La guarida de los Nappers.



(Narra Verán)


Todo había ocurrido tan rápido...De un mometo a otro volvía a estar libre y al lado de mis amigos. Estaba tan contento de volver a camiar a mis anchas, de volver a hablar con Brisa y sentir el Sol y el viento en mi cara...que el dolor parecía desaparecer por momentos. Maldito rayo carga. Sin embargo estaba algo descolocado. En esos días Brisa había conocido a tantas personas que la habían ayudado que me sentía confundido...Buck, Panema, Nico, Lea, Rodel, Bigón...Tantos nombres, y no sabía de ninguno de ellos. Por lo menos Brisa me puso al tanto de cada uno, pero aún así, me sentiría un poco incómodo y avergonzado ante ellos. 



No podía parar de pensar mientras caminabamos hacia una villa en una cosa. Habría sio tan diferentes si las cosas no hubieran sucedido como lo habían hecho...¿Qué habría pasado si mi amiga no se hubiera interpuesto entre mi destino y yo? ¿Habría mejorado? Tal vez yo no habría tenido tanta "suerte" de naufragar y ella habría sido capturada igual...Quizás, habría sido peor. Sacudí la cabeza, no podía cambiar las cosas y ya poco importaba. Estábamos otra vez juntos como al inicio y listos para devolverles con creces lo que nos habían hecho.



Me quedaba tanto que aprender de esa región...solo acababa de dar el primer paso.



Ya en Villagonal...(Narración normal)





-¡Verán! ¡Qué alegría poder verte de nuevo sano y salvo!




-¡Eustaquio! –Nos acercamos a todo correr hacia el Puerto.-Regresamos de una pieza.




-Menos mal, unos cuantos días más y Brisa habría acabado sacándole los ojos al tipo ese de rojo.- Dijo Eustaquio cerrando los ojos inconscientemente.




-¡Eustaquio!-Exclamé interrumpiéndole.




-Ah, por cierto. Tengo bueno noticias: Buck reunió a suficiente gente y entre todos han reparado el puente. Ha costado un poco, pero ya está.




-¡Bien! Por fin podremos pasar a pie de una isla a otra.




-Exacto, y con vuestro permiso, Eustaquio se adelanta.-Salió disparado en dirección a Isla Reiris, dejándonos con las palabras en la boca.




-Vaya...¿Qué tendrá que hacer en Isla Reiris que lo tenga tan ajetreado?-Pregunté extrañada.




-No lo sé, pero parece importante.-Volvió a girarse hacia mí.- Bueno, ¿Y que hacemos ahora? ¿Algún plan?




-Primero hay que avisar a Rodel de lo sucedido y que vean que estás sano y salvo. –Sonreí, caminando en la misma dirección que Eustaquio.- Nos tienes que contar todo y ese brazo tiene mal aspecto.- Dije preocupada.




-¿Nos, acaso hay más personas?-Preguntó confuso, siguiéndome de cerca.




-¡Claro! Lea, Panema, Rodel, Buck y yo estábamos muy preocupados por lo que había sucedido...




-¡Pichu!




-Ah, y también Pichu.- Reí divertida.



-Nunca pensé que hubiera preocupado a tanta gente...lo siento.-Al instante bajó la mirada. Lo conocía y sabía que odiaba preocupar a la gente.




-¡Pero serás tonto! No tienes que pedir disculpas –Le despeiné riéndome.- Los seres que te quieren es normal que se preocupen por ti, así que ¿sonríe, si?




-Cl-claro.- Se peinó de nuevo.




-Venga, vamos a ver quién llega antes. Por los viejos tiempos. -Propuse con una sonrisa.- A la de tres...1...2...¡Ya!-Me puse a correr puente a través.




-¡Hey! ¿No era hasta tres? Uyy...que tramposa. –Dijo divertido, dándome alcance. Me giré y le saqué la lengua. Sip, un comportamiento muuuuy profesional.




-Voy a llegar la primeeeera.




-No si puedo impedirlo-Rió. Y su mirada desafiante se clavó en el horizonte.




En casa de Rodel...




-H-he ganado.-Dije jadeando, mientras apoyaba una mano en la pared de la casa exterior.




-Pero has salido antes, tramposa.-Sonrió como pudo, también cansado.




Tras recuperar un poco el aliento entremos tras tocar a la puerta. Dentro de la casa encontremos a Eustaquio, que casi nos echa la bronca por llegar tarde ¡Pero si habíamos llegado corriendo!




-Eustaquio, me ha puesto al día sobre todo.-Dijo Rodel on semblante serio.- Y bien, ¿tú eres Verán no?




-Si, señor.-Dijo algo incómodo con la situación. Ese Ranger local tenía el mismo halo de respeto que le infundía el Profesor Gobios.- ¿Cómo lo sabe?




-Hay cierta personita que nos ha hablado mucho sobre ti.-Entornó los ojos, mirándome. Se me erizó el pelo y le hice gestos para que no lo dijera, pero al final lo hizo y me di una palmada en la frente, como solía hacer. Seré bocazas.




-Encantado.-Sonrió.




-Pasemos a las presentaciones.-Se giró hacia su familia y fue señalando punto por punto, con una pequeña sonrisa.- Yo soy Rodel, ella es Lea, mi esposa y Panema, mi hija. A los demás ya los conoces.




-Un placer.- Hizo una especie de reverencia ya que no sabía qué hacer en ese momento.- Pero tengo malas noticias...mi Capturador está roto, lo rompieron esos tipejos.




-¿Alguien ha dicho Capturador?-Panema viene corriendo hacia donde está Verán y se acerca tanto que lo tira al suelo.- Yo me ofrezco a arreglarlo, por faaaa...-Típico...




-V-vale.-Dijo mientras se ponía en su sitio las gafas de aviador y le deba su Capturador. Como una flecha, Panema se metió en su Laboratorio, con la típica frase "Solo serán cinco minutos".




- Guau... ¡Increíble! Si pudiera hacerlo, ¡encontraríamos la guarida de los Nappers enseguida!- Al chico se le iluminaron los ojos.




- ¿Cómo?- Rodel no había entendido muy bien.




Verán les contó todo lo que había pasado desde que él y su compañera de misión se habían separado por el famoso accidente. No le hizo mucha gracia relatar aquellos días en los que estuvo cautivo o las veces e ideas que planeó para escapar con métodos de lo más originales. Por desgracia no funcionó ninguno, pero los presentes seguían atentos, sin mover un solo pelo. Finalmente llegó a la parte de su último intento de huída y cómo se había hecho daño en el brazo.



-En cuanto desperté me llevaron entre dos Nappers hasta un lugar extraño y no me dejaron ver nada. Intenté escaparme pero el chico ese de la mecha me dijo que íbamos a un lugar especial. Me quedé quieto por mi bien y lo demás ya se lo ha contado Brisa.



-Vaya historia...-Suspiró Rodel, al que aquellos casos de "secuestro Ranger" ya lo tenían harto.




-A todo esto, he de decir que he conseguido descifrar parte del libro antiguo que nos trajo Brisa.-Dijo Lea, sentada en la mesa.




-¿Perdón? ¿Que ha conseguido entender algo de ese mamotreto? Lea, ¡tendría que hacerse arqueóloga!- Eustaquio estaba más feliz que unas Pascuas con esa afirmación.



-... Ya soy arqueóloga.-Inquirió ella con una gran gota.- Y, según lo que he averiguado, en las islas de Oblivia se encuentran unos símbolos extraños en los monolitos. Estos símbolos se llaman invoformas. De alguna manera, éstos serían llaves para abrir una puerta ancestral.




-Invoformas...¡Espera, yo he oído eso antes!- Recordé la conversación con la líder de azul antes de que se formara todo el lío posterior.-Sí, estoy segura, Blue Eye, me habló de ellas.




-Una puerta ancestral... ¿Será por un casual aquel dibujo que arrancaron los Nappers del monolito de la Cueva Rasposa? ¿Y dónde está esa puerta ancestral?-Dijo Rodel, preocupado.




- Lamento decir que no hay ninguna indicación al respecto.




-¿Quieres decir que es posible que esos caraduras de los Nappers estén intentando abrir esa puerta...a algo?-Preguntó Verán.




-No me gusta nada como suena eso.-Susurré con rabia.




-Aquí está tu Capturador.-Dijo Panema, saliendo del laboratorio.- Ah sí, Brisa, déjame el tuyo también. Voy a hacerle una puesta a punto rápida. -Al cabo de unos minutos vuelve con mi capturador también arreglado.




-¡Tacháaan! ¡Ya se puede establecer comunicación entre los Capturadores!- Estaba muy contenta. Esa chica era impresionante. Ambos nos alegramos mucho, era un avance.



-No sé cómo lo haces...¡Pero eres genial!- La felicité y ella se sonrojó por tanto elogio.




-Pero si no has tardado ni cinco minutos, ¡eres increíble!-Exclamé Ben, pero fue interrumpido por un pitido proveniente de su Capturador.




-¡Mira, Brisa! ¡El Capturador esta recibiendo la señal del rastreador! Panema, ¡qué grande eres!




-¿Y hacia dónde indica?-Preguntó Rodel, que se había acercado a nosotros de un salto, intrigado.




-Pues... Apunta a Isla Mironda. Hacia la zona costera al sur de la isla.- El Ranger de la isla se rascó la barbilla y adoptó una pose pensativa.




-Al pasar la cueva de Villagonal se llega a un cabo. Nunca se ve un alma por allí, el camino hasta el cabo es muy escarpado, así que, entre eso, y los desprendimientos de rocas que bloquean el paso, hacen que sea un lugar impracticable. ¡El lugar ideal para una guarida!




-Pues ya sabemos donde están esos Nappers, ¡Y hay que poner fin a sus planes antes de que sea tarde!-Exclamó, alzando el puño.




-¿Y a qué esperamos?- Sonreí emocionada. Tenía la sensación de que se me olvidaba algo...pero no le di importancia.




-¡Así se habla! ¡Andando! -Pero antes de que saliéramos corriendo por la puerta una voz os detuvo en seco.




-¡Un momento! Hay algo en vuestros Capturadores... mientras los ponía a punto, he descubierto una función bloqueada y he conseguido activarla. Desde ahora, podréis usar la carga del capturador.




-Por lo general, hay que contar con la aprobación del Prof. Gobios para poder desbloquear este tipo de funciones. Pero al vernos envueltos en una emergencia... ¡No nos queda mas remedio! Yo me hago responsable. ¿Puedo encargaros que persigáis a los Nappers?




-¡Pues claro!-Exclamamos al unisono y Lea sonrió, contagiada por nuestra actitud.




-No vamos a dejar que esos tipos se salgan con la suya.-Dije seria. Corrimos hacia el exterior pero otra voz nos detuvo y caímos al suelo de narices por la inercia.



-¿Y ahora qué~?- Suspiró Verán, frotandose la nariz por el golpetazo. Rodel le señaló el brazo y él se rascó la cabeza, avergonzado.- No es nada...en serio.



-En esas condiciones no puedes marcharte.- Le advirtió.




Tras curarse las heridas y colocarse unas vendas para que cicatrizaran antes, el dúo de Rangers y Pichu llegan a Isla Mironda, se acercan a la entrada de lo que parece una gran cueva e intentan entrar, pero antes de pasar una mujer les advierte de lo peligroso que es. La escuchan, pero hacen no caso omiso a sus palabras, alegando que son Pokémon Rangers. Entran en un pasadizo y salen al Acantilado Temor, al aire libre, donde se respiraba una brisa marina llena de tensión. Antes de dar siquiera un paso encuentran a dos Nappers hablando entre ellos.




- ¡Mira qué tierno! ¿Qué es esto, una excursión de la Escuela Ranger? ja, ja, ja. Nos viene al pelo... ¡porque vamos a quitaros el almuerzo!- Mi cara adoptó una expresión muy cómica...¿Really?




- Espera... ¡Que creo que estos son rangers en activo! Si hasta hicieron rehén a nuestra líder, ¿no? 




-Correcto...- Afirmó mi compañero.




-Y verdadero.-Sentencié.




-En menudo lío nos hemos metido...- Zasca, por bocazas.




-Bueno, vamos a centrarnos. ¡Nos han dicho que nos vamos en dos minutos!



-¡Ay madre! ¡Que no llegamos! En fin... a lo que vamos. ¡Adiós, Rangers! Sera inútil que intentéis seguirnos ¡Bye! -Los Nappers se marchan a toda leche, dejando una estela de polvo a su paso. Nos costó en reaccionar ante aquella situación tan extraña.




-¿Han dicho que se van en dos minutos?




-Eso creo...¡Pongámonos en marcha antes de que se nos escapen!-Exclamé.




-¡Detengamos los planes de Blue Eye!




MISIÓN: ¡Arruina los planes de Blue Eye!

*Los Rangers hacen su pose.*





Nos pusimos en marcha, pero al haber corrido ya un buen trecho, vimos que el camino estaba bloqueado por gigantescas piedras que nos costaría mucho en escalar o rodear. No teníamos tiempo ara esos juegos de niños, teníamos que buscar una solución rápida o se nos escaparían.




-¡Oh no!¡Por eso dijeron que no podríamos seguirlos! ¿Qué hacemos? Esto es imposible de pasar...




-Nunca le digas nunca a un Ranger.-Dijo con una sonrisa y comprendí a lo que se refería. Dibujo el símbolo en el suelo como una exhalación.




Dicho y hecho. Enseguida apareció Entei envuelto en llamas y tras montar en su grupa, destrozó el cúmulo de rocas, haciéndonos accesible el paso. Pero al despedirnos de este y creyendo que todo estaba ya ganado, pudimos comprobar como el terreno se había derrumbado creando grandes agujeros que ni locos, podríamos saltar o rodear. Llamé a Raikou de la misma forma que Entei, y con un chispazo éste apareció, rugiendo como el trueno. Montamos en él de nuevo, rápidamente y saltemos los numerosos agujeros del acantilado abierto al mar, en una carrera contrareloj. En el éltimo tramo, se extendió hacia nosotros una distancia de casi 5 m hasta el submarino y una plataforma de roca, donde nos encontrábamos.




-Vamos allá.- Sentencié muy seria. A pesar de que Ben me advirtió de buscar otra alternativa, le persduaí de que no se preocupara. Ni yo estaba segura de lo que iba a hacer. Raikou saltó y en esos instantes parecía que podíamos volar. El viento en la cara...y nada bajo los pies. Tras conseguirlo y despedirnos de él, agradeciéndole su ayuda de corazón, nos preparamos para entrar.



-Este submarino se me hace familiar...No me extrañaría que fuera el mismo que me hizo naufragar.



-Así que es aquí donde me tuvieron encerrado... Todo encaja, lo tuyo y lo mío.




-¿Cuánto nos queda?-Dije suspirando más tranquila.




-4 segundos.




-¿¡QUEEEEÉ?!-Exclamamos los dos a la vez, sorprendidos. Sin tiempo que perder, entramos por la escotilla en el último segundo.




-Ufff...Por los pelos...-Me deje caer al suelo. El corazón me latía a mil por hora. Una voz electrónica nos llamó la atención.




Voz en off informativa-"El subamrino va a zarpar"




-¡Ya no hay vuelta atrás!




-¿Acaso la necesitábamos? Vayamos a por Blue Eye-Dije determinante. Mi camarada adquirió mi misma pose e intercambiamos una mirada cómplice. Ambos asentimos al mismo tiempo.




-Adelante.



o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Continuará...



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