Juntos otra vez.




    Tanto Blue Eye como Verán empezaron a caminar, muy despacio y mirándose amenazadoramente, esperando cualquier paso en falso para atacar o sacar provecho de la situación. Red Eye se cruzó de brazos, mientras dibujaba en su rostro una sonrisa como si le hiciera gracia la situación "Muévete de ahí, y te cobro la deuda de la bestia sin dientes" me dije Estaba nerviosa y con los puños apretados. Temía por algún ardid del equipo contrario, pero...no ocurrió nada, los dos rehenes llegaron al bando contrario sin problemas.




-Siento haberte causado tantos problemas. Te debo una bien gorda.-Cerró los ojos un tanto desilusionado.




-Cállate.-Le sonreí y le dí un puñetazo flojo en el brazo.- Recuerda, no mas separaciones.-Susurré abrazándolo como de costumbre.




-Vale me callo, ¡pero no me asfixies de nuevo!-Bromeó, riendo entre dientes.




-¿Estás bien de verdad?




-Si. Solo tuve...algunos percances ejeje...-Se rascó la cabeza avergonzado. Si a con "algunos percances" se refería a la causa de lo herido que estaba...sí tenía razón.




-Tratándose de ti me lo puedo imaginar.-Le miré con los ojos entrecerrados.- Te he echado de menos, tonto –Le di una colleja en la cabeza.




-¡Ay! ¿Y eso por que?- Se quejó, rascándose la nuca.




-Una por el susto que me hiciste pasar y otra porque tenias un Joltik.- Bromeé. Me miró inquisitoriamente y solo sonreí, sacando la lengua.




-¿Cómo se te paso por la cabeza lo de interponerte en los disparos?- Su tono era de reproche.




- Simplemente sentí que debía hacerlo. Eres un tonto con suerte ¿Lo sabes, no?




-Soy un idiota con mucha suerte-Repitió y ambos nos reímos al unísono. Todo volvía a la normalidad...o casi, ugh.






- Muy bonito. Ahora dejaos de sentimentalismos, parejita.-Dijo mientras aplaudía con cara de asco.




- ¡Aguafiestas! Con lo monos que son.




- Blue, no te excedas con los cumplidos hacia el enemigo.- Por un momento me recordaron a nosotros...espera, ¿Nosotros nos comportábamos así?




-¡Que parejita ni que nada...! Espera...¡Que no soy mona!-Dije algo sonrojada. El grito de un Napper nos interrumpió.




- ¡Líder! ¡Tengo el símbolo!




- Bien, nosotros ya tenemos todo lo que queríamos, ¡nos vamos!




- ¡Chao Rangers, un placer hacer tratos tan productivos con vosotros! Nos llevamos un dos por uno.- La chica de los ojos azules sonrió pícaramente, guiñando un ojo. Supongo que la tregua se había ido a freír espárragos.




-¿¡Pero que dice?!- Exclamó Ben sin entender nada.




-Dejala, lo suyo no son los argumentos.-Susurré.




- ¡Hasta a vista!



La pareja de líderes se dió la vuelta, dispuestos a irse a toda velocidad del lugar y dejarnos tirados. El Napper que se encargó del símbolo también había montado en su dadajet con una maleta acolchada en una mano. Si se creían que se iban a ir de rositas con el símbolo es que no me conocían de verdad. No lo iba a permitir.




-Oh, no, de eso nada.-Dije corriendo hacia ellos antes de que despegaran.




-¡Brisa! ¿Pero qué haces?- Mi compañero intentó seguirme o al menos deternerme del brazo, pero el dolor del brazo remitía y tuvo que apretarlo con fuerza.




-¿A ti que te parece? No se van a ir así, ¡de eso nada!- Pegué un salto a una roca y desde allí me encaramé al dadajet azul de la que antes había sido mi "aliada". El instrumento se balanceo por el peso, pero me agarré bien.




-Red, creo que tenemos un polizón a bordo.- Ella movía el aerodeslizador a los lados, pero ni loca se desharía de mí.




-Pues habrá que enseñarle modales ¿No crees? ¡Electrode a darles unas cuantas lecciones! - Un montón de Electrodes salieron disparados del dadajet rojo, obligándome a soltarme, por suerte pude mantenerme en pie tras la caída.




-Creo que lo has agravado...-Susurró entre dientes Ben, de manera que solo yo pudiera oírlo. Tragué saliva.




- Bueno, Rangers. -La sonrisa de ese tipo me causaba cada vez más irritabilidad.- Pues hasta la próxima vez que nos veamos. ¡Si sobrevivís a lo que os espera!




-¡¿Qué?!-Gritamos los dos a la vez, sorprendidos.




- Electrode, ya sabéis lo que hacer.-Se dirigió a ellos seriamente, para después volvernos a mirar con una risa maliciosa.-Hasta nunca Ragers, no quiero estar cerca cuando empiecen a saltar "cuerpos" por los aires.




-Yo si que no voy a querer estar cerca cuando te quedes sin dientes.-Amenacé, lanzándome de nuevo hacia el dadajet,pero para su suerte Pichu y Ben me retuvieron. La líder azul y el líder rojo, se despidieron con una risa insoportable, escoltados por dos Nappers y se marcharon, perdiéndose entre las nubes.




-¡Brisa, salgamos de aquí, esto se va a poner muy feo!-Exclamó alertado.




-¡Si!-Dije girándome con dificultad, aún con rabia. Pero justo cuando íbamos a echar a correr en dirección contraria, los Electrode empezaron a temblar. La explosión era inminente.- ¡No da tiempo a correr!




-¿Y entonces, que piensas hacer?




-Fácil, ¡Cuerpo a tierra!-Dije lanzándome al suelo mientras me cubría con las manos fuertemente.




-¡¿Qué?! ¡No estamos en una película, Brisa!




-¡Qué te cubras!-Exclamé en el último momento, agarrándole de la muñeca y tirándolo al suelo, junto a Pichu y a mí, mientras nos tapábamos con las manos la cabeza y nos disponíamos a aguantar el bombardeo.



Todo ocurrió muy rápido. Saltemos detrás de unas rocas en el momento exacto para que el daño fuera menor y nos abrazamos a la tierra como si ésta fuera nuestra salvadora. El ruido ensordecedor de las explosiones se hizo presente y no paró hasta un buen rato. Me dolían los tímpanos y los ojos de cerrarlos tan fuerte, pero apenas pude pensar en eso. La tierra se movía a golpes y algunas chispas y fuego nos llegaron a alcanzar, pero no fue muy grave por suerte. Quería que aquello terminara ya o me explotaría la cabeza.




-¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!- Los dos no parábamos de gritar, aunque nuestros gritos eran silenciados por el tremendo ruido. Al cabo de unos minutos, cuando todo empezó a recobrar la calma, me aventuré a abrir un ojo.




-¿Se han...?




-Si, se han ido.- Suspiró Ben.- Le estoy cogiendo asco a la electricidad. Se quejó. Tenía una mueca en la cara.- No sé porque, pero parece que no los tragas.




-Son una panda de ...-Me callé de golpe.- Perdona. -Sonreí nerviosa- Es que, no se como lo hacen, pero se han ganado que cada vez que los vea me enfade.



-Vaya, pues recuérdame que no me acerque a ti cuando estés enfadada...¡Arceus, solo te faltaron unos centímetros para sacarle los ojos a ese de rojo!




-Supongo que sí. -Reí entre dientes, serenándome, con el dedo índice rascándome la mejilla derecha.




-Entonces, ¿De verdad estás bien?-A pesar de que tenía más mal aspecto que yo, seguía preocupado por lo que me hubiera podido pasar.



-Yo estoy bien.- Me sacudí un poco el polvo. En verdad solo me había manchado y hecho algunos rasguños, pero nada más. En cambio él intentaba ocultar su dolor para no preocuparme.- Pero tenemos que volver enseguida a ver ese brazo.



-No es nada te lo aseguro.- Fingió una sonrisa. Yo lo miré con cara de "Cuando lleguemos me vas a contar todo."




- En fin, ¿Y tu Capturador?- Justo en ese momento me di cuenta de que ya no lo tenía en la muñeca.




-Ups...-Después de haber revisado hasta en los bolsillos, se dio cuenta de que lo había perdido. Pichu se giró, llamado por un reflejo de luz, y al acercarse mientras Ben seguía buscando, se dio cuenta de que era un Capturador y lo trajo hasta nosotros.




-Bien hecho Pichu.-le sonreí y le acaricié las orejas como premio. El pequeño roedor se subió a mi hombro.- Anda toma.




-Gracias.-Sonrió- Gracias también por protegerme del cañón de plasma cuando surcábamos los cielos de Oblivia. En serio... ¡Muchas gracias! No sabes lo bien que me sentí cuando oí a los Nappers decir que habías sobrevivido tras caer al mar. Por eso estaba completamente convencido de que vendrías a salvarme. ¡Muchísimas gracias!




Me sentí avergonzada ante sus palabras. No me sentía merecedora de sus elogios. Sí, lo había salvado de caer al mar pero...¿No fue peor lo que había pasado encerrado tres o cuatro días a cargo de esos criminales...? Sin duda, habría sido muy diferente si no me hubiera interpuesto entre su destino y el mío. Pero ahora ya no se podía hacer nada, solo me alegraba de tenerlo de vuelta.



-Yo también me sentí muy feliz al saber que estabas bien, fue un total alivio, para la suerte de calamidad tras calamidad que tengo últimamente.




-¿Y eso?




-Laaaarga historia, ya te contare.- Le hice un gesto con la mano, tras un profundo suspiro.



Dimos un rodeo al claro pero la explosión de los Electrode había derrumbado las salidas y lo único que teníamos detrás era un enorme precipicio. Intentar salir por allí sería una locura teniendo en cuanta las mortales rocas que había en el fondo, bañadas por la espuma de las olas. Solo nos quedaba buscar otras soluciones si queríamos salir de una pieza de aquellas ruinas.




-Uff...Si al menos Starraptor estuviera aquí...Pero lo tienen capturado esos...¡UGH!- Bien, ya compartimos el odio hacia la misma persona.




-¡¿Qué?! Y luego tiene el morro de decirnos que es un caballero.




-¡Pichuu!-Asintió Pichu furioso, lanzando chispas por las mejillas. Ben se dió cuenta de la presencia de la criatura eléctrica con efecto retardado. Todo había ocurrido tan rápido...que era difícil digerirlo.




-¡Anda! ¿Y tú quién eres, pequeñajo? ¿Y llevas...un ukelele?-Me miró de nuevo, con los ojos brillantes.-¡Cuéntame todo lo que me he perdido!




Sonreí con ternura, se comportaba como un niño pequeño cuando le embargaba la curiosidad. Nos sentamos en unas rocas y Pichu se acurrucó en mis piernas, bajo los cálidos rayos del sol matutino. Estaba tan acostumbrada a contar lo que le había pasado desde el incidente que ya me sentía hasta con ganas de escribir un libro sobre ello, con todo detalle. Su amigo escuchaba con atención, sin apartar la vista. Cuando el relato terminó, se estiró hacia atrás.




-¡Casi nada! ¡Hay que ver por lo que has tenido que pasar sin mí!




-Ya... pero aquí estoy, ¡sana y salva! Aunque desde luego los Sharpedo no ayudaron y Eustaquio...menos-Reí.- Tú también lo has tenido que pasar mal...




-Te lo contaré con más calma, te lo prometo.-Su mirada reflejaba que no tenía muy buenos recuerdos de esos últimos días.- Me atraparon y me llevaron a su guarida con los ojos vendados. No pude ver adonde me llevaban, pero... ¡les he dejado un rastreador de regalo!- Me guiñó un ojo, victorioso.




-¿¿Qué?? ¡Eres un genio!-Exclamé, levantándome.



-Je je, gracias.-Se sonrojó un poco, frotándose la cabeza.- Con mi Capturador puedo seguir la señal que está emitiendo y encontrar su guarida sin problemas. Además, ¡tengo que ir a salvar a mi Staraptor!




-¿Tienes? ¡Tenemos, que ir! Yo también tengo que cobrar un par de cositas...-Dije apretando un puño. Sin darme cuenta el rostro se me ensombreció.




-De veras, das miedo cuando te enfadas.




-Cuidado que se rifan collejas-Bromeé.




-Vale, vale.-Rió divertido.-Gracias, pero... esos sinvergüenzas me han roto el Capturador. Así que, de primeras, lo que tengo que hacer es arreglarlo.



A mí mente vino como un rayo la imagen de Panema. También tenía que hablarle de ella y todo lo que me había ayudado. Le resumí que esa chica de pelo azulado era toda una genia con la maquinaria y los experimentos y que le podía arreglar el Capturador en menos de cinco minutos ¡Todo un récord! También le conté que había conocido al Ranger de la región, nada más y nada menos que su padre y que además, ya habíamos trabajado juntos en una misión. Al recordar los sucesos de la Torre de Radio, una idea cruzó por mi cabeza.



-Creo que ya sé como salir de aquí.- Dije pensativa, buscando en mi Capturador.- ¡Ajá! Se ha registrado un nuevo glifo automáticamente... Quizá sea de ayuda, esto es una emergencia.




- ¿Glifo? ¿Eso qué es?- El pobre estaba totalmente descolocado.




Tras la explicación...




- ¡¿Entei?! ¡¿Puedes llamar a Entei, el Pokémon legendario?!- Retrocedió de la impresión, con los ojos como platos.




-Exactamente.-Afirmé orgullosa.




-Entonces...¡Entei puede hacer añicos las rocas!- Mi expresión de duda me delató.- ¿No conoces el mito de Entei?- ¿Tengo pinta de saberlo?




♪ La roca colosal, ¿quién la movera?Quien fe tenga, su fuerza probará.La roca colosal, ¿quién la destruirá? Nadie osa hacerlo. ¿Qué razón habrá? ¡Aguarda! Pues el gran Entei llegará y, de un solo golpe, la proeza logrará. El Héroe lo cabalga, la proeza logrará. ♪





- Los Nappers la canturreaban a veces cuando no tenían nada que hacer, y yo me he quedado con la copla.-Sonrió.




-Pues les debemos una a esos despistados-Reí.-Bien, vamos a llamar a Entei. A ver si me acuerdo...¡Ah, si, ya se!-Presioné el botón del Capturador constantemente mientras dibujaba en el suelo rocoso una especie de colmillos. Al rato, el dibujo resplandeció, y mando una seña lumínica al cielo.



-¿Ya está, eso es todo?- La verdad es que él se esperaba algo mucho más espectacular, como unas columnas de fuego, un resplandor cegador...cosas así. Pero los efectos no tardaron en notarse. Una gran columna de fuego y calor surgió de las rocas y se disipó a causa el rugido del poderoso Pokemon Ígneo. Verán no salía de su estupefacción.





Le tendí la mano para ayudarlo a subir. Ben asintió y de un salto subió, junto con Pichu, a la grupa de Entei. Le di unas palmaditas a un lado del cuello para empezar a correr. Éste se paró un momento, mientras nos preparábamos para el impacto y corrió hacia las rocas con toda su fuerza. Ambos nos agarramos fuerte al pelaje pardo del Pokemon y agachamos la cabeza. Entei embistió el cúmulo de rocas que bloqueaban el camino y las atravesó como si nada. Cuando ya hubo pasado el peligro, me quité las manos de la cabeza y miré hacia atrás.




- ¿Todos los pasajeros de una pieza? -Pregunté con una sonrisa bromista.



 Pichu, que no sé como había acabado así, se encontraba con la cabeza metida en el pelo de Ben y él aún con las manos en la cara. Al darse cuenta, sacó a Pichu de allí rápidamente, sonriendo nervioso mientras se frotaba la cabeza. Yo no pude evitar reír ante aquella escena, y volví a dirigir el avance del legendario. Atravesamos un par de rocas más pequeñas y muy pronto nos encontrábamos a la entrada de las Ruinas de nuevo. Le agradecí la incomparable ayuda al Pokemon y bajamos de su lomo. Entei solo gruñó y se esfumo tan como había aparecido.




-Lo veo y no lo creo...¿Lo has hecho de verdad?- Sonreí.



-Volvamos a Villagonal, ¡Eustaquio estará muy contento de verte!- Empecé a caminar mientras Ben me seguía a mi lado.



-¿Eustaquio esta aquí? ¿Pero cómo?




-¿Recuerdas el "trabajito" que le iba a mandar el profesor Gobios? Pues es eso.




-Ein...sigo sin pillarlo.




-Ya lo verás...-Suspire resignada.- Vamos.




-¿No puedes llamar a Entei otra vez? –Dijo con una gota en la cabeza. Sí, yo también estaba cansada...¿¡Pero es en serio!?



  -Gandul...-Dije tajante, con una mirada fugaz mientras me ponía a caminar con Pichu al hombro, por delante. Ese tipo de conductas eran habituales en un par de amigos que se conocían desde hace muchísimo tiempo.




-Solo era una idea...¡Hey, esperadme! -Exclamó echando a correr.



"Te he echado de menos." Pensé con una sonrisa.


o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Continuará...



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