Libre como el viento.
La puerta se abrió de un portazo, dándonos un buen susto a todos, en especial a Ben, que terminó por caer al suelo de espaldas. Todos nos giramos para averiguar quién era el autor de aquel portazo. El viento silbaba muy fuerte y la lluvia huracanada junto con un par de destellos de rayos y relámpagos dieron forma a nuestro visitante a contraluz. Una silueta regordeta, robusta y oscura se plantó en medio de la puerta y aunque Ben (levantándose medio mareado del suelo) Pichu y yo nos levantamos al instante en pos defensiva por si era algún Napper, Rodel estaba la mar de contento, hasta exclamó el nombre del "agresor" con entusiasmo.
-¡Bigón, amigo! ¿Qué te trae por aquí, y a estas horas?
- ¿Bigón? – El sujeto cerró la puerta con fuerza pues el viento impedía cerrarla con normalidad y levantándose la capucha del chubasquero nos dirigió una alegre sonrisa pese al temporal de ahí afuera.
- ¡Hola chicos! –Nos saludó a todos.-Espero no haberos asustado, iba a llamar a la puerta pero este vendaval la abrió de par en par jeje...
-No, si antes de que acabe el día de hoy voy a necesitar terapia para tanto susto... –Susurró Ben.
- Te apoyo, un susto mas de este tipo y no la contamos.
- Bueno, venía a veros porque ha surgido un...pequeño problema.
- Ya estamos...-Se quejó por lo bajo Ben.
-Venga, no seas exagerado...seguro que no es tan malo. –Sonreí, dándole con el codo para animarle. Al menos, eso espero.
- Resulta que varios aldeanos me han comunicado que en los últimos días, en el almacén al lado del puente que une con Isla Mironda, han escuchado ruidos extraños como arañazos y eso no es todo, ese mismo almacén de material náutico, que siempre estaba abierto, lleva bastantes días cerrado y nadie puede entrar porque hay un candado del que nadie tiene llave. Al probar a abrirlo a la fuerza, ni siquiera se mueven las cadenas y parece que hay algo encerrado dentro...
->> Además, ¿No notáis raro que desde hace unos días, los Staraptors en Obivia parece que escasean? No han migrado nunca ni por tormentas de este tipo, solo sabemos que han desaparecido misteriosamente ¿Le encontráis alguna relación lógica? A mí me da en la nariz...que algo se cuece dentro de ese sitio y no huele a trigo limpio.
-Yo también me preguntaba eso, aunque lo veía como algo superficial. Tal vez no sean más que unos niños jugando o haciendo travesuras, suele pasar. Además, los Nappers se están movimiento hacia Isla Solfía, lo que nos deja pocas posibilidades de que sean ellos.- Rodel se levantó de la silla y abrió un armario.- Deberíamos ir a investigar, aunque con este diluvio...- Agarró algo del interior de aquel armario y nos lanzó dos chubasqueros que cogimos al vuelo de sorpresa.- Será mejor ir preparados.- Sentenció, abrochándose el suyo que era de color amarillo claro, con capucha y con unos bolsillos no muy discretos.
- Hay otro asuntillo...-Continuó.- Tenemos que resguardar la madera y el metal necesario para la construcción de la Torre de Radio y todos los voluntarios se han ido corriendo al ver esta tormenta. Yo solo no puedo...por eso también había venido aquí, necesito tu ayuda. Ya no queda mucho, un par de cajas y listo. –Más que una petición parecía una súplica, pero tras estar unos minutos pensativo, Rodel asintió y dándole una palmada en el hombro, exclamó alegre:
- ¡Cuenta conmigo!- Sonrió.- Os dejo a cargo del otro "misterio", pero si veis algo extraño, no cometáis ninguna locura y comunicádmelo por Correo de Voz ¿Entendido?- Ambos asentimos mientras lo veíamos marchar.
-Bueno, si no queda de otra...-Sonreí, no muy convencida y agarré el chubasquero por las mangas, metiendo los brazos por estas y después acomodándomelo (ni que decir que era un tanto...grande) y me puse la capucha intentando que todo el pelo se quedara dentro de ella. Invité a Pichu a meterse en el bolsillo y así lo hizo, asomando su cabeza por la abertura mientras la solapa que lo cerraba le cubría parcialmente la cabeza.
Animé a Ben a que se pusiera el suyo. A nadie a estas horas y en plena tormenta le gustaría salir a investigar algo que ni siquiera se sabe si es cierto o una jugarreta de mal gusto, pero teníamos que ir de todos modos. Piensa que es la última tarea del día antes de poder descansar al fin. Y me pregunto ¿Cuándo descansan los malos? Si incluso parecen tan frescos como las rosas...
Al final conseguí convencerle, y a desgana, se lo puso. El suyo tenía el mismo diseño que el mío, solo que era de color verde y no rojo. Finalmente se puso la capucha y cuando estábamos a punto de dar unos pasos fuera del cobijo que nos daba el tejado de la casa, un rayo, seguido de un ruido ensordecedor, nos alertó a ambos, retrocediendo un paso.
- Pensándolo mejor... ¿Qué tal si vamos después?- Rió de manera nerviosa, con un par de gotas de sudor frío en la frente e intentando quitarle importancia al asunto con un gesto de la mano.
- Oh, no, de eso nada, ahora no nos vamos a echar para atrás –Le agarré la muñeca y conseguí que saliera.- Venga, ¿Dónde está ese entusiasmo?- Disimulé una sonrisa, aunque sabía que yo tampoco tenía muchas ganas de coger un catarro, pero es nuestro deber y eso hay que hacerlo sí o sí.
- Se fue a dormir hace dos horas. -Refunfuñó. Ya a la intemperie, una buena dosis de agua y viento nos recibió con los brazos abiertos.
- Ja-Ja, muy gracioso. Ahora vamos, que hasta los Torkoals se dan más deprisa. –Le regañé y tomé la delantera, resguardándome debajo de la espesura del bosque que teníamos delante y que por desgracia, solo nos acompañaría hasta que el camino se bifurcara en dos, uno hacia el Monte Lato Lato y otro hacia el este, hacia el Puente de Buck.
Que se le va a hacer, Psyducks a nadar. No muy contento, aceptó y se puso ambas manos sobre la cabeza para que al intentar cogerme alcance no se le cayera la capucha. Y nos pusimos en camino. Habíamos dejado la casa a cargo de Staraptor (para que descansase de la persecución), de Panema y de Blue, está en buenas manos...¿Verdad? No sé si es buena idea dejarlas solas...
Mi incertidumbre se manifestó cuando al torcer hacia la derecha, tropecé con el tronco de un árbol y aunque intenté esquivar el golpe, fue demasiado tarde. Al cabo de un rato Ben llegó hasta el cruce de caminos, donde una señal con dos flechas indicaba la dirección por un camino con una buena pendiente, u otro más llano y ribereño y se acercó para ver lo que sucedía. Ni me había dado cuenta de que habíamos pasado por el puente de rayas, aunque no me extraña, con la que estaba cayendo...
-¿Estás bien? Menudo golpe...-Se acercó.- Creo que alguien más se fue a dormir hace media hora...-Bromeó, golpeándome ligeramente con los nudillos la cabeza.
- Sí, estoy b-...¡Oye, no me he quedado dormida! –Refunfuñé, hinchando las mejillas.
-Sí, sí, entonces ¿Te habrás dado cuenta de que ya estamos cerca del almacén, no?- Señaló con el dedo índice una casita de madera sin pintar, algo destartalada y camuflada entre la maleza, que se encontraba a unos quince metros de donde estábamos.
-Bueno, vale, admito que tal vez me he despistado un poco...- Ben sonrió, satisfecho.- Pero no te acostumbres. –Miré si Pichu se encontraba bien dentro del bolsillo y su mirada curiosa se dejo entrever. Sonreí y de nuevo nos pusimos en marcha.
El trayecto fue rápido, sobre todo porque a mitad de camino empezó a "diluviar" incluso más fuerte y tuvimos que ir a resguardarnos. Con las manos encima de la capucha para que no la levantase el viento, señalé a la casita. Curiosamente su puerta estaba abierta.
-¡Mira, allí ! ¡Vamos a resguardarnos!
A toda velocidad y como pudimos nos dirigimos a aquella caseta que por el momento, era el único lugar seco cercano. Esquivando algunos charcos y barrizales y cayendo en otros tantos, conseguimos acercarnos a una pila de leña que se mojaba justo al lado de la caseta. En un último sprint, nos resguardamos bajo el tejado maltratado por los agentes erosivos de la naturaleza y cuya protección agradecíamos muchísimo. Ambos nos quitemos las capuchas y Pichu salió del bolsillo tímidamente. No le gustaba nada el agua.
-Al parecer, Bigón tenía razón.- Susurré. Dentro se oían susurros seguidos de arañazos y pequeños gemidos.- Ahí hay algo y no me gusta ni un pelo...
-Yo también lo oigo. Pero estoy seguro de quien sea quien esté ahí dentro, esconde algo.- Él también se asomó de espaldas a la puerta e hizo una cuenta atrás con los dedos. Una vez terminada y dada la señal, asentimos y con los Capturadores en guardia, entremos sigilosamente en aquel almacén misterioso.
Por dentro era incluso más grande de lo que parecía por fuera y estaba oscuro, debido a que la única lucecilla titubeante que iluminaba el lugar era una pequeña bombilla colgada del techo y a punto de fundirse. Rápidamente nos escondimos detrás de los montones de cajas, vigas de madera y demás artilugios que se acumulaban allí, para poder escuchar mejor. No podíamos ver casi a la persona, pero si oírla.
-Y, por último... ¡No hay que olvidarse de cerrar con llave!- ¡Click! Entonces comprendí, detrás tenía una enorme jaula de color rojo y oxidada de la que procedían esos gemidos.- ¡Tal que así!- Se felicitó y se dio la vuelta hacia la puerta. Bajo la poca luz que nos alumbraba vimos que era... ¡Un Napper! ¡Cómo no! Entonces, se volvió a girar hacia la jaula, para comprobar que estaba bien cerrada a cal y canto.
- Ahora encaja todo...
- ¡Dentro de esa jaula han encerrado a algo o a alguien! Tenemos que hacer algo.
- Me leíste el pensamiento.
- A la de una, a la de dos y a la de... ¡Tres!- Y salimos los tres de detrás de nuestro escondite, pero a pesar de todo, el recluta no se percató aún de nuestra presencia. Hora de hacer algo de teatro.
- Te lo dices a ti mismo para motivarte... ¡Eso sí que es trabajar bien! –Dije con sorna e ironía.
- ¿Verdad que sí? –Asintió alegremente sin darse la vuelta.- Si uno se acostumbra, no corre el riesgo de meter la pata.
- Una pena que ya la hayas metido.- Terminó Ben. Entonces el Napper se giró, y sorprendido, retrocedió.
- ¿¡Queeé?! ¿¡Un Ranger?! ¡No, espera! ¿¡Dos Rangers?!
- ¡Pi-chu-piii!- Reclamó su parte de protagonismo.
- Ah sí, claro, y un Pichu...
- ¿Por qué no eres amable y nos cuentas lo que estabas haciendo aquí?- Dije de brazos cruzados.
-Estooo...pues...como os diría...- El pobre miraba a todos los lados intentando buscar una salida a todo aquello.- ¡Ay, madre! ¿¡Qué hago?! (...) ¡Ah, si! ¡Ya lo sé!- Alzó el brazo al aire y una luz morada salió de su guantelete. - ¡A ellos!- A continuación, dos Ledian acudieron su llamada, atacándonos de inmediato, cosa que pudimos evitar de puro milagro.
-Parece que no será del todo fácil...-Apoyé una rodilla en el suelo, mientras con las extremidades libres aguantaba el equilibrio.
El ataque que hizo con sus brazos el Ledian había derrumbado una montaña de cajas pesadas en medio del almacén, y para esquivarlo, tuvimos que dividirnos. Con lo que no contábamos es que el derrumbe fuera tan grande como para dividir el almacén entero en dos...¡Con uno a cada lado! Agaché la cabeza y me escondí tras una caja para que no me vieran, parece que los Ledian nos estaban buscando, pero antes...tenía que asegurarme de que nadie había quedado bajo aquella masa enorme de madera.
Pichu no estaba por los alrededores, así que supuse que estaría con Ben al otro lado...bien, supongo que es un punto a favor, entonces puedo hacer esto...Me acerqué un poco más y sigilosamente, golpeé tres veces con los nudillos la superficie de las cajas. Espero que me oigan...
En ese preciso instante, al otro lado de la barrera de cajas...
-Iufff...-Suspiró.- Eso estuvo cerca ¿Estás bien tú también, Pichu?- El pequeño ratón eléctrico le asintió con una sonrisa.- Bien...El problema es que no sabemos cómo es el panorama al otro lado...uhm. -Se quedó pensativo unos momentos, pero Pichu se dio cuenta a tiempo de que un Ledian estaba montando guardia aérea, y en un rápido movimiento, empujó a Ben hacia un montículo de cajas.- Uff...Gracias, si no llega a ser por ti nos habría descubierto...-Suspiró nuevamente.- Aún sigo preguntándome por qué hace esto ese tal recluta ¿Será un plan?...A lo mejor y se volvieron más listos...-En el acto, asomó su cabeza por un recoveco, dirigiendo la mirada hacia la nerviosa silueta del recluta, que solo se limitaba a temblar alejado de sus Pokemon.- Obvio, no han cambiado nada y esto le ha salido de chiripa...
Pero Pichu interrumpió sus cavilaciones ¡Sus orejas habían empezado a moverse ligeramente! Rápido como el viento, se acercó para ver lo que pasaba, y él también acercó la oreja al muro de cajas, esperando oír algo del otro lado. Y por fin...
"...Toc, toc, toc..."
Eran golpes tímidos, ligeros, pero los podía escuchar a la perfección. Sin perder un segundo, repitió el gesto, y este se vio respondido por otros tres golpes. Estaba claro, quería decirle algo...y...¡ya lo entendía! "Así que cada uno se tendrá que ocupar de un Ledian y luego derribar la barrera con ellos ¿eh? Suena interesante." Pensó el chico y le dirigió una mirada cómplice a su amigo Pokemon.
-¡A liberar a esos Ledian! –Y ambos asintieron, decididos y saliendo de su escondite.- ¡Captura...en curso!
En el otro lado...
La línea del disco Capturador se deslizó rápidamente alrededor del Ledian, queconfuso e incrédulo, no hacia mas que mirar la pequeña peonza tan rara ybrillante que lo estaba rodeando. Poco a poco el círculo se fue estrechando más y más, hasta que se cerró porcompleto, haciendo brillar el cuerpo del Pokemon, indicando que ya estaba librede todo control.
-¡Bien! Ahora, Ledian ¿Podrías abrir paso entre estas cajas,por favor?- Asintió y usando sus dos brazos, apeleó la montaña de cajashasta moverlas y dejar un hueco entre ambos lados ¡Impresionante! - ¡Muchasgracias! - Me despedí.
Me pusé una mano en la boca y guiñé un ojo condificultad, mientras intentaba abrirme paso entre la enorme nube de polvo que selevantó al hacer trizas las cajas. Tosí un par de veces más¿Pero donde se habían metido Ben y Pichu? ... ¿No me digas que...? No, no puedeser, contestaron a los toques, así que están bien. Pero entonces...¿Dónde...? (....) Entonces oí unas toses provenientes de cerca y con esperanza, meacerqué un poco más.
El polvo se fue disipando poco a poco.Di un paso más al frente y...Lo rimero que ví fue al recluta Napper siendoacorralado por Ben y Pichu. Estaba nervioso y temblaba como un flan, se dio lavuelta pero la pared de detrás no le permitió escapar y solo con verme que meacercaba, creo que terminé con las pocas esperanzas que le quedaban de huir.Tragó saliva y nos miró fijamente.
-¿Llego en buen momento?- Sonreí.
-¡Brisa! Llegas en el mejor. Estábamoshablando tranquilamente con este señor sobre las razones de su equipo paraencerrar algo en aquella jaula.- Los destellos de un rayo iluminaron la estancia y después, el ruido estruendosode un trueno lo precedió.
-Oh, entiendo ¿Puedo ayudar?
-Claro.- Y me cedió el sitio. Carraspeé un par de veces.
-¿¡Que hay dentro de esa jaula y porque la estáis guardando aquí, habla?!- A Beny Pichu les pitaron tanto los oídos que acabaron caídos en el suelo.
-Y-yo...no...¡No puedo decir nada!
- ¿No has sido un pelín-demasiado directa?
- No sé hacerlo de otra forma. –Sonreí nerviosa, llevándome la mano a la nuca.Suspiró.
-Bueno...pues lo haré yo. –Se giró de nuevo al Napper- ¿Por...? (...)- Cuando nosquisimos dar cuenta el Napper ya se había ido a la fuga.- ¿Q-qué? ¿¿Dónde hametido??- Miró a su alrededor, pero no había señales de vida.
- ¡Por allí, va a escapar!- Exclamé, dispuesta a correr detrás, pero ya sehabía marchado a todo correr por la puerta y sería imposible darle alcance contanta diferencia de tiempo.- Se escapó...
- Déjalo, todavía no sabemos que hay en esa jaula o porque lo han encerradoahí, pero tal vez cuando consigamos abrirla se resuelva este rompecabezas.
- Por cierto, ¿No había dos Ledians? Cuando se cayeron las cajas creí ver dospero cuando pasé a vuestro lado el otro Ledian no estaba ¿Escapó también?
- No. Al parecer el Ledian que tu capturaste era el verdadero. –Hice una muecade incomprensión ¿El verdadero? - Verás, justo cuando íbamos a capturarle, este sedesvaneció como un fantasma y desapareció, así que creo que usaría sustitutoantes de salir a atacarnos.
- Ahora que lo pienso tiene sentido... ¿Pero para que querrían...?-Mi mirada fue aparar a un objeto metálico que brillaba en el suelo y con una ceja arqueada,extrañada, lo agarré.- ¿Uh, que es esto? Parece una llave...- Nuestras miradas sejuntaron, como "¿¡Estas pensando lo mismo que yo?!"
-¡Es la llave de la jaula!- Gritemos al unísono.
-Debió de caérsele en su huida ¡Esto nos da un punto a favor!
- ¡Y que lo digas! No hagamos esperar más a nuestros huéspedes o recibiremos quejas. –Guiñé un ojo en tono de broma.
Pichu se subió a mi hombro y nos acerquemos a la gran jaula de metal, que apenas tenía un par de rejillas de ventilación, por las que se oían continuos gemidos, arañazos y... ¿Aleteos? Qué raro. Con cuidado, metí la llave en la cerradura polvorienta. Gracias a que estaba muy oxidada nos costó un buen rato darle la vuelta, pero al fin, se abrió y la sorpresa que nos encontremos dentro fue... (...)Tragué saliva.
-¡¡¡¡COREEEEEEE!!!!!-Exclamé cogiendo de la muñeca a Ben y saliendo pitando ¡Esa jaula estaba repleta de los Staraptor desaparecidos de toda la región de Oblivia! Y ahora salían disparados como proyectiles en busca de poder volar al fin. Quien sabe cuánto tiempo llevarían allí encerrados...
Los Staraptors volvieron a sus hogares, unos se quedaron en Reirís, otros se fueron a Mironda, otros tantos a Isla Dolzor, a Solfía...incluso al Volcán Fascuas. La pantalla del Capturador indicaba centenares de puntos de luz separándose en el cielo para después cada uno tomar el rumbo que más se ajustara a sus gustos. Por fin, "los vientos" de Oblivia, habian desplegado sus alas. Era una alegría verlos volar libremente...¡Pero menudo susto!
-Al final resultaron ciertas las sospechas de Rodel...¡De no ser por el despiste de Bigón al descubrir la puerta abierta, las autoridades aéreas seguirían buscando la causa de la desaparición de tantos Staraptor! -Exclamó aliviado Ben.
-Suerte que tenemos agentes en cubierto ¿eh? -Bromeé con una sonrisa.
-Tan en cubierto que ni siquiera nosotros lo sabíamos...Bueno, lo mejor de todo es que esos Staraptors vuelven a estar libres...¡A saber cuánto tiempo habrían estado en esa sucia y polvorienta jaula, pobres! Solo hay que ver como se lanzaron a la salida en cuanto vieron una luz, wow...pero valió la pena.- Se colocó la capucha antes de esbozar otra alegre sonrisa, gratificante y satisfecha.
- Me alegro por ellos- Dije mirando al cielo. Las nubes negras permanecían ahí, al acecho, entre vagos destellos eléctricos. La lluvia había amainado, pero aun no arreciaba, por desgracia para nosotros. Volví a mirar a mi amigo, fugazmente, para volver a dirigir la mirada a un punto perdido del cielo ennegrecido.- ¿Acaso nunca valió la pena?
-Siempre.
- Por suerte, no todo es malo ¿Cierto? Existen otras organizaciones, personas, criaturas...que no albergan esa ambición en su interior, que buscan ayudar y persiguen cooperar. Que solo buscan la felicidad de todos y que su riqueza es su espíritu justo y las sonrisas de los que lo rodean. Aquellas personas que iluminan lo que antes estaba oscurecido...Al fin y al cabo, la luz no puede existir sin la oscuridad y viceversa, al igual que en la bondad siempre hay algo de maldad y al revés. La lucha por el equilibrio es eterna...
-Pero mientras podamos ver la felicidad de los demás, sin rencores, sin nada, viviendo con una sonrisa, será suficiente para que valga la pena seguir, para que sea nuestro combustible a la meta.- Terminó la frase, mirando fijamente el Capturador.
Las sonrisas satisfechas inundaron el entorno.
-Creo que respondí bien. -Sonrió.- Quiero mi premio ¿Y bien?- Puso los brazos en jarras, aunque yo aún no sabía que estaba bromeando. Entonces, un Fearrow extraviado pasó por encima de nuestras cabezas, pero al parecer solo yo me di cuenta, que ironía. Al percatarme de sus intenciones, me aparté un paso hacia atrás y conté con los dedos.
- Bien, pues ahí viene. –Sonreí.- 3...2...1...
- Espera ¿Por qué cuentas...?-Desconcertado, no hacía más que mirar a ambos lados, pero...demasiado tarde.
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Continuará...
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