Con las manos vacías.



    Una vez abajo...





-¡Enhorabuena! Hemos visto como esos malhechores ponían pies en polvorosa.-Lea salió de la cabaña sonriente y se acercó a Rodel para darle un beso en la mejilla. Panema fue la siguiente en salir, emocionada por saber todos los detalles de la misión semi-cumplida. Así que, entremos en la cabaña y les expliquemos la situación a todos, que escuchaban con atención.



Después de la explicación...





- ¿Un dibujo justo en el momento de capturarlo? Esta sí que es una historia interesante...-Lea, lamás sorprendida, se quedó pensativa, con el dedo índice en la barbilla. En ese momento, llega Bigón con dos Nappers al frente.




-¡Bigón! ¿Y esos Nappers?- Rodel se levantó de la mesa.




-Los he atrapado porque estaban tardando más de la cuenta en huir. Les estaba sacando los detalles ahora mismo. Bien... Prosigamos, Nappers. ¿Qué interés teníais en destruir la estación de radio?-Preguntó sin hacer mucho caso a nuestra presencia, como si fuera un policía internacional. Me apené un poco por ellos, parece que ese hombre se estaba metiendo demasiado en el papel...o quizá no.




- Creo que lo vamos a decir por enésima vez... ¡Qué nadie nos había contado nada!



- ¡Es verdad! Nosotros solo acatábamos ordenes de la Lider y ya está, porque si no...¡Nos da para el pelo!- El segundo se defendió por ambos. Se notaban algo asustados y nerviosos.




-Os le he preguntado por las buenas, pero si no cooperáis... ¡Otra descarga! -Exclamó amenazador, con tono enfadado. Lea se acercó a Bigón y le susurró al oído que no era necesario llegar a ese punto, con decirlo bastaría para que dijeran algo. No íbamos a caer tan bajo y a comportarnos como ellos.



- ¡No! ¡No, por favor! ¡Eso sí que no! ¡Es la verdad! ¡Nosotros no sabemos nada, no nos contaron nada de nada!- Ambos estaban semi-abrazados y no les culpaba. Ese hombre a veces daba miedo.




-¡Venga ya, que te lo crees tu! ¿Tengo pinta de caer en una trampa como esa?-Dijo indignado, con los brazos en jarras.



-Bigón...creo que te estas pasando un poco. -Dijo Rodel, intentando serenar las cosas. Le puso una mano en el hombro e intentó conversar con él sobre lo que iban a hacer con ellos. Mientras charlan, los Nappers se ponen a susurrar entre ellos, disimuladamente, sin que nadie se diera cuenta.




-Ahora que están distraídos vamos a aprovechar para escapar ¿Entendido? Tu sígueme el rollo- El otro Napper asintió.




-¿Y bien? ¿Por donde íbamos?-Insinuó Bigón, girándose de nuevo hacia ellos. Los Nappers paran de murmurar y con cara asombrada miran al cielo. Todos seguimos su mirada, pero al no ver nada, volvemos a mirarles, excepto Bigón.




- ¡Un filete volante!-Exclamó el primero, señalando con el dedo un punto perdido en el horizonte.




-¡¿Qu-qué me dices?! –Bigón se pone a buscarlo, con la mano en visera y pierde su vigilancia.




-¡Ahora!-Exclaman los dos a a vez, que salen corriendo a toda pastilla, monte abajo, mientras Bigón seguía buscando aquel filete imaginario.




-¿Tiene patatas fritas? Porque mira que me gustan los filetes con patatas fritas...-Dijo, sin darse cuenta de que ya se habían ido. Estaba demasiado ocupado siguiendo su instinto de comer. Pestañeé un par de veces, incrédula por aquella reacción, era incapaz de decir otra palabra que no fuera "P-Pero ¿Esto va enserio o es una cámara oculta?"




-¡Bigon! Los Nappers se han marchado...-Afirmó Rodel, con una gota en la frente. No le había dado tiempo a reaccionar y seguirles.




-¡¿Pero que me dices?! ¡Serán sinvergüenzas! -Se enfada, casi se puede ver como sale humo de sus orejas. Patalea el suelo y murmura numerosas cosas carentes de sentido mientras se pone a despotricar, furioso. Se disponía a ir cuesta abajo para darles su merecido por engañarle pero su amigo le detuvo a tiempo.




-¡Espera Bigón! Déjanos esto a los Rangers. Lea y Panema, volved a casa. Brisa y yo nos ocuparemos.




-¡De eso nada! ¡Yo también voy!-Exclamó la chica de las gafas rojas, furiosa por no poder tomar parte en las cosas emocionantes.




-No, Panema, hija, esta vez tienes que quedarte. Otra vez será.- El Ranger de pelo moreno la despeina un poco, con cariño. Panema solo refunfuña, pero acepta al final. Era tan tierno verlos "discutir" de esa manera. 



Lea nos advirtió de que tuviéramos cuidado y Panema me encomendó cuidar de su padre de una forma muy cómica. Tras despedirnos de ellos, pusimos rumbo a la parte baja de la Isla, dónde seguramente habrían ido esos maleantes para esconderse y escapar cuando tuvieran oportunidad. No habrían llegado muy lejos de todas formas. Una vez ya habíamos bajado del Monte Lato-Lato, Rodel nos aconsejó ir en dirección este, ya que hacia el sur no estarían.Claro, hay una población y es difícil pasar desapercibido con esos trajes...Asentí y fuimos hacia allí.





El grupo sigue el paso del Ranger experimentado hacia el este de Isla Reirís, camino al puente que une la Isla con Mironda, otra un poco más grande. Pensaban huir por ahí y perdernos la pista, pero no lo iban a lograr. Mientras tanto, en Casa de Panema, ambas, madre e hija, tomaban un zumo en la mesa del salón.



- ¿Sabes mamá?- La susodicha se gira hacia su hija.-Eso es lo que hace a Brisa especial.




- ¿El qué?- Lea estaba un poco perdida.



- Que puede levantar el ánimo a la gente que le rodea con dos palabras y que es capaz de sonreír y mirar al frente a pesar de que todo este contra ella. No tiene a su amigo con ella y a pesar de todo, da todo de ella. No me extraña que sea Ranger.- Sonríe.- En el fondo papá es igual.




-Sin duda Brisa es una chica especial.- Bebe un sorbo de su vaso.- Oh, se nos olvidaba, recuerda que ambos son algo cabezotas. Debe ser cosa del oficio.- Las dos pasaron un rato divertido riendo. No hace falta mencionar que los tres se querían mucho, con sus pros y sus contras.




Volviendo con los Rangers, seguieron corriendo hasta ver a los fugitivos apoyados en una palmera al lado del río. Parecían cansados por el susto y la frenética carrera.



- Creo que los hemos despistado...-Dijo uno, jadeando.




-¿De verdad creéis eso? -Insinué con los brazos en jarras. Se dieron cuenta de nuestra presencia y echaron a correr mientras decían cosas como "¿Es que no tenéis vida propia? ¡A poner pies en polvorosa de nuevo, es que, tío, eres gafe" o cosas así. Me hacía gracia escucharles.




Los seguimos por el camino que lleva hacia un acantilado en un cabo bastante acusado de la Isla y nos adentremos en el bosque siguiendo el ruido que hacían las hojas detrás de ellos. Una vez salimos, los localizamos al lado de una caseta/almacén al lado de un largo puente de madera. Había una explanada de hierba allí y un desnivel para la pesca y el recreo.





-Ufff...Lo siento, pero necesito descansar un segundo.-Se apoyó en la pared, hiperventilando por la carrera.



- ¡Estás blanco como la leche! ¡Respira hondo! –Le animó el otro, dándole golpecitos amigables en la espalda.



- Para ti es muy fácil...decirlo...




- Que sepas que he corrido igual que tú ¡Ademas, la culpa la tienen esos Rangers!-Exclamó. Nosotros que estábamos escondidos tras unos arbustos, decidimos entrar en escena.




-¿Qué pasa? ¿Todo en orden?-Pregunta Rodel. Los Nappers no se dan cuenta de quienes somos. Ni siquiera se dan la vuelta.




- ¡Pues no! ¡Nos persiguen unos tipos terribles! ¡Hemos escapado por los pelos y nos toca correr!




-¡Vaya desgracia! ¿Y dices que son tipos terribles?-Intenté disimular con tono dramático, a pesar de que me estaba divirtiendo un montón. Rodel me guiñó un ojo, también se estaba divirtiendo.




-¡Los que más! Uno es un Ranger experimentado, pero ya entradito en años. ¡Y le acompañan una joven Ranger! 




- ¿Pichu?-Pregunta Pichu, ladeando la cabeza, a pesar de que le habíamos hecho gestos de que mantuviera silencio. No le había sentado muy bien que no lo incluyeran en la numeración.




- Ah, sí, sí, ¡les acompaña un Pichu!... ¡Ay! -Se queja, girándose lentamente hacia sus espaldas, nuestra posición, con los ojos como platos. Entonces Rodel carraspeó y sacando burla, intentando dar miedo con cara de terror para asustarles dijo:




-¡Bu!-Y los dos Nappers salieron corriendo a través del puente muertos de miedo al vernos a los dos detrás de ellos.




- ¡Espera, no vayas tan deprisa! Que no...he terminado de... descansar...- El pobre ya estaba que no podía más.




- ¡Corre y calla, como nos cojan ya veras tu como descansas!- Vale, eso me ha hecho daño, ¡No somos tan malos!




Se paran a mitad del camino, haciendo señas de auxilio a un extraño vehículo flotante rojo...Me resultaba familiar pero no daba con él...¡Espera! ¿Ese no es...? El dadajet baja y se queda flotando a la altura de los Nappers. En él iba montado un chico de ropas rojizas, ojos como el rubí y una característica mecha roja en la frente. Su fría mirada se centró en sus secuaces y en nosotros.




- ¡Estos dos son de los que hablábamos! ¡No nos dejan respirar, son muy pesados!-Se quejaron ambos a su líder.




-Tú...-Le señale- ¡eres el que disparó a Verán! ¡Y el que robó el símbolo! ¿Sabes las cosas que hemos tenido que pasar? - En ese momento no me dí cuenta, pero mi enfado iba creciendo con cada segundo que pasaba...No quería verle y siempre me pasaba lo contrario.



- Me alegra saber que sigues recordando mis hazañas. -Sonrío. Era una sonrisa mezclada entre coquetería y soberbia. No sabía si vomitar ahí mismo o en su cara. Ya está, la gota que colmó el vaso.





-Y encima se chulea ¡Como te pille....!- Me lancé hacia él, pero Rodel y Pichu se interponen intentando parar mi ofensiva, reteniéndome con dificultad. Podía rezar que esos dos no me soltaran.




- ¡¿Qué has hecho con Verán?! ¿Qué tramáis con todo esto? ¡Habla!




- En fin... No soy líder de vuestro equipo, pero os ayudaré. ¡Dejádmelos a mi! Y ahora... ¡no os quedéis ahí plantados!-Los Nappers reaccionan y se marchan hacia la otra Isla a todo correr.- Bueno, bueno...si tenemos aquí a la Ranger que protegió a su compañero, y a pesar de caer al mar desde las alturas... ¡aquí está ahora! ¡Sigues de una pieza! Deberías estar orgullosa, no todos tienen siete vidas de Glameow...



-Déjate de rodeos.- Le miró Rodel desafiante. Sus ojos se encontraron y saltaron chispas invisibles por unos segundos.




- ¿Dónde está Verán?-Le exigí.




-Lo siento, pero esa información es un lujo con el que no podéis contar, te vuelvo a repetir ¡Entre otras cosas porque sois Rangers! -Dirigió su mirada hacia sus manos e hizo un gesto de poca importancia, con mucha arrogancia.- Siempre os he tenido a los Rangers en muy alta estima. Por eso mismo no puedo dejar escapar información valiosa tan fácilmente.- Se regocijó.




-"Ya veras como la sueltas cuando te de un buen trastazo...."-Pensé para mí, rabiosa, retorciéndome para lanzarme de nuevo hacia él, pero Rodel y Pichu no dejaban paso y trataban de tranquilizarme.




- Pero, dicho esto... Voy a hacer una excepción para deciros que ese tal Verán... está sano y salvo. -Al oír aquellas palabras, una parte del "peso" que cargaba, se esfumó, dejándome respirar con más tranquilidad. Eso significaba que no le habían hecho nada malo y conociendo a Ben...estaría buscando de mil formas la manera de salir.




-¡Sabía que estabais detrás de todo!-Exclamo Rodel apartándose, ya que estaba más tranquila.



- ¡Baja de ese dadajet y veremos lo que pasa cobarde!- Exclamé. ¿Os doy un consejo? No os metáis con mis amigos. No respondo ante eso.



- ¡Vaya carácter! Con razón me has causado algún problema hasta a mí. Incluso ese enano da problemas. - El chico de rojo, que debía rozar los 21 años, retrocedió. Intenté volver a lanzarme hacia él, pero esta vez Rodel, necesita mas que a Pichu para retenerme, con mucha dificultad, pues me retuerzo sin cesar para poder traspasar la barrera que han formado para "enseñarle un par de cositas con los puños".-Pero sin hacerle ninguna barbaridad. ¡Soy un caballero!




-¡Eres un bestia! ¿De qué vas? ¡Tú tienes de caballero lo que Rodel de inexperiencia!




-Espero que eso sea un cumplido.-Dijo pensativo.




-¡Y si pudiera librarme de estos dos, serías un bestia sin dientes!-Dije refiriéndome a Pichu y Rodel, moviéndome con furia. Los tres se quedan atónitos y retroceden un poco.




-"Mejor me voy antes de que cumpla lo que ha dicho". Yo me tengo que ir, pero quería dejaros un pequeño regalo para que me tengáis presente. ¡Aceptadlo sin reparos!




De detrás del chico aparecen cuatro Voltorb que se preparan para usar Explosión. El dadajet rojo, vuela más alto, mientras los Pokemon se alinean para atacar. En seguida, a voz de Rodel, salimos corriendo hacia el otro lado del puente, por donde habíamos venido, para poder escapar ilesos. Cuando la explosión de produce, al no poder correr más, saltamos con fuerza hacia la tierra para alejarnos lo más posible del fuego. El estruendo del estallido me hace cerrar fuertemente los ojos y taparme los oídos, que me pitaban incesantemente. Al volverlos a abrir, los Voltorb se habían ido y había una nota a unos pasos de nosotros. La cogí y la leí.



"A mis queridos Rangers...Nos volveremos a ver...

Firmado: Red Eye~







- ¡Qué mala suerte!-Apretó el puño derecho con decisión mi acompañante.- ¡No hemos podido sacarle qué es lo que están tramando!



-No hemos conseguido nada, solo un poco de información.-Suspiré- Eso si nos fiamos de ese despreciable...- Arrugué la carta y la tiré al fuego que aún permanecía sobre algunas tablas del puente, que estaba destrozado. Todo el centro había salido por los aires y las tablas se esparcían en el mar.



El grupo oye un rugido, y ven pasar a Raikou por el puente como una exhalación, saltando las partes derrumbadas como si fueran simples charcos minúsculos en un día de lluvia.




- ¡Raikou! ¿Está persiguiendo a los Nappers?




- El Puente de Buck ha quedado completamente inutilizable. ¡Así no habrá manera de llegar a Isla Mironda! Volvamos a mi casa para planear una nueva estrategia. Sin planes no podemos arriesgarnos, hay que volver.-Rodel, un poco apenado, toma el camino de regreso. Miré con curiosidad la sombra del majestuoso Pokemon del rayo y le seguí al poco tiempo. De nuevo, volvíamos con las manos vacías...



o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Continuará...



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top