¡La clase al aire libre!



Me encogí de hombros y lo seguí. Atravesamos el pasillo derecho y entramos en la última estancia, la clase del Sr. Óseo. ¡A saber que habría dentro! Por suerte no encontramos nada del otro mundo, Pokemon salvajes a montón, un Zubat, dos Bidoof y dos Pichu. No la había visto antes, pero un extraño olor a gomina de pelo y una mala espina me recorrió en esos momentos.



-Date prisa y encuentra el Capturador. Esto cada vez da más ... -Se calló.- Esto...nada, déjalo.



 Eché una mirada rápida sobre todos los objetos y pronto avisté, encima de la mesa del Profesor, el artilugio Ranger. Me agaché, caminando a cuatro patas para que el Zubat no me viera y me acerqué al armario. Una vez cerca, me levanté lentamente para que los Bidoof no me vieran como una amenaza, y rápidamente, agarré el aparato de color verde y eché a correr hacia la puerta, diciéndole a Silvio que saliera él también todo lo que pudiera correr. No hizo falta decir más, salimos a toda pastilla. Me agaché apoyando mis manos en las rodillas, recuperando el aliento.



-Bufff...Bueno, ya tenemos los cuatro Capturadores, ¿Ahora a dónde teníamos que ir? Esta escuela aún me tiene algo perdida...



-No hay remedio...Al sótano, según las reglas hay que dejarlos en frente de la puerta del laboratorio del Sr. Óseo sin que nadie se dé cuenta. – Suspiró y comencé a caminar en línea recta hacia el hall principal, donde estaban las escaleras.



-¿Y quién formuló esas reglas?- Pregunté con curiosidad.



-Pues...Al principio era un juego pero se acabó convirtiendo en una prueba.- Sonrió.- Así que...te lo puedes imaginar.



-¿Vosotros? –Me planté justo al lado de las escaleras que bajaban hacia el oscuro sótano, del cual subía una corriente de aire frío.- No me lo había planteado. –Esbocé una media sonrisa.- Pero me parece una "buena "idea.



-¿Debería decir gracias?



-Deberías. –Sonreí y bajemos las escaleras de madera. 



Poco a poco la visibilidad se fue haciendo menor y la densidad del aire parecía aumentar con cada paso hacia abajo que diéramos. Una vez abajo del todo, nos encontramos con que el camino estaba obstaculizado por varios troncos de árboles apilados e infranqueables de otro modo que no fuera cortándolos.



-¿Pero qué es esto? Nunca había visto estos obstáculos aquí ¿Quién los pondría? –Los miró confuso. Tenía razón, allí no entraba nadie excepto el Sr. Óseo.... ¿Habría sido él?



-Pues que se le va a hacer, habrá que quitarlos de en medio con "delicadeza". –Sonreí ampliamente.



-Uy...esa cara no me dice que sea muy delicado...



-Tú solo mira.- Sentencié y capturando silenciosamente a dos Zubats de un par de giros, les pedí ayuda y cortaron los troncos que impedían el paso. 



Cuando el último fue derribado se colgaron en el techo y allí se quedaron, inmóviles. En un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos frente a una puerta metálica, la única de todo el estrecho pasillo, que tenía un letrero que decía "Laboratorio Secreto". Desde luego muy secreto no era eso sí...En eso estaba pensando cuando Silvio escuchó algo sobrenatural.



-Oye...Brisa ¿Tú no has oído algo? –Dijo mirando a los lados, con nerviosismo.- ¿Algo como...unos ruidos raros?



-Si quieres asustarme, esta vez no lo vas a lograr, no hay nada extraño aquí, la oscuridad a veces nos juega malas pasadas. –Justifiqué. Realmente creía que era otra broma de Silvio.



-¡No es mi intención asustarte! –Le miré, levantando una ceja, con los brazos en jarras.- Bueno, esta vez no...



-Ya, déjalo, no funciona.



-Bueno, piensa lo que quieras. Deja los Capturadores aquí y volvamos cuanto antes a los dormitorios, ya está. Pero date prisa ¿Vale? No aguantaré mucho mas aquí...-Se quejó, mordiéndose las uñas nervioso.



-Vaaaale...per-...



-¡Espera! Silencio...He oído algo extraño.-Susurró, acercando su cara un poco a la puerta, agudizando sus oídos. Esta vez sí que no podía ser una broma, así que accedí e hice lo mismo. Pero justo en ese momento...¡¡Cuatro Gastly aparecieron de la nada, haciéndoos retroceder e incluso tropezar y caer al suelo del susto!!



-¡¡¡¡AHHHHHHHH!!!!- Gritemos, intentando alejarnos de aquellas bolas de gas bufonas.



-¡Te dije que había algo raro! ¡Te lo dije! 



-¡Vale, vale te creo! –Exclamé dando un paso hacia atrás.- Pero... ¡Lamentándonos no les haremos frente! ¡Adelante, Captura en marcha!



Liberé la espada de luz en frente de esas cosas. Era sumamente difícil, principalmente porque al ser fantasmas se tele-transportaban o traspasaban las paredes, evitando que finalizase mi línea de captura, pero con una ingeniosa estrategia, los mantuve acorralados por la luz brillante del Capturador y por fin, logré calmarlos.



- Ah...solo eran unos Gastly...bueno...-Suspiró más aliviado.- Aún así has reaccionado muy rápido ¿Cómo lo hiciste?



-Bueno...no lo sé ¿Acto reflejo? - Dije con una gota en la cabeza, disimulando una sonrisa. 



-¿¿¿Quién ANDA AHÍ???- Dijo un señor de pelo rubio engominado hasta el máximo que salió del laboratorio muy enfadado. Nos pegó tal susto que por unos momentos pensé que no sentía el corazón.- ¡Nadie puede bajar al sótano excepto yo! –Nos reprochó, realmente daba miedo  ¿Y de dónde rayos salía ése? Espera..."excepto yo"... ¿Será el Sr. Óseo? Qué terrorífico...



-¡Uuuf, corre! ¡Vámonos volando!-Exclamó Silvio alertado y salimos corriendo a toda pastilla hacia el piso superior sin mirar atrás. ¡Desde luego, menudo susto! Cada uno se fue a su respectiva habitación y cerremos la puerta con un fuerte portazo. Me metí a la cama tapándome hasta la cabeza, en esos momentos no quería que nadie me viese.



En el Laboratorio...



-¿Ocurre algo, señor?- Preguntó un chico con uniforme escolar y peinado de setarubio.



El laboratorio era todo un desastre, las mesas blancas estaban llenas de tubos y papeles sin recoger que incluso se esparcían por todoel suelo. Dos o más cajas de mudanza abiertas que contenían libros deenciclopedias, estanterías de biblioteca desordenadas, una silla de escritoriocon ruedas morada y que casi estaba tirada en el suelo y un portátil encendidoque representaba un extraño gráfico de colores.



-No, no es nada. Solo era un Zubat formando algo de alboroto en el pasillo.- Seexcusó el Sr. Óseo. Se acercó al chico y el gráfico.- Por cierto...¿Ha tenidoéxito el experimento? ¿O ha sido un fracaso? 



-No es posible determinarlo aún. Los sistemas de control no han acabado, perosolo falta hacer algunos ajustes. –Siguió tecleando.



-Isaac. Cuento contigo para que de resultado. Dicho lo cual, mira que tarde es.Dejemos nuestra investigación por hoy. -Concluyó, cerrando un libro que habíarecogido del suelo. –Hay que evitar la falta de sueño. 



-Entonces volveré al dormitorio ¡Buenas noches, Sr. Óseo!- Le deseó el chicode pelo de seta, Isaac, saliendo tranquilamente por la puerta y cerrándola a supaso, dejando a aquel hombre solo en la habitación, entre aquel desordencaótico.




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Entonces mi recuerdo se volvió de un blanco difuso y pestañeé, volviendo a mipresente.



-Y así fue cuando le cogí pánico al Sr. Óseo. –Reí.- No completé laprueba, pero fue muy divertido...Bueno, la parte final no, casi me da un ataque,ese señor daba mas miedo que los Gastly.



-Me lo contasteis a la mañana siguiente. Recuerdo que no paré de reír al oírtales cosas por parte de Silvio y tuya. –Sonrió divertido. Se acercó más a labarandilla y colocó sus codos sobre ella, mirando el mar.- Los días sepasaron rapidísimo y cuando nos quisimos dar cuenta era el día de la esperadaclase al aire libre ¿Te acuerdas?



Una ráfaga de brisa marina me rozó la cara, para después perderse en lasinmensidades del mar brillante...No podía cambiar lasonrisa ligera pero amable que se había dibujado en mi rostro.



-Tienes razón...-Suspiré.- Como se nota que cuando lo pasas bien el tiempo no tiene medida. Recuerdo que siempre estábamos riendo losseis, como un grupo inseparable ¡Hasta cuando un viernes se nos ocurrió patinardescalzos por los pasillos encerados y el Sr. Óseo detrás nuestro! – Tras deciresto, los dos reímos al unísono.- ¿Qué si me acuerdo? ¿Estás de broma? ¡No medivertí tanto en años! –Exclamé alegre y de nuevo un recuerdo me vino a lamente.



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Dos meses habían pasado desde el ingreso de Brisa a la Escuela Ranger. Dosmeses, que no pasaron en vano. Sus habilidades mejoraron con el paso del tiempo, aligual que su agilidad...¡Y sus chistes malos, por supuesto! Vale, eso ultimo nocuenta...Pero si hay algo que se mantuvo fue la amistad que se estableció entreseis de los estudiantes de aquella Escuela, una amistad única y que haciasonreír a cada momento a la oji-castaña, contenta hasta tal punto, que sepreguntaba si de verdad los merecía, cosa que muy pronto arreglaba Ben, con unacolleja de broma que hacia reír a todo el grupo, incluido ella.



 Cada recreo eraun juego nuevo, tal vez un entrenamiento especial de habilidades con Caty yPrimo o simplemente una charla animada sentados a los pies de la EstatuaPromesa, donde tenían decido prometer oficialmente que cada uno cumpliría susueño, y después, se reunirían todos allí.



Aquella mañana, Brisa se levantó como cualquier otra, con un brillo especial ensus ojos color avellana. Tras lavarse la cara en los vestuarios ysecarse, vio la sonrisa de Ritmi que siempre la tranquilizaba y después desalir de los baños, Caty las acompañó a clase, contandosus anécdotas, tales como que había descubierto un componente nuevo deCapturador que mejoraría sus capacidades. Eso sí...si no le hubiera explotado entoda la cara a la pobre.



 Y así, entremos al fin en la clase, donde los más madrugadores, o tal vezlos que tenían insomnio por los ronquidos disimulados dePrimo, esperaban ya sentados a que la Señorita Abril llegará, como todas lasmañanas, canturreando alegremente una cancioncilla muy pegadiza.



Me senté al lado de Ritmi, mirando al frente, hasta que en poco tiempo llegó laSrta., canturreando. Nos dio los buenos días a toda la clase y se colocóde pie, firme, al lado de la mesa, con una gran sonrisa. Parecía incluso mascontenta que nosotros, y dado el día que era...



-Bueno, tengo una pregunta para todos.-Hoy hacia un precioso día soleado y se notaba a simple vista solo con ver loiluminada que estaba la clase.- ¿Qué día es hoy?



-¡EL DIA DE LA CLASE AL AIRE LIBREEE!-Exclamemos todos, muy emocionados. Laclase, se llenó por momentos de gritos de jolgorio, aviones de papel quevolaron por la habitación y luego todo aquello desembocó en risas.



-Seño, ¡Como íbamos a olvidarnos de la clase al aire libre!- Dijo un alumno.



-¡Señorita Abril! Silvio me ha dicho que ha pensado en 38 preguntas diferentespara el invitado especial. –Sonrió divertida Ritmi.



-¡Vaya, cuanto entusiasmo!–Nos dijo con una gran sonrisa.- Bien, entonces, ¿Quéhacéis aquí? ¡Andando hacia la Plaza Progreso clase!- Tomó la delantera, abriendo la puerta corredera de clase paraque todos pudiéramos pasar e ir hacia el patio, en silencio.



Pasemos al lado de la clase del Señor Óseo, donde se oía su voz explicativa, alparecer, ellos hacían clase normal y corriente...pobres, debe ser un autenticomartirio, además de que más de uno seguro ha tenido pesadillas con él...¡Y no meextrañaría! Una vez salimos de las instalaciones en un "relativo" silencio,caminamos hacia el destino.



-Tengo curiosidad... ¿Quién será ese invitado especial del que habla la Srta.Abril?- Le pregunté, ladeando la cabeza confusa y pensativa, intentandoimaginar que podría ser ¿Un nuevo profesor?...meh, lo necesitamos ensustitución al Sr. Óseo, pero no creo ¿Un nuevo alumno?...uhm, ¿no sería mejorque se presentase dentro?  entonces... ¿Alguien importante?- Bueno, eso es seguro... ¡Jo, que ganas de ver quiénes!



-Puede ser que sea alguien de los Puestos Ranger locales que se distribuyenpor los pueblos y ciudades de la región ¡O incluso algún miembro de la SedeRanger! Suelen visitar un día al año a la Escuela para que nosotros lespreguntemos cosas sobre su trabajo...etc.



-¡Eso suena fantástico!- Exclamé con los ojos brillantes. 



Si era un Ranger...¡Quería preguntarle TODO sobre su trabajo! Iba a resultar un buen dia al fin y al cabo...pero luego nos tocaba correr de nuevo alrededor elColegio...auxilio... Ritmi sonrió divertida al verme, pero se pudoimaginar el por qué de mi repentino cambio de actitud, ella sabía que odiabaesas carreras y que más de una vez, si no me estampaba sin querer contra unacaja, acababa la carrerasusurrando auxilio, agotada. Por no decir que en la clase de confianza, intentéhacerme amiga de un Starly y acabé corriendo porque se había enfadado y me picoteó.



Cuando levanté de nuevo el ánimo, ya nos encontrábamos en la Plaza Progreso. Nos colocamos en forma de media luna en frente de la EstatuaProgreso y la Srta. Abril, nos pidió que tuviéramos paciencia, "siempretardaban en llegar con tanto trabajo" Fue lo que dijo. Y cada vez más, teniamás y más curiosidad de quién podría ser.



-Emocionada ¿eh?-Se acercaron a nosotras Ben, Silvio y Primo, más tarde Caty,que se había quedado curioseando de nuevo su Capturador y sin darse cuenta yase habían ido todos, así que vino jadeando.



-¿Tú no?- Pregunté alegremente.



-¡Pues claro! Jo, ojalá llegue pronto...-Afirmó Ben, poniéndose de puntillas paraver por encima de las cabezas de los alumnos.



-¡Hey, chicos! ¡Venid por aquí, parece que ha venido ya! –Caty nos llamó yrápidamente fuimos a un lugar más visible. La Srta. Abril habíallamado a no se qué sitio y nos había comunicado que ya estaba de camino.¿Quién será ese misterioso invitado?



- ¡Yupi! ¡Llevo mucho tiempo esperando la clase al aire libre!- Exclamó Silviosin poder contener su alegría.



- ¿De verdad has dicho "yupi"? Creo que estas demasiado exaltado.- Le preguntócon los ojos entornados Ritmi.



-Bueno, parece que ya estamos todos. –Aplaudió con las manos el Director Lamontpara que prestáramos atención. - Comencemos la clase al aire libre. Adelante. - Lesugirió a un chico de pelo alborotado marrón y con un uniforme muy extraño.-Este es Hilario, estudió en nuestra Escuela Ranger y ahora es un Pokemon Rangerde Ventópolis. 



-¡Soy Hilario, encantado de conoceros! – Elextraño personaje nos mostró a un Pokemon a su lado, de color verde y amarillo,muy pequeño. Parecía tan entusiasmado como nosotros de estar allí, aunqueseguía sin saber qué tipo de clase daríamos...



-¡Gracias por venir! –Exclamemos todos.


    -Este es mi Pokemon acompañante Budew.- Nos presentó. Después, tocó la pantalla de su Caturador y llamó a cuatro Pokemon más, exactamente un Swellow, Bellossom, Combee y Cherrim.-¡Y estos son mis amigos Pokemon! ¡Saludadles! –Dijo alegre, y los Pokemon se acercaron a toda la clase jugueteando.



-¡Guau, que pasada!- Dijo un chico, ilusionado.


    -Buenas Hilario ¡Cuánto tiempo!- Saludó la Srta. Abril.- Bueno, pasemos a la parte más interesante de la clase al aire libre ¡El turno de preguntas! ¡Que empiece el interrogatorio!-Dijo divertida, dando luz verde para preguntar. ¡Yey, este es mi momento! Todo se convirtió en un barullo colosal, hasta que el Director tuvo que poner orden para que algunos no se "echaran encima de Hilario" literalmente y desde entonces, hubo un orden más tranquilo. Empezaban as preguntas.



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Continuará...










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