Arco de Sabrina Parte 3: La batalla por Ash

Otra vez en Saffron...

Tras escurrirse fuera de la batalla, Raichu encontró la puerta del sótano y bajó por las escaleras. Al fondo, encontró otra puerta, y varios Natus vigilándola. Se esperaba más de ellos, pero tal vez los más fuertes ya habían sido llamados a ayudar en la batalla de arriba. De todas maneras, eso funcionaba a su favor, pues un rápido Trueno sirvió para encargarse de ellos.

Ya con eso resuelto, abrió la puerta. Bueno, más bien que la rompió cuando se dio cuenta de que estaba atrancada, y como iban las cosas, Raichu estaba segura de que la única a quien le importaría sería esa mujer chiflada. Adentro, encadenado a la pared, se encontraba el Primeape que Ash quería salvar. Uno muy familiar.

- Rai. [No puede ser...]

Primeape levantó la mirada, y su rostro se enfurruñó de rabia cuando la reconoció.

- ¡¿Primeape?! [¡¿Tú?! ¡¿Qué estás haciendo aquí?! ¡¿No me digas que todo este tiempo trabajaste con esa mujer loca?! ¡¿Fue por eso que casi me matas la última vez?!]

Raichu retrocedió ante el recordatorio de lo que había hecho cuando todavía estaba con Paul. Por lo visto se adelantó a decir que tenía buena suerte por la baja seguridad de la puerta.

- Chu. [Yo... Um... bueno...]

- ¡Primeape! [¡¿Qué es lo que quieres?! ¡Si viniste a terminar el trabajo, hazlo de una buena vez!]

Primeape estaba gritando, pero justo después, cerró los ojos con resignación. Raichu pudo ver lágrimas bajando por su rostro. No estaba segura de qué sería lo mejor que podría decir, pero tenía que decirle algo.

- Raichu. [¿Qué te pasó cuando saliste volando?]

Primeape abrió los ojos, y Raichu se quedó conmocionada de lo que vio. En sus ojos, Raichu podía ver la mirada de alguien que pasó el punto sin retorno de la desesperación y había perdido toda la esperanza. Ya lo había visto antes. Lo había visto en sus propios ojos cuando Paul la abandonó a su suerte, sin siquiera dejarla sanar apropiadamente.

- Primeape. [Casi muero al caer. Un Arbok estuvo a punto de terminar el trabajo, pero entonces esa mujer me encontró. Se deshizo del Arbok y me trajo aquí para curar mis heridas. Creí que era mi salvadora, pero...] – Primeape escupió. – [¡En el momento en que sané por completo, me amarró con estas cadenas! ¡Me dijo que serviría de buena carnada para que un tal "Ash Ketchum" viniera a retar su gimnasio! ¡Sí, como si un humano cualquiera fuera a venir a salvarme!]

¿Era por eso que Ash estaba aquí ahora? ¿Por eso Sabrina lo habría secuestrado? De ser ese el caso, Raichu ya sabía qué decirle a continuación.

- ¡Rai! [¡Él está aquí! ¡Ese chico está aquí!]

- ¿Prime? ¿Qué?

- ¡Raichu! [¡Ash Ketchum está aquí! ¡Me dijo que te rescatara con esto!] – Raichu sostuvo la Bola Temporizadora. – [¡Entra aquí y podremos escapar!]

Primeape permaneció en silencio por un largo rato. Raichu podía ver que tenía sus dudas de recuperar cualquier esperanza.

- ¿Primeape? [¿Por qué? ¿Por qué iba un humano cualquiera a enfrentarse a esta fortaleza solo para rescatarme? ¿Quién es ese Ash Ketchum y por qué querría hacer esto?]

- Raichu. [Él es uno de los humanos más amables y comprensivos que conozco. Cuando mi entrenador anterior me abandonó sin curarme las heridas, Ash me encontró. Se ofreció a capturarme, y me dijo que nunca me obligaría a pelear si no quería.]

- Primeape. [Aun así, venir a rescatarme era casi un suicidio. ¿Por qué lo hizo?] – preguntó. Raichu se puso a pensar en ello.

- Rai. [Tal vez te conociera de antes. Escuché a algunos de los otros hablando de eso. Por eso es que esa mujer loca creyó que serías buena carnada. Si quieres pruebas, te contaré cómo reaccionó cuando te vio salir volando. Ash Ketchum se quedó en shock y se puso furioso solo por ver lo que pasó. Mucho más de lo que debería haber estado por ver casi morir a un Pokémon salvaje. ¡Sé que solo tienes mi palabra, pero por favor, tienes que creerme!]

Después que Raichu terminó de hablar, el cuarto se quedó en silencio por un largo rato. Primeape se quedó mirándola con cautela, como si tratara de ver cualquier signo de engaños. Eventualmente, y aunque era muy pequeña, Raichu pudo ver una chispa de esperanza en los ojos de Primeape.

- Primeape. [Bien... te creo.]

Raichu asintió, y tocó a Primeape con la Bola Temporizadora. Después de que entró en ella, no hubo forcejeo: la Bola Temporizadora registró la captura al instante. Raichu vio como la bola se teletransportaba hacia el laboratorio del Profesor Oak, y echó a correr de nuevo escaleras arriba para ayudar a Ash. Luego de esa charla, sabía que no podía decepcionarlos, ni a Ash ni a Primeape.

...

Servine siempre estaba dispuesta a entrar en un nuevo combate, y su tiempo con su idiota le había proveído de bastante acción en ambas regiones y líneas temporales. Dicho eso, hasta para ella, una horda de poderosos Pokémon de tipo Psíquico tal vez podrían haber sido demasiado para manejar, incluso tras la batalla en Ciudad Gringy. Pero las palabras clave eran "tal vez".

Luego de encantar a dos Kadabras machos con Atracción y sacar volando a una hembra hasta otra habitación con una Tormenta de Hojas potenciada por Contrario, la inicial unovana cayó de vuelta en el suelo con gracia, solo para de pronto encontrarse en medio de otra escaramuza mientras varios Natus la rodeaban y trataban de picotearla con toda su fuerza. Rápidamente se deshizo de ellos con varios Ases Aéreos bien dirigidos, y luego una generosa dosis de Lanzallamas desde arriba terminó de freír a los pájaros. Rápidamente intercambió un pulgar arriba con Charizard y se agachó para evitar la horda de Exeggutors que se aproximaba, mientras la manada de Tauros de su idiota entraba en estampida para ayudar. La inicial de tipo Hierba se puso la mano encima de su corazón y se quitó el sudor de la cara antes de echar una mirada de curiosidad al campo de batalla.

Era un caos total: entre la horda de Pokémon Psíquicos de todas clases de esa mujer y el nada desdeñable ejército de Pokémon nuevos y veteranos de su idiota, cada uno hacía todo lo posible por ganar cualquier ventaja, con Lanzallamas, Fuerzas Psíquicas, Pistolas de Agua, Explosiones de Rocas, Electrocañones, estrellas de Rapidez y todas clases de demás ataques llenando cada esquina del gimnasio.

Servine frunció el cejo y respiró profundo, observando sus manos. Era muy fuerte, y su habilidad Contrario hacía más potentes todavía sus Tormentas de Hojas, pero hasta ella tenía su límite. Podía sentir que sus movimientos se iban debilitando entre más continuaba la pelea, y necesitaba una forma de recargar. Claro, era más fácil decirlo que hacerlo, especialmente cuando tuvo que arrojar una Atracción y repartir varios Ases Aéreos contra algunos Slowbros demasiado persistentes que intentaban atraparla, y a unos pocos Xatus que tuvieron la misma idea. Los enemigos eran tan numerosos que la idea de darse por vencida se sentía más y más tentadora con cada ataque.

Sin embargo, a medida que avanzaba más la batalla, Servine se sintió más galvanizada que fatigada. No podía darse por vencida en ese momento, no cuando todos los demás ponían sus vidas en riesgo por su idiota. Ella había sido leal a él desde que era Snivy, y eso no iba a cambiar sin importar cuánto más evoluciones, regiones o líneas temporales atravesaran. Y ahora, ella necesitaba una forma de recuperar energía para seguir pateando tantos traseros como fuera posible.

Y en eso, sus ojos se fijaron en una de las capturar recientes de su idiota, aquel Farfetch'd con los tres puerros, enfrascado en un frenético duelo contra dos de esos Kadabras que blandían sables de cuchara, girando, saltando y bloqueando los golpes como si estuviera en el apogeo de su vida, mientras sus oponentes apenas podían seguirle el paso a su habilidad como maestro de los puerros. Y entonces, Servine sonrió al sentir una chispa de inspiración.

Mirando a su alrededor, encontró unos pocos Kadabras con sables de cuchara listos para atacar acercándose a ella. Servine se lanzó contra ellos, embistiendo a uno contra el suelo y mandando la "espada" psíquica a volar. Rápidamente la atrapó y la sostuvo con sus brazos, feliz de todavía tenerlos, y rápidamente les dio algunos tajos. Más y más cucharas volaron hacia ella, pues el primero se le agotó su energía psíquica, y la inicial tipo Hierba rápidamente cogió esas con una gran sonrisa. Enfrente de ella, los Kadabras parecían mucho menos confiados con sus planes y se echaron para atrás. Servine tomó su oportunidad y les saltó encima.

- ¡Ser! [¡Vamos, muéstrenme lo que tienen!]

Y así, pasando de una espada de cuchara psíquica a otra, Servine se unió a la batalla con un vigor renovado, con energía surgiendo dentro de ella y sintiendo que poco a poco le volvía la fuerza. Aunque eventualmente se encontró de vuelta con Chansey, justo a tiempo para que su idiota ejecutara su nuevo plan.

...

Durante toda su vida, Roggenrola había deseado más que nada en el mundo ser un Pokémon más rápido. Y ahora en medio de una guerra que se iba escalando en intensidad, ese deseo era más urgente de lo usual.

Después de esquivar por los pelos un choque entre el Psicorrayo de Butterfree y la Hidrobomba de un Slowbro, el Pokémon de Roca se tomó unos segundos para descansar, solo para ser emboscada por una parvada de Xatus que trató de usar Fuerza Psíquica en ella, antes de que unos bien dirigidos disparos de Explosión de Rocas los enviaran a todos a revolcarse en el suelo. Trató de correr a otra parte, pero una gran cantidad de Kadabras trató de atacarla con Psicoonda. Se agachó para evitar el primer golpe, y luego intentó usar Cabeza de Hierro en sus oponentes antes de quitarse del camino. Los Xatus volvieron, al igual que los Kadabras, antes de poder ponerse a salvo, viéndose forzada a ponerse a la defensiva.

Había demasiados y eran demasiado rápidos para ella, y todos los demás estaban muy ocupados peleando en otras partes como para acudir en su ayuda. Estaba sola contra todos, y no tenía tiempo de montar una contraofensiva efectiva.

Ante la oposición, sin embargo, Roggenrola no retrocedió. La superaban en número y en velocidad, pero ella era inteligente y tenía recursos: después de todo, ella había sido la que resolvió el misterio de la desaparición de sus amigos en la línea temporal pasada, cuando conoció a Ash por primera vez. No importaba si esos Pokémon Psíquicos eran más numerosos o si podían hacer cálculos complejos en tres segundos: ella encontraría la forma de ser más lista. Y al ver el suelo debajo, una idea se formó en su cabeza.

Esquivó la última ráfaga de golpes, se enfocó y disparó varias Explosiones de Roca hacia el suelo. El suelo resistió sus embates y no se rompió, pero el retroceso fue lo bastante fuerte para enviarla hacia el aire, justo encima de una Psicoonda por los pelos. El Pokémon de tipo Roca habría sonreído si pudiera hacerlo, y entonces disparó varias Explosiones de Roca con la velocidad de una ametralladora, hasta que casi llegó al techo.

Los Xatus trataron de volar hacia ella, pero Roggenrola ya estaba moviéndose: se giró sobre sí misma y lanzó otra ráfaga de Explosión de Roca, con haciendo llover cada trozo de piedra sobre su oposición. Estos intentaron pararlo con Fuerza Psíquica, solo para que las rocas llovieran con más y más fuerza hasta que se hicieron demasiado rápidas para poder seguirles el paso, y quedaron enterrados bajo el asalto de Roggenrola, cayendo inconscientes.

Roggenrola aterrizó en el suelo justo después que cesó la Explosión de Rocas, tambaleándose sobre sus pies antes de estabilizarse. Tenía la cabeza dando vueltas y todavía había más enemigos para enfrentar, pero no pudo evitar sentirse energizada por lo que había logrado. ¿Qué importaba si era lenta? Solo tenía que pensar rápido y golpear de manera inteligente, y así no habría ningún problema.

Y así, volvió a saltar hacia la refriega con mucha más energía que antes, lista para ayudar. ¿Y qué mejor para empezar que con el nuevo plan de Ash?

...

- ¡Ataquen! – volvió a ordenar Ash, esta vez con un poco más de ánimos que antes, para ejecutar el mismo ataque de antes con un poco más de fuerza.

Igual que antes, Pikachu disparó Atactrueno, Servine lanzó Tormenta de Hojas, Vivillon volvió a disparar un Forcejeo de Insecto verde, Goodra lanzó un Aliento de Dragón, Butterfree disparó Viento Plateado, Squirtle apuntó con Agua Salada, y Muk escupió Bombas de Desechos. Pero esta vez, Pidgeot se encontraba volando encima de ellos y lanzó un Tajo Aéreo, mientras Krabby proveía de un Rayo Burbuja. Las cinco cucharas de Mega Alakazam brillaron, y todos los ataques impactaron unos contra otros neutralizándose entre sí.

Sabrina sacudió la cabeza antes de levantar su palma en la dirección opuesta a Alakazam. Esta brilló, congelando a Ambipom, Yanma y Bulbasaur (que estaban usando Garra de Sombra, Ataque Rápido y Embestida respectivamente) en ese lugar. Manteniéndolos allí, le echó una mirada a Ash con una expresión de "¿En serio?" como si esperara de él algo mejor que eso.

Rápidamente le vino algo mejor cuando una silueta llameante cargó contra Mega Alakazam, atrapando al Pokémon Mega Evolucionado como un lazo. Charizard arrojó a Mega Alakazam contra la pared antes de echarse a volar y mirarlo desafiantemente.

- Rrr... [Sabes, te sientes más ligero que los dos últimos Alakazams normales que vencí.] – observó Charizard, antes de soltarle un torrencial Lanzallamas al Pokémon Mega Evolucionado.

Sin embargo, en medio del chorro, el fuego comenzó a brillar de púrpura y se volvió hacia los tres Pokemon que Sabrina tenía inmovilizados. Ella flotó fuera del camino de las flamas, todavía sujetándolos donde estaban para que recibieran el ataque.

- ¡Cúbrelos! – gritó Ash mientras Squirtle disparaba una Pistola de Agua en el camino del Lanzallamas redirigido, extinguiéndolo y dejando solo una neblina humeante a su paso.

Charizard gruñó y preparó una Garra de Metal para el siguiente ataque, pero él mismo también empezó a brillar y fue arrastrado a la refriega general, en medio de la cual Ash podía oír la risa loca de Farfetch'd y muchos mugidos de sus Tauros. Unos cuantos Pidgeys y Pidgeottos fueron a caer dentro del círculo curativo, seguidos de Pidgeot que volvió a volar hacia el caos general mientras Sabrina levantaba una ceja antes de arrojar distraídamente a Ambipom, Bulbasaur y Yanma lejos.

- Necesitarás más Pokémon aquí para pelear contra mi Mega Alakazam, aunque eso solo llevaría a que tu ejército de Pokémon que trajo tu Pokédex termine fallando. Y aun así, sería muy fácil si tan solo lucharas con todo lo que tienes en vez de ponerte una restricción estúpida.

- Si hago eso tú ganarás. – le recordó Ash secamente.

- ¿Y acaso eso es malo? Yo gano todo el tiempo: gano cuando un retador demuestra ser digno, y gano cuando no lo hace. De todos modos, ¿qué esperas sacar para ganar si estás tan empeñado en no usar tu habilidad paterna? ¿Tal vez eso de la Armadura Trueno?

Pikachu echó chispas por las mejillas, como si estuviera listo para intentarlo con el substituto de Swellow más cercano que hubiera. Ash se agarró la mano derecha, sintiendo que estaba cubierta de polvo y fragmentos de cristal como antes. Se la apretó todavía más en respuesta mientras miraba fijamente a Sabrina.

- Tal vez lo haga, o tal vez encuentre otra manera. Si crees que lo sabes todo, deberías saber que he salido de situaciones difíciles antes.

- Sí, estoy al tanto de lo que has logrado con una combinación de pensar rápido y esos viejos proverbios de "inventiva, decisión y espíritu" que a la gente le encanta en Kanto, Johto, Hoenn y Sinnoh. Pero dime, ¿qué es lo que intentarás lograr?

- Todos lo averiguaremos, supongo. – Ash apretó el puño con el que sujetaba se puñado de arena extraña y lo apuntó hacia Sabrina con decisión, solo para que este comenzara a brillar con un aura amarilla-naranja.

- Y parece que ya lo hicimos. – comentó Sabrina mientras el aura amarilla-naranja ganaba un tinte púrpura, antes de empezar a succionar energía púrpura de todo el campo de batalla. El aura púrpura comenzó a apoderarse del color anterior, haciendo que su mano brillara intensamente en él mientras su brazo se sacudía tan violentamente que tuvo que agarrárselo con la otra mano para controlar lo que fuera que estuviera haciendo. Todos los Pokémon presentes se quedaron viendo en shock, y el Pokédex tenía su propio comentario al respecto.

- ¡Estás generando lecturas de energía extraña desde tu mano! ¡¿Qué estás haciendo exactamente?!

- ¡Si lo supiera te lo diría!

Sabrina observó su mano todavía sacudiéndose con interés, aunque no hizo ningún movimiento para atacarlo durante el proceso. Al parecer, ella también tenía curiosidad por lo que hacía. Un brillo de color rosa comenzó a filtrarse por sus dedos y el aura se encendió una vez más antes de disiparse. La luz se desvaneció momentos después, y su mano dejó de temblar. Ahora en ella tenía algo sólido, y la abrió para dejar caer en su otra palma lo que fuera que había en ella.

Lo que encontró fue un cristal rosa, descansando en el centro de su palma como si no lo hubiese hecho aparentemente de la nada. Todos sus Pokémon presentes miraron el cristal sorprendidos, y el Pokédex habló:

- Ash, ¿tienes idea de lo que es eso?

- ¿Una violación de al menos unas cuantas leyes de la física? – preguntó. Al menos eso era lo que le gritaban los remanentes de sus clases de ciencias en su memoria.

- Posiblemente, pero es más que eso. Las lecturas de ese cristal indican que se trata de un Cristal-Z, muy parecido al que utilizó Lilo. Lo mejor que puedo determinar en este momento es que este cristal fue creado por una combinación de las energías residuales emitidas por los Pokémon y la energía que tú emites naturalmente por ser un bloodliner. Es probable que haya un tercer elemento que actuó como catalizador, que según mi hipótesis podría tener que ver con el material del que está hecho el Anillo-Z con los incidentes que he visto hasta ahora. Ese cristal es un Psychium-Z, utilizado para el Movimiento-Z de tipo Psíquico.

Ese punto hizo que Ash observara el cristal en sus manos. Aquella vez contra Lilo, y más tarde contra Elwood y Aideen, ¿esto era a lo que quería llegar?

- Qué interesante. Cuando creí que ya conocía todas tus sorpresas, me sacas una nueva, Ash. – La observación de Sabrina desvió su atención del cristal mientras la mujer continuaba. – En el folklore alolano se dice que el primer gran rey de Alola, Kahele, creó todos los Cristales-Z con un método que solo él conocía. Si lo hizo como tú lo hiciste ahora, se ha vuelto mucho más interesante para mí.

Así que su creación de un cristal de una manera que no tenía idea de cómo volver hacerlo, ¿ahora le daría interés en ponerla a ver un documental?

- A leer un libro en realidad.

Oh sí, todavía seguía con eso, leyéndole la mente. Sin embargo, Ash miró el cristal en su palma por un momento, y luego el Anillo-Z en su mano. Después de un momento, colocó el cristal en la ranura de dicho anillo. Primer paso: colocar el cristal, hecho. Segundo paso: activarlo. Eso no estaba del todo seguro cómo hacerlo.

- COmo mencioné antes, los alolanos manifiestan el poder de los Movimientos-Z... – El Pokédex de pronto brilló y fue lanzado hacia la refriega antes de terminar su explicación por un Kadabra, que rápidamente se teletransportó fuera del camino de Farfetch'd que se fue a estrellar con un Alakazam.

Aunque necesitaba el recordatorio de lo que el Pokédex había mencionado antes, probablemente podría descubrirlo solo. De hecho, recordaba haberlo visto hecho en aquella extraña visión que tuvo después de conseguir el Anillo-Z, y la Piedra Activadora por alguna razón.

- Si te preguntas por qué sucede eso, no me preguntes a mí. Ya me ha pasado antes y no podría darte una respuesta.

Ignorando a Sabrina y su lectura de mentes de nuevo, no necesitó mirar detrás para saber que Butterfree estaba aleteando junto a él para ver si esto iba a funcionar.

- De acuerdo, esto aparentemente hará algo ya que conoces un movimiento de tipo Psíquico. ¡Prepárate para lo que sea, Butterfree! – declaró Ash mientras Butterfree asentía.

Lo primero era cruzar los brazos, lo cual hizo al sentir que el cristal y el Anillo-Z flasheaban. Probablemente eso fuese una buena señal.

- Protección. – dijo Sabrina simplemente mientras Alakazam formaba un orbe brillante a su alrededor. Sin embargo, Ash no se detuvo.

Luego de cruzar los brazos, lo siguiente era tocarse las sienes con la punta de los dedos. Al hacerlo, sintió una chispa mayor de energía recorrerlo. Se sintió algo extraño, como si fuese algo que sentía dentro y estuviera conteniendo. Lo siguiente fue agarrarse la mano derecha y apuntarla al frente, con la palma hacia afuera. Así lo hizo, y comenzó a brillar del mismo tono inicial que había visto cuando comenzó a formar el cristal. Amarillo-naranja, que salió disparado hacia Butterfree y lo rodeó, tornándose luego a un tono rosa similar al del cristal segundos después del impacto que seguía acumulando más y más intensidad, a pocos momentos de liberarse totalmente.

Sabrina simplemente se colocó detrás de Alakazam. Aparentemente estaba bien con el hecho de dejar que Ash ejecutara el movimiento, muy segura de que una Protección emitida por una Mega Evolución sería suficiente para detenerlo.

Quizás lo fuera, Ash no estaba realmente seguro. Sin embargo, se le había pasado algo por alto, algo que había mantenido fuera de su mente para evitar recordárselo.

Sabrina rápidamente supo lo que se le había pasado por alto cuando un puerro brillante salió disparado contra la burbuja de Protección incluso mientras el poder máximo del Movimiento-Z se acumulaba en Butterfree (que estaba zumbando tan fuerte que medio se preguntaba si todo el poder no lo habría convertido de repente en un Beedrill). Dicho puerro brillante causó que la Protección se desvaneciera en nada, antes de que el puerro potenciado por Finta rebotara de regreso al pico del Pokémon que lo había lanzado.

- ¡Far! – declaró Farfetch'd secamente mientras el nombre del Movimiento-Z le llegaba a Ash.

- ¡Disruptor Psíquico! – gritó Ash mientras Mega Alakazam se veía rodeado por la misma aura que rodeaba a Butterfree.

El Mega Pokémon salió disparado al otro lado del campo de batalla, chocando contra un Girafarig y un Exeggutor antes de estrellarse contra una pared invisible. De dicha pared invisible Mega Alakazam rebotó sobre un Slowking y una segunda pared lo mandó a volar por los aires, antes de que la luz explotara en una descarga masiva de poder que iluminó todo el campo.

Encima del impresionante despliegue, cada vez que Mega Alakazam golpeaba una de las paredes, Ash sentía una oleada masiva de algo. No estaba seguro de qué era, no se sentía como calor, viento, o algún olor que se esparciera por todo el lugar. No era el único que lo sentía, viendo las miradas extrañas que le daban Servine, Pikachu, y los demás con cada estallido.

Tuvo que atrapar a Butterfree, que parecía exhausto por haber utilizado el Movimiento-Z. No se le escapó la sensación de Bulbasaur y su Látigo Cepa colocando de nuevo el Pokédex en el bolsillo de su chaqueta mientras lo atrapaba, y eso le alegró para conseguir algo de clarificación.

- Tu ataque, que debo admitir tienes algo de mi respeto por hacerlo sin mi guía, ha creado tres ondas de radiación. Antes de que me preguntes, sí, tengo software de detección de radiación para todo tipo de escenario. Sin embargo, no puedo decirte la razón exacta de la descarga de radiación, solo que esta no fue detectada cuando Lilo la utilizó, y que mis sensores no detectan efectos adversos a ninguno de los Pokémon en este edificio o a los dos bloodliners presentes, y que la onda de radiación del último ataque atravesó la parte cercana de la ciudad, Aunque si todos los presentes están ilesos, puedo asegurar que no serás responsable por ningún efecto dañino salvo ciertos problemas de sincronización en artefactos electrónicos.

¡¿Qué acababa de hacer?!

- Y también, que tu Raichu colocó al Primeape en la Bola temporizadora mientras yo no estaba contigo. Felicitaciones.

Sabrina se quedó viéndolo con una extraña mezcla de conmoción, furia y respeto, que se vio resaltado cuando una ola telekinética de otro de sus Pokémon dejó caer a un derrotado Mega Alakazam a sus pies. Este flasheó de naranja y volvió a la normalidad, mientras Raichu salía de un agujero y dejaba salir un grito de satisfacción por un trabajo bien hecho.

Todos los Pokémon a su alrededor además de Pikachu brollaron del mismo color que los ojos de Sabrina antes de salir volando fuera del área. Segundos después se encontró rodeado de Pokémon Psíquicos desde Starmie y Exeggutor hasta Xatu y Alakazam.

- Realmente preferiría no tener que recurrir a estas medidas. Sin embargo, por ti haré una excepción. Deja de limitarte a ti mismo, usa tu poder libremente, o sufrirás las consecuencias.

El tono de Sabrina sonaba al borde del derrumbe y la frustración mientras los Pokémon a su alrededor empezaban a cargar lo que parecía un Psicochoque.

- ¡Pikapi! [Yo me encargo de los de la izquierda, tú del árbol.]

Ash asintió y se preparó para ver en qué resultaría todo esto, cuando oyó una segunda teletransportación. Por un momento creyó que serían más problemas, hasta que vio quién acababa de aparecer.

- ¡Aléjate de él! – El grito de Misty fue seguido segundos después por el Torbellino que golpeó al Xatu y lo mandó a volar dando vueltas.

Iris solo se echó a gruñir al lanzarse contra el Alakazam, noqueándolo a pura fuerza bruta. Sin usar habilidades de bloodline en acción, simplemente pura fuerza humana y furia que impulsaban su asalto. Anabel tampoco dijo nada pues solo se quedó de pie y telekinéticamente alejó a la Starmie mientras buscaba a su siguiente objetivo.

- Apártate de mi hermano.

Ash tuvo que mirar por segunda vez cuando Belladonna de todas las personas golpeó al Exeggutor con Pinchazo Venenoso, mientras Evanna le daba un golpe en el estómago al Hypno con un Puño Incremento. Aurora congeló las manos del Mr. Mime formando unas esposas de hielo mientras Vedia golpeaba a un Abra que había aparecido detrás de él con una mano de sombras.

- ... ¿Qué? – Sabrina no pudo más que dejar salir un breve respiro de cansancio, por la pregunta de por qué Belladonna de todas las personas estaba aquí, haciéndolo caer de rodillas. Sintió que su cuerpo era sujeto por dos pares de brazos, y tratando de reunir toda la energía que pudo, Ash levantó la mirada para ver a quiénes pertenecían.

Un par eran los de Misty, el otro de Belladonna, y ambas lo miraban con mezcla de preocupación y alivio, que rápidamente ganó un tinte de confusión mientras una explosión de fuego que posiblemente fuese obra de Charizard resonaba detrás de ellos.

- ... ¿Qué está sucediendo aquí? – preguntó Evanna al oír el estallido, antes de golpear distraídamente a un Abra.

- Ustedes aparecieron en el medio de nuestro plan de escape, que ya llevaba en curso algo de tiempo antes de su llegada. Admito que su presencia, aunque inesperada, es ventajosa.

Belladonna se quedó mirando el bolsillo desde donde vino el sonido en medio de la confusión.

- Me quedé en silencio cuando tu amante lo congeló contra la pared. Soy una inteligencia artificial entregada a Ash Ketchum por un anciano. Puedes llamarme el Pokédex, Dexter, Handy, o como prefieras. Independientemente de cómo decidas llamarme, no hay tiempo que perder. ¿Puedes pedirle a Vedia que sujete a alguien?

- ¿Imagino que te refieres a esa maldita perra de allá? – Belladonna miró furiosa a Sabrina.

- Por supuesto. Para asegurar que todos podamos escapar, tenemos que estar seguros de que no intente nada que pueda ser una molestia. – declaró el Pokédex, y una sombra se movió para golpearla.

Sabrina simplemente los miró con rabia, y Vedia salió volando a dónde estaba Iris. Sin embargo, no tuvo tiempo de disfrutarlo antes que un rayo de energía congelante la golpeara, cubriéndola en una capa de hielo.

Aurora, cuyas manos echaban vapor del frío que acababa de lanzar, se veía diferente a cuando lo había congelado a él. Parecía tener más entusiasmo, como si atrapar a Sabrina en un bloque de hielo sólido fuese más disfrutable que congelarlo a él contra la pared. Y rápidamente siguió disparando más rayos al ver que se formaban grietas en él, y su mirada de preocupación se apagó al ver un aura brillante que se formaba alrededor de su hielo y detenía las grietas. Anabel usaba sus poderes psíquicos para reforzar las ataduras heladas.

Apenas un segundo de dejar a Sabrina atrapada en el hielo, se oyeron diez Teletransportaciones detrás de él, y luego volvieron a sonar diez más. Esto se repitió rápidamente varias veces, en apariciones y desapariciones. Una Teletransportación apareció frente a él, oscureciéndole la vista del cubo de hielo de Sabrina mientras intentaba escapar de él, en la forma de un Exeggutor. El Exeggutor pareció mirar fijamente a Sabrina, emanando una emoción de una manera tal que Ash solo podía describir como puro odio.

- Tor. – Exeggutor prácticamente le escupió antes de teletransportarse de nuevo.

Un pensamiento se le ocurrió a Ash, este Exeggutor y los otros habían perdido a su dueño original, posiblemente porque había muerto, como había teorizado el Pokédex. ¿Acaso Sabrina tendría algo que ver con su estado liberado?

El pensamiento rápidamente desapareció por el agotamiento, pues en cuanto el Pokédex declaró que todos (cada Pidgey, cada Grimer, Jigglypuff y el Farfetch'd loco, etc.), se encontraban a salvo en el rancho de Oak, inclusive Servine, Muk, Tauros, Squirtle, y Roggenrola, todas las chicas se abrazaron a su alrededor y con Anabel dando el toque final, se teletransportaron fuera de allí.

Justo cuando Sabrina finalmente se liberó del hielo, con una combinación de tantas emociones que Ash incluso estando despierto totalmente no podría saber si estaba furiosa, impresionada o si simplemente querría irse a la cama en ese momento.

(--0--)

De vuelta al sitio donde comenzó todo esto...

La teletransportación depositó a todos en el mismo lugar donde este largo, muy largo, larguísimo día había comenzado, y Ash sabía exactamente lo que quería hacer.

Ahora que el día por fin terminaba, Ash caminó hacia la misma base secreta con una cabezada y una clara respuesta positiva de todos de que sabían que estaba muerto de cansancio y que si querían hablarle de lo que pasó, fuese en la mañana. Arrojó la capsula de objeto para su cama antes de dejarse colapsar en ella, pues lo único que quería era dormir para que acabara ese día.

Pikachu ni siquiera se molestó en ir tan lejos, y se fue a una esquina de la base. Como Ash había dejado caer su chaqueta antes, Pikachu la agarró para usarla de nido aquella noche. Mañana podría conseguir una lavadora donde echarla si hacía falta. También dejó caer su mochila a los pies de la cama, pero Pikachu no la cogió para usarla como sitio para dormir. Quizás algún otro Pokémon lo hiciera algún día, pero hoy no era ese día. En ese momento lo único que quería era dormir.

Se dio la vuelta rápidamente al sentir que alguien se teletransportaba adentro, como a los cinco minutos de intentar dormirse y no lograrlo, aunque no golpeó a la persona en cuestión. Anabel no era su enemiga después de todo, y podía darse cuenta incluso estando muerto de cansancio. Y la chica pelimorada, que debió utilizar esos cinco minutos para ponerse su ropa de dormir, se recostó junto a él con una mirada preocupada en el rostro.

- No quiero despertar mañana y descubrir que te volvieron a teletransportar. – le dijo Anabel, con clara preocupación en su tono de voz dentro de su cabeza.

- No creo que... – Ash trató de asegurarle que Sabrina probablemente no volvería a llevárselo, pero antes de eso otro cuerpo se dejó caer junto a él

- Esto no se trata de lo que creas. – le dijo Iris desde atrás. Pudo escuchar a Axew en alguna parte de la base, probablemente cogiendo su propia esquina. La morena se movió más cerca de él, y pudo sentir su calor corporal. Si se acercaba más probablemente podría sentir el cuerpo de ella frotándose contra el suyo. ¿Entonces cómo haría para dormir?

- Se trata de que nos preocupamos por ti. Déjanos estar seguras de que esto de Sabrina ya se acabó, al menos por esta noche.

Los comentarios que Pikachu había hecho antes resonaron brevemente en su mente. Eso no era lo que estaba pasando, ¿verdad?

Unas pisadas resonaron enfrente de la base secreta, y al mirar arriba se encontró con Misty mirándolos. No estaba seguro de qué clase de emoción estaría demostrando en ese momento: era una mirada que decía al mismo tiempo "¿En serio?", "Grandioso" y "¿Por qué no se me ocurrió antes?" Sin embargo, dichos sentimientos y el resto de la composición en la extraña mirada de Misty (que extrañamente no parecía dirigida a él específicamente, al menos) fueron reemplazados por sorpresa al ser empujada adentro por una sonriente Belladonna.

- Oh, ya deja de pensarlo tanto. En esa cama también cabes tú sin problemas. Ve y asegúrate que mi pequeño hermano esté bien esta noche, ¡entre más mejor! No espero que hagan ninguna locura, pero les recomiendo que hagan el número trece- Mañana tendremos panqueques si lo logran.

El tono de Belladonna sonaba muy alegre, y se fue guiñándole el ojo a Ash, para darle un pulgar arriba que también iba en su dirección. Misty se tropezó por el empujón que Belladonna le había dado, pero no se cayó y estuvo a punto de gritarle con la cara totalmente roja.

- Mi querida Aurora puede dejarlos encerrados ahí dentro con un muro de hielo si lo prefieren. – le dijo Belladonna en un tono que sonaba juguetón y a la vez de advertencia. Misty de pronto ya no tenía ganas de gritarle, aunque sí murmuró algo sobre que necesitaría algo apropiado para dormir.

Ash rápidamente le ofreció una de sus camisetas de sobra en su mochila, y Anabel le puso la mano en su rostro para darle algo de privacidad a Misty.

- ¿Eso de verdad es necesario? – le preguntó Iris a Anabel, pero teniendo la vista bloqueada no podía ver las ropas de Misty cayendo al suelo, aunque sí oírlas.

...

A pesar de que no la estaba mirando, el hecho de cambiarse de ropa enfrente de Ash la hizo sentir bastante extraña. No exactamente incómoda, y después de que la hubiese visto en bikinis tampoco era que tuviese tanto que dejarle a la imaginación, pero nada de eso tenía importancia ahora. Una vez que estuvo bien cubierta, Anabel le quitó la mano a Ash, y los ojos de Misty volvieron a fijarse en los de él.

- Ash, yo...

Se detuvo ahí sin estar muy segura de cómo continuar. Era como la noche que salieron de Cerulean, cuando quiso disculparse por haber explotado como lo hizo y no haberle agradecido apropiadamente por salvarle la vida. Aunque aquella vez fue más sencillo, pues solo eran ellos dos.

Por mucho que le gustaría tener un momento privado con Ash, no tenía el corazón para decirles a Iris y Anabel que se fueran. Ella no era la única allí dentro que se preocupaba por Ash, ni tampoco la única que se había asustado cuando desapareció. Y esto se hizo evidente cuando Anabel e Iris intercambiaron miradas y sin decir palabra se apartaron un momento para hacerle espacio, aunque Iris volvió a colocarse en su antigua posición cuando Misty se puso frente a Ash donde antes estaba Anabel.

- Está bien. Todas nos sentimos igual después de lo de hoy. No tienes por qué avergonzarte. – le dijo y Misty suspiró. ¿Así de obvio lo estaba haciendo?

- De acuerdo. – dijo Misty finalmente sentándose en la cama y recostándose junto a Ash. Cerca, pero no tan cerca. Aunque todavía sentía algo más de contacto con las otras de lo que estaba acostumbrada.

- Escuchen, de verdad no tienen que hacer esto, yo...

- Shhh... – dijo Misty, poniéndole un dedo en la boca. – Aunque no sea así, después de lo de hoy, quiero estar cerca por si algo sucede. Yo solo... no quiero perderte.

Tuvo que exprimir las últimas tres palabras. Hacía mucho que las tenía guardadas, quizás desde que se sintió celosa de Iris. Admitiéndolo, su miedo de perder a Ash todavía seguía allí, pero ya no era tanto de perderlo a manos de Iris, o de Anabel. No en ese sentido, y menos después del esfuerzo que hicieron para encontrarlo, y de haber demostrado que él les importaba tanto como a ella.

No, el miedo que sentía era que alguien quisiera hacerle daño. Ya había pasado por eso cuando la Cazadora J lo secuestró, y después de eso... ya no quería arriesgarse más. Iris tenía razón. Tenía que ser más fuerte, más fuerte para poder protegerlo. Y eso no lo podía hacer sola.

Así que al menos por esa noche, no le molestaría compartir a Ash con las otras. Todas lo mantendrían a salvo, juntas.

...

Belladonna tardó un poco en dormirse, y estaba bastante segura de que estaba usando a Evanna como almohada cuando finalmente se quedó dormida. Sin embargo, cuando lo hizo se encontró en un lugar en el que prefería no estar. En el mundo de los sueños.

Los sueños siempre habían sido extraños para ella. Cuando no tenía noches tranquilas, era propensa a tener sueños de las cosas más extrañas.

Como este por ejemplo: se encontraba en una isla flotante junto a una pequeña casa blanca con un tejado rojo. La casa tendría un buen tamaño, si tuviera diez años. Ahora dudaba que pudiese siquiera caber en ella. Especialmente cuando la puerta de la pequeña casa se abrió de golpe y un Pokémon salió disparado fuera de ella antes de mirarla por un momento, antes de ponerse a sisear.

Ella entrecerró los ojos al ver al Pikachu que le siseaba, aunque no sabía exactamente por qué estaba haciéndolo. Era como si estuviese en piloto automático. Y dicho Pikachu no era el de Ash, o el de Red, dicho fuera de paso. Tenía aspecto de ser mucho más viejo, con su pelaje amarillo veteado de gris por la nariz y ojeras muy parecidas a las que se le verían a los humanos de edad avanzada.

- ¿Un roedor, en serio? – Las palabras que salieron de su boca no eran suyas. Esa voz no sonaba como ella en absoluto. Su tono era más frío y quizás sensual.

El Pikachu le volvió a sisear, con las mejillas echando chispas mientras su cuerpo continuaba moviéndose solo y hablaba con una voz que no era la suya.

- Podrías haberlo algo mucho mejor. Eres mi hijo, y aun así terminaste con esa criatura tan patética. ¿De qué vale un Pichu?"

Su cuerpo se movió para mirar con rabia por encima del Pikachu, como si hubiese algo detrás de él. O más bien alguien. Sintió que sus ojos flasheaban de poder, aunque no era el suyo el que se activaba.

- No vas a dormir por cuarenta y ocho horas. – La voz que no era la suya salió de su boca momentos antes que el Pikachu disparara un ataque eléctrico.

...

Se despertó antes de sentir el ataque, con los ojos muy abiertos. Resultó ser que, en efecto, estaba usando el estómago bien tonificado de Evanna como almohada, tal como Aurora usaba el de ella de la misma forma.

No se movió para evitar molestarlas, aunque se preguntó cuánto le tomaría volverse a dormir. Tal vez podría terminar teniendo ese mismo sueño de nuevo.

Sin que ella lo supiera, sin embargo, en una región muy lejana, un Pikachu anciano también acababa de despertar de un mal sueño, aunque menos sorprendido que ella. Porque había hecho algo que deseaba haber hecho hacía tantos años, y electrocutar a esa mujer malvada que había hecho de la vida de su amo y mejor amigo un infierno.

Belladonna sin embargo, no era la única experimentando algo extraño en su sueño.

...

En un estadio lleno de vítores, su cuerpo brillaba con el poder que ella y su compañera compartían vía Mega Evolución. Ella creía que no había poderes que pudieran igualarla. Se había equivocado, y el Chesnaught cuya aura de hierba ondulante se dispersó para revelar una apariencia cambiada fue lo que destruyó sus creencias sobre cómo funcionaba el mundo.

Y aun así, a pesar de eso la idea de probarse a sí misma y la fuerza de su entrenadora contra esta pareja era una emoción que no había sentido en años.

- ¡De acuerdo, Chesnaught, vamos a ganar esto! ¡Escudo de Picos!

El Chesnaught no usó el movimiento como lo haría uno normal. Un vórtice giratorio de hojas y energía verde se formó en su antebrazo derecho, formando un escudo redondo. El Chesnaught arrojó dicho escudo, haciéndole aparecer más espinas que crecían al aproximarse a impactar con ella.

- ¡Cabeza de Hierro!

Una luz blanca iluminó su silueta mientras la energía de acero fluía a través de ella, y contrarrestó el impacto inminente con su propio golpe.

En el momento que su cabeza impactó con el escudo sintió algo. Un estallido de energía que no era tangible, caliente, frío, soplando como el viento, o ni siquiera tenía olor, ni irradiaba energía del impacto como lo haría una explosión sin causar daño. Sería el primero de muchos estallidos de energía durante esa batalla. No fue el único incidente como ese durante el torneo, pues recordaba haberlo visto en la batalla de ese joven en contra de Remo también.

...

En el momento del primer impacto, y ante la sensación de esa corriente de radiación por el impacto, los ojos del Pokémon se abrieron de golpe, con su expresión tornándose intranquila y preocupada. Su compañera también se había despertado con su sobresalto, y la miró con preocupación.

- Mawile, ¿otra vez esa memoria en tu sueño...?

Su gesto de asentimiento llevó a que la anciana suspirara desde su cama, siendo el suspiro de alguien que llevaba un enorme peso sobre los hombros.

- Supongo que solo podemos esperar que no haya pasado en un estadio esta vez, o algo peor.

Así, los primeros pensamientos de Mabel ese día fueron de preocupación y miedo.

Esta historia continuará...

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