Te encontraré.
Entre las dos, llevemos el pesado armatoste hasta la habitación de Panema, en la planta superior. Una vez allí se sentó sobre la cama, cansada. Se levantó de nuevo al poco rato y fue hacia una mesa llena de tubos de vidrio llenos de líquidos de colores de lo más variopinto. Ese escritorio no tenía nada que envidiarle al de un científico profesional.
-Ya está, me pondré a investigarlo y si averiguo algo, os avisaré. Gracias de nuevo, Brisa. Yo no habría podido sola con el incendio.
-No hay de qué, ya te dije, me gusta ayudar.-Sonreí.
El Navegador empezó a funcionar mal otra vez, haciendo ruidos e interferencias sin sentido alguno. Le propiné un par de golpes ligeros para que volviera en si. A veces me daba hasta miedo de que soltara chispas y explotara.
-Otra vez no...
- Parece que tu Capturador no funciona correctamente. Déjame cacharrear un poco con él a ver que descubro.- Me ofreció.
-Es que...
-¿A qué viene esa cara? Fíate de mi ¡Qué soy Panema!
-Eso es exactamente lo que me preocupa.... –Pensé indecisa.-Vale...-Dije finalmente, entregándole el Capturador, que cogió con impaciencia entre sus manos y corriendo se lo llevó a su laboratorio, mientras por las escaleras iba diciendo.-Solo tardare cinco minutos, mientras tanto...¡No toquéis nada!
-¡Si! -Afirmé desde la puerta. Me giré de nuevo hacia la habitación con una sonrisa en la cara- ¿Pichu? ¿¡Pero qué haces!? ¡Nos ha dicho que no tocaramos....-El pequeño Pokemon se había subido al escritorio de Panema y llamado por la curiosidad estaba toqueteando los tubos de ensayo asombrado por su gran colorido. Pero antes de que pudiera avisarle, ya había tirado al girarse hacia mi, un par de ellos, esparciendo su contenido por el suelo de madera.- ...nada...-Sentencié atónita, al ver que no había podido hacer nada. Entonces, volví a oir pasos por la escalera- ¡Oh, no, ya vuelve! ¡Rapido Pichu esconde eso!-Susurré disimuladamente, colocándome delante de los destrozos para taparlos.
-¡Reparado! Prueba a ponértelo.-Dijo Panema, colocándome de nuevo el aparato en la muñeca derecha.
Navegador: Poniendo en marcha todas las funciones del Capturador...
-¡Qué maravilla! ¡Está como nuevo!-Exclamé sorprendida, acercándome más a los destrozos y haciéndole señas a Pichu por detrás, disimulando. La verdad es que era un genio.
-¡Claro! ¿Qué pensabas?-Alardeó, poniendo los brazos en jarras sonriente y satisfecha por su rápido trabajo- Por cierto...¿Os pasa algo? Os noto muy tensos.
-¿Eh? ¡Oh, no, no, claro que no! Estamos...muy bien, sí. -Dije sudando frió. Estaba a punto de descubrirnos, hay que ver en los líos que me meto...
-Pi, pichu-chu...-Le tapé la boca inmediatamente.
-¡Que rara eres!-Dijo Panema, fue a su escritorio pero se encuentra un par de cristales rotos y pregunta extrañada.- ¿Y esto?- Empecé a sudar, nerviosa. Ella se percató al instante-¿Sabeis algo al respecto, uhm?-Insinuó inquisitoria.-¿Seguro?-Agudizó la vista, como intentando leer la mente.
-Vale...hemos sido nosotros.- Confesé.
-Así me gusta.
-¿No te enfadas?-Pregunté sorprendida.
-No ¿Por qué iba a hacerlo? Esos tubos, estaban muy viejos y los productos, caducados.-Mientras hablaba Pichu intentó tocar un liquido de esos pero al oír eso, yo que estaba más cerca le di un ligero codazo para que no lo hiciera.
-Ya veo...Lo siento de todas formas.
-Por cierto, me preocupa mi padre. - Bajó la cabeza. - ¿Me acompañarías mañana a buscarlo a la Torre Radio? Por fi...-Suplicó acercándose mucho, tanto, que yo que estaba sentada en la silla giratoria del escritorio al intentar apartarme, me caí de espaldas al suelo.
-¿¡Que?!
-Esperaba que me acompañaseis.
-Es que....dijeron que no fueras.
-Bien, iré yo en mi más oscura soledad...-Susurró mientras caminaba muy despacio hasta la puerta en una escena de lo mas melodramática.
-Si es que...-Suspiré- Vale, iremos contigo.
-Vale, os llevaré hasta allí.-Sonríe, cambiando a una expresión muy animada repentinamente.- Pero antes, a cenar se ha dicho, y después dormiréis en la habitación de invitados.
-¿Qué? Pero, pero...¿¿Qué hora es??
-Ni peros, ni peras, lo hacéis y punto- Sonrió divertida- Son...las 8.- Madre mía, que rápido se me había pasado el tiempo.- Mamá ha dejado cena suficiente en la nevera, y como de vez en cuando me gusta traer a Pokemon savajes del bosque a casa, siempre guarda algo de bayas ¿Vamos?
-¿Tengo otra opción?-Bromeé.
-No- Sentenció devolviéndome la sonrisa.
Bajemos a la cocina, y tras preparar los platos y los cubiertos, nos pusimos a comer. Pichu parecía encantado con las bayas aranja y meloc, y Panema y yo, comimos la bien merecida recompensa, patatas fritas y una ensalada muy fría. Rara combinación, lo se. Nos pasemos todo el rato, hablando y riendo de bromas y distintas anécdotas, todo un autentico pasatiempo de ultima hora.
Después de cenar...
-Gracias por todo-Agradecí- Pero para mi, no es molesto dormir en el bosque te lo aseguro.
-He dicho que te quedas a dormir y punto pelota.-Dijo limpiándose las gafas con su bata blanca. Era la primera vez que veía sus ojos azules claros como el mar, sin una lente ocultándolos. Subimos las escaleras a paso ligero.-Bien, esta es tu habitación auxiliar ¿que te parece?-Dijo mostrándome el cuarto, de tamaño mediano, cuadrado, con una cama en una esquina, una ventana redonda que daba al exterior, una alfombra mullida de color blanco y una pequeña mesita de noche con una silla azulada a su lado.
Me-encanta- Deletreé, sonriendo divertía- De verdad, gracias.
-Ya te he dicho que no tienes nada que agradecer, es un placer tenerte aquí. Bueno, ya es tarde, hasta mañana.-Dijo sin poder evitar un bostezo, se frotó los ojos con aire cansado y se fue hacia su habitación contigua a la mía. Esbocé una leve sonrisa y dejándome caer sobre la cama blanda y cómoda, suspiré aliviada y agotada. Menudo día...
-Hoy hemos hecho de todo ¿eh Pichu?-Dije al fin, después de un largo silencio, mirando la lámpara del techo. No recibí respuesta- ¿Pichu?-Me levanté ligeramente para ver el motivo de la escasa contestación.-Anda que...se ha dormido. -Susurré con ternura- Y encima de la alfombra, poco listo, el pequeñin. -Reí sarcástica.- Supongo que yo también debería ir a dormir...-Bostecé y volví a tumbarme. Pero por mucho que los párpados me pesasen, o que no pudiera ni con mi alma, era incapaz de conciliar el sueño. Daba vueltas y vueltas y no conseguía nada.
Encendí de nuevo la pequeña lámpara de noche de color azul, y levantándome despacio, llevé con cuidado la silla hasta la ventana. Me subí en la cornisa de esta ultima, con las rodillas en alto y los brazos recolzados sobre las piernas, giré la cabeza levemente para ver mejor la Luna llena y con un aire risueño, me puse a pensar. Me gustaba aquel sitio, era tranquilo, hermoso, desde que legué sabia que iba a ser bonito pero no tanto...
Baje la mirada entristecida al recordar aquello y me sujeté la barbilla con la palma de la mano. No podía evitar echar de menos a Verán, y tampoco podía evitar preocuparme por su estado, ni tampoco sentir rabia por lo que nos hicieron en los cielos de Oblivia... No es bueno que guarde tanto odio dentro...pero entonces ¿Qué hago? Miré de nuevo a la Luna, con los ojos humedecidos, como intentando ver a través de ella, como si fuera un oráculo.
"Verán...¿Dónde estas? ¿Estás bien?"...susurré al viento, deseando que aquellas palabras fueran transmitidas al mismo. Me sequé los ojos con el dorso de la mano, y tras despedirme del astro lunar con una mirada fugaz, cerré la ventana y volví a tumbarme en la cama, por tercera vez.
Quería dormir, no quería pensar mas en todas aquellas cosas...era demasiado, demasiadas preguntas, para tan pocas respuestas...¿Qué pretendían hacer esos Nappers? ¿Qué pintan las rocas con dibujos raros en esta historia?¿Y Raikou, que relación tendrá con el símbolo, para que querrán los Nappers todo eso? Es un rompecabezas imposible de resolver...por el momento. Ojalá que se resuelvan poco a poco con forme esta misión se desarrolle...y espero, poder hacerlo lo mejor que pueda...Ben, ojala estés bien... Me dije para mi misma, cayendo poco poco en un profundo sueño.
"Te encontraré. Prometo que te encontraré."
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
En otro lugar...
(Narra Verán)
Agh...Ya estaba harto de estar sentado de brazos cruzados sin poder hacer nada. Hace unas horas intenté escaparme engañando al guarda que venía a ver si todo estaba en orden, pero no dio resultado. A pesar de que conseguí darle una sorpresa por la espalda y dejarlo semi-inconsciente, cuando salí aquello estaba tan plagado de Nappers que sería una locura seguir. Tuve que resignarme y volver a la "celda" escoltado. A pesar de todo, me sentí satisfecho al ver la cara de rabia con la que me saludó el de hacía un rato. Sacarle la lengua con burla fue mi mejor jugada.
Volví a suspirar ¿Qué hora sería? Como no había ventanas ni nada que me pudiera aclarar el momento del día o la noche estaba sumamente confundido. Tenía que salir de allí como fuera o me volvería loco. Sin embargo, una sonrisa se dibujó en mi rostro. En ese intento de escapada, había logrado escuchar en una conversación entre reclutas que el Ranger caído había revivido y ya les estaba ocasionando unos cuantos problemas, aunque no demasiados por el momento. Eso me alegró. Estaba bien, ¡Ella estaba bien! Y dándole su merecido a esos inútiles.
Me sentía un poco cansado por tantas emociones así que me recosté en la absurda cama que había en un rincón y erré los ojos, empezando a dormir. Voy a intentar por todos los medios salir de aquí. Voy a intentar darles su merecido a todos. Y voy a intentar encontrarte. No...
"Te encontraré. Prometo que te encontraré"
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
(Narra Brisa)
Me vi caminando sin rumbo a lo largo de una calle solitaria, de lo que parecía ser un Pueblo fantasma, de noche salvo algunas luces amarillentas que asemejaban estrellas, pero sin luna, solo una estrechamente franja de esta se podía vislumbrar.
¿Dónde estoy?¿De dónde he venido? No había visto nunca nada igual...Pensaba, mirando a todos los lados pero no encontré respuestas, solo sabia que de donde había venido solo había una gran mancha negra como un vórtice y que delante de mi se extendía un tenebroso paisaje desolado, como si aquellla población hubiese sufrido la mayor catástrofe. Deslicé la mano izquierda por la pared de piedra que tenia al lado. Era la fachada de una casa pero se veía tan descuidada que casi parecía una pared sin sentido de ser, para guiarme por su superficie y no chocar contra nada.
Aquella situación era muy misteriosa y tenía la extraña sensación de que algo me vigilaba, pero no pude ver nada. El silencio era absoluto. A excepción de unos chirriantes ruidos que eran causados por que el viento que mecía suavemente los farolillos apagados y rotos que colgaban de las puertas de algunas casas. Caminé un rato más, por la silenciosa callejuela intentando encontrar el final por todos los medios. Entonces, vi una luz en un afluente que seguramente daba a otra calle, y rápidamente fui hacia ella, extrañada por el hecho. Pero al llegar a la esquina un viento helado recorrió la zona, provocándome un intenso escalofrió de pies a cabeza.
Tragué saliva, venga ya...los fantasmas no existen...¿Verdad?, claro que no...Entonces vi una sombra en la luz e inmediatamente, supe que era eso lo que me estaba vigilando. Como si un acto reflejo se tratase fui en su persecución por la empinada calle que subía en una cuesta hacia una plaza mayor, pero solo logré ver eso, su sombra, como si fuera el aliento de un fantasma. Lograba escabullirse entre las mismísimas sombras. Subí con dificultad, y cuando ya estuve en la plaza redonda, amurallada por altas paredes de casas, contemplé el curioso paisaje.
Un altar o escenario octogonal de pequeño tamaño que se encontraba en el centro alrededor del cual estaban colocadas unas antorchas apagadas que le daban cierto aire trivial. Miré a mi alrededor. Ni rastro del misterioso ser. Sentí como una nueva ráfaga de viento helado se movía tras de mí. Me giré de inmediato, asustada, mientras el corazón me latía cada vez mas fuerte y sentía como la respiración se me aceleraba progresivamente.
¿Qué rayos era eso?
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Continuará...
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