Sombras.



- Cero.- Alzó la cabeza hacia el cielo, pero antes de percatarse de que tenía un Fearrow justo encima y que pudiera esquivar su "carga" acabó recibiéndola en toda la cara. Justo en el blanco, diría yo. - Ouh...vale, no creía que iba a tener tanta puntería...



- Agggh...-Gimió un tanto asqueado, limpiándose la cara con la manga del chubasquero. En teoría solo iba a ser una broma vs broma...pero acabó bastante mal...- ...puaj...ese Fearrow debió de comer algo en mal estado...ugh...-Tembló ligeramente a causa de un escalofrío y se cruzó de brazos. Tanto tiempo bajo la lluvia nos empezaba a pasar factura a pesar de los impermeables.- A...Aaa...Aaaaa ¡CHIIIIÍS! ... Genial, solo faltaba eso.- Se frotó la nariz.



-Mira el lado bueno...Cumplimos nuestra misión, jeje...- Alcancé a decir, con una gota de sudor frío. Me disculpé por no haberle avisado, había sido culpa mía. Por lo menos la lluvia ayudaría a eliminarlo.-  Valió la pena, siempre la vale. -Sonreí cálidamente.



Al principio, aquellas palabras impactaron de sobremanera en el castaño, que aunque antes ya las había oído, incluso pronunciado, ahora era diferente, tenían más..."sentimiento". Era extraño, pero ese era su talento natural, suponía...Ella siempre había sido muy alegre, llenando de esperanza a todas las personas a su alrededor. Incluso las cosas malas eran más llevaderas a su lado. Asintió, pero, al dar un paso al frente, pisó una cosa viscosa de color blanquecino y su frente se tornó de un morado oscuro...mal asunto, el volcán no aguantaría más.



-¿¿¿¡¡¡PERO QUÉ CLASE DE PREMIO ES ESTE!!!???- Exclamó en un agudo grito, dando un pequeño brinco, enfadado. 



Por instinto y temiéndome lo que venía, ya había comenzado la carrera hacia la casa de Rodel. Uno, porque ya habíamos tenido suficiente lluvia por hoy. Dos, porque la oscuridad, aunque me cueste reconocerlo, me intimidaba y más en aquel bosque lleno de Pokemon....y tres y no menos importante... ¡Porque me perseguía furioso! ¿¡Pero que culpa tenía yo...?! (...) Ah, sí, no le avisé...fallo mío....glup.



- ¿¡Y el final feliz, qué?!- Dije mientras seguíamos atravesando a toda velocidad el bosque. A muchos les parecerá cómica esta escena, pero...¡Hey, poneros en mi lugar, por fa!



-¿¡Que final feliz ni que nada?! ¡Menudo regalo! –Ben seguía pocos metros más atrás del camino que seguíamos Pichu y yo.



- ¿¡Y qué culpa tengo yo?!



- ¡¡No me avisaste!!- "E...hehehe...me lo temía."



- ¡Pero no fue a propósito!- Me giré hacia adelante, mirando por encima de las copas de los árboles ¡Ya estábamos en casa de Panema!- Por cierto... ¡te gané!- Y saqué la lengua en el acto.


 

Mal por mi parte al no haberme dado cuenta de que el techo que había visto antes era un holograma creado por Panema como prueba en el exterior y, justo después, al girarme hacia atrás para hacer el gesto burlón, me choqué de lleno con la pared de la verdadera casa. Jake Mate. Ben disminuyó la marcha y cruzado de brazos con los ojos cerrados dijo:



-U-uff...mala suerte, o como lo llaman por ahí..."Karma".



-¿¡Pero qué ha pasado aquí?!



En cuestión de segundos, alertadas por el golpe, Blue y Panema salieron de la casa envueltas en una manta improvisada (invención de Panema) recogiendo preocupadamente a la desmayada Brisa que se había desplomado en el suelo tras el impacto. Pichu seguía vivito y coleando, por estaba preocupado. Como la lluvia no daba tregua, decidieron entrar todos cuanto antes a un lugar más cálido y menos hostil.



Panema se metió a la cocina para preparar un trapo húmedo para la frente de su amiga, mientras que Blue se quedó en el salón principal sentada en una silla junto a Ben, Pichu y Brisa, que ya empezaba a hacer ademanes de querer levantarse de la silla...¡No podía quedarme de brazos cruzados después de...ugh...Intenté ponerme de pie pero... ¡Vaya golpe! Desde luego era de cabeza pura, lo reconozco, pero no hasta tal punto... 



Al fin, me levanté dificultosamente, todo me daba vueltas, y Pichu rápidamente se acercó entusiasmado de mis "progresos" en la recuperación. En cambio Ben seguía de brazos cruzados y apoyado en la pared de la derecha, al lado de las escaleras. Seguía enfadado. Y no me extrañaba.



-Parece que la pequeña durmiente ha despertado, al fin. –Dijo con una ligera sonrisa Blue, acercándose y obligándome a volverme a sentar en mi sitio.- No es bueno que te levantes tan repente después de lo que ha pasado. Lo oí, y con solo eso, ya me dolió hasta a mí que estaba al otro lado de la habitación... ¿Segura que estás bien?- ¿A qué venía tanta preocupación? ¡Que no iba a caer enferma de ningún resfriado o cosas así!



-No seas exagerada...de verdad, estoy bien ¡Peores cosas hemos pasado y seguimos de una pieza! –Sonreí tranquilizadoramente.- Un golpecito solo es una nueva incorporación a la laaaarga lista. – Veo que tiene sus resultados pasar tiempo con Panema...¡Me da mucho gusto por las dos! Aunque parece casi increíble que en apenas unas horas hayan empatizado tanto...



-Aún así no es razón para que vayáis dándoos golpes a diestro.



- Me tomaré eso como un cumplido.- Sonreí. Ya perece que estaba mejor así que me levanté y Pichu se subió a mi cabeza, jugueteando con las gafas. - Por cierto, ¿Aún no han llegado Rodel y Bigón? Se fueron antes que nosotros y parece que aún no regresan...-Unos ruidos en la puerta nos alertaron. Blue la abrió despacio y detrás de ella apareció Rodel, luchando con el viento de aquella tempestad para que no se le cayese la capucha del impermeable morado que llevaba. Parece que esta noche iba a ser movidita.



- Hablando del rey de Almia ¿Qué tal os fue en la Torre de Radio?- Preguntó Blue. Rodel entró y colgó el impermeable en una barra con ganchos que había detrás de la puerta, donde antes nosotros también habíamos colgado los nuestros.



-Bufff...al principio fue complicado ver más de tres palmos delante de tus narices, pero conseguimos tapar todos los escombros y vigas antes de que la tormenta llegase a más. Fue una suerte que terminásemos tan pronto. Afortunadamente los Magnemite y Magneton de Bigón hicieron una buena labor ayudándonos con sus imanes. En parte, se lo debemos a ellos.- Se dejó caer sobre una silla. El reloj de la pared, redondo y con números grandes, marcaba ya más de las doce ¿Y Panema?



- En la cocina. –Dije dejando encima de la mesa la bolsa de hielo que me había insistido Blue en que sostuviera en mi frente.- Iré a lla...



- Iré yo. –Dijo secamente Ben, y se encaminó a la puerta que separaba la cocina del salón. Sí, seguía enfadado, y no sería fácil disculparse.



-¿Y eso...?- Susurró él, asombrado por su actitud.



- Ehhh...hubo un pequeño problema...-Alcancé a decir, aunque no paraba de mirar al suelo de manera nerviosa.



-¿¿No me digas que no había nada sospechoso en aquel almacén??



-No, no es eso. Quiero decir...sí, sí que había algo sospechoso. –Me hice un lío con mis propias palabras.- Al parecer los Nappers habían capturado a todos los Staraptor de la región y habían mandado un recluta a cerrar permanentemente la puerta hasta que volvieran a necesitar algo. Conseguimos espantarlo y liberar a los Staraptor, pero después...



- ¡Eso si que es un buen trabajo, enhorabuena a los dos!- Sin que me hubiera dado cuenta, se había acercado velozmente a mí para darme una de sus fuertes palmadas de felicitación en la espalda. Después se apartó y siguió hablando a solas.- Ahora entiendo por qué de repente Bigón y yo vimos a tantos Staraptor sobrevolando el cielo...



-No he terminado...ni me escucha...-Murmuré resignada, dejando caer los brazos, mientras una gota de sudor frío recorría parte de mi frente.



Al rato llegaron Ben y Panema, que tomaron asiento en las sillas alrededor de la mesa. No tardó en unirse a la comitiva, Lea, que había estado todo ese tiempo investigando en su despacho, yendo de aquí para allá revisando libros de su biblioteca y pergaminos algo maltratados por el tiempo de los cajones de su escritorio. Sin duda, había tenido una tarde bastante difícil, pero ahora, era el momento de intercambiar información entre ambos lados. A ver qué podíamos sacar en claro...supongo que la disculpa tendrá que esperar...



-Contadnos desde el principio, si no es molestia, claro. –Dijo Lea, sonriente.


Una explicación después...



-...y eso es todo.- Terminé diciendo.- En conclusión, lo más probable es que hayan secuestrado a todos los Staraptor con el fin de que nosotros, los Rangers, no podamos contar con un medio aéreo para sobrevolar la región y perseguirles fuera de Reíris, Dolzor o Mironda. Ya descubrieron que no podríamos cruzar el mar que separa estas Isas de Solfía y solo tuvieron que "desaparecer" los Pokemon que podrían ayudarnos. Fue muy cruel encerrarlos en esa jaula ¡Pero conseguimos liberarlos! Y a juzgar por la forma en que salieron disparados hacia el exterior, no tienen ninguna herida de gravedad.



-¡Genial! 


-Así aprenderán a no meterse con nosotros.-Dijo Panema determinante.



- Staraptor también ha tenido tiempo de descansar y ahora está de maravilla.- Sonrió Ben, acariciándole la cabeza, el cual gritó su sonido característico a modo de agradecimiento.



-Después de este incidente creo que será necesario que refuerce la patrulla. Esos maleantes son capaces de cualquier cosa a estas alturas...Os encargo a los dos que os encarguéis de Articuno ¿Entendido? Si descuidamos ahora esta parte de la región no dudaran en volver a atacar de nuevo y está vez no nos subestimaran, estoy seguro.



- Mi turno.- Dijo Lea.- Mientras vosotros salisteis, estuve investigando y como supuse, encontré información de lo mas interesante para nosotros- Sonrió satisfecha.



- ¿De qué se trata?- Pregunté curiosa.



- Bien, pues he encontrado unas escrituras que hablan precisamente de lo que está pasado ahora...parece como una profecía o una leyenda antigua, aunque como el pergamino que conseguí estaba en tan mal estado solo conseguí descifrar el principio, lo demás es ilegible de momento.- Adivinando nuestra siguiente pregunta comenzó a decir, en su tono narrativo y misterioso.- Dice :


 "Cuando nuevas sombras vuelvan a acechar Oblivia, 

y la oscuridad se apoderé de los corazones de las aves divinas,

 el cielo rugirá por la perdida, 

las lluvias se apoderaran de la región 

y las olas y el frío reclamaran justicia. 

Cuando los tres elementos; Hielo, Trueno y Fuego, 

sean despertados por la ambición de corazón, 

el cielo se verá desequilibrado y desatará su furia sobre los habitantes de Oblivia sin miramientos..."




- ¿Y?- Preguntó Rodel al límite de su asombro y curiosidad.



- Eso es todo lo que he logrado descifrar. Hay partes que no entiendo...pero si hay algo de lo que podemos estar seguros. La causa de esta desestabilidad en el clima es a causa de la salida de Moltres de su letargo. Como dice el pergamino "el cielo rugirá por la perdida, las lluvias se apoderaran de la región y las olas y el frío reclamaran justicia"... Cielo...digamos que se refieren al típico clima de Oblivia, pero más soleado y caluroso...Lluvias...tormenta, es decir, una gran tormenta eléctrica asolara Oblivia y frío...eso solo nos deja pensar en terribles nevadas.



- ¿¡Nevadas aquí en Oblivia?! ¡Eso es imposible! –Dijo Panema asustada.



- No tanto. Si relacionamos a Moltres con el clima soleado y este ya ha despertado...podemos asegurar que si despiertan a Articuno también, ese destino llegará tarde o temprano. Según estas antiguas escrituras, parece que "las aves legendarias" controlan el clima de esta región y si ese equilibrio es perturbado, el clima también lo será.



- ¿En que nos puede afectar eso a nosotros? No pueden derrotarnos con la fuerza del clima... ¿O sí? –Ben también parecía abrumado por las palabras de Lea.



- En sí, nos pondría las cosas más difíciles, pero dudo que sea eso lo que buscan los Nappers...debe haber algo más para que busquen con tanto afán despertar al trío de aves legendarias. Algo de lo que, por el momento, desconocemos su existencia...Pero no hay por qué preocuparse...aún (...) Seguiré descifrando este pergaminero que encontré hace años en las Ruinas del Alba para haceros saber más, pero por el momento solo nos queda esperar e intentar que no sigan con esta locura ¡Hay que pararles los pies como sea!



- ¡Tienes razón! 



-Esto no se puede quedar así.- Ambos nos dirigimos a la puerta de la casa, con intención de tomar un "vuelo" hacia Solfía ya mismo y tenderles una trampa por la mañana.



-¡Hey! ¿A dónde vais?



- Blue, no hay tiempo, tenemos que irnos ya. –Dije decidida.



- Entiendo por qué el Profesor Gobios os tiene tanta confianza, pero, no podéis iros ahora. La oscuridad dificulta el vuelo en Staraptor y además ¿Dónde dormiríais? ¿O me intentáis decir que pasareis toda la noche en vela esperando un solo movimiento en falso de esos Nappers?- Rodel tenía razón, no estábamos en condiciones de entablar una pelea sin dormir, además, hoy ha sido un día bastante difícil...Miré a Ben con una gota en la frente y volví a dirigiré la mirada a Rodel.



-Está bien...pero mañana a primera hora saldremos en dirección a Isla Solfía.



- Eso está mejor. –Sonrió amablemente.



-Una cosa más.- Interfirió Lea.- Me he dado cuenta de una cosa... tenemos una pista del paradero de Articuno muy cerca de nosotros...-Miró a la mesa redonda del centro del salón.



- No entiendo ¿Qué tienen que ver las flores de la mesa con Articuno?



-No, cariño, las flores no. Debajo de las flores.



-... ¿La mesa?- Lea se masajeó el puente de la nariz, resignada.- Ayudadme a mover la mesa ¿Queréis?- Nos pidió, y en escasos minutos la alfombra azul del suelo era el centro de todas nuestras miradas.



- ¿La alfombra?- Comprendió al fin.



- Si, la alfombra ¿No le ves nada raro?- Todos la miramos más de cerca, centrándonos sobre todo en el dibujo que la adornaba en su totalidad, también de color azul claro. Y en efecto...



-¡Es Articuno! –Exclamé.



- ¡Bien! Al fin alguien que me comprende. Cariño, ¿Recuerdas donde la compraste? -Rodel se quedó pensativo un rato, frotándose la barbilla.



- ¡Sí! Te la compré cuando nos vinimos a vivir a Oblivia, en la Tienda del famoso alfombrero de Isla Solfía, en Acuarretiro. Qué tiempos aquellos...Panema aún era...


-Suficiente información, papá. -Le interrumpió, muy avergonzada. ¿Qué iba a decir?



-¡Exacto! Y si él retrató a Articuno en una alfombra...debe tener algo de información sobre él, o al menos, haberlo visto.



- ¿Y si resulta que no es ninguna de esas cosas?- Preguntó Ben.



- Solo lo sabremos cuando vayamos y le preguntemos a ese hombre. Es la única pista viable que tenemos hasta el momento- Contesté.



- Entonces ¡Decidido! Mañana pondréis rumbo a Isla Solfía según el plan y buscareis al alfombrero para conseguir información. Después de eso, seguiremos en contacto vía correo de voz ¿Si?



- Alto y claro. –Sonreímos a la vez.



- Pero ahora...¡A cenar! –Exclamó alegremente Lea.



Un único "¡BIEEEEN!" inundó la sala de estar de risas y algún que otro sonido de tripas hambrientas. Después tocaría irse a dormir para recargar fuerzas. La cena discurrió con normalidad. Risas y bromas la adornaban muy de vez en cuando y la conversación se hizo agradable hasta el final de la cena, cuando, después de ayudar a Lea a recoger los platos y fregarlos, nos dispusimos a irnos todos a dormir, no sin antes asegurar puertas y ventanas, ya que el viento de la tormenta iba en aumento. 



Cuando todo ya estaba en orden, cada uno ocupó su respectiva habitación (Blue dormiría en el sótano, Ben en la guardilla y yo en la habitación que ya me había asignado Panema.) y no pasaron más de diez minutos antes de que todas las luces se apagaran y se empezaran a oír los primeros y silenciosos ruidos de la noche, a pesar de que estuvieran camuflados por los truenos y el ruido del viento al chocar contra la pared. Nadie puso quejas. Estaba tan cansada que los párpados me ganaron la batalla y acabé durmiendo profundamente en cuestión de segundos.



Horas más tarde...



La sombra de una persona se encontraba recostada sobre el cómodo asiento que sugería un sillón de color negro de espaldas, direccionado hacia la pantalla de un monitor que se situaba en toda la pared de la oscura sala. Parecía montar guardia, con las manos entrelazadas. A esta silueta se unió poco después otra más pequeña y rechoncha que se situó en frente del monitor de un pequeño ordenador con controles remoto y una cámara en miniatura.



-Veo que tu juguetito funciona a la perfección. - Dijo la misteriosa persona situada en el sillón negro.



- Gracias, señor. Lo he estado perfeccionando y ahora puede recorrer distancias incluso más largas y camuflarse con un sistema parecido al que tienen los Kecleon que capturamos en Floresta.



- Bien, bien, los experimentos van de maravilla.- Hizo una pausa.- Es fabuloso poder observar los movimientos de tus presas desde tan cerca y sin que se den cuenta ¿no es cierto?- La figura redondita emitió una risita mientras miraba al monitor. 



En él aparecía la imagen de una casa de paredes blancas y tejado rojo, rodeada de vegetación y sacudida por fuertes vientos y lluvias. Un rápido movimiento de muñeca sobre el control remoto hizo que la cámara se moviera y se adentrará, por un agujerito, en la madera de una pared. Primero vieron el pelo de una chica rubia asomando por entre las sábanas.



- Esta claro que no podemos confiar en los traidores, sigue. 



Otro movimiento y subió unas escaleras, hasta adentrarse, a la izquierda del pasillo, en una habitación con una ventana al frente, alfombra redonda y azul y unas sábanas del mismo color que tapaban casi completamente el rostro de otra chica, más joven y justo al lado, un Pichu sobre su cabeza.



- Habeis conseguido liberar a los Staraptor...pero no lograreis escapar de la sorpresita que os tengo preparada, Rangers...- Sonrió, moviendo circularmente y de forma ligera una copa con un oscuro contenido, al igual que toda la sala. Y en esa misma oscuridad, su sonrisa blanca invitaba al temor y a la incentidumbre...¿Quién será esta extraña identidad?



Volviendo a la Casa de Rodel...




-¿Pi?- Pichu se movió intranquilo sobre la almohada, despertándome.



- ¿Qué pasa Pichu? –Dije adormilada y frotándome un ojo.- Es muy tarde y mañana hay que madrugar...- Éste olisqueó el aire coninsistencia. Sin que me lo esperará, lanzó un rayo en dirección a unpunto perdido en la oscuridad que brillaba débilmente y que tras elimpacto, cayó al suelo con un débil sonido metálico y dejó de brillar.- ¿Quées eso? –Ya más despierta, me levanté rápidamente, yendo hacia el lugar dondePichu esperaba, lanzando chispas por sus mofletes y gruñendo hacia una especiede aparatito electrónico.- ¿¡Pero que es esta cosa?! No me digas que...



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-¡Maldición! ¡Señor, han encontrado la cámara espía! ¡Los controles noresponden! ¿Qué hago?



- ¡Estúpido inútil! Se suponía que no tenias que dejar que se viera y aún así ese Pichuha sentido su presencia y destruido la cámara. Esto te costara muy caro...



o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Continuará...



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