te crees la gran cosa. Bueno, sólo esperen y verán. Tomaré a todo Kanto por sorpresa antes que ustedes, par de Igglybuffs, puedan llorar al respecto. ¡Un día despertarán en el Pueblo Zacharias! – La declaración del susodicho era de venganza.

...

Gary sacudió su cabeza ante la idea. Sí, técnicamente era posible que hubiera un "Pueblo Gary" o "Pueblo Ash". Pero la cantidad de logros que necesitarían para ganárselo era... algo ridícula. No se trataba de ser sólo un buen entrenador, sino una leyenda viviente. Un héroe entre los héroes, y también... incluso en sus momentos más arrogantes Gary nunca se imaginó que renombraran el pueblo por él. Incluso en ese entonces, "Pueblo Daisy" parecía más probable en cuestión de logros en masa, y Daisy todavía necesitaba lograr mucho, mucho más, y tener la arrogancia como para querer algo así.

Y Zacharias había logrado tan poco aparentemente, viendo que Gary no había visto o escuchado nada de él, que un Pueblo Zacharias nunca iba a suceder, y se salió de los pensamientos de Gary tan pronto como llegó al Centro de Crianza Ornus, o al menos el centro de crianza administrado por la señora o señorita Ornus. Era un área cercada, una versión en miniatura del laboratorio de su abuelo en casa, aunque con algunas variedades menos extremas de terreno. Praderas, bosques, y un estanque, lo suficientemente bueno para una variedad de Pokémon. Parte de la cerca parecía rota, y recientemente por lo que...

SMAACCKK!*

El sonido de madera y piedras rompiéndose cerca de allí atrajo la atención de Gary, atrayéndolo hacia unos matorrales espesos donde se hacía evidente el sonido de una batalla.

– ¡Bloquéalo, Sudowoodo! – gritó la voz de una chica desde los matorrales.

– ¡Suuu!

– Champp.

Gary corrió hacia donde estaba sucediendo la batalla, con una mezcla de preocupación porque algo estuviese mal, y un interés general en ver una buena batalla, maniobrando a través de árboles achaparrados para ver una pelea en progreso.

De un lado estaba un Machamp, el cual Gary habría señalado como un Pokémon salvaje que rompió la cerca. Después de todo era más conocido por arrojar rocas como especie que Sudowoodo, y estaba rodeado por docenas de Pokébolas rotas y deshechas.

Del otro lado estaba un Sudowoodo, que parecía verse bien para tratarse de un Pokémon de Roca que peleaba contra un Machamp. Su entrenadora era una chica, más alta que él y que se parecía... ¿a Ash? Igual que Red, y similar a ese chico Ritchie, tenía muchas de los rasgos que Gary asociaba con Ash que no provenían de su mamá. Pelo negro, esas marcas en su cara, y un cierto tipo de expresividad en su cara que Gary sentía que le faltaba a la señora Ketchum, las orejas, e incluso usaba una chaqueta azul y una camiseta negra que tenía el largo de un vestido. La chica tenía ojos rojos, sin embargo, y era bastante más esbelta que Ash, especialmente luego de que le dio por ejercitar sus músculos. Gary podría describirla como flexible. El cuello de su chaqueta era rojo y naranja, y usaba una falda de tela vaquera en lugar de pantalones o shorts.

– ¡Martillo de Madera! – gritó la chica, mientras el follaje de la rama falsa de Sudowoodo brillaba de un verde vibrante. El Machamp lo contrarrestó con unas auras de color rojo alrededor de sus brazos, un ataque de Fuerza, en cuanto los dos colisionaron. El Sudowoodo ganó el choque, y la falta de una señal de daño por retroceso hizo suponer a Gary que la habilidad de Sudowoodo debía de ser Cabeza de Roca.

Machamp cayó noqueado al suelo, y la chica tomó lo que parecía ser su última Pokébola.

– ¡Mi último intento, más vale que cuente! ¡Pokébola, ve!

Y la chica arrojó la Pokébola al Machamp, que fue succionado dentro y empezó a sacudirse. Una, dos veces...

SNAP!*

Y se abrió de golpe, revelando al Machamp que les rugió a ambos. Ambos, entrenadora y Sudowoodo, parecían frustrados, probablemente porque se les agotaron las Pokébolas con un Pokémon que querías capturar y que seguía luchando.

Joven amo, ¿podría sugerirle darles una mano? – pitó su Pokédex, algo quedo debido al choque resultante de lo que parecía un Golpe Cruzado y un Testarazo.

– ¿Con qué, robarle la captura? – Gary no creía que eso fuera una buena idea, aunque le hubiera dado al Machamp después.

Negativo. ¿Necesitas un recordatorio de ese programa que el Pokédex de Ash robó y añadió al Colectivo del Pokédex?

La duplicación de Pokébolas.

– ¿Tengo Pokébolas de reserva? – Gary tendría que "reabastecerse" más tarde, le gustaba tener bastantes a mano en caso de encontrar Pokémon raros de emergencia, pero ciertamente no estaba en contra de ceder.

Por supuesto. Con usted tiene Pokébolas regulares, Súper Bolas, Ultra Bolas, y Bolas Temporizadoras.

Gary asintió mientras cogía su mochila.

– Recuérdame que replique una Bola Temporizadora. – le dijo Gary a su Pokédex mientras cogía la susodicha Pokébola, sintiendo su distintiva cresta.

En efecto, señor. También he desincronizado la Pokébola seleccionada. Ya no se afiliará a usted.

Gary asintió antes de salir de los matorrales, atrayendo la atención de los tres.

– ¡¿Necesitas esto?! – gritó Gary, asegurándose que la chica lo viera antes de arrojarle la Bola Temporizadora. Aunque sorprendida, la chica parecida a Ash la atrapó, y si bien se fijó en su naturaleza, asintió.

– ¡Maaa! – El Machamp gritó, con ambos brazos brillando púrpura para un ataque de Veneno Cruzado.

– ¡Sudowoodo, usa Disparo de Lodo! – contraatacó la chica. Sudowoodo asintió antes de escupir una ronda de balas de lodo, golpeando cada una a Machamp en el pecho. El Pokémon de cuatro brazos se tambaleó por el ataque, creando una abertura.

– ¡Ve, Bola Temporizadora! – gritó Manna, arrojando la Bola directo en la cabeza de Machamp con una curva perfecta. La bola succionó a Machamp, y se sacudió una vez. Luego dos veces. Luego una tercera, y finalmente hizo un click y se selló, a lo que la chica y Sudowoodo dejaron salir un suspiro de agotamiento que parecían haber estado conteniendo todo el tiempo.

– Al fin atrapamos a la peste que sigue rompiendo la cerca de mamá, y sólo nos costó todas nuestras Pokébolas.

– Suudoo wooodo. – Sudowoodo estaba de acuerdo, y ambos miraron a Gary con expresiones de gratitud en sus ojos.

– No puedo agradecerte los suficiente por darnos esa Bola Temporizadora. No estaba segura de que pudiéramos lograrlo sin ella, fuera de ahuyentar a ese Machamp y correr para conseguir más antes de que volviera para seguir rompiendo cosas.

Gary sonrió.

– No fue ningún problema. Mi presupuesto de Pokébolas es bastante grande, así que puedo permitirme ayudar a alguien. Buena batalla, por cierto.

La chica se sonrojó.

– Oh, todo mundo piensa eso, supongo. Oh, mi nombre es Manna Ornus.

– Gary. Gary Oak. – Gary se preguntaba si debería incluir la última parte. La chica se llevó la mano a la barbilla pensativa, como si necesitara un segundo para recordar algo.

– Oh hey, también estuviste en Índigo.

– Sí, aunque en el lado opuesto de la llave. – aclaró Gary. Si ella peleó contra Koga, y se las arregló para asustarlo o lo que fuera que pasó en su último combate en Índigo, habría estado en el lado opuesto con Red y Ritchie en lugar de él, Ash y Paul. Aunque hablando de Ash, Red y Ritchie... entre más miraba Gary a la chica, más notaba su parecido con Ash. Y aparentemente ese pensamiento dio paso a una mirada muy, muy extraña en su rostro, dado la confusión de la chica.

(Sudowoodo también parecía estar imitándola... oh, diablos. Qué suerte que nadie estaba tomando fotos.)

– ... ¿Sucede algo malo? – preguntó Manna mientras Gary trataba de encontrar la mejor forma de explicarlo. Lo mejor que se le ocurría era usar su Pokédex para sacar una foto de él y Ash y elaborar a partir de allí.

– Perdona, es que... bueno, este idiota es un chico de mi pueblo y posiblemente mi mejor amigo, de una manera del tipo "dice más sobre mí" que otra cosa, y bueno...

La chica observó la foto por un minuto, con una mirada de incredulidad en el rostro. Específicamente, la del tipo que uno solía mostrar cuando algo improbable sucedía repetidas veces.

– ¿Me creerías si te digo que no eres el primero que me dice eso? Aunque mayormente era con ese sujeto Red en mi llave durante el torneo. – añadió Manna, sonando a que estaba sorprendida por ello, y al mismo tiempo curiosa. – Mi mamá fue de hecho la primera persona en mencionarlo, ya está en la casa y deberíamos agradecerte por ayudarme. No andabas sólo de paso, ¿verdad?

Las palabras de Manna no eran un juicio, sólo de alguien que conocía el camino hacia el negocio de su mamá y él no planeaba ir a ninguna otra parte.

– Sí, estaba echando un vistazo a los alrededores y escuché de este lugar, supongo que estoy haciendo más que sólo posiblemente buscar algún nuevo Pokémon. – Gary no podría haber predicho cómo resultaría esto, pero ahora estaba en un... embrollo algo raro, así que bien podría ver a dónde iría todo esto.

En el peor escenario, tendría un tópico interesante para discutir con Ash la próxima vez que se encontrasen.

...

El edificio principal del centro de crianza servía a doble propósito como casa. Era más grande que las de Pueblo Paleta, pintada de azul claro en lugar del blanco preferido en Pueblo Paleta, con un techo verde en lugar de rojo. También tenía aspecto de haber sido expandido en cierto punto, y la puerta a donde Manna lo estaba guiando estaba en la sección que parecía más nueva en la casa. Los caminos no tomados eran los que tenían decoraciones de exterior como sillas mecedoras y macetas llenas de flores gracideas, Gary se imaginó que este debía ser el anexo para el negocio y que el otro camino llevaba hacia la casa como tal. Quizás en cierto punto la casa era un hogar regular que fue expandido para trabajar con el negocio de crianza Pokémon. Gary no estaba seguro, ya que sólo pensaba para sí mismo.

Eventualmente Manna le abrió la puerta verde, dando paso a un espacio que casi parecía una oficina. Escritorio, sillas, fotos profesionales, alguna que otra decoración con retratos de una niña pequeña que podría haber pretendido ser Ash de niño y engañado a mucha gente.

– Oh, vaya, hola. Bienvenido al Centro de Crianza Ornus. Soy Galia Ornus, y veo que ya conoces a mi hija. Oh, cariño, sobre ese vecino problemático...

Manna sostuvo la Bola Temporizadora, con una mirada de cansancio en su rostro. El "vecino problemático" parecía ser sólo terminología de negocio para un Machamp suelto.

– Logré encontrarlo, pero ese Machamp simplemente no quería quedarse dentro de la Pokébola. Gary aquí tuvo que darme una para que lo hiciera, porque terminó rompiendo todas las que tenía.

Gary se tomó un minuto para compararlas a las dos. Aunque Manna se veía como Ash en versión femenina y más esbelta, su madre... ¿cómo podría describirla amablemente en su cabeza? Oh sí, tenía el, um... cuerpo como un Pumpkaboo. Sí, eso era. Un tipo de cuerpo Pumpkaboo. Una descripción que ninguna mujer querría escuchar en voz alta sobre sí misma. Tampoco se parecía mucho a Manna realmente, su cabello era rubio y sus ojos verdes claros. Similar a como Ash y su madre tampoco tenían tanto parecido entre ellos. Su ropa parecía de multicapas gruesas, en el estilo de un Jellicent o algo así, lo que la hacía parecer como una enorme fruta colorida con una capa exterior con textura.

... Sip, Gary no iba a decir nada de eso en voz alta. La señora Ornus parecía algo sorprendida.

– Y yo creyendo que me preocupaba de más dándote las cincuenta que tenía atrás en el depósito, pero ese Machamp era el mayor de los problemas. Aun así, si nos ayudaste por fin a atrapar a esa cosa, jovencito, no puedo agradecerte lo suficiente. – La señora Ornus sonaba a que parte de ella comparaba el costo de reabastecerse de Pokébolas con el de reparación de cercas. Gary sonrió.

– No fue un problema, me alegra haber podido ayudar.

– Mamá, Gary está viajando por la zona y escuchó sobre este lugar en el pueblo, así que vino a echar un vistazo. – explicó Manna rápidamente mientras la señora Ornus parecía preocuparse.

– Oh, eso es maravilloso, pero me temo que ahora mismo no tengo huevos disponibles. Justo ahora acababa de terminar el primer año de un contrato enorme para criar huevos de Totodile para Johto, pero los Totodiles ya van de camino hacia sus futuros compañeros, y a menos que alguien encuentre un huevo al azar, no conseguiré más hasta que... bueno, no estoy segura. Masuda dijo que podría dejarme un huevo si va a buscar una pareja para Shinevern si esos Wingulls suyos... bueno, todo está en el aire a menos que algo salga por allí. En fin, nos dará tiempo para conseguir más Pokébolas para los huevos.

Manna parecía lista para ofrecerse a reemplazarlo todo, y si Gary tuviera que adivinar, seguramente iría en algo como "Mamá, tengo mucho dinero de la Liga Índigo", e incluso si su madre insistiera en que no se lo gastara en ella al ser una expensa laboral, Manna señalaría que fue ella quien desperdició todas las Pokébolas, y luego Galia diría que fue culpa de Machamp por no dejarse atrapar, y seguiría de la misma forma. Aunque podría ir en una dirección diferente, Gary basaba sus suposiciones en Ash y su mamá, lo que lo impulsó a ofrecer una mano. No era como que fuera a costarle nada después de todo.

– Bueno, del nieto de un profesor a una criadora Pokémon, creo que le puedo ayudar con su problema de stock, y ahorrarles a las dos los problemas. Permítanme.

Unos pocos minutos más tarde, había una pila de Pokébolas recién hechas en el escritorio, no llegando a la cincuentena, pero más que suficientes para durar por las siguientes rondas de huevos.

– Vaya... no era necesario que hicieras eso. – dijo la mujer mayor incrédula, ante la masa de Pokébolas que había ahora sobre su mesa. Una gran suma y todo un paisaje citadino de amigos en valor, se lo acababan de regalar.

– No es gran cosa. Literalmente un Pokédex descubrió cómo replicarlas. – Gary dejó fuera la última parte sobre que involucraba a ladrones de alguna clase. – No me cuesta nada y ustedes se quedaron cortas por culpa de ese Machamp. Es lo menos que puedo hacer para ayudarlas. Créanme, sé lo que le puede hacer a un lugar el presupuesto de Pokébolas.

Su pobre abuelo. Miles de cosas podían causarle problemas, y a veces eran esféricas.

– Seguro debe haber algo que podemos hacer para pagarte por esto... ¿necesitas un lugar donde pasar la noche?

– Pidgeot, mamá. Oh, espera, ¿no dijiste que tenías algunos Pokémon viejos que podrían necesitar de un entrenador? – recordó y luego sugirió Manna, a lo que la mujer asintió con entusiasmo. Le gustó la idea.

– ¡Oh, oh por supuesto! Eso servirá. Joven, debo pedirte que te lleves a uno de nuestros Pokémon en tu viaje. Necesitarán un buen hogar, y tú ciertamente eres una buena persona. Conozco a muchas personas que prefieren Pokémon recién salidos del huevo...

– No hay problema. – les aseguró Gary. No había venido aquí con toda la intención de conseguir un nuevo Pokémon, pero si veía alguno que captaba su atención o le interesaba venir con él, sería bueno.

...

Manna lo llevó hasta atrás, donde residían los Pokémon mayores. Fue sólo después de abandonar la oficina, donde la señora Ornus guardaba las Pokébolas. Ya después que los dos estuvieron fuera del radio de escucha, Manna respiró.

– ¿Te preocupaba que fuera a avergonzarte? – preguntó Gary. Manna negó con la cabeza.

– No, ella es buena evitando eso. No va a asumir que cada chico que viene por aquí saldrá conmigo o algo así. No es una de esas mamás. En realidad, me preocupaba que fueras a mencionar... bueno, a los chicos que se parecen a mí.

– Créeme, tu donador de esperma no vendrá a casa ni nada. Tu mamá lo tendrá duro si quiere buscarlo para sacarle dinero. – Gary dio algunas suposiciones razonables. Manna sacudió su cabeza.

– Oh no, no se trata de eso. Ella... bueno, realmente no está de acuerdo conmigo cuando se trata de estas cosas. Quiero decir, cuando algunos de los residentes del pueblo vieron que Red se parecía a mí antes, me gustó la idea. Pero ella... bueno, no se sintió muy feliz.

– ¿Ya saben que Red es un patán? – supuso inmediatamente Gary. Ante la mirada confusa de Manna, Gary rápidamente se echó para atrás. – Um... no importa. Opiniones personales, y supongo que tú no lo sabrías. No creo que ese sujeto haya dado entrevistas, ya que no habla mucho.

– Oh, nada como eso. Todo fue por su apariencia, por cómo se parecía a mí. Nadie en mi pueblo se levanta temprano, así que supongo que por eso no vieron a Ash cuando estuvo al aire. Dijeron que Red y Ritchie podrían "haber hecho temblar al ninja", o como fuera que lo dijeron, y tenían curiosidad de por qué se parecían a mí. De manera positiva, pero mi mamá no se lo tomó así.

Manna se mordió los labios, como si tratara de encontrar la forma correcta de decirlo.

– ... Mi mamá... bueno, es algo sensible respecto al... ¿cómo llamarlo? Bueno... el encuentro de guardería.

Gary miró a Manna luego de usar ese interesante eufemismo. Manna rápidamente procedió a elaborar.

– No es que tenga algo contra mí ni nada de eso, pero prefiere no pensar en el hombre nunca más de ninguna forma. Siempre supe que no era algo por lo que estuviera feliz, pero todos en el pueblo se sorprendieron de lo furiosa que se puso cuando alguien se preguntó sobre Ritchie y Red. No estoy segura de si quiero imaginarme que hay un cuarto.

Manna respiró profundo por un momento, conteniendo el aliento mientras se preguntaba internamente.

– Entretanto, sigo oyendo cosas así, y estoy intrigada. Me encantaría conocerlos, pero nunca se me ocurrió sino hasta que fue demasiado tarde. Siempre he deseado un poco tener hermanos. Soy la única chica aquí que no los tiene. No exagero, el último hijo único que hubo antes que yo fue porque quedó huérfano hace cuarenta años, y siempre he estado algo celosa de todos.

– Hey, tómalo de alguien de un pueblo que tiene mezcla de ellos. Todos tienen envidia de lo que tienen los demás. – Gary estaba muy consciente de que había gente que envidiaba a los hijos únicos, y los hijos únicos envidiaban a los que tenían hermanos.

– Ya lo he escuchado antes, créeme. – Manna claramente tenía el mismo tipo de interacciones. – Sólo porque sea verdad, no significa que no te haga preguntarte. Y ahora podría tener a tres hermanos que se me escaparon, bueno, bien podría hacerlo. Aunque me gustaría saber, ¿cómo sabrías tú de eso?

– Bueno, yo al menos puedo decir que noté que Red y Ritchie se parecen a Ash, así que no estás loca. – le aseguró Gary, todavía sin estar del todo seguro de en qué se estaba metiendo, pero incluso sin una prueba de ADN... sí, era así de loco. Y estaba el hecho de que Red, por todo lo asocial que era, le había pedido a Ash y su grupo cuidar de Yellow durante sus encuentros más importantes. Un segundo, ¿acaso Yellow...?

Gary apartó ese pensamiento antes de caerse por un agujero de Raboot. Al hacer eso, o te volverías loco o te patearían con un pie gigante y desearías no volver a bajar por allí.

– Bueno, si alguna vez quieres preguntar, te diría que puedes venir a la siguiente fiesta cuando tu mamá no esté suspicaz o agitada, pero no puedo asegurarte cuándo será eso. Estoy seguro que le encantará terminar su viaje por las Islas Naranja antes de su cumpleaños en mayo, pero no puedes predecir ese tipo de cosas. Aunque...

– Espera, ¿dijiste mayo? – interrumpió Manna, sonando sorprendida. Gary asintió, sin saber a dónde iría esto.

– El 22 de mayo, ¿por qué, acaso importa?

– Yo nací el 25 de mayo. – dijo Manna en un tono algo asustado. No estaba seguro de qué significaría eso, y no tuvo idea de cómo procesarlo... fuera lo que fuera. Definitivamente era una sorpresa, y era muy extraño que dos personas que se parecían tanto hubieran nacido de madres solteras y padres de "me acuesto y huyo", y el hecho de que este lugar tampoco estaba tan lejos de Pueblo Paleta...

– ... Quiero decir, el abuelo necesitaría más que sólo eso para estar realmente seguro, pero seguro estaría de acuerdo en que... pero digo... está bien, no sé cómo procesarlo... – Gary empezó a tartamudear, algo más que abrumado por la coincidencia. – Yo jamás le habría dicho eso a Ash, pero me pregunté si el padre de Red simplemente le fue infiel a su mamá con la de Ash porque, quiero decir, los dos se parecen mucho, pero el 22, y el 25, y no quiero ni saber de Ritchie... pero no es como que Red haya nacido también en mayo...

Red Tajiri también nació de una madre soltera en Ciudad Vermillion alrededor del mismo tiempo.

Manna se detuvo, y Gary por poco se tropieza antes de sacar rápidamente su Pokédex, totalmente incrédulo de lo que salió de él. Más todavía cuando le dieron la fecha de nacimiento de Red.

– ... Eso es menos de una semana de diferencia. – les dijo Manna a los tres. Tres personas que se veían muy parecidas, todas nacidas de madres solteras en un área geográfica algo pequeña, ¿y todas terminaron en la misma Conferencia de la Liga Pokémon?

– ¿Cómo es que sabes eso? – le preguntó Gary al Pokédex. ¿Y por qué tendría alguna razón para tener esa información?

Porque Ash ha estado investigándolo, y su Pokédex ha estado llevando registros de ello. Tengo acceso a toda la información que tiene su Pokédex y puedo compartir todo excepto la información restringida.

– ...um... ¿qué? – repitió Gary.

Los Pokédexes estamos conectados entre nosotros y compartimos información. Todo nuestro conocimiento recopilado es un colectivo y podemos acceder a información de otros fácilmente. Lo único que no podemos compartir es información que consideramos "sensible". Por ejemplo, contraseñas, secretos que podrían definir sus vidas, y cosas así.

– Secretos que podrían definir nuestras vidas. – repitió Manna, como si significara algo para ella.

Acceso prohibido. – declaró el Pokédex inmediatamente.

– OK, sí, esa parte la entiendo, pero ¿por qué... cómo fue que Ash terminó... así... qué? – Gary estaba estupefacto. Ash era un torpe con mente de un solo sentido cuando se fue de Pueblo Paleta, excepto cuando Daisy era amable con él, pero de alguna forma encontró no sólo tiempo para ser uno de los mejores entrenadores novatos de Kanto, tal vez incluso los mejores de la región en este punto, sino que desarrolló atracción por otras chicas que no eran su hermana, ganó músculos y ¿comenzó una cacería de genes para empezar a armar un árbol familiar?

Por lo que puedo compartir: encuentros casuales en Ciudad Celadon y Gringey.

¿No en Pueblo Lavender?

– Muy bien, ¿cuántos hay entonces? ¿Diez? ¿Veinte? ¿Me estoy estirando?

... No beban líquidos. – les advirtió el Pokédex mientras cargaba algo, mostrando una rueda giratoria que evidenciaba que estaba cargando una gran cantidad de información...

– ¿Acaso los Pokédexes deberían hacer eso? – preguntó Manna nerviosa. Gary negó con su cabeza antes que desplegara todo.

Gary no estaba seguro cuál fue la palabra que exclamó al verlo, ya que el shock que sintió al ver la cantidad de todo se convirtió en sonidos ilegibles.

¿Por qué había tantos? ¡¿Qué clase de personas estaba buscando Ash?! ¡¿Acaso Daisy estaba hablando en serio cuando dijo que Ash atrapó su Goodra en el cielo, y que esas cosas simplemente le ocurrían?!

¡¿Acaso Ash fue a Johto en algún momento?! ¡¿Por qué tenía información sobre Johto?! ¡¿Acaso esa pobre Pidgeot suya se había puesto a volar por el mundo constantemente?! ¡¿Por qué había información censurada?! ¡¿Qué en todo esto era censurable?! ¡¿Acaso Gary quería saber por qué era censurable?! Um... ¿acaso esa parte sobre relaciones para una chica de Ciudad City era un error?

¿Por qué Ash tenía información de sus hermanos en Fiore? ¿Cómo rayos estaba obteniendo información de una nación de los Guardianes? ¿Debería Gary estar preocupado de que Ash podría ser arrestado por espionaje? ¿Acaso obtendría la información de su abuelo, por razones que Gary no podría admitir que sospechaba en voz alta porque no quería que su abuelo resultara arrestado? ¡¿Cómo le habría hecho el padre de Ash (y de Red y Manna, y probablemente de Ritchie y aparentemente la mitad de Kanto) para meterse en Fiore?! ¡Oh diablos, ya había caído por el agujero del Raboot!

– ... Um... ¿podría quedarme con esto? ¿Una descarga o algo así? – preguntó Manna eventualmente, sacando a Gary de su trance luego de sentir que acababa de ver algo que no debió ver. Esto no era malvado o algo así, y bien por Ash al encontrar tiempo de explorarlo, pero Gary no estaba seguro de querer pensar tanto en ello.

Amo Gary, ¿me permite compartir esta información? – preguntó su Pokédex, y él asintió.

– Sí, claro, espero que sepas lo que haces con ello. – aceptó Gary, preguntándose qué iba a hacer con todo ello. Luego de un pitido de su Pokédex que anunció que Manna que tendría acceso a la información con un enlace compartido, ella le agradeció al Pokédex por ella, y Gary... Gary estaba feliz de que ya estaban llegando con los Pokémon más viejos, ya que sería una distracción.

Hablando de cosas para no pensar sobre ese desmadre demasiado, encontraron a los Pokémon.

Alrededor de un estanque había varios Pokémon correteando, entrenando o durmiendo. Alrededor del agua saltaba un Marill, mientras en las profundidades Gary podía ver un Staryu parpadeando. Los árboles en el área estaban marcados con pintura de un Smeargle, mientras un Heracross trepaba por un árbol. Un Ekans estaba enrollado cerca del nudo de otro árbol, mientras alrededor de los árboles dormían un Girafarig, Sentret, Phanpy y Snubbull.

– No es mucho, pero a veces algunos huevos terminan aquí y mamá se encarga de ellos. Algunos entrenadores que inician por aquí conocen a su primer Pokémon en este lugar, aunque yo soy la única que comenzó con uno de los verdaderamente famosos. Mamá encontró un huevo de Bulbasaur hace un tiempo, y el resto es, bueno... – Manna explicaba, sus pensamientos perdiéndose en la historia. La mención del huevo le dio a Gary una sacudida de memoria.

– Oh sí, tú tienes un Venusaur.

Manna asintió. – Sí, es mi mejor Pokémon, y realmente fuerte. Aunque todavía estoy tratando de averiguar cómo usar su poder de la mejor manera. Siento que estoy en el último y más pequeño trecho para dominarlo, pero todavía no llego allí.

La forma en como Manna dijo eso hizo que Gary tuviera la sensación de que sabía de qué se trataba, pero Gary no podía averiguar lo que era. Iba a recordarlo más tarde y se molestaría consigo mismo, o luego lo averiguaría y se sentiría como un idiota.

– Hay otros Pokémon aquí también, sólo tenemos que encontrarlos y...

Manna se detuvo al notar a un Pokémon arriba de un árbol. Era marrón y blanco, cuya forma peluda era muy bien conocida por todo el mundo. Los miraba con los ojos en rendijas.

– Un Eevee. – lo identificó Gary reflexivamente, como si fuera Ash o algo, y Manna frunció el cejo.

– Sip. Eevee no es lo que se dice muy amigable, sin embargo. No es que sea malo ni nada, sólo no es el tipo de Eevee que se acerca a ti para hacerte cariños. – Las palabras de Manna eran una advertencia de no poner mu y altas sus esperanzas. Los Eevees eran muy codiciados, pero no todos ellos querían ser amigos de todo mundo.

Gary, sintiéndose interesado en probar su suerte, se acercó al Eevee en el árbol. Eevee lo miró con cautela, pero no se movió para huir ni nada, mientras Gary sacaba una baya de su mochila.

– Buena idea... pero la ejecución será difícil. Ya intentamos todas las bayas usuales, hasta de las más raras, y realmente no le gusta ninguna. Una baya Oran o Pecha no servirá.

– Eso me imaginé. ¿Has probado con una baya Chople?

– ¿No? – Manna sonaba a que no sabía lo que era eso. Gary sacó la baya roja y se la acercó a Eevee, que la olfateó. Le echó una mordida algo nervioso. Gary mantuvo firme su brazo mientras se tragaba el bocado de la baya, y luego tomaba el resto y empezaba a comerla con total vigor.

– Qué suerte. Sólo tuve un presentimiento, y probablemente unas cuantas ideas del abuelo. – le explicó Gary a Manna. Si el Eevee era cauteloso, tenía que probar una baya cuyas propiedades eran buenas contra algo que fuera problemático para Eevee. No tenía una tonelada de ellas encima, pero tal vez podría iniciar una conversación y...

– ¡Hey esperen, esas dos no son unas gordas!

Los Pokémon a su alrededor, y también ellos dos, se sorprendieron al ver dos siluetas escurrirse de entre los árboles y aproximárseles. Vestidos de negro, con las cabezas cubiertas con gorras negras, y el único color visible de su ropa era la gran R roja de sus pechos.

– ¡¿El Equipo Rocket?! – exclamó Manna, sonando sorprendida y horrorizada.

– Bueno, parece que no oiremos cantar a ninguna gorda, pero no es que puedan detenernos. El resto de los chicos pueden limpiar después de nosotros. – El otro sujeto, que no había llamado gorda a la mamá de Manna, sacó una Pokébola. Los Marills saltaron al agua para evitar ser notados.

– Gary, ve y asegúrate que mi mamá está bien. – le dijo Manna con tono de aplomo. Gary ni siquiera discutió, sólo se dio la vuelta y corrió al ver que Manna parecía muy feliz de darles su merecido a esos dos que insultaron a su madre.

– ¡Ja, el chico nos tiene miedo! Tiene sentido que nos deje para llevarnos todos estos Pokémon luego que venzamos... – Gary apenas oía la voz del primero. Luego Manna envió a Venusaur, y el ruido de una paliza se volvió bastante audible incluso al aproximarse a la casa.

Ya estaba casi allí de hecho cuando cerca de una docena de rufianes de camisetas negras aparecieron para bloquearle el camino.

– ¡Hey jefe, tenemos a un fugitivo! – gritó uno de ellos.

– No lo llames así, no está tan promovido. – gruñó un segundo.

– Bueno, aun así está más alto que...

– Sí, los supero en rango al resto de ustedes. Ahora, espero que el que piensa que deberían llamarme "jefe" mientras estoy al mando tenga una charla conmigo cuando hayamos terminado con... oh, hola. – Alguien entre el grupo, el "jefe" cambió su tono apenas vio a Gary. La voz también se le hacía familiar, aunque Gary no sabía por qué.

Uno de los Rockets dio un paso enfrente del resto, cruzando los brazos. Lo primero que Gary notó fue que este "jefe" de los rufianes se veía más joven que varios de ellos. Probablemente tendría sólo dieciséis, tal vez diecisiete o un poco más, con cabello castaño corto con algunos mechones que se veían rubios en el sol. Tenía constitución promedio pero no poco atlética, y curiosamente su gorra tenía unas medallas clavadas en ella. Medallas Roca, Cascada, Campana, y Umbra, específicamente. El Rocket, cuyos ojos estaban muy ensombrecidos para ver, lo miró fijamente y su boca se curvó en un gesto de disgusto. Gary no tenía idea de por qué, al menos hasta que levantó la mirada para no obscurecer tanto sus ojos. Y entonces, vio esos ojos negros y conectó los puntos.

– ¡¿Zacharias?! – dijo Gary incrédulo, viendo quién lideraba este escuadrón de secuaces del Equipo Rocket. El antiguo estudiante que solía ser superior de él y de Ash rodó sus ojos.

– Oh, así que Oak me recuerda. Casi me siento halagado de ser recordado por un cuartofinalista. ¿Acaso te exiliaron o sólo estás tratando de evitar ser juzgado por todos?

Gary luego reflexionaría en retrospectiva que ese comentario de burla no le hizo nada. En lugar de eso, se enfocó en la enorme R que había en el pecho de Zacharias, lo que pareció enfurecerlo todavía más.

– ¿Acaso el Príncipe de Pueblo Paleta está sorprendido? No puede ser más sorprendente que haberte visto superado por Ash Ketchum. Sí, mientras tú te quedabas corto, ¡yo estoy ascendiendo en el mundo!

– Alguien está delirando aquí. – le dijo Gary burlonamente al viejo rival/bravucón/patán convertido en criminal. – Y no es diferente a lo que solíamos decirle a Ash. Él logró convertir sus delirios en realidad.

Zacharias cogió una Pokébola de su cinturón antes de ladrar órdenes a los otros secuaces.

– Ustedes, vayan y llévense todos los huevos y Pokémon con que vean. Yo venceré y le robaré los suyos a este cuartofinalista. – les dijo Zacharias a sus subordinados, que de inmediato se dispersaron. Gary estaba seguro de que Manna podría manejarlos sin problemas, pero una parte de él quería vencer a Zacharias rápido para darle apoyo, en caso de que los demás resultaran ser mucho para manejar hasta para ella.

Otra parte de Gary quería alargar esto, para darle una lección de palizas a Zacharias. Sería cómo derrotar finalmente a Paul, aunque no del todo igual. Y ya que disfrutó mucho de derrotar a ese patán sinnohano, cualquier cosa similar a esa sensación le sentaría muy bien.

– ¡Venomoth, ve!

– ¡Pidgeot, yo te elijo!

Los dos entrenadores de Pueblo Paleta rápidamente se hicieron espacio para enviar a sus dos Pokémon alados.

– ¡Usa Paralizador! – ordenó Zacharias del Equipo Rocket a lo que el Venomoth comenzó a aletear enviando una tormenta de esporas amarillas hacia Pidgeot, y Gary.

– ¡Esquiva y usa Movimiento Espejo!

Mientras Gary esquivaba las esporas que sospechosamente iban dirigidas de una manera que podría golpearlos a ambos, rodando de una manera como si estuviese en un videojuego o algo así, las plumas de Pidgeot brillaban de azul por un segundo antes de sacar su propia ráfaga de polvo azul. Dicho polvo golpeó a Venomoth, que cyaó al suelo y empezó a forcejear para volver a despegar hacia el aire.

– ¡¿H...hey?! ¡¿No se supone que los movimientos de polvo no deberían afectar al usuario?! – tartamudeó Zacharias. Gary se quedó con una expresión de piedra.

– Eso sólo si eres un tipo Hierba. ¡Ahora Ataque Celestial!

Pidgeot voló hacia el aire, resplandeciendo de azul mientras acumulaba poder mientras Venomoth forcejeaba por volver a ascender. El Pokémon de tipo Insecto se las arregló para hacerlo, justo a tiempo para que Pidgeot lo embistiera desde arriba.

Zacharias, apretando sus dientos, regresó a Venomoth mientras Pidgeot aterrizaba junto a Gary, que lo acarició por un momento mientras observaba a su viejo rival de la escuela convertido en hampón por la esquina del ojo.

– Sabes, si estuviéramos en Pueblo Paleta, te habría dicho que fue tan fácil que hasta Ash podría haber ganado. Hoy día estoy seguro que necesitaría decir algo como "bueno, si yo pude vencerte, Ash lo haría mucho más rápido". Después de todo, yo sólo soy el "cuartofinalista". – Gary observó burlonamente mientras Zacharias se sacaba una segunda Pokébola de su cinturón.

– ¡No te atrevas a burlarte de mí, bastardo! ¡¿Tienes alguna idea de lo que me pasó?!

– Nop. – dijo Gary simplemente mientras reemplazaba a Pidgeot por un segundo Pokémon, enviando uno de los otros que tenía consigo. Gary envió a su Marowak, mientras Zacharias enviaba a un Fearow.

– Por supuesto que no. – gruñó Zacharias.

– Bueno, aparentemente estás ascendiendo en el mundo, así que...

Zacharias, todavía furioso de ver que su propio discurso se volvió en su contra, hizo que Fearow atacara a Marowak con Pico Taladro.

– ¡Detectar! – contraatacó Gary mientras los ojos de Marowak destellaban de azul, permitiéndole esquivar fácilmente el inminente Pico Taladro.

– Alguien como tú, a quien le entregan el mundo con cuchara de plata, no sabe lo que es el fracaso. ¡No hasta esta semana, cuando una chica te hizo puré! ¡Ataque Furia!

Fearow volvió de nuevo a la carga contra Marowak, lanzando picotazos rápidos en su dirección, que Marowak bloqueó con su hueso.

– Sabes, por decir cosas como esas es que Ash siempre fue más popular con las chicas que tú. – le dijo Gary, feliz de mantener a Zacharias tratando de desahogarse. – ¡Giro Brutal!

Tras la última estocada, Marowak giró su garrote dando una vuelta completa, alejando a Fearow con el golpe, aunque el pájaro se recuperó mientras Zacharias parecía listo para escupirle.

– ¡¿Ya Ash logró acostarse con tu hermana?! ¡Taladrador!

El ataque subsiguiente de Fearow parecía estar dirigido para perforar a Marowak o a él. Marowak no se movió, protegiendo a Gary de ser barrenado todo lo necesario.

– Nah, aparentemente ahora les echó el ojo a otras chicas, y de hecho sí han llegado a algo. Tanto mejor, digo yo, no necesito a nadie más yendo tras mi hermana. ¡Hueso Palo, luego As Aéreo!

Marowak blandió su palo directo contra Fearow, manteniendo el choque por un minuto completo antes de lograr superar el ataque, el cual siguió rápidamente con un golpe asestado con un hueso brillante azul en toda la cabeza de Fearow. El pájaro salió despedido hacia el aire antes de aterrizar en una pila derrumbada junto a Zacharias, cuya ira se acumuló más por la segunda derrota.

– ¡Siempre son los estúpidos privilegiados! ¡El resto de nosotros sufrimos mientras ustedes dos se lo llevan todo! Algunos más que otros, cuartofinalista.

Regresando a Marowak con un "gracias", Gary tenía algunas preguntas para que Zacharias respondiera.

– ¿Y por qué no fuiste toda la distancia? ¿Por qué "ascendiste" en el mundo?

Zacharias no dijo nada mientras enviaba a su siguiente Pokémon. Gary a su vez envió a Arcanine.

– ¿Por qué estás tan enojado conmigo y con Ash? ¿Es porque llegamos a la Liga Índigo en un año? No hay límite de tiempo, ¿sabes? – Gary seguía presionando, tanto por curiosidad por una respuesta como para mantener a Zacharias enojado e incapaz de pensar con claridad, o de escuchar el sonido distante de Rockets siendo machacados por un Venusaur. – Y tú también llegaste lejos, a no ser que te hayas robado esas medallas que llevas en tu gorra.

– ¡Porque a mí todo me resultó mal! – gritó Zacharias mientras Hypno cargaba contra Arcanine con un Cabezazo Zen.

Arcanine, respondiendo a las órdenes de Gary, usó Rueda de Fuego en el último segundo, causando que el ataque fuera bloqueado y que Hypno se sacudiera de dolor ante una repentina e intensa quemadura.

– ¡Todo lo que podría haber salido mal, salió mal! ¡Perdí mis cosas en una tormenta! ¡No tenía más Pokébolas para atrapar más Pokémon que me ayudaran a vencer a ese estúpido loco de los Raichus en Ciudad Vermillion! ¡Sin importar cuánto lo intentara con los Pokémon que tenía, no podía llegar a ninguna parte!

Hypno, mientras su entrenador no dejaba de rabiar, utilizó Fuerza Psíquica para levantar a Arcanine del suelo. Arcanine forcejeó un poco durante el agarre, antes de lanzar una Furia Dragón hacia Hypno, derribándolo y liberándose del ataque psíquico antes de lanzarse con Velocidad Extrema, impactando a Hypno y noqueándolo.

– ¡Iba a medio camino hacia Indigo, y todo salió mal por culpa de una tormenta! ¡Una maldita tormenta que ni siquiera apareció en mi mapa climático hasta el día que golpeó! – Zacharias estaba casi temblando de frustración y rabia mientras retornaba a Hypno. – ¡Tuve que rehacerme casi desde cero porque lo único que me consiguió "jugar según las reglas" fue una tienda destrozada y cuatro medallas de gimnasio! Oh, estoy seguro que debe ser muy difícil de entender para alguien como tú, o el chico maravilla. ¡Eres un príncipe sin corona, que le dieron todo incluyendo un Pokédex por tu trasero mimado! ¡Entretanto, el idiota aparentemente se consigue un harem o algo por el estilo y llega más lejos que tú! ¡No veo que tú tengas un inicial unovano o un dragón de caramelo! ¡Los idiotas se llevan toda la suerte, y no dejan nada para el resto de nosotros!

Arcanine, a quien Gary había estado acariciando por una buena victoria, le gruñó a Zacharias. Gary por su parte tuvo que estar de acuerdo en que sonaba como una mala racha. Una tormenta dejando pobre a alguien era mala suerte, e incluso recordaba vagamente una mala tormenta que azotó el área de Vermillion el año pasado cuando de repente cambió de curso para golpear la ciudad portuaria de la nada. Era legítimamente una mala racha para Zacharias. Sin embargo...

– Muy bien, dejemos algunos puntos en claro. Tú no eres el único que ha tenido problemas.

Zacharias parecía listo para burlarse de sus problemas, pero Gary le ganó de mano con la verdad.

– ¿Sabes qué me pasó menos de una semana luego de salir de Pueblo Paleta? Me topé con alguien que me pateó el trasero una y otra, y otra vez. Luego me topé con el mayor de los patanes de este lado del Monte Coronet, que también me dio la paliza de mi vida luego de haber sido el mayor de los imbéciles conmigo durante un torneo por parejas. Y para rematarlo, Ash me sobrepasó en algún momento, lo que se queda corto comparado con esos dos.

– ¿Así que el príncipe perdió su corona? – se burló Zacharias, aunque su burla tenía un deje de rabia mientras cogía una cuarta Pokébola.

– No, sólo perdí mi ego, me pude reconstruir de vuelta y pude derrotar a ese enorme patán cuando realmente contaba. – contraatacó Gary mientras cogía una propia. Distraídamente notó que, si iban a seguir con este estilo de batalla, estaría un poco en desventaja, ya que Gary prefería guardarse a Blastoise para el eventual Primeape, y dos de sus otros Pokémon estaban más en entrenamiento que...

– ¡Vee!

Zacharias, para darle crédito, evitó ser golpeado en la espalda por la llegada de un Eevee de manera bastante decente. Sus reflejos de béisbol no estaban oxidados por su tiempo en el Equipo Rocket al menos. Eevee corrió hacia él, saltando con urgencia, antes de girarse y lanzar una mirada fulminante.

– ¡¿En serio acabas de atacarme con tu propia rata?! ¡Creo que de verdad estás copiando a Ash! ¡De acuerdo, Graveler, aplasta a esa cosa!

– ¡Vee! – declaró Eevee definitivamente mientras Zacharias enviaba al Pokémon de Roca y Tierra en evolución intermedia antes de mirar por encima de su hombro. Así que ¿Eevee quería pelear junto a él? Gary estaba bien con eso, ¿pero qué movimientos conocía?

En su bolsillo, Gary sintió que su Pokédex vibraba, y Gary se preguntó si acaso acababa de acceder a la computadora de la familia Ornus en busca de un registro o algo. Si ese era el caso...

– Sabes, viendo que no pudiste ganarle al Teniente Surge con un Graveler, a menos que ese haya sido un bono que recibiste por unirte al Equipo Rocket, te daré una ventaja. Pokédex, dile lo que puede hacer Eevee. – Gary decidió explotar la arrogancia de Zacharias, lo cual también servía como tapadera para su propia falta de conocimiento aquí.

El Eevee que derrotará al Graveler del rufián conoce los movimientos Ataque de Arena, Derribo, Bola Sombra, y Ataque Rápido. – su Pokédex le siguió el juego, mientras Zacharias parecía estar absolutamente furioso.

– Tú... tú... ¡¿te crees que puedes ser arrogante?!

– Lo suficiente para saber que puedo ganar contra una ventaja de tipo. Yo sí tengo una Medalla Trueno después de todo. – Si Gary las llevara en su chaqueta, se las habría enseñado. Aunque eso habría sido un buen toque, no fue necesario para que Zacharias se enfureciera todavía más.

– ¡TERRATEMBLOR! – gritó Zacharias mientras Graveler comenzaba a golpear el suelo con todos sus puños, enviando ondas de choque en todas las direcciones, incluso hacia Eevee, que se tensó con anticipación.

– ¡Eevee, esquiva las ondas y usa Ataque de Arena! – le instruyó Gary. Eevee, que estaba más que listo, corrió hacia Graveler, saltando entre los anillos que formaban las ondas de choque como un maestro de saltar a la cuerda o algo así. Gary, que tuvo que admitir que Ash siempre fue mejor en ese nicho en particular que él, no era ni de cerca tan elegante, pero hey, al menos no era él quien tenía arena en los ojos. Ese era Graveler, a quien Eevee logró aproximársele para patearle la arena en la cara.

– ¡GRA!

– ¡Graveler! ¡Golpe Centrado!

Los puños de Graveler brillaron de azul y se lanzó contra Eevee... en teoría. En la práctica, Eevee se puso detrás de Graveler para que solo golpeara al aire.

– ¡Ahora, Bola Sombra!

Graveler recibió el impacto de espaldas y rodó sobre su cara, volviendo a incorporarse justo cuando Eevee lo rodeaba corriendo y abría su pequeña boca.

– ¡Vee!

Para explotarle otra Bola Sombra a Graveler, esta vez enviándolo a volar por los aires.

– ¡Termina esto con Derribo!

Justo a tiempo para que Eevee saltara hacia Graveler, golpeando al Pokémon de Roca sólida con un impacto final que lo hizo caer desplomado mientras Eevee aterrizaba con gracia y elegantemente. Eevee corrió hacia su lado y adoptó una postura sorprendentemente relajada mientras Zacharias retornaba a Graveler.

– Envía a ese inicial tan especial tuyo. Lo voy a destrozar. – dijo Zacharias, con palabras tan oscuras como un ataque de Mordida. Gary, que ya estaba a punto de hacerlo, sacó la Pokébola de su cinturón.

– Bien por mí, pero buena suerte en la parte de "destrozar".

Y con eso, los dos entrenadores de Pueblo Paleta enviaron a sus iniciales. Blastoise y Primeape, ambos mirándose desafiantemente uno al otro.  Los Pokémon podían oír desde dentro de las Pokébolas después de todo, y sabían lo que pasaba. Esto ya no era sólo una pelea, era algo personal.

– ¡Escaldar! – inició Gary, a lo cual Blastoise apuntó con sus cañones para lanzar los chorros hirvientes.

– ¡Esquívalos!

Primeape fácilmente esquivó los chorros, corriendo hacia Blastoise mientras preparaba los puños para lo que parecía un ataque de Golpe Cruzado.

– ¡Bloquéalo con Puño Incremento! – ordenó Gary. El puño de Blastoise lanzó un destello naranja, y los dos ataques colisionaron. Primeape miró fulminantemente a Blastoise justo antes de dar una voltereta, girándose para ponerse a tiro en la cabeza de Blastoise para atacar.

– ¡Acrobacia!

Blastoise retiró su cabeza justo a tiempo para evitar la lluvia de puñetazos y puntapiés azules, aunque lo que Gary llamaría la clavícula de Blastoise, es decir la parte superior de su caparazón alrededor de su cabeza, no tuvo tanta suerte. Blastoise sí sintió esos golpes, y se vio forzado a replegarse un poco antes que Primeape cesara el ataque, con Blastoise volviendo a asomar su cabeza después que los golpes terminaron.

– ¡Mantén la presión con Disparo de Mugre!

– ¡Rayo de Hielo, luego Golpe de Cabeza!

El siguiente ataque de Primeape lo vio manifestar una masa púrpura de toxinas similar a una Tumba de Rocas contaminada, y la lanzó contra Blastoise, que lanzó hielo desde sus cañones para congelar y destruir el ataque sin que hiciera daños. Esto le dio a Blastoise la cobertura para preparar el ataque para embestir, lanzándose como un enorme misil hacia Primeape, que recibió el impacto y fue a estrellarse junto a Zacharias del Equipo Rocket.

Gary casi sonrió, pero notó que Eevee no estaba celebrando, sino que observaba a Primeape, que se estaba poniendo de pie.

– ... No perderé contra ti de este modo. No lo haré. ¡No lo haré! – declaró Zacharias con rabia que seguía amontonándose.

– ¡Pri! – Primeape gritó al mismo tiempo, con el puño brillando con un aura oscura. Y luego, sin órdenes, Primeape corrió hacia Blastoise y, antes que Blastoise pudiera reaccionar, lo golpeó con un puñetazo de oscuridad.

– ¡Toiiii!

El golpe resultante causó que Blastoise jadeara de dolor antes de colapsar de rodillas. Zacharias parecía sorprendido, antes de sonreír maquiavélicamente.

– Eso no es Buena Baza, pero es mucho mejor así que adelante. ¡Golpea de nuevo a esa tortuga!

El mismo puño ennegrecido fue utilizado para golpear de nuevo a Blastoise, esta vez enviando a Blastoise volando por encima de la cabeza de Gary antes de estrellarse detrás de él con un estallido que levantó suficiente polvo para cegarlos a él y a Eevee. Primeape ahora respiraba con dificultad, no por cansancio sino por pura rabia.

– Un ataque impulsado por nuestro odio. ¡Primeape, sigue así! ¡Venceremos a este príncipe, tomaremos a todos los Pokémon que tienen aquí, y luego usaremos nuestros días de vacaciones para romperle la cara a ese estúpido unovano! – Zacharias con cada palabra parecía volverse más maniática y alegre, como si estuviese llenando una lista. – ¡Luego iremos a buscar a Ash Ketchum y lo golpearemos hasta mandarlo con su padre! ¡Tal vez el bastardo hasta me lo agradezca!

– ... ¿Y entonces conquistarás al mundo? – sugirió Gary secamente, suponiendo a dónde iba esto.

– Nah, pero tal vez sí Pueblo Paleta. – Zacharias revivió esa vieja ambición mientras Blastoise se ponía de pie nuevamente. – Pueblo Zacharias sería un buen lugar para una base del Equipo Rocket, ¿no lo crees?

Bueno... ahora Zacharias había vuelto a la normalidad y a perder la cabeza. Maravilloso.

– Blastoise, puedo sacar a Pidgeot o Arcanine para lidiar con esto si lo prefieres. – le propuso Gary a su inicial, que sacudió su cabeza al tiempo que un aura azul se formaba a su alrededor. Torrente. Gary también notó el Agua Mística que tenía Blastoise colgando del cuello. – Muy bien, ¡vamos a ganar esto!

– Toise. – Blastoise asintió mientras apuntaba con sus cañones mientras Primeape, las torretas destellando de azul. Gary sintió que le surgía una sonrisa.

– ¿Sabes qué? Puedes usar toda la ira que quieras. Eres un patán, y hasta tienes más o menos una razón para sentirte frustrado. No lo suficiente para justificar convertirte en un criminal, y ciertamente no lo suficiente para conseguirte un "Pueblo Zacharias". Ahora todo lo que yo tengo, mis propias frustraciones, mis propios lazos, mi propio trabajo duro, eso sí es algo que me puede llevar a alguna parte. – comenzó a decir Gary.

– ¡Vee! – añadió Eevee.

– ¡Oh ya cállate! ¡Haré que te tragues esa corona tuya, por el trasero! ¡Primeape, ataca de nuevo!

Ahora ambos puños de Primeape brillaban con ese color oscuro y siniestro del poder de pura rabia. Y Gary lo contrarrestaría con un poder impulsado, parcialmente, por la amistad.

– ¡Y la otra cosa que tengo es que yo sí sé los nombres de mis nuevos ataques! ¡Blastoise, usa Hidrobomba!

– ¡Blastoise!

Blastoise lanzó su ahora disponible sexto ataque justo cuando Primeape cargaba de frente, y se encontró con la intensa presión de los chorros que lo golpearon de lleno. Primeape, impulsado por la furia, golpeó el agua y logró aguantar... por unos diez segundos. Después del poder fue demasiado, y Primeape volvió a estrellarse de frente contra Zacharias, llevándoselos a ambos hacia el aire mientras el chorro se curvaba hacia el cielo.

– ¡GAAARRRRYYYYY!

Los dos salieron volando más y más lejos, hasta desaparecer de la vista por completo. Eevee miró al dueto volar por los aires con sorpresa, mientras Blastoise se dejaba caer de rodillas exhausto.

– ¡Gary!

Entretanto, Manna vino corriendo hacia ellos, con su Venusaur siguiéndola sujetando más o menos a una docena de secuaces con sus látigos y agitándolos por todos lados mientras daba pasos lentos detrás de ella. Rápidamente echó un ojo a todo a su alrededor para hacer las cuentas, como si esperase ver a un miembro del Equipo Rocket en alguna parte.

– Estabas peleando contra su jefe, ¿verdad? ¿Se escapó?

– ... Más bien, diría que lo mandé a volar. – admitió Gary, sin saber lo que pasaría ahora. Él... no mató a Zacharias, ¿verdad? Manna, como si percibiera su preocupación, le echó un vistazo al lugar por donde Zacharias había salido volando. Gary no estaba seguro de lo que esperaba ver, o por qué parecía tan satisfecha luego de mirar por un rato. ¿Acaso tenía binoculares o algo así? ¿Acaso unos realmente buenos?

– Ese sujeto del Equipo Rocket sigue con vida, pero no lo volveremos a ver. No lo arrestarán hoy, a diferencia del resto de ellos. – le aseguró Manna, y no sólo porque alguien habría llamado a una Oficial Jenny. Gary no estaba seguro de cómo lo sabría, pero elegiría creerle sin evidencia. Prefería poder dormir tranquilo por la noche, así que funcionaba.

...

– Lo volveré a decir, no puedo agradecerte lo suficiente. – repitió la señora Ornus de manera empática al ver al último de los rufianes del Equipo Rocket entrando en el camión de la policía.

– Yo sólo peleé contra uno de ellos, y habría pasado de todos modos. El sujeto quería agarrarla conmigo. – le recordó Gary.

– Honestamente eso fue un paso importante. Los miembros de rango bajo del Equipo Rocket siempre terminan perdiendo coordinación cuando sus líderes no están por allí. – añadió la Oficial Jenny, dándoles a los tres un último "gracias" antes de marcharse con las más recientes adiciones al sistema penitenciario.

– Además, ese último sonaba a que era muy rudo, aunque estoy segura que los demás pensaban que se le iban a ir encima así nada más a mi mamá. – Manna sonaba a que odiaba dicho pensamiento.

– Bueno, con lo mal que les fue, probablemente sea algo de una sola vez. – supuso Gary. Especialmente si Zacharias no podía liderar otra misión, lo cual era posible siendo que recibió una paliza y... aterrizaría en una suave pila de paja o en la panza de un Snorlax en alguna parte. Sí, eso debía haber sucedido, hasta que le demostraran lo contrario.

– Sí, eso creo. Aparentemente iban tras el cargamento de Totodiles, pero ya estaban muy desactualizados, y para cuando vuelva a suceder tendré un mejor sistema de seguridad colocado. Honestamente, no apliqué para él porque creí que no lo necesitaría, eso ya es mi culpa. – admitió Galia.

– ¿Estás segura...? – Manna sonaba a que quería preguntar algo respecto a quedarse. Su madre rápidamente aclaró que lo decía en serio.

– No Manna, no tienes que hacerlo. No quiero que tu carrera termine con sólo haber asustado a un ninja, deberías lograr todo lo que puedas. Tal vez asustar a unos veinticinco ninjas. Todo depende de ti, no de una bola de criminales y de que yo piense que mi ubicación remota era suficiente seguridad.

Gary podía oír a su abuelo o hermana en esa oración, o a la mamá de Ash. Ellos dirían algo similar en la misma situación.

– Eee.

Los tres se giraron para ver de nuevo a Eevee, y el pequeño Pokémon normal seguía sentado en la entrada al anexo. Su cola no estaba meneándose, algo atípico para un Eevee, pero típico para este.

– Oh hey, normalmente no vienes aquí abajo. – señaló Galia mientras Eevee caminaba hacia y se sentaba a sus pies.

– ¿Quieres otra baya Chople? – adivinó Gary. El Eevee no dijo sí o no, sólo lo miró fijamente. Gary no estaba del todo seguro de qué querría decir con eso.

– Sabes, parece ser que le caes muy bien a Eevee. ¿Por qué no te lo llevas contigo? – Galia dio su propia teoría, a lo cual él miró al estoico Pokémon Normal.

– Oh, ¿eso es lo que quieres? – preguntó Gary mientras sacaba una Pokébola, sintiendo que su Pokédex seguramente anotaría copiarle otra para más tarde. – ¿Quieres que te atrape y que te lleve conmigo?

Gary lo repitió para asegurarse de tener la respuesta correcta. Este Eevee no era el más comunicativo, y preferiría no hacerlo enojar con un malentendido si su intención sólo era conseguir otra baya Chople.

– Eevee. – Eevee asintió firmemente. Gary sonrió.

– Bien entonces, me aseguraré de empacar muchas bayas Chople, y más vale que el abuelo las mantenga a mano si vuelves con él en algún momento.

Y así, Gary se arrodilló y tocó a Eevee en la cabeza. Eevee fue succionado a la Pokébola, que sólo se sacudió una vez antes de hacer click y sellarse.

Eevee ha sido registrado en su Pokébola. Buen trabajo, señor. – le felicitó el Pokédex. Galia aplaudió con sus manos.

– ¡Oh, eso es maravilloso! Les deseo lo mejor a ambos.

– Igualmente. – dijo Gary. Eevee era su primer nuevo Pokémon que atrapaba, desde que había terminado la primera parte de su viaje como entrenador.

¿A dónde iría desde aquí para la segunda?

...

– Entonces, ¿a dónde irás después de esto? – preguntó Gary mientras se disponía a despegar sobre Pidgeot para ir a Pueblo Paleta. Estaban un poco lejos del Centro de Crianza Ornus, a medio camino en el pueblo.

– Bueno, antes de hoy no tenía idea de lo que haría después. Quiero decir, sabía que iría a Índigo el próximo año de nuevo, pero no sabía lo que haría en el interludio. Pero gracias a ti, creo que ahora sé qué estaré buscando.

– ¿Planeas unirte a la caza de genes de Ash? – supuso Gary, a lo que ella asintió.

– Sí. Quizás algunos crean que estoy loca, pero si alguno no lo hace... si realmente tengo familia allá fuera, quiero encontrarla. Empezaré con una tarea más fácil y buscaré a esos dos que parecen haberse encontrado por su cuenta entre ellos.

– Ringo y... Biwa, ¿correcto? – recordó Gary mientras Manna asentía. Tuvo suerte de haber acertado, o sino cualquier cosa en ese desorden habría quedado bien.

– Sí. Después de ellos, tendré que pensar en a quién verificar después. Y quiero decir, quién sabe cuánto me llevará conectar con esos dos. Pero siento que esta sería la mejor parte de mi viaje. Simplemente se siente bien.

– Entonces, que tengas la mejor de las suertes. Y no se te olvide que siempre puedes atrapar a Ash en Pueblo Paleta en algún momento. Probablemente vaya tras ese "Líder de Gimnasio Supremo" en el Grupo Naranja, así que podrás medir el tiempo para atraparlo después de la fiesta posterior a la Liga Naranja. – Ya que habría una fiesta incluso si Ash terminaba siendo barrido por un Ditto. Manna sonrió.

– Esa es una opción... aunque hay otra.

Manna dejó eso en el aire, y Gary tuvo una ligera sensación de presentimiento. ¿Qué estaría planeando, una reunión gigante para Navidad...? Oh, un momento, tal vez eso sería. Y con meses para hacer algo de esa lista gigante... bueno, la señora Ketchum probablemente podría vivir con la sorpresa.

– Bueno, suerte con tu plan. ¡Que no te arresten en Fiore! – Gary gritó la última parte a modo de broma, mientras Pidgeot comenzaba a despegar.

– ¡No lo harán! – le aseguró Manna, mientras Pidgeot se elevaba hacia el cielo, y rumbo a Pueblo Paleta.

Unos días más tarde...

Antes que Gary fuera a pasarse por la fiesta, que de otra manera podría haberse perdido, se detuvo en la residencia Oak. Daisy le había enviado un mensaje de que recibió un paquete desde Ciudad Saffron, y le dio un poco más de tiempo antes de enfrentarse a la música.

Con suerte, no la verdadera música. Algunas personas en este pueblo simplemente no podían cantar, y el momento en que formaran una banda improvisada de country era uno de las pocas veces que prefería ver a Ash haciéndose el simp por Daisy. Tal vez incluso preferiría ver a Daisy correspondiendo al interés si empezaban a candar yodeling de nuevo.

Gary tembló un poco al sacar el paquete. Zacharias podría llamarlo un príncipe de Pueblo Paleta, pero en su momento él probablemente agregaría algo de ser "un príncipe en un condado de tontos". Ya no los llamaría de ese modo, y no sólo porque los tontos deberían ser capaces de cantar y tocar instrumentos.

– ¿Un Disco de Mejora? – cuestionó Gary mirando su correo. ¿Quién le habría enviado eso? Era algo mejor en lo que pensar que si cualquiera en el pueblo volviera a intentar cantar de nuevo. Aunque ahora, le tocaba oír el otro tipo de música.

...

Una fiesta en Pueblo Paleta era otra onda, había pocas cosas como eso. Excepto tal vez en otros pueblos aburridos.

El laboratorio del abuelo ya estaba listo con todas las decoraciones para un día de fiesta. Comida por todas partes, podios para discursos, pancartas, todo lo necesario para fiestas. Gary se preguntaba si podría aparecerse sin que nadie lo notara...

– ¡Hey, es Gary!

Y nop, no detuvieron en segundos. Tal vez la puerta trasera secreta no era tan secreta...

Gary se encontró mirando a varios residentes de Pueblo Paleta, incluyendo algunos de sus excompañeros de clase. Así que esta era la parte donde...

– ¡Felicidades! – exclamó Hosta.

– Llegar a los ocho mejores en tu primera liga es increíble. Quiero decir, ¿cómo se compara eso con el primer Gran Festival de Daisy? En serio, que alguien haga los cálculos por mí. – se preguntaba Bush Paine, que parecía haber obtenido un trabajo en la tienda local la última vez que Gary lo había visto.

– De hecho es aún mejor. – aclaró Rirston Rojo, uno de los pasantes de su padre y probablemente emparentado con aquel "Rojo" de los mejores 64.

– ¡Eso es todavía mejor!

Oh bueno... quizás no.

– ¿Todavía no han visto a Ash por allí? – bromeó Gary, a lo que Rirston se rio.

– Estar orgullosos de ti, y estar orgullosos de él no son mutuamente excluyentes.

– Y, um, sí, lo hemos visto. Te perdiste su discurso. – añadió Hosta.

– Sí, y la parte donde alguien lo interrumpió para darle un gran abrazo. Estoy seguro que su club de fans debe estar muriéndose de envidia, pero tal vez si ustedes no estuvieran tan asustados de todas esas chicas de fuera del pueblo con Ash, y tuvieran un par de...

Gary tenía curiosidad sobre a qué "par" se refería Bush antes de que la regordeta Hosta le diera una patada en la espinilla, evitando que terminara la oración. Aunque había una palabra muy obvia para rellenar el espacio, Gary no escuchó ningún final para la oración. Así que había un par de "algo", ¿pero qué? ¿Zancos? ¿Alguien se le aproximó a Ash en el escenario con zancos? Probablemente era otra cosa, así que Gary preguntó y recibió la respuesta.

Y Gary, a pesar de sí mismo, simplemente se rio. En serio, ¡¿cuáles eran las probabilidades de eso?!

...

Lo que siguió fueron más saludos, halagos, felicitaciones, y un anciano gruñón diciéndole que debería haberlo hecho mejor que el hijo de Delia. A este último lo ignoró, y pronto se dirigió hacia el laboratorio para algo de preparación previa al "evento final". Aunque Gary esperaba que no fuese que lo pusieran a cantar con Ash o algo, sí se topó con alguien más con quien podría hablar sobre algo que Gary no sabía si debería contar en voz alta.

– Así que Zacharias terminó en el Equipo Rocket. Una pena, pero no me sorprende del todo.

Uno de los invitados a la fiesta era Dwight, un Coordinador Pokémon del pueblo y que estaba en el mismo año que Zacharias. También fue el único entrenador de Pueblo Paleta que consiguió un Pokédex el año anterior a ellos. Dicho Pokédex fue como también sabía sobre Zacharias.

Dwight era un adolescente mayor pecoso y con hoyuelos, de constitución delgada y cabello castaño largo. Su Blastoise, que le había ganado la Copa Wallace cuando vino a Cerulean el año pasado, estaba a su lado. No había relación con el Blastoise de Blastoise, y Gary no era particularmente cercano con Dwight.

– Sí, supongo que si tuviera que pensar en alguien que cayera tanto para volverse criminal, me habría imaginado a Zacharias antes que Ash o algo, pero aun así me sorprendió. Y no puedo decir que me agrade.

Dwight asintió.

– Sí... nunca es agradable. El crimen es una cosa, los criminales son sólo nombres. Pero ponerle un nombre a una cara, y recuerdos también... no se lo diré a sus padres si tú no lo haces.

Gary asintió. Sí, eso era lo mejor.

– Zacharias... honestamente no creo que tuviera que ser así. El tipo era muy determinado, tanto que de no ser por esa tormenta, creo que habría llegado hasta Índigo. – musitó Dwight.

– Me habría gustado un poco que lo hiciera. Así no tendríamos que estar manteniéndolo en secreto, y sólo celebrando que yo o Ash le hayamos pateado el trasero. – Gary estaba seguro de que el resultado habría sido el mismo, sólo que hecho apropiadamente.

– Sí, probablemente lo habrías hecho. – Dwight estaba de acuerdo, y luego el coordinador mayor sonrió con nostalgia. – Ha pasado un tiempo desde la última vez que estuve en una fiesta aquí.

Gary asintió, tratando de recordar cuándo fue la última vez que Dwight estuvo en el pueblo.

– Desde tu participación en el Gran Festival de Kanto, ¿verdad? – Gary recordaba la última fiesta donde estaba seguro que Dwight estuvo presente, y Dwight asintió.

– Sip. No traje una nueva Copa Listón para Pueblo Paleta, ni siquiera llegué cerca, pero no me voy a rendir.

El área de coordinación Pokémon era engañosamente implacable. Había gente como Zacharias que pensaba que era solo ponerse trajes bonitos y hacer trucos en un escenario, pero los coordinadores podían ser de los entrenadores Pokémon más despiadados que había allá afuera. Las Medallas de Gimnasio de Gary podían usarse de nuevo, pero Daisy y Dwight tuvieron que volver a ganar sus cinco listones para cada competición. Daisy tenía 45 listones en la vitrina junto con la Copa Listón que ganó, y cada uno de ellos fue una parte clave del camino de cada competidor hacia la Copa Listón. Un coordinador necesitaba una voluntad de acero, un entrenador necesitaba nervios de acero, así lo había dicho su abuelo una vez.

– Bueno, haber llegado unas cuantas rondas en cualquier liga o festival es suficiente para hacer una fiesta aquí. Siento mucho que Ash y yo nos la hayamos perdido. – se disculpó Gary por Ash, a lo que Dwight asintió.

– No era como si ustedes no estuvieran ocupados. Además, fue una buena forma de recibir retroalimentación de mi ídolo. Le debo mucho a tu hermana por mi sueño.

Eso Gary ya lo sabía, aunque era menos que el hecho de que sabía que Dwight no iba a hacerle ojitos a su hermana. Dwight no se sentía atraído a las mujeres después de todo.

– Bueno, mejor cuídate de Solidad si lo haces. Puede que ella represente un problema para tu sueño. – le advirtió Gary por experiencia personal. Dwight asintió.

– Sí, ya lo sé. Será una oponente peligrosa si nos topamos en un concurso, pero creo que puedo volver mi sueño realidad. Una Copa Listón en 40 listones o menos, es un buen sueño.

– Y de final menos abierto que ser un Maestro Pokémon. – mencionó Gary sobre el sueño de Ash, haciendo que Dwight se riera.

– Bueno, la cosa con eso es que Ash no tiene un límite. Yo sólo necesito lograrlo en ocho años o menos, y si no ganarlo en mi noveno intento o posterior. Un sueño sin límites y otro condicionado, qué contraste. Entonces, ¿escuché que Ash se irá de viaje fuera de Kanto?

Gary asintió. – Sí, aparentemente planea hacerle un favor a mi abuelo, y luego planea irse a Johto. Quizás a Kalos si Serena lo llama.

– Ash se va de Kanto y yo me quedo. ¿A dónde planeas ir tú? – preguntó Dwight, a lo que Gary se encogió de hombros.

– Aún lo estoy pensando. Tengo que ver a un maestro de entrenamiento después de esto, y tal vez me ayude a decidirlo. Supongo que la pregunta es si debería o no evitar a la gente a la que quiero vencer para no parecer un acosador.

Dwight asintió.

– Es una buena pregunta, y desearía poder responderla. Pero yo no tengo ningún rival personal. Tendrás que descubrirlo por tu cuenta.

Gary planeaba hacerlo. ¿Iría a otra región, posiblemente Johto o explícitamente no a Johto, o se quedaría en Kanto para pulirse a sí mismo para la siguiente liga? Eso sería mucho para pensar, y tendría tiempo de hacerlo luego de que Dwight se despidió de él y le permitió ir a encontrarse con su abuelo y con Ash, para que les explicaran las preparaciones del evento clímax de la fiesta a ambos.

...

– ¿Una batalla donde la gente de Pueblo Paleta elige los equipos? – cuestionó Ash.

– Ya sabes cuánto se aburre todo mundo aquí. ¿Cuándo fue la última vez que hubo algo grande no relacionado contigo o conmigo? – Gary pensaba que era una idea extraña, pero cualquier cosa mantendría entretenidos a los pueblerinos hasta la siguiente fiesta. Y cualquier cosa también le ayudaría a no pensar en lo que descubrió en la residencia de las Ornus. Dejaría a Ash con sus asuntos y no haría preguntas.

– Creo que fue la proyección en el cine de "Leon: La Película". – Ash tuvo que pensar un poco en ello. Eso no sonaba del todo mal. Colocar esa pantalla para autocinema, pero sin ningún auto, fue todo un desafío, pero todos se divirtieron haciéndolo. – ¿O fue la enorme fiesta de Daisy después de su victoria en el Gran Festival? Ya no me acuerdo.

Gary no quería pensar en esa última. Mayormente porque había pasado la mayor parte de ella temiendo cuántas personas tratarían de proponerle matrimonio a su hermana durante ella. Hasta escuchó un rumor de que Ash planeaba hacerlo también. Oh bueno, gracias a las otras chicas, al menos esa pesadilla se quedaba fuera de la realidad estos días...

– Así que, ya que tenemos unos pocos minutos mientras se cuentan los votos, ¿cómo quieren esperar a la democracia? – preguntó su abuelo, a lo que Gary tuvo una idea.

– Dime algo, Ash, antes que le demos a Pueblo Paleta su última gran pieza de entretenimiento... honestamente hasta que alguno de los dos regrese, o Dwight o mi hermana vuelvan de su próximo Gran Festival, dado como están las cosas ahora, hagamos algo rápido para nosotros dos. – pidió Gary mientras Ash parpadeaba.

– Seguro, ¿qué necesitas?

Gary sonrió.

– Bueno, me imaginé que podrías necesitar algo de ayuda en atrapar Pokémon de manera intencional para variar, y yo tengo algunos Pokémon que pueden evolucionar con el objeto correcto y un intercambio con la vieja máquina de intercambio del abuelo.

Ante la expresión de sorpresa de Ash, Gary sonrió aún más.

– Mira, sé que no soy una chica linda de cabello lavanda, pero ya sé lo que hiciste antes. Además, ¿cuántos Pokémon tienes en ese registro tuyo, cuarenta y cinco?

Ash parecía listo para decir algo, probablemente algo como sus índices de encuentros y cómo realmente eso no importaba mucho. Si era lo segundo, Gary le dejaría a Ash tener esta vez.

Incluyendo su más nueva captura, y el susodicho intercambio mutuo que no conté, 59. – lo delató el Pokédex de Ash. Gary se rio.

... ¿No contaste originalmente el roster de Ash Ketchum en 55? Veo que estás admitiendo un error. – observó el Pokédex de Gary desde su bolsillo.

... No estoy admitiendo tal cosa. – El Pokédex de Ash casi parecía hacer pucheros mientras Ash intentaba calcular en su cabeza para verlo por su cuenta. – Y también, humano, si estás de acuerdo con el otro Pokédex, cambiaré todas tus contraseñas y no te diré por qué las reemplacé.

Ash inmediatamente se detuvo de hacer los cálculos, mientras Gary se reía otro poco.

– Bueno, considerando que este es mi regalo de agradecimiento por Paul, te subiré hasta 65 antes de que te vayas a conocer a esa linda profesora en traje de baño. ¿Debería decirles a Misty y Serena que se tiñan el pelo de púrpura?

Ash le dio una mirada fulminante al anciano, que se rio profundamente agarrándose la panza junto con Pikachu.

– Si sirve de algo, piénsalo de este modo. Si encuentras alguna vez un Kingdra y Misty quiere atraparlo, puedes prestarle una de tus Bolas de Repetición. Tu Pokédex también registra sus capturas, así que sería de gran ayuda para ella. – El Profesor Oak sonaba a que estaba muy seguro de que eso no sucedería, pues los Kingdras eran bastante raros, pero Gary se sentía con ganas de mantener un poco las burlas al tiempo que intentaba ayudar de manera genuina.

– Oh sí, ella es la que le da al abuelo algunos Pokémon de tipo Agua para variar, ¿correcto? ¿Ya logró atraparse un Qwilfish? Si no, podemos hacer un intercambio extra de ida y vuelta por una Bola de Repetición que podría utilizar después, sin tener que recurrir a un traje de buceo y suerte que otra cosa.

Porque encontrar un Kingdra salvaje era muy difícil. La gente usualmente evolucionaba a sus Seadras por una razón.

– Gary... no tengo idea si sólo estás molestándome o tratando de ayudarme. – admitió Ash a lo que Gary sonrió.

– Oh, un poco de ambas.

...

La parte final de la fiesta posterior a la Liga Índigo en Pueblo Paleta estaba a punto de comenzar. El evento de clímax, votado por la gente del pueblo.

De un lado del campo estaba de pie Gary, y del otro estaba Ash. Cada uno de ellos tenía un equipo de composición algo inusual, uno que ninguno de ellos elegiría por cuenta propia, pero ninguno de ellos se mostraba reacio a ver cómo terminaría esto. Ninguno, sospechaba Gary, consideraría esto una batalla definitiva debido a esas mismas condiciones. Y ninguno daría menos en este encuentro que lo mejor de sí mismos.

Su nombre era Gary Oak. En la primera parte de su viaje Pokémon, había ganado ocho medallas y llegado a los mejores ocho en la mayor Conferencia de la Liga Índigo en la historia. Al hacerlo, Gary ganó tres rivales, a uno de los cuales ya le había saldado sus cuentas. Su Pokédex contaba en número 70, con capturas y evoluciones, Squirtle, Wartortle, Blastoise, Caterpie, Metapod, Butterfree, Weedle, Kakuna, Beedrill, Pidgey, Pidgeotto, Pidgeot, Rattata, Raticate, Spearow, Fearow, Sandshrew, Sandslash, Nidoran hembra, Nidorina, Nidoqueen, Nidoran macho, Nidorina, Nidoking, Zubat, Golbat, Oddish, Gloom, Venomoth, Golduck, Mankey, Growlithe, Arcanine, Abra, Kadabra, Alakazam, Machoke, Machamp, Geodude, Graveler, Golem, Magneton, Doduo, Krabby, Voltorb, Electrode, Exeggcute, Exeggutor, Cubone, Marowak, Tangela, Horsea, Seadra, Goldeen, Magmar, Pinsir, Gyarados, Ditto, Eevee, Porygon, Spinarak, Ariados, Bellossom, Qwilfish, Kingdra, Porygon2, Tangrowth, junto con los intercambios breves de Yanma, Primeape, Serperior y Ambipom.

(Ahora Ash tenía 66 Pokémon registrados a su nombre, incluyendo un Qwilfish para impresionar a una de sus intereses amorosos con una Bola de Repetición.)

Este no era el final de su aventura, y la segunda comenzaba hoy con una batalla con su primer y más amigable rival.

Esta historia continuará...


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top