No todo es lo que parece.
-Esto nos deja con una sola opción.- Comencé a decir mientras la lluvia seguía empapándonos de arriba a abajo, sin compasión.- Los Nappers van en busca de Suicune y para colmo, no hemos encontrado a Cretón. Tenemos que parar sus planes.
-Como siempre.- Sonrió y encabezamos la búsqueda de aquellos maleantes de verde. No sabíamos cierto dónde podía estar la persona qué buscábamos...pero tener a los Nappers sueltos no era buena idea, y si ese hombre los estaba buscando...no tardaría en dar con ellos. Basta con evadir un problema, para que venga él solito hacia ti.
El suelo resbalaba a cada zancada que dábamos en la húmeda piedra desgastada pero, por suerte, el uniforme servía para algo y la suela de las deportivas hacia bien su función. Ya era hora, pensé, ¿No le costaba poco hacer que nuestras ropas fueran también impermeables? Cómo coja un resfriado me voy a coger la baja...tras una queja claro; después de cantarle las cuarenta al inventor de los "famosos" uniformes Ranger. Tenía muchas objecciones, jum.
En fin...estábamos en medio de un gran problema y yo pensando en la ropa, sí, muy normal. Sacudí la cabeza un poco y me centré en lo que teníamos entre manos. Ya arreglaríamos cuentas cuando toda esta locura acabase. Teníamos que contactar a la Unión y contarles lo que sabemos hasta el momento, pero no había ni un solo momento de paz que pudiésemos aprovechar.
Atravesamos un largo pasillo bordeado por dos grandes paredes de piedras con un montón de hiedras corriendo por su superficie y al girar una esquina, nos topamos con un pequeño inconveniente. El pasillo se abría a ningún sitio, es decir, para llegar al otro lado solo nos quedaba nadar...o llamar a Raikou. Con una mirada de ayuda a mi compañero leí sus pensamientos "Más agua de la que llevamos encima no podemos llevar". Esbocé una pequeña sonrisa divertida; el humor era nuestro fuerte. Con un salto, nos zambullimos en el agua y crucemos el gran río hasta llegar a una especie de sala con un altar azul en una esquina. Ahora este lugar si que parecía realmente las "Ruinas del Canal"...¿Habría sido un Templo en el pasado? Tenía curiosidad...que no tardaría en satisfacer.
Ben miró a nuestro alrededor, investigando cada parte de la sala. Hasta que su vista se topó con algo interesante.
-¡Eh, Brisa, mira eso! ¿Crees que podemos entrar por ahí? –Nos acercamos a dónde había señalado e inspeccioné el agujero en la pared. Era pequeño, pero bastaría para que pudiéramos pasar sin demasiados problemas.
-Perfecto, si fuera un Napper y no quisiera que me encontraran...me metería ahí sin duda. –Ben sonrió victorioso y fui la primera en pasar por el oscuro hueco. Esperé al otro lado hasta que mi compañero saliera y Pichu saltó de mi hombro al sentirse ya un poco más libre de la lluvia.- Bien ahora...
-Minami, tenemos un problema...-Masculló Verán sin previo avisó. Volteé para ver de que se trataba y no pude evitar abrir mucho los ojos cuando vi...¡Que la sala estaba completamente vacía! Solo un par de rayos de luz iluminaban el interior de la "sala oculta" y en su centro, un pequeño lago resplandecía tenuemente. Ni rastro de los Nappers. - La hemos cagado.
-O quizás...-Me acerqué al agua y sumergí mi brazo, intentando tocar el fondo.- Uhmm...Pichu, dame esa piedra. –El pequeño roedor me alcanzó un pedrusco que había cerca y lo tiré por el agujero. Ahí, las caras de mis dos amigos cambiaron hasta de color, pregúntandose qué narices estaba haciendo. pero no había terminado. Mis ideas son raras. Sumergí el Capturador con cuidado y le ordené que usara la función de Radar. Al cabo de 30 segundos empezó a emitir ruiditos y lo saqué.
-¿Y eso nos dice qué...? -Me invitó a seguir.
-Que no es un lago. Es un túnel que se ha llenado de agua con el paso del tiempo...y vaya si es profundo, unos 30 metros aproximadamente...Si esos metomentodos buscan el Monolito o a Suicune, no me extrañaría nada que ya hubieran pasado por aquí.
-Entonces, ¿A qué esperamos? –Dijo con un puño a la altura de sus hombros, decidido.
-¡Si! –Le seguí el juego. Pero antes de que diéramos un paso me di cuenta de algo.- Pero...no sabemos si Suicune está ahí abajo...Los Nappers seguro que sí, pero ¿Y si otros reclutas están persiguiendo a Suicune por el río? Si ambos nos metemos en una dirección incorrecta....perderemos un valioso tiempo que podrían aprovechar para hacerse con su voluntad. No podemos permitir eso. –Bajé la mirada al suelo, preocupada. Hasta que sentí una mano en mi hombro y volví a levantar la vista.
-Tienes razón, pero no me gusta la idea de que nos separemos, y menos ahora que hemos estado tan cerca de salir bastante mal de estas Ruinas...Nos arriesgamos a mucho y no me extrañaría que esas fueran sus verdaderas intenciones.
-Y sugieres...-Le invité a seguir. Si no nos separábamos tendríamos un problemas y si lo hacíamos, pues también. No sabía que podíamos hacer entonces. Me estaba quedando sin opciones y en esos momentos valoraba mucho la opinión de alguien más que tenía toda mi confianza.
-Bueno, tengo una idea. -Levantó el dedo índice.- Iré después de ti y te cubriré las espaldas. Si resulta que no encontramos nada ahí abajo, volveré rápidamente a la superficie mientras investigas.
-Me parece bien pero...¿Quién nos va a avisar que las cosas aquí arriba no marchan...bien...? –Nuestras miradas castañas se posaron en el pequeño bultito amarillo, azul y negro que teníamos al lado, rápidas como una centella. A cambio, recibimos una sonrisa confusa y un ladeo de cabeza.
-¿Pi?
-Esto va a salir mal, lo presiento. –Susurré, masajeándome el puente de a nariz para serenarme. Verán seguía sonriendo orgullosamente por su genial idea pero un poco preocupado a la vez por la falta de tiempo del que disponíamos. Era una urgencia. No había de otra. Me agaché a la altura de Pichu y le acaricié la cabeza.- Ten cuidado, por favor. –Me levanté y miré con seriedad a Ben.- Vamos.
-Si ves algo extraño o fuera de lugar, tan solo háznoslo saber con las chispas de tus mejillas, ¿Vale? –Le dijo tranquilizadoramente el castaño. Me hacía gracia. Verán era el único capaz de tratar a todos los Pokemon como si fueran colegas de toda la vida, era admirable. - Nuestros Capturadores captaran la señal al instante.
-Y si hay peligro cerca...ten cuidado y demuéstrales lo fuerte que eres.- Le advertí.
Sin perder tiempo, tuve que dejar la preocupación atrás y los dos nos lanzamos al agua. Sabía que era inútil decirle a Pichu que se alejara del peligro porque seguramente haría todo lo contrario y se enfrentaría a él. Después de todo...por algo es mi Pokemon acompañante, son como una imagen de uno mismo, un lazo afín entre dos mundos completamente diferentes. El de los humanos y el de unas criaturas tan fantásticas como los Pokemon. Nos colocamos los microrespiradores y comenzamos a descender buceando por unas escaleras derruidas y sumergidos bajo el agua fría y cristalina. Un escalofrío me recorría la espalda al meterme de lleno.
La visión ahí abajo era no menos increíble. Construcciones antiguas descansaban bajo litros y litros de agua. Columnas estropeadas por el roce del agua, escaleras tortuosas que se habían roto y las que quedaban, formaban un curioso laberinto, arcos de piedra que habían aguantado perfectamente el tiempo, colonias de algas y Pokemon marinos que habían instalado su hogar en aquel misterioso paisaje oculto...Todo, parecía irreal. A cada nueva brazada descubríamos un nuevo detalle. Asombroso. Pero, por desgracia, no estábamos allí para hacer turismo, ¿Dónde estarían los Nappers? Solo quedaba seguir bajando.
Nos deslizamos por una corriente de burbujas que nos impulsó más rápido hasta el fondo de aquella estancia sumergida y seguimos buscando alguna pista. Hasta que escuchamos unas voces semi-electrónicas y tuvimos que escondernos detrás de una columna. No había duda, eran ellos.
-Según nos cuenta el equipo de la superficie hay unos intrusos rondando por la zona.
-Ja, voy a dejarles algo con lo que entretenerse un rato. No vaya a ser que tengan la feliz idea de seguirnos.
Oímos una risa maliciosa y unos choques de piedra. Al asomar la cabeza, el agujero por el que se iban a marchar hacia la parte más profunda de las ruinas estaba ahora sellado por un par de jabalinas de metal imposibles de traspasar fácilmente. Los dos reclutas se marcharon más felices que una perdiz y por fin pudimos salir de nuestro escondite improvisado. No pude contener una patada al agua de la rabia. Tan cerca y tan lejos a la vez. Esto me empezaba a cabrear.
-¡Maldición! ¿Tenía que darles la iluminación divina de la inteligencia ahora, no?
-Woho...Veo que te ha sentado realmente mal el ataque del Yanmega.
-¡Obvio! Tengo una larga lista.- Refunfuñé y varias burbujas subieron hacia arriba lentamente.
-No más que yo, creéme...-Ben se acercó a las jabalinas y comprobó como de fuertes eran. Pero ni con nuestra fuerza combinada seriamos capaces de doblarlas al menos. Lo miré confusa mientras seguía con lo suyo, ¿Qué había querido decir con eso? Su tono era distante, como pensativo y cabreado a la vez. Sí, también lo habían secuestrado y eso...¿Pero no nos ponía en las mismas condiciones? (...) No, sentía que había algo más. Pero por alguna razón no la veía.
-En fin...¿Podríamos conseguir la ayuda de algún Pokemon que si pudiera abrirnos un camino? –Me acerqué a él en dos brazadas, preocupada por su anterior respuesta. Quedó pensativo por unos minutos.
-Puede que sí. En aquella corriente que hemos utilizado antes he visto un Gorebyss y un Huntail.
-Pero los Gorebyss son muy escurridizos...¡Tardaríamos horas en capturar uno solo! No disponemos de ese tiempo.
-Tienes razón...¡Ajá, tengo una idea! –Sus ojos castaños se iluminaron a través de sus gafas de bucear.- Mira, mientras tú vas a por Gorebyss...
-Ya no me gusta tanto la idea.
-Escucha, mientras tú vas a por Gorebyss...yo puedo cerrarle el paso con la ayuda de Huntail. Sus movimientos de campo son diferentes, Huntail puede destruir alguna columna y cerraros el paso, así lo acorralaremos y podrás capturarlo.
-Retorcido...y lo siento por estas preciosas Ruinas...pero no nos queda de otra. –Sonreí tras un suspiro.- Me adelanto.- Me despedí con la mano y eché a nadar hacia la corriente que nos había empujado hasta allí.
-¡Está bien! Me pongo con Huntafdsffs...Jo, ya se ha rayado otra vez el comunicador...
El pan se llevó a cabo como lo habíamos pensado. Perseguí a Gorebyss intentando persuadirle de buenas a primeras pero no había manera, así que lo dirigí hasta una corriente en sentido contrario y ahí entró la parte de Ben. Un gran trozo de columna tapó el avance del ágil delfín rosa y lo frenó en seco. Miré hacia arriba y sonreí a mi compañero para agradeceré la rapidez. Ben hizo lo mismo y se llevó una mano a la frente, quitándola rápidamente, como un saludo de camaradas. Me di deprisa y capturé a Gorebyss en cinco minutos. Era muy veloz vaya. Pero al fin estaba hecho. Y en menos tiempo del que esperaba en un inicio.
-¡Choca esa! –Dijimos al unísono, orgullosos de nuestro trabajo en equipo. En un momento, Gorebyss cortó las dos barras metálicas y nos metimos por el agujero tras agradecerle en gran favor (Menudo peso de encima que se había quitado el pobre Pokemon...A veces no me gustaría saber qué dicen cuando terminan de ayudarnos, la verdad)
Nademos unos cuantos metros y ahora nos encontrábamos en un gran espacio de agua clara que parecía conectar con el mar porque el agua estaba ligeramente salada y no se veían los límites de ninguna cueva ni paredes de ninguna sala subterránea. Ese espacio era mágico, como un vacío en la misma nada. Por mucho que mirásemos a nuestro alrededor, no sabíamos por dónde continuar, ni siquiera por dónde habíamos llegado antes. Era complicado. Pero por suerte, la astucia de los Nappers no duró mucho y volvimos a escuchar sus voces más abajo.
-Ya casi tenemos la invoforma de Suicune, demonos prisa.
-Si no nos hubiéramos perdidos ya la tendríamos...¡Esto es enorme!
-Y odio el agua...odio esta misión en sí, así que cuanto antes la terminemos mejor para todos. Espero que al menos el equipo de la superficie haga bien su trabajo y distraigan a Suicune hasta que salgamos de este laberinto interminable.
-Uhmm...Así que buscan el monolito...¡Estábamos en lo correcto! (...) ¿Eh...Brisa? ¿Qué te pasa? –Me estaba aguantando un estornudo inminente. Claro, tenía que ser en este preciso momento, ¿no? Esto debe de ser una cámara oculta...-¡No, no, espe-¡
-¡¡ACHIIIÍS!!
-¡EH! ¿Qué hacéis aquí otras vez Rangers impertinentes!
-¡Para impertinente tú! –Respondí recobrando la compostura mientras me frotaba la nariz debajo del microrespirador. Verán estaba con una sonrisa hiper-mega-feliz preguntándose que narices iba a hacer ahora y si aquello era realidad...y más cuando empezaron a discutir entre ellos.- ¡Maleducado!
-¿Cómo que mal-?
-Salud.- Dijo el otro, serio.
-¡Pero no los apoyes! –Exclamó enfadado.
-Pero si es educación jefe...
-¡Se supone que somos los malos!
-Unos malos muy educados.
-¡Aghhh! ¿Sabes qué? Haz algo bien y ves a coger el símbolo antes de que estos metomentodos nos arruinen la poca faena que tenemos. Yo me quedaré a entretenerlos un poco y si...-Sonrió fríamente.- La suerte me acompaña quizá sean pescaditos para cuando salgamos afuera.
-¡No nos intimidas con tus amenazas! –Soltó Ben, revitalizado.- ¡Cumplirlas es otra cosa!
-Psst...No le des ideas...-Susurré.
-¡Ahora veréis! –Se lanzó a nuestro ataque con dos Kyngdras pero empujé a Ben antes de que dos burbujas impactaron contra su cuerpo. Me agradeció con un gesto de la mano y aprovechamos una fisura en su ráfaga de ataques para poder organizar mejor nuestro planes.
-¡Brisa, encárgate del recluta que ha ido a por el símbolo!
-P-pero...
-Es más importante que esta pelea.
-Está bien. Pero te cuidado. Ese tipo ha perdido los estribos por completo y ya sabemos de que son capaces.
-Estaré bien. Haz lo mismo tú.
-Ni lo dudes.- Guiñé un ojo como signo de confianza y me lancé a nadar en persecución del camarada Napper. El otro recluta estaba demasiado ocupado en atacar a Ben así que pude escabullirme de su vista sin esfuerzo. Solo espero...que no le haga daño. Venga, Brisa, cumple tú también tu parte.
Asentí y nadé hasta divisar a lo lejos al chico de gorra verde y vestimentas militares. Me propulsé gracias a una roca cercana y debí de llamar su atención de alguna forma, porque se giró mientras seguía hacia abajo con su dadajet. No tardó en acelerar el paso al ver que le estaba pisando los talones y como último recurso, comenzó a lanzarme rayos de plasma y bolas de energía que iban a toda velocidad. Estaba lanzando a todas partes, sin un patrón fijo de lo nervioso que estaba y eso me dificultaba mucho las cosas.
Intentando esquivar lograba todo lo contrario. Incluso un rayo de plasma amarillento llegó a alcanzarme un brazo y me dejó en bastante mal estado para el resto de la persecución...pero no tenía tiempo para quejarme. Y tampoco quería que aquello durara más de lo necesario. El otro recluta daba realmente miedo con esos ojos totalmente fuera de sí y, aunque sabía que Verán podía apañárselas solo incluso con los ojos cerrados, no podía evitar estar nerviosa.
Aparté esos pensamientos de mi cabeza por un momento y logré centrarme en lo que tenía entre manos. Conseguí aprovechar una aparente avería del aparato y me acerqué a grandes brazadas al dadajet. Estaba cansada de tanto nadar, pero me decía a mí misma una y otra vez "Aguanta un poco más, solo un poco más..."
Bingo.
Conseguí agarrarlo por la chaqueta con la intención de dejarlo noqueado en aquel mismo momento e ir a ayudar a Ben...pero en el último momento...se volteó hacia mí. Pude ver temor en su mirada parda. Estaba realmente aterrorizado. Nervioso se quedaba corto. Mis manos se paralizaron y mi mente se quedó en blanco. No sabía qué hacer ahora o cómo continuar...¿Y si no todos eran tan malos? ¿Y si no se habían metido en aquella horrible organización por mero gusto? ¿Y si...y si lo que estaba a punto de hacer estaba mal...? No podía dejar que se llevara el símbolo de Suicune...pero...no quería hacer daño a un inocente...
Bajé el puño lentamente, aún en shock.
-Gr-gracias por tenerme en consideración...-Sonrió amargamente.- No todos los Rangers son malas personas. Ahora lo veo claramente, pero...-Su mirada volvió a nublarse con la sombra de la culpa.- Lo siento. Tengo que hacer esto.
Y sin darme tiempo a reaccionar, de su dadajet salió una enorme nube negra que nubló mi vista por completo. El microrespirador empezó a funcionar mal y ese extraño sujeto se había esfumado delante mío. Seguía intentando procesar toda esa información que había vivido en tan poco tiempo. Aún podía ver esa mirada de culpabilidad "Lo siento, pero tengo que hacer esto...de veras lo siento, no lo mereces." No era malo, estaba segura. Las fronteras entre la luz y la oscuridad muchas veces eran difusas y no se distinguían con claridad...Pero aún así, si él tenía un deber que cumplir, yo también. Y no podía fallar por ser "débil" de corazón.
Aún así, era su naturaleza.
Me deshice de aquella distracción con mucho esfuerzo. Pero mi esperanza se fue a un pozo cuando vi que el monolito estaba totalmente roto...y que ese sujeto ya no estaba. Por un momento pensé que no lo haría...¿Qué ingenua fui? ¿O tal vez demasiado buena? No lograba nada quedándome allí parada. No había cumplido mi parte...pero al menos...
Ben. A lo mejor él los había interceptado. Era mi turno de ir a ayudar en el menor tiempo posible. Me dispuse a empezar a subir de nuevo aquellas ruinas sumergidas años atrás, cuando mi Capturador emitió los sonidos característicos del mensaje de voz y lo encendí al instante, preocupada.
-¡Brisa! ¿Me oyes?
-¡Alto y claro! ¿Qué sucede?
-¡Suicune! Ha vuelto...pero no parece contento.
-¿Y los Nappers?
-Se han marchado a toda prisa. He intentado seguirlos...pero les he perdido el rastro a la mínima de cambio.- Su voz se notaba apagada.
-Veo que ninguno de los dos ha salido victorioso de su parte del plan...vaya fracaso. –Me lamenté.- Pero quizás aún no hayan salido de las Ruinas del Canal. Aún tenemos una última oportunidad, no podemos desperdiciarla, ¡Subo enseguida!
-¡Okay! Y por cierto...¿Estás bien? Tardaste bastante en contestar.
-Ah...no te preocupes. Hubo una complicación por mi culpa...-Sacudí la cabeza.- Pero estoy guay, ¿Y tú? ¿Conseguiste bajarle los humos a la tetera? –Bromeé para amortiguar un poco la tensa situación.
-Por poco, pero escaparon de todas formas...en fin, voy a ver que puedo hacer para calmar las cosas por aquí, ¡Te veo en un rato!
El Capturador se apagó. Esto no ha acabado, me dije, y tan rápido como mis piernas cansadas me permitieron nadar, me propulsé de vuelta a la superficie. Aquí ya no había nada más que hacer. Gracias a una especie de pasadizo secreto por el cuál pasaba una potente corriente de agua y burbujas conseguí subir rápidamente y en menos de diez minutos ya volvía a respirar aire puro. Inhalé profundamente el viento húmedo de la estancia y me guardé el microrespirador en un bolsillo. Allí o había nadie, ni Pichu ni Ben ni nadie, así que me apresuré a salir.
Divisé a Verán a unos cinco metros, Pichu le acompañaba con una mirada desafiante y enfrente suyo tenían acorralados a dos Nappers. Para mi sorpresa, además, Suicune estaba en una esquina. Aunque su mirada era tan imparcial y serena que no sabría decir de que lado estaba realmente. Si del nuestro o del suyo. Corrí hacia ellos y me coloqué a su lado.
-¡No podréis escaparos, criminales de cuarta! –Exclamó enfadado mi compañero recibiendo como ánimo los grititos de Pichu.
-¡Pichu!
-¿Qué hacemos? –Dijo uno de ellos, sin recursos a mano.- ¡Suicune está fuera de sí y estos Ranger no van de broma!
-¡Usa el dadajet imbécil! –Ambos se montaron en sus dadajets de metal y salieron volando a gran velocidad.- ¡Sayonara perdedores!
-¡NO!
-¡¡GROAAARRRR!! –Rugió Suicune, notablemente enfado. No taró ni dos segundos en lanzarle al agua y correr como una exhaación por su superficie de cristal y espejo.
-¡Genial! Los teníamos a todos en un mismo sitio pero ¿Cómo no? Es llegar yo y todo se desmorona. –Pateé una piedra. Realmente la suerte que tenía hoy me estaba enfureciendo bastante.
-Vamos, podemos con esto y con más, ¡Ya solo queda el último tramo! –Nos animó Ben. Pichu se subió a mi hombro y reuní las pocas fuerzas y el poco ánimo que me quedaba para seguir corriendo en busca del Pokemon Legendario señor del agua de ríos y manantiales.
-¡Adelante!- Asentí.
Volvimos sobre nuestros pasos hasta escuchar rugidos y mucho jaleo en uno de los muros del laberinto. No podían ser otros. Puse las manos como si fueran un muelle y Ben se subió a ellas. Con un rápido movimiento, saltó el muero que nos separaba de ellos y gracias a unos alientes en la roca desgastada, la siguiente en plantarles cara fui yo, con mi fiel compañero Pichu al hombro y una mirada retadora que no ifundía amabilidad precisamente. Y menos en ese momento.
Tenían acorralado a Suicune.
Y estaban intentando controlarlo con sus guantes y la invoforma.
No podíamos permitirlo.
-Somos cuatro y no hay posibilidad algua de que se calme...¡Mucho menos de controlarlo! –Dijo uno.
-¡Es increíble!
-Como la situación no cambie no sé si será posible huir...
-¡Dejadlo ya! –Gritamos al unísono, ya cansados de jugar al Meowth y al Pikachu. Los cuatro reclutas pegaron un espertugón y empezaron a hablar entre ellos. Eché un vistazo a sus caras pero entre ellos no estaba el recluta que me había encontrado en las profundidades de las Ruinas.
-Esto pinta mal...
-¿Y si les encasquetamos a Suicune a los niñatos y nos retiramos? –Comentó otro sin dejar de lanzar rayos violetas contra el susodicho Pokemon.
-Me parece una buena idea...¿Pero a ver, listo, cómo la ponemos en práctica? ¡Los tenemos detrás!
-¡Oye, que seguimos aquí!- Reclamé con una venita en la frente.
-¡Fácil, así!
-Vale, se acabó el teatro.- Sentenció seriamente Ben y nos lanzamos al ataque. Conseguimos agarrar de la camiseta a dos reclutas pero justo en ese instante, uno de ellos comenzó a decir cosas sin sentido., dejándonos perplejos.
-¡Eh, menos mal que habéis venido! Os estábamos esperando...
-¡Sí! Ya sabéis...esto de capturar a Suicune y romper la invoforma es complicado si no somos un equipo.
-¿Q-qué...? ¿Os habéis vuelto locos?
-¡No colaboraríamos con vosotros ni en sueños! –Nos defendí, con toda la lluvia corriendo por mi frente.
-Veo que andáis cortos de memoria...así no conseguiréis la confianza de nuestra presa...Pero, ¿Sabéis qué? Como os veo ta sobraditos os dejamos en bandeja de plata a Suicune, ¿Qué tal? –Sonrió con malicia y empezaron a subirse a los dadajets mientras la mirada de Suicune se clavaba en nuestro cuerpo como afilados cuchillos de plata fría.
-¡No, volved aquí mentirosos!
-¡Bye bye, Rangers! –Se despidieron y se esfumaron de nuestra vista como un rayo.
-¡¡GROAAAARRRR!! -Sus rugidos estaban llenos de ira y rencor. Esos ojos rojos tan serenos como los pintaban en los cuentos y leyendas representaban todo menos tranquilidad...estaba totalmente fuera de sí.
-¡No, espera Suicune, no somos lo que crees, no te queremos hacer daño! ¡Son unos mentirosos! Ellos son los malos...¡Cálmate por favor!
-¡¡¡GROAAAAARRRR!!!
-¡Brisa, no bajes la guardia! Esto va en serio. –Su mirada se tornó rígida y tuve que asentir...no quedaba más remedio que afrontar la captura. En ese estado de ira Suicune podía hacer daño a alguien o incluso hacerse daño a sí mismo. Teníamos que hacer algo.
-¡Allá vamos!
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Continuará...
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