Trabajo en equipo.
Aquel lugar daba un poco de repelús y claustrofobia. Las paredes metálicas producían un molesto eco al caminar por el suelo de chapa agujereada y un fuerte olor a humedad se extendía por todas partes. Un movimiento brusco casi nos hizo caer y supimos que el submarino ya se había sumergido. Nunca me habían gustado los submarinos, ni bucear durante mucho rato...ahogarme era mi mayor miedo oculto. Pero que se le iba a hacer, tenía que afrontarlo y no pensar demasiado en eso.
Con mucho cuidado y en silencio, nos dirigimos a la siguiente sala por una puerta que se abrió automáticamente. Ben había estado especialmente callado, no le gustaba estar por allí de nuevo. Sin embargo, ates de dar un solo paso, un par de reclutas nos sorprendieron y pidieron refuerzos. Éstos acudieron tan rápido que me pregunté cuántos de ellos habría en aquel nido de pirañas...Eramos dos contra seis.
- ¡Eh, tú! -Un recluta le llamó la atención a mi compañero. Ben hizo una mueca y supuse que ya se conocían.- ¿La vida de rehén te gustaba tanto que has decidido volver?
-He venido a daros las gracias por aquellos buenos momentos.-Afirmó irónico.
-Y supongo que ella es la Ranger que sobrevivió, ¡Vaya pareja tan singular!- Se rió con sorna.
-Y supongo que tú eres un patético Napper que nos da la murga, ¿Me equivoco?- Me crucé de brazos, un poco ofendida. El recluta de al lado decidió tomar cartas en el asunto.
-Con guasa encima, ¿eh? ¿Es que no veis cuántos somos? -Miró a sus espaldas, señalando a sus cinco camaradas.- ¡No hay manera de que venzáis! Si no lo entendéis por las buenas, ¡será por las malas!
-Por mí vale. -Sonreí mientras intercambiaba una mirada de complicidad.- Ben, ve a por los Makuhita.
-A sus órdenes, mi capitana.-Bromeó.- Suerte con los Gible.- Sonrió, se puso dos dedos en la frente y los quitó rápidamente en un gesto muy típico de él. Así, los dos nos pusimos en guardia.
Tras la captura de los Gible y Makukhita...
-¿Qué os parece eso?-Dijo mi amigo con energía, tras colocar el disco en su sitio.
-Que aún no esta todo perdido, mocoso.- Un tercer recluta habló, con un tono despreciable.
-¿¡Como?!-Exclamamos los dos a la vez, mientras los sesis Nappers iban acorralándonos en un círculo.- ¡Os hemos ganado! Lo justo es que nos dejéis pasar.- Amenazó él. Yo mantuvo pegada mi espalda a la suya, mientras Pichu lanzaba chispas por sus mejillas.
- ¡Es verdad! Si capturamos a los dos, no habrá nadie que pueda detener los planes de la líder.
- Buena idea.- Todos se arremolinaron a nuestro alrededor. Esto se pone feo.
-Agh...-Hice una mueca de rabia, intentando pensar en algo rápido. Pero un codazo disimulado me sacó de mis pensamientos.
-¡Brisa!- Verán y yo compartimos una mirada de complicidad, y asentí. Sabía exactamente lo que planeaba, no hacían falta más palabras.
-A por ellos.-Murmuré con una sonrisa determinante. Los dos juntamos las espaldas, para hacer de guardaespaldas del otro y viceversa, y asintiendo los dos a la vez, como si tuviéramos un plan que compartir con la mente, nos preparamos al mismo tiempo que el circulo menguaba y los Nappers se aproximaban.
-Adelante.-Afirmó, haciendo un gesto con la mano para que se acercasen, con actitud desafiante. Los reclutas apretaron los dientes con rabia y se lanzaron como Puruglys hambrientos hacia nosotros. Justo entonces, separamos nuestras espaldas para tener más movilidad. -Creo que vas a necesitar una bolsa de hielo en la cabeza- Sugirió a uno, mientras esquivaba los golpes que éste le propinaba.
- ¡JA! ¿Y eso por qué?- Interrogó, incrédulo.
-Por esto.- Y rápidamente, Ben le asestó un golpe bajo, agachándose hacia el suelo y tirándolo al suelo con una llave de pie.-Uno menos por el que preocuparse. –Se sacudió las manos- ¿Qué tal te va a ti?
Dos Nappers fueron a acorralarme pero en el ultimo momento salté sobre sus cabezas y estos se chocaron de narices. Caí encima de ellos y me sacudí las manos.
-Fantásticamente ¿Y a ti?-Vi como alguien se acercaba por detrás de él, aprovechando ese segundo de aparente despiste, pero no me dio tiempo a avisarle.
-Inmejorable.-Sentenció con una sonrisa, mientras levantaba el puño y sin girarse, le daba un puñetazo sin inmutarse, con los ojos cerrados. Pan comido. -¡Cuidado!-Me alertó Ben por sorpresa.
Dos Nappers venían corriendo hacia mí, uno en dirección norte y otro en la sur. Como un acto reflejo, salté sobre ellos, encaramándome a una tubería del techo. El plan salió redondo y los dos se golpearon fuertemente cayendo al suelo desmayados. Me despegué de la cañería y caí encima de ellos sin darme cuenta.-Ups...perdón.-Los reclutas solo gimieron, sin poderse levantar. Ben parpadeó un par de veces sorprendido.
-Has mejorado la velocidad de reacción.-Me levantó el pulgar. Yo sonreí y le devolví la felicitación.
- El siguiente...-Miré amenazadora al único Napper que quedaba el cuál no paraba de temblar.
- ...E...eh...yo creo que mejor...¡Me voy! -Y salió corriendo a toda leche por la salida de emergencia.
-Cada vez pienso con mas insistencia, que deberían hacerles un test de competencia antes de reclutarlos. -Dije con cara de sorpresa, encogiéndome de hombros. No dábamos tanto miedo...¿Verdad?
-No eres la única. Solo hay una cosa que hacen bien, y es entretener. Ah, y poner pies en polvorosa, eso se les da de cine ¡Vamos, hay que seguir!-Dijo haciendo un gesto con el brazo para que lo siguiéramos hacia la otra sala.
Pasemos y allí no había nada, nada más que paredes metálicas de color plata, suelo enrejillado de color cobre y dos huecos rectangulares sin puerta, uno en frente de nosotros y el otro a la izquierda. No sabíamos por dónde seguir y Ben intentó acordarse de su última huida, para averiguar que camino escoger.
-¿Pi?- Pichu notó algo, movió las orejas insistentemente y se acercó corriendo sobre sus cuatro patas a la sala de la izquierda.
-¿Qué pasa Pichu?-Le seguí, con Verán detrás, hacia la estancia. Una vez dentro quedamos sorprendidos de la gran cantidad de mercancías que había en la sala, llena de cajas, jaulas con aire tenebroso y cadenas que crujían con un chirrido aterrador.-Este lugar da miedo.
-¡A saber para que querrán todos estos artilugios!-Exclamó con rabia.
-Seguro que nada bueno...-Susurré mientras tocaba suavemente las cadenas, aún con una expresión de horror en el rostro, mientras estas gemían tristemente.
Unos gritos de Pokemon nos alertaron. Pichu estaba intentando abrir la cerradura de una jaula mucho más grande y pesada de color roja por el oxido de hierro. Preocupada, me acerqué y le pregunté si había algo dentro. Éste me asintió y cogiendo una palanca oxidada al lado de unas cajas de madera astillada, hice contrafuerza en la puerta de metal. Muy pronto, ya eramos tres los que aplacábamos fuertemente contra aquella pesada prisión. Miré a Verán, y asentí con la cabeza.
-A la una...
-A las dos...
-¡Y a las tres!-Exclamamos al unísono. La puerta cedió, cayendo al suelo en un golpe seco que dio paso a un largo silencio. Me asomé a la puerta, confundida, pero rápidamente tuve que apartarme pues una manada de criaturas de diversos tipos, salieron asustadas hacia el exterior. Casi me aplastan.
-¡Mira, son los Pichu de Isla Dolzor, Pichu!-Dije al verlos algo sorprendidos en los alto de un cúmulo de cajas vacías. Al ver a Pichu, lo reconocieron, y bajaron hacia donde nosotros estábamos, haciendo su típico saludo de intercambiar electricidad con las colas y mejillas a modo de bienvenida.
-¿Qué bien que os habéis reencontrado, eh?-Sonrió cerrando los ojos durante unos segundos Ben.
-¡Starrrr!
-¿Eh? ¿Qué ha sido eso?- De la jaula salió un Staraptor, un poco herido de un ala.
-¡Starraptor, estás bien! Que alegría...-Exclamó entusiasmado, y su Starraptor le correspondió con un picoteo en la cabeza.- Creo que esa es tu forma de s-salu-udar...-Dijo mientras guiñaba un ojo, intentando hablar.
-Ay...de tal árbol tal rama. –Afirmé, sonriendo divertida y encogiéndome de hombros, mientras miraba a mi alrededor.- Todos se van a llevar una sorpresa cuando sepan dónde se habían metido los Pokemon de Isla Dolzor ¡Los habian capturado los muy infames!
-Menos mal que todos están bien...o la mayoría.-Dijo mirando apenado a su Starraptor, pero este le tranquilizó, enseñándole que el ala herida ya no estaba en tan malas condiciones. La acarició con cariño.
-Aún así, sigo pensando para qué necesitarían a estas criaturas... ¿Y a tantas? ¿Por qué?
-Es imposible saberlo. Tú misma dijiste que necesitaban un test psicológico ¿Quién nos dice que los lideres de estos no estén igual...o peor?
-Sí, supongo que tienes razón. -Pichu volvió a subirse a mi hombro tras despedirse de sus amigos con unas notas de su ukelele.
-Starraptor, cuida de los demás, nosotros vamos a parar esta locura.-Se giró hacia donde estábamos.- ¿Vamos?
-Por supuesto.-Asentí.- No te preocupes Pichu, volveremos a por todos, prometido.- Fui a salir por la puerta corrediza que daba a la anterior sala, por donde ya estaba esperando Ben en el exterior, pero una extraña sensación me detuvo en seco al pasar el umbral de la puerta ovalada.-¿Eh?- Sentia algo extraño cerca...<<¿Qué es esto? Siento...como si algo nos estuviera vigilando...uhm...¿Qué será?>>
-¡Brisa!-Me advirtió desde el otro lado.
-¡Voy!-Exclamé saliendo de aquel lugar, no sin antes, echarle un último vistazo, confundida.
Ajena a la visión y conocimiento de los Rangers, una cámara de tamaño mediano, movía sus lentes con gran precisión para aumentar la calidad de imagen, mientras se ocultaba en las sombras de una esquina del techo. Alguien los estaba vigilando y ya había puesto alerta a la tripulación, las cosas se iban a poner muy difíciles...
-¿Algún problema?-Dije acercándome al umbral de la puerta, donde Ben se asomaba cauteloso.
-¡Psssst!-Susurró, asomado a la repisa de la puerta, pegado todo lo que podía a la pared.
-Vale, vale, me callo...-Refunfuñé, imitándole para "lo que sea de lo que nos estuviéramos ocultando" no nos viera.
Dos Nappers estaban montando guardia en una gran sala rectangular, la cual estaba dividida en tres partes por gruesas paredes de metal por las que se podía pasar a través de una pequeña puerta abierta. Pero no era tan fácil, tres Electrode, tres Sneasel y tres Scylther fueron liberados por ellos, distribuyéndolos por los espacios a consciencia. Estaban furiosos y sería complicado.
- Así esta bien, esos polizones no pasaran por ahí ni locos, a menos que quieran ser patatas fritas y bien cortaditas.- Se sacudió las manos uno, al final de la gran sala.
- Los mantendrá alejados ¿Quién sabe? Incluso puede que se marchen al ver que es imposible seguir.- Después de eso, los dos se marcharon, satisfechos por su trabajo y confiados de que aquella barrera era infranqueable.
-¿P-pero...cómo...?-Me tapé la boca al percatarme de mi tono de voz, y lo rebajé a un susurro- ¿Pero cómo han sabido que estamos aquí?
-Tal vez fue ese otro recluta que se marchó a todo correr.
-Imposible, se metió en una cápsula de salvamento y salió disparado como si hubiera visto a un fantasma.
-Pues entonces...- Ambos nos pusimos a pensar.
-¡Una cámara!-Exclamemos al mismo tiempo. Era tan obvio que allí debía de haber...qué ingenuos habíamos sido de no ir con más cuidado.
-Tendremos que tener cuidado, ahora no podemos hacer como si no estuviéramos y no es de extrañar que los Nappers intenten cualquier jugarreta. Estamos metidos hasta los dientes en la boca del lobo.-Dijo cruzándose de brazos pensativo.
-Pues habrá que aceptar las consecuencias ¿no? -Dije con determinación, mientras ladeaba la cabeza.-Así, será más divertido –Le mostré el puño, animándolo. Una sonrisa se fue dibujado en su rostro poco a poco. Supongo que mis palabras habían calado en su ánimo, pues asintió decidido.- Bien, pues te espero al otro lado.- Dije sacando la lengua burlona, mientras me ponía el pulgar en la nariz a modo de cresta, y empezaba a correr a través de la sala.
-¿QUEEEÉ? ¿Estas loca? ¡Te freirán!-Intentó detenerme.- ¿¿Y el PLAN??
-No, si puedo evitarlo.-Sonreí mientras me disponía a esquivar los rápidos golpes cortantes de los Scyther. Cogí carerilla y me deslicé por el suelo de chapa metálica a gran velocidad, pasando por debajo de los furiosos Pokemon, sin salir dañada lo más mínimo.
Al llegar a la otra pared, ni siquiera paré a coger aliento, me lancé hacia el siguiente reto con determinación. Di una voltereta lateral para después saltar y pasar por encima de los Sneasel que movían sus garras con rabia, pero no conseguían alcanzar nada. Rápidamente, pasé la siguiente puerta abierta y esquivando los golpes de los Makuhita con agilidad y fintas continuadas, logré pasar la última barrera y llegar hasta el siguiente umbral a otra habitación. Me paré allí apoyando mi espalda contra la pared, cruzada de brazos con una sonrisa alegre.
-Te espero.
-Esta chica está muy loca...-Suspiró, bajando la mirada.- ¿Tengo que hacerlo...de verdad?
-Si no quieres quedarte ahí para el resto de tu vida...
-Eso es chantaje emocional.-Sentenció, con una risa.
-Puede ser, soy muy retorcida.-Sonreí divertida, mientras seguía con la broma- ¡Venga! Blue Eye no se va a quedar de brazos cruzados mientras tú te decides a dar unos pasos, no es tan malo...
-Va a ser culpa tuya.-Se dispuso a pasar por las trampas vivientes.- Imprudente.
-Exagerado.-Refunfuñé, inflando las mejillas.
Después de diez minutos de electrocutaciones por culpa de los generadores, golpes contra las paredes ocasionados por los Makuhita, congelaciones a causa de los Sneasel y gritos de horror en extremo por los cortes de los Scyther, Ben apareció suspirando y sumamente cansado, a parte de que el pelo lo tenia al estilo afro y algunos rasguños superficiales de la electricidad.
-Me callo, si que es malo. Y retiro lo dicho, tenias toda la razón del mundo, estoy como una regadera.-Afirmé con los ojos como platos, sorprendida del resultado.-¿Estás bien de verdad? Y yo que pensaba que estas cosas solo me pasaban a mí...
-Creo que sí, aunque los generadores no han ayudado.-Miró hacia atrás, aún recordando la metedura de pata al querer encaramarse al techo para atravesar la sala sin problemas.
*Voz Iformativa en Off: ¡Alerta, Alerta! Intrusos se encuentran en el submarino, atención a todos los pasajeros, repito intrusos se encuentran dentro del submarino.*
-Fantástico, ya es público.- Suspiré.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top