Secretos ocultos en los sueños.
A tientas y con las manos por delante, di un par de pasos cuidadosos, para no chocar con nada y poder localizar la pared de la habitación. Fue cuestión de minutos que encontrará casi a la vez el interruptor de la luz que accioné, encendiendo el par de bombillas que conformaban una pequeña lámpara. Debido a la repentina luz, tuve que taparme los ojos, era bastante molesto. Pero poco a poco los abrí y frotándome un poco los párpados, conseguí despejar mi vista y centrar mi atención en aquella cosa.
Sí, aquella bolita minúscula de metal, con un pequeño punto de rojo en el centro que nos había despertado a mitad de noche, que no tenía ni la menor idea de qué era y que si no hubiera sido por Pichu ni me habría dado cuenta...¿Acaso...? ¿Acaso nos estuvo siguiendo más tiempo? ...Sacudí la cabeza. ¿Pero qué ideas más locas tengo? Lo más seguro es que Panema esté probando sus nuevos inventos aprovechando la tranquilidad y no haya dicho nada para no molestar. Sí, seguro que es eso. Cada vez me doy más cuenta de que a veces soy algo paranoica.
Pero aquella idea no me dejaba tranquila. Seguía dándole vueltas a la cabeza y hasta no asegurarme no podría parar. Con Pichu vigilando aquel artilugio misterioso, pude asomarme al umbral de la puerta y echar un vistazo al pasillo, a penas iluminado ahora por un haz de luz. No había nada. Ni siquiera una tenue luz que indicara que alguien, a excepción de mí, se hubiera levantado. Volví a meter la cabeza y cerré la puerta con cautela.
-Lo que sospechaba. Esa cosa no es de por aquí ¿Verdad, Pichu? –Susurré, agachándome para ver con más detalle la máquina. No hizo falta que me contestara, estaba bastante concentrado en vigilar detenidamente aquella cosa y soltar al mismo tiempo chispas por sus mejillas en señal de que estaba alerta.- Ahora, a averiguar quién es nuestro "visitante sorpresa".
Por suerte, Panema tenía algo de material guardado en el escritorio de mi habitación y en estos momentos, me seria especialmente útil. Busqué en un cajón y, entre papeles, pipetas y probetas, encontré unas pinzas de punta plana que usé para levantar el cacharro de la alfombra y llevarlo hasta la mesa con cuidado de no destrozarlo. Después, monté un microscopio que había en un rincón y coloqué sobre un portaobjetos la bola. Moví con los dedos un par de engranajes y lentes y situé la "muestra" en el centro para enfocarla mejor.
Pichu observaba todo con extrema curiosidad, incluso cuando acerqué la cara y guiñé un ojo en el aparato para observar la máquina. Era un proceso que no solía hacer muy a menudo, más bien, solía observar a través de la ventanilla como lo hacían los científicos de la Unión. Por suerte aprendí rápido gracias a mi curiosidad.
"Espero que Panema me deje usarlo un momento...esto es urgente y quién sabe si espero hasta mañana para confirmar mis sospechas, aún esté esta cosa." Pensaba mientras enfocaba el microscopio. Pronto, una exclamación ahogada escapó de mi boca.
-¡Ajá! Ya sabía yo que esto no era bueno...-Agarré con cuidado unas pinzas más pequeñas y con cuidado, quité un trocito de una especie de tela blanquecina que rodeaba el aparato. Enfocando con otra lente, abrí los ojos de par en par al descubrir de lo que se trataba.- ¿¡Piel de Kecleon?! Y parece que han mutado las células para mejorar sus propiedades de camuflaje...¡Qué horror! ¿Pero qué monstruo haría esto? ¿Y lo más importante...para qué? Una máquina espía con elementos de seres vivos mutados...parece sacado de una película de ciencia-ficción. Pero...¿Quién es el autor?
Me quedé pensativa unos minutos, hasta que una vaga idea pasó de forma fugaz por mi mente "¿Los Nappers? Sí, puede ser una posibilidad pero..." Mi mirada desconcertada se cruzó con la de Pichu, que seguía horrorizado, "¿Han sido capaces de tanto? No los creía tan malos. De todas formas, ya tengo dos objetivos, detener esta locura de la "puerta ancestral" y el trío de aves legendarias y averiguar si de verdad son ellos los que hicieron esto para vigilar a sus enemigos."
Dejé el microscopio bajo una funda de plástico usada y encerré bajo llave aquella pequeña cámara por sí a nuestro "invitado" se le ocurría alguna estratagema. No podía seguir, aunque quisiera, ya era tarde y mañana había que madrugar. Tras dejar todo en orden, miré a Pichu con ternura. Comprendía su preocupación.
-No te preocupes Pichu, averiguaremos quien ha hecho esa barbaridad y le pondremos fin, ya lo verás.- Y le acaricié un poco la cabeza, tranquilizadoramente.- Ahora, a dormir, mañana será un día movidito.
Cerré la luz del cuarto y con solo un poquito de luz de la luna que entraba por la ventana, pude llegar hasta la cama, metiéndome de nuevo entre las mantas y tapándome hasta casi la nariz (Era una costumbre, que le iba a hacer) Pichu en cambio, se hizo un ovillo en un rincón de la almohada y aunque no estaba muy convencido con lo que acababa de pasar, el cansancio le pudo y acabo silbando silenciosamente, ya dormido. La siguiente fui yo, que tras estar unos minutos pensando en lo que había pasado, también acabé cerrando los ojos. Asunto zanjado...o casi ¿Quién necesita ser un experto en máquinas para que una cámara como esa se esté quieta? Un cajón cerrado con llave es sencillo, practico e igual de eficaz.
Pero, lo que no sabía es que aquella noche iba a recibir más visitas con las que no contaba. Y que, definitivamente, aquella noche no iba a dormir casi nada. Mis sueños se encargarían de mantenerme ocupada.
Cuando me hube asegurado de que todo estaba bien (Para ser sincera, no terminaba de quedarme conforme con aquel trasto. De vez en cuando le echaba un vistazo por el rabillo del ojo, pero todo parecía bien) Cerré los ojos y dejé la mente en blanco, para poder descansar al fin.
Unas horas después, cuando el silencio y la calma volvieron a reinar...
Una gran oscuridad me rodeaba. Apenas podía ver un mínimo destello que me diera una pista del camino que debía seguir. Pero no era normal. No, parecía estar en movimiento. Como si una cinta se moviera bajo mis pies... ¿O era yo la que me movía? ...No puede ser, es imposible, podría asegurar que estaba quieta...¿O no? Debía de estar soñando o algo, aquello no era normal ...
De repente mis sospechas se confirmaron. Progresivamente el negro de la oscuridad se iba sustituyendo por texturas un poco más claras, y si te fijabas bien, tenían forma de hojas.Aparté un par de hojas o ramas que se extendían hacia mí con cuidado, abriéndome paso y me di cuenta de un "pequeño detalle"... ¿Estaba en un bosque? ¿P-pero como...? Si antes...Vale, esto es muy raro.
Seguí caminando hacia adelante, perdida. El camino se volvía cada vez más claro, lo que era de agradecer. Por lo menos esta vez tenía control sobre mis pasos, no como en aquella pesadilla tan rara que tuve y que casi me cuesta otro chicón en la frente...Genial, así podré salir de aquí cuanto antes, no me gusta nada este paisaje tan siniestro...Con la facilidad que tengo para meterme en problemas, mejor no seguir avanzando.
Retrocediendo dos pasos, me giré hacia atrás con la intención de volver a dónde quiera de dónde hubiera venido, pero me topé con una no demasiado grata sorpresa... ¿¡De dónde había venido?! El "agujero oscuro" que me había rodeado antes, ahora había desaparecido, siendo sustituido por el mismo paisaje de bosque tétrico que me rodeaba. Estaba completamente perdida...y no podía regresar.
Oí como algo se movía entre los matorrales, e instintivamente, retrocedí unos pasos colocando mi brazo firme delante de mí, con el Capturador a punto. O eso quería que pareciera, pero no era así. Me temblaba demasiado el pulso y la respiración se me entrecortaba. Aquello me empezaba a asustar, no iba a mentir. Desconocía qué era lo que se estaba moviendo a mi alrededor... ¡Y no me iba a quedar para averiguarlo!
Cuando iba a emprender la carrera hacia cualquier lugar más seguro, me topé con una empinada rampa hacia abajo, con algunos matojos de hierba, pero en su gran mayoría arenosa. No veía su final, puesto que aquel bosque era más espeso de lo que creía y tampoco había muchos puntos de apoyo en los que ayudarme para descender. De repente, me sobresalté al oír de nuevo ese crujido. Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza y no pude pensar en nada más. No tenía otra opción y no iba a dudar ni un segundo más. Respiré hondo.
"Esto es otra de mis ideas...y no acabará bien, lo sé" Me decía, como auto-convenciéndome de que diera marcha atrás, de que buscara otro camino más seguro, pero... ¡Ni en broma! Con esa cosa rondando por ahí... ¡No! Después, solté todo el aire que había acumulado.
-Sayonara... "cosa"- Dije decidida, y agarrándome a una especie de liana bastante robusta, fui descendiendo de salto en salto. Era lo más ingenioso que se me había ocurrido.
Mientras bajaba nerviosa la cuesta, clavando fuertemente mis pies en la arena, aquella cosa supo vénganse bien de la dichosa frase de despedida. Lo único que alcancé a ver, fue como unas garras, rápidas y brillantes, cortaban de un manotazo la liana en la que me sujetaba y caí de espaldas antes de que pudiera reaccionar. Intenté agarrar con fuerza un matojo de hierba, que no pudo soportarme más de tres segundos y poco después, volví a aferrarme a una piedra de tamaño considerable, apretando los dientes a causa del esfuerzo. Ahora que estaba más estable, podía permitirme pensar más despacio.
Miré hacia abajo y me aseguré de que no quedaba mucho para llegar abajo. Unos pocos metros más y acabaría con esta locura, por fin. Me fijé en mis brazos, tenía unos cuantos arañazos, pero nada más que eso, aunque me importaba más quién o qué hubiera cortado intencionadamente la liana en la que me apoyaba... ¿Por qué lo haría? Estaba claro que para nada bueno.
Genial, alguien más que quiere deshacerse de mí a la lista. No le di más vueltas al asunto y aprovechando que tenía cerca varias piedras, me encaramé a cada una de ellas y en poco segundos, ya estaba en suelo firme. Suspiré aliviada. Todo parecía demasiado real como para que fuera un sueño... ¿Seguro que lo era? Había empezado a dudar.
Me sacudí el polvo y caminé unos pasos más, pensando en dónde podría estar quizá la salida, pero no pasó mucho hasta que, otro ruido, como un gruñido, me alertara haciendo que esta vez por instinto me lanzara a correr bosque a través, apartando las ramas deprisa sin fijarme siquiera por donde pisaba. Al cabo de unos minutos de carrera, tropecé con una piedra del camino que me hizo caer al suelo y "rodar" un par de metros más hacia adelante. Estaba empezando a odiar las piedras.
Volví a levantarme del suelo. Creo que había recorrido mas camino rodando que caminando normal. Y tampoco lo iba a negar ¡Siempre acabo tropezando!
Miré hacia delante ¡Había un extraño árbol en el centro del claro! Me acerqué hacia él y puse una mano rozando su tronco. Pero lo que realmente me llamaba la atención era su forma; estaba enrollado sobre sí mismo, como una trenza, desde sus raíces ligeramente más anchas, hasta dos o tres ramas únicas, finas y con pocas hojas que ascendían hasta unos 2-3 metros.
Volvió a soplar el viento, trayendo consigo ruidos y olores. Sonaba como...como si por allí cerca estuviera discurriendo un río, o tal vez un mar tranquilo, porque además, el aire olía a humedad salada. Ya tenía una pista más. Estaba en un lugar cerca del mar, posiblemente una Isla. Era todo un misterio.
"Vale, la siguiente pregunta es... ¿Cómo he llegado hasta aquí? O... ¿Quién o qué me ha traído?" Pensaba para mis adentros mientras me dejaba caer en el suelo, sentada y con una mano en la barbilla, "Podría haber sido esa cosa que ha intentado sabotear mi huida... siendo Ranger, puedes despedirte de tener amigos de confianza y a decirle hola a los enemigos a raudales. Pero me intriga mucho este lugar...Un árbol misterioso, una isla recóndita, algo que me persigue...¡Esto es de locos!"
Me puse ambas manos en la frente, levantándome ligeramente el flequillo, nerviosa "¿No será un sueño?" Para comprobarlo, no hice más que pellizcarme y enseguida emití un gemido de dolor "¡Ay! ¡Definitivamente no es un sueño! Pero entonces...¡Jo! ¿Pero por qué me meto en estos líos?" Apoyé de nuevo la cabeza entre mis manos, con la espalda apoyada en el tronco del árbol "¿Pero cómo salgo de aquí, entonces...?"
No llegué a terminar la pregunta. Un crujido de hojas, seguido de unos pesados pasos y unos palos rotos, me alertaron de sobremanera. No era un Pokemon inofensivo, tampoco uno volador y mucho menos una persona (¡Quien iba a estar allí!) Se notaban como...pasos de roca, sí...como ladrillos pesados. Sin pensarlo dos veces, me oculté entre las grandes y numerosas raíces del árbol y allí esperé, encogida de brazos y piernas, mirando el exterior con cautela por una pequeña rendija. Lo que fuera "aquello" se estaba acercando...poco a poco...Tragué saliva y respiré hondo al ver de qué se trataba...
¡Los Sableye! ¿¡Pero qué hacían aquí?! ¿¡Qué buscan?!
"Es obvio ¿no? Ya lo oíste (...) te buscan a ti"
Mi subconsciente me respondió. Confusa y sin saber qué hacer, solo pude encogerme más, esperando que se fueran. Podría hacerles frente, eran solo cuatro y anteriormente me había enfrentado con éxito a más de veinte, pero el Capturador no funcionaba con esos Pokemon (Por raro que parezca) y tampoco tenía ningún objeto a mano que pudiera aprovechar. Mi mente impulsiva tampoco podía pensar con claridad. Estaba bloqueada.
Tragué saliva de nuevo al ver que los Sableye se acercaban, como escrutando algo en la niebla nocturna que empezaba a formarse. Intenté tranquilizarme, respirar más lento y no moverme ni un milímetro. Cada vez estaban más cerca pero no parecían darse cuenta de que estaba escondida en el árbol, por suerte. Un momento de silencio. En aquel momento solo podía escuchar el latido de mi corazón. Entonces, oí que murmuraban unas palabras y agudicé el oído:
-¿No la habías herido? –Preguntó uno, notablemente enfadado.
- ¡Pues claro! Yo mismo corté la liana en la que se apoyaba y cayó rodando un barranco de piedras ¿Saldrías tú ileso de esa?
- ¡No te excuses! Esa chica no es normal, con trucos tan viejos solo perderemos tiempo...y ya sabes lo enfadado que está últimamente el Sr. Dusknoir...No conviene hacerle enfadar con nuevos fracasos.- "¿Sr. Dusknoir? ¿Sería ese mismo Dusknoir el jefe de esos Sableye y el mismo que quería quitarme del mapa? Qué raro..."
-¿Y qué quieres que hagamos?- Preguntó el cuarto, serio.
- ¡Seguir buscando, por supuesto!- Ordenó el tercero, que se había auto-proclamado el líder de la patrulla.
Suspiré. En parte, me había quitado un gran peso de encima "No se han percatado en mi presencia...iufff...empezaba a pensar que estaba perdida..."
???: ¿Y quién ha dicho que no lo estés?
Oí una siniestra voz a mis espaldas y noté como un escalofrío seguido de una sensación de sudor frío, me recorría el cuerpo. Miré hacia detrás sorprendida.
-¿¿Queeé?? ¡T-tú...! –Exclamé entrecortadamente, olvidándome por un momento de los Sableye.- ¿¡Eres...D-dus...Dusknoir!?
- Exacto, tu peor pesadilla.
No pude salir a tiempo de mi escondrijo y al notar esto, cerré los ojos fuertemente. Cuando los volví a abrir estaba a unos dos metros del suelo, flotando. Confusa, moví los brazos y las piernas desesperadamente, intentando zafarme de lo que fuera que me estaba cogiendo del chaleco. Al ver que era inútil, me crucé de brazos. Giré la cabeza hacia atrás y vi la gran "mano" grisácea de aquel Pokemon que extrañamente hablaba, pero ya poco me importaba eso, había oído a tantos que ya me parecía hasta una cosa curiosa y normal.
-¡Abrid el Agujero Dimensional! El Señor Dialga estaba en lo cierto, hoy sería el día. –Sonrió maliciosamente con la boca de su tripa.
- ¿¡Quién es el Señor Dialga?! ¿¡El día de qué?! ¡Responde! –Exigí, retorciéndome como un gusano.
- Eso a ti no te incumbe, después de todo en apenas unas horas ni siquiera existirás, no te hace falta saberlo.- Y empezó a carcajearse como si de un gran chiste se tratara.
- ¿Ah, sí? ¡Toma esta! –Intenté atinarle una fuerte patada, pero cuando mi pieestaba a dos centímetros de alcanzarle, este rápidamente atravesó el negrocuerpo del fantasma, lo que provocó que se riera todavía más.
- ¿Esa es tu mejor jugada? ¡JAJAJA! No nos costara tanto trabajo deshacernos dealguien como tú, después de todo.
- No me subestimes saco de gas podrido. –Repliqué con una mueca burlona-¡Suéltame ahora!
Y repetí la acción anterior. Pero antes de hacerlo, me dicuenta de que ocurriría lo mismo y desistí de la idea." ¿Cómo salgo deesta...? No puedo tocarle y tampoco es que haga mucho moviéndome como un gusano,salvo agotar su paciencia. Además, no me gusta nada lo que están haciendo esosSabeye...nada de nada"
En efecto, mientras pensaba desesperada qué cosa podría hacer para salir deaquel lío en el que, sin saberlo, me había metido, los Sableye se habíanjuntado en coro formando un círculo y mirándose fijamente unos a otros,cogidos de las garras. De repente, sus gemas rojas empezaron a brillar y en unpocos segundos de ellas salieron unos brillantes haces de luz del mismo colorque se juntaron en el centro del círculo, produciendo un resplandor aún mayor yformando una especie de remolino que giraba lentamente sobre sí mismo y era deun color azulado oscuro, muy oscuro.
No tenía ni la menor idea de qué era "eso" o de a dónde llevaba, pero tampocome iba a quedar de brazos cruzados para averiguar ambas preguntas. Y desdeluego, la sonrisa siniestra que permanecía en las caras de esos bichejos mereafirmaba esa idea. Tenía que salir de allí como fuese ¿Ideas "geniales" dóndeos metéis cuando os necesito?
No lo voy a negar, estaba asustada ¿Quién no lo estaría? Y tenía que darmeprisa a pensar en algo rápido, antes de que el miedo consumiera del todo lapoca tranquilidad que me quedaba o antes de que aquellos Sableye terminaran suritual y me arrojaran a ese vórtice que llevaba a quien-sabe-dónde. Sidesesperaba estaría todo perdido definitivamente. Así que, como estaba libre debrazos, me masajeé el puente de la nariz para tranquilizarme un poco y suspiréhondo. Comencé a darle vueltas a la cabeza.
Al cabo de unos segundos ya parecía un Psyduck con un terrible dolor de cabeza. Lo único que había sacado en claro es que, dado que solo me separaban de suelo dos o tres metros, no tenía por qué preocuparme de caer. Segundo, que mientras los Sableye estuvieran entretenidos tendría un valioso tiempo para escapar y tercero, si lograba herir un poco a Dusknoir podría escapar bosque a través sin preocuparme por ser perseguida. Solo quedaba averiguar cómo zafarme de su agarre...Si tan solo pudiera...¡Oh, esa es mi especialidad! Sin más, me giré y con la cara mas inexpresiva que pude fingir dije:
-Eh, tú...-Quise parecer tranquila. Enseguida me lanzó una de esas miradas asesinas que te hielan la sangre. Tragué saliva y sin amedrentarme, solté.- ¡Toma esa! –Y cogiendo una piedra de uno de mis bolsillos (Por suerte había cogido unas cuantas antes, en el barranco) se la lancé directa a la "boca" de su tripa con un puntapié. Sorprendido, soltó el agarre, dolorido, y caí al suelo en una maniobra. Sin perder un segundo, me incorporé y una alegría enorme me inundó ¡Por fin estaba libre!
- ¡Serás...! ¡Insolente! –Exclamó enfurecido y empezó a cargar energía en la boca de su tripa, que ya empezaba a parecer otro vórtice oscuro.- De todas formas, el orden me da igual. Eliminarte aquí, ahora mismo, y llevarte al futuro, que llevarte y eliminarte allí ¡Se acabó para ti!- La bola se hizo más grande y como si de un rugido se tratase, la lanzo hacia mí, veloz como un rayo.
¿Se había acabado...?
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top