Arco de Cerulean Parte 2 - Poder


Norte de Ciudad Cerulean, donde nos quedamos en el capítulo anterior...

La guerra de Squirtle de una sola tortuga solitaria en contra de toda la humanidad llegó a su fin en cuanto Bulbasaur lo agarró con sus látigos, lo arrojó hacia Ash (que todavía llevaba a Misty en brazos) e hizo contacto con él. Y por contacto, quiso decir que Squirtle le dio un coletazo por detrás de la cabeza. Ash no tuvo tiempo ni de reaccionar, pues Squirtle se quedó congelado al recuperar sus memorias, y de pronto se puso frenético al sentir como que de pronto le faltaba algo.

- ¡¿Squirtle squirt?! [¿Qué demo... dónde estoy? Este no es el Escuadrón Squirtle, mis gafas están del color equivocado por adentro. ¿Por qué tengo este extraño deseo de hacer pedazos a los habitantes de la superficie? ¿Y cuándo fue que Ash y Misty pasaron de la pubertad?] – Fue entonces que notó a Charmander. – ¿Squirtle Squirt? [¿Oh, no me digan que Charizard tuvo un hijo? Cielos, eso me hace sentir viejo.]

Hubo una pausa muy incómoda después de esto, mientras Squirtle parecía pensar en qué decir a continuación, sin tener la menor idea de lo que pasaba.

- [¿Cómo estás, flamita? Soy un viejo amigo de tu papá, puedes llamarme tío Squirtle.] – lo saludó. La reacción de Charmander fue tirarse al suelo y comenzar a golpearlo gimiendo en frustración. – [¿Qué le pasa, está mal de la cabeza?]

- Pika, pika. [No, es solo que él es el Charizard que conoces, no su hijo.] – dijo Pikachu con la voz seca. – [Para resumir la historia, la realidad se destruyó por completo, y Ash fue enviado atrás en el tiempo para evitar que volviera a suceder, pero en el proceso, el mundo se alteró por completo. Haciendo contacto con Ash podemos recuperar nuestras memorias, y al parecer también le dio a Misty algunas de las suyas.]

- ¿Squirtle? [¿Eh? Vaya, eso explica por qué Butterfree y Pidgeotto de repente están aquí.] – Los dos aludidos le echaron una mirada por no haberlos notado antes. – [¿Y quién es el mono púrpura?]

- Aipom. [Creo que no nos conocimos antes. Soy Aipom, antes conocida como Ambipom. Ash me capturó durante el Gran Festival de Kanto poco antes de derrotar a Brandon, y estuve con él antes de ser intercambiada a Dawn en Sinnoh. Después de eso, decidí dedicarme a ser campeona de ping pong.]

- [Vaya, te vas por unas cuantas aventuras y te pierdes de muchas cosas.] – dijo arqueando una no existente ceja al escuchar lo último de Aipom. – [Está bien, mientras siga siendo el más rudo de los Pokémon de tipo Agua que haya tenido, lo que sea que haya pasado está bien para mí. Bueno, tal vez no que la realidad haya hecho kaboom, pero lo demás no importa.]

Pikachu tuvo que resistirse al deseo de mencionar a Froakie, que podría con facilidad haber destronado a Squirtle por ese título si la realidad no hubiese colapsado. Aunque ese encuentro tendría que esperar para otra ocasión, probablemente hasta Kalos. Ash, por su parte, finalmente pareció procesar bien el hecho de que su Squirtle estaba aquí, y de pronto tuvo una idea:

- Squirtle, necesito que uses Surf para llevar a Misty a... – Ash iba tan rápido que no se detuvo sino hasta que Squirtle frunció el cejo y le dijo que se callara por un momento.

- [Ash, no sé si estás al tanto, pero para usar Surf y llevar a un humano por el agua a la vez, necesitas un Pokémon lo suficientemente grande para cargarte, o para que te agarres de él. Misty no puede agarrarse de mí en ese estado, y para cargarla necesitarás a alguien mucho más grande que yo. Como un Lapras, o algo así.]

Esta realización hizo que las esperanzas de Ash se fueran por la coladera en un instante. Por fortuna para él, Squirtle todavía no había terminado.

- [Diablos, creo que los únicos Pokémon lo suficientemente grandes como para hacerlo en esta área serían los Gyarados, y no hay forma de que... ay, no, maldición, yo y mi bocota.]

Squirtle dejó de hablar al darse cuenta de que sin mediar palabras, su entrenador echó a andar hacia el borde del agua. ¿En serio iba a intentar lo que él creía? Sus ojos estaban llenos de determinación, y nada ni nadie lo iba a detener, aunque pareciera un suicidio. Al diablo todo lo demás, si era la única oportunidad que tenía de salvar a Misty, que así fuera.

- Gyarados, el Pokémon atroz. Los Gyarados son criaturas violentas que han causado el fin de civilizaciones enteras en un solo día.

El comentario del Pokédex no hizo nada para amilanar los pasos que daba Ash. Volvió a insistir.

- Gyarados, el Pokémon atroz. Los Gyarados se enfurecen con facilidad y eran considerados la mayor de las amenazas para los marinos desde tiempos antiguos en los registros históricos. Eran tan peligrosos que esto conllevó a repetidos sacrificios de Gyarados y envenenamientos de Magikarps que aniquiló casi por completo a ambas especies en Kalos.

Nada, Ash todavía seguía andando hacia el agua, eso tampoco iba a detenerlo.

- Gyarados, el Pokémon atroz. Los Gyarados son una especie depredadora capaz de comer humanos. Son atraídos fácilmente cuando los incautos empiezan a salpicar en la superficie del agua al borde de los... – Como si fuese su señal, Ash llegó al borde del agua y empezó a patearlo violentamente. – Maldición, idiota, si tienes deseos de morir al menos sácame de tu bolsillo antes que termine en el estómago junto contigo.

Bulbasaur intercambió una mirada Pikachu, y este le respondió sacudiendo la cabeza firmemente, básicamente diciendo que no salvaran al Pokédex. Aunque esa idea fuese estúpidamente peligrosa, no podían decir que no estuvieran detrás de Ash en esto. El entrenador, cuando se hartó de las quejas de su aparato, se lo sacó del bolsillo y lo arrojó (casi podría jurar que lo oyó gritar "¡AUCH!" cuando chocó contra el borde rocoso del río). Dejó de patear el agua solo por un momento para quedarse viéndola fijamente.

- Me rehúso... a perder a alguien más. – dijo Ash en voz baja, pero todavía audible. – Aunque sea muy tarde para salvar a Dawn, a Cilan o a Iris, no pienso perder a otro de mis amigos. No me importa lo que tenga que hacer. – El agua empezó a agitarse enfrente de él. Finalmente había respondido. –Aunque eso signifique obligar a un Gyarados a que me obedezca, con mis propias manos.

Pese a que estaba totalmente preparado para enfrentarse al Gyarados con sus puños si era necesario, no pasó mucho antes que Pikachu, movido por su inquebrantable sentido de la lealtad, se parara firme a su lado, listo para luchar codo a codo con su entrenador.

- Pi. [No. No vas a pelear tú solo.]

Inmediatamente, lo siguieron Bulbasaur y Charmander, después Aipom, Pidgeotto y Butterfree, y finalmente Squirtle (a pesar de que técnicamente seguía siendo un agente libre y no estaba en obligación alguna de obedecer a Ash). Todos se acercaron al borde del agua, preparados para lo que venía.

- [Todos estamos contigo.]

- Todos ustedes van a morir, y a mí me reciclarán en un iPad. – dijo de alguna manera el Pokédex, pero ninguno de ellos le puso atención.

Y a los pocos segundos, la gran forma del Gyarados, finalmente emergió de las profundidades, una gigantesca criatura azul y blanca con forma de serpiente, que se anunció con un poderoso rugido, fácilmente superándolos a todos juntos, Ash y sus Pokémon, en tamaño. Pero ninguno de ellos se dejó intimidar, todos se prepararon para lanzar sus ataques, simultáneamente.

Al parecer anticipándose a esto, Gyarados volvió a rugir y parecía que estaba por atacarlos primero, pero de pronto, su mirada se fijó en el cuerpo inmóvil de Misty, y su expresión, aunque imperceptible para el observador casual, cambió por completo, al igual que sus rugidos. Ya no parecían amenazadores, sino más bien de preocupación. Y al percatarse de esto, Ash les ordenó a todos que se calmaran por un momento.

- ¡¿Roar?! – dijo mirándolos con expresión interrogante. Ash frunció el cejo, y tuvo que darse la vuelta hacia donde estaba Squirtle.

- Hey, amigo, ¿qué está diciendo?

Ash con esto se percató de que sus poderes tenían una notable falla, específicamente tratándose de entender a los Pokémon. Solo podía entender a aquellos con quienes tenía una conexión cercana. Eso quería decir que solo podía hacerlo con sus propios Pokémon, y quizás con algunos de los de sus amigos con algo de esfuerzo (aunque considerando que no confiaba en Psyduck acerca de no irse de lengua con Misty con el hecho de que él era del futuro, todavía no ponía a prueba esta teoría), pero definitivamente no con los Pokémon salvajes. Así que todavía necesitaría la ayuda de sus Pokémon para que le tradujeran, similar a como Meowth lo hacía para el Equipo Rocket.

- Squirt. [Dice que está preocupado porque acaba de ver que su amiga está herida.]

Le tomó a Ash un par de segundos percatarse de que el Gyarados con "amiga" probablemente se refería a Misty. Y otro par más para que con ese pensamiento, Ash se atreviera a tener una corazonada.

- Hey, Pikachu... si Misty tenía un Gyarados... ¿crees que este podría ser...? – No tenía manera de estar seguro, pero él siempre seguía a su intuición y esta le decía que estaba en lo correcto. Pikachu solo se encogió de hombros, sabiendo perfectamente lo que Ash estaba pensando.

- ¿Chu? [¿Probablemente?]

Con esta información en mente, Ash se adelantó para hablar de frente con Gyarados, alegrándose de que los Pokémon podían entender el lenguaje humano aunque la mayoría de los humanos no pudieran entenderlos a ellos. Tomando un profundo respiro, empezó a hablar.

- Gyarados, mi nombre es Ash Ketchum, y soy amigo de Misty. Escucha, ella no está bien, necesita atención médica tan pronto como sea posible, y solo podremos llegar a tiempo cruzando el agua por aquí. Tú eres el único lo suficientemente grande para cargarla. Por favor, necesito tu ayuda. Misty necesita tu ayuda.

Ash miró fijamente a los ojos de Gyarados, para que este viera por sí mismo que era totalmente sincero y que le importaba la vida de Misty. Gyarados rugió hacia el cielo, antes de mover su enorme cola y colocarla en la orilla, como si fuera el puente para abordar un barco.

- Squirt. [Dijo que sí.]

Ash sonrió triunfante, aunque realmente no necesitaba la traducción. Sin perder tiempo, volvió para recoger a Misty de nuevo, mientras Gyarados le rugía para que se diera prisa si querían salvarla.

- Voy a salvarte, Misty... – se dijo Ash en voz baja mientras la volvía a tomar en brazos y se subía a la espalda de la serpiente marina.

Pronto, el resto de sus Pokémon también se le unieron, con Bulbasaur usando sus látigos para recuperar al Pokédex (oyéndolo gritar "¡Suéltame, estúpido organismo simbiótico!") antes que fueran a dejarlo olvidado. Por desgracia, ahora no había tiempo de ir a recoger sus sacos de dormir, provisiones y todo lo demás, no había más opción que dejarlas allí y regresar por ellas después. Con suerte, nadie trataría de robárselas, y al decir "nadie", Ash se refería específicamente al Equipo Rocket, especialmente después que le dijeron que estaban "acechándolo". ¿No estarían vigilándolo ahora mismo?

(--0--)

Mientras tanto, en un pequeño pueblo no muy lejos de donde estaban Ash y Misty...

- ¡Ekans!

- ¡Koffing!"

Los dos Pokémon tipo Veneno que poseían los miembros del Equipo Rocket, ahora se encontraban amenazando a los empleados de un supermercado, manteniéndolos contra la pared, mientras el trío, llevando unos enormes sacos en cada mano, procedían a saquear toda la comida y productos de primera necesidad que el trío requería, para poder continuar con sus observaciones de su objetivo, Ash Ketchum. Habían salido esa mañana, conscientes de que tendrían mejor oportunidad de robar la tienda apenas abriera, y confiando en que el muchacho no haría nada interesante mientras no lo estaban mirando. La última vez que lo vieron se veía extremadamente enfrascado en el entrenamiento con sus Pokémon, así que lo más probable era que siguiera en eso por un largo rato. Si iban a vigilarlo, tenían que estar seguros de tener lo necesario para poder sobrevivir en lo salvaje ellos también.

Por supuesto, los tres se sorprendieron enormemente al saber que el muchacho era un bloodliner. No habían parado de preguntarse por qué su jefe quería que lo tuvieran vigilado. ¿Acaso quería reclutarlo para sus filas? ¿Estaría planeando empezar su propio ejército de bloodliners? ¿O simplemente quería hacer los arreglos para que muriera de alguna manera que beneficiara a la ola de anti-bloodliners que estaba surgiendo? La respuesta de Giovanni cuando le hicieron la pregunta fue muy corta y directo al punto.

- "Hablen de esto con alguien más aparte de mí, y pueden despedirse de sus miserables vidas."

Es decir que la verdadera razón de su trabajo seguía siendo un misterio, pero habría mucho tiempo de pensar en ello luego de reabastecerse de sus galletas favoritas y el desodorante que necesitaban. Y el motivo de que todavía estuvieran ocupados en esto: este había sido su tercer blanco para llevar a cabo su operación. James decidió que cancelaran el asalto al primer local, porque el dueño estaba pagando la educación de dos de sus hijos en la universidad, y tenía otros dos aproximándose a esa etapa de su vida, mientras que Jessie se rehusó a atacar el segundo cuando se enteró que el dueño de ese era el principal proveedor de un orfanato local.

Pero el dueño del supermercado que ahora estaban asaltando no tenía nada que disuadiera al trío de querer robarlo. Nada de pagar la universidad, nada de pobres huerfanitos, solo un hombre de 36 años sin esposa ni hijos, y cuya primera reacción al ver a Meowth andando tranquilamente (en realidad vigilando) por el callejón trasero fue patearlo para que se largara. Eso quería decir que no habría piedad para él ni para sus empleados de sueldo mínimo.

- Pringles, champú, el último número de National Poké-Geographic, un mapa, y todos sus celulares rotos para que no vayan a delatarnos. Eso ya es todo. – dijo James, leyendo y marcando todo en una lista, como si fueran a pagar por lo que se estaban robando.

- ¡No van a salirse con la suya! – gritó el dueño, todavía de espaldas a ellos, mientras Jessie se burlaba.

- ¿Es lo mejor que se te ocurre decir? Además, si la gente pudiera detener al Equipo Rocket, ya lo habrían hecho, ¿qué, tal vez hace veinte, cuarenta, o algunos años más?

Y con estas palabras, el trío procedió a dejar el edificio, haciendo solo una última parada para recuperar a Koffing y Ekans antes de marcharse, echándose sus sacos al hombro y volviendo para vigilar a su objetivo. Seguro que el niño no podía haberse ido a hacer alguna locura en tan poco tiempo.

(--0--)

Encima del agua...

- ¡Char! [¡No te temo, agua! ¡Una vez pude volar por encima de ti, y volveré a hacerlo! ¡Te evaporaré con mis llamas, te partiré con mis garras, y luego cavaré un agujero donde antes estabas como prueba!]

- Bulba... [Y yo que creía que Totodile y Gible tenían sus problemas. En serio, espero que más nadie se ponga así de psicótico con esto...]

Ash en aquel momento no estaba poniéndole mucha atención a las amenazas de Charmander o a sus intentos de atacar el agua con sus Brasas, ni tampoco a Bulbasaur sintiéndose exasperado por los deseos que tenía el lagarto de agarrarse a pelear con lo que fuera con tal de volver a evolucionar. Hizo una nota mental de utilizar a Charmander contra el Teniente Surge, aunque por dentro se preguntaba si tendría elección cuando llegara el momento.

Misty todavía seguía inconsciente, mientras él la sujetaba con fuerza para evitar que se ahogara, y se preguntaba si sería mejor regresar al resto de sus Pokémon y capturar apropiadamente a Squirtle de nuevo. Aunque sería algo contradictorio con su actitud solidaria de antes, el hecho era que incluso con Pidgeotto y Butterfree volando y Squirtle nadando por sus propios medios, todavía eran peso adicional y ralentizaban a Gyarados. Pero al mismo tiempo, todos ellos eran necesarios afuera, ya que como pudieron comprobar, había muchos Gyarados más en el río, y tuvieron que utilizar sus ataques para mantenerlos alejados y que el suyo pudiese seguir avanzando hacia la otra orilla, en vez de estar perdiendo el tiempo tratando de pelear contra ellos.

Sin embargo, los ataques de Charmander en la superficie del agua terminaron por atraer la atención de otro habitante de las profundidades, que terminó lanzándose hacia ellos con todo su poder. Por fortuna, era uno muy pequeño, y Charmander pudo interceptar sus Tenazas con su Garra de Metal. También le resultó extremadamente familiar a Ash... y también a los otros Pokémon a excepción de Aipom, pues reconocieron su olor. Los ojos de Charmander se ensancharon al ver quién había saltado desde el agua, un pequeño cangrejo color crema y rojo.

- ¡Char! [¡Tú!]

- ¿Ki?

- Krabby, el Pokémon cangrejo de río. Krabby es un Pokémon a menudo usado en platillos de comida marina. Este en particular sería ofrecido con descuento o para un almuerzo dietético en cualquier restaurante de sushi que se respete. – dijo sarcásticamente el Pokédex.

Ignorando el comentario de su Pokédex, Ash distraídamente le hizo un gesto a Bulbasaur para que sostuviera a Misty por él y que no se cayera. Alargó las manos para agarrar a Krabby, pero este forcejeó para soltarse de las garras de Charmander, y amenazó con volver a caer al agua.

- ¡Pokébola, ve! – gritó Ash, arrojándole desesperadamente una Pokébola, consciente de que si Krabby se le escapaba ahora, tendría suerte si lo volvía a encontrar.

Sería muy triste salvar solo a Misty, y terminar perdiendo a uno de sus Pokémon más veteranos, incluso si no lo utilizaba muy a menudo (tal vez era tiempo de corregir eso ahora que tenía la oportunidad). Podría jurar que esta vez cuando la Pokébola lo capturó, escuchó un sonido que sonaba como silbido, en lugar del pitido normal. La bola alcanzó a Krabby a menos de medio metro de distancia de que tocara el agua, con ello capturando al séptimo de los Pokémon originales de Ash, se agitó una sola vez, y dejó salir las chispas de la captura. Luego empezó a brillar, igual que la última vez que Ash había capturado a un séptimo Pokémon mientras estaba con el equipo completo mientras estuviera en el radio de teletransportación (en Unova al estar tan lejos, este nunca fue el caso).

- Captura crítica reconocida. Informando a la base de datos. – dijo el Pokédex, mientras Ash se quedaba confuso.

- ¿Captura crítica?

Sí, de cierta manera fue una captura crítica, pero eso sonaba más a que el artefacto simplemente le había puesto un nombre así por así. Tal vez seguía molesto con Ash por atraer a un Gyarados en lo que cualquiera vería como ganas de suicidarse, ya que después de eso no quiso responder a la pregunta de Ash.

(--0--)

Ruta 5 físicamente, el mundo de los sueños mentalmente...

El fuego siguió ardiendo por horas, reduciendo todo a su alcance a cenizas. Su casa, su familia, inclusive los pilares de su vida, todo a su alrededor ardía en llamas y se rompía en pedazos. El sonido del fuego consumiendo todo, y la visión de su hogar ardiendo en llamas, el olor del humo, todo ello quedaría marcado por siempre en su memoria.

Su único consuelo era que su compañero no veía esto, su Pichu recién nacido dormía profundamente en sus brazos, tan dormido como lo había estado cuando Red salió de la casa en llamas, siendo ellos dos los únicos sobrevivientes de los tres ocupantes. Un incendio provocado por...

- ¡Tenías que abrir tu bocota!

- ¡Todo lo que tocas queda hecho pedazos!

- ¡Con razón tu padre nunca se tomó molestias contigo! ¡Eres un fenómeno de la naturaleza!

Cada una de las voces que oía, eran de los que lo atormentaban durante su infancia, una y otra vez, al verse de nuevo atrapado en su cuerpo de niño, un niño de piel pálida con pelo negro alborotado que nunca se dejaba someter del todo, y un par de marcas en forma de rayito debajo de sus ojos marrones, las cuales desaparecieron ya hasta cuando cumplió los doce. Su camiseta blanca, con una imagen de una Pokébola, estaba manchada con marcas de quemaduras por todos lados.

¡¿Por qué su odio nunca se iba?! ¡No los había visto en años! ¡¿Por qué simplemente no podía olvidarlos?!

...

- ¡Red! ¡Red, despierta!

Los ojos de Red se abrieron de golpe, para encontrarse de frente con la cara de Yellow mirándolo fijamente. La preocupación era casi palpable en los ojos de la chica, y solo se vio reforzada por su voz cuando finalmente le habló:

- Estabas agitándote, y hablando en sueños. ¿Qué te pasa? – le preguntó. Él solo se puso de pie, incapaz de mirar a la chica a los ojos.

- No es nada...

- No me mientas. – replicó Yellow. – La gente no se agita así mientras está dormida por nada, a menos que tenga pesadillas. Como mi tío Wilton, cuando tenía esos sueños sobre su tiempo en la guerra.

Red recordó vagamente que Yellow le había contado que, tras la muerte de su madre, la había criado su tío abuelo Wilton, un veterano de la última gran guerra, y uno de los últimos que recientemente había fallecido, si recordaba bien. Eso explicaba el por qué una niña de su edad andaba sin supervisión en un mundo lleno de criaturas lanzafuego y venenosas. Comportamiento que tal vez sería posible en algunas décadas si el mundo seguía en marcha hacia una era de paz de parte de ambos lados, pero no en el presente.

Red continuó en silencio, mientras las memorias seguían resonándole en la cabeza, negándose a mirar a los ojos a Yellow, pero todavía sintiendo su mirada de preocupación entremezclada con algo de rabia.

(--0--)

Ciudad Cerulean...

Sorprendentemente, no hubo muchas complicaciones una vez que Ash y Gyarados llegaron al hospital de Cerulean. Para empezar, no solo el hospital estaba muy cerca del borde del río, lo que le evitó molestas preguntas de la gente por ver a un muchacho corriendo por la ciudad con una chica inconsciente en brazos, sino que además los guardias se mostraron extrañamente calmados después de ver a un Gyarados aparecer cerca del lugar que vigilaban. Bueno, tal vez en parte porque inmediatamente al verlo dejaron salir un par de docenas de Voltorbs y Magnemites, pero en cuanto notaron que Ash estaba montado en él, concluyeron que no sería una amenaza salvaje para el hospital.

En cuanto vieron a Misty, y Ash les dijo lo que había pasado, se mostraron mucho más comprensivos, y rápidamente la llevaron a la sala de emergencias. De hecho fueron tan eficientes en su trabajo que ninguno de ellos se percató que Ash había usado una de las Pokébolas de Misty para capturar a ese Gyarados, y una de las suyas propias para Squirtle. Las Pokébolas, estando registradas para el que las compra (o las renta, como en el caso de áreas como la Zona Safari), podían usarse por otras personas para capturar Pokémon para ellos. Así era a menudo como los padres usualmente capturaban Pokémon iniciales para sus hijos, y la razón de que Brock no tuviera a ninguno de los Tauros de Ash, a pesar de haberle ayudado a capturar unos cuantos.

Extrañamente, aunque Squirtle se teletransportó al laboratorio del Profesor Oak igual que Krabby, la Pokébola de Gyarados se encogió y se selló por completo, similar a cuando él tuvo más de seis Pokémon en Unova.

- Por si no lo sabes, estás en la minoría, el 1% afortunado. La mayoría de los entrenadores no cuentan con un dispositivo tan maravilloso como yo para teletransportar sus Pokébolas, y al exceder su límite, la Pokébola se bloquea, incluso las tuyas también lo harían si estuvieras demasiado lejos del radio de mis capacidades. La mayoría de los que tienen más de seis Pokémon a mano tienen que rotar a sus Pokémon activos manualmente, lo que implica bloquear una de las Pokébolas en el equipo para poder desbloquear una diferente. – le informó el Pokédex a Ash desde su bolsillo mientras recogía la bola de Gyarados, antes de volver a meterla en la mochila de Misty (se había quedado con ella mientras se la llevaban para atenderla).

Y apenas unas horas después, después de leer todas las revistas que había en la sala de espera, surfear en el internet con Dexter hasta que se cansó de todo el fanart de "Mi Pequeño Ponyta" que veía por todos lados, ahora estaba caminando de un lado al otro con Dexter proveyéndole canciones en una lista de reproducción, escuchándolas con unos auriculares que la secretaria le prestó porque según ella "necesitaba algo para mantenerse ocupado o podría volverse loco esperando sentado".

En serio, la única otra cosa que Ash podía hacer en este momento (y que lo haría quedar como un patán que no le importaba su amiga enferma) podría haber sido registrar la mochila de Misty. Dejó a Pikachu, que estaba dormido encima de ella en una de las sillas de la sala de espera, descansando en la mochila a propósito para resistirse a la tentación inducida por el aburrimiento, habiendo regresado al resto de sus Pokémon, ya que un lagarto con la cola llameante podría poner nerviosas a las enfermeras.

- ¡Como no sé perder, lo mejor de mí yo doy! ¡Mucho hay que aprender, batallas que ganar! ¡Siempre al frente iré sin miedo a lo que irá a pasar!

I-Dexter actualmente reproducía la sexta canción de su lista de reproducción, tal vez ya por tercera vez, cuando un doctor ingresó a la sala de espera.

- Ash Ketchum. – dijo con una voz grave. Ash se quedó congelado.

No. No podía ser... Había llegado rápido, tan rápido como podría haber sido alguien sin haber desarrollado espontáneamente teletransportación. Ella no podía estar...

- Me alegra informarte que no tendrás que firmar ningún papeleo. Tu amiga está fuera de peligro. – Su tono se volvió de pronto más relajado y alegre.

Ash suspiró de alivio. Si fue que no se dio cuenta de que el doctor había intentado hacerle una pequeña aunque algo cruel broma, o sí se dio cuenta pero no le importó, no había forma de saberlo. Lo único que le importaba era que Misty se había salvado.

- Tendrá que pasar unos días para poder recuperarse del todo, y lo más probable es que no despierte hasta mañana. – continuó el doctor. – Ahora, entiendo que estés preocupado por ella, pero creo que tal vez quieras hacer algo más aparte de pasearte de un lado al otro como un padre esperando el nacimiento de su hijo. – Ash se sonrojó ante las implicaciones de eso. – Te lo toleramos antes mientras esperabas para saber la condición de tu amiga, pero si haces eso toda la noche, tendremos que llamar a la Oficial Jenny.

Lo directo que fue el doctor con su advertencia finamente hizo que Ash bajara la cabeza, avergonzado de su comportamiento. Claro, no podía decirle de dónde venía tanta preocupación por Misty. Si le decía que podría haber perdido a otro de sus amigos en esta nueva línea temporal, lo encerrarían de por vida en el ala psiquiátrica.

- Mira, puedo ver que tienes mucha energía acumulada, y aunque normalmente te sugeriría ir al Club de Batallas a que la ventiles, en este momento está cerrado por reparaciones, ya a que al parecer a alguien se le fue la mano con Erupción, Terremoto y Excavar. No será mucho, pero tenemos un gimnasio Pokémon en esta ciudad, especializado en tipo Agua. Las líderes no son la gran cosa, pero sería el mejor lugar al que puedes ir para no causar una escena aquí.

- Pero espere, yo...

Ash trató de pensar en cómo iba a explicárselo. Misty obviamente no quería estar en este lugar, y aunque salvarle la vida era una razón perfectamente aceptable, todavía no tenía idea del por qué. Considerando que Misty tenía una relación algo tensa con sus hermanas en la línea temporal original, lo más lógico era pensar que ellas tendrían algo que ver con eso. Así, pelear contra ellas probablemente le causaría problemas con Misty...

- Órdenes del doctor. Ve a desahogar toda esa energía, o me veré forzado echarte de las instalaciones, y solo te dejaré entrar de nuevo si tu amiga despierta o necesitas atención médica. – La mirada del doctor provocó que un escalofrío le bajara por la espina, forzándolo a obedecer. – Y si intencionalmente te rompes una pierna, haré que te pongan en la lista para donadores de órganos, ¿te quedó claro?

(--0--)

Tras una caminata, en el gimnasio Cerulean...

Reflexionando sobre lo que había pasado, Ash se preguntaba si para otra persona que no fuese él, tener que elegir entre incurrir en la furia de Misty por dejarla en el hospital para ir a pelear en un gimnasio en la misma ciudad que ella quería evitar, o dejar que un doctor escalofriante le quitara sus órganos hubiera sido una decisión tan fácil. Pikachu, que había estado dormido toda la conversación, tenía tan poca idea de eso como él.

El roedor volteó la cabeza cuando notó que Ash llevaba la mochila de Misty colgada del hombro, adentro de ella sus Pokébolas, la caña de pescar retráctil y sus provisiones, incluyendo algo de ropa y artículos de aseo, como para asegurarse que nadie le fuese a robar nada.

- Pikachu-Pi Ka. [Sabes, si Misty no quiere estar aquí, es probable que tenga que ver con sus hermanas. Si entras a su gimnasio con su mochila, tal vez sospechen algo.]

- Esta mochila no tiene el nombre de Misty en ninguna parte. – dijo Ash, encogiéndose de hombros. – No tiene llaveros, manchas ni ninguna marca. Además, esta mochila es una Kasumi Trailblazer de correa sencilla, que apenas salió a la venta hace nueve meses. Si Misty ya lleva cerca de un año viajando por su cuenta, no hay forma de que sepan que es suya.

Pikachu se quedó mirando a su humano, sorprendido de que supiera todo eso. Al notarlo, Ash se sonrojó.

- Bueno, para que lo sepas, recuerdo que ordené mi propia mochila comprándola en línea antes de empezar mi viaje, Pikachu. Recuerdo haberla visto cuando ordené mi Satoshi Explorer 1, después de pasar varios días deliberando con mi mamá sobre el precio, el tamaño y reputación de la compañía.

Pikachu sacudió la cabeza, sin dejar de sorprenderse de las cosas al azar que Ash parecía recordar a veces, ya fuera de la actual línea temporal o de la antigua.

- Chu. [Mejor sería que la guardaras fuera de vista en tu propia mochila, por las dudas.] – señaló Pikachu, mientras los dos compañeros llegaban a las puertas de una vista familiar, el Gimnasio Cerulean, que tenía el mismo aspecto festivo que ambos recordaban.

- Ya lo intenté, no cabe. – replicó Ash, mientras empujaba las puertas para abrirlas. Y al hacerlo, escuchó un trío de voces extremadamente familiares.

...

- ¡No puedo creer esto!

- ¡Totalmente! ¡No nos puedes amenazar con clausurarnos!

- Todos esos entrenadores que nos vienen son, ya lo saben, demasiado fuertes. ¿No se les hace extraño que solo tengamos un 3% de victorias?

Tres muy hermosas jóvenes mujeres, al menos por afuera, estaban sentadas alrededor de una mesa en la oficina de recepción del gimnasio. Todas parecían estar a mediados de sus veinte, y tenían aspecto de haberse hecho alteraciones cosméticas en algún momento, quizás antes de poder dar su propio consentimiento. La que habló primero, tenía pelo rubio y más largo que las otras dos. A sus lados estaban una chica de pelo azul y otra de pelo rosa. Y en medio de todas, una carta mala entre la montaña de cartas de sus admiradores, pues era un mensaje oficial de la Agencia de Inspección Pokémon. Básicamente les estaban advirtiendo que si no subían su porcentaje de victorias pronto, si no ganaban al menos uno de los próximos tres desafíos (de los cuales ya habían perdido dos, y no había excusa ni siquiera si el retador les echaba encima un Raikou y un Zapdos), el gimnasio quedaría clausurado.

Era tan injusto. Solamente manejaban el gimnasio para poder hacer sus espectáculos acuáticos la mayor parte del tiempo. Nadie les dijo que tenían que soportar las batallas tanto. Por cosas como esa era que lamentaban haber echado a "esa cosa" de allí. Aunque "la-que-no-debía-ser-mencionada" era una abominación de la naturaleza, al menos era buena en las batallas y parecía gustarle. Podría haber sido más sencillo si la encerraban en una jaula y solo la soltaban cuando llegaban los retadores. Después, cuando se fueran, la encerraban de nuevo, tal vez con algo de comida adicional como incentivo para ganar.

- Un retador ha entrado al gimnasio. – sonó el sensor automático. Muchos líderes tenían de estos instalados en sus entradas para avisarles de un desafío. El monitor conectado a la cámara de seguridad reveló a un adolescente que hasta cierto punto les parecía atractivo. Quizás aceptarían salir con él por lástima entre descansos con las superestrellas que preferían. Se veía muy... corriente para sus preferencias, con ese pelo oscuro, esas ropas azules tan ordinarias, y su Pikachu caminando a su lado.

- Maldición, es un Pikachu. – se quejó la hermana peliazul, Violet. – ¿Por qué los entrenadores siempre tienen que traer de tipos Eléctrico o Hierba aquí? ¿No podemos vetarlos? Quiero decir, ese sujeto Surge allá en Vermillion no acepta desafíos de activistas en contra de los veteranos de guerra, y Erika tampoco deja que entrenadores masculinos peleen en su gimnasio.

- Surge fue un soldado unovano, por eso es un patán violento. – dijo la rubia, que era la mayor, Daisy, con algo de burla. – Y Erika metió esa demanda por aquel viejo rabo verde que provocó que la AIP fuese más laxa con ella. – Por supuesto, no se molestó en mencionar que los dos tenían buenos márgenes de victorias. – Los líderes de gimnasio solo pueden vetar a personas o grupos de sus gimnasios si tienen una razón específica y cumplen con ciertas reglas, los Pokémon no se pueden vetar.

- ¡Pero no queremos perder, esa es una buena razón! – se quejó la pelirrosa, Lily, la menor de las tres. Mientras tanto, el monitor reveló la data sobre el susodicho retador.

Entrenador: Ash Ketchum de Pueblo Paleta.

Total de medallas de gimnasio: 1 (Medalla Roca)

Pokémon conocidos: Pikachu, Butterfree, Pidgeotto, Aipom, Bulbasaur, Charmander, Krabby, Squirtle

Equipo permitido para batalla: Staryu 2, Starmie 1, Goldeen 2, Seel 1, Shellder 1

- ¿Un Pikachu y un Bulbasaur? ¡Nos va a masacrar! – se quejó Violet. – ¡Es como que ese niño no nos quiere dejar conservar nuestro gimnasio!

- ¡Nos van a clausurar! – lloriqueó Lily. – ¡Vamos a tener que vivir en el condominio a tiempo completo!

- ¡¿Y a dónde haremos nuestros shows acuáticos si tenemos que pagar la renta?!

- ¡Nos van a perseguir los tabloides!

Daisy no se unió en el berrinche que hacían sus hermanas, pues se puso a pensar (aunque le doliera la cabeza de hacerlo). Se había leído el libro de reglas de los líderes de gimnasio, una vez que estuvo enferma y sin nada mejor que hacer en aquel momento, excepto la tarea de matemáticas. Recordaba lo suficiente de él, cosa que siempre la sorprendía, incluyendo las reglas y regulaciones respecto a las batallas. Había una en particular que podría jurar que sería su vía de escape de este predicamento, para conseguir una victoria y quitarse de encima a esa Joy de la AIP, pero la tenía en la punta de la lengua...

- ¿Creen que si nos acostamos con él se irá?

- ¡Ack! De ningún modo, eso le daría un festín a los tabloides, Violet. Además, no parece que sea de edad legal...

- ¡Ya lo tengo! – exclamó Daisy cuando finalmente lo recordó. Las hermanas menores se quedaron viéndola raro.

- ¿Qué, vamos a seducirlo?

- No. – sonrió Daisy. – Vamos a vencerlo.

- ¡¿Pero cómo, si tiene un Pikachu y un Bulbasaur?!

- Pero nosotras tenemos algo más, la zanahoria perfecta, y la trampa perfecta.

- ¿Zanahoria?

- Es una expresión, Lily, solo una expresión.

(--0--)

Un poco después...

Ash de pronto se sintió bastante intranquilo al estar de nuevo de pie en el lado del retador en la arena del gimnasio. La misma piscina en la cual peleó contra Misty, y después la vio hacer un ballet acuático con un disfraz de sirena en la línea temporal original. Y extrañamente, una parte de él de pronto se encontró preguntándose cómo se vería la Misty actual con un disfraz similar.

No fue reconfortante de ninguna manera cuando vio a las tres Hermanas Sensacionales, que se veían más... sensacionales en apariencia ahora que eran un poco más mayores, y de algún modo también se veían más falsas. Casi podía oler el Botox desde donde estaba parado. ¿Sería porque un Lucario tenía la capacidad de detectarlo con el olfato?

- Bienvenido a nuestro gimnasio. – le habló Daisy de una manera que fácilmente puso en alerta máxima los sensores de Ash para "sonrisa falsa", "está tramando algo", y el más fuerte de todos, "Misty se pondrá furiosa y te golpeará hasta el próximo año cuando se entere de esto". – Dinos, señor Ash Ketchum, ¿así que estás interesado en competir en la Liga Pokémon?

- Sí, así es. – dijo Ash, luchando por controlar su intranquilidad, que iba en aumento. Pikachu, que estaba en su hombro, también empezó a sentirse igual.

- Sabes, es muy molesto tener que caminar o pedalear a lugares lejanos para competir en una Liga Pokémon. – continuó Daisy dejando que su tren de conversación siguiera... hacia donde fuera que iba. – Tener que ahuyentar a Pokémon salvajes, retrasos con el ferry y probablemente ser asaltado una o dos veces por el Equipo Rocket.

Ash rodó los ojos con la última. El Equipo Rocket no lo asaltaba, él los mandaba a volar. O por lo menos solía hacerlo, parecían menos propensos a eso recientemente.

- Como líderes de Gimnasio, podemos hacer arreglos para ahorrarte las molestias. – La sonrisa en la cara de Daisy era seductora, y a la vez escalofriante, la más escalofriante que Ash jamás le hubiera visto. – Verás, los líderes de gimnasio podemos hacer algo por los entrenadores, darles una batalla que los puede calificar inmediatamente para Liga Pokémon. Es decir, ¿de qué otra manera haría un padre soltero con una pizquita de responsabilidad para poder competir en las finales de la liga? Digo, no puedes andarte con un bebé por todo Kanto y desafiar a los gimnasios, ¿verdad?

Ash frunció el cejo ante lo que escuchó. Primero, sonaba demasiado bueno para ser verdad. Y segundo, a Ash no le interesaba hacer algo así. En su opinión, viajar era una parte importante de ser un entrenador Pokémon. Te ayudaba a ti y a tus Pokémon a crecer, mucho más que si te quedaras en un solo lugar, aunque podía entender por qué le convendría más a un padre soltero ese (probablemente falso) que Daisy estaba sugiriendo.

Si nunca hubiera salido de Pueblo Paleta, o si solo se hubiera ido hasta Ciudad Viridian y ganado allí de esa manera que Daisy estaba describiendo, jamás habría conocido a prácticamente ninguno de los Pokémon que capturó a lo largo de la región Kanto, y en ninguna de las otras. Jamás habría conocido a ninguno de sus amigos, incluyendo tal vez a la propia Misty. ¿Y quién se hubiera enfrentado a los Equipos Rocket, Aqua, Magma, Galactic y Plasma si él no hubiera estado allí?

- Dicha regla en efecto existe y es válida. – salió al paso Dexter desde el bolsillo de Ash. – Es una variante especial de pelear por una medalla de gimnasio que se otorgaría por una victoria en condiciones normales. Sin embargo...

- Sí, ¿ves que es verdad? – interrumpió Daisy antes que el Pokédex pudiera sacar la parte del "sin embargo" en su explicación. – Si ganas, puedes ir directo a la competencia de la Liga Pokémon sin tener que andar viajando y que te roben, o que te piquen los insectos o tener que ensuciarte. Y si pierdes, siempre está la próxima vez...

La forma en que dejó interrumpida la última oración en esa pausa dejó a Ash preguntándose qué era lo que Dexter había querido decirle. Ese mal presentimiento volvió, y diez veces más fuerte. Inclusive el Pokédex parecía irradiar un aura de fastidio por haber sido silenciado antes de terminar de hablar.

- Mejor no... – Ash estuvo a punto de revisar su Pokédex, presintiendo que tal vez tendría las reglas en forma escrita para ver cuáles eran las cláusulas.

- ¿"Mejor no pierdo la oportunidad" estás diciendo? – salió la peliazul, Violet, poniendo palabras en la boca de Ash que claramente no iba a decir, mientras corría hacia él, lo jalaba del brazo y a pura fuerza lo arrastraba hasta el campo de batalla antes que pudiera verificar las reglas, e ignorando por completo sus protestas.

- ¡Muy bien, qué comience la batalla de gimnasio!

Detrás de las otras dos hermanas, a las que rápidamente se les unió la tercera en cuanto Ash fue arrastrado hacia su lugar en el campo de batalla, apareció un tablero luminoso mostrando su cara y la de Daisy, con iconos de seis Pokébolas debajo de cada uno.

- Oigan, esperen, ¿de aquí a cuando que va a ser una batalla de seis contra seis?

- Es una de las reglas por aceptar esta batalla. – Por alguna razón, la sonrisa de Daisy de pronto le recordó a un Pokémon depredador, como Sharpedo o Gyarados, a punto de devorar a su presa.

- ¡Hey, yo no accedí a nada! – trató de protestar Ash, pero ya era tarde, estaban en automático y nada las detendría.

- ¡Vamos a comenzar, ve, Kingdra!

Ash y Pikachu no pudieron más que quedarse con las caras atónitas de ver como el Pokémon dual de tipo Agua-Dragón y evolución final de Horsea aparecía tanto en la piscina como el tablero. Ya no había vuelta atrás.

- Kingdra, el Pokémon dragón. El primer Pokémon de tipo Dragón fuera de la línea evolutiva de Dratini descubierto por los expertos de Kanto, Kingdra vive en las profundidades de los océanos. Este Pokémon fue declarado como un Pokémon apto para una batalla por octava medalla por la Liga Pokémon, y no debería ser utilizado contra un retador por su segunda medalla. – La última parte claramente iba dirigida a Daisy. En una rara situación, el Pokédex estaba defendiendo a Ash en lugar de insultándolo.

- Bueno, bajo las reglas de una batalla contra un entrenador que no puede viajar, me veo obligada a usar lo mejor que tengo. Sería muy irresponsable de mi parte probar si está listo para la Liga Pokémon usando mi equipo por la segunda medalla. – dijo Daisy con inocencia fingida. Ash y Pikachu no pudieron más que echarle una mirada asesina llena de rabia.

- Chu. [Tramposas.]

Ash asintió estando de acuerdo, tratando de pensar qué hacer en esta situación, pero solo había dos caminos posibles. El primero, era resignarse y rendirse ahora, y Ash jamás haría algo como eso. Si estuviera en su naturaleza, jamás hubiese seguido adelante peleando contra Tobias y su Darkrai, o simplemente se hubiera marchado cuando solo le quedó Pikachu para pelear contra Latios.

El segundo, que era lo más lógico para él, era por lo menos hacer el intento. Aunque fuese una batalla injusta, no podía darse por vencido ahora. Además, él sabía perfectamente que salir huyendo de una batalla oficial podría tener consecuencias legales, y lo último que quería era terminar siendo vetado del sistema a raíz de eso. Así que su única opción era ganar, y viendo que estaba peleando contra un tipo Dragón, ¿por qué no empezar con el Pokémon que recién había recordado un movimiento de tipo Dragón?

- ¡Charmander, yo te elijo!

Saliendo de su Pokébola en una explosión de luz, Charmander no reaccionó como lo hubiera hecho en otro tiempo al estar rodeado de agua y confrontando a un Kingdra. No, en lugar de eso, el Pokémon de tipo Fuego le apuntó a Kingdra con sus garras y empezó a gritarle dramáticamente.

- ¡Charmander! [¡¿Qué me estás viendo, pescadito fuera de forma?! ¡No dejaré que me venzas! ¡Voy a aplastarte a ti, y a todo tu equipo con mis propias garras! ¡Los convertiré en cenizas a todos, y haré que lamentes haber evolucionado! ¡No serás más que una pequeña huella en mi camino para recuperar lo que es mío!]

- Vaya, vaya, esto terminará más rápido de lo que creí. – Daisy se rio a más no poder de verlo enviar a un tipo Fuego contra un tipo Agua-Dragón. – ¡Kingdra, usa Burbuja!

Aspirando profundamente, y con un aire de pereza que Ash no se esperaba, Kingdra soltó un (muy lento) torrente de burbujas contra Charmander, dándoles tiempo de sobra para contraatacar.

- ¡Charmander, bloquéalas con Brasas!

Charmander también aspiró profundo, y soltó una lluvia de chispas de fuego para interceptar el camino de las burbujas, haciendo que explotaran entre ellas y cubrieran de un espeso vapor todo el campo. Por supuesto, las hermanas no se esperaban esto, y el Kingdra, envuelto en el vapor, se sonrojó de vergüenza por lo patético de ese ataque.

- ¡¿Pi?! [Wow, ¿es lo mejor que puede hacer? Ese Kingdra parece estar muy fuera de forma. Si lo pensamos bien, si todo su equipo está igual, tal vez hasta podríamos ganar.]

Ash decidió pasar de largo ese comentario tan pesimista solo porque había algo de realismo detrás de ello, y además sabía, incluso sin comunicación mental, lo que Charmander tenía que hacer ahora. Aunque sí había notado de pasada que podía oír lo que Charmander y Pikachu decían sin tener que poner un esfuerzo deliberado en ello en ese momento. Quizás eso fuera algo bueno.

- ¡Charmander, Cola de Dragón!

Cuando el campo fue visible de nuevo, Kingdra se puso pálido al darse cuenta de que Charmander había aprovechado el vapor para saltar por las plataformas y ponerse justo detrás de él, dándole un golpe con su cola irradiando energía draconiana pura. Kingdra salió volando al otro extremo de la piscina, mientras Charmander reclamaba el territorio donde antes había estado. Kingdra logró de algún modo volver a enderezarse luego de deslizarse por la piscina como una piedra saltando en la superficie del agua, pero después de ese coletazo no se veía muy bien.

- ¡Muy bien, ya la hiciste! ¡Kingdra, acábalo con Pistola de Agua!"

Otra vez, aspirando con algo de pereza, Charmander se tensó mientras Kingdra empezaba a cargar otro ataque de tipo Agua. Aunque el lagarto parecía más que listo para enfrentarlo con sus propias llamas de nuevo, Ash sabía que no había forma de que un ataque de Brasas pudiera parar un ataque de agua más fuerte y concentrado de la misma forma que uno débil y disperso como Burbuja.

- ¡Charmander, esquívalo! – ordenó Ash.

El lagarto de fuego pareció molestarse con esto, pero obedeció, aunque esa molestia le costó una demora que bastó para que la Pistola de Agua le rozara en el hombro. Al verlo sujetarse donde el chorro lo golpeó, Daisy de pronto se sintió envalentonada y recuperó algo de su confianza.

- ¡Ja! Tipo o no, no hay forma de que un Charmander pueda derrotar a un Kingdra. ¡Acábalo, usa Pistola de Agua otra vez!

Los tres simultáneamente, Ash, Pikachu y Charmander, rodaron los ojos en perfecta sincronía. ¿Cuántas veces no habían visto ellos cómo los Pokémon lograban ganarles a otros que les superaban uno o dos niveles de evolución? Pero mientras Kingdra empezaba a cargar su ataque otra vez, Ash se dio cuenta que era improbable que Charmander pudiera esquivarlo a tiempo. Agarró su Pokébola y ya se disponía a regresarlo antes de que lo lanzara. Pero su Pokédex eligió ese momento para informarle:

- Ash, retirar a un Pokémon en este estilo de batalla es ilegal, excepto cuando el Pokémon del oponente haya sido vencido.

Ash tuvo que resistirse al deseo de soltar una maldición. Maldita batalla, y malditas ellas también por no decirle las reglas, pero ya era demasiado tarde para lamentarse por eso. Ya solo le quedaba una esperanza.

- ¡Charmander, usa Brasas para detener ese ataque de frente!

Charmander sonrió con confianza, volviendo a soltar sus Brasas contra el chorro de agua de Kingdra. Los dos ataques colisionaron de frente, pero como era de esperarse la Pistola de Agua empezó a ganar terreno poco a poco y a acercarse peligrosamente a Charmander. Si lo alcanzaba, caería irremediablemente al agua que había detrás de él. Eso extinguiría la llama de su cola, y potencialmente podría hasta matarlo...

- Vamos, Charmander. Vamos, tú puedes... sé que puedes.

Ash apretó los dientes, aferrándose desesperadamente a cualquier esperanza, pero finalmente soltó su mochila y la de Misty, preparado para saltar al agua y salvar a Charmander si era necesario, sin importarle si podían descalificarlo o no por eso. Había venido a Ciudad Cerulean para salvar a su amiga, no para perder a otro amigo en el proceso.

No podía permitir que Charmander perdiera. ¡No podía dejarlo morir!

Como en respuesta a la preocupación de Ash por el bienestar de su Pokémon, y tal vez también a ese deseo desesperado de algún poder que surgiera de la nada para salvarlos (no le harían ascos a una evolución espontánea, y ya varias veces le había sucedido a muchos de sus Pokémon cuando más la necesitaban), de pronto los ojos del entrenador empezaron a brillar de un color marrón-naranja, pero afortunadamente la sombra que proyectaba su gorra y la distancia a la que estaba impidió que las hermanas pudieran ver eso. Los ojos de Charmander se pusieron igual, aunque un poco más pálidos, justo cuando la Pistola de Agua estaba a punto de dominarlo.

- ¡CHAAAAAAAR!

Con ese grito, las Brasas de Charmander empezaron a volar aumentando de intensidad, como si un segundo poder se hubiese sincronizado con él para darle ese impulso de fuerza que necesitaba, no muy diferente a ese que podría otorgar un Victini. Las Brasas de Charmander no solo detuvieron el avance del Chorro de Agua, sino que rápidamente revirtieron su avance hasta que lo dominaron por completo y golpearon a Kingdra haciéndolo volar con una serie de explosiones.

- ¡¿Qué diablos?! – maldijo Daisy, mientras veía como Kingdra salía volando hacia las gradas, producto del ataque potenciado de Brasas, y haciéndolo caer para el conteo.

- K... K... Kingdra ya no puede pelear, ¡¿Charmander es el ganador?! – tartamudeó Violet en total shock.

Las hermanas no eran las únicas sorprendidas, Ash y Pikachu también se preguntaron qué acababa de pasar. Charmander, por su parte, solo asumió que fue cosa suya e hizo una pose de victoria, antes que Ash decidiera retirarlo por ahora, aliviado de poder hacerlo bajo las reglas en las que estaba. De acuerdo, ese era uno. Solo quedaban cinco.

(--0--)

De regreso en el hospital...

Misty abrió los ojos como platos, y su primera acción, naturalmente, fue salirse de la cama donde estaba tendida de un salto, totalmente confundida y preguntándose lo que estaba pasando. Lo último que recordaba era haber salido a caminar un poco, y ahora de pronto despertaba en lo que parecía ser un hospital. ¿Qué había pasado? Por fortuna para ella, en aquel momento entró a la habitación un joven doctor de pelo castaño, que se sorprendió de verla de pie.

- Vaya, despertaste, jovencita. – le dijo.

- ¿Cómo llegué aquí? ¿Dónde estoy y quién es usted?

- Una sola pregunta a la vez, por favor. Soy el Doctor Tenzo Yamato, y estás en el Hospital General de Cerulean. Sufriste envenenamiento por polen de Vileplume, y de hecho me sorprende que te hayas levantado tan rápido. De no ser por tu amigo, que te trajo a lomos de un Gyarados de todas las cosas, no hubieses llegado a tiempo aquí para que te salváramos.

Lo dijo todo tan rápido que a Misty le tomó un rato procesarlo todo. Seguramente no se esperaba que alguien se recuperara tan rápido de algo como eso. De nuevo, los bloodliners eran quizás lo más cercano a un eslabón perdido entre los humanos y los Pokémon. Tal vez ella tuviera un poco de la resistencia natural de los Pokémon a las enfermedades. Pero claro, ella no iba a ponerse a hacer la prueba con eso. Nunca más quería volver a tener una experiencia semejante con toxinas venenosas.

- Espere, ¿qué dijo? ¡¿Un Gyarados?! – Misty finalmente terminó de registrar la última parte de lo que había dicho el doctor.

Aparentemente Ash, tratando de salvarla, había capturado un Gyarados e hizo que lo obedeciera en... probablemente en solo cuestión de unas pocas horas, a lo mucho, no podía estar segura de cuánto tiempo estuvo fuera de comisión. Ni siquiera podía estar segura de lo que estaba sintiendo en aquel momento, o cómo debería sentirse.

¿Impresionada con él por haber logrado semejante (y loca) hazaña? ¿Enfadada de que él arriesgara su vida tratando de capturar un Gyarados salvaje, y después montarlo en aguas infestadas de con toda certeza más de ellos? ¿Conmovida ante el pensamiento de que hizo todo eso, solo por ella? La última parte la hizo sonrojarse, y gracias a Arceus cierto pato no andaba cerca en aquel momento para decírselo. Y hablando de su salvador, tal vez después tendría o no que ponerse a estrujarlo violentamente por haberla traído a Ciudad Cerulean (fuera por salvarla o no).

- Ash... ¿dónde está Ash?

- Oh, ¿tu amigo? – el Doctor Yamato frunció el cejo. – Tuve que enviarlo a que fuera a ventilar su energía en el gimnasio local. Estaba causando molestias en la sala de espera, así que era eso o echarlo a patadas.

El doctor tardó un poco en notar la expresión de horror que apareció en la cara de Misty al oír esas palabras. De primera instancia asumió que tal vez le preocupaba que Ash podría perder si no estaba concentrado, al preocuparse por ella.

- No te preocupes, las líderes de gimnasio de la ciudad son patéticas. Y además, ese chico pudo domar a un Gyarados y tiene un Pikachu. No hay forma de que pueda perder...

- Yo no estaría tan segura, doctor. – dijo una voz femenina.

Tanto doctor como paciente se dieron la vuelta sorprendidos para encontrarse con dos caras familiares del pasado de Misty. Acompañada del Don George cuyo club de batallas frecuentaba con regularidad, también estaba la Enfermera Joy de la Agencia de Inspección Pokémon, que tenía una expresión muy sombría. La enfermera levantó su teléfono inteligente, que ahora mostraba un app que desplegaba un tablero muy similar al visto en gimnasios Pokémon y conferencias de la Liga. Este mostraba la cara de Ash, que tenía a su Charmander y otros cinco Pokémon activos, representados con iconos de Pokébolas, mientras que Daisy tenía a Kingdra noqueado, y le quedaban otros cinco Pokémon.

Pero encima del tablero, lo más preocupante de todo, en unas enormes letras rojas aparecía el siguiente mensaje:

PROTOCOLOS DE ENTRADA INMEDIATA A LA LIGA ACTIVADOS.

Esta historia continuará...

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