Recuerdos brillantes
Ya habían pasado 20 minutos, 20 largos minutos, pasando siempre por el mismo paisaje. Nubes de distintas formas y texturas que con un poco de imaginación se convertían en monstruos gigantes de gran cabeza o pájaros extraviados en una violenta tormenta, rienda suelta a la imaginación. El viento era flojo con dirección norte, favorable para el vuelo de nuestros Staraptors que planeaban sin esfuerzo alguno sobre las tranquilas corrientes de aire lo cual se asimilaba mucho a una suave montaña rusa. Cuando ya se enderezaron un poco decidí hablar. Sentía esa incomodidad asociada al silencio.
-¿Y bien? ¿Qué tal la vuelta a Almia? -Pregunté curiosa, con una sonrisa en el rostro.
-Supongo que bastante bien ¿Sabes? Nada más cruzar la costa de la región me dirigí a la Escuela Ranger ¿Te acuerdas? Y... ¡La casa del árbol sigue en pie! -Exclamó eufórico.
-¡Guau! Eso es increíble, sabía que aguantaría mucho tiempo -Sonreí con alegría alzando los brazos.- Me reía muchísimo al recordar al Sr. Óseo corriendo y chillando detrás de nosotros por patinar en el suelo recién encerado de los viernes en la escuela y aquella vez que se chocó con la puerta del profesorado ¡Eso sí que fue divertido! -Reí.
-Pero eso no fue todo ¡Hasta me dejaron entrar en nuestra antigua clase! Que recuerdos ¿eh? -Dijo en tono risueño.
-Si...¿Y cuando nos conocimos? Vaya, eso si que fue casual ¡y muy gracioso!
-Pues claro que sí, pero ciertas personas resultaron heridas ¿sabes? -Bromeó, acariciándose la espalda fingiendo dolor.
-¿Tienes los huesos en su sitio después de aquello. Hmm? –Pregunté burlona.
-Vale, tal vez exageré un poco -Rió, colocando las manos de nuevo en el cuerpo plumoso de su Staraptor.
-¡Tengo una idea!
-Si es una de tus famosas y geniales ideas, no quiero participar...
-¡Que no! Que esta no es así...¡Espera, ya te lo han dicho los Ranger de la Unión! ¿verdad?
-Bueno...un poco -Sonrió nervioso, colocándose la mano detrás de la cabeza con una gota de sudor en la frente.
-Buenoooo,...la idea es ¿Qué tal si refrescamos la memoria con esos momentos? -Dije entusiasmada poniendo las palmas de las manos juntas. La verdad es que echaba de menos hablar con él.
-Por mí vale -Sonrió ampliamente Ben. Carraspeé un par de veces para aclarar la garganta y obtuve un tono narrador con el que empece el relato.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
"Era un día de verano. El sol brillaba cálidamente en su parte más alta, signo del mediodía, el cielo despejado dejaba fluir por su azulada superficie las numerosas nubes esponjosas que rodeaban aquella bóveda y el viento, motor de estas, era casi inaudible, salvo una pequeña brisa, que según los de la zona, era la voz del "Bosque". En una parte de Almia, en la zona mas profunda del bosque Vento dónde se extendía una llanura preciosa, un chico castaño miraba fijamente y cabizbajo su reflejo en el agua de un riachuelo de aguas claras. Parecía decepcionado, rendido.
Dio unos pasos atrás nuevamente tras varias veces, se disponía a saltar el cauce , cogía carrerilla para la acción pero cuando era el momento no saltaba, se arrepentía de la situación o le daba miedo si no lo lograba, no tenía seguridad en sí mismo y eso le hacía retroceder en su objetivo de superar su miedo, a la segunda vez ya ni siquiera lo intentó de nuevo, se sentía perdido, desilusionado, no lograba hacerlo ni comprender el porqué...Entonces, un anciano de apariencia amable le puso su mano en el hombro y sonrió tranquilizadoramente. El chico giró la cabeza sorprendido y la volvió a bajar tristemente al ver de quien se trataba.
-Abuelo -Susurró a la vez que una pequeña brisa de aire levantaba unas hojas verdes del suelo, haciéndolas bailar y desparecer en el aire. Tenia la mirada perdida en el agua, como preguntándose algo...sí, ese era su abuelo, su querido abuelo- N-no puedo hacerlo, yo quiero pero...yo no soy capaz de nada, soy un miedica...-Dijo sin levantar a penas la vista.
-¡No digas eso, Ben!-Exclamó su abuelo decididamente-A ver...-Se agachó colocándose una mano en la espalda cuidadosamente- He de decirte unas cosas. ¿Cuántas veces lo has intentado?
-Esto...dos o tres, creo...-Susurro mirándole a los ojos grises fijamente.
-Eso es. Escucha, nadie puede lograr algo a la primera, nadie pero tu caso no es ese ¿Verdad? Te sientes inseguro de ti mismo, no crees en la victoria, temes a la derrota y al futuro demasiado.
--Mira, te comprendo, pero es hora de que te diga una cosa "Puedes caerte una vez, otra y otra y otra, pero no debes rendirte, no debes quedarte sentado sin hacer nada, dando por hecho que ya no te puedes levantar, lo verdaderamente importante es levantarse tras la caída, reflexionar sobre los errores e intentar corregirlos y si no...sigue adelante con el ánimo en alto. Ya sabes que no es mas valiente el que no tiene miedo, si no el que los supera con decisión. Yo te apoyo. Pero recuerda...Nunca estas solo, siempre hay alguien a tu lado, así que ¡Hazme un favor y no creas nunca más que no puedes hacerlo o te sientes solo! ¿Vale?-Exclamó muy efusivo. El chico, lo miró con los ojos brillantes de emoción y una sonrisa que creció a segundos y entonces asintió rápidamente con decisión.-Así me gusta chico-Sonrió, apartándose de la trayectoria.
Entonces, Ben, volvió a coger carrerilla arqueando fuertemente las cejas con decisión y mirada determinante. Paso por al lado de su abuelo y justo cuando tenia que saltar miro por el rabillo el ojo a su abuelo, que lo miraba confiado y sonriente, entonces, se impulso con un pie y a la que volvió a abrir os ojos...¡Lo estaba haciendo! ¡Veía aunque fuera por pocos mili segundos como "volaba" por encima del rió" y acababa en la otra orilla sin percances con las rodillas encogidas conservando la posición con la que había saltado. Se levanto poco a poco y lentamente se giro hacia donde estaba su familiar, con una sonrisa que creció a momentos y una mirada incrédula pero victoriosa exclamó- ¡lo logré abuelo!
-Sabia que lo harías.-De repente se oyó una voz aguda que salía del interior de la casa de antes- ¡Ahí va, si ya es la hora de la merienda! La abuela debe de estar muy enfadada por no ir pronto a comer sus tartas...Te esperare en casa ¿Vale? Si no, temo que acabe peor.-Rió alejándose a mas velocidad de el sitio.
Entonces, en una parte cercana a allí, en el bosque...
-¡Espera, ladrón, espera!-Dijo una chica castaña de vestido rojo con lunaresblancos y ojos de color miel persiguiendo un Poliwag con un peluche de Pichu ensu boca. Gritó más de una vez que se lo devolviera pero envano, el Pokemon seguía corriendo bosque a través con el muñeco a cuestas,saltando por doquier a toda velocidad. La niña cayó un par de veces al suelopor culpa de unas raíces pero se levantó con rapidez quitándoseel polvo de encima y retomando con fuerza la carrera desesperada.
Tras minutosasí, por fin, el bosque dio paso a un rio en el cual se metió y nadó hasta laotra orilla en un santiamén, dejo allí al Pichu y tras un gesto burlón dirigidoa la chica, éste, salió pitando y se escabulló entre la espesura de unosmatorrales. La niña le cogió alcance, pero ya era demasiadotarde...recuperó con dificultad el aliento - ¡Oh no! Lo he perdido...otravez-Dijo desilusionada dando una patada al aire con fuerza, en eso estaba,cuando por el cansancio, perdió el equilibrio y cayó directamente al duro yverde suelo haciendo un ruido ahogado.-¡Ayyy!-Exclamo dolorida, guiñando un ojocon fuerza.
Entonces pudo ver como un Spinarak que colgaba de un árbol boca abajose reía de ella y su accidental caída. Enfurecida se levanto de golpe y alzandoun brazo recriminó su comportamiento. El Pokemon le lanzó una telaraña a la cara en tono de burla. Laniña se quejó una vez más, se quitó la pegajosa red y pataleó una vez el suelo enfadada. El bicho le sacó burla de nuevo yhecho a correr por la ribera del rio.
Esa fue la gota que colmo el vaso. La pequeña salió en su persecución sin dudarlo, casiechando humo por las orejas. La carrera resultó corta pues, al girar una esquinade un árbol, el terreno dio lugar a un pequeño desnivel que hizo tropezar a lachica y rodó hacia abajo hasta que encontró en su trayectoria el tronco de unárbol caído que la paró...pero no de una manera muy ¿Delicada? Chocó contra él yno pudo evitar gritar dolorida mientras se palpaba la nariz que había adquirióun suave color rojo. Se sentó a espaldas del tocón y se disponíaa marcharse cuando oyó unas extrañas voces muy cerca de allí. Se alzó un pocopor encima de su escondite camuflado para echar un vistazo.
-¡Vale! Ahora hay que volver a hacerlo, como antes ¡Adelante!-Exclamó un chico castaño más o menos de la misma edad, con el pelo hacia arriba. Cogió carrerilla y saltó en un instante elcauce del riachuelo. Claro, podría parecer fácil, pensó la chica, para losmayores ¡Pero para alguien como ellos era todo un reto! Se giró hacia donde ellaestaba creyendo ser vigilado, entonces la chica se escondió de nuevo. Suspiró,por poco casi la descubre...Volvió a girarse y se quedo mirando las aguastranquilas del rio.
-Ufff....casi. -Murmuró la niña sentándose entre las raíces de otro árbol. Volvió a abrir los ojos y lo que vio ante ella no fue de su agrado ¡Spinarak había vuelto! Se abalanzó sobre ella y se colocó encima de su cabeza mordisqueándole el pelo-¡Ahhhh!-Exclamó asustada, después de tener un escalofrío y corrió sin darse cuenta hacia el chico que seguía ajeno a lo que pasaba a su alrededor y a lo que pronto sería un...
¡¡¡PLAFFF!!!
¡Toma golpe en toda la jeta!
Los dos chicos cayeron al suelo por el impacto, uno a cada lado del césped. Poco después Ben se levantaba de un sobresalto con una mano en la frente y unaexpresión de sorpresa en el rostro. Cerré los ojos dolorida mientras me frotabala frente levemente y después de unos segundos miré hacia arriba. No pudeevitar sorprenderme al ver que había chocado con una persona desconocida...pero, espera....¿Me estaba tendiendo la mano? Eso no es muydesconfiable...Sonrió amablemente, cerrando los ojos por un segundopara dar una apariencia mas cercana, insistiendo la ayuda. Sacudí la cabezapara apartar mi asombro y acepté el ofrecimiento lentamente, como si no mecreyera que estaba pasando.
-¿Estas bien?-Preguntó preocupado, viendo como el Spinarak se marchabaasustado.-Perdona, no me presente, yo soy Verán, pero todos me llaman Ben-Rió.- Ha vuelto a hacer de las suyas ese bichejo travieso ¿Eh?
-S-si, creo que sí -Tartamudeé.- Yo soy Brisa,encantada-Sonreí con un entusiasmo sobrenatural, pero enseguida bajé la cabeza-Disculpa, fue culpa mía...bueno de ese Pokemon espera...¡¿Es tuyo!? –Exclamé enfadada acercándome mas.
-¡Cla-claro que no! -Consiguió excusarse ante mi tono amenazador, mostrando laspalmas de las manos alzadas.-Ese es un Pokemon Salvaje que no para de hacer bromas a la gente.
-Ups...supongo que te malinterprete.- Me alejé un poco.
- No pasa nada, es normal, no vive aquí nadie en metros a la redonda salvo elpequeño Pueblo de Ventopolis.
-Si, precisamente yo vengo de allí. -Sonreí.
-¿Ah sí? ¿Y qué te trae por aquí? -Preguntó curioso-Digo, es muy raro que vengaalguien aquí, esto es mas solitario que un Camerupt en una isla desierta.-Bromeó, sonriendo de oreja a oreja. Aquel chico era algo extraño...pero mecaía bien.
-Pues...-Señalé la otra orilla del rió- Un Poliwag me robó un objeto muypreciado ara mi, lo perseguí por todo el bosque pero se escapó a nado por elagua y dejó en el suelo mi ... cosa -Dije un poco vergonzosa de decir lo que enrealidad era. Ben pareció comprender.
-Yo te ayudaré a recuperarlo. -Dijo decidido colocándose una mano en la frente,como los sargentos. -Además, con suerte por fin pueda recuperar un juguete queesa banda de Pokemon ladrones y traviesos del bosque me robaron una vez.
-¿Y cuales son esos Pokemon? La verdad es que no parecen tan....temibles.
- Fácil, tienes muy mala suerte al haberte cruzado con dos de ellos en un pocotiempo -Sonrió sarcástico- Spinarak, el bromista, siempre esta haciendo travesurasa los turistas o personas que vienen a visitarnos o simplemente dan una vueltapor el bosque, por eso poca gente se aparece por aquí por temor a ese bichejo.Poliwag, el ladrón terrestre y acuático, siempre esta robando y cogiendocualquier cosa que le parezca interesante y Murkrow, el "cerebro"ladrón de objetos brillantes y dorados, guarda sus "tesoros" en suguarida y si alguien se acerca, lo ataca.
-Oh, oh...-Murmuré dramática, pensando que mi peluche era enterito de amarillo-En la que me he metido...
-¿Decías algo?
-Oh, nada, nada -Dije nerviosa.
-Uhm...Vale. -Afirmó sin darle apenas importancia - ¿Te gustaría que fuéramoslos dos en una misión? -Exclamó entusiasmado.
-¿...Misión?
-Si, claro. Se llamará "Recuperar los objetos robados." ¿Qué teparece? Y nosotros dos seremos como espías -Dijo emocionado imitando laspelículas.
-Pues claro que me apunto. -Sonreí entusiasmada- ¿Y dónde está? ... digo, ¿Hayalguna pista? -Estaba entusiasmada, aunque el nombre de a misión no fuera elmas original. Nos tomaríamos aquella situación como un juego.
-Si, hay que cruzar el rio y al otro lado hay un árbol hueco donde según dicenguardan allí todos sus objetos mangados, según dicen, aunque cabe laposibilidad de que solo sea un rumor falso. La gente a veces habla sin saber.-Dijo aportándole a la frase un tono narrador.
- Bien, te ayudaré también -Dije contenta- El problema es...no se nadar y me damiedo...saltar. -Dije entrecortadamente algo avergonzada. Vaya...escuché a suabuelo pero no sabía como interpretarle...
-No pasa nada. -Rió- Saltaremos de la mano y te ayudaré ¿Vale? No hay que temeral resultado, solo pensar y mirar en el futuro y su en adelante- Sonrióamablemente, recordando las palabras de su abuelo. Parece que habían tenido unfuerte impacto en su conducta. Entonces, me percaté de un detalle. Ups.
-Por cierto...debo pedirte disculpas por dos cosas jeje...Antes oí la conversaciónque tuviste con tu abuelo, y, aunque sigo teniendo algo de miedo...¿Podríadarte un consejo? Es como un intercambio de consejos. -Sonreí con una gota en la cabeza. Quería ayudar a mi nuevo amigo.
-¿L-la escuchaste? -Retrocedió, sorprendido y algo sonrojado.- Uh...claro, porqueno.
-"Pase lo que pase no te rindas, con emoción,voluntad y sabiduría es posible conseguir lo que te propongas."
-Vaya, eso ha sido precioso.
-Lo leí en un libro de leyendas, donde habla de Mesprit, Azelf y Uxie, los Pokemon legendarios. -Dije orgullosa.
-Los nombres suenan muy emocionantes...¡Eh, tengo una idea! Cerca de donde vamos a ir hay un lago, a lo mejor encontramos a alguno de ellos y los conocemos!-Exclamó ilusionado con los ojos haciéndole chiribitas y los puños alzados a la altura de su barbilla sonriente. Bueno, he oído que los Pokemon legendarios son difíciles de ver...¡Pero a lo mejor tenemos suerte!
-¿Cómo sabes que viven en lagos?
-Mi abuelo es un apasionado de las leyendas Pokemon y siempre me las cuenta. -Sonrió- Bien, las damas primero. -Rió, dejando que caminara primero hacia el río, lo que no pude evitar sonrojarme. Aunque en el fondo sabia que estábamos retrasando el salto porque nos daba demasiado miedo.- Vale ¿Y ahora?
-Muy fácil ...-Dijo serenamente- ¡Salta! -Exclamó de improvisto para mi, cogiéndome de la mano y empujándome para hacer el salto. Fue tan sorprendente que...Cerré los ojos en el preciso momento en que lo hizo por miedo y no paré de desear que aquello acabara pronto.
-¿Hola? Ben llamando a Brisa ¿Estás con nosotros? -Dijo riendo, imitando la voz a través de un Walkie Talkie. Ya sentía mis pies de nuevo en tierra y al escuchar su voz abrí los ojos de nuevo. ¡Menudo susto que me había llevado!
-¿Y-ya está?
-Claro, si no, ¿Dónde crees que estaríamos?-Bromeó- Me crucé de brazos y bufé.
-Al menos podías haber avisado.
-Los siento -Sonrió nerviosamente.-Pero si te hubiera avisado...¿Crees que hubieras saltado tú sola? -Arqueó una ceja.
-Pues...-Pensé un poco, rascándome la cabeza- No, no creo. -Rei.- Bien, espía Ben, ¿Por dónde vamos ahora? ¡La aventura nos espera!-Dije adoptando un tono de voz mas grave.
-Al oeste, espía Brisa -Agrabó la voz también, haciendo el saludo típico de los militares de las películas- Rumbo a la guarida del ladrón.
-Hecho.
Fuimos remontado el curso del río por su orilla, el camino más corto, ya que según Verán el prado donde se encontraba aquel árbol centenario estaba a las riberas de aquel mismo arroyo, y caminando tranquilamente llegamos a una especie de barrera espinosa conformada por un montón de zarzas entrelazadas entre sí y que no dejaban pasar. Intentamos revisar cualquier agujero por dónde traspasar aquella muralla natural pero fue inútil, era imposible franquearla sin salir muy, muy, mal de la acción. En ese momento Ben levantó el dedo índice tras un grito, tenia una idea. Brillante, al parecer.
-Soy toda oídos.-Sonreí.
-Pues...es arriesgada pero resultara, estoy seguro. Hay que pasar por esas rocas sobre salientes del agua ¿Las ves?-Dijo señalando unas piedras algo planas que asombrosamente parecían formar un camino hacia la otra orilla y de nuevo a la parte contraria del obstáculo. Salto a la primera de ellas y extendió de nuevo la mano, ofreciendo su ayuda.-¿Confías en mi? La corriente era bastante en esa parte del río y la superficie de aquellos pedruscos era húmeda y un poco mojada...tenia miedo de resbalar pero...Mire hacia el rostro del chico que sonreía, no se por que pero confío ciegamente en que no pasara nada, en Ben, seguro que resulta ¡Claro que si! Sonreí amablemente y cogí su mano.
-Como nunca.-Sentecie, antes de dar un gran salto hasta donde estaba él. Era lo bastante amplia como para caber los dos pero eso no seria eternamente, teníamos que seguir y no hubo mejor forma de motivar el desesperado movimiento que lo que propuso.
-¿Una carrera?-Preguntó divertido.
-Como no.Pero voy a ganar. -Reí.-Preparados...en sus marcas...
-¡¡Ya!! ¿A qué no me coges? -Exclamó saltando de piedra en piedra con una agilidad asombrosa.
-¡Hey! Ya veras cuando te pille -Reí alegre, siguiendo sus pasos. Era difícil mantener el equilibrio en aquellas rocas por lo que una vez casi pierdo el equilibrio pero por suerte o por desgracia, al ver a un Basculin azul saltar hacia mi, justo cuando estaba a punto de caer, me reafirmó las ideas y del susto corrí a toda velocidad recorriendo todo el terreno. Al llegar al tramo pactado, me senté de golpe y suspiré agotada. ¡Que manía con la terapia de choque! Poco después llego Ben.
-¿Y esa inesperada puesta en marcha a que se debe? Vaya, por poco te confundo con un rayo.-Dijo asombrado.
-No preguntes por un Basculin que me ha metido un susto tremendo...-Susurré alto recuperando el aliento.
-Esto...vale, ya lo has dicho.-Me di una palmada en la frente al darme cuenta de mi ignorancia y la tontería que acaba de hacer.
-Déjalo...¿Seguimos?-Dije esquiva, pero sin dejar de sonreír. De alguna manera me sentía genial y hasta me divertía mi metedura de pata.
-Ajá-Asintió con la cabeza-¿Por cierto, a que se debe esa palmada?-Preguntó curioso caminando delante.
-Es mi forma de decir "Metedura de pata suprema."-Reí, lo que al cabo de medio segundo se convirtió en compartido. Seguimos caminando un buen trecho y cuando estábamos a punto de arar a descansar un poco, avistemos un árbol de gran altura y al retirar unas hojas de palmera enormes pudimos ver con los ojos brillantes e la emoción como aquel enorme roble antiguo se erguía bajo la luz anaranjada de un atardecer inminente rodeado de un florido campo multicolor acariciado por la suave brisa del viento.-Vaaaaaya-Dije asombrada.-Es impresionante, casi irreal-Giré sobre mi misma un par de veces para contemplar aquella explanada tan linda.
-Ya te digo-Exclamó sorprendido-Nunca pensé que fuera tan...asombroso,-Se quedó unos momentos callado- Siempre había imaginado que seria un lugar lúgubre, sin vida, en un árbol muerto y rodeado de tierra negra pero nunca pensé que seria así.
-Es normal, yo también pensé que seria un sitio horrible pero, al ver esto...me quedo sin palabras-Charlemos un poco mas mientras caminábamos y en pocos minutos llegamos hasta aquel robusto y alto roble centenario. Los dos admiramos lo que teníamos arriba con incertidumbre. Esto...¡Esto es enorme!
-Como para subirse ahí...-Retrocedió Ben- Ehmm...¿Lo echamos a suertes?-Trago saliva nervioso.
-Venga, seguro que no es para tanto-Reí, pensando en cosas positivas a pesar de que yo también estaba algo preocupada. Al parecer Murkrow no estaba en el hueco del árbol lo cual era todo un punto a favor y si se tenia cuidado no pasaría nada. Tenia un plan, uno de nosotros se podía quedar abajo por si el otro necesitaba ayuda y así todo seria mucho mas seguro, al menos en parte. No tardé ni un milisegundo en comunicárselo a mi compañero de aventura.
-No esta mal, ingenioso incluso, al fin y al cabo somos un equipo de espías en plena misión ¿no?-Sonrió confiado-Bien, una, dos y ...¡TRES!
¡Piedra!
¡Tijera!
-¡Bien, he ganado!-Exclamó eufórico, después se percato de mi presencia y situación y se corrigió - Digo...oh no, que mal ¡Estarás bien, lo se!-Dijo esquivo- Vale, fuera de bromas, en serio, ten cuidado ahí arriba, yo esperaré y vigilaré desde aquí ¿Vale?
-(Para tí es fácil decirlo) Valeeee...si lo hago de prisa no pasara nada.
-No te preocupes, yo te apoyo desde aquí así que no temas –Gritó desde su posición Ben. Asentí y fui trepando de rama en rama poco a poco y siguiendo sus instrucciones hasta que llegué a una rama mucho mas ancha en la que en su comienzo tenia un gran agujero oscuro. Hice señales de que me esperara y me metí dentro.
Un escalofrío me recorrió de punta a punta al tocar una enorme telaraña que se resquebrajo al tocarla. Suspire ya mas tranquila y busque casi a tientas , excluyendo una luz que venia del exterior algo de color amarillo. Allí había de todo tipo de cosas dese joyas, collares, juguetes y piedras hasta vidrios, botellas, platos y todo tipo de frutas algo pasadas, aparte toda aquella porquería y en un corto tiempo encontré encima de un montón de juguetes a mi querido Pichu.
No pude evitar darle un abrazo...cuando algo que brillaba me llamo la atención, eran dos especies de cajas rojas y azules. Me preguntaba que podían ser, cuando casualmente y por pura curiosidad les di la vuelta ¡A-allí había un nombre!- Verán –Leí en voz alta ¡Es de Ben! No hay duda esto es lo que buscaba. Para ser sincera me extrañaba tener tata suerte...esto no puede ser tan fácil, aquí hay trampa... Entonces un alarido me saco de mis pensamientos- ¿Qué pasa?-Grité algo asustada, saliendo fuera con todo lo que había encontrado en las manos, bien agarrados.
-¡Brisa, Sal de ahí cuanto antes!-Exclamó haciendo señas desesperadas.
-¿¡Pero qué pasa?!
-¡No preguntes, baja y corre! ¡Viene Murkrow!
-¡Oh no! Esto pinta mal...-Dije nerviosa caminando de un lado a otro de la rama. Me asomé de nuevo-¡Vale, ya bajo!-Justo iba a colgarme de aquella rama cuando un Pokemon de alas negras me picoteó la cabeza fuertemente. Demasiado tarde. Perdí el equilibrio y en un acto reflejo solté las manos para agarrarme a otra cosa pero era inútil no había nada cercano y así, flotando en el vacío estuve poco, muy poco, caí al instante.
-¡Oh no, Brisa!-Gritó desesperado, intentando cogerme- ¡Te tengo, te tengo, te tengo, te tengo...! –Se quedó parado un momento al darse cuenta de que iba directa hacia su cabeza-No...No te tengo.-Susurró antes de que cayera sobre él, sin darme cuenta y sin poder hacer nada de nada.
-Aghh...-Me quejé sacudiendo la cabeza un poco, guiñando un ojo dolorida. Asombrosamente la caída no había sido tan dura como imaginaba...¡Claro que no lo era! ¡Había aterrizado sobre Ben!-¡Ay, no! Perdona, ¿Estás bien?-Pregunté atropelladamente preocupada y me levanté de su espalda.
-No, no es nada, solo un par de huesos rotos y descolocados, pero lo demás fantásticamente.-Dijo sarcástico, incorporándose como pudo.
-¿Seguro? A mí no me lo parece, ¿eh?...-Susurré incrédula-Mira qué...¿A quién se le ocurre eso?-Puse los brazos en jarras con tono recriminatorio.
-¿Hubieras preferido darte de lleno en el suelo desde esa altura?
-Esto...Bueno, no...-Dije entrecortadamente algo tímida- P-pero, ¡No tenias que haberte lastimado tu también! ¿No crees?-Regañé, dándome la vuelta con los brazos cruzados sobre el pecho.
-Que estoy genial ¡Mira!-Dijo alegre colocándose delante de mi y le dio una patada a una piedra.- ¿Lo ves?-Sonrió. Seguí la trayectoria de la piedra con la mirada que se elevó más y más hacia el árbol y...huy, huy, huy, esto me da mala espina...Pasaron pocos segundos hasta que mi corazonada resulto cierta ¿¡Porque seré tan bocazas?! ¡La piedra fue directa hacia Murkrow, le dió en la cabeza y....¡Ay madre, qué viene super cabreado! Me quedé atónita señalando hacia las espaldas de Ben que seguía ajeno a lo que sucedía riendo divertido por mi expresión- ¿Qué pasa? Parece que has visto a un fantasma...
-Esto...Ben...c-creo que deberías ver eso...-Susurré lentamente, cogiéndole de los hombros y girándolo hacia el árbol. En cuanto vio acercarse a Murkrow a menos de dos metros gritó agitado y algo asustado:
-¡Corre!
-¿Por qué? -Pregunté.
-¡Por qué va a ser! ¿Quieres ser tortilla humana? ¡Corre y calla! -Exclamó desesperado. En un acto inesperado me agarró de la muñeca empujándome o mejor dicho "casi arrastrándome" mientras él corría por delante a toda velocidad.
-¡Vayamos al bosque, allí no podrá pasar! -Grité incorporándome de pie por fin y retomando la carrera por mi misma.
-¡Buena idea! ¡¡Agárrate!!
-¿Por? -Pregunté sumamente extrañada. Pero siempre que lo hacía...acababa de una manera no muy delicada.
-¡Por esto! -Exclamó antes de dejarnos caer por una empinada pendiente a través de los arbustos como si fuera un tobogán. Tuvimos que cerrar la boca y los ojos fuertemente, si no queríamos desayunar demasiado pronto. Después de un tiempo bajando de esa forma por la ladera...Iba a quejarme cuando nos chocamos de narices contra un tronco ancho de un árbol que frenó nuestra caída pero...
- ¡Ay, que dolor! -Exclamé frotándome la cabeza suavemente mientras me ponía de pie a instante.- ¿D-Dónde está Verán? -Miré todos los lados y al fin en la derecha lo vi y no pude evitar reír, aunque luego puse mi mano para reprimir una carcajada tremenda.
¡Y en menuda situación lo había encontrado! Había caído de cabeza en un espumoso matorral y se retorcía con fuerza para poder salir de allí, en vano. Lo agarré de los tobillos y mirando hacia atrás, estiré con fuerza cerrando los ojos ¡Ahí que ver, lo sujeto que estaba! Pero en un último empujón salió disparado cayendo al suelo.
Me acerqué corriendo preocupada. El seguía meneando la cabeza en círculos mareado.-¿E-estás bien?
-Oh si claro...espera. Nunca me dijiste que tenias una hermana gemela ¿Cómo se llama?-Dijo intentando tocar algo a mi izquierda, y digo algo porque no había nada, nada más que aire.
-Ehmm...Creo que necesitas un buen remojón en agua, alguien se ha dado un golpe muy fuerte en la cabeza...-Dije incrédula y seria, cogiéndolo de los hombros y arrastrándolo hacia la orilla del río cercano dificultosamente. Una vez allí, Lo metí dentro ¿Qué? No me miréis así, tengo compasión pero si no...¿Cómo queréis que se despierte? Vamos... Al rato de tirarlo saco la cabeza como si hubiera despertado de una pesadilla y salió como un cohete del agua sentándose al lado de un árbol con las rodillas encogidas como si hubiera visto algo siniestro.
-¿Pero que de qué? -Exclamó exaltado.
-Esto...estabas más allá que aquí e intenté reanimarte -Sonreí intentando quitarle importancia para que no se enfadara. Hizo movimientos con las manos y brazos entrecortados como queriendo golpear algo y tras suspirar se calmó.
-No pasa nada. Pero hay mas formas de despertar a alguien que tirarle a un río...- Sonrió ya mas sereno.- ¿Hemos escapado?
-¡Vaya si lo hemos hecho! Ni rastro de ese pajarraco -Reí divertida- Por cierto...-Dije pensativa, sacando as cajas de mi bolsa roa colgada al hombro- ¿Estas dos cosas son las que buscabas? Mira, llevan tu nombre....o al menos eso creo - Sonreí cálidamente.
-Ufff...menudo peso que me quitas de encima. -Suspiró pausadamente sin oír el segundo comentario- Espera...¿¿¡¡Qué??!! ¿Los encontraste? ¡Esos mismos son! Los perdí hace muchísimos años...-Exclamó emocionado, agarrando las dos cajas con dificultad del nerviosismo y con los ojos con chiribitas. Al ver mi cara de curiosidad se explicó- Estos son mis Walkies Talkies, sirven para hablar a distancia ¡Como los espías de verdad!
-Wow, eso es genial. -Exclamé asombrada. Realmente nunca había oído ni visto hablar nada de ellos, aunque suena divertido.
-Tengo una idea. -Sonrió quitando una etiqueta con un celo pegado de una caja roja, lo extendió hacia mi mano y al ver que no entendía lo que quería decir dijo mas claramente- Te lo regalo. - Esas palabras y la sonrisa con las que las dijo me llegaron muy hondo, casi me emocionaron, no sabia que hacer, bueno, si, aceptarlos claro está para no herir sus sentimientos... pero era tan de repente...
-Y-yo...
-¡Ni pío! Así podremos jugar a los espías siempre –Rió divertido y me la entregó. Mire a la caja roja con curiosidad unos instante y después le mire de nuevo, sonreí a medias y asentí levemente.
-Si...
-Pues andando ¡Misión cum....! -No terminó la frase. Justo cuando dio un paso, una bandada de Murkrows pasó volando entre las copas de los árboles en dirección a nosotros y entonces supimos que ...
-¡Hora de correr! -Exclamé agitada corriendo todo lo que pude sin prestar atención a lo que me rodeaba, solo si Ben me seguía y todo recto, siempre adelante, sin pausa. Las pisadas fuertes a causa de la desesperada corrida creaban un fuerte eco a cada zancada y a pesar de que algunas veces cayó al suelo uno de nosotros a causa de las piedras del terreno nos levantamos con fuerzas renovadas y seguimos corriendo casi sin darnos cuenta de que los Murkrow ya ni siquiera nos seguían. Bosque a través fuimos un buen rato, asustados, pero sin perder la calma. Solo sabíamos que teníamos que correr y ya está.
Ya una vez fuera del bosque, en la orilla del río donde había empezado todo...
-Ufff...Por fin hemos llegado-Dije aliviada secándome el sudor de la frente sentada en la orilla del río.
-Ya te digo ¡Casi me da algo! -Bromeó riendo y se sentó a mi lado- ¿Ha sido una buena aventura eh? -Sonrió amable. Demasiado buena. El Sol ya empezaba a ocultarse, un hermoso atardecer empezaba a asomar por encima de las verdes colinas. Asentí con una sonrisa y mire de nuevo al cielo que comenzaba a cobrar un ligero color anaranjado y rojizo, como cobre. Así me mantuve unos minutos, en puro silencio.
-¡Ya sé!- Exclamo alegre, como si acabara de tener una idea. Entonces me cogió de la muñeca y me señalo impaciente una enorme casa de madera blanca, con un jardín muy bien cuidado y una silla mecedora a lado de la puerta.-¡Te invito a comer las tartas de mi abuela, son de arándanos y queso!-Dijo emocionado- Por faaaaa ¿Vienes? ¿si o sí también?
-Esto...no quiero molestar...
-¡Sí, te vienes! ¡Decidido! - ¡Qué energía la de aquel chico! De algún modo, lograba contagiarme un poco. Y salió a todo correr hacia la casa. Me encogí de hombros divertida y le seguí a paso más ligero.
En casa de los abuelos de Ben...
-¡Abuelo, la tarta se enfría! ¿Dónde esta nuestro nieto? -Pregunta agitada una anciana de pelo canoso recogido en un firme moño, de altura pequeña, cara amable y ojos sabios de color miel algo ocultos por las arrugas producidas a su avanzada edad.
-Mujer, ya te dije que el chico estaba en el río –Dijo sin preocupaciones un abuelo de más o menos la edad de la mujer de pelo blanquecino escaso, frente arrugada y complexión delgada.
-¿Cómo qué estaba, y ahora dónde se ha ido?
-No hay porqué preocuparse de eso, si no de otra cosa. -Dijo con una sonrisa cerrando el periódico que estaba leyendo y mirando por la ventana que tenía a su lado con mirada amable.- Tenemos una invitada especial.
-¿Ya estas otra vez con tus premoniciones sin pies ni cabeza?- Preguntó la ancianita recogiendo unos platos y poniéndolos en la mesa.
-Hazme caso, esta vez tendré razón.
-Bueno, si tú lo dices...Ahora hazme un favor y comete este cachito de tarta que se esta enfriando y me da pena que se tire. Ademas, no quiero que te conviertas en esqueleto demasiado temprano...-Bromeó la abuela con una sonrisita pícara.
-¿Eso ha sido una amenaza? -Le siguió la broma- Vale...pero solo ese trozo, ni uno mas, no quiero transformarme en una bola de bolos, en el pueblo y en la bolera no les falta –Rió divertido y tosió una vez a lo que rieron los dos abuelos. La casa se llenó de buen ambiente cuando un timbre sonó por toda la superficie. El abuelo se apresuró a abrir y no pareció sorprendido al ver a una chica castaña de vestido blanco y rojo, junto a Ben. Los invitó a pasar y cerraron la puerta.
Dentro todo era de lo más acogedor, un fuego de chimenea adornaba y calentaba un salón de madera con los típicos muebles rurales y una bolsa al lado de diferentes tipos de lanas. En frente un pasillo subía en escalera hacia la plata superior y la huardilla y a la izquierda se encontraba la cocina con la luz encendida y una tarta de aspecto delicioso encima de una mesa de metal con tapete blanco de puntilla. Ben y yo nos acercamos con curiosidad y asombro a ella y en ese momento apareció la abuela de Ben secándose las manos en su delantal de flores azules.
-¡Al fin! Parece que sí era verdad que teníamos visita- Sonrió amable ofreciéndonos una silla para sentarnos y cortando un trozo para cada uno- Llegáis justo a tiempo, por cierto, ¿Cómo te llamas pequeña? ¿De dónde vienes? - Se interesó. Se sentó en otra silla y el abuelo hizo lo mismo. Me sentía un poco incómoda ante tantas miradas pero el ambiente que introdujo la siguiente conversación animó todo de nuevo.
-¡Abuela! Que esto no es una comisaria, vas a asustarla y todo. -Rió el abuelo alegre.
-N-no si no pasa nada...m-me llamo Brisa, vivo en Ventopolis, me perdí...pero al fin recupere la cosa que me quitaron y Ben me ayudó y eso...
-No seas tímida. - Sonrió el abuelo como si no pasara nada. Entonces la abuela fue a colgar su delantal en una percha para después volver pero mientras tanto se acerco a mi oreja. - Es que la abuela puede resultar a veces muy...no sé, pero no te vamos a morder te lo aseguro...bueno si fueras una tarta tal vez pero no. - Bromeó y reprimí una risa. La abuela se sentó de nuevo en su silla.
-¿Estabas hablando de mí, abuelo?- Preguntó inquisitoria, pero nos guiñó un ojo.
-Esto...¡Oh, no, claro que no! Les decía que...¡Qué la tarta está muy buena!
-Pero si no la habéis probado aún...
-Es que...sé por experiencia que están tan ricas como la jalea de los Vespiqueen ¡Sí señor! ¿Podemos empezar?- Preguntó apresurado.
-¡Eso, eso, abuelita! -Le siguió Ben. Ella le despeinó levemente.
-Anda que...Tienes a quién bien parecerte ¿Eh? -Miró al abuelo divertida- Igual de impacientes...-Susurró cerrando los ojos y ladeando la cabeza lentamente- Parece que las únicas civilizadas aquí somos tú y yo pequeña. -Se dirigió a mí con una sonrisa- Y sin mas preámbulos...Preparados...en sus marcas...
-¡A comer! -Gritaron al unísono Ben y su abuelo cogiendo los tenedores de una manotada y comenzando a zampar como si no hubiera mañana.
No mentiré desde que entré me sentía algo cohibida ante aquellas nuevas personas pero inexplicablemente para mí, esa timidez se fue esfumando con forme las bromas alrededor de la mesa, las risas y más tarde las cálidas despedidas me fueron anunciando una amplia sonrisa que no comunicaba otra cosa que familiaridad y felicidad.
Al cabo de un par de horas...
-¡Estaba deliciosa!-Dijo satisfecho el abuelo frotándose la tripa ligeramente hinchada y riendo al instante.
-¡Lo mismo digo! -Lo imitó. ¡Hay que ver! Era la escena mas cómica que había visto en mucho tiempo.
- ¿Con que no queríais parecer una bola de bolos, eh? -Dijo la anciana divertida, arqueando una ceja. Entonces el abuelo recobró la compostura.
-No es eso, es que haces los más ricos postres de toda Almia- La abuela se sonrojó un poco y le quitó importancia al asunto- Y los postres compartidos con gratas visitas saben mas dulces- Rió.
-Sobre eso...¿Cómo es que sabias que iba a venir Brisa?
-Eso mismo quiero saber yo, señor..."soy el más sabio de los sabios."
-Esto...-Disimuladamente cogió un periódico y comenzó a leerlo.-¿Qué? Es que estoy leyendo una noticia muy interesante y no te he oído...
-Ajá...Y dime cariño ¿Qué novedades tenemos hoy sobre el tiempo?-Preguntó guiñando un ojo. Entonces lo miramos de nuevo y nos dimos cuenta de que...¡Tenía el periódico al revés! Era todo un farol...Reprimimos una risita mientras la abuela seguía con la broma.
-Pues...hoy tenemos, esto...mucho sol, tiempo despejado, un día fabuloso de verano -Sonrió complacido. Con el periódico cubriéndole toda la cara.
-Claro, claro...-Asintió dándole la razón la vuela. Se asomó a la ventana y quitó las cortinas cuidadosamente. No había ni un rayo de sol, estaba todo nublado mensajero de una tormenta.- Al igual que dices haber sabido que venia visita cuando lo único que hiciste fue mirar por la ventana del salón. -Rió divertida.- Tienes el periódico al revés, abuelo.
-Ehmm...creo que me han pillado jeje -Se rascó la cabeza levemente avergonzado.
-Bueno, bueno ¡Pero mira qué hora es! Seguro que tienes que volver a casa...-Me miró preocupada- Abuelo, levanta el pandero del sillón y lleva a la pequeña al pueblo venga.- Afirmó autoritaria cogiendo un plumero y dándole en la cabeza con él.
-Aquí no te aburres ¿verdad?-Susurré a Ben.
-No, se nota que no ¿Verdad? - Reprimió la risa.
-Vale, vale, vale, ya voy pero deja de darme con ese demonio del infierno, voy a ahogarme entre tanta pelusa- Sonrió mientras se iba por la puerta trasera.
-¿A dónde ha ido?
-Al establo. Tendrás el honor de montar en el carruaje "La llamarada de la esperanza"
-¿"La llamarada de la esperanza"?
-Sí, ven- Me guió hasta el exterior y allí había tres hermoso caballos de fuego tirando de un carro de madera con el abuelo agarrando las riendas y con una linda sonrisa anunció:
-Su carruaje esta listo, jovencita- Hizo una reverencia.
-Mira que le gusta hacer tonterías..-Susurró con alegría la anciana. Me aupó hasta arriba y mientras ellos hablaban sentí la curiosidad de tocar una de las crines de aquellos Rapidash tan gráciles, ajena a lo que suponía, ignorante. Cuando se dieron cuanta ya era demasiado tarde.
-¡No...!
-Va-vaya----¡La ha tocado!-Exclamó emocionado el abuelo. Yo seguía confusa ¿Qué había hecho de especial?
-Dada tu expresión, supongo que no sabes que has hecho verdad. -Sonrió y me puso una mano en el hombro - Estas destinada a grandes cosas chica...quién toca sin temor una crin de Rapidash y no se quema es muy noble y aunque no sea valiente la nobleza le sobra. -Dijo sabia.
-¿No-nobleza?-Pregunté confusa, agarrada a las paredes del carro.
-Ya lo entenderás...Ahora, mas os vale llegar rápido al pueblo. -Miró al cielo que se iluminó con un relámpago, sin tregua- Si no queréis mojaros jijiji –Sonrió, se puso en la puerta de su casa y salió Ben como una exhalación.
-¡Hasta pronto!-Despidió.
-Si ¡Hasta pronto!- Exclamé con una mano en alto, alzando su Walkie Talkie y entonces desde la ya lejana distancia pude divisar una amplia sonrisa. Y así nos fuimos alejando... hasta llegar a mi pueblo. ¡Quién iba a decir que en una tarde cualquiera y corriente iba a pasar una gran aventura!"
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
-¿Sigues teniendo todos los huesos en su sitio, eh?-Bromeé sacando la lengua y guiñando un ojos en tono burlón.
- Ja, ja, muy graciosa- Afirmó sarcástico- Yo recordé tu voz chillona –Sonrió entre dientes.
- No tiene gracia- Fingí enfadarme cruzándome de brazos. Pero no aguanté las ganas de reír ante todas aquellas bromas- Vale, tal vez solo un pelín.
-¿Lo ves? Te lo dije-Sonrió mas ampliamente, pero lo interrumpió el pitio del Navegador.
Navegador: Se han detectado vehículos voladores sin identificar en las proximidades cercanas. Al parecer persiguen a un Pokemon y no es otro que, Latias. ¡Clic!
-¿Crees que serán los Nappers?-Dije algo alterada,como si no pudiera esperar a salir volando en su ayuda, espera...¡Eso era lo que realmente sentía!
-¡Woa, tu Capturador habla!-Exclamó emocionado haciéndole chiribitas los ojos. Me crucé de brazos y lo mire con los ojos entrecerrados, era obvio que eso no tenia nada que ver con lo que acababa de advertirnos. Carraspeó nervioso un par de veces al ver mi expresión y dijo finalmente:- ¿Quién sino podría estar atosigando a un Pokemon por las nubes y en una región como Oblivia?
-Créeme, no le digas muchos piropos que se le suben los amperios a la cabeza. -Reí por lo bajo.-¡No podemos quedarnos aquí mientras hacen eso, no señor! ¡Ya vamos en tu auxilio Latias!-Grité aumentando la velocidad de Staraptor y dejando atrás a Ben. Sé que era muy arriesgado pero no podía dejar a esos maleantes salirse con la suya, hicieran lo que hicieran. Poco después la montura de Ben ya no se divisaba por entre las nubes, nada más que un pequeño punto negro en la lejanía.
-¡Espera, Brisa, detente! ¡Tenemos que pensar antes de actuar, es peligroso! -Exclamó con las manos a modo de megáfono, pero yo ya estaba a muchísima distancia.-Se ha ido...hay que ver.- Refunfuñó.
-¡Starrrr!
-Sí, sí, sé que ella también es una Pokemon Ranger pero, ¿Recuerdas qué pasa siempre que la dejas sola y sus ideas geniales? -Al Pokemon se le ensombreció el rostro con un tono morado. Si...una vez se me ocurrió darle un baño con jabón para que estuviera mas limpio...¿Qué? ¡No sabía que no le gustaba el agua!
-Tor...¡Starrrrp!
-¡Eso es lo que iba a ha hacer! Esta chica...Hablando de amperios subidos, creo que ha tomado demasiado café esta mañana, se le han subió las heroicidades a la cabeza. -Movió la cabeza de lado a lado con los hombros encogidos.- Y lo peor es que se ha lanzado a correr sin tan siquiera pensar que hará cuando esté allí, frente a esos cazadores de Pokemon.
-¡Star! ¡Raptorrr!
-¡Que sí, que sí, ya voy! ¿Qué crees, que no se qué estamos a más de mil metros sobre el mar? ¡Máxima velocidad, amigo! -Exclamó agarrándose fuerte y en un segundo, volaban a toda pastilla en la misma dirección.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top