Un apoyo incondicional.



-Te avisé. –Suspiré hondamente y empecé a relatarle aquello que me daba vueltas en la cabeza y que no me dejaba en paz ni por las noches. Después de todo, nada podía salir mal...¿no?


Después del relato...



-Oh, v-vaya...Eso no me lo esperaba.



Ese hilo de voz ajeno fue el único sonido que se oyó entre nosotros después de que finalizara mis historia con otro suspiro pesado. Acto seguido, un tenso silencio se fue haciendo más y más grande a cada minuto, volviéndose incómodo, cortante como un cuchillo de afilado filo. Desvié mi mirada hacia mis manos, jugando con mis dedos nerviosamente mientras le dejaba el control del viaje a mi Staraptor. Tragué saliva para disolver un molesto nudo que se había ido formando a lo largo de la conversación en mi garganta. Fue inútil. Había sido mala idea después de todo...



Verán no me miró. Sus ojos estaban centrados al frente aunque pude notar un cierto temblor en sus manos pero se fue rápidamente. Parecía no querer decir nada, mantenerse quieto hasta que llegásemos a la Isla dónde teníamos que llevar a cabo nuestra siguiente misión. Sabía que era demasiado pedir que una persona me creyera toda esta locura. Aunque fuera un amigo de toda la vida. ¿Y si en verdad le estaba dando demasiada importancia? Todo el mundo tiene sueños recurrentes alguna vez en su vida...¿no? Tal vez...solo tal vez...



-Yo...Lo siento, no debí contártelo. –Sonreí con una media sonrisa nerviosa, más que nada, porque no sabía qué hacer o qué decir en ese momento.- S-sé que pensaras que es una pequeñez, que sueños o pesadillas como esa no soy la única que las tiene y que tal vez le estoy dando demasiada importancia sin tenerla...¿Cómo iba a esperar que me creyeses? Si ni tan siquiera me creo yo misma...-Mantuve mi mirada en todo momento baja. No quería mirar a nada ni a nadie. Bah...con el tiempo lo olvidaría.- S-si eso, cuando lleguemos a Solfía podemos olvidar todo este asunto y...y volver a centrarnos en la misión, ¿Qué te parece? Después de todo es un simple sue...



-Te creo.


-¿Eh?


-He dicho que te creo.



Volteé hacia mi compañero con los ojos como platos y una mueca sorprendida en el rostro. Ni rastro de la incertidumbre que me invadía antes, se había esfumado. ¿Había escuchado bien? ¿En serio...había dicho eso? ¿O no había dormido bien esta noche y definitivamente necesitaba unas largas vacaciones? Intenté decir algo pero las palabras no me salían, se quedaban atascadas a mitad de camino y se perdían en mi mente como un eco sordo. Los nervios y la sorpresa tampoco eran buenos consejeros. Y menos ahora. No entendía nada.



-¿C-cómo? Pero sí...



-Yo te creo. –Su mirada marrón avellana se encontró con la mía y su media sonrisa sincera me confirmó que estaba diciendo la verdad.- Suena descabellado, lo sé. Pero, ¿Qué razones tendrías para mentirme? ¿Para inventarte una historia tan compleja como esa? ¿De verdad a una persona le afecta tanto el trabajo? ¡Venga ya, ni que trabajáramos tanto! –Me tomaré eso como un ánimo, supongo.



-Ehm...¿Cómo es que me crees...así de rápido? –Sí, ya había escuchado sus razones. Pero en el fondo, algo me decía que lo hacía por algo más, un justificamiento mayor. O tal vez, no quería que me diera la razón por lástima, aunque sabía que él no haría nunca eso.



-Fácil. Yo también estoy loco. –Sonrió de oreja a oreja, dejándome aún más confusa.- Si no, ¿Cómo es que hubiéramos tenido tantas aventuras juntos? Hemos sobrevivido a un volcán, que ya es loco de por sí...nos hemos salvado de morir ahogados en DIEZ minutos, has sobrevivido a una caída de miles de metros de altura y hemos escapado de las trampas de Red Eye varias veces. Por no hablar de las otras ocasiones. Todo eso es descabellado y sin embargo, lo hemos vivido, ¿Me iba a sorprender por algo más? Pues digo... ¡Bienvenido sea a la lista! –Su divertido entusiasmo aminoró por unos segundos y su expresión cambió a una comprensiva.- No te voy a dejar sola ahora tampoco. Ya fue demasiado tiempo que no nos vimos. Afrontarlo juntos será mucho más fácil y entretenido, ¿no?



Quedé impactada por su actitud. Ahí me daba cuenta que él siempre me estaba ayudando y yo muy pocas veces tenía la oportunidad de devolverle el favor. Más bien, empeoraba la situación con mi torpeza o mis sarcasmos. No supe qué decir durante varios minutos de silencio en los que las corrientes de aire fresco aumentaron; nos estábamos acercando a Isla Solfía y su gran montaña helada, eso era de notar. Le dí dos palmaditas en el plumaje al Pokemon que me ayudaba como recompensa por el duro vuelo. Mi flequillo me tapó los ojos cubiertos por mis gafas de aviador, pero pronto lo aparté delicadamente a un lado.



-Gracias. Por apoyarme. –La primera sonrisa del trayecto se dibujó en mis labios. Al fin. Y gracias a su apoyo.



-Para eso estamos. –Ben me devolvió el gesto, con esa sonrisa de "dentífrico" con la que le bromeaba siempre. Ahora me sentía mejor, con más ganas. Si ese Dusknoir majareta se atrevía a volver...¡Adelante! ¡Iba a comprobar de qué pasta estábamos hechos los Ranger! –Además, cuando algo te preocupa mucho, arrugas la nariz así –Imitó el gesto.- y no puedes mirar a ningún sitio en concreto, eso me lo confirmó jeje~



-¡BEN! -¡Yo no hago eso! (...) ¿O sí?


-Je...Perdón jajaja~


-Ay...-Sonreí un poco.



En fin. Que le iba a hacer. Me conocía demasiado bien y yo a él. Por algo éramos amigos de toda la vida. Esa sonrisa de niño pequeño travieso me hizo saber notablemente que había sido una broma para quitare peso a la conversación. Lo había conseguido...¡Y yo no arrugo así la nariz cuando me preocupo! ¡NUNCA! ... ¿O no? ...¡Bah, da igual! ¡Siempre consigue hacerme un lío! Pues anda que meterse el Capturador en el pelo no es una cosa de las más normales, ¿eh...?



-Oye...¿Qué es eso que va volando a toda pastilla? –Agudicé la vista, ¿Eran imaginaciones mías o estaba viendo un punto rojo volar como un rayo a lo lejos?



-No lo sé...Pero ya sabes quiénes son los únicos capaces de volar como nosotros. –Su mirada seria y determinada se topó con la mía, adoptando la misma actitud.


-¡Los Nappers!


-¡Exacto! ¡Staraptor a toda mecha, tenemos que alcanzarles!


-¡¡¡STAAAAARRRR!!!



Unos metros más adelante...



-¿Crees que vas a poder escapar? ¿Después de derribar el dadajet de mi colega y tirarlo al mar? ¡Ni hablar! –Exclamó un chico vestido todo de verde y gris, claramente enfadado.



Delante de ellos, una criatura de color rojo brillante y plumaje blanco volaba desesperada por huir de esos majaderos que la atosigaban sin parar desde hace un tiempo. El cansancio empezaba a hacer mella en sus alas por haberlas esforzado demasiado pero aquellos hombre no daban su brazo a torcer y la perseguían sin compasión. No podía ralentizarse; la capturarían o la herirían con esas cosas grises que volaban como un Pokemon volador.



-¡No hay ningún Pokemon que sea capaz de librarse de los tiros de los dadajets! –Le respaldó el otro, preparando el cañón de plasma. Permitirme que ponga eso en duda.



Poco a poco, íbamos escuchando con más claridad su conversación y los puntos en la lejanía se habían convertido ya en siluetadas definidas a solo un par de metros delante de nosotros. No tardaríamos mucho en alcanzarlos ahora que el viento iba a nuestro favor y el Sol no nos nublaba la vista más de lo necesario, ¿Por qué estarían persiguiendo a Latias otra vez? ¿Qué les había hecho ese pobre Pokemon? Qué pesaditos, la leche...



Navegador: Se han detectado dos dadajets y un Pokemon. Los datos coinciden con la memoria de datos. Ese Pokemon no es otro que Latias.



-Latias...¡¿El Pokemon legendario?! –No era la primera vez que lo veíamos pero en aquella ocasión ni siquiera sabíamos de qué especie de Pokemon se trataba. Era una sorpresa que fuese legendario...¿Acaso solo atosigaban a los importantes? ¡Pobrecillos! -¡Casi nada! ¡Vamos, un poco más!



-¡Sí! –Exclamé y aceleré el paso para poder darles alcancé rápidamente sin que se diesen cuenta. Teníamos que intervenir pronto. Latias no aguantaría mucho así que les pedimos a nuestros Staraptor que volasen un poco más rápido y fuimos dejando las nubes atrás.



-¡Con qué elegancia vuela! –Exclamó uno.


-Lástima que no le sirva para nada...-En la cara de su compañero se empezó a dibujar una sonrisa maliciosa, ¿Qué estaría tramando? -¡Toma cañón de plasma!



¡Oh, no, íbamos a llegar tarde! Esa cosa de metal escacharrado sobre la que volaban empezó a cargar energía en los orificios que tenía delante y pequeñas luces de color verde plasma se dispararon hacia Latias sin ninguna compasión. La pobre tuvo que hacer unas maniobras muy complicadas para poderlos esquivar, pero ya estaba al límite de sus fuerzas y sus movimientos empezaban a ser lentos. Con la poca energía que le quedaba, hizo un último sprint y se perdió de vista detrás de unas nubes, dejando a los dos Nappers con dos palmos de narices.



-¡Vaya velocidad!


-¡Y eso que estoy dándole caña al dadajet!


-¡Qué mala pata, se nos ha vuelto a escapar! ¡Estoy que bufo, necesito machacar algo YA!- Uh, qué genio...


-¡Eh, vosotros dos! –Llamé su atención. Ellos se giraron sorprendidos.


-¡¿Eh?! ¿Qué hacen unos Rangers aquí? ¡Qué pesados!


-No sé por qué...pero creo que ya sé que voy a machacar, ¡Rangers a la plancha! –Por los ojos marrones de ese tipo casi parecían salir pequeñas llamitas de ira. Ese chico tiene problemas de carácter...- ¡A por ellos Wingull!


-Cuando quieras. –Le retó Ben. Asentí y nos pusimos en posición de batalla.


-Encárgate del que tiene problemas controlando su humor, yo me encargo del otro.


-¡NO TENGO PROBLEMAS PARA CONTROLAR MI HUMOR!


-Lo que digas...



Y la captura comenzó. Nada del otro mundo. Un par de círculos por aquí y por allá y todos esos Wingull ya estaban otra vez en libertad. Le estaba cogiendo el truco a esto de capturar en las nubes, tenía su...encanto, sí. Al parecer Ben también le había devuelto sus palabras a aquel chico con creces y volvimos a juntarnos en el mismo punto, delante de ellos. Al ver que su plan no había resultado, se mostraron nerviosos por el siguiente paso a seguir.



-Pero ni nosotros...


-¡Solo quería cantarle las cuarenta a Latias que se ha lanzado sobre nosotros sin previo aviso! ¡En serio, no le hemos hecho nada! ¿Qué tiene de malo?


-¡Es un auténtico incordio volar con este Pokemon merodeando por el cielo! Hace ¡Fiu, fiu! Y nos deja en ridículo delante de todos.


-En fin, ¡Gracias por aguarnos la fiesta! ¡Adiós, niñatos entrometidos! –Exclamaron los dos al unísono y se ocultaron debajo de unas nubes. Intentamos perseguirles pero ya era demasiado tarde y no había ni rastro de ellos. Jolín, que rápidos eran al huir...Ya querría yo esa velocidad.



-Uff...-Suspiré.



-La primera vez que vinimos a Oblivia, creo que vimos a ese mismo Pokemon huyendo de esos tipos. Qué curioso que hayan dicho que Latias los estaba incordiando...¡Será al revés digo yo!



-Lo bueno es que ya está bien. –Suspiré, sonriente. Miré en la dirección que Latias había huido. - Creo que ya no volverán a perseguirla. No serán tan cabezotas de volver a perder sin remedio.-Reí.- Bueno, ahora lo importante es que lleguemos a Acuarretiro, ¡Vamos allá Staraptor! –Y salí volando a toda pastilla por delante de mi compañero, emocionada por la cercanía.



-¡Hey, espérame! ¡Vamos, amigo, sigue a esa loca! –Exclamó entre risas mientras poco a poco, nos íbamos acercando más a la gran Isla del archipiélago tropical de Oblivia.



Diez minutos más tarde...



Ambos castaños rodearon la mayor isla del archipiélago de Oblivia admirando alrededor cada rincón del lugar. Se miraron con decisión y decidieron aterrizar en el puerto de Acuarretiro, un lugar tranquilo y no muy transitado para no llamar demasiado la atención por sus formas de "viajar" y sus ropajes. Una delicada palmada en el cuello de las criaturas voladoras y en un abrir y cerrar de ojos dieron un salto y volvieron a pisar suelo firme. Voltearon hacia el cielo y se despidieron de los Staraptors con la mano en alto. El sol era resplandeciente pero no molestaba demasiado.



-Nada mejor que volar, ¿eh?


-Coincido. –Sonreí y bajé la mano. Acto seguido, lo miré.- Bueno, ya que estamos aquí será mejor que busquemos a ese tal alfombrero...¿Por dónde podríamos empezar a buscar?


-Rodel no recordaba dónde la compró exactamente así que nos toca dar una vuelta por el lugar a ver qué encontramos.


-Meh, supongo que un poco de turismo no irá mal. –Sonreí y nos dispusimos a marcharnos en dirección al pueblo de los azulejos azules.


-¡Os he visto!



Una voz desconocida, pero con un matiz femenino, nos detuvo en seco. Al principio pensé que era Panema que nos había seguido de alguna manera...o incluso Blue, pero en ninguno de los dos casos era posible. Estaban ocupadas o no tenían medios. Por unos segundos nos quedamos estáticos. Procesando de quién se podría tratar nos decidimos al fin y le dimos la cara a esa persona extraña. Era una chica rubia, de largo vestido blanco y azul con un simpático sombrero de Wingull. Sus ojos eran celestes como el mismísimo cielo y colgado en un cinturón improvisado reposaba una especie de ventilador-silbato. Nuestras caras de confusión eran para enmarcar, estoy segura.



-¡Qué manera de combatir en el aire! ¡Qué elegancia! –La emoción de esa chica era increíble. En menos de lo que canta un Jiglypuff ya estaba a escasos dos centímetros de nuestros rostros. Casi me caigo al suelo el susto. - ¡Uña y carne con vuestros Staraptors! No sabéis la envidia que me dais...



-Esto...¿Gracias? –Ben fue el primero en reaccionar.


-¿También os gustan a vosotros los Pokemon pájaro?


-Pues...para mí no hay preferencia, todos son igual de importantes. –Sonreí, aunque aún un poco descolocada.


-¡PI!



-Excepto Pichu, claro, lo siento...-Una pequeña gota de sudor frío resbaló por mi frente.- Pero si buscas a alguien realmente talentoso, estás ante uno de los mejores aviadores. –Le dí un codazo amistoso a mi compañero. Él solo sonrió un poco avergonzado. No quería reconocerlo pero recuerdo que en una carta me contó que había aprobado el examen para ser uno de los mejores jinetes voladores.



-¿En serio?


-...Supongo que sí jeje



-¡Estupendo! –La chica dio un saltito de alegría. Esa espontaneidad se me hacía un poco familiar.- Cuando era pequeña, yo siempre pasaba el rato mirando a las nubes. Siempre sentí una atracción hacia la libertad del viento...Por eso me siento tan unida e identificada con los Pokemon de tipo volador. Vuestra amistad con los Staraptor me ha llegado al alma, de verdad. –Mejor no le digo que acabo de "capturar" a ese Staraptor...- Tanto, que os voy a presentar a mis amigos, ¡Vamos, venid a saludar! ¡Hop, hop!



Con un rápido movimiento de muñeca, cogió su molinillo y sopló en una ranura provocando que el aparato empezara a girar a gran velocidad mientras de él salía un sonido armonioso, muy parecido al pasar de la brisa por entre las rocas del mar. Aquel sonido suave pero firme se extendió por las inmensidades del mar. Cuando el soplo de la chica se extinguió, el silencio volvió a reinar. Pero enseguida, tres Pokemon; un Skarmory, un Staravia y un Pidgeotto aparecieron sobrevolando nuestras cabezas en círculos. Sorprendidos, solo pudimos mirarla con una expresión de ingenuidad que pedía explicaciones a gritos pero también sentíamos admiración.



-¡Hey, son los mismso que vimos en el cielo!


-Hoy solo os presentamos, ¡Gracias por venir chicos! –La rubia ignoró nuestro comentario y despidió a las criaturas con un silbido característico.



-Cómo me habéis caído bien os ayudaré en lo que necesitéis. –Sonrió.- Claro, todo lo que tenga que ver con los Pokemon voladores. Todos los Pokemon que captureis en el cielo vendrán aquí. Solo tenéis que hablar conmigo si queréis llevar con vosotros alguno...¡Pero tratadlo bien, por favor! –Suplicó, sin perder la emoción.- Puedo llamarles siempre que haga buen tiempo con este molinillo. Je...con él puedo comunicarme con mis amigos sin problemas.



-O-oh...¡Eso es fantástico! –Dijo Verán.- A partir de ahora y gracias a esta señora, podremos pedirles ayuda a los Pokemon que capturemos en los cielos de Oblivia, ¡Qué bien!


-¡Gracias!



-¿S-señora? Pero si somos de la misma edad, ¿no? –Nos miró de arriba abajo y asintió.- ¡Ay! ¡Se me olvidaba! Qué modales tengo jeje...Mi nombre es Alada. Un gusto. –Hizo una pequeña reverencia de cortesía. Por fin conocíamos su nombre.- Con este nombre parece que estuviera destinada a hacerme amiga de los Pokemon pájaro, ¿Verdad?



-Gracias por prestarnos tu ayuda, Alada.- Le dije sinceramente. – Es un placer conocer a personas como tú que amen tanto a los Pokemon. –Aunque solo sean de un tipo en específico...


-¡De nada! ¡Un placer conoceros! –Su sonrisa era deslumbrante.- Bueno, me tengo que ir, ¡Un placer conoceros a vosotros! ¡Ah, y suerte con las misiones, Rangers!



Y tal como apareció...desapareció. Alada se marchó corriendo hacia el pueblo y se perdió en una de sus calles plagadas de fuentes cristalinas. Su sonrisa se echaba en falta pero...wow, que rapidez, me costaba asimilar todo eso, aunque le agradecía enormemente que nos ayudara por mera amor a sus amigos. Realmente era como el viento en varios sentidos. Ben y yo volvimos a quedarnos tiesos, sin saber qué decir, pensar o hacer...¿Qué acababa de pasar? Eso era lo que nos preguntábamos.



-¿Ha pasado...lo que creo que ha pasado? –Dije totalmente anonadada, mirando en la dirección de "huida" de esa chica rubia.



-Nos ha reconocido, sí...a la primera y sin ninguna información...A la porra el incógnito...-Suspiró de igual manera, ¿Tan...obvios éramos? Ben me leyó la mente y los dos observamos nuestro uniforme detalladamente.


-Bueno...tal vez canta un poquitín...je.


-...¡Deberíamos tener sombreros Wingull también! ¡Seguro que son efectivos!


-...


-Chiste malo, ¿Verdad? –Una gota de sudor frío apareció a un lado de su cara. Bajé los hombros en tono cansado.


-Demasiadas emociones por de mañana...-Cogí aire y despejé mis ideas.- En fin, ¿Vamos a ver si encontramos alguna pista del paradero de su tienda?


-¡Andando! –Sonrió y por fin nos encaminamos hacia el interior del pueblo.



Solo nos bastó un par de pasos para admirar ese bonito lugar de la región. Las casas eran tradicionales, de madera con tejado rojo y numerosas terrazas con macetas, hiedras y flores. Largos y estrechos canales de agua como el cristal recorrían las calles del pueblo respetando el espacio necesario para caminar pero dándole un toque mágico y relajante al lugar. Un puente conectaba con la parte baja del pueblo donde desembocaban todos los canales en fuentes de piedra esculpida. Pero sobre todo, lo que más nos llamó la atención fue la gran fuente que ostentaba el centro de la plaza de suelo azulejado con formas de lo más variopinto. Creo que ya sabía dónde iba a pasar las próximas vacaciones.



-Esto es maravilloso...¡Vaya complejo turístico! –Estoy segura de que mis ojos hacían chiribitas en esos momentos.


-Ahora entiendo por qué el Profesor quería visitar este lugar, ¡Poco listo! Hasta yo estoy pensando en pedirme las vacaciones anticipadas.


-Primero hay que patear traseros Napper, ¿No te lo perderás no? –Bromeé con una sonrisa.


-Obvio que no. –Rió divertido.


-Uhm...¿Qué tal si empezamos por ah...?


-¡Eh! ¡Vosotros! -¿¿Otra vez?? ¿Hoy es el día de sorprender así a la gente y no me he enterado o qué?



Sorprendidos, nuestra mirada se posó en una mujer que estaba delante de nosotros. Su pelo era de un rosa aperlado y corto, llevaba un vestido rojo con un cinturón negro, unas mallas también negras y unos zapatos de tacón rojo. Una chaqueta blanca abierta le cubría los hombros y un colgante dorado reposaba en su cuello. Lo que más me llamó la atención fue el pañuelo amarillo que llevaba enrollado al cuello. Era idéntico al nuestro...Por un momento llegué a pensar si se trataba de un Ranger encubierto para ayudarnos o ya retirado, pero la ausencia del Capturador en su mano derecha no me cuadraba así que desistí de la idea.



-¿Necesita algo, señora? –Le preguntó Ben algo descolocado. La mujer ignoró su pregunta y nos miró de arriba abajo, inquisitoriamente, con una mano en la cintura.



-Por lo que veo, vuestro estilo vistiendo es algo...particular. –Nada, que hoy era el día en que la gente solo se fija en nuestra ropa...qué rara es esta isla.- ¿Es esto lo que se lleva entre los jóvenes de la gran Ciudad?



Verán y yo nos miramos unos segundos y nos encogimos ligeramente de hombros. La verdad es que este tipo de situaciones eran incómodas, pero por lo menos, no se había percatado de nuestro cargo a la primera como aquella chica de hacía un rato. Solo nos quedaba disimular. Si no, al cabo de un par de horas toda la Isla sabría que había Rangers en una misión para encontrar a un Legendario y que si no lo lográbamos...Oblivia tendría sus Navidades como Arceus manda...Ok, será mejor que nos demos de prisa.



-Sí, bueno...venimos de Almia para...pasar unas vacaciones. Esto es precioso. –Me adelanté a decir, fingiendo una sonrisa sincera, aunque por dentro seguía nerviosa porque esa excusa no se la tragaría nadie.



-Sí y...tenemos que hacer unas cosas antes así que...¡Hasta luego! –Ben salió en mi defensa, también nervioso. Antes de que pudiera reaccionar me había agarrado de la muñeca para poder escapar de tanta distracción y situación comprometedora.



-Oh, jojo...Es cierto, es cierto. Las parejitas necesitan su tiempo a solas.



..............¿What?.............



No habíamos dado ni cinco pasos cuando aquella frase de esa persona desconocida, junto con su sonrisita divertida, nos paró en seco. Esa simple palabra taladró nuestros oídos y se quedó fija en nuestras mentes por unos momentos. Mi cabeza se quedó en blanco y cuando miré a Ben para comprobar qué pensaba, estaba en el mismo estado que yo. Ambos parecíamos cafeteras a punto de explotar, rojos como una vaya Tamate y sin saber a qué objeto dirigir la vista. Nuestra reacción solo le produjo más carcajadas a esa mujer. Sacudimos la cabeza y reaccionamos al fin.



-¡¡NO SOMOS PAREJA!!



-Oh, bueno, está bien.- La pobre tuvo que retroceder para que el "ventilador humano" no la sacase por los aires.- Pensaba que los Rangers iban en pareja...bueh, supongo que me equivoqué. Jóvenes, pero con audacia ¿eh?



A la porra el incógnito...por partida doble, ¿No decía el profesor Gobios que "Este uniforme es absolutamente nuevo y totalmente discreto"? –Hice gestos burlescos con la mano.- Pues tengo unas cuentas objeciones...¡Nos han descubierto dos personas...y en menos de diez minutos! Ya de paso podíamos contar nuestra misión, ya que...



-¿Y quién es este pequeñín tan mono con su ukelele y todo?


-¡Pichu! ¡Pi!


-En fin...-Suspiré.- Él es Pichu, mi Pokemon acompañante y...no le gusta que le digan mono. –Una gota de sudor frío paso por mi frente cuando comprobé que Pichu se había cabreado un poco. La pequeña criaturita eléctrica se había encogido de brazos y estaba sentada en mi hombro, como de costumbre.



-Bueno, ya que habéis hecho un largo viaje, no quedaría de más que os enseñara un poco del lugar, ¿no? –Sonrió.- Esto es Acuarretiro. La gente de lejanas ciudades opta por pasar un tiempo aquí para relajarse y mandar de vacaciones al estrés, también las personas ya entradas en años que buscan un poco de tranquilidad, ¡Yo soy una de esas personas! Si os puedo ayudar con algo...



-Bueno, supongo que sí. –Ben se relajó un poco, sonrió e intercambió una mirada cómplice conmigo.- Estamos buscando a un alfombrero famoso en este pueblo...¿Sabe algo? Por si sirve de algo, sus alfombras están decoradas con dibujos antiguos y según nos han contado son de gran calidad.



-Uhm...¿Qué vais a casaros y necesitáis una alfombra para el comedor? – ¡Qué manía! Al ver nuestra cara, se retractó de su broma con una sonrisa divertida.- Era broma. Pues, qué casualidad, si no me equivoco su tienda está al oeste de aquí, al lado de la plaza. No tiene pérdida, su casa destaca por sí sola; tiene un diseño más clásico que el resto.



-¡Muchas gracias...! Esto...-Me quedé pensativa.- Usted es...


-Podéis llamarme Visona. Es el sobremonbre que tengo desde que era una zagala.


-Muchas gracias Visona. –Repetí con una ligera reverencia.- Tenemos cosas qué hacer así que...¡Adiós!


-Adiós jóvenes. –Se despidió y ambos fuimos corriendo hacia la plaza del pueblo. Si sus instrucciones eran ciertas, la encontraríamos en un abrir y cerrar de ojos.


-Qué mañana más rara, ¿no?


-Y que lo digas...-Suspiré. ¿En serio parecemos una pareja? ¡Qué locura!



o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top