Sorpresas.




Los Pichu asintieron y dos de ellos me acompañaron hasta el escenario igual que lo habían hecho con Ben, dejándonos ahí parados, mientras ellos seguían su ensayada coreografía ¡Pero podíamos improvisar! ¿También era divertido, no? 



Más y más Pokemon de todo tipo fueron llegando a medida que la música del ukele de Pichu se hacía más fuerte, y se movían de un lado a otro suavemente llevando el ritmo del músico Pokemon. Sus amigos bailaban a su alrededor, saltando, girando y aplaudiendo con sus pequeñas patitas, todo en su conjunto aprecia un autentico espectáculo de los que se veían pocos... ¡Todos juntos divirtiéndose! Desde el escenario, se podían ver desde Usaring sosteniendo en sus hombros a juguetones Teddiursa, hasta pequeños Azurril acompañando la musiquita con sus alegres saltos. Por fin podían tener un rato en paz y tranquilidad y eso me alegraba mucho, incluso a Ben, que ahora estaba ... ¡¿Discutiendo con un Victrebell?! 



-¿¡Pero qué?!- Alarmada, corrí hasta allí para agarrarle un brazo y estirar todo lo que pudiera para sacarlo de la boca de aquel Pokemon. Estiré fuertemente de su brazo, pero se negaba a dejar ir su almuerzo. - ¡B-Ben! ¿¡Qu-qué...les has h-hecho?!- Dije mientras apretaba los dientes y seguía tirando.



- ¡Yo no he hecho nada! Estaba cogiendo unas bayas cuando de repente esta cosa se me tragó. –Se excusó, pero su voz de oía algo distorsionada.



-Vaya...-Suspiré resignada.- V-vengaaaa...-Hice un último esfuerzo y estiré una vez más del brazo, pero el Victrebbel parecía guardarle resentimiento Ben, por lo que de pronto abrió la boca y en los pocos milisegundos que seguiamos intactos, miré a Ben con los ojos como platos y sorprendida...


Oh, oh...




¡¡¡¡PUUUUUUMMMMM!!!!



La inercia hizo que Ben saliera disparado hacia el tronco de una palmera y yo cayera al suelo de espaldas mientras el Victrebell nos sacaba la lengua burlón para después huir dejando estragos a su alrededor.



-Auch...-Tosí un poco, mientras me palpaba la espalda, dolorida. Me incorporé, pero choqué con algo inesperado. Abrí los ojos y me encontré con los orbes marrones de...¿¿Ben??


-E-eh...¿Hola? 


Al parecer, había estirado tan fuerte que me había caído hacia atrás y Ben, tirado por mí, cayó encima sin remedio. Me sonrojé al instante, ¿Qué? ¿Por qué lo hacía? No lo entendía...pero no era la única por lo que era capaz de ver. Ben se levantó casi de un brinco, soltando disculpas a diestra y siniestra. Ambos, evitemos la mirada del otro por un segundo, pero al final me ofreció una mano para levantarme y acepté sin rechistar.




- Gracias...-Dije. Me sentía en la necesidad de romper ese momento tan tenso y silencioso.- Entonces...¡Volvamos! Deben de estar preocupados- ¡Es verdad! Sin darnos cuenta, entre que nos había lanzado lejos aquel Pokemon y todo, nos habíamos alejado mucho del lugar y posiblemente se estuvieran preocupando por nuestra desaparición.



-Tienes razón, volvamos. –Sonrió, ya menos incómodo y nos encaminamos, siguiendo un sendero de ramitas y el sonido de la música de Pichu-Kelele hacia el lugar del que habíamos venido.


Minutos mas tarde...



Oh, parece que nos perdimos todo el concierto...Los Pokemon nativos de la Isla ya se habían marchado del lugar y solo quedaban Pichu y sus amigos "hablando entre ellos" y descansando de aquel espectáculo. Por aquella parte baja y sureña de la región no soplaba apenas viento, salvo una brisa marina que refrescaba el ambiente a estas horas de la tarde. Ya empezaba a oscurecer, pero por suerte conseguimos salir del espeso bosque antes de que el Sol se ocultara por completo. 



Dimos unos cuantos pasos más, para hacer notar nuestra presencia, carraspeé e iba a decir algo al respecto de nuestra desaparición como disculpa pero, antes de que formulara media palabra, Pichu se abalanzó sobre mí, preocupado, y lanzándome al suelo de un golpe seco.


-¡¡Pichuuuu!!- Gimió.




-Ugh...que dolor...Yo también te he echado de menos en estos...¿15 minutos?- Alcancé a decir, con una mueca de dolor. Me incorporé y al instante Pichu se subió a mi hombro, como de costumbre. Yo solamente le sonreí alegre girando un poco la cabeza pero cuando miré a Ben, con intención de irnos ya hacia Isla Reirís, mi ánimo cambió.



Estaba cruzado de brazos, serio como pocas veces lo había visto, y cuando lo miré, negó con la cabeza con los ojos cerrados. Me estaba diciendo "No. Ha llegado la hora..." A pesar de que mi mirada intentaba poner peros a la situación, él tenía razón, ahora que los Nappers no volverían por aquellos lares no era el deber de Pichu quedarse a nuestro lado, su hogar y su familia lo echarían de menos y viceversa y...no me podía permitir hacerle eso a Pichu-Kelele...Tengo que dejarle marchar, aunque me cueste...mucho.



-Pichu...-Le llamé con la mirada puesta en el suelo.-No...no puedes.- Un hilo de voz llegaba a pasar por mis cuerdas vocales, nada más. Un tono triste es todo lo que inundaba el ambiente. Pichu se quedó sorprendido cuando lo cogí y lo dejé suavemente en el suelo, junto a sus compañeros, que de igual manera, me miraban sorprendidos. Las pupilas azabache de Pichu empezaron a brillar con destellos borrosos y a humedecerse poco a poco...sabía por dónde iba la cosa y como acabaría. - No...no te puedes venir...tienes que estar junto a tu familia, tus amigos, tu hogar...-Empecé a notar los ojos húmedos y antes de que alguna lágrima huyera de ellos, me froté con el puño los dos, para evitarlo. Ya era bastante duro de por sí...Tantas aventuras que habíamos pasado juntos...¿Se acababan realmente aquí?



-Pii...-Ladeó la cabeza, con los ojos brillantes como si exigiera de buenas maneras una explicación.



-Entiéndelo, ahora que los Nappers no se atreverán a venir por aquí podréis estar todos tranquilos...Habéis vuelto a vuestro preciado hogar de una sola pieza ¿No es genial?- Intenté disimular una sonrisa, pero mi voz temblorosa me delataba. Ben me colocó una mano en el hombro para tranquilizarme.



- Chu...-Miró de manera preocupada a su compañeros. Estos le comprendieron y asintieron, como dándole permiso para algo. Entonces nos volvió a mirar y empuñando su manita de forma determinada, dio un pequeño salto. - ¡Pichu! - Entonces, los otros Pichu se alejaron sonrientes, hasta ocultarse por completo en la espesura del bosque de aquella isla inhabitada por el ser humano ¿Se habían...despedido? ¿¡Pero qué estaba pasando aquí?! 



- P-Pichu... ¿Q-qué has hecho?...-Dije incrédula.



-Creo que se quiere quedar con nosotros. –Sonrió Ben, acariciándole la cabeza.- Te ha cogido cariño.



Aquello me impactó. Y era verdad. Todo encajaba a la perfección y no había una negativa a aquella afirmación ¿No...No tendría que despedirme de Pichu?... ¿De verdad?...¡Eso era genial! Bueno...Miré a Pichu con la vista temblorosa y con un hilo de voz le pregunté si estaba seguro de eso. Pichu me asintió de manera decidida, volviendo a subirse a mi cabeza, jugueteando con las gafas de buzo/aviador y haciendo oficial que se iba a quedar con nosotros pasara lo que pasara. Mi rostro se tornó en una mezcla de alegría y sorpresa, con una gran sonrisa que lo adornaba y con los ojos completamente brillantes de emoción. Después, le dirigí una mirada a Ben y asintió con una sonrisa.



-¡Bienvenido a bordo, compañero!- Le animó. - Desde que estás con nosotros has sido como el motor de alegría de nuestras acciones y contigo acompañándonos...¡Jamás nos hará falta vitalidad para seguir adelante!



- Sí... ¡Esta decidido! ¡Te vienes con nosotros Pichu! –Exclamé contenta.



- ¡Pi-pi-chuuu! –Todos intercambiemos una mirada complaciente, al final, todo había acabo bien para todos, se podía decir que había sido un...¿Buen día para un Ranger? Algo así, supongo. Creo que la alegría y la sonrisa que me había producido aquel momento no me lo quitaría nadie en ningún momento...



- Esto...Brisa.- Me llamó la atención.


-¿Si? -Estaba demasiado contenta.


- Si no tenemos barca...¿Cómo vamos a ir a Isla Reirís?- ...- Por qué seré tan bocazas... Genial, nos habíamos olvido de ese "pequeñiiiisimo detalle de nada".


-Eh...¿Cuántas millas crees que habrá desde aquí a la costa? –Me puse la mano a modo de visera, apuntando hacia el norte, donde las casitas de tejado rojo de Cocona se podían ver a la perfección.



- ¿¡Bromeas?! ¿¿Cómo vamos a ir nadando hasta allá??



- Bueno...solo era una idea jeje...- Pero Pichu, llamó nuestra atención, y silbando gracias a sus patitas delanteras (¿Los Pokemon pueden silbar?) una sombra enorme surgió de lo más hondo  del mar y emergió. Era...¿¿¡¡UN WAILORD ENORME??!! – E-es...¿Tu amigo? - Pichu asintió contento de su logro y de poder apoyarnos.- Eso significa...



- ¡¡RUMBO A ISLA REIRÍS!! - Exclamemos, con un grito de Pichu de fondo y una "bocanada de aire a propulsión" del gran Wailord salvaje.



Con un poco del desnivel de la costa conseguimos subirnos a lomos de aquel Pokemon de piel azulada, Pichu en cabeza, mirando al frente, nosotros dos más al centro, sentados cruzando las piernas y admirando el paisaje casi nocturno del lugar. La velocidad no era exageradamente alta... ¡Pero era mejor que nadar jajaja! Y le agradecía un montón a Pichu todo... ¡Es genial, seguimos los tres unidos!



-Oye, ¿Qué cara crees que pondrán los de la Aldea cuando nos vean entrar a la cala montados en un Wailord? 



-No lo sé, pero va a ser divertido –Reí.



-Y que lo digas.



Un revuelo de risas inundaron el ambiente mientras, poco a poco, nos íbamos acercando a nuestro destino, Isla Reirís...¡¡Allaaaaaá vamos!!



---------------



Y así, continua el viaje de estos dos Rangers. Pichu, se quedó con ellos, contento de poder acompañarles en sus aventuras y Brisa, más contenta aún de no tener que separarse de ninguno de sus amigos a los que tanto apreciaba. El viaje seria corto, pero...¿Se habrían dado cuenta nuestro "héroes" que los estaban vigilando? En efecto, una cámara con hélices los había seguido de cerca desde que llegaron a la Isla de los Pichu sin dejarse ver lo más mínimo y ahora, se ocultaba tras las nubes, dejando su blanco y finalizando al fin su tarea ¿Qué querrá decir todo esto? ¿Quién, con malas intenciones, había estado siguiendo a los Rangers? ¿Serían los Nappers? ¿O...una nueva organización o persona misteriosa? ...Pronto lo descubriremos...



---------------



Nada más llegar a la playa montados en Wailord, bajemos deslizándonos por uno de sus laterales. Pichu fue el último y le agradeció a su amigo el habernos traído. El gran Pokemon ballena dio un sonoro y largo gemido y se alejó de los bancos de arena, hundiéndose finalmente en las aguas oscuras de alta mar. Ya que era bastante tarde, decidimos volver directamente a casa de Panema.



Me preocupaba el hecho de que llamásemos la atención subidos en Wailord.  Desde luego,sería una catástrofe si los Nappers descubrieran donde exactamente está la casa de Rodel y además, nuestra "base de operaciones". Ya he tratado bastantes veces con esa organización y no hay duda de que son capaces de todo con tal de conseguir lo que ellos buscan...a saber qué es lo que estarán buscando con tanto afán. Me daban escalofríos solo de pensarlo. Me crucé de bazos pensativa, y miré a mis pies, en su continuo ir y venir, siguiendo aquel sendero de arena oscura. Por más vueltas que le daba a la cabeza no lograba entenderlo.



-¿Otra vez preocupada?- Ben sonrió, como si adivinara mis pensamientos. Lo miré, sorprendida por el comentario.- Te conozco suficiente como para saber que estás preocupada. –Acto segido, se cruzó de brazos, imitándome.- Siempre que estás preocupada te cruzas de brazos y miras hacia abajo ¡Es inconfundible! 



- Vaya,  me pillaste. –Sonreí, frotándome con una mano la nuca. Después, miré al cielo. Las estrellas empezaban a aparecer con sus claros y brillantes destellos sobre un fondo de un azul marino puro. Me encantaba observarlas. Era precioso. Nunca he estado en una ciudad más grande que Portópolis, pero aquí, se podían ver igual de bien que en el Bosque Vento, sin iluminaciones ni ruidos, un auténtico espectáculo.- Estaba pensando...¿En que estarán pensando esos tipejos? ¿Qué buscan tras esa "puerta"ancestral? ... Si son capaces de estrellar un submarino contra el fondo del mar y cientos de seres vivos dentro, de secuestrar a los Pokemon de una Isla entera y a un Ranger, enfrentarse a los Pokemon que protagonizan leyendas y de alterar el ecosistema de los lugares adonde van...¿De que no serán capaces? 



- Ah, ya sabía que sería algo así...Te entiendo. –Miró hacia el cielo también.- Aunque estemos aquí, han conseguido esquivar todos nuestros intentos de plantarles cara y pararles los pies. Aunque nos hayamos esforzado, tampoco hemos hecho mucho... Pero,  no te preocupes. –Lo miré de forma extrañada.- Sí. –Me dedicó una sonrisa de esas que te alegran el día.-  Pueden ganarnos estas pequeñas batallitas, pisotearnos la moral, pero seguiremos intentándolo, persiguiendo lo que creemos justo, cual plaga cansina que somos ¿no? 



Se rió, incluso en los momentos preocupantes siempre sacaba el lado positivo, y aprovechaba para hacer reír a los demás con sus bromas. Sonreí.



- Tienes razón, no nos rendiremos tan fácilmente. Hemos perdido algunas veces, pero seguiremos intentando conseguir la victoria para todos ¡Somos la plaga más pesada! -Sonreí, divertida. Me había conseguido animar.- Y haznos el favor, de no ponerte tantas veces en peligro- Le regañé, dándole un golpe amistoso en el hombro.



- No es mi culpa que siempre vengan a por mí. –Refunfuñó, con las mejillas hinchadas.- Además, aún te debo dos.



- Caerse de la silla no vale ¿eh? y empujar intencionadamente por un sitio empinado tampoco.- Bromeé.



- Claro que no ¿Por quién me tomas? ¿Por un Napper?



Sonreí. Por fin estábamos en frente de aquella casa de paredes blancas. Toqué con los nudillos a la puerta, donde el símbolo Ranger nos recibía en primera plana estampado en la madera. Unas gotas empezaron a caer del cielo. Era el principio de una tormenta, pues el cielo también se encontraba bastante oscuro. Una voz y seguidamente unos pasos tranquilos nos indicaron que la puerta se abriría. Y así lo hizo.



-¡Ah, hola chicos! Lleváis mucho tiempo fuera, entrad, entrad. –Nos invitó a pasar Lea con su típico tono alegre. Caminemos hasta la mesa, donde ella se sentó y pronto Rodel, que estaba limpiando la pantalla de su Capturador Superior, se unió a "la reunión" con curiosidad.



-Bueno...-Junté los dos dedos índices una y otra vez, mirando al suelo con nerviosismo y finalmente miré a Ben, como dándole el turno de palabra. Realmente, no me salía como decir que...bueno...habíamos roto una preciada barca de Buck.



-Tenemos, dos noticias. Una buena...y otra mala. - Dijo tragando saliva. Ambos se quedaron sorprendidos, se miraron y se encogieron de hombros, volviendo a dirigirnos la mirada.



- ¿Y cuáles son? –Inquirió Rodel.



- La buena es que hemos llevado con éxito a todos los Pokemon secuestrados a su hogar en Isla Dolzor –Sonreí.



- Bueno, la palabra "éxito" no la diría tan así, tuvimos algunos percances pero...



- Eso es genial- Sonrió Lea.



- Y... ¿La mala?



- Esto...la mala...sí, la mala es...que...- Ambos nos miremos a los ojos, esperando algún "hecho inesperado" que nos salvara. Desgraciadamente, no era a nuestro favor...



- Dejadme adivinar. La mala es que a mitad de camino un banco de Basculins, os atacaron, produciéndoos algunos "problemas técnicos" y cuando ya no había posibilidad de ahuyentarles, optasteis por remar con lo que quedaba de barca y después nadasteis con todas vuestras fuerzas hasta la orilla ¿Me he saltado alguna parte?



Una voz familiar se oyó en la estancia. Blue Eye apareció detrás nuestra, justo cuando un relámpago iluminaba la casa. Esa aparición tan siniestra casi nos provoca un paro cardíaco a todos los presentes. Asustados, retrocedimos unos pasos, con la mano en el pecho.



- ¡Blue, la próxima vez avisa por fa!



- Un momento... ¿Cómo sabes todo eso?- Dijo con los brazos en jarras mi compañero.



- No hay que ser muy listo para darse cuenta de que estáis empapados y la tormenta acaba de empezar ahora.- Señaló nuestros uniformes.- También cabe decir que un Capturador vuestro grabó la escena...- Se colocó una mano en la boca para disimular una risita. Extrañados, nos giremos hacia la pared y, efectivamente, vimos una proyección de lo que nos había sucedido hasta el momento en el que lleguemos a la costa.



- Navegador...-Gruñí, al momento este se apagó y la proyección también.



- Cuanta hostilidad...¡Ay!- Un mini-cohete cayó al suelo, no sin antes, haberle dado a Ben en la cabeza y también cayó al suelo. Panema apareció apresuradamente.



- Lo siento.- Se disculpó por el incidente.- Tendré que hacer más pruebas...



- ¿Por qué no puedo acabar el día sin que intenten matarme?- Se quejó entre murmullos, incorporándose.



-Bienvenido a mi mundo. - Suspiré. Pero Pichu no aguantó las ganas de reír y acabó rodando por el suelo riendo a carcajadas.- Pichu-no-ayudas. 



- Que trío más curioso...-Citó la ex-líder Napper. Se acercó al mini-cohete y lo recogió del suelo.- Uhmm...creo que si arreglamos esto...y ponemos esto otro junto a este cable...después conectamos esta placa aquí...y finalmente ponemos un poquito de aceite por allá...¡Si, creo que ya tengo la solución! ¡No sabía que fueras tan buena con esto!- Sonrió, entusiasmada. 



Eeeek...¿Qué? Todos se quedaron de piedra. Hasta que el vaso que Rodel sostenía en ambas manos cayó al suelo, pero por suerte, la alfombra impidió que se rompiera del todo ¿Desde...Desde cuando Blue tenía esa actitud? Panema tenía la misma cara de asombro ¿Blue...era toda una experta en tecnología como ella? Eché una miradita rápida a los que estábamos en la Sala y casi como si fuera telepatía, pestañeamos un par de veces



- ¿Por qué me miráis así?


    Por acto reflejo, dije un "No, por nada, por nada..." quitándole importancia al asunto con un ligero gesto. Blue intentó decir algo al respecto, pero aquella cosa en forma de cohete le llamó más la atención y cogiendo a Panema del brazo, petrificada de la sorpresa, se encaminó escaleras hacia arriba, conversando sobre todo tipo de tecnicismos científicos y teorías.



Tras unos minutos de silencio, la primera en animarse a hablar fue Lea, que manifestaba una sonrisa satisfecha al haber cumplido su tarea de ordenar a la perfección la mesa del comedor con su bonito florero en el centro.



-La gente no se equivoca cuando dicen que hasta las personas más opuestas tienen algo en común.



-Y que lo digas ¿Quién habría pensado que se llevarían bien algún día?- La secundó su marido. Nos miramos todos.- Me tomaré eso como un "Nadie" –Sonrió ligeramente.



- Cambiando de tema... ¿Es normal que llueva tan "torrencialmente" en esta zona? –Me acerqué a la ventana para contemplar la lluvia y los destellos eléctricos de los rayos, que hicieron que al instante me separase del cristal. Aún no superaba mi pánico a los rayos y las tormentas eléctricas.- Si, sé que es una zona tropical y tal, pero...Nunca había visto llover de esta manera.



- No lo sé, la Naturaleza es realmente impredecible.- Pero si os soy sincero, en los muchos años que llevamos viviendo aquí, esta es una de las tormentas más fuertes que he presenciado. 



-Uhm...ahora que habláis del tema...Me pica la curiosidad. Creo recordar que mi abuelita decía algo al respecto pero...no logró acordarme.- Dijo pensativa Lea.- Creo que iré a mi despacho, tengo una corazonada.- Y desapareció en la esquina de las escaleras, en dirección a la gran habitación/biblioteca que constataba su despacho.



-Uyyy...chicos tomad asiento, esto va para rato. –Vaticinó con una sonrisa. Ben, Pichu y yo le hicimos caso y tomamos asiento en las sillas que quedaban libres a su alrededor. Pichu se subió a la mesa, curioso, yo apoyé los codos en la misma y Ben se sentó con la silla al revés.- Cuando mi esposa mezcla corazonadas con teorías siempre pasa un largo rato zambullida en sus libros de leyendas y datos antiguos.



- En ese caso...está bien. - Sonreí. No creo que sea para tanto...



- A mí hasta me parece raro que vayamos a descansar por fin ¡Menudo día! –Rió ligeramente Ben, desperezándose hacia atrás en la silla, como un Glameow por las mañanas. Pichu y yo lo miremos divertidos pero justo en ese momento...


¡¡¡PRRUUUUUUUMMMMM!!!



o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top