Peligro en el Volcán Fascuas.
-No sé que se traen allá arriba...¡Pero vamos a detenerles!
-¡Tu lo has dicho! -Se dispuso a capturar a los más de diez Pokemon furiosos de fuego que nos esperaban a la vuelta de la esquina, pero le detuve.
-¡Espera! Es inútil atraparlos en su estado. Tendremos que evitarlos si no queremos parecer una barbacoa cuando pasemos por allí. - Cambié mi expresión a una un poco apenada.- Me da lástima dejarlos así, pero tenemos que hacerlo si queremos llegar al fondo de todo esto rápido.-Sacudí la cabeza para quitarme las dudas de encima. - Vamos allá ¿Listos?
Hice una cuenta atrás con los dedos de la mano derecha y cuando está marcó cero, los tres asentimos y salimos de nuestro escondrijo a toda velocidad. El plan era sencillo, esquivar todo ataque de fuego, Pokemon, charco de lava o cualquier otra cosa peligrosa, y abrirse poco a poco, entre ellos para llegar sanos y salvos al siguiente "piso". Parecía fácil...pero no lo era.
Nos repartimos de la siguiente forma; Pichu por el centro y Ben y yo por los lados. De esta manera seria más difícil que nos dieran por separado que juntos y seria una buena oportunidad de confundirlos. "Creo que este es el mejor momento para utilizar el entrenamiento especial" Pero un ruido me sacó de mis pensamientos. Estaba rodeada. Me encontraba en una situación difícil, mientras los demás seguían avanzando, yo me había topado con una barrera natural de Maccargo y Mumel furiosos y por si fuera poco, los charcos de lava no eran de ayuda.
Retrocedí unos cuantos pasos, hasta que sentí en el pie izquierdo un dolor muy agudo, que me hizo crispar la expresión. Me arrodillé sintiendo cómo si miles de dientes me estuvieran pinchando el tobillo. Había rozado un charco de lava sin darme cuenta. Deseaba que no fuera demasiado grave o el dolor me limitaría demasiados movimientos...¡Agh! Esta cosa duele..."Vale, se acabó, esto no esta saliendo como pensaba y encima estoy herida...¡Aun asi tengo que salir de aquí!"
Me animé, y aproveché un pequeño desnivel del terreno para subir por él corriendo y saltar con todas mis fuerzas sobre mis atacantes. Pisé el suelo levantando el polvo mientras el dolor de la quemadura seguía persistiendo, pero no podía pararme ahora así que seguí corriendo esquivando con agilidad los charcos de lava. No me llevó demasiado tiempo reunirme con el resto.
Sin poder evitarlo, al dar un paso más, caí de bruces al suelo. Rápidamente me palpé el tobillo dolorida, crispando el rostro, a lo mejor y la quemadura era más grave de lo que yo creía...No, no podía ser, justamente ahora, no...Intenté levantarme pero seguía doliéndome y guiñé un ojo. Sería difícil ocultarlo, no quería preocuparles...
-¿Seguro que estas bien? No tienes muy buena pinta desde que has llegado.- Ben se acercó.- Esto es un desnivel bastante alto, esos Pokemon furiosos no nos podrán seguir hasta aquí y los Nappers que quedaban ya se han marchado, podemos hablar tranquilos.
-S-si, no te preocupes, estoy bien ¿Verdad Pichu?- Disimulé, mirándolos sonriente mientras Pichu se subió a mi hombro.
-Bien. - Creía que mi "mentirijilla" había funcionado, pero no.- Supongamos que es eso cierto, ¿Podrías dar un salto?- Retó.
- ¿P-para qué?
-No tendrías miedo si pudieras hacerlo ¿verdad?
-Ehh...¡N-no tengo miedo! Solo, es que...-Intenté buscar una excusa pero estaba en blanco.- ¡Vale! ¿Y cuando lo veas ya podremos seguir? –Intenté esquivar lo antes posible la conversación.
- Absolutamente. - Se cruzó de brazos, expectante.- Adelante.- Sabía que no podía salir de esa, no me quedaba de otra.
Miré mis pies, aún con "la gota" en la cabeza y un nudo en la garganta. Tragué un poco de saliva y suspiré para tranquilizarme, "Por favor, ahora no me falléis...solo una vez, por favor..." Cerré los ojos fuertemente deseando que saliera bien...Y salté. Nada del otro mundo, si quería disimular, tuve que hacer un salto normal, de poca altura y en dos segundos, ya estaba de nuevo en tierra. Agaché la cabeza esperando el momento en el que el dolor me delatara, pero no llego. Fui abriendo poco a poco los ojos, sorprendida de que no pasara nada, pero también extremadamente contenta "¡Genial! Gracias, gracias, gracias, gra..."
-¡Auch! - Me senté en una roca, palpándome el tobillo. "Agh, estaba tan cerca..."
-Como supuse...no estas bien- Sentenció seriamente.
¿Por qué le ocultaba eso...? Ni yo misma lo sabía. No quería que se preocupara inncesariamente por algo así. Estaba perfectamente y podía seguir con la misión, no quería sentirme desplazada o inútil. Debía ayudar.
-¡Pero puedo levantarme! ¿Ves?- Me puse en pie.- Mientras no salté...no pasa nada.- Disimulé una media sonrisa. De verdad, estaba bien...pequeño rasguño, nada de importancia. Aun así, estaba segura de que podría caminar sin percances, ahora no podíamos pararnos y mucho menos quería ser una carga.
-Ejem...-Carraspeó, mirando de lado.
-Vale...lo admito ¿Y qué piensas hacer?
-De momento, dar práctica a los cursos "mañaneros" de Eustaquio.
-Espera, ¿Qué cursos de Eustaquio?
-Te lo diré mientras tanto, ahora alcanza ese pie, venga.- Dijo con tono calmado. Dudé unos instantes, no era por ofender...pero odiaba y repelía la medicina y todo lo que tuviera que ver con ella y eso me tenia intranquila. Pero si quería acabar pronto con todo aquello tendría que hacerlo.
- Vale, ahora sí ¿Qué dijiste sobre los cursos de Eustaquio? - Pregunté curiosa mientras lo curaba con una especie de gasa pequeña que había sacado de su bolsillo. No miré. Desde luego, odiaba ver heridas. Solo pude apreciar que estaba hinchado y el calcetín se había manchado un poco de sangre.
-Okay. En la despensa de Eustaquio puedes encontrarte de todo, eso ya lo sabia, desde zumos congelados que parecen polos, hasta sombreros de paja que no se sabe que hacen allí. Pero nunca pensé que buscando una bolsa de hielo para mi chichón encontraría un montón de vendas y desinfectantes de primeros auxilios en una nevera de a bordo.- Rió divertido.
-¿En serio hay tantas cosas dentro?- Sonreí.
-¡Y que lo digas! Creo las colecciona y todo. Bueno, que me desvió. Estaba buscando eso cuando vino Eustaquio y como si viniera al caso, decidió enseñarme no-se-qué cursillos rápidos, y como no, no había forma de contradecirlo cuando se entusiasma de ese modo.- Sonrió también, mientras hablaba solo miraba lo que estaba haciendo, después sacó una pequeña venda de color blanco y rodeó el tobillo.- Después de hacerme de profesor y casi darme con una regla en la cabeza, entre nosotros tres, tampoco sé de donde la sacó...Y bueno, me obligó a llevar los bolsillos repletos de vendas, pomadas varias y botecitos de agua oxigenada. Menuda historia ¿eh? -Bromeó, riendo.- Ale, ya está, mira. -Apretó con un nudo la venda y terminó.
- ¿Ya está? Eso fue muy rápido –Dije asombrada.
-¿Qué entiendes por "cursillos rápidos" de Eustaquio?
- Que chiste más malo.- Afirmé sonriente.
-Pues has sonreído, eso es que ha funcionado- Refunfuñó y se contagió.- Después de todo ese era mi objetivo.
-¿Eh?
-¿Pensabas que te ibas a estar quieta mientras te desinfecta la herida? Brisa, te conozco y sé que no te desagradan los medicamentos. Y esta herida era seria. Una buena terapia de la risa nunca viene mal.- Sonrió de manera tierna.
-Ahora que lo dices...-Me miré el pie.- No he sentido nada.- Había sido un gran detalle de su parte distraerme para que no me doliera tanto.- Espera un momento, ¿Desde cuándo sabes tanto de medicina?
-Laaarga historia.
- Bueno, ¿Ya puedo levantarme, "Doctor"?- Rodé los ojos.
- Nah...aún te queda el periodo de convalecencia, pero creo que ya te puedo dar el alta. –Me siguió la broma y se encogió de hombros, riendo al momento.
Me levanté. Era increíble, apenas sentía nada de dolor, solo una pequeña presión en el tobillo, pero según Ben, sería mejor así. Ni comparación de lo que dolía antes. Podía caminar sin temer al dolor remitente. Sonreí y asentí, confirmando que estaba completamente mejor. Ahora mismo agradecía como nunca que Eustaquio fuera un desordenado coleccionista de un millón de cosas en los lugares más insospechados. Ah, y también su entusiasmo sin límites que no aceptaba un "no" por respuesta. Iba a agradecerle por la ayuda, pero las cosas se torcieron.
¡¡¡BUUUUUMMMM!!!
-¡¿Qué ha sido eso?!- El ruido provenía de la cima el cráter del volcán. No, no podía ser una erupción, los patrones de actividad sísmica del lugar eran completamente normales según el Capturador, así que aquello estaba descartado, pero entonces...Oh, oh, creo que me da muy mala espina...
- ¡Eustaquio, Eustaquio! ¿Me oyes?- No hubo respuesta, solo un largo sonido de interferencia en el comunicador.- Hemos perdido comunicación con el Unión. –Dijo con cierto tono de horror.- Puede ser que estamos muy altos y la señal no llega o que por el contrario...-Nos miremos mutuamente.
-¡La hayan cortado!- Exclamemos al unísono.
-¡La que faltaba! ¡Bien, ya es suficiente ahora mismo voy...!- Siguió hablando y caminando en círculos, con las manos a la espalda, sin hacer ni caso o sin oír lo que quería decir.
-¡Caaaaaalma!- Grité, intentando llamar por fin su atención.- Tengo un plan/idea ¿Cuál de las dos prefieres?
- Oh, no...¡La idea no! Siempre que seguimos una idea tuya acabamos peor que empezamos ¡La ultima vez casi acabo convertido en comida para peces a la brasa!-Suspiró hondamente, calmándose.- Okay...Prefiero el plan.
- Buena elección. –Sonrei satisfecha, con los brazos en jarras.
- ¿Y eso por?- Preguntó extrañado, arqueando una ceja.
- Porque la idea era solo una, pero el plan tiene un montón de ellas.- Me giré, poniendo mi mano en visera para ver la cima desde nuestra posición. De repente oí un ruido a mi espalda y me giré.- ¿Qué...qué haces en el suelo?- Pregunté confusa. Tenia los ojos en espiral y la expresión aterrada, ¿No me digas que...se había desmayado? Pichu se encogió de hombros, ladeando la cabeza de lado a lado y emitiendo una media sonrisa.
-Pichu, pi...
-Ah, ya entiendo. Hacerte el enfermo no te va a salvar, venga vamos. –Dije con tono alegre, tomando la delantera a grandes zancadas.
-Ouuuu...¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?- Susurró inaudiblemente, cabizbajo. Al mirar de nuevo hacia arriba se dio cuenta de que estaba a punto de quedarse solo y corrió hacia nuestra posición- ¡Hey, esperaaa!
Minutos más tarde...
-¿Ya hemos llegado?
-No, falta un poco.- Contesté, sin dejar de caminar.
Ya hacía rato que caminábamos por un camino recto y empinado, continuamenteascendiendo por lo que parecía haber sido antaño un río de lavaconcurrido que conectaba la cima con las faldas de la montaña. Buena señal,pero el problema es que parecía que el camino no se acababa nunca y eso,afectaba especialmente a las personas más impacientes.
- ¿Cuanto falta?
- No lo sé...-Insistí de nuevo.
- ¿Cuánto falta?- Repitió, y suspiré, resignada.
-Cinco segundos menos desde la última vez que me preguntaste.- Pasaron otrosdiez segundos en aparente silencio, hasta que volvió a preguntar.
- ¿Ya hemos llegado, verdad?
-No.
-¿Seguro?
-Sí.- Cerré los ojos, un poco escasa de paciencia.
-Ehh...¿Brisa? ¿Seguro que quieres ir por all...?- Le interrumpí.
-¿¿Qué??- Exclamé una vez ya se había agotado toda, abriendo de golpelos ojos, pero no contaba con que me iba a dar de narices contra una pared deroca. ¿De dónde rayos había salido, si hace un rato no había nada delante?Tengo una suerte de diez... Giré sobre mí misma, mareada, y caí de bruces alsuelo, con los ojos en espiral.
- Solo quería advertirte, pero parecía que estabas muy impaciente por llegar,cada vez andabas más rápido. - Mostró una sonrisa inocente.
-Ugh... No-digas-absolutamente-nada. –Deletreé, levantándome y quitándome el polvode la ropa. Me costaba admitir que tenía razón y tal vez me hubieradespistado...pero espera...¡Pero si había sido él...! Calma, calma...-1...2...3...4...5...-Conté, cerrando los ojos para tranquilizarme. Según había oído funcionaba.
- Esto... ¿Por qué cuentas?- Preguntó extrañado y confuso, ladeando la cabezahacia un lado.
-...7, 8, 9,..
-Te has saltado un número.
- ¡10, 11,12...!- Exclamé caminando más deprisa, no estaba resultando yencima no ayudaban para nada los espectadores.
- Mira el lado positivo, según mi mapa estamos cerca ya de la cima, estodebería ser... ¡Una cueva! que conecta con una "cámara de las llamas" o algo así,deberíamos darle las gracias a tu choque con la piedra jeje...
-13,14,15...-Inspiré hondamente y después solté todo el aire retenido poco apoco- Bien, ya falta poco, aunque sigo preguntándome para qué querrán abrir esapuerta ancestral de los escritos y qué relación puede tener con despertar a unPokemon Legendario...
-De una cosa podemos estar seguros, tratándose de los Nappers, nada bueno.
- Tú lo has dicho, eso me hace recordar que siempre que se topan con una invoformase llevan su símbolo ¿No te parece un tanto extraño?- Pregunté pensativa.Seguimos con nuestro camino, comentando lo que había pasado hasta el momento.
-Pues sí, parece que...- Un nuevo temblor azotó de nuevo toda la superficie devolcán y ahora que estábamos en su interior era mucho más intenso.
- Eso no ha sonado nada bien –Lo miré aterrada.
-¡Y qué lo digas, será mejor que nos apresuremos!-Exclamó, tomando ladelantera.
No hicimos nada más que adelantar un trecho cuando nos detuvimos en seco. Allíhacia un calor infernal, hasta costaba en respirar bien...y ya sabíamos el porqué. Una enorme masa de lava borboteante se extendía como un lago de colornaranja y rojo debajo de nosotros, a varios metros, en lo que parecía ser lachimenea del volcán por excelencia. Simplemente el ver el peligro tan de cerca, hizo que ambos sintiésemos como un pequeño mareo. No había caminos. Miré hacia arriba, era imposible escalar eso.
-¿¡Pero qué..?! ¿Cómo se supone que vamos a llegar a arriba?¿Surfeando en la lava?
- Oh venga, no hay que ser así –Sonreí.
-¿Y eso, por? ¡Vamos a morir!- Dijo muy alterado.
- Si te quedas ahí, puede, yo mientras tanto subiré por la rampa de madera quehan construido los Nappers para su avance.
-¿Qué?- Miró detrás de mí. Efectivamente, todo un golpe de suerte, los Nappershabían construido una especie de escalera de madera adosada a las paredes de lachimenea en forma de caracol que subía hasta un pedazo de cielo redondo que sepodía ver desde abajo. - Espera, ¿Si tienen dadajets para que quierenesta impresionante escalera?
- Los dadajets no funcionan a altas temperaturas. Eso es lo que me dijo BlueEye, ¿Vamos?
- ¡Absolutamente!
Y nos dispusimos a iniciar el ascenso hacia la cima de aquel volcán quehabía sobrevivido increíblemente al paso del tiempo. Las escaleras no erandemasiado anchas, por lo que teníamos que ir bien pegados a la pared de rocapara evitar caer por un mísero descuido. El calor, obligaba a sudarcontinuamente y a crispar los nervios y el temor al sentir cualquier pequeñoruido cerca que pusiera en peligro cualquiera de nuestros pasos.Procuraba no mirar hacia debajo, sabía que no era agradable la vista.
Aún sentía la respiración y el pulso alterados a cada pasoque daba, como si marcaran el ritmo de una estruendosa orquesta. Tras variosminutos de tensión, logremos salir todos victoriosos de aquel peligrosoascenso, agradeciendo totalmente la luz del sol y el aire puro de nuestrosalrededores...espera... ¡No era la luz del Sol, eran antorchas! Y por lo que huelo...¡Noestamos en la superficie! ¿Qué rayos...? ¿Dónde...dónde estamos?
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top