Después de la tormenta regresa la calma.



Corrí. No podía hacer más. Aquella cosa se acercaba a una velocidad increíble y aunque intentaba evadirla moviéndome nerviosamente por todo el claro, aquella bola de energía acumulada parecía seguirme sin importar qué. Los Sableye empezaron a rodearme rápidamente. El vórtice ya estaba estable. Me estaba quedando sin salidas cuando, en un despiste, tropecé y caí de bruces al suelo a merced del ataque. Coloqué los brazos en forma de cruz mientras cerraba los ojos con fuerza, deseando que aquello solo fuera una pesadilla, pero sabía que no era así. Lo sabía. Y sin poderlo evitar, la bola me dio de lleno, haciendo que acabara unos cuantos metros más atrás, boca abajo y aparentemente inconsciente. 



-Ya dicen que el trabajo bien hecho es cuando lo hace uno mismo. –Se rió a carcajadas. Sus sicarios se quedaron sorprendidos ante lo que acababa de pasar.


-Y-ya...

-Parece que al fin completamos la misión...

-Esto es un gran acontecimiento.- Celebró uno.

- Está perdida.- Rió otro.



- ¡Ya dejen de parlotear! –Exigió.- Hay que llevarla al futuro cuanto antes, venga.- Y se giró de espaldas hacia el túnel dimensional, en silencio. - Ya no hay nada que ella pueda hacer.



Oí las últimas conversaciones con toda caridad. Sí, estaba medio consciente, dolorida por el golpe y bastante magullada, pero capaz de ejecutar mi último truco. Tenía que intentarlo al menos. Intenté incorporarme ya que estaban distraídos controlando el vórtice para que no se volviera inestable. No tardarían en terminar así que me quedaba poco tiempo, pero fue inútil, me dolía todo. Moví una mano ligeramente y emití un ligero gemido. Un Sableye se giró para ver qué pasaba y enseguida, con una gota en la cabeza, avisó a los demás, que hicieron lo mismo, hasta Dusknoir.



-Y-yo no celebraría tan pronto...iuff, uff...¿Q-quién...d-dice que esté...ugh...p-perdida...?- Sacando fuerzas de dónde nos las había, me arrodillé sobre una rodilla y con una mano en el suelo conseguí ponerme, a duras penas encorvada, con el pelo en los ojos y bastante dolorida.- ...¿C-como que...no...no pudo hacer nada?...-Me costaba hasta hablar, pero aún no había acabado, no iba a rendirme sin dar el 100% de mí.- La llevas clara...saco podrido.



-¿Q-qué?

-E-está...¿Bien?

-¡E-está viva! –Exclamó un Sableye al lado de su jefe.



-¡ Sí, ya lo veo, no hace falta que lo grites a los cuatro vientos! –Dijo Dusknoir, cuya sonrisa se había tornado en una mueca de rabia y desprecio. ¡Ja! No se iban a deshacer tan rápido de mí, por algo soy Ranger ¡Soy cabezota y persistente! 



- ¡Por supuesto! Creo recordar...que te dije que no me subestimaras ¿No es así? –Sonreí sarcástica. Había recuperado un poco de mis fuerzas en aquellos minutos, pero tendría que tener cuidado si no quería salir más malherida ¡Pero me debía una! Dusknoir se tomó mal aquellas osadas palabras y frunció más el ceño, notablemente enfadado. Bien, no me iba a intimidar con eso, ya había pasado bastante miedo y ahora, no me iba a echar hacia atrás. Aunque reconozco que el corazón se me iba a salir del pecho a este ritmo. Me sacudí el polvo y dije bien alto. - Ahora...¡Ha llegado mi turno!



Observé a mi alrededor con rapidez, recordando las palabras que solía decir el Profesor Gobios en los Correos de Voz urgentes en misiones importantes "Si todo va mal y no sabes qué hacer a continuación, echa un vistazo a tu alrededor. Las pistas que la naturaleza te da son suficientes para hacerte ver el camino a tomar.



Sí, tenía que observar bien el terreno para encontrar "pistas" o definitivamente, habré perdido. Pistas...pistas...Di una vuelta completa sobre mí misma y mi vista se detuvo en un detalle oculto entre los árboles, cuando ya pensaba que hoy no era mi día.



Era una mancha oscura, que tenía un brillo ligeramente amarillo y que parecía bastante grande. Tuve una corazonada. Afiné el oído, con cuidado, insistiendo en oír hasta lo más fino. Enseguida un continuo zumbido muy leve llegó hasta mis tímpanos ¡Estaba en lo cierto! Sí es así... ¡Aún tenía una oportunidad! No estaba muy lejos así que si lograba distraerlos durante unos segundos...sí, creo que puedo conseguirlo. Pues...¡En marcha!



-¿Nunca os han enseñado que es de mala educación atacar a la gente sin motivo?- Sonreí y di unos pasos hacia mi derecha, despacio, lentamente.- Creo que no.



- ¡Ni una palabra más, a ella!



- Esa no era la respuesta correcta.



Esquivé por los pelos los rápidos zarpazos que llegaban de los Sableye, di una voltereta hacia atrás y situándome justo debajo del punto que buscaba, les hice creer que me habían acorralado. Ya veréis lo que os espera. Coloqué las manos juntas a la espalda y los miré fijamente, después, a Dusknoir.



-Está bien, me rindo...-Cerré los ojos y levanté los brazos hacia arriba, en señal de rendición ante la sorpresa de los presentes. Podría sacar provecho del mal aspecto que tenia después del ataque y que pensasen que en verdad, estaba agotada.



-Bien, eso te hace más inteli...



- No he terminado.- Corté secamente.- Me rendiré...-Cogí aire y volví a abrir los ojos con determinación.- ¡En tus sueños, saco podrido! –Saqué la lengua en señal de burla. Un gruñido del susodicho hizo saber a todos que atacaran, esta vez sin piedad ¿La habían tenido? No me había dado cuenta.



Entonces salté con fuerza sobre el suelo y aprovechando una acometida desde lo alto por uno, me aparté antes de que me rozará su garra y caí suavemente al suelo de pie, junto a un bulto oscuro de tamaño considerable.



-¿Qué es esa cosa? –Los murmullos de los Sableye eran cada vez más.

- ¡Dejad esa estúpida cosa y atacad! –Exclamó aun furioso Dusknoir.

- Creo que lo que dijiste no les gustará a sus residentes.- Sonreí.

- ¿Cómo dices? 



- Uhm...lo que has oído. –Me acerqué al bulto oscuro y toqué un par de veces su superficie con los nudillos.- A juzgar por su tamaño...-Fingí estar pensativa.- Diría que son mas de...¿unos cien...doscientos tal vez? O quizá más, depende de lo furiosos que estén.



- ¡Es una trampa, jefe! No haga caso.



- Podría ser. Pero no soy yo la que ha destrozado la colmena de centenares de Beedrill. Y os aseguro que no son muy considerados con huéspedes tan...hóstiles, como vosotros.



 Aunque quería mostrar fortaleza, sabía que en el fondo estaba muerta de miedo, con unas ganas tremendas de que todo aquello solo fuera una pesadilla de la que pronto despertaría como si nada. Pero no era así y lo sabía, así que no iba a amedrentar ¡De eso nada! No sabía si aquello en lo que había pensado en apenas segundos iba a salir bien, pero confiaba en ello ¡Tenía que tener fe!



Mientras aquellas criaturas estaban medio embobadas escuchando con cautela los zumbidos multiplicados de los Beedrill que cada vez más cercanos, me apresuré a dejar de pensar, de dudar mejor dicho y a entrar en acción. 



Di un paso hacia atrás para alcanzar algo que había dejado, presioné con cuidado de no hacer ruido y...¡Crrrk! Primer fallo. Una ramita en el suelo me había delatado al pisarla ¡Oh no, y encima ya se habían percatado de lo que intentaba! O al menos en parte...¡Ya era mucha suerte que no me pasaran este tipo de cosas!  No queda más remedio. Tengo que alejarlos de aquel lugar unos segundos o todo se irá al traste.



Me quedé pensativa mientras los Sableye se volvían a acercar. Miré hacia la derecha, izquierda, abajo...pero cuando miré hacia arriba, vi una escapatoria ¡Ahora! Agarré con ambas manos una liana y me impulsé con ella en el aire, aferrándome bien y con la misma idea en la cabeza: Alejarlos de dónde se iba a llevar a cabo el plan que había meditado apresuradamente. 



-¿A dónde crees que vas?



Con lo que no contaba era con lo que vino después. Me giré hacia dónde estaban para comprobar que me seguían, pero fue justamente lo contrario.



Estaban parados en el mismo lugar que antes y parecía que les daba igual. Extrañada, bajé un poco la guardia vigilándolos (craso error). La liana en la que iba agarrada crujió y quedé a cuadros ¡Se estaba rompiendo! Claro, por eso no se acercaban...¡Por que sabían que tarde o temprano se rompería! ¿Pero có...? Demasiado tarde. Las ultimas fibras que unían las dos partes se rompieron del todo y antes de que pudiera reaccionar, acabé rodando unos cuantos metros dentro del claro por inercia.



Aturdida, me senté sobre la hierba, sacudiendo la cabeza un poco para que se me pasara el mareo y colocando una mano en mi frente ¿¡Por qué siempre me pasan estas cosas a mí?! Debo aprender a no ser tan bocazas...



Pero en cuanto quise darme cuenta, los Sableye ya habían vuelto a rodearme. Y entre ellos Dusknoir, a quién parecía que no le había hecho mucha gracia ese juego del "Meowth y el Pikachu". Me levanté de un salto, alertada, y arqueé las cejas con convicción y determinación para al menos, dar a ver que no pensaba rendirme pese a todo. Aunque dentro sintiera que el corazón se me saldría del pecho. Ya me empezaba a asustar de verdad. Pero intentaba que no se notará... Pero tanto ellos como yo misma sabíamos que no iba a aguantar otro golpe sin caer inconsciente en el acto.



Ante las risitas de los Sableye que poco a poco iban cerrando el círculo que me acorralaba no pude evitar pensar ¿Y si todo había sido en vano? ¿Se habría fastidiado el plan?... ¿Estaría todo, realmente, perdido? Entonces, la voz ronca de Dusknoir se hizo oír por todo el claro, rompiendo el relativo silencio que reinaba.


-Esta vez no te servirán esos estúpidos truquitos de los que llevas haciendo gala todo el tiempo. – Retrocedí un paso, aún con la mirada desafiante.- El juego se ha acabado.



Tragué saliva. Los Sableye volvieron a dar un paso al frente. Daba la impresión de que estaban esperando el momento adecuado para abalanzarse afilando sus garras con ímpetu. Retrocedí, mirando a mi alrededor ¡No, claro que no debía de pensarlo! ¡No me rendiré, esto aún no ha acabado! Me niego a reconocer que todo se haya acabado. Un paso más por parte de los Sableye y en respuesta, un paso menos por mi parte. Ahora el círculo solo constaba de un par de metros y seguía menguando. Apreté los dientes y las manos con fuerza. Aquello se ponía difícil...



¡Si estuviera Panema aquí, los dejaría a todos boquiabiertos con sus increíbles inventos, aunque acabaran explotando! ¡Y si estuviera Ben, nos animaría con sus bromas hasta en los momentos menos oportunos! Incluso Pichu los dejaría fritos en un tris tras...Cuánto los echaba de menos y necesitaba ahora...Pero por toda esa gente que me ha ayudado no me pienso rendir. No lo haré. Yo también tengo mis trucos.



Un paso hacía delante, se prepararon para atacar y...cerré los ojos con fuerza. Pero en ese instante, mi Capturador vibró, indicándome la señal de esperanza que necesitaba. Lo coloqué a mis espaldas y presioné un botón. Pero...¡No pasaba nada! ¡No me lo puedo creer! Sorprendida y asustada, insistí en la acción, pero no había manera. Volví a cerrar los ojos, deseando que no se hubiera estropeado, esperando el golpe...que no llegó.



Al cabo de unos segundos, abrí lentamente un ojo y asegurándome de lo que veía, los abrí de golpe ¡Habían parado! ¿Pero, por qué? Los Sableye y el propio Dusknoir estaban despaldas a mí, casi inmóviles. Extrañada, seguí con la mirada la trayectoria de a dónde miraban. Y con los ojos como platos, me fijé en lo que poblaba el cielo nocturno ¡Miles de Beedrills preparaban sus aguijones amenazadoramente, desafiando con la mirada a Dusknoir y sus sicarios! ¿Había funcionado? ¡Había funcionado! ¡Genial! Dejé la euforia momentánea de lado y miré con determinación al frente.



-No. Esto aún no ha acabado. Solo es el principio. –Sonreí. Aprovechando el momento, me impulsé cogiendo carrerilla, coloqué las manos en el suelo y salté por encima de sus cabezas, cayendo sobre los pies en el lado contrario dónde estaban los Beedrill. Estaban en desventaja numérica ¡Habíamos conseguido darle la vuelta a la tortilla!- ¿Y bien? ¿Qué se siente al estar... acorralado? –Puse los brazos en jarras, pero en cuanto me percaté de lo que había dicho y de mi mala suerte, me dí una palmada en la frente. No tengo remedio, soy y seré una bocazas...



>>- Creo que esta vez has perdido. Si te queda algo de sensatez te darás cuenta de que no tenéis ninguna oportunidad. Solo os queda marcharos. YA. –Y señalé el vórtice con los brazos cruzados. Había soltado toda la tensión que me quedaba en aquellas palabras.



-¿ Cómo...?- En su tono pude atisbar cierta rabia.- Da igual. Solo has tenido suerte. Mucha suerte. Como en las otras ocasiones. –Hizo un gesto con la mano en señal de rendición.-  Puede que hayas ganado esta batalla, pero no ganarás la guerra. Te lo aseguro. No la ganareis. –Y tras esas cortantes palabras, se dirigió al portal antes abierto, por donde ya se habían ido a desgana sus sicarios. Pero antes de que se fuera...



-¿Q-qué? ¿Por qué hablas en plural?- Pregunté dudosa. La fachada de tranquilidad y frialdad irreal se había derrumbado.



- Porque sabemos que no estás sola en esto...-Y tras una mirada siniestra, se marchó, dejándome con muchas preguntas sin respuesta que surgían a toda velocidad.



¿Qué había querido decir con eso? ¿Conoce la existencia de...todos? Si es así, no puedo permitirlo ¡Tengo que contarles en el lío en el que me he metido! Ya no lo puedo ocultar más...porque ahora no solo me afecta a mí, sino que puede afectarles a ellos. Ahora todos corremos algo de peligro... Pero que se ande con cuidado. No sabe el poder que tiene nuestra unión. No tiene ni idea.


________________________________


El viento, volvió a obligar a los árboles a sacudirse ligeramente, creando un ligero aullido. Miré a mí alrededor una vez más y me senté en el suelo con las piernas cruzadas y ambas manos sujetándome la barbilla. Suspiré resignada. "Y el problema no es que vayan solo a por mí... ¡Es que quieren intimidarme con mis seres queridos! Y lo están consiguiendo...eso es trampa ¿Pero que podría esperarme de esos tipos? " Descrucé las piernas y volví a cruzarlas, nerviosa. 



"Me gustaría poder alejar el peligro de ellos... ¿Pero cómo lo hago? Si ni tan siquiera ellos saben en el lío en el que estoy metida ¿Y si...? No ¿Contárselo? No me creerían. Pensarían que o estaba desvariando o que necesitaba unas vacaciones anticipadas de por vida. Y no les culpo, esta historia es de locos. Pero bueno ¿Qué daño les había hecho? (...) Ninguno, creo. Pero así es la vida, a veces, te pone obstáculos que debes superar por muy complicados que parezcan. Yo, lo iba a intentar."


Pero una cosa si tenía clara, aquel extraño secreto ya no podía llevarlo solo yo. O los ponía sobre aviso, o correrían más peligro que yo misma. Pero es que es todo tan raro...¡Ni siquiera sé cómo salir de aquí! Está claro, mañana protagonizaré una película llamada "El ataque del Ranger Zombie contra los Nappers" a falta de no haber dormido nada de nada. Suena...extrañamente bien. Sacudí la cabeza "Buff...si al menos hubiera alguien que pudiera aclararme un poco todo este desastre..."



El murmullo del viento y una nueva ráfaga de aire no consiguieron sacarme de mis pensamientos pero sí lo hizo una voz aflautada que me resultaba bastante familiar y que provenía de mis espaldas.


-Cuidado con lo que deseas, podría hacerse realidad.



Creyendo que "la pesadilla" aún no había acabado, abrí los ojos como platos, sorprendida, y como un resorte me puse de pie dándome la vuelta en el acto, con ambas manos por delante de mí en pos defensiva. Una pose que parecía más de un karateca que de una chica que acababa de recibir uno de los sustos más grandes de la noche. En seguida ví su cara sonriente.



- Uh, buenos reflejos.- Dijo serenamente, como de costumbre. Ya era algo característico de Cresselia.



-Ufff...-Suspiré aliviada. Creo que, después de todo. Seguía con los nervios de punta. Si estoy así ahora, no me puedo imaginar cómo amaneceré...mejor ni pensarlo. La miré un tanto resignada.- ¿Entre todos seguro que no os habéis propuesto el que antes de que amanezca me dé un ataque?


-Ni loca me aliaria con esos tipos. Y menos para algo de ese estilo.


-Haces bien.- Sonreí y me dejé caer sobre la hierba. Con curiosidad le pregunté sobre algo que ya me rondaba la mente.- ¿Y bien? ¿Qué te trae por aquí? –Una gota de sudor bajó por su "frente".


-Ehh...pues...Digamos que... Lo he visto todo. –Reconoció. 



Su afirmación no me caía en sorpresa. Su comportamiento resultaba extraño y eso de que apareciera justo cuando todo había acabado y cuando estaba pensando en todo aquello...Era obvio. Los Pokemon del Tipo Psíquico pueden volverse imperceptibles a la vista y con sus poderes, leer los pensamientos de la gente a voluntad. Era demasiada coincidencia como para ser real. Si no fuera porque había visto con mis propios ojos como Dusknoir y sus sicarios desaparecían en el vórtice...pensaría que era uno de sus sicarios transformado.



-Ya lo suponía. Demasiada coincidencia ¿Pero, por que no hiciste nada de nada? Un poco de ayuda en esos momentos en que todo estaba tan nulo no habría ido nada mal. Estuve a un pelo de no contarla.



-Pero no lo diste por perdido. –Dijo serena.-...Créeme que lo siento. Pero aunque quisiera, no podría haber hecho mucho. Ni tan siquiera mis ilusiones hubieran funcionado. Enseguida las habría interceptado y eliminado y en vez de una ayuda, hubiera sido un estorbo.- Bajo la cabeza un tanto apenada, por verse de incapaz de no ayudar.- Aun así, ya saben que no te andas con jueguecitos. Aunque casi te de un ataque, era emocionante verte lidiar con esos tipejos. Piensas rápido y no te rindes ante las peores situaciones. –Al final, consiguió contagiarme su sonrisa.



 Me levante y di una vuelta sobre mi misma para ver todo el claro con más detalle. Miré al cielo nocturno, lleno de estrellas relucientes e intenté descubrir un poco mas de aquel lugar, no quería seguir recordándolo. Cada vez que lo hacía se me formaba un nudo en la garganta.


-¿Y este lugar?


-Es la "Isla Ensueño". –Al ver que levantaba una ceja en señal de incomprensión, me lo aclaró.- Es similar a la Isla Espejismo, ¿La conoces?


-Sí, aunque creía que solo eran leyendas...


-Toda leyenda tiene su parte de cierto. –Sonrió.


o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top